Capítulo 6
Puerta Al Infierno…
A nadie le da miedo la altura, les da miedo caerse,
A nadie le da miedo decir te amo, les da miedo la respuesta…
La noche fue reconfortante para todos en la mansión a pesar de que los invitados estaban un poco desequilibrados por el cambio de horario y temperatura para ellos extrema, el antiguo soberano extrañamente tuvo un sueño tranquilo y reparador como no lo había tenido en mucho tiempo.
En la mañana el grupo junto a dos yamis, los hermanos Ishtar y Ondion, habían visitado lugares turísticos, tiendas, siendo llevados por toda la increíble ciudad, recorrieron diversos mercados donde compraron diversos objetos como fueron ropa, comida o algunas curiosidades. Cuando llego la hora indicada unos Jeeps fueron a recogerlos a una de las pocas plazas en el centro, tomando rumbo al Valle de los Reyes. Al momento en que los motores se detuvieron estaban frente a una enorme construcción con la forma de una pirámide, la cual aún después de milenios conservaba algunas inscripciones talladas en la piedra, junto a un aire de misterio el cual la volvía ciertamente intimidante, con solo observar una de las mayores obras arquitectónicas dejaba sin palabras a cualquiera, los jóvenes de Domino City no pudieron evitar observar atentamente aquella entrada, marcada con diversos jeroglíficos desgastados por el pasar del tiempo. Entre los jóvenes se dirigieron miradas aparentemente intimidados por la atmosfera solitaria y claramente sombría del sitio frente a ellos, la primera tumba se hallaba de forma imponente, con solo acercarse a observar el interior obscuro daba la impresión que alguien saldría desde la espesa obscuridad del sitio, el primero en acercarse fue Yami junto a la egipcia que portaba una lámpara de aceite en una de sus manos para observar el largo corredor que comenzaba a hacerse visible, fueron seguidos por los demás entre los cuales algunos miraban el sitio como si se fuera a derrumbar en cualquier segundo.
Tras un rato caminando llegaron a unas cámaras auxiliares las cuales pasaron con tranquilidad hasta llegar a unas escaleras dobles las cuales bajaban hacia el centro del lugar, deteniéndose ante una enorme puerta de piedra caliza con el grabado de un Dragón oji azul. Las puertas no tardaron en ser abiertas y la tumba dio lugar a un rico sarcófago de oro con incrustaciones de diversas piedras preciosas, el faraón entro sin habla y sus amigos fueron detenidos por los ex cuidadores de tumbas, que parecieron entender que él antiguo monarca, necesitaba un minuto a solas.
Atemu observo el sitio sin habla y un nudo se fue formando en su garganta…
-Sabía que no me equivoqué contigo. Tu… debías gobernar…- hablo con cierta convicción, pero incapaz de seguir, sus ojos se humedecieron y su garganta dolió ante aquel nudo que ya no le dejo continuar.
En ningún momento bajo la mirada y sin embargo en esos segundos volteo esta hacia lo escrito en las enormes paredes, tras los innumerables tesoros e objetos de oro, su vista paso por sus dioses en las paredes laterales y en la pared tras el cuerpo estaba escrito con una escritura clara justo abajo del símbolo del ojo de Horus, se hallaba una inscripción la cual relataba su gobierno a pesar de no ser muy largo.
Suspiro de forma pesada sus ojos comenzaban a derramar algunas gotas saladas, se acercó a donde residía el cuerpo y puso su mano sobre la superficie de oro y entonces lo noto un papiro entre el oro y las gemas el cual lo descolocado lo tomó y guardo en su mochila junto aquel libro que había comprado en la ciudad, tenía un extraño presentimiento con aquel pedazo de papel, el cual le estaba poniendo en pánico, solo deseando estar equivocado… sin embargo también sentía que no debía de ser visto por nadie…
Entendía que nadie lo miraba le estaban dando cierta privacidad y no sabía cómo agradecerlo, se acercó a la pared del fondo en la cual no pudo evitar posar su mano de modo delicado repasando la escritura que ahí se encontraba, antes de cerrar el puño y posar su frente en este dejando que más lagrimas escaparan de sus ojos amatistas, mientras las palabras que en la pared residían daban vueltas en su cabeza en especial lo último…
-Gracias…- menciono antes de apretar los dientes y con ello el puño frente a la pared, en su interior comenzaba a nacer un sentimiento ciertamente inesperado…
**Ante dioses y mortales habéis pagado tus antiguos pecados…
Digno hijo de Ra,
Ahora descansa junto a tus antepasados.
