Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Encuentros... en el antro de la perdición por Ghost princess Perona

[Reviews - 70]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Y por fin el capítulo que tanto habían esperado... ¡la boda! Espero que les guste. 

“Arriba, arriba, que tenemos una boda a la qué asistir” Raizo gruñó, rodando por la pequeña cama que en ese momento lo contenía. Y nadie lo culparía. Su cabeza dolía como si una bomba hubiera estallado muy cerca de ella y trescientos clarinetes estuvieran tocando una marcha militar; su boca se sentía pastosa, tenía ojeras de un tamaño descomunal y su estómago había decidido bailar una polka. Quiso volver a dormirse, pero una arcada se le vino. Inmediatamente salió corriendo al baño, vomitando violentamente en el retrete. “Así de mal, ¿eh?”

“Cállate” el Uchiha mayor volvió a expulsar hasta la bilis en la pobre taza. “Ya me gustaría verte así de bien si nunca hubieras tomado en tu vida” recostó la cabeza contra la porcelana. “Dios, me estalla la cabeza.”

“Tranquilo, vine preparado” lo ayudó a levantarse para que se enjuagara la boca. “Tómate un café para despertarte, luego te doy la medicina para la resaca. Ya verás que en unas horas vas a sentirte tan bien como si esto nunca hubiera pasado… o mi hermano me matará, porque así no estás en condiciones de ir a la boda.”

“Pagaría por verlo matarte” el arqueólogo se sentó en la mesa, tratando de mantenerse derecho. Era difícil, principalmente porque la luz hacía que su cabeza se sintiera aún peor, más lo soportó como un auténtico guerrero de la guardia del faraón. “No sé cómo me convenciste de lo de ayer, joder, me siento condenadamente fatal.”

“Sí… la primera vez siempre es la más dura” le sirvió una taza de café bien cargado. “Tomate eso, necesitas tener algo de cafeína en tu sistema” puso las píldoras en frente de él. “Sólo una, no más.”

“Ya capté” tomó el café, haciendo muecas de desagrado. Finalmente, la taza estuvo vacía “Dios, qué amargo. Nunca me ha gustado esta cosa”

“Pues es un buen remedio para lo que tienes actualmente” Izuna le tendió un vaso con jugo de naranja. “Voy a despertar a la novia. Si dentro de una hora no he salido de su habitación, es que me ha matado por despertarlo.”

“Chistoso” Raizo dejó caer su cabeza sobre la mesa, todavía sintiéndose fatal. No sabía cómo su sobrino podía estar tan energético a una hora tan temprana… aunque pensándolo bien, él de seguro tenía más experiencia con la bebida que él y Madara juntos, así que no debería sorprenderle. Un gemido lo sacó de su lamento. Al parecer no era el único que se despertaba de malas después de una noche de bebidas.

“Mi cabeza” el rey de los medios se hizo presente, dejándose caer en su silla. No estaba tan mal como Raizo y no había vomitado, pero la cabeza le mataba. “En mi vida vuelvo a combinar licores”

“Sí, como digas” su hermano le tendió una taza de café. Este se la tomó rápidamente, sintiéndose más revitalizado. “Aquí tienes” le puso la píldora en la mano. “Debe ser suficiente para hacer que se vayan los síntomas.”

“Eso espero… por tu bien” gruñó Madara, sobándose la frente. “Mira que emborracharme la noche antes de mi boda. Debería enviarte al infierno por eso.”

“Yo también te quiero” le envió un besito Izuna. “Admite que al menos te divertiste conmigo, es lo menos que puedes hacer.”

“Está bien, está bien. Me divertí, ¿feliz?” el agotado Uchiha se dejó caer también sobre la mesa. “Sobre todo cuando lloraste al final de la Dama y el Vagabundo” esbozó una sonrisa maligna al ver la expresión avergonzada de su hermanito. “Y no creas que se me va a olvidar, señor borracho sentimental” Raizo se levantó un poco, sintiéndose ligeramente mejor. “¿Dónde están los pequeños, por cierto? Anoche estaban…”

“Pues… les llevé el desayuno a la cama y les prendí la tele para que vieran mientras disfrutaban de mis famosos panqueques descongelados” el rey de los medios gruñó, dispuesto a matar a alguien. “Antes de que digas algo fue para que no se vieran expuestos como nosotros al patético cuadro de su padre con resaca.”

