El sol comenzaba a salir, afortunadamente era un domingo de descanso. Domingo de visitas, día en que los padres podían visitar a sus hijos internados.
El auto de los Namikaze ingresaba por los enormes portones de la escuela. En el viajaban Minato y Kushina. Al ver el internado el chofer de ese auto recordó a cierto rubio.
-¿Qué habrá pasado con ese par de cursis? Debo admitir que Naruto y ese tal Kiba hacen una pareja de locura- Sonreía al momento que pensaba aquello y estacionaba el auto.
-Bienvenidos señora y señor Namikaze- Lo que parecía ser la religiosa superiora, les daba la bienvenida.
-Muchas gracias. Esto es para el instituto y puedan ampliar aún más la cobertura de becas-Minato le entrego un cheque.
-Gracias señor. Por su donativo anterior pudieron ingresar un grupo de jóvenes brillantes, seleccionados de los mejor de lo mejor-
-Eso esperamos- Dijo Kushina tomando la mano de Minato. Si tan solo supiera que uno de esos chicos era Kiba.
-Por favor tomen asiento. Su hijo pronto vendrá-Un grupo de religiosas fue a buscar a Naruto a su habitación.
Kiba y Naruto dormían plácidamente. Ninguno de los dos había despertado. Salvo Naruto que despertó algunas veces en la noche para corroborar que aquello no era un sueño y luego de depositar un beso en los labios del dormido castaño comprobarlo.
Sus respiraciones se sincronizaban en medio de aquel habiente cálido, en una habitación que aun olía a sexo, podía percibirse en el ambiente. Con sus prendas regadas por todo el suelo como evidencia de aquello y por supuesto los dos cuerpos desnudos tapados solo con una simple sabana, que transparentaban sus desnudos cuerpos, uno de tez moreno y otro canela.
Las mujeres se sorprendieron de encontrar la puerta abierta, así que en grupo ingresaron al departamento del rubio. Se encaminaron hasta la habitación para llevarse una sorpresa.
-Buenos días Joven Namiiikaaaaa. ¿Qué está pasando aquí?- Grito al ver toda la habitación y principalmente a la pareja desnuda.
Kiba fue el primero en reaccionar, pues de cierta forma ya tenía esos reflejos de reacción. Fue tanto su susto que salto de la cama y cayó al suelo.
-¿Qué demonios está pasando aquí?- Musito molesto el joven, sobando su cabeza al parecer se había golpeado. Aquello provoco que olvidara que estaba totalmente desnudo, frente a esas mujeres.
Todas quedaron en silencio, observando. Solo una de ellas parecía molesta. Las más jóvenes parecían disfrutar de la vista.
-Joven- Se tapó lo ojos, la mayor se sorprendió al ver la desnudes del castaño.
-WoW- Una de ellas miraba de pies a cabeza al moreno. Dándose su tiempo para deleitar su vista con aquel espectacular cuerpo.
-¿Esto es un hombre?- Otra interrogo por lo bajo. La saliva incluso comenzó a caer de sus labios al contemplar el fornido cuerpo del moreno con esos detalles tan sexys.
-Dios mio. Creo que me equivoque de profesión-La más joven incluso acomodo sus lentes para poder observar mejor lo que colgaba entre las piernas del moreno.
Todas quedaron impactadas con el espectacular y candente Inuzuka. Para su fortuna podían mirarlo tal como el creador lo trajo al mundo.
-¿Qué les pasa? ¿Por qué se quedan como estatuas?- La mayor no comprendió lo que pasaba hasta que una de las chicas le señalo su miembro flácido del moreno.
-Por eso- Señalo.
-¡Maldición! Estoy desnudo- Rápidamente se voltio para tomar un cojín.
Aquello provoco que ahora su trasero quedara a la vista. Lo que llamo incluso más la atención de las chicas.
-Genial- Musito una de ellas, con cuidado de que la mayor no la escuchara.
Naruto miraba lo que pasaba con pena, cubriéndose con la poca sabana que tenía.
-VÍSTANSE- Grito la mayor llevándose a arrastras a las menores fuera de la habitación.
-Parase que les distes un buen show una de ellas hasta babeaba- Reía al ver como Kiba por fin dejaba esos cojines.
-Dime que no te pondrás celoso. Buenos días- Se acercó para darle un beso, de buenos días.
-No, lo veré como un servicio a la sociedad JAJAJAJA-
-Estamos en problemas Naruto- Le preocupaba lo que pudiera pasar.
-No me importa mientras este a tu lado- Se incorporó de la cama y se aferró en un abrazo al pecho del castaño.
-Bien dicho-
Caminaban hacia la dirección. Las mujeres los escoltaron hacia una habitación. Kiba podía escuchar como las mujeres murmuraban sobre su físico.
-Pasen por favor- Dijo indignada la superiora.
-Hola Hijo- Dijo Kushina feliz al ver entrar a su hijo.
El siguiente en entrar fue Kiba. Naruto y Kiba estaban congelados, podían sentir la adrenalina correr por sus venas. Nunca imaginaron que los problemas serian de ese tamaño.
-Hola señores Namikaze- Kiba reverencio al verlos, sudaba en seco de los nervios.
-Hoo, laaa, pa, padres- Naruto tartamudeaba, la ver la expresión de su madre.
-Hijo. Kiba. Que sorpresa ¿Cómo has estado?- Minato se acercó a saludar al castaño y luego abrazar al rubio.