Llega a Osiris y sigue cuidando a tu pueblo…
En esta vida y en la otra, protege a tus súbditos de la interminable oscuridad…**
//Yo no pude deshacerme de ella, pero pude retrasarla lo suficiente… Ahora lo dejo en tus manos, mi faraón…//
Una voz se dejó escuchar en su cabeza y una leve sonrisa nació en sus labios esperando algo imposible pero aun guardaba la esperanza por más mínima que esta sea, sin embargo al voltear no había nadie solo el sarcófago tras él. Seth no estaba ahí a pesar de haber sido su voz la que oyó… en ese momento algo en todo lo que pasaba no le cuadraba, pero no le tomo gran relevancia, volteo a ver a sus amigos los cuales miraban la habitación contigua debieron creer que lloro por dolor o que hubiera deseado estar con su familia.
En esos momentos entendía perfectamente que nadie creería que lloro por el profundo agradecimiento hacia el que fue su primo, porque respeto los deseos de un estúpido y egoísta, el cual le dejo el peso de todo un pueblo el cual en esos momentos estaba desgarrado por las pérdidas y el profundo dolor. Siendo apresado en la incertidumbre e incluso y él lo sabía estaban sumergidos en el terror y la ignorancia hacía de lo que traería un futuro incierto. Todos habían perdido demasiado, su orgulloso pueblo estaba sumergido en la desesperanza y por ello también sus acciones le habían parecido lo mejor. Así Ra había aparecido para dar paso entre las tinieblas a… una nueva era, un nuevo gobernante y sobre todo a la esperanza de un futuro claro lleno de cosas buenas.
En ese momento no entendía en que entraba su primo y su pasado. Debía haber algo que se estaba saltando no estaba seguro de que lo había, al parecer ir a Egipto era o había sido importante por algo a pesar de no saber en qué… ese detalle era importante y podría tener algo que ver con lo que le ocurría, asintió con su cabeza y dio media vuelta dirigiéndose a la salida.
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Cuando salieron de la construcción el sol se ocultaba, así que tendrían que esperar otro día para ir a la segunda tumba. Apenas habían salido cuando un par de hermosos ojos amatistas miraba el cielo sintiendo el viento mover su cabello y una sonrisa nació en sus labios, no podía creer que se sintiera tan libre en esos momentos, era tan tranquilo, sin embargo era como la tranquilidad antes de la tempestad y presentía que esta seria terrible…
El regreso fue silencioso mientras el monarca veía el enorme desierto con una sonrisa en sus labios, recordando las muchas ocasiones en que estuvo con su primo ya fuera estudiando o solo conviviendo vinieron a su mente, entonces miro a sus amigos y sonrió de nuevo sus ojos amatistas parecían desprender alegría casi como si regresara a esos días en los que era un niño, corriendo y gritando por el antiguo palacio sin mencionar cuando creció e iba a ver a Seth para mal aconsejarle según este, pero aun así se escapaban a el Nilo o solo a vagar por la ciudad.
