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Solamente tú y yo. por hiruma chan

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Notas del capitulo:

HE VUELTO!!!!!!

...

Bueno, que puedo decir... aqui la continuacion de este fic, espero conserven animos de leer.

he de decir que ya esta casi terminado en mi cerebro... ¡¡PERO MIS DEDOS SE NIEGAN A ESCRIBIR!!!

como aclaracion: esto es una parte del pasado, nesesario de leer para comprender la continuidad (no me pregunten cuanto tiempo antes, ni yo lo se) y gracias a: Pingui-chi por su rev (me persiguiò mentalmente hasta hoy que actualizo) los reviews los responderè màs adelante... debo correr ahora... lo cual me esta matando.

quien diga: el ejercisio es saludable, quizà ni lo practica.   "-_-)

ESTOS PERFECTOS PERSONAJES PERTENECEN A EIICHIRO ODA-SAMA-SENSEI!!!!!

Capítulo 7: Motivo.

 

 

La sala se había sumido en la más fría incertidumbre.

 

-¿Qué… dijiste?... — La voz de Izo era realmente seria y su voz vacilante a causa de la ira que reprimía ¿En verdad Marco había sido TAN estúpido?

-Es simple… — Teach sonrió mostrando sus dientes amarillos —… El heredero de la familia Shirohige… — No pudo terminar su frase al sentir la asfixiante opresión  en el ambiente, pudo sentir como un escalofrío recorrió su cuerpo entero.

-Lamento el inconveniente Teach pero… —La voz gruesa del rubio se escuchó en toda la habitación, todos se mantuvieron inertes al percibir el peligro que conllevaba siquiera el moverse y tomar la atención de aquella creciente ira —… No te entregaré a MÍ prometido… —  Eso fue una sorpresa, el rubio ni siquiera había considerado el futuro de su familia en aquella declaración, aun cuando toda la discusión era a causa del rubio, ninguna de las palabras de Marco había sido dicha con la más mínima consideración o arrepentimiento, sus palabras eran inquebrantables edictos.

-“Eh…” — Teach sudaba frio al igual que todos en la sala, su voz ni siquiera era emitida por sus cuerdas bucales.

 

Nunca nadie había visto a Marco de esa manera, su actitud no era la de un alfa molesto, él estaba realmente a punto de asesinar a sangre fría a quien se aventurarse a discutir sus palabras.

Admitía la liberación su instinto alfa.

Ahora mismo, únicamente se le podía describir como una bestia salvaje sedienta de sangre.

Ni siquiera Edward Newgate cuestionó a su hijo, aunque todo había sido causa de una de las mayores estupideces en toda la vida del rubio.

Por su parte Garp estaba mucho más impresionado por la leve esencia que emanaba el rubio, el aire a su alrededor se había vuelto frio, como uno de los dos únicos fuera del trance en el que todos habían sido sumidos, pudo observar brevemente el visible vaho de aliento de los demás presentes, ninguno de ellos se daba cuenta del evidente cambio en la temperatura del lugar, en sí, eso era lo que realmente lo asustaba, ya era consciente de que su nieto sería entregado a una familia demasiado peligrosa aunque no menos afectiva, algo que en verdad le faltaba a sus nietos y sobre todo a  Ace, sentir el cariño y calor de una verdadera familia que ni él ni sus nietos eran capaces de dar al huraño felino y sin embargo, entregar a su nieto a ESE hombre tan peligroso…

¿Sería… lo adecuado?

 

-… T-todo… tuyo… — A penas logró tartamudear Teach luego de interminables minutos pues la mirada de Marco reflejaba una muy dolorosa muerte esperándolo… solo aguardando una negativa… por muy mínima que la fuera intención de no devolverle al chico.

-… — Sin decir más, el rubio se giró hacía Shirohige dando la espalda a Teach, diciendo con eso que no lo consideraba relevante en sus asuntos desde ahora en adelante, prácticamente lo había reducido a nada con tan solo su instinto dominante, no había necesidad siquiera de tomarlo en cuenta, ahora era una basura insignificante bajo el dominio del rubio —… Oyaji, tomaré las riendas de la familia y cumpliré con el compromiso de matrimonio si aún es tu decisión y si ha dejado de serlo, lamento expresar que por ningún motivo dejaré ir al felino de pelaje negro que ha entrado a mis dominios en esta mansión. No permitiré que nos separen… — Las últimas palabras fueron dichas con una fría mirada dirigida específicamente a Garp.

 

El rubio advirtió que el mayor no había sido sometido ante sus auras amenazantes, sin duda él podría… alejar de su lado… a Ace… con cada pensamiento la ira en Marco aumentaba casi verdaderamente incontenible.

 

-Más te vale cuidar de él… — Garp se levantó poniéndose delante del rubio, enfrentándolo abiertamente.

-¡Khe! Tanto alboroto por un simple gato… — La voz cubierta en desdén de Teach sorpresivamente calmó el ambiente en un instante, todos en la sala le miraron sorprendidos.

-Así es, un simple gato demasiado problemático Gurararararaa… — Shirohige devolvió la tranquilidad a todos sus hijos presentes, estos se mantuvieron en silencio y guardaron discreción comprendiendo las intenciones de su padre.

 

Desde ese día, para todos, Ace solamente era un ¨simple gato¨ que se casaría con Marco y pasaría a formar parte de su familia.

