Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

24. El viaje de Yoseob (20) por dayanstyle

[Reviews - 27]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

hellooooo

Doo Joon pensaba en las palabras de Yoseob mientras caminaba por el patio de JongIn. Cuando sintió a su pareja acobardarse detrás de él, los instintos protectores de Doo Joon se levantaron y supo que tenía que sacar a Yoseob del lugar y averiguar lo que sucedía.

Su primo Seung Jin había sido siempre un buscador de problemas. Era bien sabido que Seung Jin iniciaba la mitad de esos problemas. Le creyó a Yoseob cuando le dijo que Seung Jin estaba con su ex. Doo Joon al principio pensó que quizás su primo y Yoseob habían sido amantes y que por eso Yoseob se escondía de él.

Le enojó pensar que su primo hubiera dormido con su pareja, incluso aunque fuera antes de que Doo Joon supiera que Yoseob existía. Él no lo compartía con nadie. No pasaba amantes y definitivamente no a su pareja.

 

Fue un gran alivio para Doo Joon el saber que no lo había sido.

 

Iba a tener una gran conversación con su primo cuando regresara a la tienda de motocicletas. Había visto el reconocimiento en la mirada de Seung Jin cuando vio a Yoseob. Si él le decía algo a ese tipo Hyeong Kon, Doo Joon iba a patearle el trasero hasta el domingo. Familia o no.

Se había asegurado de que Seung Jin hubiera tenido mucho trabajo antes de salir. No quería a nadie cerca de Yoseob. Su pareja le había prometido no acercarse a la tienda de motocicletas y le dijo que se quedaría con Zelo.

 

A Doo Joon no le gustaba eso, quería a Yoseob con él pero su pareja había insistido que Zelo necesitaba ayuda para tener listo el Centro para su inauguración.

—Estoy pensando en construir seis cottages —dijo JongIn mientras caminaba por la  propiedad.

—Hay mucho lugar para lo que pides. No veo ningún problema en construirlos —dijo Doo Joon. Su mente no estaba totalmente en la conversación. Quería regresar al pueblo y revisar a Yoseob.

—Mi familia está creciendo y algunos quieren su casa propia. Me siento mejor sabiendo que están cerca —JongIn explicó.

—Puedo entender eso. Los shifters tienden a permanecer juntos.

JongIn asintió. —Mataría a cualquiera que incluso intente lastimar a alguno de ellos. No es sólo mi trabajo al encargarme de la manada, sino que realmente me importan todos y cada uno de ellos. Quiero que los cottages tengan la sensación de hogar. Algo que mi manada pueda disfrutar por muchos años.

—Sólo tienes que dibujar los planos y nos aseguraremos de agregar los toques —dijo Doo Joon mientras caminaban de regreso a la casa.

—Me alegra haberte contratado. Me gusta tu visión. Doo Joon se rio. —Gracias.

JongIn se detuvo antes  de llegar a la puerta trasera.

-¿Cómo está tu familia?

 

Doo Joon se encogió de hombros. —Ellos están bien. Disfrutan ser granjeros. Aunque la mitad del tiempo quisiera estrangular a algunos de ellos.

 

JongIn se carcajeó. —Sé cómo se siente. Vivir con muy diferentes personalidades tiene sus momentos.

—Ahora que hablamos de parientes. Mi primo Seung Jin está trabajando en esos proyectos conmigo. Él tiene reputación de iniciar problemas, pero me aseguraré de mantenerlo fuera de los problemas.

JongIn le sonrió diabólicamente. —Si no, siempre puedes dejárselo a tus hermanos. Ellos se ven como que pueden enderezar a cualquiera.

—Lo deseo. Hemos tratado de hacerlo madurar durante años. Es difícil mantener un ojo en él cuando vive aparte. Renta un departamento mientras trabaja aquí, pero no viene a casa, no importa lo mucho que tratemos de convencerlo. Demasiado mal que sus padres hayan muerto. Su Pa no lo hubiera dejado comportarse de esa manera.

JongIn caminó hacia la puerta trasera y se sentó en una de las mesas de picnic. —Sé que han estado aquí desde hace pocos años pero me alegra que estén aquí. No le he dicho a nadie excepto a mi Beta y a mi comandante. Quiero que se sientan en casa. Tu papá me pidió que mantuviera su estatus de shifter en secreto.