Para cuando llegaron a la mansión el faraón subió a su recamara rápidamente a ducharse colocándose su pijama, saco aquel cuaderno de su maleta y el libro que compro por la mañana. Mientras escribía todo aquello que leyó en la tumba y lo que escuchó antes de abrir el papiro, al transcribir ciertas partes que coincidían con sus sueños le pareció un poco raro, incluso recordó algunas cosas que no tenían sentido…
Como el tiempo transcurría y al seguir recordando y escribiendo le pareció ver a tres personas uno sentado en el trono antiguo el cual trajo a su memoria su propio trono en el antiguo Egipto y a cada lado había alguien, tomó su cabeza entre sus manos un extraño dolor se hacía presente y no podía ver los rostros de aquellos, solo voces y sombras, ni siquiera podía entender de lo que hablaban. Para cuando abrió los ojos estaba recostado en su cama, se recargo en las almohadas y suspiro de forma cansada, no recordaba haberse acostado pero decidió ignorar eso, la cabeza le estaba matando en esos momentos…
Ni siquiera noto el cuaderno en la mesa cerrado con la pluma vacía a su lado, el pergamino doblado y su nuevo libro sobre el otro como si le ocultara. Mucho menos notaria la extraña creatura escondida bajo el marco de la ventana, sin percatarse de nada intento dormir de nuevo…
A la mañana siguiente todo estaba tranquilo tanto que muchos reirían después de todo el desierto era impredecible y tanta calma solo les ponía un poco nerviosos, el ex faraón no salió de la cama hasta la tarde cuando partirían a la tumba secundaria la cabeza le dolía horrores, sentía un extraño frio sin embargo decidió ignorarlo, y cuando los motores se detuvieron Yami sintió que el mundo se le venía encima al sentir la extraña familiaridad con el lugar, el cual parecía un templo antiguo, pero frente a ellos una enorme puerta de caliza claramente sellada le decía que estaba en un error, mientras veia uno de los laterales de la puerta donde un rostro estaba grabado y al ver el otro estremo habian otros dos, salió del auto y se acercó con rapidez sin ni siquiera oír las quejas de Bakura por la resistencia de ese lugar para ser abierto contándoles alginas anécdotas en las cuales no salía exactamente bien librado. El de ojos amatistas miro todo sin creerlo y rápidamente se sacó la pulsera en su muñeca, ahí estaba el mismo lenguaje que estaba impreso en su piel, se encontraba en la roca y parecía burlarse de sus dudas y la forma en que repasaba todo dejando una sola duda viva… ¿Por qué?...
Coloco su mano repasando el gravado en el lateral derecho era obvio que se trataba de un rostro paso sus dedos por el contorno de este antes de ver como una extraña luz roja, comenzaba a salir de las letras, para después teñir la piel clara con un color escarlata, junto a un dolor punzante del mismo lugar donde la pulsera había estado. Unas gotas resbalaron por la pared manchándola y luego la puerta se abrió, con un horrible ruido estridente el cual hizo eco en el lugar, que aparentemente estaba vacío. Apenas pudo deslumbrar un poco el interior, le parecía de una forma enfermizamente familiar, sus sentidos se inundaron de sensaciones ciertamente incomodas y cuando sus ojos alcanzaron a acostumbrarse y distinguir un poco el interior, el shock creció en su interior, sus piernas flaquearon provocando que cayera de rodillas mientras de forma gradual el dolor en su cabeza se intensificaba provocando que terminara en la inconsciencia. Un extraño frio se comenzó a sentir o eso le pareció al faraón entre alucinaciones o tal vez… ¿no lo eran del todo?
Nadie hablo cuando el antiguo espíritu se acercó a la construcción la cual parecía ir bajo el suelo sin embargo al notar su extraño comportamiento algunos lo siguieron, mientras un Bakura indignado por ver la acción que él, no había hecho completada en tampoco tiempo se quejaba con Marik y el pequeño Ryou que lo reprendia por sus comentarios sarcásticos. Al ver la sangre los hermanos Ishtar decidieron que sería mejor investigar primero el lugar puesto que había una extraña atmosfera, no se sentía el lugar abandonado o bien no del todo, era una sensación inquietante, sin agregar que querían evitar cualquier posible accidente, por lo cual dieron media vuelta no sin antes llamar a algunas personas para que comenzaran a investigar el lugar. No tardaron mucho en regresar notando que el faraón seguía inconsciente, y la sangre no parecía querer detenerse, era tan extraño. La morena la que curo la herida y la vendo dejando que el poseedor del rompecabezas del milenio, descansara en su habitación cuando una llamada la llevo a su estudio privado.
-Señorita Ishtar, lamento informarle que están fuera del proyecto… sus honorarios ya han sido depositados y todo lo referente a las investigaciones debe estar con nosotros espero lo entienda, acabamos de enviar gente a la segunda construcción para que investiguen…- la voz sonaba burlona y al mismo tiempo sarcástica, inclusive podía pensar que los habían utilizado, no sabía que contestar las palabras se atoraron en su garganta.