 

-Bien, ahora solo falta el gatito… — Izo se soltó de entre los brazos de Thatch que lo había mantenido abrazado en todo momento, nadie sabía la razón del acto en sí pero igual decidieron unánimemente ignorarlo —… Marco ¿Por qué no vas por tu prometido?

-Tienes razón… — El rubio salió de la habitación con la misma actitud aburrida con que siempre se le había conocido, al instante en que la puerta se cerró detrás del rubio todos sintieron por fin poder respirar en cuanto la manifestación de ira del rubio desapareció.

 

En algún momento de sus vidas habían olvidado que Marco también era un alfa.

Y uno demasiado posesivo de sus seres amados.

 

 

***

 

 

Suspiró sintiendo la frescura que le rodeaba, en verdad había descansado deliciosamente, estiró su cuerpo extendiéndose sobre el césped sintiendo sus músculos destensados, el dormir en verdad le había ayudado mucho no solo para recuperar el sueño perdido durante la noche anterior, también le había librado del estrés que tenía acumulado por todo lo ocurrido de un momento a otro, mismo que también se había ido acumulando al pasar de su vida.

No sabía porque razón pero, aquel jardín se sentía tan tranquilo y pacífico, era como si al enterarse de su condición como omega de pronto hubiese perdido la razón y luego de un inminente espiral de esquizofrenia por fin le dejasen mecerse en un repetitivo ir y venir abrazando sus piernas en el más oscuro rincón de una acojinada habitación del más prestigioso asilo mental.

Sonrió para sí mismo ¿Así de mala había sido si vida hasta ahora?

Recostado en el césped y mirando los ramilletes de glicinas que se agitaban con el viento sobre él suspiró con satisfacción.

Sus felinas orejas se sacudieron al escuchar pasos acercándose a él, se incorporó hasta poder sentarse y ver quien era la persona que se aproximaba, los oscuros ojos se ampliaron al reconocer al mismo hombre con quien había hablado la noche anterior y aunque hacía menos de ocho horas habían hablado apaciblemente, ahora mismo ese rubio le dejaba sin aliento, su mirada tranquila y esa casi imperceptible sonrisa eran demasiado para el felino, por supuesto no pudo evitar que la sangre se agolpase en sus mejillas resaltando dulcemente sus pequitas.

¿Por qué?

¿Qué era esa sensación entremezclada con el viento?

 

-¿Mar… co?... — Tartamudeó el moreno aun sin poder creer tener al rubio delante de él.

-¡…! “¡Me… recuerda!”… — Marco prácticamente se sintió caer arrodillando ante el felino y podría jurar volverse un fiel adorador.

 

Un incondicional esclavo, ese era el único modo de poder describirse a sí mismo en ese instante en que le fue robado el aliento y se sintió morir al ver a ese felino arrodillado delante de él con aquella inocente mirada y el adorable rubor en sus mejillas, aun con la ropa holgada el rubio podía distinguir perfectamente el esbelto cuerpo que poseía ese moreno tan travieso, podía decirse que era atlético aunque comparado con su propio cuerpo no era más que un delicado niño pues según lo que había dicho Oyaji no pasaba de los quince años.

 

-¿Vienes?... — Cuestionó Marco tendiendo una mano para ayudar al moreno a levantarse.

-¿Dónde… me llevas…?... — Con su balbuceo Ace se sintió avergonzado, no era posible que fuese tan obvio con los nervios que el rubio le hacía padecer.

-¿No lo sabes aún?... — Marco fingió no darse cuenta del creciente sonrojo del felino, aunque sonrió para sus adentros al creerse quizá… tan solo quizá… correspondido.

-¿Eh? ¿Qué cosa?... — El viento soplo llevando los pétalos de glicinas con él, Ace cerró fuertemente los ojos tratando de evitar que el polvo entrase a sus ojos, se encogió de hombros y sin darse cuenta estrechó fuertemente la mano de Marco que aún le sostenía en su andar e instintivamente Marco se giró para envolver al moreno entre sus brazos, ofreciéndole reposo y protección estrechándolo contra su pecho.

-… Yo soy tu prometido… —  Susurró el rubio.

-¡…!... — Ace abrió los ojos sumamente sorprendido, levantó el rostro y observó atentamente los ojos azules del rubio, quizá esperando haber escuchado mal o que todo fuese una broma de pésimo gusto pero, eso no sucedió.

 

Aquella frase se coreaba incansablemente en su mente y la cálida cercanía de Marco se mantuvo en él y por primera vez descubriendo lo cerca que tenía al rubio su rostro ardió frenéticamente.

Lo fresco de su aliento, la exquisita esencia cítrica de su colonia, la fortaleza de su abrazo y la melodía de un corazón igual de acelerado que el suyo, era como caer en un profundo sueño.

Un meloso y cursi sueño vuelto realidad.

Todo en aquel rubio le estaba dominando, como siempre lo había temido, como tantas veces aspiró evitar y así nunca perder esa mínima sensación de libertad que añoraba poseer.

 

Suspiró dejándose llevar…

Estaba perdido y lo sabía…

No tenía razón…

Ni fuerzas para resistirse.

 

 

+++

 

 

La sala era un desastre completo.

Decir que el otro par de nietos de Garp había llegado corriendo a la mansión tan pronto como se habían dado cuenta de que ni su abuelo ni Ace estaban en casa, sería restarles velocidad.

Los dos felinos sofocaban a su abuelo con preguntas y gritos exigentes por la presencia del mayor de los mininos hermanos, por su parte Garp los había mandado callar y aun con un par de chichones en la cabeza no se habían detenido por más de tres segundos con el dolor y volvían inmediatamente a hostigar a Garp.

