Capitulo 5
Viaje…
Si hay un Goliat frente a ti, significa que hay un David dentro de ti…
La emoción había embargado casi por completo al oji amatista después de todo volvería a su hermoso Egipto la tierra que hace milenios lo vio nacer. Y casi sin darse cuenta la semana ya había transcurrido, todos estaban en el aeropuerto listos para visitar la tierra de las pirámides, a pesar de el ultimo sueño tenido por el ex gobernante estaba sereno y seguía escribiendo lo respectivo a algunas ilustraciones que habían aparecido en su cabeza durante la noche anterior.
Su vuelo duraría toda la noche por lo cual debían estar preparados y al apenas abordar cada quien se decidió a con quien compartirían el largo viaje de aproximadamente dieciocho horas hacia el caluroso Egipto.
El primero en tomar su lugar fue Ryou el cual iría a ver a su insoportable yami pero aún así y de forma un poco rara apreciado. Ya que su vida no había sido la misma desde que hace unos meses los hermanos Ishtar le habían ofrecido trabajó después de todo quien mejor para la exploración de tumbas que un ladrón de estas de hace cinco mil años. El siguiente en tomar asiento fue cierto niño de los dados el cual tomo el lugar dos asientos tras de el albino siendo acompañado por su rival de amor a pesar de ser ciertamente muy parecidos, aún lado junto a cierta castaña que nunca podía faltar estaba la hermana menor de Joey sentada junto a la ventana y por último estaban en el área central donde había una pequeña mesa, el pequeño Rey de los Duelos junto a su inseparable amigo rubio y frente a ellos el antiguo faraón.
El viaje como era de esperar fue largo y un poco cansado perola emoción podía más y en varios, que ya no podían esperar a por tener aquellas enormes construcciones a su alcance…
Esa noche no fue muy distinta a otras para el ex gobernante, siendo que mientras todos dormían el antiguo poseedor del rompecabezas del milenio aprovecho para escribir y redactar algunas cosas relacionadas a sus enigmáticas pesadillas, está vez había hecho un pequeño boceto de una extraña sala la cual parecía ser una sala del trono por la enorme silla en el centro, no era la primer ilustración que salía de su cabeza. Sin embargo tampoco entendía que significaban o aquel sentimiento, pero creía que todo eso le ayudaría en algún momento, cuando por fin estuvo satisfecho con lo logrado sonrió y volteo a la pequeña ventana donde se veía como las nubes en un casi mágico momento cambiaban de un fúnebre tono obscuro, a radiantes y hermosos colores antes de permanecer en un color blanco. Sonrió para si de forma distraída y se levantó por unos minutos ya que estaba entumido por haber permanecido mucho tiempo en la misma posición mientras se estiraba.
Pero un fuerte ruido lo saco de su ensoñación y a lo primero que atino fue a voltear hacia esa dirección, sin darse cuenta que no guardo nada más que aquella pluma que había usado anteriormente… por otra parte al voltear primero observo a sus amigos los cuales comenzaban a despertar por el alboroto y a un castaño refunfuñando, por la forma poco convencional de Deblin para despertarlo a pesar de que esté seguía profundamente dormido… luego un débil gemido le recordó que no está solo enfrente de el se encontraban Joey y Yuugi, el segundo enderezándose ya que en medio de la noche había terminado usando a su amigo de almohada y por último estaban Tea y Serenity en el asiento tras el las cuales también habían abierto los ojos,
-Buenos días Yami- hablo el menor estirando su cuerpo, antes de restregar un poco su rostro para terminar de despertar…
-Buen día- hablo está vez la chica, volteando hacia donde se encontraban sus amigos -Yuugi, Yami- menciono sonriendo un poco hacia los chicos. Antes de oír varias maldiciones del otro lado del avión solo para encontrar a Tristán con el ceño fruncido, mencionando algo de /Tan rico que estaba durmiendo/ entonces miro al faraón que acababa de tomar asiento de nuevo y luego volteo a su lado donde la peli naranja estaba estirándose de forma perezosa, antes de poder mantener abiertos los ojos.
