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Solamente tú y yo. por hiruma chan

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Notas del capitulo:

Estos hermosos personajes han sido creados por: ¡¡¡¡Eiichiro Oda-sama-sensei!!!!

Como recordatorio, todos los personajes poseen rasgos de animales siendo las orejas y cola los más comunes.

Capítulo 4: Incompatibles.

 

 

 

Durante toda la agonía de Law, el lobo rojo se mantuvo fuera de la enfermería dando vueltas de un lado a otro, cual fiera enjaulada gruñía a todo el que se le acercaba con intención de calmarlo.

 

-… Ya te lo dije, eres demasiado débil para controlar tu instinto. Es una vergüenza que no puedas mantenerte quieto, Eustass… — Mihawk hablaba seriamente parado frente a la entrada del aula de enfermería, donde atendían a Law.

-Me… está… llamando… — Kid estaba realmente furioso pues los sollozos del felino no dejaban de atosigar su mente, cada murmullo repetía una letanía de angustia por no estar cerca de su pareja. Siempre añorando su presencia.

-Si entras ahora y le complaces con tu estadía, no será más que una marioneta, protegerlo ahora, le volverá completamente dependiente a ti.

-¿Qué…?

-No será más que una de esas criaturas que lamen las botas de su amo.

-¡¡…!!... — Con la simple idea de un moreno sumiso y obediente, Kid se quedó helado.

 

Por alguna razón, la idea no le era del todo desagradable; Incluso logró imaginar aquella piel morena apenas cubierta por una ligera y transparente tela; Law, vestido con una de esas prendas exclusivas para ser usadas por omegas durante aquellas noches ardientes reservadas para SU alfa en celo. Sin duda, la oferta de poder ver a ese moreno arrodillado y suplicando por su atención, era algo demasiado tentador para su pervertida mente…

…Sin embargo…

 

-Todo alfa, elige a su pareja por la excitación que le causa la personalidad que posee y aunque la idea de un omega completamente dominado sea ¨atractiva¨ terminará aburriendo a cualquier alfa y este simplemente buscará a otra pareja, condenando a ese omega a la muerte.

 

Eso definitivamente hizo reflexionar finalmente al lobo, si aquel moreno se convertía en alguien sumiso, nunca volvería a sentir ese embriagador escalofrío que solo aquella sonrisa socarrona le provocaba.

Un escalofrío sin duda deleitante para él.

Cual orgulloso lobo se paró delante del halcón listo para atacar en cualquier instante y se mantuvo ahí, sin moverse, esperando cualquier oportunidad que su mentor le diera para poder entrar. No iría a consolar a su pareja pero, tampoco se alejaría de aquel lugar.

 

 

+++ Dentro de la enfermería. +++

 

 

Habían pasado ya un par de horas y Law despertaba poco a poco de aquel letargo que lo mantuvo entre el sueño y la conciencia. Al abrir los ojos padeció tal vértigo que tuvo que girarse sobre la cama hasta quedar de lado y cubrir su boca ambas manos para poder mantener dentro de su estómago el escaso jugo de manzana que había sido su desayuno esa mañana.

 

-¡¡Law!! Aquí tienes… — Shanks que había estado cuidándolo todo el tiempo al lado de Crocodile, ofreció al felino una bandeja donde pudiese vaciar su estómago en caso de ser necesario.

-… Profesor… ugh… — Lo más desagradable para Law era el sabor que dejaban los jugos gástricos en su boca.

-Tranquilo, recuéstate un poco… — Shanks le ofreció un vaso de agua para que pudiese quitarse el mal sabor y le acomodó un par de cojines extra en la espalda para evitar un nuevo mareo.

-¿Por qué… me duele todo?... — El felino se abrazaba a sí mismo presionando su cuerpo en un forzado intento para minimizar el dolor.

-… Tu cuerpo… — Shanks dudaba en seguir hablando.

-¿Qué tengo?... Hable… — Exigió el moreno con cara de muy pocos amigos.