—Estamos haciendo un buen trabajo mezclándonos, pero creo que Seung Jin podría causar problemas. Normalmente no digo nada acerca de mi familia, pero tú has sido muy amable con nosotros. —Durante siglos se habían mantenido en secreto los diferentes tipos de shifter del mundo. Ahora el conocer diferentes manadas, siempre asombraba a Doo Joon. Aun se sentía extraño estar al lado de un lobo Timber. Ellos se habían mudado de la comunidad de osos cuando su madre murió, su padre quería escapar de los recuerdos.

 

—No te preocupes demasiado por tu primo. Tenemos toda una comunidad que mantendrá un ojo en tu primo.

—Le patearé el trasero si él comienza con alguna mierda.

—Doo Joon sacudió la cabeza—. No entiendo cómo alguien tan  irresponsable pueda llevar el nombre de nuestra familia.

JongIn se puso serio. —Sabes que mi manada es también tu familia y pueden protegerte a ti y a tu pareja. Puede que no seas un lobo Timber, pero te respaldaremos.

—Aprecio eso. —Las manadas eran importantes en el mundo  de  los shifter.

Ayudan a proteger al shifter y su pareja. Doo Joon tenía a su familia y a Seung Jin, pero tenía la sensación de que Seung Jin no sería de mucha ayuda. Sus hermanos podrían matar a cualquiera que se acercara a Yoseob, de eso no tenía duda. Pero Seung Jin era un instigador, y un iniciador de mierda. La mitad de las veces Doo Joon quería alejarse y dejar a su primo en el problema en el que se había metido. Pero era de la familia. Es por eso que le había dado trabajo.

Doo Joon sólo esperaba no haber cometido un gran error.

 

—Sólo recuerda que tienes shifters alrededor que pueden ayudarte si lo necesitas. —JongIn se puso de pie y se estiró—. Tengo que ir a la manada del Este. Mi hija necesita ver a su madre.

—¿Tu  hija?  Pensé  que  todos  en  la  manada  eran gay

-Doo Joon se puso de pie y miró fijamente al Alfa.

—Lo somos. Es una larga historia. Ella nos adoptó a mi pareja Luhan y a mi como sus padres, aunque su hermano y la pareja de éste viven aquí. Su mamá tuvo un accidente automovilístico hace siete años, pero incluso con la terapia ella no se ha recuperado completamente. No creen que Yoona lo haga. Ella me preguntó si podía Nana vivir aquí. ¿Cómo le podría haber dicho que no? La pequeña malcriada me tiene a mí y a la manada completa girando alrededor de su meñique.

Doo Joon le sonrió al Alfa. Aunque la mayoría de los shifters deseaban cachorros, él no era uno de ellos. Él prefería malcriar a su pareja.

El que JongIn le hubiera ofrecido la manada, significaba mucho para Doo Joon. Se sentía mejor sabiendo que había una comunidad respaldando a los Moon. —Hablando de la malcriada. —JongIn se rio cuando una pequeña muñeca de cabello café salió por la puerta de la cocina. JongIn se inclinó y Nana saltó a su espalda—. ¿Estás lista para ir a ver a tu mamá?

Nana asintió. —Luhan está esperando en la camioneta.

 

—Llámame si tienes cualquier pregunta. —JongIn se giró hacia Doo Joon—. Y si tienes algún problema también.

—Soy Nana —la chica extendió la mano—. Creo que con la edad, mi padre está olvidando sus modales.

—Doo Joon. —Se rio y estrechó la pequeña mano.

—Te daré ‘tu edad’. —JongIn bufó y caminó hacia un lado de la casa. Doo Joon lo siguió mientras se dirigían a la entrada.

—Avísame cuando tengas los planos. Traeré a la gente para que comiencen. —Doo Joon se despidió de JongIn y Nana mientras subía a su camioneta. Vio a Nana bajar de la espalda de JongIn y subir al asiento trasero. El Alfa se inclinó por la ventanilla del asiento del pasajero y besó a su pareja antes de caminar hacia el lado del conductor.

