The Time.
Capítulo 14. Antes de la fiesta.
Jueves 05:00 pm.
Finalmente había terminado su turno, un turno muy fructífero en realidad; en primer lugar con un par de sonrisas coquetas había logrado conseguir unas muy buenas propinas y unos cuantos números de teléfonos de ricachones que seguramente estarían muy interesados en comprarle ropa muy cara y además, había estado viendo de reojo la mesa donde cierto rubio y cierto peliverde estaban teniendo lo que de lejos parecía ser una amena plática llena de risas que dejaba en evidencia algo que la pelirroja había estado sospechando desde hacía unos pocos días. Era evidente que Sanji y Zoro jamás iban a poder ser amigos, porque entre ellos había algo más que una simple amistad. La energía que emanaban, la chispa en sus ojos, la forma en que se prestaban atención constantemente lo dejaba en evidencia, esos dos eran como metal e imán. Nami estaba dispuesta a intervenir para ayudarlos, sin embargo, sabía que Sanji tendría muchos problemas para aceptar que le gustaba un chico, pues desde que lo conocía el rubio era un hábil y caballeroso mujeriego. Tampoco es que conociera mucho a Zoro, pero tenía la idea de que este también era alguna clase de macho y no le haría mucha gracia salir con otro hombre.
Nami había ideado muchos planes con anterioridad, ya sea para robar algo (manía que tenía que quitarse), para conseguir tener mejores notas o para que sus amigos salieran con quienes les gustaban, por lo que tenía experiencia jugando a ser cupido, pero nunca había hecho algo por una pareja gay de closet. No sabía muy bien que hacer, pero había alguien más inteligente y calculadora que ella que probablemente le podría ayudar y que además, ya se habría dado cuenta de la situación.
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Viernes 05:00 pm.
Su noche había consistido en carne seca recién comprada, papas fritas, gaseosas y múltiples partidas online hasta altas horas de la madrugada o mejor dicho, del amanecer.
Después de salir de la escuela el día anterior Luffy se dirigió a su casa y después de dar más detalles sobre lo que había pasado en la pelea su abuelo, orgulloso de su nieto hubiera golpeado a una basura de New World invitó a comer a todos a una pizzería. Una vez que regresó a casa le envió un mensaje a Law proponiéndole ir a la fiesta de Bonney, pero Law no contestó. Pensándolo un rato, Luffy cayó en cuenta de que obviamente la fiesta de Bonney era exclusiva, para gente de Paradise, tal vez Law se sentiría raro ahí.
:-No hay problema, si Law se siente incómodo puedo estar toda la fiesta con él. –Dijo satisfactoriamente dejándose caer en la cama. Pensando bien, en la mañana que había visto a Law, este no parecía tener puesto su uniforme, Luffy se preguntaba por qué, pero por más vueltas que le dio no pudo encontrarle una razón, así que decidió gastar sus últimas energías en jugar videojuegos y comer comida chatarra.
Se despertó con un terrible dolor en el estómago, así que se puso de pie de un salto y salió de su habitación; se dirigió a la cocina para acabar con todo cuanto hubiera en el refrigerador. Una vez su apetito estuvo satisfecho (y el refrigerador vacío) Luffy se percató de la nota pegada en el adorno central de la mesa: Luffy, el abuelo se fue y fuimos a acompañarlo a la central de autobuses, tratamos de despertarte, pero fue imposible. Llámanos cuando despiertes. Esa era una costumbre del abuelo, cada dos o tres meses ir a casa por unos pocos días para revisar que todos sus nietos estuvieran en una sola pieza y después volver a la marina. En todos los años que Luffy tenía de existencia el abuelo no se había tomado nunca unas vacaciones de más de cinco días.