-Tu cuerpo rechaza el emparejamiento.

-¡¡…!!

 

Si Law debía ser sincero… eso no sonaba tan grave. Incluso le parecía algo bueno.

Ser libre de ese lobo.

 

-… Law… — Al ver que el moreno parecía algo aliviado Crocodile intervino en la charla —… Esto es algo peligroso para ti.

-… ¿Por qué?

-Puedes morir.

-… — Por un instante Law sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas, no hacía mucho se salvó de algo similar y ahora volvía a escuchar lo mismo.

 

Al menos ahora había una palabra de ¨probabilidad¨ antes de ¨muerte segura.¨

Aun así… dolía...

Era como si alguien se empecinase en demostrarle, que no tenía derecho a vivir.

 

 

+++ En el pasillo. +++

 

 

-… ¿Por qué?... — Las palabras de Kid fueron ásperas y sin duda su semblante colérico cubría perfectamente su desesperación ante aquella declaración —… Mihawk… — Cada palabra era demasiado dolorosa para el lobo, era como si su propia voz se hubiese transformado en cuchillas que cortaban su garganta y cuerdas bucales. Aun así continuó hablando, quería saber porque su pareja no viviría con él como siempre lo soñó —… En ninguna clase hablaron de que algo así podría ocurrir.

-En efecto, no se habla de este y algunos temas más. Es algo demasiado fácil aunque largo de explicar.

-¡¡Dígamelo!!

-… ¿Sabes cuánto se gana con la prostitución de los omegas?

-¿Eso qué tiene que ver?... — Kid estaba por saltarle a la garganta al halcón, a él no le interesaba la sociología, él quería saber de Law.

-Primero aclaremos esto, la cantidad que se paga por los ¨servicios¨ de los omega, es de mínimo seis cifras y la demanda es demasiado alta. Ahora, ¿Cómo crees que estos chicos ¨acceden¨ a vender sus cuerpos?

-¿Pobreza?... — Killer que había estado cerca de ambos terminó levantándose y respondiendo lo más obvio, su mentor nunca les había hablado de ese tipo de temas, por ello le era de gran interés al ser uno de los herederos principales de su raza debería saber hasta del más oscuro negocio existente.

-Algunos son secuestrados o vendidos ilegalmente… — Heat sabía una de las realidades más crudas al ser él testigo de cómo eran tratados algunos omega luego de que pagaran por ellos. Él había llegado a presenciar incluso como algunos de sus amigos eran llevados por la fuerza luego de que sus familias les vendieran a hombres ilegalmente adinerados.

-Correcto, debo agregar que incluso se llega a saber de nobles que venden a sus propios hijos al ser omegas y no alfas que sigan el linaje de su raza… — Mihawk sentía que eso se había convertido en una clase particular, aunque ofrecer ese conocimiento a tres de sus mejores estudiantes no le era inquietante —… Al principio eran violados constantemente sin importar el daño físico y mental que se les causaba, solo se les sacaba la mayor ¨ganancia¨ luego podía morir en paz el omega, algunos otros quedaban en cinta y eran encerrados hasta el parto o continuaban soportando las violaciones, ¨un omega preñado está más apretado¨ fue uno de sus lemas de venta.

-¡¡Qué horror!!... — Shachi y Penguin que estaban cerca escuchando atentamente enrojecieron inevitablemente, ese profesor hablaba de temas realmente perturbadores de una manera demasiado tranquila.

-Lo peor es que al ser alfas y aunque ilegalmente adinerados, ninguno de ellos es castigado… Ese tipo de hombres son asquerosos… — Penguin había permanecido tranquilo aparentemente, él mismo había hablado sobre aquel tema con sir. Crocodile.

-Después de muchas muertes que dejaban más perdidas que ganancias descubrieron algo mucho más cruel… — Mihawk continuo la explicación aunque ahora no logró conseguir que su voz permaneciera inmutable, era claro su odio hacia dicho ¨descubrimiento¨ —… Ahora son vendidos por sus propios esposos o amos.

