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Encuentros... en el antro de la perdición por Ghost princess Perona

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Notas del capitulo:

Hola!!! Espero que estén disfrutando este fic. 

“Este es de terciopelo rojo, que está muy de moda últimamente entre las personas de la alta sociedad” la wedding planer dijo mientras los novios y sus familiares comían una pequeña muestra del pastel que se les ofrecía. Inmediatamente después marcaron algo en una libreta. “El siguiente es de naranja y canela, un poco conservador, pero de muy buen gusto. Resalta la clase de la pareja”

“Dime de nuevo por qué tenemos que pasar por esto” le susurró Madara a su prometido, con una cara de molestia. Por él bien podían tener tarta de limón como pastel de bodas, pero su futura suegra, que recientemente había podido tragar su compromiso y resignarse a la idea de que no iba a detener eso, se negaba a que alguno de sus hijos se casara sin toda la parafernalia de una boda de sociedad. Por eso contrató a una wedding planer famosa a espaldas de la pareja, cuya sola misión parecía ser hacer de sus vidas un infierno adornado de flores y telas.

“Porque es la única manera de tener todo lo de la boda preparada a tiempo para casarnos antes de que pasen tres años” Hashirama respondió, cogiendo un vaso con un poco de leche para pasar el pastel. Esa era la excusa que su querida mami usó para forzarlos a aceptar la tortura a la que los exponía la mujer. “La otra opción era las Vegas…”

“Entonces vamos a las Vegas, incluso te daré mi tarjeta para que apuestes todo lo que quieras” el moreno suspiró. Era una idea muy tentadora, sin embargo ya no era posible. No con la penetrante mirada de Namie Senju clavada en él. “Dame un poco de leche”

“Ten” le pasó el vaso antes de marcar una de las dichosas casillas en la libreta de la wedding planner. Por suerte el diseño del dichoso postre ya estaba elegido, cortesía de su madre y la revista de novias que le trajo su nueva empleada. “Soporta esto un poco más, pronto va a terminarse.”

“Por hoy” el pelinegro le dio un trago a la leche antes de marcar una casilla en su propia libreta. Raizo, a su costado, se preguntaba qué diantres estaba haciendo ahí. Por desgracia para él, era el representante de mayor edad de la familia Uchiha, ya que a Shinobu nunca en la vida le permitirían acercarse a un evento como ese y el resto ni hablar. Eso lo convirtió en la persona que entregaría a su sobrino en la boda… técnicamente el padre de la novia. Y el pobre desgraciado que tendría que sufrir a través de la planeación con él.

“La torta no puede tener…”

“No es una torta y ni siquiera te atrevas a pedir que tenga un motivo egipcio, porque ahí sí que resuelvo tu problema con Hotaru a mi manera” lo amenazó el rey de los medios en un susurro, metiéndose un bocado de pastel. Finalmente fueron capaces de hacer un consenso en el tipo de pastel que usarían en la boda y pasaron al diseño.

“¡Miren esto!” rodó los ojos cuando escuchó el grito de su suegra, señalando una de las fotografías. “¡Lo reconozco de la portada de la revista Novias! ¡Era como un sueño hecho realidad!”

“Sí, es uno de los más pedidos últimamente” concedió la planificadora, observando cuidadosamente el diseño. “Se pueden hacer fácilmente algunas pequeñas modificaciones para que no sea igual a los otros” empezó a señalarle los detalles que cambiaría, con Namie asintiendo todo el tiempo. “¿Qué les parece?”

“Creo que ya encontramos nuestro pastel” dijo Madara, sin ganas de ver más postres adornados. De hecho, tenía un hambre muy grande por inarisushi. Seguro que después de tanto dulce, Hashirama coincidía con él y podían ir a almorzar, quizás a ese restaurante de sushi que tanto les gustaba.