-Buen día chicos,- menciono a los despiertos mientras escuchaban una que otra incoherencia por parte del rubio que permanencia dormido -en unas horas por fin llegaremos a Egipto,- agrego con una sonrisa de medio lado volteando de nuevo a la ventana.
-¿Y ese cuaderno Yami?- pregunto el oji morado intentarlo ojearlo, sin embargo el mayor se lo quito de inmediato y lo guardo en la mochila deportiva que tenía bajo la mesa que formaba parte de la estancia.
-No…no es nada Yuugi- le aseguro intentando sonreír con nerviosismo por su pronta reacción y al mismo tiempo brusca sin mencionar grosera.
-No creí que llevarás un diario… ¡es eso verdad!- aseguro la castaña tras el con una sonrisa que parecía decir /Te descubrí/ lo cual solo aumento el nerviosismo del oji amatista antes de oír un grito referente a una pizza grande de peperoni proveniente de Wheleer, el cual sin saberlo había salvado al ex gobernante. Siendo la primer risa que se escuchó la de su propia hermanita y sin esperar fue seguida por los demás que ya habían despertado. Mientras tanto cierto albino se encontraba mirando la ventana y esperando encontrarse con su contraparte, rezando por que no haya dado más problemas de los necesarios. Después de aquello y el despertar de ambos dormilones el cual comenzó con una pelea campal entre Duke y cierto castaño que parecía seguir enojado, el resto del viaje fue tranquilo hasta el aterrizaje donde ya los estaban esperando cinco egipcios con una limusina tras ellos.
-Hola- menciono Marik con una sonrisa acercándose a los recién llegados.
-Vaya el faraoncito decidió venir- agrego Bakura con una sonrisa burlona, aunque a pesar de sus burlas no odiaba al faraón, pero lo que si descubrió es que amaba hacerlo enojar. Entonces fue que un golpe lo hizo voltear a ver a su hikari.
-¡No seas grosero!- advirtió el menor de los peli blancos con una mirada seria y es que ir desde Dominó City, pasar horas de vuelo solo para que el imbécil ladronzuelo moleste antes al antiguo gobernante sin ni siquiera fijarse en su presencia eso si no se lo toleraría a Bakura.
-Mi faraón es un placer volvernos a ver- agrego Ishizu con un asentimiento como una muda disculpa -Estuvimos anci…-
-El placer será tuyo Ishizu- menciono Malik cruzado de brazos mientras se recargaba en la limusina sin ver a nadie.
-Un gusto volver a verlos- agrego el tricolor con una sonrisa -a pesar de no poder decir lo mismo de todos- dijo lo último mirando al peli cenizo antes de volver a la mujer…
-Le prometo que valdrá la pena cuando mañana vea la primer tumba- dijo un poco misteriosa la mujer mientras le miraba a el oji amatista con una sonrisa de disculpa la cual fue aceptada y devuelta con un ademán de no importa…
-¿Qué les parece si los llevamos donde se hospedaran, se duchan, descansan y en la noche vamos a cenar algo?- agrego Ondion intentando tranquilizar los ánimos de todos, más los de los recién llegados después de todo ellos ya se habían acostumbrado a los incompetentes yamis, pero los demás no y agregándole el carácter y lo fastidiados que podrían estar los amigos del faraón después de tantas horas de viaje. Ahí solo se estaba preparando un platillo y ese se llamaba *desastre*.
-me parece excelente y mañana temprano iremos a las tumbas ¿verdad?- hablo el pequeño oji morado con una sonrisa sin embargo el menor de los hermanos Ishtar solo negó y se acercó a él…
-Temprano visitaremos la ciudad, necesitamos que el sol baje para poder llegar al sitio- le dijo acercándose un poco a él con una sonrisa.
