Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Encuentros... en el antro de la perdición por Ghost princess Perona

[Reviews - 70]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Espero que les guste...

“Absolutamente no” Madara se cruzó de brazos cuando Izuna y Raizo llegaron con sendas botellas de champaña en sus manos. Era el día anterior a su boda y lo más inteligente que su hermano podía pensar era en organizarle una despedida de soltero llena de alcohol. Su tío había caído ante los ojos de cachorrito de su sobrino, por lo que ahora estaba acompañándolo. “Me caso mañana, quiero dormir”

“Tendrás tiempo suficiente para hacerlo, te casas en la noche… además he conseguido las medicinas más potentes contra la resaca que existen” sacó de su bolsillo un frasco lleno de píldoras. “Algunos de sus componentes no son exactamente legales, pero…”

“Una razón más para decirle que no a tu ridículo plan” trató de entrar a su cuarto, más el abogado lo cogió antes de que pudiera hacerlo. Lo miró con ganas de matarlo… sólo para toparse con esa cara que había conseguido que el arqueólogo deseara tomarse unas copas a pesar de saber del riesgo. “No va a funcionarte”

“Es que… eres muy malo” añadió algunas lagrimitas para darle más efecto. “Vas a casarte mañana y yo quiero que le des un adiós a la soltería como te mereces. Esta… esta es una ocasión única en la vida, es la única vez que vas a casarte...”

“Te das cuenta de que en estos tiempos no es muy común que un matrimonio dure toda la vida, ¿no?” comentó el rey de los medios, aunque no tenía la menor intención de divorciarse de Hashirama en algún momento. Estaba seguro, era el indicado. Cualquiera que opinara lo contrario podía irse al diablo. Y no le importaba en lo absoluto decirle adiós a la soltería de ninguna manera… o eso creía. La expresión de su hermanito empezaba a hacer tambalear a su resolución.

“Por favor…” Izuna trató de hacer sus ojos brillar como cuando era pequeño, sabiendo que su hermano lo consentiría si lo lograba. “Por favor”

“Yo… no…” Madara sintió ganas de taparse la cara. Por supuesto que iba a ganar, aparte de sus hijos era la única persona que podía hacerle cambiar de opinión. “Está bien, tendré una despedida de soltero. Pero más te vale que no hayas contratado bailarinas exóticas o en verdad te mataré.”

“Claro que no las hay” el menor los llevó a un club con una gigantesca sonrisa. Tal y como había dicho, no habían desnudistas en el club. La mala… era noche de descuentos, todas las bebidas estaban a mitad de precio. Con la champaña que ya habían tomado de camino hasta allá, era una muy mala idea. “Te dije que no te ibas a arrepentir… ¡viva la novia!”

“Novio… y creo que deberías dejar de tomar” agarró el vaso del joven, sabiendo que era el único que quedaba sobrio en esa mesa. Raizo estaba dando una clase de danza egipcia en la tarima del lugar, con una gran audiencia igualmente ebria dándole aplausos. “Los dos, porque entonces no voy a tener a nadie que me ayude a meter a ese lunático dentro del auto antes de que termine en internet.”

“No te preocupes, no te preocupes” dijo moviendo las manos, casi cayéndose encima de la mesa. “Diviértete, será la última noche que tendrás para hacerlo antes de quedar amarrado a otra persona por el resto de tu vida.”

“Eso normalmente se dice cuando tienes hijos” el mayor miró su vaso pensativo. A decir verdad, había hecho las cosas un poco en desorden en su vida. “Normalmente primero te casas y luego vienen los niños.”

“Normalmente, pero nada es como era antes” el hipó antes de continuar. “¿Han pensado en dónde van a vivir después de la boda? Porque su casa es lo único que conservó su ex mujer después del divorcio y la tuya es un poco pequeña para una pareja joven y tres niños pequeños e inocentes.”