“¡Perfecto!” la mujer aplaudió con las manos. “Ahora podemos centrarnos en los arreglos florales que decorarán las mesas… ¿tienen alguna preferencia en flores?” ambos negaron con la cabeza. “Bien, podríamos poner lirios como pieza central…”

“No lirios” señaló Madara, frunciendo el ceño. “Sasuke es alérgico a los lirios”

“Bien” ella hizo una corta anotación en su libreta para recordar que bajo ningún motivo debía permitir que hubiera lirios cerca de la boda. Ya había trabajado con novias que eran madres antes y, con el estrés de la boda, estas podían ser auténticas leonas si sus pequeños se veían expuestos a algo malo. Con los hombres se aplicaba la misma regla. “Supongo que Sasuke-chan va a llevar los anillos, ¿verdad?”

“Sí, quedamos en eso” o más bien obligaron a Namie a aceptar que el pequeño Uchiha lo hiciera, porque ella quería a Naruto. Esto desencadenó una batalla entre los dos niños, que terminaron rodando por el suelo, tirándose del pelo. Sólo pudieron separarlos echándoles un balde de agua fría, como si fueran gatos.

“¿Ya han pensado en qué va a usar?” el pelinegro levantó una ceja. Tenía tres hijos, no dos y una hija. No necesitaban discutir qué iba a llevar, simplemente un smoking serviría. Hummm… se vería adorable en él. Pero de nuevo las mujeres estaban divagando acerca de los posibles trajes. “Podemos ponerle un traje negro formal, con un cojincito blanco donde van las argollas.”

“Suena adorable” y la madre de Hashirama seguía decidiendo, lo que por ellos estaba bien. Y Raizo los entendía, él comenzaba a sentir sus ojos cerrarse contra su voluntad, completamente aburrido. Había ido por consideración para con su sobrino, más… ¡era horrible! Se tapó la boca al bostezar. “Cariño, ¿Qué opinas?”

“Lo que decidas está bien” respondió el moreno, tan harto como el resto. Sabía que no era inteligente darle carta blanca a su madre, más parecía ser la única manera de que sobrevivieran a ese infierno. Miró su teléfono. “Mira la hora, nos estamos perdiendo el almuerzo.”

“No se diga más” la wedding planner también consultó su reloj. “Haremos un descanso para almorzar, luego continuaremos con los arreglos florales, los trajes de los padrinos y damas de honor…”

“No voy a tener damas de honor, no soy una chica” se ofendió el pelinegro, cruzando los brazos. Nadie le hizo caso, siguieron comentando acerca de todo lo que tenían que hacer. “Siempre pensé que una boda era un día especial para los novios, no un circo que organizar para las madres.”

“Es que… no hay madre que no haya deseado organizar la boda de sus hijos” suspiró el Senju, tendiéndole la mano. “¿Te apetece algo de sushi? Ahora mismo muero por un alimento salado con un toque de wasabi”

“Claro”

“¡Espérenme!” Raizo trató de seguirlos, despertando al oírlos irse. Corrió para alcanzarlos, pero ya estaban dentro del auto, saliendo de la casa. Su salvación vino en la forma de Hotaru, que regresaba de un envío de su tía. Además tenía un par de cosas más que atender, como la empresa de citas online que tenía… y de la que sacaba mucho provecho. “Hola, vámonos”

“¿Qué?”

“Sólo sígueme, no quieres entrar ahí” el Uchiha lo llevó de regreso al interior del coche, haciéndolo arrancar. Mientras ellos escapaban de Namie, la pareja comprometida entraba en el restaurante de sushi. Se sentaron en la mesa de siempre, pidiendo un variado arsenal de delicias marinas. Madara inmediatamente acaparó el inarisushi, como siempre hacía, saboreándolo con gula.

“De verdad que te gusta esto” Hashirama le sonrió, cogiendo un roll. A él francamente le gustaban más los alimentos que tenían hongos, más no estaba nada mal. “Lamento lo de mamá, es que…”

“Quiere deshacerse de mí, eso es lo que quiere” el pelinegro señaló, apuntándole con un trozo de pescado medio mordido. “No puede soportar la idea de que su hijito se vaya a casar con alguien que ha venido del fondo y por eso está convirtiendo este asunto de la boda en algo tan insoportable que simplemente me hará irme.”