Doo Joon se moría por estar de regreso con Yoseob. Quería decirle que eran pareja y reclamarlo. Yoseob merecía ser amado. Era tan pequeño, con impactantes ojos verdes. Brillante cabello rubio que caía por su cuello, su cara se iluminaba cada vez que veía a Doo Joon.

Su pene estaba duro cada vez que estaba alrededor del pequeño diablillo. Pensó que iba a lanzar a Yoseob en el asiento trasero esta mañana cuando olió la excitación de su pareja dentro de la camioneta. Le tomó todo lo que tenía mantener sus manos en el volante.

JongIn le había advertido a él y a su familia sobre los lobos y vampiros rebeldes. Doo Joon sabía sobre los vampiros. El aquelarre de Jaehyo estaba cerca, en la ciudad. Seung Jin había tenido algunos encuentros con los vampiros. Doo Joon juraba que su primo tenía que desear morir. Encendió el aire acondicionado y regresó al pueblo. Se suponía que sería un día caliente hoy.

Doo Joon se preguntaba cómo le había ido a Yoseob en su cita con el consejero. No le gustaba el hecho de que su pareja confiara en alguien más, pero él no era un profesional para ayudar a Yoseob a darle sentido a lo que le había sucedido. Él deseaba ir a la ciudad y golpear a Hyeong Kon. Mostrarle al hombre lo que se siente estar indefenso.

Doo Joon estacionó la camioneta enfrente de la tienda de motocicletas y apagó el motor. Decidió ir a comprar comida para Yoseob y él. Su pareja terminaría con su cita pronto. Doo Joon no estaba seguro de lo que le gustaría comer a su pareja.

Cruzó la calle y entró al restaurante, deteniéndose a disfrutar el aire acondicionado. Estaba medio lleno de clientes comiendo y charlando. Doo Joon llegó junto al mostrador y tomó asiento.

—Hey, Ren. —Le sonrió al hombre detrás del mostrador trabajando en la máquina de las malteadas.

—Hola, Doo Joon. —Le sonrió mientras hacía una malteada de vainilla.

 

Ren le dio la bebida al mesero Donghae, que tenía un tatuaje de flamas alrededor del cuello, antes de regresar con Doo Joon.

—¿Qué puedo ofrecerte?

 

Doo Joon siempre se sorprendía de la femenina belleza de Ren. Lo único era que Ren era hombre. —Quiero dos especiales de la comida para llevar.

—Roger that. —Ren le sonrió y caminó hacia la ventana para darle la orden de Doo Joon al cocinero. Ren nunca escribía   nada. El hombre tenía una memoria asombrosa.

—¿Dónde está Baekho? —Doo Joon preguntó aceptando el vaso de té helado que Ren le daba.

—Él y Jae Suk están en la oficina ordenando más comida.

 

El cocinero, Rasa, entregó su comida y la de Yoseob en contenedores de hielo seco. —Dos órdenes para llevar —dijo, colocándolos en el mostrador—. ¿Cómo te cuelga, Doo Joon? —el vaquero preguntó apoyándose en el mostrador.

—Flácido y a la izquierda. —Se rio.

—Se oye personal —le sonrió—. Veo que ordenaste dos comidas ¿Quién es el afortunado?

Doo Joon sacó la billetera y pagó lo que había ordenado.

r13;Alguien especial. —Agradeció a Rasa y Ren y salió del restaurante. Era un hermoso y soleado día. El calor había aumentado desde la mañana. Doo Joon se limpió el sudor con el dorso de la mano y se dirigió al Centro de Ayuda.

 

 El clima central aun no estaba instalado, pero era unos grados más fresco ahí adentro. —¿Yoseob ya regresó? —Doo Joon le preguntó a Zelo mientras dejaba los contenedores de las dos comidas sobre el escritorio.

—SeungRi llamó y dijo que Yoseob estaba listo para que fueran por él. Tu primo estaba aquí y se ofreció a ir por él —Zelo dijo mientras acomodaba los folletos con la información en unos contenedores en una mesa junto a una larga ventana.

«¡Joder!»

 

Después de lo que sucedió esta mañana, no quería a Seung Jin cerca de Yoseob. Doo Joon rápidamente salió del Centro se dirigió a su camioneta, molesto más allá de las palabras de que su primo estuviera cerca de Yoseob.

