Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Encuentros... en el antro de la perdición por Ghost princess Perona

[Reviews - 70]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Espero que les guste

“¡RAIZO!” la voz de Madara retumbó en las paredes del apartamento. Shisui, Itachi y Sasuke estaban escondidos tras la mesa de la cocina, con cacerolas encima de la cabeza. Observaban con curiosidad al hombre que acababa de presentarse, vestido como un Indiana Jones de la vida real. “¡¿Qué te he dicho de entrar en casas ajenas?! ¡Idiota!”

“No es ajena, es la tuya. La de mi querido sobrino” respondió el aludido, sentado en su sofá y bebiendo una lata de cerveza que de seguro se había traído él mismo, contaminando también su nevera. “¿No vas a abrazarme? No me has visto en meses…”

“Han sido unos muy buenos meses sin tener más noticias de ti que el libro que publicaste de Abu Simbel” se cruzó de brazos. A pesar de que era su tío, Raizo Uchiho no debería ser más de tres años mayor. Se parecían bastante, sólo que Raizo era un poco más laxo, descuidad y distraído, con una gran tendencia a vagar por ahí. Quizás por eso se hizo… “Además, sé que eres arqueólogo, pero… ¡ES NECESARIO ESTAR VESTIDO COMO UN P… INDIANA JONES!”

“No es Indiana Jones, es mi propio estilo” modeló delante de él. “¿Verdad que se me ve bien? El sombrero es un original de…”

“¡Qué me importa! ¡Es un disfraz de Indiana Jones con látigo, sombrero y todo! ¡Y ya vete a un hotel, que aquí estás estorbando!”

“Hotel… ya sabía que algo se me había olvidado. Bueno, supongo que tendrás espacio para un pobre pariente que…” Madara estaba que hervía de rabia. Cada vez que salía del Cairo, ese parasito se olvidaba de separar habitación en un hotel. Y como no tenía dinero (todo el que ganaba lo invertía en excavaciones), se terminaba quedando con uno de sus parientes (que no estuviera fuera de la ley). Como tenía contadas opciones, Madara usualmente era víctima de sus visitas, al igual que Izuna, los padres de Obito... no muchos. “Tendrás por ahí un comodísimo cuarto de huéspedes…”

“No, Shisui ahora lo ocupa” cruzó los brazos con muy mala actitud. “Además tengo que hacer y los niños tienes que estudiar”

“Entonces tu sofá…”

“¡Qué parte de estoy ocupado fue la que no entendiste!”

“Ay, Madara, pensé que tendrías algo de compasión por un pobre hombre que no tiene un techo sobre su cabeza” el otro pelinegro estaba a punto de explotar. “Nunca pensé que fueras tan frio… ummm” se abrazó a si mismo poniendo cara lastimera. “Perdóname por interrumpir tu workaholica agenda al igual que interrumpí la aún más workaholica agenda de Izuna…”

“Izuna…” con su venita palpitando en su cabeza, Madara prometió que le diría sus verdades al latoso de su hermanito cuando lo llamara. De repente las palabras de su tío le llegaron. “¡No soy un adicto al trabajo!”

“Más bien sería adicto al trabajo y la crianza de niños, que parecen ser las únicas dos cosas que te interesan, pero…” empezó Raizo, pero fue interrumpido.

“¡No lo son!”

“Claro que lo son”

“No” Itachi intervino, saliendo de su escondite y escondiéndose tras la cacerola que antes llevaba en la cabeza. Los dos adultos lo miraron, sorprendidos de que se hubiera metido. “Mamá ha estado con su novio” la expresión en el rostro del mayor no tenía precio. “Hasta que tú llegaste estaba con él.”