“Dudo que algo así funcione, hemos soportado demasiadas cosas como para ser separados por una wedding planner y su ridícula manera de armar la boda de ensueño” comió su propio pez crudo. “Sólo piensa en lo que vendrá después.”

“Sí, ya lo veo” rodó los ojos. “Me pelearé con tu madre el resto de mi vida y tu padre intentará chantajearme emocionalmente otra vez para aumentar el tiempo al aire de los comerciales de sus empresas.”

“¿Y lo harás?”

“Por favor, ya deberías conocerme” le sonrió un poco malvadamente. “Lo personal y los negocios simplemente no se mezclan. Si mi querido suegro quiere más tiempo al aire, entonces tendrá que pagarlo.”

“Qué duro” la verdad es que esa sonrisa le resultaba hechicera. Quería besarlo y hacerlo suyo inmediatamente. “Aunque no estaba pensando precisamente en eso, sino que en nuestra luna de miel. Estoy planeando darme un largo paseo por el mundo, detenernos en los mejores lugares… ¿Qué te parece París como primera escala?”

“¿La capital del amor como primera parada en una luna de miel? ¿Acaso tienes segundas intenciones?”

“¿Por qué no lo averiguas, Madara?” sonaba a reto. Y Madara Uchiha nunca corría de un reto. Terminaron rápidamente su almuerzo. Ya satisfechos, fueron al auto.

“Detente por ahí”

“¿Por qué? ¿Acaso tienes ganas de escapar de mi madre?”

“No… aunque no es mala idea” consultó su celular para ver la hora. “Aún nos queda tiempo para divertirnos un rato más antes de volver a su pequeño mundo rosa, pero no para llegar al hotel de la perdición, así que…”

“No se diga más” paró en el callejón y ambos se acomodaron en el asiento de atrás. El pelinegro puso sus brazos alrededor del cuello de su novio, besándolo con pasión… y dando gracias de que el auto tuviera lunas polarizadas, porque no quería ni pensar en el escándalo que se armaría si alguna cámara los captara.

-Más tarde-

“Esos dos son realmente increíbles, llegaron treinta minutos tarde” se quejó Raizo con Hotaru, ambos en la habitación de hotel del Uchiha. “Y a mí no me engañan, pasaron su almuerzo divirtiéndose a lo grande” rodó los ojos. “Olían como si hubieran estado haciendo… haciendo… no se qué.”

“¿No lo sabes?” su pareja levantó una ceja. “Creí que ya eras lo suficientemente adulto como para saber exactamente lo que estaban haciendo.”

“Bueno… sé la parte técnica, pero… nunca… nunca lo he hecho… yo mismo” la cara del egiptólogo se puso roja como un tomate, algo que le pareció sumamente adorable al casanova Senju. “Lo… lo más cerca que he estado de eso es… es contigo…”

“Querido, no hemos estado tan cerca” le aseguró el primo del novio. “Tranquilo, ya se les pasará. Dales un par de años de matrimonio y seguro que se calman. No te aseguro que se vayan a detener del todo, una sana vida sexual es importante en un buen matrimonio, pero… se calmarán.”

“Lo dices como si el sexo fuera la clave de todo” bueno, no era la clave, más su importancia no podía ser subestimada… o al menos eso decía uno de los manuales matrimoniales que leyó para comprender en lo que su sobrino se estaba metiendo. Él suspiró, reconociendo esto. “Lo lamento, me estoy desahogando contigo cuando tú también estás sufriendo.”

“Y que lo digas” resopló con molestia. “La tía Namie me ha obligado a llevar y traer cosas de punta a punta de la ciudad. Si vieras cómo se puso cuando traje los catálogos florales incorrectos… era como si estuviera causando el fin del mundo.”