Subió a la camioneta y se dirigió al Centro Recreativo que estaba en los límites del pueblo. Doo Joon gruñó cuando vio a Yoseob en el estacionamiento, apartándose de Seung Jin y sacudiendo la cabeza.

Doo Joon frenó y salió corriendo hacia su primo. —¿Qué jodidos haces aquí? —demandó.

Seung Jin se giró y le sonrió a Doo Joon. Conocía esa maldita sonrisa y nunca iba a algo que quisiera oír. —Sólo estoy tratando de llevar a Yoseob de regreso al Centro de Ayuda.

Doo Joon miró a su pareja. Yoseob se veía asustado como el infierno y listo para huir. Trataría con Seung Jin después. —Ven, Yoseob, te llevaré de regreso.

Yoseob cruzó el estacionamiento. Sus pies se movían rápidamente mientras alcanzaba la camioneta de Doo Joon  y subía en el asiento del pasajero.

Doo Joon se giró hacia su primo, sus labios se retrajeron cuando le gruñó. —Quédate con una jodida lejos de él.

 

La mirada de  Seung Jin, era plana, fría y sin emociones.

-¿Por qué? Se entregó libremente a mí antes. Lo conocí en la ciudad. Hyeong Kon solía compartir a Yoseob. Él no se quejó en ese tiempo. No sé por qué  está actuando tan delica…

Doo Joon cerró su mano alrededor del cuello de Seung Jin, impidiendo que su primo dijera algo más. —No sé qué jodidos sucedió antes. Quédate un infierno lejos de él. ¿Está claro?

Seung Jin asintió y entrecerró los ojos hacia Doo Joon, cuando la mano de su primo dejó su garganta. —¿Qué infiernos te sucede, soy tu jodida familia y eliges a un puto sobre mi?

Doo Joon se alejó de Seung Jin antes de realmente   matarlo.

-Cuida tu boca —señaló al hombre antes de caminar de regreso a la camioneta—, u olvidaré el parentesco y te mataré.

Doo Joon cerró la puerta de la camioneta de golpe saliendo del centro recreativo tratando de calmarse. No había manera de que Yoseob hubiera dormido con Sung Jin ¿La habría? Desgarraba su corazón el pensar en Yoseob acostado bajo su primo. La imagen lo enfermaba.

Doo Joon salió de la autopista y tomó la calle principal del pueblo dirigiéndose de regreso al Centro de Ayuda. Le carcomía lo que Seung Jin dijo. Honestamente, Doo Joon realmente no conocía a Yoseob lo suficientemente bien.

¿Podría ser cierto?

 

—Gracias por venir por mí. —Yoseob se movía preocupado, sus manos sobre el regazo. Doo Joon podía sentir la tensión de Yoseob al verlo.

—¿Tu y Seung Jin durmieron juntos? —gruñó las palabras entre los dientes.

—¡No! —Yoseob levantó las manos hacia Doo Joon—. Nunca dormí con él. Lo juro.

 

Doo Joon podía oír el miedo y las lágrimas en la voz de Yoseob. ¿Estaría actuando? Doo Joon no estaba seguro de qué creer. Decidió confiar en su pareja. Yoseob lo era. Después de todo él era el hombre con quien pasaría el resto de su vida. Esperaba que Yoseob no fuera a serle infiel. Podría matarlo si lo hiciera.

Doo Joon soltó una fuerte respiración. —Lo siento. Seung Jin dijo que ustedes durmieron juntos y eso hizo que perdiera la cabeza.

—¿Por qué? Creo que nosotros somos sólo amigos. ¿Por qué eso te molesta? Eso no es cierto, pero no entiendo por qué te importa tanto. —Yoseob se deslizaba en el asiento, viéndose para todo el mundo, derrotado.

¿Cómo se le decía a un humano que eran pareja sin que se oyera que necesitaba un cuarto acolchado? —Puedo explicártelo cuando estemos en casa. Necesito más de cinco minutos —dijo Doo Joon llegando al frente del Centro de Ayuda. Quería matar a Seung Jin por meter dudas en su cabeza acerca de Yoseob. Una mirada a la belleza de cabello rubio le decía que Yoseob no era vulgar. Claro que él había estado en un pequeño lío con su ex novio, pero eso no lo hacía un puto.

