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RECUERDOS DE UN EXTRAÑO AMOR... por Seal-Pride-By-Sekhmet

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Notas del capitulo:

Disculpen el retraso, la verdad por mas que revisaba las dos verciones que hice ara este capitulo, me convencio mas esta ya que se adapta un poco mas a los recuerdos y el extraño pasado que les agobia...

 

otra cosa este capitulo puede que tenga muchas fallas ya que es la primera vez que escribo una situacion asi, esperare sus comentarios encantada nun...

 

Capítulo 8

 

Antes Del Amanecer

 

Cuando digo que estoy bien, no me creen…

Y cuando estoy mal, nadie está para escucharme…

 

Yami estuvo un largo rato en el baño ya que ambos hombres no lo habían dejado para nada y el colmo era que el agua estuviese helada sin mencionar como bajaba la temperatura o eso le parecía a él, suspiró al verse estaba de nuevo amarrado pero ya no en la anterior habitación está era más grande la cama era enorme de forma circular de las paredes colgaban gruesas telas, en el piso habían algunas alfombras y sobre la cama ridículamente habían cojines en colores cálidos, al mirar el lugar podías notar en una de las esquinas una zona en el suelo normalmente usada o eso suponía para tomar el té o algún postre, del otro lado estaba la salida y más antorchas encendidas, se miró de reojo y no pudo evitar molestarse cerrando los puños con fuerza hasta volverlos blancos por la humillación…

Sólo vestía con telas delgadas por no decir semitransparentes, su ¨traje¨ constaba de unas sandalias de cuero delgadas con una pulsera de oro en el pie derecho, unos calzoncillos demasiado ajustados y pequeños para su gusto, de sus hombros bajaba la tela de una túnica la cual le llegaba a media pierna, en la cintura llevaba una especie de cinturón con pedrería e hilos de oro en intrincados diseños, la tela era de un color plata con detalles en lila. Sin embargo a esta se le adhería con dos pequeños broches una larga capa de un color blanco lo cual agradecía ya que está le tapaba perfectamente el cuerpo evitando se congelara, en sus brazos se encontraban dos brazaletes y una pulsera en la mano izquierda en cambio en la derecha se encontraba un pequeño anillo el cual estaba unido con una pulsera junto este daba algunas vueltas  en su muñeca con la forma de un dragón, tenía increíbles incrustaciones de piedras preciosas, algunos diamantes, rubíes, esmeraldas, de sus oídos caían dos piezas de oro en forma de tablilla en el cual estaba el grabado de un escorpión, en su cuello estaba la misma maldita correa de la vez anterior y el su cabeza un extraño dije con una figura que no logró reconocer, todo en oro blanco el cual según los dos secuestradores le iba mejor al resaltar en su piel y claro que sus ojos no se salvaron de ser maquillados como anteriormente lo hacía retomando ese misterio que normalmente reflejaba y eso para él era un golpe directo a su orgullo, él ni siquiera quería estar en ese absurdo lugar.

Estaba sumamente molesto al punto de ignorar las pisadas que resonaban en el lugar había lanzado todas las almohadas y cojines en su enojo a cualquier parte del lugar, tal vez era alguno de esos idiotas se dijo a si mismo al voltear con el ceño fruncido sin embargo, nada lo preparo para distinguir a la persona frente a él, sus cabellos castaños y ojos del color del chocolate, facciones serías y una mirada misteriosa pero gentil. Portaba un traje en color negro casi por completo con los mismos intrincados diseños en plata… pero su sonría logró helarle la sangre al antiguo gobernante no era la que recordaba estaba plagada de malicia y burla.

 

-Mahad- fue todo lo que salió de su boca en un susurro el cual se escuchó perfectamente en el lugar, su cabeza procesaba una y otra vez la imagen de la persona frente a él pero no había dudas a pesar de seguir en clara negación…

 

-Mi faraón por fin despertó…- su voz era gruesa y cálida, su tono parecía seguro casi como antes cuando le cuidaba y esta le inyectaba completamente una calma inigualable pero había algo que le hacía dudar.  El castaño camino hacia el pero el oji amatista sólo pudo replegarse más hacia la pared tras él, mientras los pasos resonaban en la estancia.

Al detenerse frente a él, él castaño se agachó besando la mejilla pálida con ternura antes de acariciarla posando sus manos en la barbilla ajena para obligarle a mirarle directamente a los ojos.