“Lo sé, ya lo tenemos resuelto” le aseguró Madara, sonriendo. Hace poco Hashirama lo había llevado por diferentes propiedades que su agente de bienes raíces le había mostrado, lo que les resultó un poco cansado, sobre todo con la wedding planner pisándoles los talones. Encontraron una casa grande, un poco antigua pero en estupendo estado, y la compraron como su nuevo hogar. Tenía un gran jardín, con una piscina esplendida. Un increíble sitio para que crecieran los niños.

“¿Puedo ver su nidito de amor?”

“Claro que no, tendrás que hacerlo cuando ya esté listo” hace poco un equipo de restauradores y decoradores de interior se habían apoderado del lugar para dejarlo listo. Se mudarían después de la luna de miel. “Mientras tanto, creo que esto ya se terminó” le arrebató el trago que estaba a punto de tomar. “Hay que ir a bajar a ese idiota.”

“Para ser tan inteligente, no sabe contar sus tragos” lo observó con desagrado. “Y tú eres un aguafiestas. ¿Por qué no te diviertes en tu propia despedida de soltero?” rodó los ojos. “al menos él y yo tendremos algo que contar.”

“Pues yo también, sobre todo cuando me case en perfecto estado y no ojeroso” Madara se levantó. “Además, querido hermano, deberías saber que cuando uno está a cargo de tres niños pequeños, aprende a contar sus copas con sumo cuidado”

“¿Lo haces por ellos? Quiero decir, abstenerte de la diversión”

“No, simplemente lo último que quiero es parecerme a papá” apretó las manos. “Regresar a casa borracho es… simplemente no quiero que me vean así.”

“Él no regresaba a casa borracho, se drogaba en ella” Izuna respondió, ladeando la cabeza con desagrado. “Y descuida, jamás te parecerás a él. Aunque tomes miles de bebidas” se levantó, mareándose un poco. “Tranquilo, te ayudaré a bajar al Indiana Jones borroso de ahí antes de que se ponga a hacer striptease egipcio.”

“¿No quieres mejor quedarte aquí?” el mayor estaba preocupado. Por cómo se veía su hermanito, era mejor llevarlo directamente al auto. Además era sabido que el menor le tenía un profundo desagrado a Tajima Uchiha. Tan grande era que evitó mencionar en su nombre hasta en el funeral del hombre, igual que siempre que podía. Debió chocarle un poco la referencia a él.

“Estoy bien… ya se me va a pasar” apartó la mano que iba a ayudarle, aunque luego la tomó. “Ahora que lo pienso, creo que esta va a ser la última vez que vamos a estar así juntos los dos solos.”

“No digas estupideces, claro que vamos a estar juntos así de nuevo. Somos hermanos” apretó su mano. “Te prometo que, sin importar si uno u otro se casa, vamos a seguir viéndonos como siempre” le pasó un brazo por encima de la cabeza. “Estuvimos juntos desde pequeños, seguiremos estándolo ahora.”

“Gracias, nii-san”

“Ahora vamos a bajar a ese idiota antes de que haga el ridículo de su vida” se volteó sólo para darse cuenta de que ya era demasiado tarde para eso. Raizo estaba tendido en el piso delante de todos sin camiseta, roncando fuertemente. Al parecer había colapsado por su ingesta de alcohol desmedida… desmedida para su abstemio ser.

“¿Tú te quieres acercar a él? Porque yo no” Izuna comentó, señalando a su desmayado tío. Y en verdad sería demasiado vergonzoso acercarse a una persona a la que estaban pintando un bigote con in labial en un escenario mientras lo filmaban.

“Vamos antes de que le haga más daño a su reputación” los dos se acercaron, con Madara amenazando a todo el mundo con publicar cosas horribles en SUS revistas sobre ellos si no borraban esos videos inmediatamente. Claro que no conocía a esas personas, pero cuando eras el rey de los medios todo era posible. Incluso salvar a tu tío ridículo de quedar como un idiota en internet.

“Sabes, deberíamos haber venido con una carretilla” el menor dijo cuando cargaron al inconsciente imitador de Indiana Jones hacia el auto, agarrando sus brazos. “Demonios, ¿Cómo puede pesar tanto si lo único que hace en meterse al desierto?”