-¿Por eso no debo entrar? ¿Trafalgar sería una marioneta igual que esos omegas...? — Kid comenzaba a entender la gravedad de su presencia en aquel lugar.

-En realidad, es un proceso fácil de realizar para un alfa, se debe marcar a un omega, volverlo una marioneta acompañándolo durante el doloroso proceso de formación de lazo y dar la orden de abrir las piernas a otro alfa.

-… — El crujir de los dientes de Kid se oía perfectamente en el pasillo, ¿Qué clase de repugnante alfa permitiría que otro tipo se acercase a su pareja? Estaba asqueado y horrorizado, sabía perfectamente del nivel de crueldad al que pueden llegar las personas y que aquel con demasiado dinero dominaba completamente pero… saber eso le enfurecía por completo… ¿En verdad había… personas tan podridas… y libres?

-¡¡Mihawk-sensei!!... — Heat no podía escuchar más, eso era aún más cruel de lo que él había sufrido en algún momento, al menos su consuelo era que siempre se mantuvo con la mente libre pero, esos pobres chicos, ni siquiera tenían voluntad propia —… ¿Shachi…?

-No. Para que un omega llegue a esta situación hay un par de condiciones que deben cumplirse: Primero, para que un omega se vuelva una marioneta, su pareja no solo debe ser de raza también de especie diferente. Eustass, tú eres un lobo rojo de la especie de los ¨canidos¨ y tu pareja es un leopardo de las nieves perteneciente a los felinos. Hasta ahí, cumplen la primera condición.

-… — Kid se mantuvo quieto, él no deseaba saber más pero… solo imaginar que alguien más pudiese hacer aquello con su moreno… le hacía reservar sus ansías de sangre para quien se atreviese a siquiera intentarlo.

-… ¿Y la segunda condición?... — Cuestionó Killer sabiendo que su amigo no lo haría.

-Mantenerse en todo momento al lado de su pareja durante el proceso de la formación del lazo hasta que obedezca cualquier orden que se le dé. Eso puede variar en cuanto a tiempo se refiere, puede ser desde un par de horas o semanas e incluso un año, dependiendo del carácter de sumisión del omega. Alguien sumiso pedirá atención por más tiempo antes de obedecer; Por el contrario, alguien con carácter fuerte e independiente sufrirá el dolor que le provoca su propio cuerpo al intentar rechazar el lazo de unión, sin embargo solo puede tener dos resultados, la muerte o la sumisión inmediata, por supuesto perdiendo por completo la personalidad y conciencia, solo vivirá para obedecer y complacer a su amo.

-Entonces, solo les lavan el cerebro y los dejan a su suerte con órdenes y ya, la marioneta perfecta… — Killer en verdad estaba indignado.

-No… — Mihawk seguía explicando aparentemente tranquilo aunque por dentro estaba más que furioso al recordar la forma en que él se había enterado de todo eso —… Aunque sean marionetas, seguirán siendo dependientes de su amo y siempre requerirán de la compañía de este. Debo decirles que manteniendo en esta condición a su pareja, un alfa puede seguir marcando y manipulando a más de un omega. Incluso llegan a ser reunidos como un harem.

 

La explicación de su mentor era demasiado impactante para ellos que apenas iniciaban su vida como cachorros recién educados para enfrentar el mundo pero, eso no aclaraba las dudas de Kid.

 

-¿Pero…porqué…morirá…Trafalgar…?

-Él… es aún más complicado, debes saber que él es el último de su especie…

-… No lo sabía.

-… Por lo tanto su sangre y cuerpo se niegan a ser sometidos. Su ¨deber¨ es restablecer su raza… ¡¿QUÉ?!... — Por primera vez los tres alfa vieron la cara sorprendida se su mentor —… ¡¿QUIÉN LOS COMPROMETIÓ?!

-Cuando hicieron la subasta de compromiso, me gustó el aroma de Trafalgar y con la herencia que me dejaron mis padres lo compré para mí… — Kid decía cada palabra con la mayor tranquilidad nunca antes vista en él.

