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Solamente tú y yo. por hiruma chan

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Notas del capitulo:

estos hermosos personages pertenecen a eiichiro oda-san

Capítulo 2: Marca.

 

 

La tarde en el instituto era fresca, las clases fueron canceladas luego del ¨cortejo¨ pues las parejas debían conocerse y pasar un tiempo en el cual al menos podían intentar llevarse bien y aunque la poco común actitud del moreno leopardo les desconcertó, no paso a más pues el mismo lobo rojo fue tras su pareja, casi alcanzándole al instante.

Una descarada lamida al cuello del moreno y el felino estaba ronroneando en brazos su alfa.

El instinto le ¨dominaba¨ por momentos, al menos eso consideraba Law, nunca aceptaría que aquel encuentro fue como amor a primera vista para él, aunque por un segundo consideró que tal vez ese ¨amor¨ sería para cualquiera pues en aquel instante lo único que deseaba era que alguien le librase de aquel asqueroso ¨cazador¨ por esa razón no quería creer que aquello fuese amor y más considerando que la simple frase era demasiado irrisoria, ¿Quién se enamoraría a primera vista de ese salvaje lobo de monte? Era un pelirrojo con cicatrices en el rostro, sin cejas y mirada de desquiciado además de los labios pintados de borgoña, quien en su sano juicio siendo hombre se maquilla.

 

-Los okamas no cuentan… — Se dijo a sí mismo.

 

-Law-sempai, pareces algo molesto… — Shachi se había acercado al jardín donde el moreno aguardaba el regreso de su pareja que había ido a buscar el ¨presente¨ que debía obsequiarle por ser su primer encuentro, obsequio que olvidó en el auto según le dijo.

-Shachi-ya, donde esta… — Law dudó por un momento el llamar a la pareja de Shachi por su nombre ya que no habían sido formalmente presentados.

-Heat-san, fue a la cafetería por bebidas para ambos, saldremos de paseo por la ciudad, queríamos saber si quieren ir con nosotros, Penguin y Killer-san también nos acompañaran… — Shachi sonreía tan dulcemente que Law casi creyó que su amigo era un sol que se vivía irradiando felicidad, sin duda el conocer a aquel peli-azul le había sentado muy bien.

-Eustass-ya fue por algo que olvidó en su auto, le preguntaré cuando vuelva.

-Está bien… — Contrario a lo que pensó Law, el castaño no se retiró —… ¿Sucede algo?

-… L-Law-sempai… ¿D-duele?

-¿Qué cosa?

-La… La marca… — Con algo de miedo Shachi señalo el cuello de Law.

-¡¡…!!

 

Para el moreno fue como si el tiempo se hubiese detenido por un instante en el que el solo pudo escuchar el viento al llevar en su danza los pétalos caídos de las rosas del jardín.

Ni siquiera se había detenido a pensar en el dolor, ni siquiera sentía molestias y por la cara del castaño la herida debía ser por lo menos escandalosa pero, gracias a la saliva y el masaje que el pelirrojo le dio con la lengua no era capaz de sentir molestia alguna.

Como reflejo a la pregunta, el moreno se llevó la mano al cuello, efectivamente, la herida era grande y por la forma de los colmillos de los lobos debía ser también profunda, sin contar con el peligro que había corrido pues un solo milímetro más a la izquierda y le habría cercenado la carótida de un tajo.

¿A caso los alfa también practicaban como marcar a su pareja?

Sin poder evitarlo el pensamiento de un pelirrojo mordiendo cuellos ajenos al suyo le hizo arder por dentro, era gracioso imaginarlo mordiendo animales pequeños, gatos y perros domésticos pero, el solo considerar que pudo morder a alguien más de la misma manera que a él, el solo imaginarlo le hizo apretar las manos estrujando su maleta que estaba acomodada sobre sus piernas.

Por un instante Shachi logró sentir un escalofrío y podía jurar que veía un aura oscura brotar del cuerpo del moreno.

Si había algo de lo cual Law pudiese avergonzarse un poco era su rápida mentalidad, así como podía aprender, memorizar y grabarse las más complicadas formulas y teorías, también podía crear las más locas conjeturas en un solo instante.

 

-¿L-Law-sempai?... — El instinto de supervivencia de Shachi le dijo que hullera pero no pudo ni moverse, el moreno se había calmado tan repentinamente como se había levantado para comenzar a andar fuera del  jardín en dirección al edificio de clases, más en concreto a la biblioteca, clara señal de que no quería hablar con nadie.

 

Shachi suspiró un poco triste y le hizo una leve señal a Penguin de que le siguiera, el moreno se disculpó con el rubio y sin preguntar fue corriendo con Shachi hasta entrar en el edificio que siempre refugiaba a Law en los momentos más difíciles para el moreno.