“Creo que lo alimentamos demasiado… o que engordó holgazaneando en TU casa” el mayor gruñó tratando de no quejarse por el peso. “¿De verdad tenías que dejarlo vivir en tu maldito sofá mientras superaba su casi violación? O mejor aún, ¿Cómo carajos no te diste cuenta de que alguien le había hecho tan malo a alguien de tu propia familia?”

“¿Cómo carajos no te diste cuenta tú?” consiguieron llegar al auto y tirarlo dentro antes de que se les acercaran unos gamberros que los tomaron por presa fácil. Madara levantó una ceja con escepticismo. Sólo porque ahora llevaba ropa elegante no quería decir que se hubiera transformado en alguien débil. A su costado, Izuna se remangó la camisa, demostrando que pensaba lo mismo. “Nii-san, creo que esos dos necesitan que les refresquen la memoria.”

“Sin duda” se quitó el anillo de compromiso para no arruinarlo en medio de la golpiza, guardándolo en un bolsillo con cierre. Se pusieron en pose de pelea, cosa que los ladrones consideraron extraña. Finalmente empezó la pelea. Los hermanos Uchiha lo dominaron inmediatamente, empujando a ese montón de tontos de vuelta hacia la oscuridad, derramando lágrimas y llamando a sus mamis. Al final los dos estaban sonriéndose el uno al otro, cansados pero felices. “Esto ha sido de lo mejor”

“Increíble” estaba tan eufórico que casi se caía al suelo. “Al parecer, lo único que necesitábamos para avivar la fiesta es una última pelea como equipo” lo abrazó, sobresaltándolo. “Cómo extrañaba esto”

“Yo… yo también” le acarició la cabeza con un poco de extrañeza. Izuna no le dejaba hacerlo desde que cumplió los trece años, considerándose demasiado mayor para ser achuchado por su nii-san. “¿Qué te parece si llevamos la fiesta a mi casa? Los niños están durmiendo y tengo un montón de películas viejas de las que veíamos cuando éramos pequeños” el otro se lo pensó “Y también una botella completamente nueva de whisky añejo.”

“Tráeme una de vodka y hacemos trato” no era como si tuviera otro sitio a dónde ir, no con su tío en ese estado. Finalmente llegaron en a la casa, donde tuvieron que arrastrar a Raizo escaleras arriba de nuevo. Este seguía inconsciente, demasiado bebido para siquiera balbucear un par de palabras. “¿Por qué demonios no lo dejamos en el coche?”

“Porque necesito que mañana esté listo para acompañarme por el pasillo” señaló Madara, haciendo un soberano esfuerzo por subir a su familiar. Sus hijitos estaban durmiendo los tres juntos en una sola habitación, algo adorable. Rápidamente les sacó una foto y tiró a Raizo en uno de los otros cuartos, cubriéndolo con una manta.

“Espero que le ayuden las pastillas que traje” los dos salieron para ponerse frente al televisor con una copa de whisky en la mano. El mayor puso play a la Dama y el Vagabundo, una película romántica de Disney que solía gustarles de niños. “Brindemos por el fin de tu soltería”

“Amén” chocaron las copas y tomaron un trago. Iban a disfrutar lo que quedaba de la noche antes de irse a dormir. Después de todo, tenía que estar perfecto para el gran día.

-En la casa Senju-

“¿Una despedida de soltero? ¿Realmente necesito otra?” Hashirama preguntó cuando Itama caminó hacia él con una banda que decía novio. Él en verdad prefería no hacerlo, conociendo a su hermano le pondría un striper en las piernas y lo bombardearía con dosis completas de alcohol que le harían perder cualquier noción de razón. Justo como hizo con su primera despedida en el antro de la perdición de Suna. “Yo…”

“Oh, vamos, no seas aguafiestas” se cruzó de brazos. “Los hermanitos pequeños esperamos a que nuestros nii-sans se casen para organizarles sus despedidas de soltero a lo grande” se acercó maliciosamente. “¿Vas a negarnos esto?”