El pelinegro sintió como la comida de su estómago quería regresar a su boca “Seguramente el abuelo estará muy enojado” pensó. Decidió que en lugar de llamar era mejor enviar un mensaje y así lo hizo: Hola Ace, ya desperté todo bien, despidan al abuelo de mi parte. Díganle que si se enoja mucho se arrugará más. En el proceso se dio cuenta que tenía dos notificaciones de mensajes: Uno en Facebook de Trafalgar y el otro en Whatsapp, de su grupo de amigos. Abrió con entusiasmo el de Law: No. Tengo tarea que hacer. Gracias. Luffy se sintió mal, pero no tardó mucho en componerse. Abrió el chat de sus amigos donde básicamente se ponían de acuerdo para ir juntos a la fiesta de Bonney. Entre la conversación había varios mensajes nombrándolo y preguntando donde estaba, por qué no contestaba. Ayer en la madrugada me levanté al baño y la luz de su habitación estaba suuuper encendida. Probablemente se quedó hasta la mañana jugando y ahora está dormido. Escribió Franky, a lo que los demás (comenzando con Zoro a quien recientemente habían agregado) habían contestado con un #PrayforLuffy.
El monito se preguntó por qué todo el mundo estaba tan preocupado por él cuando se percató de la hora.
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Viernes 04:00 am
La alarma sonó, pero él ya estaba despierto. Trafalgar no había podido dormir ni un poco en toda la noche; para empezar, su nariz le molestaba, ahora estaba incluso más inflamada y morada. Probablemente tendría que ir de nuevo al médico. Además se la había pasado pensando sin parar por horas y horas. Odiaba eso, pero había veces en que su cerebro simplemente se concentraba en imaginar mundos alternos donde su familia viviera, Cora-san viviera, donde tuviera una vida feliz, donde su nariz no estuviera inflamada. Donde Luffy no existiera. Lo había conocido el lunes, hacía 4 días y ya lo había metido en demasiados problemas. Law no pudo evitar sentirse molesto consigo mismo, cierto era que el enano lo sacaba de sus casillas, pero el tabique desviado y el castigo se los había ganado él solito. Mierda -pensó mientras salía de la cama.
Monet seguía dormida, normal dado que ese día entraban a las 07:30 am en New World.
:-Solo hoy y el fin de semana y seré libre –dijo para sí mismo mientras desayunaba. No sabía por qué últimamente no podía dejar de ser un idiota. Encendió su teléfono celular y miró las notificaciones; tenía un mensaje de Luffy del día anterior. Hola c: habrá una fiesta en casa de una amiga mañana, quieres ir? Puedo pasar por ti si quieres. No. Definitivamente no quería. Para empezar, Law no era de fiestas, y en segundo lugar, la fiesta probablemente era de Paradise. Si había algo peor que una fiesta de New world para Law, era una fiesta de Paradise. Probablemente ese día al igual que el anterior ni siquiera entraría a clases. No. Tengo tarea que hacer. Escribió rápidamente, después de pensarlo un poco, agregó: Gracias.
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Viernes 05:00 am
Hacía frío. Todos los presentes tenían cara de odiar su vida, pero definitivamente Law tenía cara de odiar la vida de todos. Esta vez Crocodile se limitó a observar como los muchachos levantaban los botes de pintura y comenzaran su labor para posteriormente irse en su coche, probablemente a dormir de nuevo, o ponerse en modo hibernación, lo que sea que hiciese, Law no tenía muy claro si Crocodile era humano o un robot del gobierno.
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Viernes 5:30 pm
Cavendish estaba saliendo de su casa para ir a la fiesta de Bonney. Le preguntó por Facebook a Usopp si quería que pasara por él para ir juntos, pero Usopp lo rechazó alegando que ya había quedado con sus amigos.
:-Desafortunadamente la victima tiene fuertes lazos con sus amigos, eso dificulta las cosas. Pero ya verá que las cosas van avanzar tanto como yo quiera, y le va a gustar. –dijo desafiante.
Había pasado toda la mañana haciendo una rutina de skin care completa para todo su cuerpo, si de por si Cavendish siempre estaba presentable ese día estaba completamente radiante: Los rizos de su cabello se veían más definidos y con más volumen, su cara estaba impecable en ella no se veía ni una sola marca de expresión o poro abierto, eligió una camisa negra que iba algo abierta del pecho dejando ver un poco de su torax y un pantalón jean ajustado que dejaba ver la bonita curvatura de sus glúteos, ni Usopp ni ninguna otra persona podría llegar a ignóralo esa noche.