 

-Mi faraón, al fin regreso a mí- habló abrazándolo mientras una de sus manos se enrollaba en sus cabellos la otra tomaba el extremo de la cadena, el tono inusualmente posesivo. Al separarse lo primero que vio el tricolor fue una sonrisa en el que era su amigo y protector en otra era, la cual le hizo dudar esta le parecía llena de veneno, sus ojos destellaron de forma peligrosa con cierto rencor y algo que no supo descifrar, pero para cuando salió de su mente fue por un brusco empujón que lo tiro de la cama con un golpe sordo. –Pero su ALTEZA no pudo haber olvidado los protocolos que tanto me esforcé en enseñarle- mencionó con un tono falsamente preocupado mientras se llevaba una mano a el rostro, remarcando el honorífico con saña -recuerde que frente a alguien de mayor rango siempre debe estar de rodillas- agregó mientras jalaba la cadena que residía en su mano con fuerza hasta lograr posicionar al mejor en ambas rodillas.

Por su parte el antiguo espíritu no supo que hacer no sabía dónde estaba, ni que pasaba, nada sólo sentía el trato contra él y no podía siquiera defenderse, le daba miedo el hombre frente a él no parecía él que una vez conoció.

 

-¿Qué significa esto?- preguntó mirándole con cierto enojo antes de intentar incorporarse, sin embargo fue detenido cuando sintió una fuerte bofetada en el rostro.

 

-Nadie te dio permiso de moverte y ni de hablar… ¿Es que no soy obvio?– preguntó al final ya con aquella pregunta pensando cual de todas las posibles respuestas le podía dar, cada una más prepotente que la anterior, sin embargo antes de recibir una respuesta continuo –bueno tal vez no lo fui… se me había olvidado el poco intelecto que tienes, así que pon atención no lo pienso repetir, tu estas aquí porque eres mi mascota y harás lo que yo diga si no quieres ser castigado, aunque ambos sabemos que nunca te ha gustado obedecer…- habló con un tono serio que no dejaba espacio a réplicas, mientras el otro le veía con cierto terror en el rostro al comprender a que exactamente se podría estar refiriendo el mayor, antes de siquiera poder contestar sintió  como le jalaban con fuerza hasta lanzarlo a la cama de nuevo –Ahora sí te recuerdo tu lugar, sería más fácil- mencionó para sí mientras se acomodada sobre el menor …

Por su parte el otro se encontraba horrorizado no podía creer lo que presenciaba el que estaba frente a él no podía ser Mahad simplemente se reusaba, nunca lo creería esta persona no demostraba ni la generosidad ni la moral de aquel hombre al que tanto aprecio… pero frente a él estaba su figura, escuchaba perfectamente su voz y podía reflejarse en aquellas pupilas.

Cuando reacciono de nuevo fue por aquella lengua que se paseaba por su cuello, una mano alzaba la fina tela que le cubría y alado de su cuerpo sentía como la fina cama cedía ante el peso sobre ella, sintió como esos labios se cerraba chupando y entonces no lo resistió más y empujó al mayor con fuerza, mientras algunas lágrimas salían de sus ojos a pesar de que no comprendía la razón si era miedo a lo que el otro quería o sólo la decepción que le causaba el momento, estuvo a punto de salir cuando una mano logró atraparlo y volver a acomodarse sobre el con cierta rapidez…

 

-Vaya y yo que pensaba no ser muy rudo- mencionó antes de sonreírle con burla – ¡Gilbert! – llamo y no tardó mucho en recibir respuesta cuando el hombre entró a la habitación y con una seña pareció entender que quería el castaño, ya que se posiciono a la cabeza de este sosteniendo las manos del más bajo con fuerza.

 

-¿Qué haces?- habló el oji violeta con cierta consternación mientras intentaba soltarse, cuando sintió los labios del mayor sobre los propios ambas piernas intentaban golpear a su agresor mientras cerraba con fuerza los labios. Sin embargo apenas pudo voltear el rostro para liberarse de aquel beso se dio cuenta de su error al sentir los labios ajenos en se cuello recorriendo hasta el lóbulo y bajando de nuevo, sus piernas habían sido sostenidas en un vano intento por golpear el abdomen ajeno provocando terminarán inmóviles bajo el peso del más alto. –¡Suéltame!- ordeno sin embargo antes de poder volver a hablar fue callado por los labios ajenos sintiendo como una lengua invadía su boca recorriendo con violencia de forma salvaje logrando ahogarle tras unos minutos así que hizo lo primero que se le ocurrió mordiendo con fuerza al invasor hasta lograr sentir el sabor metálico en su boca. A pesar de lograr separarse la expresión del otro le alerto con respecto a lo que había hecho y aquellos ojos que brillaban de forma peligrosa, no hacían mucho por calmarlo.