“Debe ser muy estresante para ti” Raizo se lamió los labios. Había pasado un par de meses desde que comenzaron su acercamiento sexual, pero no se había atrevido a avanzar más. Ahora quizás… “¿Quieres que te ayude un poco a liberar el estrés?”

“Si estás dispuesto…” Hotaru se acercó a él. Que simplemente se lo hiciera con la mano ya no lo satisfacía en lo absoluto… aunque era mejor que la alternativa de quedarse sin sexo. Para su sorpresa, el otro se puso de rodillas delante de él, algo nervioso. Agarró su pantalón, desabrochándolo. “¿Qué haces?”

“Yo… sé que con la mano ya no…” así que lo había notado, pensó con un poco de sorpresa el Senju. Su ropa interior también cayó al piso. “Así que… estuve viendo un poco de porno gay para…” su cara se encendió como una cerilla. “tenía que avivar un poco más nuestra relación.”

“Tú…” ni siquiera pudo terminar, porque en ese momento una lengua pasó por su piel sensible, arrancándole un sonoro gemido. Sus ojos casi se voltearon al sentir más lengüetazos en la punta de su miembro, mientras Raizo lo excitaba. Lentamente comenzó a meter la punta en su boca, pasando su deliciosa lengua sobre él. “Ahhhh”

“Hummm…” era incómodo, fue lo primero que pensó el pelinegro, continuando con eso. Poco a poco fue acostumbrándose y metiendo cada vez más en su boca.

“Ahhhhh…. Ahhhh” Hotaru estaba bastante caliente y sonrojado ahora. Era una simple mamada… y estaba mejor que muchas de sus noches. Finalmente sintió la punta de su miembro llegar a la garganta del otro, siendo succionado suavemente. Estar completamente dentro era increíble… tanto que no quería ni imaginar cómo sería tomarlo completamente. “Ahhh… Raizo…”

“Ahhhh…” el Uchiha succionó cada vez más fuerte, tratando de hacer gozar a su novio. Al parecer lo estaba logrando, porque este gemía cada vez más alto. Sus ojos estaban volteados, su frente sudorosa… sin duda estaba cerca.

“Así… un poco más…” Hotaru gimió altamente una vez más antes de venirse. Su novio lo pasó rápidamente, dejándolo salir. Aún los conectaba un hilo de saliva cuando el Senju se desplomó en el suelo. “No sabía… no sabía que tú vieras porno. Si lo hubiera sabido te habría… hecho un par de recomendaciones.”

“Yo… es la primera vez… antes sólo veía documentales” resopló el pelinegro, recostándose contra él. “Me entró la curiosidad cuando… comenzamos. Se sentía muy bien y… no sabía cómo hacer que se sintiera mejor”

“En verdad… eres un barril de sorpresas” lo besó en los labios dulcemente.

-Al día siguiente-

“¡Hola, tía Namie! ¡Es un lindo día, ¿verdad?!” el gruñón de Hotaru, que el día anterior estaba de tan mal humor que parecía un rinoceronte con una hernia, estaba tan radiante ahora que asustó a todos los ocupantes de la sala.

“¿Te… te encuentras bien?” preguntó Hashirama un tanto asustado. Cuando su primo estaba alegre usualmente no significaba nada bueno… especialmente desde que su último ligue era el tío más cercano de su prometido. Madara, por su parte, volteó a ver al supuesto culpable, que se revolvía un poco incómodo.

“¿Qué le hiciste?” inquirió en un susurro. Raizo se puso tieso de repente, no queriendo hablar de su vida privada en frente de uno de los familiares de su amante, sobre todo una mujer. Su sobrino entendió y lo levantó, excusándose un momento. Lo metió a la fuerza en una de las muchas salas privadas de la mansión. “Ahora sí me respondes, ¿Qué demonios le hiciste?”