“¿Negarnos? Suena a demasiadas personas” trató de librarse el moreno. “Kawarama está en contra de mi matrimonio, si tiene alcohol Tobirama no va a atracar y tú eres el único realmente interesado en hacer ese tipo de eventos”

“Puessss… he conseguido obligarlos a asistir” el chico bicolor le aseguró, muy confiado. “Vamos, sólo será una noche. Tienes que disfrutar antes de atarte de nuevo a alguien” lo cogió del brazo, con una expresión maligna. “Además… quien sabe lo que estará haciendo Madara para darle un adiós a su soltería” esto hizo que el Senju mayor se pusiera tenso. “Escuché que Izuna le organizó una despedida de soltero.”

“Una…”

“Y ten en cuenta lo que dicen de las novias, que ellas tienen despedidas más salvajes que sus contrapartes masculinas” siguió tratando de hacerle cambiar de idea. “Sólo piénsalo, ¿Qué le habrá preparado su hermanito? Con lo poco inocente que es…”

“Él… no es tan malo…” trató de defenderlo el moreno, aunque sabía que la única persona con la que era inocente era Tobirama. Bueno, al menos eso jugaba a su favor. Todavía no se había ganado la furia de todos ellos por desflorar al albino.

“Claro que lo es, puede ser muy malo si se lo propone” le agarró la mano. La resolución de Hashirama pareció tambalearse en ese momento. “Así que vamos, cámbiate y nos vamos en seguida a mi club”

“Creo que…”

“Hazlo o voy a decirle a Madara exactamente lo que pasó cuando regresaste de tu luna de miel con Mito” la cara de su aniya se puso de un color escarlata, pasando al pálido cuando se dio cuenta de cómo iba a reaccionar su prometido. “Exactamente”

“A… ahora regreso” unos minutos después estaba con sus hermanitos en el auto de Itama, dirigiéndose al antro de la perdición original. Esperaba que fuera una noche normal, pero no. El dueño había decidido engalanar su club para hacerlo más temático, con carteles por todas partes y otras cosas que podían encontrarse en las despedidas de soltero. Incluidas las malditas stripers. “Itama…”

“Oh, shuush. No podían faltar en una despedida de soltero” algunas de ellas se acercaron a los hermanos, esperando que las llevaran a sus habitaciones o a bailar. Hashirama estaba horrorizado, si su prometido se llegaba a enterar… “Ehhh, relájate, que no te estoy pidiendo que te acuestes con ellas. Simplemente pásatelo bien.”

“Pero…”

“Incluso he traído a algunos chicos para que te hagan compañía” y era verdad. Algunos modelitos masculinos se acercaban a él, luciendo camisetas tan apretadas que casi parecían trajes de baño. El mandamás del bar (y de la familia a veces) se sentó en la barra, observando como sus familiares eran acosados, disfrutando cada momento de ese espectáculo. Incluso el baile de Tobirama cuando estuvo lo suficientemente ebrio como para perder inhibiciones. “Este tiene que ser el mejor día de mi vida”

“Sí… ¡y será el último si no me sacas de aquí en este mismo momento!” el moreno le gritó, poniéndose rojo. Muchos de esos chicos estaban pegándosele, restregando sus cuerpos contra el suyo, causándole suma incomodidad.

“Ahh, vamos. Tienes que probar otros vinos antes de quedarte con uno sólo para el resto de tu vida” su sonrisa malévola lo decía todo. El mayor se preparó, sabiendo que no sería bonito e iban a haber heridos. “No puedes irte antes de ver la sorpresa especial que te he preparado. Sonomi, tráela”

“Claro, señor” ella se fue y trajo a una chica escasamente vestida, pelirroja… muy conocida. Estaba delante de su exmujer, la única persona en todo el mundo a la que no quería ver. Sin embargo, por alguna razón le daba un torcido sentido de satisfacción verla ahí.

“¿Hashirama?” ella preguntó, sorprendida. Aunque no debía estarlo, era el hermano del dueño del bar. “¿De verdad eres tú?” ella se sentó, muy sorprendida. “No puedo creer que nos estemos encontrando aquí, de esta manera. ¿Cómo ha ido tu vida?”