 

- Es que aún no lo entiendes… tu eres mío, mi propiedad. Ahora cállate – dijo lo último antes de abofetearlo con fuerza y sonrió por el placer que le causaba observar al menor de esa forma, usar su mente contra él y cuando al final de la noche este recordará todo de nuevo tendría que estar a sus pies sólo debía dañar su mente un poco fulminar su confianza y destrozar su orgullo era increíblemente satisfactorio.

 

//oh dulce venganza// pensó antes de  volver a inclinarse en el cuerpo bajo el para besar el cuello descendiendo un poco todo él, era como lo recordaba por completo paso sus manos por los glúteos ajenos antes de acercarse restregándose un poco para disfrutar el rostro del menor el cual estaba inundado en el terror y la incertidumbre. Se alejó un poco antes de jalar la túnica que le cubría llegando a rasgar la tela sólo para disfrutar el miedo en el rostro bajo el, cuando tuvo completo acceso paso sus manos recorriendo las piernas del menor usando las uñas para jalar la tela dejando pequeñas marcas rojas  en la blanca piel.

Antes de dirigirse a la ropa propia con una sonrisa tan tranquila que le parecía a el antiguo soberano un mal chiste su situación, no pudo evitar el cerrar los ojos con fuerza intentando olvidar donde estaba pero no pudo mantenerse así por mucho tiempo cuando los toques ajenos volvieron a su piel sintiendo de nuevo la lengua ajena y aquel cuerpo juntándose con el propio de una forma tan desvergonzada que le ocasiono algo de asco.

 

-Aléjate… aléjate… aléjate… – comenzó a repetir removiéndose a pesar de que los adornos de sus muñecas ya habían comenzado a lacerar la tersa piel el pánico comenzaba a inundar el cuerpo del menor y sus ojos comenzaban a arder un poco gracias al efecto que le provocaba intentar esconder sus ganas de llorar, no podía creer su situación y seguro Yuugi y los chicos estarían preocupados. Se golpeó mentalmente estaba preocupándose por lo que podrían estar haciendo sus amigos y él estaba a punto de ser abusado por aquel que creyó su mejor amigo anteriormente… debió quedarse encerrado en la casa de su luz.

Por su parte el otro observaba embelesado su obra poco a poco ya estaba a completándose, volvió a restregar su sexo en el cuerpo ajeno sin poder evitar sacar un pequeño gruñido en el oído ajeno entonces cerró las manos con fuerza incluso dejando sus uñas se le enterraran en la pálida piel. Antes de que las manos morenas abrieran sus posaderas dejando ver la pequeña entrada.

 

-No me digas que eres virgen– soltó con sorna antes de deslizar una de sus manos por la piel ajena mientras usaba la otra de guía, -lástima– finalizó mientras entraba en el cuerpo ajeno, sintiendo la presión de aquellas cálidas paredes mientras se introducía con lentitud prolongando el dolor del cuerpo bajo el que se mordida con fuerza los labios con tal de no dejar escapar algún sonido, sin embargo su cuerpo le traicionada al aparecer pequeños espasmos de dolor y algunas lágrimas se dejaban ver en aquellos ojos del color de la amatista.

Sentía el increíble dolor como entraban en su cuerpo, como lo usaban era insultante para él a pesar de también sentir aquel líquido viscoso rojizo que escapaba de su cuerpo, sintió el empuje en su cuerpo sin notar a qué hora le soltaron de las muñecas, mismas que estaban manchadas de color rojizo, se sentía cansado seguro por el dolor y no tardó en sentirse asfixiado por la situación que tenía en esos momentos.

Pasó un largo tiempo o eso le pareció al tricolor antes de sentir como le dejaban en la cama sintiendo esa mezcla resbalar de su cuerpo, por impulso término acomodándose en posición fetal, mientras se abrazaba y repetía que todo estaba bien mientras los pasos de su captor en el cuarto conjunto y antes de caer en la amenazante obscuridad logró oír una frase la cual le hizo temblar, que podía recordar, ni siquiera entendía él porque estaba ahí ese lugar le daba miedo y no entendía la situación, no supo si hubieron más palabras pero tras eso ya no sintió más que el frío en su cuerpo aunque aquella frase parecía taladrar su cabeza.

/ahora, tan solo recuerda… y yo me hare más fuerte… Nunca debiste retarme/

+++++

Por otro lado ya todos se habían acomodado en el avión de la Corporación de Kaiba el cual iba viendo la ventana cuando un dolor lo asoló llevándose ambos brazos a los costados, era como si miles de agujas se hubieran incrustado en su pecho provocando un frio indescriptible, no sabía que pasaba pero suponía que no era bueno en una hora descenderían en Egipto pero algo lo mantenía alerta a pesar de no saber que…

Al llegar a aquel lugar nadie supo que hacer estaban en la sala como si esperarán algo mientras el castaño intentaba saber de ese sentimiento, estaba seguro era algo de incertidumbre pero no entendía él porque estaba ahí. El timbre saco a todos de sus cavilaciones siendo el pequeño Kaiba el que fue abrir sólo para toparse con una figura encapuchados la cual rápidamente paso sin esperar respuesta, hasta que la voz del menor alertó a todos los cuales fueron rápidamente.