La palabra se repitió en su cerebro haciendo que se enojara de nuevo.

¿Por qué Seung Jin no podía madurar?

 

—Gracias por traerme. —Yoseob abrió la puerta. Doo Joon se desabrochó el cinturón de seguridad y se inclinó contra la consola del centro evitando que Yoseob saliera.

—Espera. —Curvó sus dedos suavemente en los brazos de Yoseob—. ¿Nosotros estamos bien?

 

Yoseob giró sus hermosos ojos verdes hacia Doo Joon, anhelo se reflejaba en la profunda mirada. —Estoy confundido como el infierno. No sé qué pensar ahora.

Doo Joon podía entender eso. Debería de ser aterrador como el infierno huir de un abusador y estar ahora con gente que ni siquiera conocía. Ahora él le estaba pidiendo a Yoseob que tratara con su confesión sin ninguna explicación. Doo Joon no quería iniciar su relación con tensión entre ellos.

—No te pregunté. ¿Cómo te fue en tu cita?

 

Yoseob se recargó lentamente, su cara cambió de vacilación a una sonrisa. El pene de Doo Joon se elevó con la bella vista.

—Mejor de lo que esperaba, creía que vería manchas de tinta o algo así. SeungRi me agrada.

Doo Joon se rio. —Es sólo un consejero. Dejan las manchas de tinta para los realmente locos. —Podía ver que Yoseob se relajó—. ¿Ayudó?

 

—¿El consejero? Sí, creo que lo hizo. Aunque Hyeong Kon sólo me golpeó dos veces, yo… —Yoseob abrió más los ojos, curvó los labios hacia adentro y miró por la ventana de la camioneta.

—Puedes hablar conmigo, Yoseob. Te prometo no contar nada y no juzgarte. —Quería jalar a Yoseob a su regazo y confortarlo, pero sabía que justo ahora Yoseob no lo aceptaría.

Yoseob se mordió el labio inferior y vio a su asiento. —Me agradas Doo Joon. Pero ya me quemé una vez.

Doo Joon podía entender totalmente lo que Yoseob decía.

 

—Sólo  recuerda  que  la  oferta  siempre  estará  abierta.

-Palmeó el brazo de Yoseob—. Vamos, compré comida para nosotros.

 

Yoseob salió de la camioneta, cerró la puerta y se encontró con Doo Joon del otro lado. —No puedo aceptarlo. No tengo dinero para pagártelo. —Yoseob bajó la cabeza, metió las manos en los bolsillos y pateó la banqueta con la punta de sus zapatos.

Doo Joon jaló el brazo de Yoseob hasta que su pareja sacó la mano de los bolsillos. Tomó la mano de Yoseob y lo jaló hacia el Centro de Ayuda. —No quiero que hablemos de dinero. Si yo te compro algo es porque quiero y no porque busco que me lo pagues. Ahora espera aquí.

—No siento correcto dejar que hagas cosas por mi -Yoseob gruñó mientras Doo Joon entraba al Centro de Ayuda y tomaba los contenedores con comida.

—¿Está  Yoseob contigo? —Zelo preguntó.

 

—Sí, iremos al gazebo a comer. —Doo Joon cerró la puerta detrás de él y vio que Yoseob seguía en donde lo había dejado. Levantó la bolsa de plástico—. ¿Hambriento?

—Muriéndome de hambre —dijo Yoseob, frotando su plano abdomen.

Doo Joon se rio y señaló el gazebo. —Vamos a comer.

 

Tomó de nuevo la mano de Yoseob mientras caminaban al parque. La humedad era elebada pero había una agradable brisa que ayudaba.

Doo Joon dejó la bolsa en la banca y sacó los contenedores.

—No estaba seguro de qué comes, así que pedí dos especiales. Creo que son hamburguesas y papas fritas. —Doo Joon maldijo cuando se dio cuenta que no tenía ninguna bebida—. Voy corriendo al restaurante por algunos refrescos. ¿Qué te gustaría?

 

Yoseob se sentó en la banca viendo la comida con hambre. —Lo que sea está bien.

