Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Polaris por Yori Kibara

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

-------------------- 03 --------------------

Mikhael se levantó del sofá y después se dirigió a la puerta sigiloso, intentando ver por la mirilla.

-¿William? ¿Willy?- Se escuchó una voz femenina que William en seguida reconoció y fue rápido hacia la puerta. Le regreso el arma a Mikhael, dejándolo algo confundido detrás de la puerta mientras la abría un poco -Willy ¿porque no me dijiste que habías vuelto? ¿Ya reconsideraste nuestra cita? vaamos- Decía la chica en tono coqueto mientras movía sus hombros de lado a lado como si se tratara de una niña.

-¿Es que no he sido lo suficientemente claro contigo Rose?- Le dijo duramente William y levanto la voz -DEJAME EN PAZ-

-¡odio eso de ti! ¡Te quejas todo el tiempo de tu soledad pero no permites que nadie se acerque!- le contesto ya molesta.

-oh no, linda... solo te alejo a ti, así que solo para aclarar. NO ME MOLESTES NO ME INTERESAS.... adieu- William le ofreció una sonrisa y cerró la puerta sin más.

Mikhael no podía creer lo que acababa de presenciar. Sus ojos estaban sobre abiertos de asombro, pues había visto a este mismo chico tan frágil hacia unas horas atrás.

-¿qué?- le pregunto William sorprendido de la cara que había puesto

-eh.. nada nada... ¿vecina?- pregunto curioso Mikhael

-Si- Respondió cortante el castaño volviendo a la sala

Mikhael se sintió intrusivo, era obvio que ella le molestaba, pensó que quizás habrían tenido algo juntos que no salió como esperaban y por eso dejaron de tolerarse.

-No, no somos nada- Interrumpió William, como si pudiese leer su mente -es una mujer interesada, manipuladora y sin escrúpulos. Por eso no la quiero cerca... Pero tú, ibas a decirme algo antes de que interrumpiera, ¿no? por favor, quiero retomarlo- Y le hizo una señal sutil y educada con las manos para volver a la sala.

Mikhael estaba dudoso pues había visto la cartera del chico y no era precisamente "atractiva", si bien quizás el reloj era algo costoso, no era de lujo y nada en todo el departamento parecía peculiarmente ostentoso; así que era difícil pensar que el comentario fuera valido. Pero no era su problema, así que fue de vuelta a la sala sin más -sabes, en verdad no puedo decirte mucho- el tono de su voz había bajado considerablemente al decirle esas palabras -va a empeorar y no tienes por qué involucrarte, yo solo...- se sentó en el piso recargando la espalda contra el sofá -te agradezco haberme ayudado en la plaza, de no ser por ti me habrían atrapado.. Y aunque traerte a tu casa no era la mejor opción, fue lo único que parecía... posible-

William se sentó a su lado en el piso, escuchándolo atento, en el fondo deseando, rezando a todas las deidades que conocía, que Mikhael le dijera lo que quería escuchar, pero era obvio que no sucedería por sí solo. Así que se llenó de valor y por fin la pregunta abandono sus labios -¿porque fuiste directo hacia mí?- se lo dijo buscando su mirada azul gris.

-Creí que eras... otra persona, te confundí- Respondió Mikhael intentando no explicarse, evadiendo la mirada, sin involucrar información que pudiera ocasionarle algún problema a William.

Pero no se percató de la simpleza de sus palabras, ni de la cruda honestidad que las acompañaba y al girar el rostro para corresponder la mirada de William, encontró esos zafiros llenándose de lágrimas sin sollozo alguno. Para William, esas palabras eran filosas espinas enterrándose en su cuerpo, rasgándolo.

Los labios de Mikhael enmudecieron ante la imagen, ante las lágrimas que rodaron sin control de aquel par de ojos azules, que lo miraban perdido y le gritaban el dolor que el resto de aquel hombre se negaba a mostrar. Nunca había sido alcanzado por otros y la vulnerabilidad que atestiguaba comenzaba a llegar a el sintiéndose así culpable de esas lágrimas. Era difícil para el pensar que le había lastimado con tan simples palabras, más el daño era visible; sin saber qué hacer, pues nunca se había sentido culpable del llanto de otros, lo único que vino a su mente para calmar a William fue abrazarle torpe, pero con cierta suavidad.

Mientras tanto, William inmerso en sí mismo, se reprochaba severamente y se autoproclamaba un idiota por haberse dado la libertad de creer que alguien le estaría buscando, que encontraría a ese alguien y que se quedaría con él a su lado cuando todo lo que había sucedido no era otra cosa más que un malentendido, una confusión. Y entonces las espinas que sentía se enterraban en su piel de cristal formaban hermosas grietas que dejaban caer algunos trozos de sí mismo, pequeños trozos... De la nada parecía aparecer cierta tibieza, lo rodeaba suavemente, limpiaba sus lágrimas y acariciaba su cabello; esa sensación lo devolvería a la realidad, lejos de sus gritos y de sus reproches internos, sorprendido descubrió que esa tibieza se trataba de los brazos y las manos de Mikhael. "-no seas gentil conmigo-por favor-" pensaba -m-du-le- por fin susurro como el nudo en su garganta se lo permitió, sin embargo se aferró al hombre de cabellos negros, hundiendo su rostro en su pecho donde las pequeñas placas metálicas de su cuello chasquearon mientras él se rindió al llanto, uno silencioso donde apenas hubo sollozos.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).