“Nosotros no lo veíamos con resaca, estaba borracho todo el tiempo” bostezó, alzando los brazos. “Pero bueno, quizás es mejor así. Tengo un humor de perros” agarró un panecillo de los que había al centro de la mesa. “Izuna, tú que estás mejor llévame al spa. Tengo mucho que hacer y no puedo perder ni un segundo.”

“¿De verdad tienes que hacerte todos esos tratamientos?” preguntó el menor, con una gota de anime cayendo por su nuca. “Ya sé que es tu boda, pero estás exagerando un poco.”

“Exactamente porque es mi boda tengo derecho a exagerar” Madara levantó una mano. “Debo estar perfecto para este día… ¡pasará a la posteridad en mis revistas! ¿Qué pasaría si me tomaran fotos con estas ojeras? ¡Sería un desastre!”

“Genial, ya estamos con eso otra vez” suspiró el abogado con cansancio. “Vístete de una buena vez, para que te alcance el día tienes que llegar lo más temprano posible.”

“¿Crees que no lo sé?” se levantó, metiéndose el panecillo entero en la boca. “Antes de recogerme acuérdate de vestir a los niños y a Raizo” señaló a su tío, que se levantó al escuchar su nombre. “Si no lo vigilamos es capaz de ir vestido de Indiana Jones.”

“No lo permita el cielo” se rio Izuna, cogiendo sus llaves. El día sin duda estaría interesante.

-En la mansión Senju-

“Uffffff, mi cabeza” Hashirama se levantó, dispuesto a ir por una pastilla contra el dolor de cabeza ligero que tenía por haber combinado licores al final de la noche, cuando escuchó a alguien vomitando en el baño. Itama salió entonces de su cuarto, fresco como una lechuga a pesar de haber tomado más que todo el resto juntos, vestido con una bata de seda azul. “Te ves demasiado bien.”

“Gracias por el cumplido” el menor se desperezó. “Me pregunto cuantas veces he hecho esto… me refiero a beber en mis clubes hasta el amanecer. Supongo que mi cuerpo ya se ha acostumbrado a ingerir semejantes dosis de alcohol.”

“O no mezclaste como el resto de nosotros cuando trajeron los shots de tequila.”

“Eso también” otro sonido como de vómitos les llegó desde el baño. “Creo que deberías usar otro lavabo. Tobi-chan está teniendo una reacción adversa a…”

“Está con resaca, eso es todo lo que pasa aquí” suspiró Hashirama. “Sácalo de ahí tan pronto termine y dale algo de medicina. Tiene que quedar perfecto para la boda o cierta personita me va a matar.”

“Aún no casado y ya azotado, jaja”

“Yo no me reiría si fuera tú, sobre todo con lo que pasó en mi primera boda” Itama se estremeció al recordar ESE incidente. En su defensa, había sido todo culpa de Hotaru por ser un adicto al sexo, que se tiró a una de las primas de Mito detrás de una de las cortinas de la carpa, que se cayó, mostrándole a todos una escenita porno que… “Quizás debí darme cuenta de que decir sí era una mala idea.”

“Claro, ver a tu primo teniendo sexo justo cuando vas a dar el sí es definitivamente un mal augurio” se deshizo de esa sensación. “Bueno, al menos esta vez no vas a ver nada así. Ese casanova está finalmente sentando cabeza. Y todo gracias a ti.”

“Jamás pensé que sucedería… aunque si tuviera que agradecerle a alguien sería a Madara. Él puso a su tío extraño en el camino de mi primo adicto al sexo” sonrió para sí mismo. “Se ven bien juntos. Incluso él está feliz de que alguien finalmente saque la nariz de Raizo de los sarcófagos.”

“A saber de qué cosas más” el menor bostezó. “Anda, ve al otro baño y aféitate bien. Hoy tienes que estar más que presentable para tu nuevo esposo. Sobre todo con la luna de miel que les aguarda” se rio por lo bajo. “Se hospedarán en uno de mis hoteles también…”

“¿Qué te dijimos de hacer todo esto internacional?”