La familia Newgate miraba la escena con diferentes ideas.

 

-¿No crees que son demasiado pequeños para llegar corriendo?... — Izo repartía a todos una taza del té de cerezo que le habían obsequiado luego de su última obra.

-Son cachorros, es obvio que posean suma energía, sobre todo siendo alfas… — Thatch cortaba el panque de nuez que recién había sacado del horno y ofrecía a todos una rebanada en platos de porcelana china que Namur había enviado a la mansión desde el año pasado durante un viaje de trabajo, los diseños de lirios violetas resaltando divinamente en los bordes de cada plato.

-Además de que el razonable el hecho de que un hermano es más importante que el dolor propio… — Vista sonrió de lado alisando su bigote para luego recibir su porción de panque.

-Pero… — Haruta dudó de su visión luego de comer un trozo del panque en su plato —… ¿En qué momento se sirvió ese niño?... — Terminó su pregunta haciendo a todos observar como Luffy sostenía con sus manos casi la mitad de medio panque con evidentes mordidas.

-¡Gurararara…! — Edward solo podía reír al darse cuenta que ni él mismo sabía la respuesta.

 

En resumen, desde que Marco había salido el par de niños no tardo en entrar con un estruendoso escándalo que no había parado ni un solo instante. Ambos se negaban a entregar a su hermano a un desconocido alfa que seguro terminaría encerrando a Ace en una jaula y lo forzaría todos los días a complacerlo sin ninguna consideración a los deseos de su hermano.

Al principio se habían ofendido por la malsana opinión que tenían de su hermano pero, comprendieron que ellos harían lo mismo con cualquier miembro de su familia en una situación similar incluso si ya fuese mayor o continuase siendo tan joven como el moreno.

 

-¿Qué sucede aquí?... — El silencio se estableció en toda la sala cuando Marco seguido de un felino ruborizado tomado de su mano aparecieron por la puerta que daba a las habitaciones pertenecientes al rubio.

-… Estos niños… — Thatch sonrío a la pareja tratando de explicar la situación pero, se vio interrumpido por un agudo grito que se pudo oír a más de dos cuadras de distancia de la mansión.

-¡¡ACE, TE FOLLARÉ EL CULO Y VOLVERÁS A CASA CONMIGO!!... — La voz de Luffy retumbo por toda la mansión con inminente eco sumiendo a todos en el más incómodo silencio.

 

-“¡¿Qué clase de educación le da Garp a ese niño?!”… — Aquel fue el pensamiento general de todos los presentes que se mantenían en shock.

De repente y para incertidumbre de todos, la temperatura de la sala comenzó a arderte con altas e inexplicables temperaturas, todos sintieron quedarse sin una sola gota de sangre en el cuerpo porque Marco estuviera listo para atacar y sin resistir su instinto de ¨comprobación¨ se giraron lentamente para mirar al mayor pero, incluso el mismo rubio estaba sorprendido por la furia que despedía el ¨delicado¨ cuerpo de su prometido.

 

-¡¡LUFFY!! ¿DE DONDE SACASTE ESA TONTERIA?... — El rubio gatito Sabo, había entrado en pánico mirando de un moreno a otro, uno estaba sonriendo como si hubiese descubierto el mayor tesoro habido en el mundo y el otro, bueno, digamos que la creciente sed de sangre era suficiente para saber cómo terminaría todo aunque solo un par de veces habían logrado molestar al  moreno de esa manera —… ¡DISCULPATE! ¡¡DISCULPATE!! ¡¡¡¡DISCULPATEEEE!!!!... — Sabo tomaba al más pequeño del cuello de la remera roja que usaba y lo sacudía de atrás hacia adelante con excesiva fuerza e impidiéndole siquiera respirar apropiadamente, era evidente el miedo del rubio pero, ¿Qué podía hacerles ese pequeño omega? Seguro terminaría llorando en cualquier momento y sería inconsolable por un par de días, semanas o meses y eso en el peor de los casos —… “Está furioso…”… — Aseguró el rubio en su mente.

-Pero Sabo, solo así Ace volverá a casa con nosotros… — El gatito aun mordía el resto del panque en sus manos y se lamía los dedos luego de terminarlo.

-Que arcaica forma de pensar… — Resolvió el rubio a su lado

-Luffy… — Amenazó Ace que había sido ignorado por un momento.

-Ace, cálmate… — Marco se paró a su lado y tomó al moreno de un hombro deteniéndolo en evidente manera de un futuro amante que domina por completo a su pareja.

-¿Eh…?... — Sabo lo miró evidentemente incomodo de que ese tipo tocara a su hermano y este sin más se estaba dejando TOCAR  e incluso OVBEDECER al susodicho. Más que los celos de hermano, fue la ira de un alfa lo que ardió bajo la piel de Sabo.

-… Marc… — La efímera calma del moreno se esfumó al dar con los fríos y rígidos zafiros que se reflejaban en la mirada de Sabo, estaba seguro de lo que diría y así mismo se determinó a defender a quien amaba e incluso a cometer el más cruel homicidio contra sus dos únicos hermanos si de ser necesario se trataba.

-¡¡ESE, no puede ser tu prometido!!... — Ordenó Sabo y todos en la sala callaron ante las frías palabras del felino rubio aunque estas iban dirigidas contra su hermano. ¿Cómo existía alguien en el mundo capaz de no ver el bondadoso corazón que emanaba la presencia de su hermano al estar cerca de ese felino moreno.