:-Tal vez, saludarlo de inmediato y robárselo a sus amigos, no, no, muy repentino. Tal vez no saludarlo por un rato y estar con algunas chicas para darle celos, sí, eso suena bien. –Se dijo a sí mismo. El rubio tenía la mala costumbre de hablar en voz alta.
:-¿De quién hablas? –preguntó un chico detrás de Cavendish. Tenía un mohicano verde y unos colmillos que sobresalían de su boca, a diferencia del Rubio, no era alguien a quien le importara tanto su apariencia.
:-¡Ah! –Gritó Cavendish por la sorpresa mientras se giraba para ver quién era- Oh, eres tu Hannibal, espera, ¿qué demonios estás haciendo aquí, pensé que odiabas las fiestas.
:-Sí, los banquetes los disfruto mejor con los miembros del barto club, pero cuando supimos que Luffy-senpai va a estar en esta fiesta todos acordamos de venir.
:-Claaaro, porque el mono es lo mejor del mundo. –Dijo Cavendish poniendo los ojos en blanco con fastidio.
:-¡Sí! Puedo ver que finalmente puedes entender la genialidad de Luffy-senpai. –Contestó el peliverde sin entender el evidente sarcasmo.
:-Aaaagh no. Estaba siendo sarcástico soquete. Obviamente no hay nada mejor en este mundo que el grandioso Hakuba Cavendish. Que tú no lo sepas apreciar es algo triste –Dijo orgullosamente el rubio mientras posaba como si hubiera alguien a punto de tomarle una foto.
:-Buh, aburrido –Contestó el peliverde mientras se sacaba un moco.
:-¡No hagas eso, das asco! –Dijo Cavendish con una mueca de desagrado- Como sea, entonces sólo vas a la fiesta por Luffy, ¿eh? –El peliverde asintió- ¿Lo que significa que tendrás mucho tiempo libre cuando Luffy este ignorándote no? –Bartolomeo intentó argumentar algo pero fue interrumpido- Bien, vas a servir para mi maravilloso plan- Dijo con los ojos centelleando el rubio mientras arrastraba al peliverde con él a la fiesta.
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Viernes 05:45 pm
Sanji iba de camino a casa de Luffy; el plan que el grupo había organizado era que Sanji, Nami y Franky fueran a casa de Luffy, luego los 4 pasaran por Zoro y de ahí se fueran a la fiesta. Robin se vería con Usopp en su casa (pues estas quedaban muy cerca) y de ahí ambos se irían a la fiesta. Sanji cómodamente pudo haber quedado con Robin y Usopp pues las tres casas quedaban para el mismo rumbo, pero le preocupaba que Luffy se hubiera desmayado por sólo comer carne seca (ya había pasado) así que como el cocinero del grupo se sentía en la necesidad de ir a revisar que su amigo estuviera bien y en caso de ser necesario, prepararle una comida reparadora.
Se estaba acercando a Cocoyashi, miró su reloj, genial, sólo le había tomado media hora llegar hasta ahí. El rubio se sentía orgulloso de tener unas piernas tan hábiles y bien ejercitadas. Paró cuando estuvo enfrente del local y pudo ver a través de la puerta de cristal como Nami se despedía de alguien dentro de la cocina (probablemente Belleremere o Nojiko) y salía a encontrarse con él.
:-¡Naaami-swan! –Exclamó el rubio al ver el bonito conjunto que portaba la pelinaraja: Una minifalda rosa con un top a juego y unos tenis que eran comodos y elegantes al mismo tiempo.
:-Sanji que guapo te ves hoy –dijo Nami como agradecimiento mientras saludaba a Sanji con un beso en la mejilla. –Será mejor que nos apuremos si queremos pasarlo bien con Robin –Dijo después del saludo. La razón era fácil: Robin trabajaba los fines de semana por la mañana y tarde en una librería en el centro de la ciudad, es por ello que siempre tenía que irse temprano de las fiestas, por lo tanto, el grupo siempre intentaba estar temprano en las reuniones para poder pasar todo el tiempo posible con la pelinegra.
:-Claro que si mi bella dama, tenemos que consentir a Robin todo lo que podamos ahora que podemos, que el próximo año entrará a la universidad y será más difícil apreciar su belleza. –Contestó Sanji un poco deprimido.