“Es mi marca, la regento como quiera” le guiñó el ojo. “¿Qué esperas? Ponte bonito para tu futuro esposo. Yo me encargo de que la maravilla albina se recupere a tiempo para estar presentable en tu boda… y de meter a Hotaru en donde no pueda causar ningún daño, ni a la ceremonia ni a nuestra psique.”

-Más tarde-

“Dime que metiste a los niños en sus trajes” dijo Madara al entrar en el auto. Ya era muy entrada la tarde y el mayor estaba perfecto de pies a cabeza. Izuna tenía que decir que hacían un buen trabajo en ese spa, la piel de su hermano nunca se había visto tan bien y su pelo… ¡prácticamente resplandecía! “¿Trajiste el mío?”

“Claro que sí. Y me aseguré de que los padres de Obito estén en camino y de meter a Raizo en un traje decente. Tenía razón, quería ir de Indiana Jones” negó con la cabeza. “¿Te quieres cambiar de una vez?”

“No, mi manicura todavía está fresca” su hermano lo miró rarito. “Sólo me arreglé un poco las uñas, no las pinté. Las estoy dejando secar” sopló sus manos. “Ahora pisa el acelerador y arranca, tengo que llegar a la casa de Hashirama con todas mis cosas para cambiarme. Espero que ya estén ahí.”

“El tío los llevó en su auto, ya deben estar ahí” respondió, conduciendo por las calles de la ciudad. “Toda la dichosa decoración ya debe estar lista y el banquete cocinándose. Aparte de eso, sólo falta que te cambies.”

“Las cosas parecen estar en su lugar, ¿verdad?” comentó el mayor. “Se están esforzando demasiado”

“Claro, no podemos dejar que la novia se sienta nerviosa el día de la boda” una mirada muy torva le señaló que estaba terreno peligroso. “Tranquilo, tranquilo, no eres una novia, ya lo sé. Es sólo que… tampoco te conviene estar nervioso porque todo esté perfecto. De eso se está encargando tu futura suegra.”

“Ajá… ¿con uno o dos tragos matutinos de jerez?” preguntó el rey de los medios divertido. Los hábitos de Namie Senju desde que su hijo los presentó eran hilarantes.

“No los necesarios, te lo aseguro. Eso lo dejará para después de la boda” condujeron en silencio un rato más. Finalmente llegaron a la mansión, donde Madara tuvo que pasar por la entrada de servicio para no toparse con Hashirama ni con nada relacionado con la boda. Itachi lo esperaba en la habitación asignada para él, ya con su trajecito a medida. Obito también estaba ahí, tratando de tapar su cara. “Vamos, te ves bien”

“Las fotos de la boda no son las que me preocupan” el adolescente señaló, llorando. “¡Esas malditas fotos de mí en vestido siguen circulando por la red! ¡Todo porque esos pequeños demonios se niegan a bajarlas!” señaló a los niños, que se rieron. “¡Y ese maldito de Kakashi se atrevió a decir delante de la clase que me veía bien! ¡Delante de Rin-chan!”

“Ya lo golpeaste hasta mandarlo al hospital por listillo… y de paso te ganaste unos días en detención combinado con tu castigo” él rodó los ojos. “Es un milagro que tus padres te dejen venir aquí después de los problemas que has causado.”

“Han sido ellos y Bakakashi” se empecinó el chico. Madara se encogió de hombros, procediendo a vestirse con cuidado. Una vez estuvo listo se puso delante del espejo de cuerpo entero. Se veía… woow. De verdad que había valido la pena pasar tanto tiempo arreglándose antes de la gran fecha. “¿Y todavía insistes en que no eres una novia?”

“No soy yo el que sale en fotos con vestido” respondió el mayor, colocándose el pin en el bolsillo. Colocó su anillo en su sitio también. “Por cierto, ¿tienes las flores? Nuestra niña de las flores no puede faltar” el adolescente gruñó. “Estaba bromeando.”