“Mi vida ha sido increíblemente genial, gracias por preguntar” dijo cruzándose de brazos. “al parecer mucho mejor que la tuya.”

“La mía... ¡ha sido una catástrofe desde que me dejaste!” ella comenzó a chillar, corriéndose el maquillaje con las lágrimas. “Mi vida desapareció, ya no tengo dinero y… y… Kurama me echó a la calle sin un centavo en el bolsillo” él sintió ganas de sonreír, mentalmente agradeciéndole a su ex-cuñado. Él sin duda sabía cómo se hacían las cosas. “Llegó a decir que si me gustaba tanto ser puta, quizás debería hacerlo mi profesión.”

“Y puedo ver que seguiste su concejo” se rio por lo bajo. “Supongo que te ha ido tan bien como cabía de esperar.”

“Yo… creo que aún hay oportunidad de arreglar lo nuestro” ella bajó la cabeza mientras él levantaba la ceja. “Sé que no hemos estado juntos en años… y que no fui la mejor de las esposas, pero… te quiero todavía y… creo que podríamos…”

“¿Intentarlo de nuevo? No, gracias” por primera vez en la noche se sentía realmente bien. “Déjame decirte que, tal y como te dije hace años, lo mejor que pude hacer fue divorciarme de ti. Mi vida va viento en popa desde que estamos separados. Incluso voy a volver a casarme con alguien que sí amo más que a nada.”

“¡¿Qué… qué?!” de repente ella estaba airada. ¿Cómo no se había enterado? Prácticamente el mundo entero sabía que iba a casarse con el rey de los medios. Aunque, a juzgar por su actual estado, Mito no tenía ni para comprarse revistas de chismes. “¡No puedes volver a casarte! ¡Tienes que sacarme de esta!”

“¿Según quién?” él la miró directamente, haciéndola acobardarse. “No te debo nada, querida, tú eres la que me debes la vida que llevabas antes” se levantó. “Hazle un favor a todos y vuelve a la alcantarilla de la que saliste.”

“¡Ey! ¡No me puedes dejar así!”

“Claro que sí, es mi fiesta” le sonrió con muchas ganas. “Mi segunda y última despedida de soltero… ¿Qué no lo sabes? ¡Me caso mañana!” se alejó moviendo la mano. “De todas maneras, fue un gusto ver el estado en el que estás y decirte un par de cosas. Adiós para siempre, perra.”

“Ahhhh… ¡No! ¡Esto no se ha terminado! ¡No puedes dejarme así!” Itama discretamente le hizo una seña a su subordinado para que la sacara a la fuerza, gritando y pataleando. Se recostó sobre la barra, satisfecho. Sin duda su mejor idea.

“¿Tú fuiste quien la trajo aquí, no es cierto?” se sentó frente a él. “Gracias, ha sido el punto culminante de la noche. El sólo ver cómo su cara se deformaba… jajaja” se carcajeó por lo bajo. “En serio, ha sido una de las mejores cosas que he visto”

“Me alegra ser de utilidad” respondió su hermano, sosteniendo una bebida con sombrilla para brindar con él. Una vez terminaron con sus vasos, el menor pidió otra ronda, que prontamente aceptó. Al llegar una tercera él se negó, pero el de cabello bicolor le puso la bebida en la mano a la fuerza. “Vamos, acéptalo. Es tu última noche de soltería… y te casas con alguien que tiene hijos. Más te vale disfrutar todo lo que puedas.”

“Los niños ya son grandes, si queremos salir una que otra noche no se opondrán” de todas formas la tomó. “Sólo por ti”

“Ajá” respondió con un tono que dejaba a las claras que no le creía ni una sola palabra. Esta noche sin duda sería una de las mejores que habían tenido en su vida…

Notas finales:

Ya estamos llegando al final, el proximo capitulo es... ¡la boda! Espero que les haya gustado el capitulo, nos leemos la proxima vez. por cierto, pronto tendré que dejar de escribir por un tiempo, sólo una semana o algo así. Mientras tanto déjenme sus reviews!!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).