-Señor Namikaze-
-Minato por favor, Kiba-
-Hola Minato-Dijo con temor el moreno.
-¿Qué está pasando aquí?- Paro en seco la cortesía Kushina. Estaba sorprendida de ver al moreno aquí y no podía explicarse por que usaba el uniforme del internado.
-Bueno vera su hijo será expulsado junto con este alumno-
-¿Alumno? ¿Expulsado? ¿Por qué?- Kushina se sentía confundida.
-Bueno vera, hoy fuimos a buscarlos y los encontramos…- Paro al escuchar como una puerta se abría y entraba la mujer con mayor rango, la directora general muy por encima de cualquier religiosa.
-Estaban estudiando en domingo ¿Pueden creerlo?- Tsunade entro.
-No me refería eso. Ellos estaban…-
-Gracias, gracias por traer al chico yo me encargo. Ahora pueden irse, adiós nos vemos en la junta, gracias.- Tsunade saco a las mujeres fuera de la habitación.
-¿Tsunade? – Kushina le pedía explicaciones con la vista.
-Valla mujeres. Mira que molestar a mi nieto y al estudiante más destacado de la generación de resiente ingreso. Por cierto Kiba agradécele a Minato el costeo las becas de tu generacion-
-¿Estudiante?- kushina no creía lo que escuchaba.
-Sí, todos quedamos sorprendidos con el puntaje de Kiba. Excelencia académica- Tomo una hoja de su escritorio con el resultado del moreno.
-Felicidades Kiba- Minato trataba de romper la tensión.
-¿Quieres decir algo Kiba?- Tsunade le cuestiono.
-Sí, señora Kushina. Yo no soy una persona refinada, ni soy rico, ni provengo de una familia respetable. Soy un simple donnadie, una simple persona, que no comprende muchas cosas. Pero de una cosa estoy seguro, yo amo a su hijo y por eso estoy aquí, quiero estar a su lado y protegerlo, aprender de él y que me convierta en una mejor persona. También quiero ser la persona que este al lado de Naruto, en las buenas y malas. Y sé que a usted no le parece, pero no me importa, y no me importa lo que piense los de su clase. Yo solo quiero hacer feliz a Naruto, porque lo amo más que nada en este mundo- Paso saliva luego de decir aquello.
-Yo amo a Kiba y quiero estar a su lado- Tomo la mano del moreno.
-Bien pues está arreglado. Ni Kiba ni Naruto serán expulsados. Gracias por la visita-
Un ambiente aún más tenso se formó en la oficina. Mianto sonreía nervios. Kushina no podía ni hablar. Kiba y Naruto esperaban las malas noticias, miles de cosas se imaginaban.
-Ya veo. Estoy sorprendida de todo lo que has hecho para llegar hasta Naruto. Es admirable ¿Naruto es lo que quieres?- Tronando los dientes y tratando de no estallar Kushina analizaba las cosas con la mirada perdida.
-Si, madre- Naruto abrazo a Kiba.
-¿Qué le vamos hacer?-Suspiro la pelirrojo.
-Gracias por querer así a mi hijo Kiba- Kushina se dirigió hasta ellos y primero abrazo al moreno y después al rubio.
-Bienvenido a la familia Kiba- Se acercó Minato sonriente.
-Esto amerita una foto-Tsunate tomo su celular y, la tomo.
En ella salían unos sonrientes rubios. Un moreno nervioso con sudor en su frente. Y una pelirroja que lo veía con mirada asesina.
Luego de la charla familiar de consejos y todas esa cosas. Los padres del rubio se marcharon.
-Lo hiciste bien. Es un buen chico, ya verás que es una buena decisión-
-Eso espero, siempre he querido lo mejor para Naruto- comentaban ya a bordo del auto.
-Esperen antes de que se marchen debo decirles algo- se acercó hasta Kiba y lo derribo con un golpe.
-¿Y eso por qué?-
-Por tu culpa una de las aspirantes a religiosas de este instituto se marchó. Dijo que había mas en la vida que quería conocer. Dijo que miro cierta “cosa” que la motivo –Apunto la entre pierna del moreno.
-Así es mi Kiba. Capaz de hacer imposibles. Y mira que solo lo miraron- Ayudaba a incorporar a su novio.
-Si claro-
-Gracias abuela. Por no decirles y ayudarnos- Reverenciaron los dos.
-Un momento. Yo sé que son jóvenes y todo eso. Pero la próxima vez tenga el cuidado de poner el seguro a su puerta. Y no hagan locuras-
-La tendremos- Sonrió Kiba.
-Ahora LARGO- Grito la mujer espantando a los tortolos.
Recorrían los pasillos corriendo tomados de la mano. Burlándose, en medio de sonrisas de su regaño que les había dado la rubia mayor, y más que nada por el motivo que lo habían recibido. Todo el estrés y miedo que habían sentido antes, ahora era cosa del pasado.
-Parece que se molestó- Se detuvo el castaño detrás de un enorme árbol llevando consigo a su novio.
-Claro hiciste que una de sus discípulas se fuera. La inspiraste-
-Yo no tengo la culpa. Ellas para que entran si avisar-
-Después de todo no la culpo. Mirar a alguien tan sexy como tú, motiva a cualquiera- Se puso de puntillas para alcanzar los labios de su amante.
Y así en la seguridad de aquel árbol que difícilmente dejaría que alguien los mirara, comenzaron a besarse. Sintiendo como el fresco viento se llevaba todos sus problemas.