-Por eso no tienes ni idea… Aaahh~— Más tranquilo Mihawk se llevó una mano a la frente y suspiró, verdaderamente ese chico era un dolor de cabeza exclusivo para él.

 

 

+++ Dentro de la enfermería. +++

 

 

-Tu cuerpo se niega a ser sumiso y tu mente no está del todo convencida del emparejamiento ¿Cierto?... — Las palabras de Crocodile resonaron en la habitación —… Y sin saber qué hacer, tu cuerpo se ataca a sí mismo; Sobreviviste hasta ahora pero, nada garantiza que no recaigas e incluso si en algunos años vuelves a dudar te ocurrirá exactamente lo mismo, con idénticas consecuencias. Ahora podrás no ser una marioneta pero, nada te asegura que no lo seas en unos años.

-En resumen… — Habló por primera vez Law, sonriendo y tomando con una mano la marca sobre su cuello —... Tratar de formar un lazo, no servirá de nada… la única manera de que sobreviva es… teniendo una relación libre de las ¨ataduras¨ impuestas por la naturaleza y la sociedad.

-En efecto, su relación debe basarse en confianza y todo ese tipo de cursilerías, ser mordido nuevamente solo atraerá a la muerte para que tome la vida de uno o ambos. Lo diré claro, ustedes son incompatibles.

-… — Las palabras de Crocodile hicieron que un horrible escalofrío recorriera la espalda del moreno.

-… Nunca había deseado una pareja… — La vos del felino apenas se distinguía como un débil susurro, pues el dolor de su pecho al ser oprimido por un padecimiento invisible y demasiado agobiante que no le dejaba ni siquiera respirar con naturalidad, era demasiado para la poca resistencia que le quedaba a su cuerpo y alma —… Y ahora… que me había hecho una leve idea de lo que es… y casi resignarme… — Sin duda para Law era difícil entregar su corazón con el riesgo de sufrir una nueva frustración en sus ilusiones de un futuro con alguien más a su lado.

 

Se mantuvieron en un profundo silencio hasta que la puerta fue abierta por la furiosa patada de un colérico lobo rojo que caminó sin detenerse hasta llegar al lado del felino, mirando seriamente a su pareja y casi liberando su instinto asesino porque el moreno se negaba a mirarlo de frente manteniéndose agachado; Antes de cometer una locura decidió actuar.

 

-¿Qué haces…? — Law tembló de frió luego de que el pelirrojo le hubiese quitado las sabanas de un jalón y arrojándolas casi en el suelo.

-¡¡NO ME IMPORTA!!

-¡¿…?! — El felino casi saltó del susto ante el grito del salvaje lobo.

-… — Mirando fijamente el par de orbes plateadas y tomando en bazos al poseedor de estas, el pelirrojo salió de la habitación casi gritando por los pasillos —… ¡¡No me importa lo podridas que estén las demás personas!! ¡¡Jamás permitiré que te hagan daño y nunca pensaría en cambiarte por nada ni por nadie!! ¡¡YO TE ELEGÍ PARA QUE FUERAS SOLAMENTE MÍO!!

-… B-bájame… — Alcanzó a susurrar el moreno.

 

Los pocos estudiantes que aún permanecían en el instituto veían asombrados cómo el moreno era llevado en brazos por un furioso pelirrojo.

Y lo que más llamaba la atención de ese par, era que el felino solo vestía una bata de la enfermería.

Con la fiebre tuvieron que desnudarlo ya el pelirrojo parecía no darse cuenta.

 

-… Si el problema es que después de marcarte como mío decida manipularte, puedo asegurarte de que nunca lo haré.

-¿Y qué me asegura eso?... — Molesto el moreno había exigido respuestas, ya que sin duda ese pelirrojo era demasiado impredecible.

-Eso será algo que tú mismo deberás juzgar… — Sentenció el pelirrojo dejando al felino en el asiento del copiloto de su auto.