Doo Joon cruzó la calle corriendo, trabajando rápido en conseguir  las  bebidas  antes  de  unirse  a  Yoseob  de nuevo.

-¿Coca cola, está bien?

 

—Si. —Yoseob levantó la mano, Doo Joon le dio la bebida y una pajilla. Yoseob había acomodado todo, incluso había abierto los paquetes de kétchup y le dio a Doo Joon una gran pila de kétchup para sus papas fritas.

—Gracias. —Señaló con la cabeza la comida y tomó asiento en la banca de madera. Tomó un trago de refresco viendo a su pareja detenidamente.

—Gracias por comprarla. —Yoseob levantó su hamburguesa y se sentó en el suelo del gazebo. Cruzó las piernas, dejando el contenedor de comida en el suelo a su lado. Doo Joon también se deslizó al suelo y colocó la pajilla en su refresco.

—¿Quieres decirme por qué te importa tanto? —Yoseob le preguntó antes de darle una mordida a su hamburguesa.

Doo Joon no estaba listo para esa conversación, masticó su comida tratando de pensar cómo salir de esa conversación hasta poder encontrar una suave manera de decirle a Yoseob que ellos eran pareja. Doo Joon vio hacia los árboles cómo la brisa hacía danzar las hojas mientras pensaba en su siguiente movimiento.

—Somos pareja. —Doo Joon movió su vaso en círculo escuchando el hielo y la bebida chocar mientras veía de los árboles a las botas.

—No estoy seguro de entenderte. —Yoseob bajó su hamburguesa.

 

Doo Joon no estaba seguro de cómo continuar. La expresión de su pareja le hacían querer reírse, pero eso era serio y necesitaba mantener la risa en la bahía por ahora. —En el mundo de los shifter, como en la vida salvaje, tenemos una pareja elegida por el destino. Tú eres mi pareja.

Los verdes ojos de Yoseob veían a Doo Joon de arriba abajo.

—¿Cómo sé que no tratas de meterte en mis pantalones, con ese comentario?

Doo Joon sintió sus garras salir por la ira que sintió ante esa pregunta. ¿Sabría su pareja lo serio que era para los shifters emparejarse?

Está bien, quizás no, pero eso aun así le molestaba. Yoseob vio las garras en la mano de Doo Joon durante un momento. La piel bajo sus ojos comenzó a temblar y sus ojos rodaron hacia atrás cuando cayó al suelo.

Doo Joon veía incrédulo a su pareja. ¿Realmente se había desmayado? Se arrodilló al lado de Yoseob. —¿Yoseob? —palmeó la mejilla de Yoseob varias veces esperando ver esos hermosos ojos verdes cuando despertara.

Doo Joon comenzó a preocuparse cuando Yoseob seguía sin moverse. Quizás el mostrar sus garras fue demasiado, pero su carácter repentinamente lo sobrepasó con la desconfianza de Yoseob.

—Yoseob. —Doo Joon levantó a su pareja del suelo y lo sostuvo en su regazo. El ver que respiraba fue un alivio, los párpados de Yoseob comenzaron a moverse.

—Vamos, tigre. Vamos, regresa conmigo. —Doo Joon pasó el nudillo de su dedo índice por un lado de la cara de Yoseob—. Muéstrame esos hermosos ojos verdes.

 

—¿Qué sucedió? —Yoseob lo veía confundido. Su pareja se veía adorable. Doo Joon acunó la cara de Yoseob sonriéndole.

—Te desmayaste.

 

—¿Por qué?

 

—¿Demasiado kétchup en tus papas fritas?

 

Las cejas de Yoseob se juntaron y se lamió los labios. Doo Joon gruñó ante el acto. Ahora no era el momento de tener fantasías sexuales de dónde le gustaría que Yoseob lamiera.

—No. —Sacudió la cabeza—. Tus… tus manos   crecieron.

No. —Yoseob se frotó los ojos—. Fueron  tus  uñas.

 

Doo Joon movió sus brazos a un lado mientras Yoseob apoyó sus manos en el pecho de Doo Joon y se levantó. —¿Somos pareja?

Doo Joon sabía que debió de esperar a llegar a casa para explicarlo.

Esa iba a ser una larga tarde.

 

 continuara...


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).