-¡¿…?! — Por su parte, Marco ni siquiera lo entendió, era como si su cerebro de repente se atrofiase hasta terminar hecho papilla dentro de su cráneo.

-… “Una orden… de… Sabo…”… —  Ace agachó la cabeza y sus mechones oscuros cubrieron su rostro, parecía aceptar las palabras de su hermano sin más y eso asustó a Marco que aflojó un poco el agarre en la mano del moreno hasta que este se soltó por completo, abandonando la calidez de su piel siendo reemplazada solamente por el suspiro frío de la soledad misma que repentinamente se sentía helada para el mayor quitándole incluso la última inhalación de sus pulmones.

-… Comprendo que consideres la ausencia de tu padre como abandono… — Continuó Sabo —… Sin embargo, eso no es ningún motivo valido para que levantes el culo al primer anciano que quiera ofrecerte un mísero cariño… — Ace reconoció que su hermano debería estar realmente molesto, pues solo en verdadero estado colérico usaba el lenguaje vulgar —… Debes abrir los ojos, es una más de tus estupideces si crees que de esta forma tendrás…

 

Un ensordecedor estruendo sorprendió a todos, en un segundo escuchaban a un rabioso Sabo y en un instante solamente distinguían astillas yendo en el aire y en el suelo los restos de la mesilla de centro que era la favorita de Oyaji.

Luego de procesar todo se dieron cuenta de que el rubio terminó estampado contra la pared con un regio puñetazo en su rostro. Su mejilla izquierda completamente inyectada de sangre que pronto sería un hematoma verdoso y ni mencionar la sangre surgiendo desde su labio roto.

Nadie logó ver el momento exacto en que sucedió pero, definitivamente podían decir que en verdad había dolido lo suficiente como para que ni siquiera intentara levantarse o quejarse por la agresión.

Por un segundo pensaron que había sido Marco y se giraron para ver la reacción de Ace pero, lo único que vieron fue al rubio con la expresión de su rostro tan desconcertada como la de ellos mismos.

Ace había sido quien golpeo a uno de sus hermanos y parecía seguir furioso apretando el puño con tal fuerza que sus nudillos también sangraban, su propia piel había desgajado ante la fuerza ejercida contra su hermano y ahora de pie junto a un Luffy que le miraba sorprendido aunque con mayor admiración que miedo.

 

-Ahora escúchenme par de idiotas… — El moreno se hizo oír claramente.

-… — Sabo logró sentarse a medias recargado contra la pared manteniendo las orejas bajas en evidente sumisión.

-¿Eh…? — Por su parte Luffy elevó su par de felinas orejas con curiosidad y suma atención cual obediente lacayo.

-Voy a casarme con Marco y no quiero volver a escuchar una queja de su parte, ha sido decisión mía. No interfieran… — Terminó Ace imponiéndose ante sus hermanos.

-¡¡…!! — Sabo elevó rápidamente la mirada con una expresión entre la ira, el miedo y la inseguridad de hablar.

-Nadie me está obligando… — Respondió Ace a la silenciosa pregunta de su hermano.

-Pero, si tenemos sexo no tendrás que irte nunca… — Luffy jaló con ambas manos la chaqueta de Ace exigiendo su atención.

-¡¡NO VUELVAS A DECIR ESAS ESTUPIDECES!!... — Gritó furioso el mayor asustando demasiado al pequeño que se encogió con evidentes lágrimas en sus ojos y a punto de sollozar —… ¡¡Y ya te dije que odio a los llorones!!

-Umh… — Al instante Luffy mordió sus labios reprimiendo su evidente llanto.

-Vamos… — La suave y tranquila voz del rubio se escuchó luego de un suspiro casi demasiado contenido —… Solo queríamos que volvieras con nosotros… — Sabo se había levantado y andaba hasta quedar al lado de sus hermanos y posando una mano sobre la cabeza de Luffy para consolarlo silenciosamente.

-Umg… Como sea, no quiero que hagan algo similar en otra ocasión, voy a quedarme con Marco… — Ace se ruborizó levemente y preguntó volviéndose hacía su prometido —… ¿Alguna objeción?

-Ninguna… — Respondió Marco sonriendo amorosamente y extendiendo su mano derecha que seguía suplicando por el calor del felino.

-¡…!... — Ace enrojeció al sentirse demasiado observado, todos esperaban ver su reacción ante la primera petición que Marco le hacía.

-… ¿Desde cuándo te volviste tan cobarde?... — Sabo, detrás de él, posaba una mano en su hombro y le brindaba aquella suave sonrisa que le llenaba de confianza.

-¡Ace…!... — Luffy se abrazaba a su cintura impidiéndole moverse —… Verdad… ¿Verdad que tú sí nos visitarás…?... — Las palabras del menor fueron más llanto que voz.

-Sabo… — El murmullo del moreno apenas fue audible para sus hermanos, podía ver la tristeza de Sabo en la sonrisa falsa que trataba de mantener para no despedirse de su hermano con tristeza aunque un par de lágrimas ya se veían brotar de sus ojos —… Luffy… — Sin poder hacer más que tomar la mano libre de Sabo y acariciar la cabeza de Luffy que ya había mojado su remera con su irreprimible llanto.

-Por supuesto que los visitará… — La voz de Marco sorprendió a los tres felinos casi tanto como sus palabras —… Y ustedes también son bienvenidos a la mansión, cuando quieran pueden visitar a Ace.