-¡¡…!! — Ni siquiera Law se había dado cuenta del momento en que llegaron al aparcamiento, apenas lo hizo cuando casi por reflejo el pelirrojo se quitó el abrigo para cubrir a su pareja pues la mísera bata no le llegaba ni a las rodillas.

-No es mucho lo que puedo ofrecerte… — La mirada del pelirrojo era verdaderamente seria —… Pero, te garantizó mi lealtad.

-¡¡…!! — Con aquellas palabras el pelirrojo había terminado arrodillándose delante del felino, inclusive había terminado por bajar la cabeza, como si fuese un caballero medieval en presencia de su princesa a la que tenía por juramento que proteger.

 

Y por supuesto, esa era una de las mayores muestras de la fidelidad que ofrendaba un alfa y sobre todo, los orgullosos lobos que nunca se doblegaban ante nadie.

Law no daba crédito a sus ojos, consideraba que todo era un sueño, una alucinación de la fiebre, nunca nadie se mostraba sumiso ante ningún omega.

Pero sobre todo, ningún alfa inclinaría su cabeza, ni siquiera muerto.

 

-Por favor… te lo ruego… — Palabras grabes ante la impotencia de no poder hacer más que suplicar.

-… — El silencio que otorga el desconcierto.

-Dame una oportunidad… — Clamaba el pelirrojo tomando el pie desnudo de Law y besándolo suavemente en obvia indirecta ante la probable negativa del felino, decía que era mejor patearlo cual perro callejero a sentenciarlo con su voz declarando una negativa.

 

Pues sin su pareja en eso se convertiría, un simple perro que deambula por las calles; Sufriendo por un amor nunca correspondido y que orgulloso del cariño que ofreció, se niega a ser apreciado por alguien más y ataca a cualquiera que se le acerque.

Un lobo demasiado orgulloso incapaz de aceptar una negativa y tratando de seguir viviendo se hunde en los efímeros recuerdos de aquel amor a quien dio todo de sí.

Un lobo demasiado posesivo que jamás dejaría se seguirle, cual acosador a su víctima.

Pero, de igual forma un lobo salvaje a quien no tenía miedo de confiarle su corazón herido y remendado.

-… — Sonrió complacido por el proceder de su pareja, porque eso era, SU pareja, sin importar siquiera que su misma naturaleza rechazase a uno del otro.

-¡¡…!! — Un indescriptible alivio cubriendo sus rojizas orejas fue la mayor dicha que pudo haber sentido en la vida.

 

Sin dar respuesta alguna el felino acarició los rojizos cabellos del lobo delante de él.

Aceptando así a Eustass Kid como su pareja.

Y así mismo, aceptó la prosperidad y adversidades que conllevasen mantener una relación con un ser tan diferente a él.

 

Tomando el rostro del pelirrojo con ambas manos, Law se inclinó hasta poder rozar su mejilla con la de Kid y ronroneando dejó expuesto su cuello para que el lobo pudiese clavar sus dientes en su piel y reafirmar que ambos permanecerían juntos, sin importar que su misma especie pretendiera prohibirles estar juntos.

 

Con un suspiro, Law se dejó caer dormido en los brazos de su pareja aun ronroneando.

Kid tuvo que hacer un gran esfuerzo por soltarlo y dejarle sentado en el asiento luego de afirmar el cinturón de seguridad alrededor de su pecho.

Cerró la portezuela y luego de sentarse y colocarse él mismo el cinturón de seguridad arrancó el auto, por primera vez sin encender el autoestéreo, la melodía de los ronroneos de su pareja le era demasiado placentero para siquiera considerar escuchar algo más.

Sin poderlo evitar… efímeramente recordó aquel día en que conoció a Law…

 

***

 

Pasando por un parque de juegos vio a un pequeño felino sentado a la sombra de un árbol mientras leía atentamente un libro y al mismo tiempo trataba de calmar el dolor de un pequeño gatito que había sido herido.