-no… no puede estas ruinas, nosotros fuimos los encargados debemos acabar el proyecto… nosotros- no pudo terminar cuando fue groseramente interrumpida,
-Olvídelo señorita Ishtar usted y su gente ya han cumplido con su parte ahora solo le informare que se le tratara atreves de la ley si mueve tan solo un gramo de arena en esas expediciones de nuevo, que pase una buena tarde…- después de ello la llamada se cortó y la mujer no podía decir una sola palabra, su voz se había vuelto a perder y no podía coordinar bien solo una cosa daba vueltas en su cabeza…
//Que harían… esas personas cuando vieran la sangre reciente, cualquier tonto se daría cuenta de ello y si la investigaban encerrarían a Yami eso era seguro, el faraón…//
No pudo permanecer más de pie y callo en su silla con la cabeza baja, toda su serenidad se fue a la basura con una llamada, ahora no podrían saber incluso que pasaba con el faraón… pero como se enteraron… debían irse eso era seguro sabía que no era inevitable pero si movía algunos hilos siquiera podría salvar a el tricolor mayor, guardó lo que pudo de sus investigaciones de la segunda tumba, tendría que hacer todo desde el museo de Domino City y si conseguía la tecnología apropiada tal vez podría averiguar más…
No pasaron ni treinta minutos cuando termino guardando la memoria y encubriendo lo que se llevaba, salió del lugar y sentía la casa inmensa al llegar a la sala los miro, estaban todos a excepción del oji amatista que parecía seguir en otro mundo con el desmayo y ya comenzaba a preocuparle...
-Hermana…- el oji lila le miraba de forma atenta, con un reflejo de preocupación, por lo cual suspiro.
–Nos han sacado del proyecto- le hizo un ademan a su hermano para que le dejara continuar –No sabemos cómo se abrió la construcción y lo único que tenemos es al faraón y temo que nos hayamos equivocado, debemos salir de aquí antes de que intenten identificar su sangre e intentar saber que pasa… ni siquiera sé cómo supieron que paso por ello iremos con los amigos del faraón, debemos saber que está pasando- les dijo sin mirarlos, ella sabía lo que han deber estado pensando, a pesar de no contarles la inscripción en el brazo de Yami sabía que deberían estar sospechando.
-Entonces vayámonos, apenas despierte la bella durmiente.- hablo quitándole importancia la oscuridad del Ishtar menor…
Todos se dirigieron a tomar sus cosas se irían en el helicóptero, privado que casi siempre usaban, así sería más fácil y rápido para todos.
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Mientras el sol se ocultaba en el fondo de una construcción abandonada, un par de ojos iguales a la fluorita se abrieron después de algunos milenios, apenas salió de ese lugar rompiendo su cárcel en dos, se acercó a la puerta continua, la cual cayo en pedazos frente a él, dejando escapar una tétrica risa, salió de aquella construcción y en la puerta la noto la mancha roja en uno de los rostros grabados que había figurado como si esta estuviera llorado sangre la cual aún tenía un fuerte olor a hierro siendo inconfundible para él, paso las yemas de su mano en la mancha carmesí ya seca y se llevo a los labios como si con eso pudiera saber a quién pertenecía o inclusive sintiera el sabor de aquel líquido.
Al voltear de nuevo los miro tres individuos que recordaba muy bien y una sonrisa se formó en sus labios dejando ver la dentadura blanca y un brillo malicioso nació en sus ojos, mientras contenía una carcajada.
-Bien hecho- menciono con una profunda voz, ya casi era hora de tener en sus manos a aquel ser que antes le engaño lo aniquilaría sin duda. Nadie escapaba de su justicia, aun recordaba las últimas palabras de su querida mascota y le hacían hervir la sangre con una intensidad inesperada…
//Sin importar si pasan años, siglos o milenios, ahí estaré para vengarme. Y no solo de ti//
Pensó mirando la vieja piedra a su lado la cual tenía un tallado con tres personas que bien reconocía a pesar de que una estaba manchada de color escarlata…
-Mi señor… ¿Qué tiene en mente?- pregunto uno de los individuos sin alzar la mirada, ahora solo les quedaba servir y ser recompensados por su señor ser mejores y mas leales que el anterior circulo interno…
Sin embargo la única respuesta fue una enorme carcajada la cual lanzo al aire, mirando como las nubes se aproximaban seguramente habría dentro de poco una tormenta de arena.
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Continuara…