“Lo sé” se tapó la cara roja.

“Todos a sus puestos” señaló Raizo, entrando en el cuarto. Su larguísimo cabello negro, incluso más que el de Madara, estaba por una vez arreglado. Su sobrino miró por la ventana, ya estaba oscureciendo. El día en verdad se había ido rápido entre el spa y todo lo demás… aunque ahora sentía los nervios aflorar. “Estarás bien” le susurró el arqueólogo, sujetándolo. “Lo harás de maravilla.”

“¿De verdad estoy haciendo lo correcto?” preguntó el Uchiha, temblando un poco. “Quiero a ese hombre, más de lo que querré a nadie en el mundo… exceptuando a mis hijos, pero… pero sé que…”

“Shhhh, que no te dé miedo” le susurró. “Estás haciendo lo correcto. Tú mismo has dicho que amas a ese idiota. Si de verdad lo amas tanto y lo que veo en sus ojos es cierto también, entonces van a seguir juntos.”

“¿Y si no lo es?”

“Digamos que soy un buen juez de carácter” le apretó las manos. “Lo van a hacer muy bien. El matrimonio es cosa de dos y los dos están comprometidos. Lo van a hacer muy bien”

“Habla alguien que nunca se ha casado”

“No, habla alguien que ha visto suficientes matrimonios disfuncionales para saber la diferencia” el menor levantó la vista un poco. “Escucha, mitad de nuestra familia se ha casado ebria y la otra mitad drogada. Que te estés casando en tus cabales es una novedad.” Admitió “Y lo estás haciendo porque lo amas, no porque es tu proveedor. Créeme, estás haciéndolo bien. Va a funcionar”

“Gracias”

“De nada” lo tomó del brazo. “Ahora vamos, tienes que casarte” Madara asintió, respirando hondo. Sus nervios no podían arruinar esto, no ahora. Pronto empezó la música a todo volumen, señalando el inicio de la marcha nupcial. Ambos avanzaron por el pasillo y el menor tuvo que admitirlo, la carpa blanca decorada con flores era preciosa. Y el hombre que lo esperaba al fondo de ella combinaba perfectamente con la decoración. “Tranquilo”

“Lo estoy” Raizo puso su mano en la del Senju, que la recibió encantado. Su sonrisa brillaba como una supernova, poniendo su corazón a mil. Estaba tan feliz que ni siquiera escuchó la ceremonia hasta que se firmó el acta y Sasuke, vestido de muñequito, les alcanzó las alianzas. Se las colocaron el uno al otro, perdiéndose en los ojos del otro. Al final se besaron frente a todos. Se sentía tan bien…

“Felicidades” Hotaru fue uno de los primeros que se acercó a felicitarlos. Realmente hacían una bonita pareja, tan juntos. “Espero que tengan una bonita vida”

“Sí… gracias por no arruinar esta ceremonia” Hashirama le dio una mirada increíblemente torva. El Uchiha a su costado movió la cabeza entre los dos sin comprender. “La última vez no sabía si matarte o… matarte era la única opción, la verdad. Además te consideré un mal augurio desde el principio”

“Definitivamente un pésimo augurio, te casaste con una puta”

“Me alegra que ahora te comportaras” se acercó un poco más. “Y espero que sigas haciéndolo hasta que termine la boda.”

“No prometo nada” le dio una sonrisa ladina antes de dar paso a la segunda persona. Namie estaba ya un poco intoxicada, pero su marido la guio diligentemente hacia su hijo, donde ella se le tiró encima borboteando cosas como que si estaba seguro o que no podrían tener hijos. Hashirama sólo le dio unas palmaditas en la espalda antes de devolvérsela a su padre, que le dio un apretón de manos.

“¿Me van a dar ese tiempo extra en el aire ahora que somos familia oficial?” preguntó Butsuma con suma desfachatez, haciendo que el Uchiha le dedicara una mirada incrédula. “Vamos, soy tu suegro, sabes que puedo hacerte la vida imposible.”

“Es prácticamente su trabajo” rodó los ojos Madara. En verdad, esto era… “Los negocios se separan de la familia, ese es mi lema.”