“¿Tú… tienes novio? ¿Eres homosexual?” no recibió una respuesta. “Ya, debería haberlo adivinado. Nunca te había visto durar con una chica, siempre salían corriendo ante tu falta de interés después de la primera cita” Madara siguió completamente congelado. “¿Y bien? ¿Qué tal es? ¿Tiene todos los… atributos necesarios para satisfacerte?” esto sacó a su sobrino de su estupor e hizo que le lanzara una mirada asesina. “Vamos, cuéntame, soy familia”

“No voy a contarte nada” el menor se cruzó de brazos. “Y ya vete a un hotel, que cualquiera tendrá habitaciones disponibles que puedas ocupar”

“¿De verdad vas a echarme? ¿Y justo cuando ha surgido un buen tema de conversación?”

“Sí” terció el rey de los medios. “Ya márchate de mi casa, que tengo que acostar a los niños y regañar a un torpe hermano menos que de seguro está esperando ansiosamente noticias para reírse un rato” negó con la cabeza. “Vete”

“Me rompes en corazón, y yo quería darte los concejos sobre relaciones que el inútil de tu padre no te pudo dar” Raizo recogió su morral, poniéndoselo al hombro. Fue hacia la puerta, acompañado del aludido. Ya estaba saliendo cuando en eso retrocedió un paso y le susurró. “Por cierto, deberías ser más cuidadoso. Estás cojeando, los niños se pueden dar cuenta” señaló a sus piernas, con lo que Madara se puso rojo como un tomate. “consíguete una crema”

“Ve… vete ya” cerró la puerta, quedándose frente a ella un buen tiempo para asegurarse de que esa alimaña no volviera a entrar. Los niños, que sabían que habían cosas de las que no querían enterarse, fueron silenciosamente a dormir. Una vez sólo, marcó a toda prisa el número de Izuna, poniendo videollamada. Ese chiquillo tenía que hacerse responsable de sus actos. “Izuna, hermanito querido…”

“¡Hola, nii-san!” el mencionado parecía demasiado alegre para ser alguien que estaba revisando documentos tan tarde en la noche. La cara de pocos amigos de su hermano fue suficiente respuesta. “Veo que ya llegaron las visitas no deseadas de las que te advertí.”

“Sí, gracias por enviarme al pariente más insoportable dentro del límite legal” se cruzó de brazos, refunfuñarse. “No era lo que estaba esperando después de una tarde magnifica.”

“Una… espera, ¿lo hiciste?” la cara se le volvió a teñir de granate. “¡Ay, sí lo hiciste! ¡Picarón! ¡Cuenta, cuenta! ¿Qué tal fue? ¿Cómo lo hicieron? ¿Usaste algo especial? ¿O fue una cosa espontanea? ¿O fue más bien tímida? ¡Sólo dime!”

“Cállate, no pienso contarte nada sobre mi vida sexual” frunció el ceño.

“Vamos, tienes que hacerlo, ¿sino cómo voy a saber qué regalarte en navidad y en tu cumpleaños? El regalo me sale más barato si lo compro en la misma tienda y…” cada palabra hacía enfurecer más a Madara.

“¡Cierra tu maldito pico!” el abogado simplemente se rio más. “Ahora dime cómo demonios te deshiciste de él, porque conociéndolo va a acampar delante de mi…”

“Tranquilo, me encargué de reservarle habitación en un buen hotel y yo no lo envié, él fue a visitarte por su cuenta, aunque no voy a negar que me alegró mucho librarme de él” suspiró. “No me dejaba hacer nada sólo.”

“¿Por qué vino si tú no lo enviaste? No me digas que…”

“No es nada de lo que tú crees, es que en la ciudad donde tú vives van a inaugurar una nueva sala de egiptología en el museo de historia y ha ido como invitado especial” rodaron los ojos. “Todo eso de que es una eminencia en el antiguo Egipto y autor de muchos estudios sobre el tema… esos académicos se la pasan besándole los pies a Raizo.”

 “No sólo ellos” suspiró, cansado. “Mira, todavía estoy cansado…”

“Uhhhhh, ¿una tarde difícil?”

“Y no quiero pelear contigo” terció, con un dedo ya puesto en el botón de colgar. “Hablaré contigo mañana, cuando estés con menos ganas de hacer el gilipollas.”