 

-¡¡Oye tú!!- dijo el menor cerrando los puños mientras todos llevaban formando un circulo alrededor del invasor.

 

-Así que están todos aquí– aseguro el extraño con una voz lenta cuando oyó los pasos del CEO de KC.

 

-¿Quién eres tú y que haces aquí?- habló con fuerza cruzando los brazos con prepotencia sin embargo lo que pasó nadie se lo esperaba, al ver al castaño la figura bajo rápidamente la capucha y se puso de rodillas mostrando era una mujer. La impresión en cada rostro fue de sorpresa o sólo incredulidad.

 

-Mi señor lo he estado esperando por tanto tiempo, si ha vuelto a estas tierras quiere decir que el mal sellado se liberó, nuestro Príncipe lo necesita como hace casi diez mil años – le dijo antes de mirar a todos levantándose y poniendo una mano en el hombro del menor – Maestro no espere verlo de nuevo – agregó abrazando al menor dejando escapar unas cuántas lágrimas antes de mirar a los demás presentes, junto a un Mokuba totalmente sorprendido.

La mujer frente a ellos tenía un cabello largo de un color verde olivo con unos penetrantes ojos naranjas y una piel bronceada.

 

-Repito ¿Quién eres?– Menciono el oji azul enojado ya era mucho con el problema del faraón, para que ahora le salgan con una desquiciada sin embargo al verla tocar a su hermano le irrito más, al punto de cerrar los puños una cosa era llegar con sus cuentos inútiles y otra esa clase de confianzas con su hermanito.

 

- soy Elizabetha Miyamoto, estoy buscando al Príncipe consorte Yami sin embargo al verlos aquí aseguro que ya lo tiene en su poder…- habló sin prestar mucha atención cuando Tea se puso frente a ella

 

-¿Quién lo tiene? – le hablo alterada mientras observaba hacia ella pero esta sólo miraba al más alto.

 

-Aún no recuerdas nada- aseguro mientras se acercaba a el - ¿quieres recordar?– pregunto colocando una mano en el hombro ajeno sin embargo este la alejó con cierta violencia y no pudo evitar soltar una sonría seguía con esa mala actitud, aunque anteriormente hubiera perdido la mano por tal atrevimiento.

 

-El Príncipe les dio algo a guardar…- volvió a asegurar volteando al egipcio -lo necesito- pidió antes de ver como el moreno asintió débilmente mientras se escuchaban los pasos que indicaban se alejaba.

 

-¿Quién eres realmente?- menciono el pequeño tricolor era como si la conociese era extraño el sentimiento.

 

-primero deben conocer la historia y después podrán conocer ese pequeño detalle también- respondió con una mirada de misterio, después miro de nuevo unos ojos lilas el cual venía corriendo hasta darle el libro que tomó y se dirigió a la sala donde tomó asiento con el libro en sus manos -Bien comencemos- aseguro mientras todos la seguían.

En cambio el mayor de los Kaiba estaba más alejado mientras se recargan en la pared con el ceño fruncido. Todo era perfecto no conforme con la loca de Ishizu de la cual aún no se deshacían del todo, ahora tenían a esta demente, volteó los ojos mientras la mujer comenzaba a hablar…

+++++

Cierto castaño de encontraba en una habitación enorme, la cual tenía el piso blanco algunas antorchas alumbraban y una enorme piscina o eso parecía en el centro llena de agua, estaba recargado en una de las esquinas cuando tomó una copa la cual le habían traído hace poco, mientras venía un poco…

Sus fuerzas ya se estaban recuperando, y entonces lo supo aquel hombre el cual retraso más sus planes nunca creyó podría poner sus manos sobre él o incluso solo pensó que nunca regresaría… dio tanto y no obtuvo nada. Aquellos dioses a los que tanto les ruegan le eran tan cómicos…

 

-Así inicia mi venganza, Azra tomando lo que más te importa- habló con una sonría antes de beber un poco, aun se escuchaban algunos débiles sollozos los cuales de seguro eran de forma inconsciente…

 

Continuara…

Notas finales:

nos vemos en el siguiente capitulo nun...

 

por cierto algo mas XD

¿Es en verdad Mahad nuestro villano?

 

si no se confien XD

 

Sin mas se despide 

Seal-Pride-By-Sekhmet


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