-¿En serio…?... — Luffy examinó detenidamente al rubio.

-Sí, ahora ustedes también son parte de la familia… — El mayor sonrío pasando un pañuelo por las mejillas de Luffy limpiando su llanto —… Por eso, no debes llorar. Además yo también quiero mucho a Ace.

-¿Más que nosotros?... — Luffy infló sus mejillas en protesta, nadie podía querer más a su hermano que él y Sabo.

-Muchísimo más… — Respondió sin dudar el rubio —… Por eso Ace debe quedarse a mi lado, sino, yo en verdad… — Marco elevó la mirada para observar directamente a Ace y perderse en su mirada —… Moriría de tristeza.

-¡…!... — La sinceridad del rubio cubrió las mejillas pecosas de carmín.

-Haz conseguido un alfa cursi… — Sabo rió incomodo sintiéndose como la ¨tercera rueda¨

-¡¡Sabo!!... — Ace se giró regañando a su hermano y agradeciendo interiormente de que le salvara de responder a tan melosas palabras.

-Entonces… Ace, ¿Tú también morirías de tristeza?

-¿Eh?... — El moreno sintió querer golpear a Luffy por arrojarlo nuevamente a tan complicada pregunta pero, luego de ver la preocupación del menor no dudo ni un segundo en decir la verdad —… Sí… — Pasó su mirada en Marco —… Yo también… me sentiría muy triste… y no podría vivir… sin Marco.

-¡¡Entonces quédense, juntos siempre!!... — Luffy sonrío —… Si están juntos y se quieren mucho, no les pasará nada, shishishi.

-Eso haremos Luffy… — Ace sonrío y se dejó abrazar por sus hermanos.

-Pero… — Luffy miró seriamente a Marco aun sin soltar del abrazo a Ace —… Sí lastimas a Ace…

-… No esperes una muerte pronta y sin dolor… — Terminó Sabo con la misma mirada gélida que se reflejaba en las pupilas oscuras de Luffy.

-Sabo, Luffy… — El moreno iba a reprenderlos pero fue interrumpido.

-Sí eso llegase a suceder… — La voz de Marco fue seria y llena de resolución —… No esperaría menos.

 

Los tres alfa, se miraron por un largo rato antes de que el estómago de Ace se hiciera presente con una audible queja por perderse el desayuno y almuerzo, así mismo se disipó la pesada atmosfera decidiendo comer el almuerzo previamente preparado.

Entre risas e historias vergonzosas fue presentada la familia Newgate a los felinos. Garp bebía y reía al lado de Edward contemplando a la recién pareja que aunque visiblemente torpes, no dejaban de ser conscientes del amor que tenían para dar y recibir.

La comida se convirtió en celebración y no tardó en salir Jozu con el par de añillos para los novios y mucho menos fue forzado Marco a levantarse de la mesa y llevando a Ace consigo a solo unos pasos de las sillas donde habían estado sentados, sonrío suavemente el mayor y se arrodillo extendiendo el pequeña caja con diseño de un cofre que resguarda el tesoro de un pirata, sin embargo no había más que una almohadilla de  terciopelo rojo con una sortija de oro blanco en el centro. Una visión demasiado conmovedora volviéndose perfecta al unirse la voz del rubio.

 

-Te suplico… sé mío… Ace.

-… — Ace nuevamente sintió arder sus mejillas y sintiéndose completamente dichoso, se dejó caer de rodillas sintiéndose completamente débil, Marco se asustó por un instante pero, de inmediato el moreno rodeo su cuello con ambos brazos y escondiendo el rostro en el cuello del rubio, respondió —… Por favor… nunca me apartes de ti.

 

Recibiendo la alianza en su dedo, Ace sonrió con las mejillas sonrojadas y la más amplia sonrisa que no había dado en mucho tiempo, por primera vez se sintió libre de poder ser él mismo nuevamente, quizá la tira de alegría que podía sentir uniéndole a Marco era mucho más fuerte de lo que habría podido imaginar.

 

Así fue como se decidió que el moreno formaría parte de la familia Newgate.

Aun como un adolecente decidió contraer nupcias con su prometido y para satisfacción y sorpresa de todos, aceptó llevar el kimono blanco que Izo había hecho especialmente para él, la delicada seda bordada con resaltantes diseños de flores blancas que desmoronaban conforme subía la tela cubriendo suavemente las piernas del felino, el obi atado a su cintura resaltando su esbelta figura, con una gargantilla plateada colgando desde el centro hasta su costado izquierdo simbolizando el ¨objeto prestado¨ ofrecido por Sabo, siendo esta un presente de Koala. En su muñeca derecha se distinguía una pulsera de violetas azules hecha por Luffy ofrecida para que llevase ¨algo azul¨ y en su cuello resaltaba un collar de la Academia de la marina que daban a los reclutas graduados, otorgada por Garp como ¨algo viejo¨

Todo su atuendo coronado por aquel cucurucho en su cabeza que por más veces que el mismo Izo le repitiese el nombre, simplemente no terminaba por recordarlo. Sin duda con tanto blanco cubriéndole por completo, sus mejillas sonrojadas resaltaban dulcemente al igual que sus pequitas que hoy más que nunca le otorgaban una apariencia demasiado tierna aun con su rostro enmarcado pos sus ondulados mechones negros.

Se miró al espejo y no pudo más que preguntar ¿Quién era esa novia oriental?