“Yo también te quiero, nii-san” y con esto se despidieron. Madara fue a su cama, con las caderas todavía adoloridas por la actividad que tuvo hace algunas horas. Se cambió a toda prisa y se metió en la cama, quedándose dormido al instante a pesar de que apenas y eran las ocho de la noche. En sus sueños estaba en medio de una elegante cena con su amante… cuando llegó Raizo y se convirtió el pesadilla.

“¡AHHHHHHHH!” gritó, levantándose y sudando, de repente no tan cansado. Cogió el control remoto para distraerse, encendiendo la tele en uno de sus muchos canales. A esa hora estaban dando un programa de chismes. Se rio cuando vio a la mujer pelirroja siendo arrestada por prostitución en uno de las muchas callejuelas de la ciudad. “Esa ropa sí que le queda a la muy puta. Espero que se contagie una sífilis” se levantó para preparar pop corn y disfrutar aún más de su triunfo. De repente sonó su celular. “¿Hola?” … “¿Qué?”

-En otra parte, un poco más temprano-

“Mamá, papá, ya llegué” dijo cuando ingresó a la casa. “Espero que no me vengan con sus reproches ahora, porque estoy de muy buen humor y…”

“Cariño” su madre lo llamó desde el comedor que había cerca. De repente sus antenas de peligro se pararon, presintiendo una catástrofe inminente. Caminó, convencido de que no le iba a gustar lo que vería a continuación. Y no se equivocaba. “¿No es maravilloso? Hotaru ha venido a visitarnos” señaló al joven sentado a su costado. “¿No vas a saludar a tu primo?”

“Ho… Hot… Hotaru” se las arregló para decir. Esto era peor que una catástrofe, era una completa y devastadora situación que no tenía palabras para ser descrita. Hotaru Senju era su peor pesadilla hecha realidad en ese momento. Su primo tenía una fama enorme de casanova, pero más de asustar a sus posibles parejas. Cuando había una relación no aprobada en la familia, los padres de la persona en cuestión lo invitaba y él se encargaba de solucionar el problema… y espantar para siempre al enamorado. “¿Qué…?”

“Tus padres me dijeron que tenía que conocer a alguien” le sonrió. Una de sus mejores jugadas era dormir con los novios y novias de sus primos y sus tíos le habían asegurado que el de Hashirama era una autentica belleza. “¿Qué tal es?”

“¿Tienes la indecencia de decirme eso a la cara?”

“¿Decirte qué? Ay, primo, qué poco confías en mí. Sólo te estoy preguntando por tu relación” se levantó, dejando la galletita que había estado comiendo en su plato. “Obviamente te has acostado con él, estás de muy buen humor para…”

“¡Lo que yo haga con él no es asunto tuyo!” el moreno menor dio pisotón al suelo antes de sentarse con su familia para demandar que mandaran a ese molesto pariente suyo tan indeseable en un viaje sólo de ida a Tenochtitlán. “Sal de una vez de mi vida amorosa, Hotaru”

“Ni que estuviera aquí especialmente para meterme entre tú y él” el otro le dirigió una mirada que decía a las claras que no le creía ni una palabra. “Lo único que quiero es que tú me hagas un pequeño favor, que asistas con él a una pequeña cena que voy a dar en un hotel de lujo. Mis tíos también van a estar ahí, por cierto.”

“¿Y por qué tendría que hacerlo?” Hashirama siguió con mala cara. Normalmente no era hostil con nadie, pero con sus padres intentando separarlos a él y a Madara… bueno, la presencia de Hotaru no era nada bueno.

“Vamos, es por mi cumpleaños”

“¿Qué tu cumpleaños no fue hace tres meses?”

“¡Pero no pude celebrarlo con ustedes, mi familia más próxima! ¡Sólo tuve una borrachera épica en un club cualquiera, pero nadie al que realmente le importara estuvo ahí!” se hizo el patético él. “Tú deberías entenderlo, pasar tus momentos especiales con las personas que amas es…”

“Cállate, tú sólo quieres una excusa para conocerlo”

“Estoy curioso por saber qué clase de hombre podría robarte el corazón, pero mi mayor razón es celebrar con mis queridos tíos y primos… aunque Tobi, Kawa e Ita me han dicho que no podrán estar ahí, así que…”

“¿Por qué tendría que ir yo entonces?”