:- No olvides que también tenemos que consentir a Franky
:-¡A él que le den! –dijo Sanji bruscamente, lo que ocasionó una risa de parte de Nami.
La pelinaranja sabía que esta era su oportunidad para hablar sutilmente del asunto con Sanji, tal como le había aconsejado Robin.
:-Oye Sanji, no está mal expresar cariño hacia un hombre de vez en cuando sabes –dijo con voz desinteresada Nami
:-No, los hombres son sucios, huelen mal, su piel no es tan suave y esponjosa como la de una chica y además…
:-No todos los hombres son así, tú no eres así –interrumpió Nami.
:-Oh Nami-swaan, aunque yo sea mucho más higiénico que el resto de varones te aseguro que no tengo una piel suave como la tuya.
:-Así que sólo te gustan las mujeres por su piel? –Contestó indignada la chica.
:-¡Claro que no! –Trató de excusarse- Es sólo qué, no hay nada en un hombre que me inspire a darle cariño, y mucho menos a Franky. –Nami se imaginó la escena y le dieron nauseas.
:-¡No seas tonto! ¡No me refiero a Franky! –Exclamó rápidamente
:-¿Eh? –Paró de caminar- entonces ¿de quién hablamos? -Preguntó Sanji confundido. Nami se dio cuenta de que la había cagado.
:-¡Mira, ya llegamos! –Exclamó tratando de cambiar de tema, mientras corría hacía casa de Luffy, aunque todavía faltaban dos cuadras.
:-Esperame ¡Nami-swaaan!
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Viernes 5:30 pm
:-¿Crees que Sanji ya esté en casa de Nami? –preguntó el narigudo a Robin
:-No, probablemente apenas vaya en camino. –Sentenció la pelinegra
:-Ojalá no tarden mucho, quiero pasármela bien con todos juntos pronto, esta semana ha sido horrible –Dijo con desgano Usopp
:-¿Por qué?
:-Primero me castigaron con Luffy, así que todos los días estoy cansado y además me atraso en clases así que tengo que pedir apuntes pero los de Sanji no son tan buenos, Zoro a veces se queda dormido en clases y Nami me cobra por pasarlos. Vivi es mi única esperanza, pero no quiero molestarla tanto.
:-Oh, ya veo. Que mal.
:-Gracias por tus palabras de aliento Robin, siempre tan sensible.
:-Pero, no creo que eso sea todo, ¿verdad? –Preguntó la sabia chica con el desinterés característico de su voz.
:-jajajaja, Robin pero que cosas dices –Finjió Usopp- Claro que es lo único malo. Otra desgracia a esto y mi vida sería una tragedia griega.
:-Oh, es curioso que lo menciones. ¿Sabías que algunos famosos pensadores griegos solían sostener relaciones homosexuales con sus alumnos? –El comentario cayó como un balde de agua helada al narigudo, quien tuvo un ataque de escalofríos de la cabeza a los pies.
:-Ah, ah, ¿qué curioso no? Jaja griegos gays –Dijo con un ligero tartamudeo, pues no sabía que más podría contestar.
:-En realidad, sí. ¿Quién pensaría que algo que era completamente normal en los cimientos de la sociedad occidental se volviera un tema tabú en la cúspide de la misma? Es curioso cómo funciona el paso del tiempo en los humanos y las opiniones de los mismos sobre ciertas prácticas.
:-Sí bueno, antes también solía practicarse el canibalismo y no por ello es bueno. –El comentario del pelinegro hizo que la Robin parara.
:-Usopp –dijo más seria de lo normal. El narigudo empezó a temblar de miedo. Robin daba miedo cuando se ponía más seria de lo normal.- De casualidad no eres homofóbico, ¿verdad? –Usopp quería salir de ese tema de conversación y al final terminó hundiéndose más en él.
:-No, no, claro que no Robin. Solo digo que algunas opiniones sobre las cosas empeoraron para bien, es genial que ahora nadie se coma a nadie ¿verdad? Por cierto, recuerdo una vez que vi a un vagabundo en la calle, el tipo parecía un auténtico zombie –empezó a mentir el pelinegro para salir del tema.