No les hizo falta el pensar siquiera, era obvio que Law se había encerrado hasta el fondo, detrás de todos los libreros más pesados y que contenían los volúmenes más grandes y de los más antiguos conocimientos, por supuesto, zona restringida para ellos, aunque siempre lograban colarse entre clases.

Sus pasos aunque presurosos eran demasiado sigilosos para que alguien los pudiese reconocer, la idea de ambos fue encontrar a un molesto Law repasando una nueva enciclopedia de medicina o diccionario de enfermedades, sin embargo, lo que vieron les dejo helados.

Law estaba sollozando mientras abrazaba su bolsa llena de textos ahora arrugados al ser estrujados entre sus brazos. Sentado en el piso con el frio del lugar apenas logrando sentir escalofríos a causa del repentino cambio de temperatura.

 

-¡…!

-Law-s…

-No me gusta… — Logró articular el moreno entre sollozos —… No me gusta sentir todo esto que siento a causa de una mordida… — Penguin y Shachi se mantuvieron en silencio, sin duda a quien tenían ahora delante suyo no era el mismo Law que habían conocido hacía tiempo —… Es como… es como si me hubiesen quitado mi voluntad.

 

Penguin y Shachi no pudieron más que sentirse desdichados, la persona que siempre habían considerado como su líder estaba sufriendo por algo que pronto experimentarían ellos también, quizá la poca felicidad que experimentaban en estos momentos les traería lágrimas en poco tiempo.

Tal vez… tal vez en verdad lo mejor era tratar de huir.

 

 

+++

 

 

Eustass Kid estaba cerrando la portezuela de su auto con el presente para Law en sus manos, sin embargo un pequeño escalofrío seguido de un agudo sollozo que al parecer nadie más que él escuchaba le hicieron paralizarse en su sitio. Asustado se detuvo buscando el origen de aquel llanto, le era desesperante y le hacía hiperventilar causándole impaciencia y un creciente coraje que se convertía en ira pura, ira que le pedía sangre y viseras para calmar su creciente ansiedad.

 

-¿Sangre…? No… no estoy en noche de luna llena… entonces… ¿Por qué…? ¿Por qué no se calla… ese llanto…? ¡Me desespera!

 

Kid era un único heredero de la sangre pura de los lobos rojos, cualquier alfa tenía demasiado desarrollado sus instintos, algunas personas les llamaban ¨primitivos¨ y era un terminó muy bien designado pues sus instintos llegaban a dominarles de tal manera que incluso podían asesinar gran cantidad de personas al sentirse acorralados o heridos por alguien, en esos casos no había nada que hacer, después de todo, era un alfa asesinando a integrantes débiles de la sociedad, sin embargo si se retaba a otro alfa en ese estado de ¨instinto¨ y terminaba muerto el alfa dominado por su instinto se consideraba una deshonra y por consecuencia se entregaban todos los dominios del perdedor al ganador.

Una sociedad que valora más el honor que la vida misma.

De esa forma no muchos asesinos habían sido ascendidos a empresarios y respetados como tales por ganar un duelo de tal magnitud.

Se debe aclarar que no más de dos alfas han obtenido sus riquezas de esa forma.

 

-Ins… instinto… — Los balbuceos de Kid a penas se lograban entender, todos a su alrededor se habían marchado, primera lección: Un alfa con instinto ¨suelto¨ es letal.

 

El pelirrojo estaba por perder el control y transformarse en un enorme lobo rojo sediento de sangre. Nada podría detenerlo a menos de que fuese asesinado lo le entregasen al causante de su ira.

Heat que había sentido el peligro de aquella sed de sangre logró reconocer al pelirrojo como el origen del caos que se formaba en aquel sitio, el aparcamiento se había convertido en una zona de guerra, cualquiera que asesinara al pelirrojo podría reclamar todas sus posesiones, incluido al moreno leopardo.

Varios suicidas envalentonados por un corto instinto de protección estaban rodeando al pelirrojo, no importaba cuantos atacaran a Kid, quien diese el golpe letal seria el ganador.

 

Entre todos los agresores destacaba un peli-azul que hasta hacía poco cargaba con un par de bebidas con hielo, manteniendo distancia con el pelirrojo grito lo suficientemente fuerte para que el pelirrojo le escuchara:

 

-¡¿DÓNDE ESTA?! ¡¡BUSCALE…!!... — Ninguno de los alfa dispuestos a atacar al pelirrojo pudo ver el instante en que desapareció, donde un segundo antes había estado el pelirrojo dispuesto de desgarrar a quien se le pusiese en frente solo quedaba una nube de polvo que fue levantado a causa de la velocidad con que se movió el lobo rojo.

 

Nadie supo a donde había ido Kid hasta que escucharon el cuerpo de Heat estamparse contra el pavimento por el peso del pelirrojo que se le había ido encima dispuesto a asesinarlo.