“Vamos, Hashi, tú eres mi única esperanza” siguió rogándole, sonando tan lastimero que al final el moreno tuvo que aceptar. Maldiciendo su blando corazón, Hashirama sacó su teléfono para llamar a su novio. “Hola, ¿Qué te parecía cenar hoy en un restaurante cinco estrellas con mis padres?” … “Sí, yo también reaccionaría así. Es que un insoportable pariente se ha aparecido y nos ha invitado” … “Créeme, este es de lo peor. Mantente con la guardia en alto cuando cenemos” … “¿Entonces nos vemos mañana en la noche en el hotel? Genial”

“¿Ya lo has invitado?” el recién llegado escogió ese preciso momento para entrometerse en su vida de nuevo, asomando desde el comedor. “Tus padres me han mostrado una foto de tu noviecito. Tengo que admitir que lo has hecho esta vez.”

“¿Te importa? Estaba teniendo una conversación privada”

“Sólo estaba haciéndote un cumplido, no te lo tomes tan personal” los dos salieron. Hashirama sólo rogaba que tuviera un accidente o se marchara lejos de ahí. Aunque no habría problemas, ¿verdad? Porque Madara lo amaba y no se iría con el primero que le hiciera ojos bonitos o le hiciera propuestas. Se mantendría fiel a él, ¿no?

“Pronto nos desharemos de ese idiota” Namie brindaba con su esposo, bebiendo una copa de champaña. Su marido también estaba más feliz de los que debería.

“Qué bien, pero me sorprendió que Hotaru accediera a encargarse de él tan rápido, normalmente pone más pegas” ambos suspiraron, recordando lo último que tuvieron que hacer para que aceptara separar a una pareja.

“Quizás sólo está aburrido, ha pasado antes” los padres se quedaron sentados, disfrutando de su al parecer inevitable victoria sobre el amor. Mientras tanto, Hashirama buscaba en internet un repelente contra parientes incómodos. Se encargaría de su primo casanova él mismo aunque tuviera que estrangularlo y tirar el cadáver al río.

-Al día siguiente-

“¿Estás listo?” Hashirama apareció en la entrada de la casa de Madara, vestido elegantemente para la cena. El pelinegro le sonrió, sintiéndose de mejor humor ahora que Raizo no estaba cerca. Cogió su billetera de la mesa y le dio a Itachi unos cuantos billetes para pedir una pizza, mientras que Shisui y Sasuke trataban de vestir a Obito con un traje de burro para jugar al juego favorito del menor. “Parece que se divierten”

“Sí, ponerle la cola al burro es uno de los que más disfrutan” se preparó mentalmente para la que de seguro sería una horrible velada con los padres de su pareja. “Vamos, no hagamos esperar más a nuestros anfitriones”

“Desearía que pudiéramos” suspiró, abriéndole la puerta del auto. El pelinegro estaba tan nervioso que no le reprochó el tratarlo como si fuera una chica. “Te… bueno, tengo que contarte que mi primo Hotaru es muy especial” mordió su labio inferior. “Más bien, es molesto… un… un casanova”

“¿Un qué?” preguntó confundido el Uchiha.

“Un casanova… y uno que está interesado en ambos sexos” sudó un poco. “Es… no te voy a mentir, Hotaru es el arma secreta de mi familia para deshacerse de novios y novias indeseados fácilmente” Madara no dejó que esa palabra lo afectara, ya sabía que no era precisamente un regalo del cielo para esos dos. “Ten cuidado”

“Descuida, no me voy a ir con nadie más a la cama…”

“Me refiero a con lo que bebas, confío en ti” su mirada de repente se ensombreció, haciéndolo parecer un demonio. “Es en él en el que no confío. Le puso GHB a la última novia de Kawarama para llevársela a la cama… no han podido verse las caras desde entonces.”