 

-Eres tú, cariño… — Izó había respondido tan orgullosamente con aquella voz gruesa que aún le hacía sentir escalofríos, el actor no podía ocultar el honor que había sido para él vestir al prometido de su hermano que siempre había cuidado de él y de todos en la familia sin esperar nada a cambio, de Marco.

 

Los arreglos florales fueron coronados en último minuto por un ramillete de glicinas a petición de Ace e insistencia de Marco. Vista casi había recorrido medio país y todas las florerías en su camino en busca de dichas flores, se había negado completamente a cortarlas del jardín que tanto adoraba Ace y en el que había pasado la mayor parte del tiempo desde su llegada a la mansión, siempre esperando a Marco, para el responsable de las flores nunca sería una molestia complacer a su nuevo hermano, después de todo la inocencia y delicadeza con que Ace cuidaba el jardín que tanto apreciaba su hermano no podía ser destrozado por ningún motivo, no mientras él pudiese hacer algo, sobre todo porque el rubio nunca dejó morir su propio jardín cuando él estuvo ausente.

 

El pastel fue exquisito, con un diseño simple donde resaltaban ambos novios dibujados con betún de colores claros, sonriendo con mejillas pecosas de chispas de chocolate un pequeño Ace y un casi dormido Marco con cabello sabor piña según el paladar de Ace que no dudó ni un segundo en comer la fruta que simulaba el cabello del rubio y dejándolo ¨calvo¨ sobre el pastel por el resto de la celebración para diversión de todos pero, como venganza el rubio comió una de las pecas de chocolate declarándola ¨exquisita¨ y provocando el inminente rubor en Ace. Thatch siempre bromeaba con Marco pero, por primera vez pudo verlo  disfrutando abiertamente, sin ser estricto, sin contenerse y sobre todo sin pensar en que pasaría después, por primera vez simplemente viviendo un día a la vez. Sonrío satisfecho de saber a ese pequeño felino como la mayor felicidad de su hermano, sin duda por eso lo adoraba también, por dar tanta felicidad a quien siempre había procurado por ellos.

 

Los anillos de compromiso fueron reemplazados por arras matrimoniales en ambos dedos, un zafiro azul para Ace recordándole siempre el dulce color de los ojos de su ahora esposo y un zafiro rojizo para Marco que nunca le dejaría olvidar la calidez que había sentido desde el primer día en que se encontró con Ace, Jozu valoró mucho su trabajo en el resultado de ambos anillos siendo los que portarían ambos novios por el reto de sus vidas pero, nada le hizo más dichoso que saber que ambos usaban una cadena de plata en sus cuellos solicitadas por Ace, desde donde colgaban los anillos de compromiso que ambos habían usado por no más de una semana antes de presentarse en el altar para redactar sus votos de matrimonio. Ace no olvidaba el valor que poseían los objetos que aunque hechos de fríos metales y duros cristales, siempre podrían guardar los más preciados recuerdos. Esas habían sido las palabras de Marco cuando él mismo había dudado de seguir en su trabajo o tomar uno como oficinista con mejor sueldo, sin duda, la alegría con que Ace mostraba a todos los que pedían ver su anillo y él no dejaba de presentar el simple arillo de compromiso, sin duda su rubio hermano había tenido toda la razón y Ace era una de esas personas que no juzgaba la apariencia y valoraba verdaderamente todo a su alrededor.

 

Las felicitaciones de Oyaji habían sido conmovedoras, ver a su primer hijo tomando la felicidad era uno de sus mayores deseos, más aun cuando Marco se había olvidado de sí mismo por mucho tiempo, el llanto no se hizo esperar y aunque la seda del kimono de Ace era demasiado costosa y se había estado cuidando durante toda la celebración, no dudó ni un instante en usar las mangas como un pañuelo para limpiar el llanto de Edward al tiempo que le regalaba una deslumbrante sonrisa,  agradeciendo sus palabras y prometiendo hacer muy feliz a Marco reforzando sus palabras al tomar al rubio con una mano entrelazando sus dedos.

 

-Cuidaré mucho de Marco y espero que nunca deje de cuidar de nosotros, Oyaji… — Ace había sorprendido a todos por llamar a Edward por primera vez ¨padre¨ aceptando por fin y formalmente formar parte de la familia

-¡¡Gurararararaa!!... — La risa de Oyaji no se hizo esperar ni tampoco sus lágrimas que volvían a brotar de sus ojos pero, esta vez parecían ser de verdadera dicha y felicidad incontenible.

 

La familia de Ace también había asistido, Garp bebía en una mesa luego de abrazar a su nieto que ¨por fin¨ entraba en razón, Sabo había asistido acompañado de una chica castaña muy linda y amable aunque también había jalado las mejillas del rubio felino en más de una ocasión provocando la risa de Luffy, el pequeño había comido de todo en el banquete gritando lo delicioso que todo había estado.

 

Y cuando llegó el momento de despedirse para que los recién casados disfrutasen su viaje habían tardado más de una hora despidiéndose entre abrazos, buenos deseos y felicitaciones, ahora cambiados Ace con una camisa amarillo claro y un pantalón oscuro a la rodilla sostenido a sus caderas por un cinturón naranja a juego con un sombrero del mismo color con curiosos adornos y marco con un pantalón oscuro bajo las rodillas atado con una bandolera aquea y una cadena dorada completando su sencillo atuendo con una camisa fiusha, ambos tomados de la mano listos para abordar el auto que les llevaría al aeropuerto. Marco abrió la puerta para Ace pero, el moreno se detuvo de golpe y se giró al jardín donde celebraron su boda, sin decir nada al rubio corrió hasta perderse entre sus ahora hermanos, llegó hasta la mesa del banquete donde una mujer de cabellos rojizos seguía comiendo y en todo momento se la paso diciendo que solo asistía por el banquete.