Lo recordó claramente y juró que podía sentir aquel calor volver a nacer en sus mejillas.

La criatura más hermosa y dulce que había visto en su vida.

Sin duda sería suyo.

Porque Eustass Kid era un orgulloso lobo que siempre obtenía lo que quería y ese pequeño felino no será la excepción.

No dudó ni siquiera un momento cuando vació las cuentas bancarias en que se mantenía la herencia que le habían dejado sus padres y no le importó empezar de cero por su propia cuenta.

Ni la pobreza, ni el hambre que padeció le hicieron arrepentirse un solo instante de saberse  comprometido con aquel felino, pues el diminuto frasco con el aroma de su prometido le hicieron levantarse las veces necesarias para ser completamente merecedor de su pareja.

Para él no existía otra meta que ser quien tuviese a ese pequeño felino y poder ofrecer todo lo que pudiese pedirle, ya fuera riqueza, fuerza, poder o amor.

Nada le faltaría a su pareja.

Él le daría todo cuanto le pidiese.

Excepto una cosa… una sola cosa… su libertad.

Así se lo había jurado a sí mismo Eustass Kid y lo cumpliría sin falta alguna.

 

***

 

Luego de un par de horas de transcurso habían llegado a una de las zonas más adineradas de la ciudad. Con calma el lobo estacionó el auto fuera de casa y con suma delicadeza tomo al felino entre sus brazos, Law se removió al sentir el frio de la tarde y buscando el calor de su pareja se dejó envolver en el abrigo que le cubría por completo, sin dejar de inhalar el aroma del lobo volvió al mundo de sueños en que se había decidido pasar el resto del día.

Por toda respuesta el pelirrojo beso la mejilla del moreno, concediendo el ¨título de ángel¨ a su pareja.

 

-Bienvenido señor… ¡¡…!!

-Estoy de vuelta… — Kid saludó a la humilde muchacha que hacía las veces de ama de llaves, una diminuta niña no mayor de dieciséis años que limpiaba el lugar una vez a la semana cuando mucho, rubia y de piel clara con suma inocencia plasmada en su rostro, con mirada curiosa cual felina interrogo a su amo con un solo gesto.

-Él está bien, desde hoy es el amo de esta casa, cuando despierte os presentaré, por ahora debe dormir. Yo me haré cargo de todo, puedes irte a descansar Kaya.

-Sí señor… — Con una reverencia, la gatita salió luego de tomar su largo abrigo y su bolso sonriendo al ver la delicadeza con que el lobo subía las escaleras que siempre sufrían sus apresurados pasos. Sin duda, la nobleza de su señor era recompensada con aquella hermosa criatura entre sus brazos.

 

Al estar en el segundo piso el lobo fue directo a su habitación y maniobrando para no dejar en ningún momento a su pareja se las arregló para hacerle un sitio bajo las sabanas sin quitarle el calor de su propio abrigo que juzgaba había cambiado de dueño, pues el felino lo sostenía fuertemente con ambas manos y no parecía tener intención de soltarlo.

Luego de recostar a su pareja en medio de su lecho y ver como se removía acomodándose a su gusto Kid sonrió satisfecho.

Su pareja podría hacer y deshacer cuanto quisiese pues ahora esa casa era completamente suya al igual que todo lo que desease, sin duda el lobo rojo le complacería cualquier capricho.

 

-… — Pensaba en el futuro que tendrían juntos al tiempo que acariciaba los azulinos cabellos del moreno, sentado al borde de la cama suspiró al sentirse satisfecho y optó por levantarse dejando que su pareja descansara cómodamente. Pero un leve jalón a su esponjada cola le hizo girarse mirando asombrado como las mejillas de Law enrojecían —… ¡¡…!! ¿Sucede…algo…?

-… No… quiero… — Law tartamudeaba al hablar mientras desviaba la vista avergonzado de sus propias palabras —… Dormir… solo…

-¡…! — Aunque el lobo era más abierto en cuanto a su pareja se refería, nunca había pasado de simples sueños melosos y una que otra imagen demasiado subida de tono o pervertida pero, tener en medio de su cama y casi desnudo al motivo de sus duchas frías y noches de desvelo, era demasiado para su mente —… De…bes des…descansar… — Apenas logró articular.