:-La homosexualidad es algo natural –interrumpió Robin- que se ha dado en la humanidad desde que ésta existe, y no se debe de censurar o repudiar. Al contrario, debe de normalizarse tanto como la heterosexualidad. –dijo finalmente Robin, para después mirar fijamente a Usopp en señal de que podía seguir contando su “anécdota”. Robin no lo sabía, pero le dio un gran alivio a Usopp al decir esas palabras.
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Viernes 06:30 pm
Después de encontrar a Zoro (quien se había perdido intentando llegar a casa de Luffy por su cuenta) y llamar a un taxi para llegar a casa de Bonney, Luffy, Nami, Franky, Zoro y Sanji llegarón a la fiesta.
La casa de Bonney era gigante, una mansión moderna con piscina y sala de juegos e incluso un mini cine. Esto tenía sentido pues su padre era un muy importante empresario, uno de los hombre más ricos del país.
No era la primera vez que Luffy y los demás iban ahí. Llevaban hablando bastante con Bonney desde inicios de ese año escolar, por lo que la pelirrosa ya los había invitado varias veces a su casa.
Al entrar se toparon con Usopp y Robin hablando tranquilamente con Keimi y Vivi en el jardín debajo de uno de los grandes árboles que había. Después de saludarse (Zoro no pudo evitar molestarse cuando Sanji corrió hacia las tres chicas) pasaron todos dentro para tomar algo ligero, la fiesta todavía era demasiado joven como para embriagarse.
Usopp no podía evitar estar nervioso a pesar de estar rodeado de sus amigos. Le había parecido ver a Cavendish en la parte trasera del jardín, junto a la piscina, pero no estaba seguro y no quería ir a fisgonear porque tal vez alguien sospecharía algo. No podía dejar de pensar lo que Cavendish le había dicho el día anterior. Y de la misma forma no podía dejar de pensar si lucia apuesto, había gastado mucho de su tiempo buscando algo que le quedara bien entre la poca y descuidad ropa que tenía; encontró unos jeans casi nuevos que no usaba mucho porque no le gustaba tanto la mezclilla oscura, se los probó y a pesar de no gustar tanto de la tonalidad pensó que eran mejor que la mayoría de pantalones rotos que tenía. También encontró una camiseta sin mangas roja, definitivamente era más del estilo de Luffy, pero a Usopp le gustó; mostraba sus brazos que no eran tan musculosos como los de Sanji o Zoro, pero tampoco eran tan delgados. Había intentado peinar su cabello de forma más “elegantiosa” como Sanji, pero al ser rizo y no tener plancha para cabello no se pudo en lo absoluto. También se preguntaba si olía bien, se duchó antes de ir a la fiesta pero los nervios y el calor lo estaban haciendo transpirar horrores.
:-Usopp, ¿estás bien? Preguntó Sanji en voz baja para que solo el narigudo escuchara.
:-Sí, si, solo tengo algo de calor jeje.
:-¿Estás buscando a alguien verdad? –Preguntó coqueto Sanji.- Veamos, ¿será acaso a la bonita Carrot?
:-¿Eh? Claro que no.
:-Mmm entonces ¿a la sensual Margaret?
:-Noo, espera, ¿por qué todas son rubias?
:-Siento que te gustan las rubias. –Usopp se ruborizó.
:-Cállate, no tengo nada, voy por algo más para tomar. –Dijo el moreno mientras se dirigía a la cocina. Aprovechando la oportunidad se fugaría un rato y buscaría a Cavendish, sólo para verlo. Cruzó la sala de estar, luego el comedor y finalmente llegó a la cocina donde estaba el bartender (sí, Bonney siempre contrataba uno) y pidió una gaseosa con hielos, mientras el bartender servía la bebida Usopp aprovecho para salir al jardín de la piscina pues la puerta trasera de la cocina conectaba con esta lo que la hacía muy práctica para parrilladas. Y entonces lo vio, Cavendish estaba ahí acostado, con un tipo peliverde encima de él, mientras un grupo de sus seguidoras los veían divertidas.
:-Señor, perdón que lo moleste. Póngale un poco de Vodka a mi bebida por favor.