 

-… — Detrás de la mujer Ace se inclinó en una respetuosa reverencia —… ¡Muchas gracias, por cuidar de mí y mis hermanos todos estos años, Dadan!

-… — La mujer dejó de comer por un segundo antes de responder —… Lárgate ya mocoso, siempre fuiste una molestia… — Todos miraban la escena sin decir nada, era obvio porque no miraba al moreno la mujer que había sido su cuidadora desde que nació.

-Prometo cuidar muy bien de Ace, Dadan… — Marco había alcanzado al moreno y se inclinaba ante la mujer que había cuidado y criado a Ace durante toda la vida del felino, agradeciendo silenciosamente de que le dejase tomar al moreno como su conyugue.

-… Sin responder Dadan se giró elevando una mano dejando caer su obsequio alrededor del cuello del moreno —… Solo es una baratija, puedes tirarla cuando gustes.

-¡¡…!! — Ace amplió los ojos al ver el collar que rodeaba su cuello, las perlas rojas brillaban cambiando de tonalidad yendo desde el más profundo rojo hasta el naranja con mayor fulgor que había visto en un atardecer, era cierto, no eran rubíes ni esmeraldas pero, ese collar siempre le había fascinado demasiado —… Gracias, Dadan… — Ace sonrío ampliamente luego de pararse derecho al lado de Marco.

-A ti no te doy una baratija… Ahora largo… — Dadan hizo un movimiento despectivo con su mano indicando que se fuesen de una vez.

-Gracias… — Repitió el rubio tomando la mano de Ace y abordando ambos el auto que les llevaría a pasar unos días juntos.

 

No se había dejado de ver el auto cuando Dadan soltó a llorar.

 

-Jefa… — Los trabajadores de Dadan trataban de calmarla y más de uno sentía algo de pena por la mujer que había logrado a duras penas mantenerse seria.

-Marco sabe muy bien… — Habló Shirohige a su lado tomando un trago de bebida directamente de la botella al igual que Garp —… Que lo que lleva entre sus brazos es un tesoro irremplazable.

-¡Cállate viejo! Y será mejor que ese ladrón que tienes por hijo nunca haga sufrir a Ace… — Amenazó la mujer bebiendo otro baso de alcohol que le había servido Garp.

 

Todos sonrieron ante la escena, definitivamente lo más difícil de ser padres era el día en que entregas a tu hijo a alguien más mientras juras que matarás a quien se atreva a hacerle sufrir aunque esa persona sea quien le ha hecho mucho más feliz que en toda su vida.

La boda finalizó pero dio inicio la noche de copas en que se dirían una y mil historias de aquel par de hijos ausentes, una forma de aligerar el dolor.

Desde como Ace gateaba por todos lados sin detenerse, desde pasar el jardín completo hasta explorar por completo el oscuro sótano que se creía cerrado hasta entonces, pasando por los berrinches de un rubio que no dejaba que nadie tocara sus libros nuevos o las semillas de glicinas que nunca germinaron y en compensación recibieron una cruz de pajillas de jugo de naranja, pues poner una cruz de madera seria como poner una cruz de cadáveres para los humanos según el razonamiento de Marco.

Así se fue la tarde y la noche, entre recuerdos, risas y lágrimas de alegría seguidas de un nuevo trago.

 

 

*/*/*/*

 

 

Durante la luna de miel, ambos fueron y vinieron de un lugar a otro, Ace llevando a Marco siempre de la mano cuidando de no separarse ni un instante del rubio, las personas los miraban y juzgaban erróneamente a un par de hermanos cuando mucho, pues era obvia la actitud de sirviente del mayor, eso hasta que un inconsciente alfa quiso tocar de forma poco decente al moreno y Marco terminó recibiendo la lealtad de toda una línea de hienas negras del oeste oscuro luego de otorgar clemencia al desdichado alfa.

 

Tan velozmente pasó el tiempo para Marco, que realmente se sorprendió al despertar con el último amanecer ahora en la mansión Shirohige y se sorprendió verdaderamente al encontrar a un felino durmiendo a su lado a penas cubierto por una de las camisas que había dejado en su armario.

La noche anterior habían vuelto de su viaje y con dificultad lograron llegar a la cama, aun recordaba a Ace ronroneando en su pecho expresando su comodidad al usarlo de almohada. Sonrió suavemente y se levantó acariciando las orejas del moreno, en verdad se había divertido con Ace, había sido como tomar unas vacaciones. Comer y asistir a todo espectáculo callejero que llamara la atención de su… enrojeció sorpresivamente al darse cuenta de cómo estaba por llamar al felino.

Su esposo.

Sí, era lo correcto pero, ¿En qué momento había sucedido todo?

Lo recordaba todo, cada momento, la ceremonia, la cena, las felicitaciones, el viaje… todo, todo se había registrado en su mente y ahora… ¿Qué seguía ahora?

Debería tomar las riendas de los negocios de su familia, lo primordial era el trabajo de su padre, que ahora le correspondía a él hace todo y seguir pendiente de sus hermanos.

¿Qué había hecho?

Ese no era su deseo.