-Duerme conmigo… — La voz del felino casi fue un murmullo ocultó por las mantas, pues se había hundido entre estas tratando de ocultarse como un cachorro herido y asustado —… ¡¡Ah!!

-… — Para Kid no hizo falta más, casi saltó sobre la cama nuevamente arrojando las sabanas y abrazando a Law contra su pecho, ambos recostados uno frente al otro.

 

Sin decir nada, el lobo acarició el cuerpo del moreno arrullándole con cálidos mimos y dejándose llevar el mismo por el sueño se dejó consentir con el incansable ronroneo de su pareja.

Descansando ambos de un día lleno de sustos, incertidumbres y miedos de perderse uno al otro.

Durmiendo sin dudas a ser correspondidos.

Y resueltos a soñar un futuro al lado de su prometido y pareja.

Porque aunque su naturaleza les negase un lazo necesario para saberse unidos, ellos se esforzarían cada día por concebir un sentimiento mucho más intenso y significativo para ambos.

Así fue muriendo el sol en el atardecer de ese día.

 

 

*/*/*/* En algún lugar de la zona negra de la ciudad. */*/*/*

 

 

-¡Amo!... — Un omega de cuerpo delgado, cabello negro y piel extremadamente clara, se levantó de la cama donde estaba recostado para recibir al hombre que le poseía.

-Regrese… — Saludo Marshall D. Teach moviendo la mano a modo que el omega entendía debía soltar la transparente bata, única prenda que cubría su desnudez.

-Bienvenido amo… — Obediente dejo caer la tela a sus pies mostrando los moretones que sus clientes dejaban sobre su pálida dermis.

-Laffitte, esta noche tienes tres clientes… — Siguió su andar hasta recostarse en la cama indicando a su acompañante hiciera lo suyo.

-Umh… — Laffitte agacho la cabeza mientras abría el pantalón de su amo y frotaba la erección de este con ambas manos.

-Recuerda que me harás muy feliz con el dinero que me darán gracias a ti… — Consolando a su pareja con las mismas palabras con que siempre le manipulaba, Teach le jalo de una pierna hasta obligarle estar sobre él.

-¡Sí amo! Yo solo quiero que usted sea feliz… — Dichosamente se dejó caer sobre el miembro de su amo, penetrándose a sí mismo sin importarle cuan doloroso era para sí mismo, solo el placer que sentía su amo era lo que importaba, ni siquiera la sangre que brotaba de su interior le era relevante a Laffitte.

-Y no olvides apretar bien tu culo para que vuelvan con más dinero… — Dijo al tiempo que daba una nalgada que marcaba la piel del omega y asegurándose de que permaneciera por tiempo suficiente para que no le olvidara siguió estrujando su piel hasta clavarle las uñas y hacerle sangrar.

-Sí amo, apretare bien fuerte mi culo… — Concedió el chico, sin dejar de cabalgar con el rígido pene lacerando su piel.

-Aprieta más fuerte… — Exigió el amo y sin consideración le hizo bajar lo más posible para correrse en su interior.

-¡Ahg…! — Solo una mueca de incomodidad era lo que expresaba el omega.

 

Pero su placer no era algo que importase a su amo o clientes.

Así pasaba los días en que le visitaba su amo, una vez a la semana si tenía suerte.

Pero Laffitte era feliz.

Porque su amo era todo para él.

 

 

 

Continuará…

Notas finales:

Para que conste: YO odio a Kurohige, pero debo aceptar que es un buen villano, de esos que si ves un cosplay de ellos en seguida te lanzas a intentar matarlo. Al menos yo lo haría si lo veo ###(d+_+)d… en fin, espero que les haya gustado el capítulo.

Cuídense mucho!! Mata-nee!!   (^3^)7


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