Después de ello subieron a la limusina antes de que comenzará a avanzar hasta detenerse en el centro de la ciudad, frente a una amplia y acogedora mansión con unos increíbles jardines decorándola, el cual tenía un pasto verde y unas cuantas palmeras junto a las cuales unas cuantas bancas de concreto descansaban de un lado también tenían un pequeño lago que daba la ilusión de un oasis, siendo el jardín dividido por un camino de baldosas de piedra caliza, cuando entraron todos se estiraron un poco aún observando el sitio, el cual era indiscutiblemente espacioso, tras las puertas de madera justo en el centro de la estancia residía una pequeña fuente de mármol pulido, los muebles tenían un aspecto clásico con algunas pinturas y fotos en las paredes.
Todos entraron siguiendo a la mayor de los Ishtar, la cual los llevo a la segunda planta y los dirigió por algunos pasillos, dándoles un recorrido por la enorme construcción, mostrándoles la enorme biblioteca, sala de entretenimiento, sin olvidar enseñarles su propio estudio, antes de descender las escaleras de fina madera y mostrarles la cocina, comedor, sala y el patio trasero en el cual se encontraba un pequeño invernadero.
Después volvieron a subir para llegar a un pasillo en el cual se veían cinco puertas y frente a ellas por el mismo pasillo habían otras cinco puertas. Se dirigió primero al lado derecho y hablo…
-Bueno, les explico por si necesitan algo antes, en este lado- hizo un ademán referente a lo que hablaba -Se encuentran las habitaciones de Ondion, Marik, Malik, Bakura y la mía les daremos las habitaciones del lado izquierdo como la casa no cuenta con muchas habitaciones me tome la libertad de emparejarlos,- Aclaro la mujer dirigiéndose a la primera puerta, -Cada habitación cuenta con un baño propio, ahora en esta se quedarán las chicas, en la del frente Tristán y Duke, en la segunda Yuugi y Joey, al frente de ellos Ryou y en la del fondo el faraón…- finalizó mirando a los chicos,- ahora descansen a la hora de la cena les mandaré a buscar.- finalizó la egipcia notando que sus acompañantes se habían dividido dejando solo a los amigos y el propio ex gobernante.
Todos asintieron encantados entrando a sus habitaciones donde se decidieron por descansar un poco, a pesar de que cierto oji amatista desempaco antes no se sentía muy cansado, ni sentía el cambio de horario como un gran golpe a pesar de ser varias horas, estaba tranquilo volvió a observar aquel simple cuadernillo, releyendo y analizando algunas páginas las cuales no tenían sentido incluso entre una y otra cosa escrita parecía faltar algo o solo hablaban con algunos términos que no entendía, continuo por un rato hasta que sin notarlo el sueño le venció y se quedó profundamente dormido en su cama con el cuaderno entre sus manos…
La cena por otra parte fue silenciosa a pesar haber una que otra historia de Egipto por parte de los que residían en el país, incluso los compañeros del faraón se dedicaban a preguntar de algunas cosas sin importancia como los alimentos, ropa, algunas joyas o tradiciones. Incluso varios come radios del antiguo ladrón se dejaban oír llevando la atención de todos a el tricolor mayor, el cual también respondía de lo que llegaba a recordar de sus tradiciones o respondiendo con otra pregunta a la misma egipcia sobre los cambios que había sufrido su cultura con el tiempo.
El interés de muchos se dio a conocer cuando el albino mayor comenzó a contarles de las estructuras de las tumbas y siendo rematado el tema con algunas bromas de Joey, también mencionando la momificación como un proceso indispensable para la cultura forense egipcia. Las mujeres se sorprendieron un poco en diversas partes y en otras no podían evitar el reírse con cosas tan absurdas como lo fueron /Para que ya has cosas y encierros ni que la momia se fuera a escapar/ o /Para que tantas riquezas si ya no las va a gastar/…
Continuará