No… eso no…

 

-¿Marco…?... — Una voz adormilada lo llamó y el movimiento de la cama le dijo que Ace había despertado —… ¿Qué sucede? Luces pálido… — El felino se colocó al lado del rubio posando su palma en la frente del rubio y en la suya propia, comparando temperaturas, tal vez el viaje había sido demasiado agotador para ambos, quizá mucho más de lo que se habían dado cuenta.

-Estoy bien… — Murmuró el rubio sonriendo al sentir el cálido y suave contacto del felino.

 

En todo el tiempo que habían pasado juntos Ace había sido muy atento con él, siempre procurándolo, igual que él hacía con todos sus hermanos pero, aun estando tan cerca el uno del otro, esa sensación de lejanía no había desaparecido un solo instante, era como ver al felino desde detrás de una ventana con un frio y rígido cristal interponiéndose siempre entre ambos.

No comprendía el porqué de esa sensación sin fundamentos pues en todo ese tiempo, en cada día, en toda tarde que miraron el esplendoroso atardecer de una ciudad nueva y desconocida, en las noches que llegaban exhaustos a la hostería donde reposaban de tanta diversión, Ace siempre pedía leche para su merienda y con su más brillante sonrisa servía el café tal como le gustaba.

Pero… había algo que seguía molestándolo… y sabía que era absurdo preocuparse por algo así… sobre todo porque Ace era muy joven aún, no, no era solamente eso, la verdadera razón era que no se suponía que ellos estuviesen casados.

 

-Tomaré una ducha, hoy debo tomar la presidencia del corporativo formalmente… — El rubio se levantó dejando al felino en la cama, había tomado una toalla limpia del armario y andaba al baño aún sumido en sus pensamientos.

-¡Marco…!... — La voz del felino casi le hizo saltar.

-¿Eh…?... — El rubio se detuvo a medio camino completamente inerte, sobre la cama el felino estaba de pie solamente cubierto por una camisa que él mismo le había dado la noche anterior, la ropa del felino aun no llegaba y el día en que fue ¨entregado¨ no llevaba más que la ropa que usaba y durante su viaje había tenido que vestir ropas típicas de la zona, lo cual no era muy cómodo para dormir.

-… Esfuérzate mucho… — La sonrisa del felino era todavía más hermosa acompañada de esas mejillas pecosas cubiertas de rubor.

-… Sí, lo haré… — Sonrió aliviado al darse cuenta de que importaban sus dudas, algún día podría mirar a ese felino sin temor a perder la razón.

-¡Ah! Apuesto a que quieres café, prepararé un poco para ti y leche, huhum… — Ace saltó de la cama y luego de tomar un pijama del armario se cambió sin ser consciente de la atenta mirada del rubio que seguía de pie en medio de la habitación —… Date prisa o llegaras tarde… — El moreno salió vistiendo un viejo pijama de Marco que aunque  era de los años de instituto del rubio no dejaba de ser demasiado grande para el moreno.

-… Ace… — El susurró del rubio se perdió en la habitación al no ser oído ni por él mismo, esa misma actitud del felino era lo que le llevaba una y otra vez a sus insulsos pensamientos llenos de incertidumbre —… ¿Cómo es posible que seas tan arisco e inocente al mismo tiempo? ¿No comprendía el riesgo que corría manteniéndose al lado de un hombre como él?

 

Sin embargo, como alfa, líder y esposo debía proteger al felino, incluso de sí mismo, por eso y aun con todo el tiempo que llevaban juntos, solamente habían compartido un beso.

El beso de su boda.

Cuando el sacerdote había dicho ¨pueden besarse¨ ninguno de los dos había sido consciente de que ahora podrían hacer más que solo tomarse de la mano.

Ace enrojeció al instante girando al momento para mirar a Marco, casi asustado y por su lado el rubio ni siquiera consideraba que sería correcto tocar al felino, al menos no en unos cinco años más. Ace era joven, delicado y evidentemente no poseía conocimiento o malicia alguna en ese tipo de ¨relación¨ con alguien más.

Por eso fue él quien tomó iniciativa, extendió sus manos pidiendo silenciosamente que Ace las sostuviese lo cual hizo el moreno con algo de nerviosismo pero sin pensar en negarse. Se inclinó de lado para no golpear su nariz con la del moreno y cuando sintió que le faltaba el aire estando casi a punto de retractarse, Ace le sostuvo fuertemente ambas manos y con las mejillas aún más rojas que en un principio se elevó un poco en las puntas de sus pies hasta poder tocar sus labios con los de Marco.

Un puro eso que no fue más allá de la unión de sus labios.

El rubio había emprendido la iniciativa y el moreno le correspondió libremente con la alternativa de negarse, ambos compartiendo un momento decisivo que marcaría el inicio y proceder de su relación.

Marco daría todo, Ace no sería forzado a nada y sin duda alguna, correspondía los sentimientos del rubio.

 

 

 

Notas finales:

por enesima vez, disculpen la pesima ortografia y como dato curioso, Gura-sama (hace aproximadamente un año) dijo:

-ESTAS OBSECIONADA CON EL MARCOxACE!!!

Yo: -NO ES VERDAD!!! PUEDO DEJARLO CUANDO QUIERA!!!!!

-....

-....

 

por eso no habìa vuelto y aunque no estoy curada, tambien me dediquè a investigar el omegaverso. en fi...

CUIDENSE MUCHO!!!! 

MATA-NEE!!!!

-W-)/


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