“¿Realmente quieres saber?” Madara asintió, bastante incómodo. Tenía que saber lo que su tío estaba haciendo con ese libidinoso de Hotaru. “No daré detalles”

“No es necesario”

“Bueno… si quieres saber… yo… usé mi boca para complacerlo” los ojos del menor se abrieron de sobremanera. ¿De verdad? ¿Raizo, el mojigato nerd, fue más allá de unos simples toques y pasó a la acción? “fue bastante extraño y un poco… asqueroso… aunque no del todo malo, sobre todo porque después me devolvió el…”

“¡Que no necesito detalles, joder!” estalló el pobre Uchiha, poniéndose rojo. “Espera, ¿Cómo fue que aprendiste a hacer… eso? Dudo que te lo enseñen en la facultad de egiptología.”

“Te sorprenderías de lo que te enseñan en la universidad” Madara no pudo negarlo, él mismo había tenido sus primeras experiencias sexuales en la universidad. Las abandonó rápido por no complacerlo, pero… debía admitir que se aprendía mucho en la facultad. “He visto porno”

“¿Desde cuándo?” preguntó le rey de los medios, sorprendido. Lo más cerca que había estado Raizo de una película porno era una cátedra que dio acerca del sexo en el antiguo Egipto junto con otros expertos en historia… además sólo se interesó por el tema por una estúpida apuesta que hizo con Izuna. Lo único gracioso que salió del asunto fue la cara que puso el mencionado cuando vio que había perdido y tendría que financiar la siguiente excavación de su tío de su propio bolsillo.

“Esa es la cuestión… nunca tuve necesidad antes, pero… realmente quiero que esto funcione” bajó la cabeza con pena. “Y… por eso estuve consultando manuales de relaciones…” el otro estaba sin habla. “Me gusta mucho Hotaru… como nadie antes… absolutamente nadie… así que… puse un poco de mi parte… además tú dijiste que iba a ser imposible…”

“Olvida lo que dije” su sobrino movió las manos. “¿Para qué diablos lo dije? ¡No debes hacer cosas como esa sólo por lo que dije!”

“Pero tenías razón, yo quería más… mucho más” se abrazó los brazos. “Y sinceramente me alegro de haber hecho ese movimiento ayer por la noche, es muy talentoso con la lengua… creo que vi a Nut cuando me…”

“Sin detalles por favor” levantó una mano, cogiendo una botella de alcohol que por alguna razón estaba ahí y le dio un buen trago. Realmente no necesitaba las imágenes mentales… o el conocimiento de quién diablos era Nut en el panteón egipcio. “Vamos, nos están esperando… y sinceramente espero que ya se haya ido”

“Seguiré viéndolo afuera de esto”

“Sí, pero será lejos de mí, donde no pueda ver ni las consecuencias de lo que están haciendo” Madara lo llevó de regreso a la sala, donde la wedding planner ya estaba dando un discurso sobre los trajes que iban a llevar los novios en la ceremonia. Los Uchihas se sentaron a oír, sin prestar realmente atención. Estaban prácticamente dormitando cuando ella mencionó algo sobre la disposición de los invitados.

“Mañana tendré preparada una maqueta de cómo van a estar las mesas en el patio de la casa” ella señaló el lugar donde Namie designó que se haga la boda. “¿Cuántos invitados van a tener cada uno?”

“Yo… sólo mis hijos, mi hermano, mis sobrinos, mis tíos… nadie más” contó con sus manos, sorprendiendo a todos con el poco contacto que tenía con su familia. “¿Qué? No soy el único en el mundo con un limitado contacto con su familia.”

“¿Seguro? Es su boda…”

“Seguro, no quiero a nadie más” dijo con total seguridad. Él, Izuna, Raizo, Kagami, Sasuke, Itachi, Shisui, Obito y sus padres eran toda la familia que necesitaba.

Notas finales:

Espero que lo hayan disfrutado. Lo que he puesto aquí es lo que sé de organizar bodas... que es practicamente nulo. Nunca me ha interesado casarme, así que... bueno. Si alguien así sabe más, le agradecería que me dijera. Para todos mis lectores, espero que lo estén disfrutando. Review!!!


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