“Pa… parece divertido” ahora estaba distraído por algo más. “Sabes, con esa sonrisa te ves sumamente sexy”

“Entonces procuraré sonreír así más veces” rápidamente hicieron planes para otra cita en otro hotel donde pudieran tener más tranquilidad, sin parientes molestos ni niños revoltosos. Se tomaron de las manos y entraron en el lujoso restaurante que Hotaru había elegido. Un mozo los llevó rápidamente a la mesa donde los esperaban los Senju. El anfitrión se levantó, echándole una buena ojeada al Uchiha. Vaya, no estaba nada mal. Quizás incluso lo hiciera con él un par de veces más.

“Hola, Hotaru”

“Es un placer conocerlo, Senju-san” sacudieron las manos. Madara ni por un momento perdió de vista al idiota que lo miraba predatoriamente. “Es un lugar sumamente elegante, he recibido muy buenas referencias de él.”

“Yo también” admitió el cumpleañero (no tanto). Por su mente sólo pasaban pensamientos pervertidos. Era un poco frío para él, pero con una buena dosis de GHB… ¿Cómo se vería ese bomboncito desnudo? ¿Aceptaría que lo atara? Suerte que vino preparado.

“Me parece que…” Madara de repente se puso pálido. El miedo era palpable en su rostro. Era tanto que ni siquiera le recibió la copa de champaña (aderezada con algo especial) que le ofrecía Hotaru. Su expresión de pavor iba dirigida a algo o alguien que estaba en la entrada. “¿Qué demonios hace aquí?”

“¿Qué demonios hace quién a…?”

“¡Oh, Madara!” alguien vestido con un traje se acercó, suspirando cansado. Los ojos de Hotaru se abrieron bastante, el recién llegado era un poco más maduro que el novio de su primo, pero estaba para morirse. Era exactamente su tipo, como si de repente un dios le hubiera regalado a alguien perfecto para él. “El museo está cerca, quería cenar algo y entré aquí. Cuando te vi pensé en unirme a su fiesta” jaló una silla que sobraba en la mesa de al lado y se sentó. “Soy Raizo Uchiha, el tío de Madara”

“Encantado” de repente Hotaru había olvidado por completo al Uchiha menor, de lo que Hashirama estaba muy aliviado. Incluso le ofreció la copa con la droga a Raizo. “Soy Hotaru, el primo de Hashirama. Es un placer conocer a alguien tan encantador de mi futura familia política.”

“Hummmm” el arqueólogo movió un poco el alcohol de su copa. “Nunca tomo bebidas alcohólicas” llamó a un mozo. “Sólo agua por favor”

“Vaya” Butsuma emitió un sonido burlón cuando el joven se fue a traer su pedido. “¿Por qué no tomas licor? ¿Acaso no puedes soportar el alcohol?” miró a Madara, que miraba su propia copa con recelo gracias a lo que había aprendido de las esporádicas visitas de su tío raro. “¿Es de familia?”

“No, pero como una persona conocedora sé que el aroma y el sabor de algunos licores, en especial el vino tinto, se han usado para ocultar el envenenamiento. Es muy fácil que una sustancia” le dio una mala mirada a Hotaru. “Pase desapercibida de esta manera”

“Interesante” el aludido se acercó más. “¿Cómo lo sabes?”

“Soy doctor en egiptología, he estudiado la clase de trucos que usaban los envenenadores para acabar con los soberanos de distintas tierras” Butsuma tomó un trago largo mientras Namie trataba de sutilmente recordarle a su sobrino por qué estaba ahí. Este, por su parte, estaba demasiado ocupado escuchando la clase de historia.

“Esto es… interesante” Madara asintió. Los dos enamorados se quedaron mirando a sus parientes problema conversar tranquilamente. Por una vez estaban agradecidos por sus visitas… porque no creían poder soportarlos por separado. 

Notas finales:

¿Qué les pareció? Arriba los parientes problema!! ¿Qué tal estuvieron los nuevos personajes? ¡Review!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).