“Tenía que intentarlo” se acercó a su hijo, susurrándole al oído con su esposa aún colgando de un brazo. “Convéncelo, tú sabes cómo. Déjalo satisfecho”

“No abuses” Hashirama le dijo. Ni en un millón de años utilizaría las conversaciones sobre la almohada con su esposo para convencerlo de ayudar a su padre… aunque bien podía hacerlo. Como antes había mencionado, Madara solía ser muy receptivo a propuestas de negocio cuando estaba en la niebla post-coital.

“Durante estos días no quiero oír nada relacionado con los negocios” declaró el pelinegro, moviendo una mano. “Sólo él y yo en donde sea que me vaya a llevar”

“Te va a encantar lo que voy a enseñarle” el moreno sonrió. Su esposo lo miró con un poco de curiosidad. ¿Cuál sería el misterioso lugar? En serio, ni siquiera le habían dejado montar su maleta, Raizo ya la tenía lista para él un día cuando llegó al apartamento, lo que lo enfureció. Humm, al menos su tío había tenido la decencia e admitir que Hotaru y uno de los hermanos de Hashirama lo habían ayudado a montarla. “¿No podías al menos darme una pista?”

“Nope” respondió por lo bajo el Senju, mientras despedía a sus padres. Namie se fue directamente a la mesa de la champaña a pesar de que sin duda le haría un horrible daño a su hígado. “Quiero que sea una sorpresa.”

“¿Tengo que preocuparme por lo que haya puesto tu hermano el pervertido dentro de mi maleta?” levantó una ceja, haciendo estremecerse a su nuevo marido. Estaba seguro que su hermanito se había asegurado de escoger toda la ropa interior del maletín de su amor, incluidas prendas que sólo se utilizarían dentro de su hotel… lo que significaba que pasaría su luna de miel con una erección casi permanente.

“Oh, sí” Itama apareció en ese momento, colándose delante de Kawarama. “He hecho personalmente la selección de la ropa que vas a usar en ese viaje. Debo decir que es una de las mejores que he montado. La tela es exquisita…”

“No quiero saber más” señaló Madara sonrojado cuando la información se le hizo excesiva. Hashirama también estaba mudo, pero le hubiera gustado que siguiera hablando… o mejor no, porque si lo hacía hubiera tenido que explicarles a los invitados el bulto en sus pantalones por imaginar la ropa en su esposo. “Definitivamente debí elegirla yo.”

“¿Tú? No te ofendas, pero tus elecciones no serían adecuadas para una luna de miel. Sólo tienes que fijarte en los que compraste para esta ocasión” el pelinegro se puso completamente rojo. “¿Tan largos para una noche de bodas? Felizmente van a pasar la noche en un avión, porque si no sería mata pasiones.”

“¿Desde cuando tú tienes algo que decir sobre mi ropa interior?”

“Desde que la vi” se despidió con una movida de mano tras esas palabras. A continuación vinieron Tobirama e Izuna, que abrazaron a sus hermanos. Ambos se fueron tomados de las manos. Esos dos últimamente pasaban demasiado tiempo juntos…

“Amor joven, qué bonito” comentó Raizo, acercándose al fin. “Hacen tan bonita pareja como ustedes dos. Felicidades, chicos” abrazó a su sobrino. “Ha estado todo realmente bonito. Me recuerda la boda de… esperen, no me recuerda a ninguna” le guiñó el ojo a Madara. “Y eso es lo mejor de todo, que sea única” aseguró. “Por cierto, Hotaru me pidió que me disculpe por la ausencia de Nobunaga por él. Dice que está demasiado ocupado persiguiendo a cierta personita…”

“Ya me lo imagino” Hashirama le sonrió. Los de su familia sin duda tenían algo por los Uchiha. Siguieron más saludos… y cuando finalmente pudieron estar solos, el moreno tomó su mano. “¿Te ha gustado la boda?”

“Ha sido única” admitió el pelinegro. “Me ha encantado”

Notas finales:

Espero que les haya gustado. La próxima será la luna de miel, con una sorpresita que creo que a todos los encantará. Traten de adivinar qué es... kukuku. ¡Review!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).