 

-*¿Dónde está…?* “¿Quién?” *¡Buscale…!* “¿A quién?” “¡¡¿Quién llora?!!”… — En la mente de Kid se repetían las palabras del peli-azul y su propia mente se cuestionaba a quien debía ayudar, sumados al lamento que seguía descontrolándole cada vez más. Y cual si fuera una luz entre la oscuridad de una madrugada cubierta de neblinas, la imagen de Law llegó a su mente.

 

Y por algún juego del destino aquella imagen de un moreno sonriente, se convirtió en un chico herido y sufriendo que solo podía sollozar por su presencia, por su ayuda mientras suplicaba estuviese a su lado abrazándolo y mimándolo cual cachorro herido en una noche de fría tormenta.

Las filosas garras que habían brotado de sus manos estrujaron el concreto hasta destrozarlo haciendo saltar algunas piedras del pavimento, sin duda Kid estaba furioso.

Buscando el origen de aquel dolor que solamente él escuchaba elevó la mirada mostrando un rojo vivo en sus pupilas que paralizó a los que vieron la muerte en aquel carmín.

Cual fiera se lanzó hacia el edificio del instituto dejando a sus posibles enemigos sin poder moverse pues el pelirrojo usaba sus cuatro extremidades para correr cual lobo salvaje en busca de su presa.

 

Al sentirse libre del peso de Kid, Heat se levantó del suelo, por suerte su amigo no le había causado más daño que el de hacerle caer con todo su peso. Apenas se sacudió un poco sintió un escalofrió recorrerle por la espalda, un mal presentimiento, Shachi, su Shachi corría peligro.

Sin dudarlo corrió detrás del pelirrojo, Shachi le esperaba en el jardín que estaba antes del instituto.

 

 

+++

 

 

Por alguna razón Killer se sentía ansioso, sabía que la ira provenía de un alfa tan testarudo y terco como Kid, ¿A quién quería engañar? Sabía que el lobo rojo era quien causaba el alboroto en el aparcamiento, sin embargo su instinto le decía que no se moviera de ahí.

El rubio podía sentir su sangre arder, no podía dejar pasar a Kid al edificio, Penguin estaba ahí con sus amigos, debía proteger a su pareja, debía hacerlo… sin embargo sus ideas tan claras se desvanecieron cuando distinguió a Kid ir en cuatro patas hacía el edificio, sin mirar a nadie, sin una pisca de razón en su mirada y sobre todo, sin detenerse.

Kid había sido invadido por su instinto… instinto asesino.

No había nadie que le detuviese.

Quien se parase frente a él moriría bajo las garras de un lobo rojo.

Killer no era rival para Kid y mucho menos en ese estado.

Y sin embargo al verlo dirigirse hacia el edificio la cólera invadió su alma y refulgiendo la creciente ira en sus ojos azules dio media vuelta echando a correr detrás del pelirrojo.

Sabía que no era rival para su amigo pero no dudaría en atacar con ansias de sangre si tan solo intentaba acercarse a Penguin. SU Penguin.

 

Heat no tardó en alcanzar al rubio y leer en sus ojos aquella desesperada resolución.

Él respetaba demasiado a Kid, pero sin duda haría lo mismo que el rubio si Shachi llegara a estar en peligro.

 

 

+++

 

 

Luego de un rato el moreno comenzó a tranquilizarse aunque ahora por alguna razón la mordida en su cuello comenzó a arder.

 

-Auch~

-¿Qué tienes…? — Penguin estaba por acercarse a Law cuando un pequeño instinto le indico no hacerlo.

-Me duele la marca… arde… — Law sentía un repentino ardor, como si la mordida fuese una quemadura de vapor, no quería ni tocar su piel pensando que quizá se había infectado —… ¿Qué les pasa?

-…

-…

 

Ni Penguin y mucho menos Shachi contestaron.

Solamente pudieron dar un paso atrás alejándose del moreno antes de escuchar el estridente ruido de la puerta de gruesas maderas siendo destruidas de golpe.

Los tres chicos se asustaron y aunque Law estaba con los ojos plateados cubiertos de llanto se mantuvo sentado en el piso, se sentía tan débil sin aquel lobo rojo cerca de él; Sin duda esa marca le había hecho dejar de ser él mismo.

Por su parte Shachi y Penguin se mantuvieron de pie sin moverse o decir nada, por ahora su vida dependía de su capacidad de silencio.

 

-¿Qué… le… hicieron?...

 

Una voz áspera y grabe inundó el silencio de la biblioteca.

 

-¿Eh…? — Law levantó la vista y juró que nunca en su vida había sentido tanto terror.

 

Delante de ellos un furioso pelirrojo a medio transformarse jadeaba con ira aun parado en cuatro patas.

Ese lobo era salvaje.

Ese lobo era su prometido.

Y ese mismo lobo estaba por asesinarlo junto a sus amigos…

… Completamente cegado por la ira.

 

 

 

Continuará…

Notas finales:

cuidence mucho!! mata-nee!!! (-3-)7


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