Ha llegado la noche por fin, Sans está demasiado cansado, no ha dormido, no ha comido y se siente agotado de usar todo el día sus gasters blasters sin resultado alguno, está a punto de caer inconsciente por la falta de magia y el sobre esfuerzo que se obligo a pasar; al final no pudo dar ni con su hermano y mucho menos con la bruma que ataca a los desprevenidos. Lo peor de todo es que, entre las cámaras de Alphys y sus gasters blasters encontró otros tantos atentados más alrededor del Underground, por suerte, eran menos que al principio pero vamos! Ni Sans ni Alphys habían logrado dar con nada… aun cuando Sans podía usar sus tan famosos atajos, no llegaba a tiempo para evitar el ataque
Y con los más fuertes ya habiendo sido atacados, Sans y Alphys realmente se sentían agotados…. Así que, por un mero milagro piadoso. El rey Asgore ha pedido a ambos que descansen pues mañana muy probablemente sería aun más pesado que hoy. Sans se encontraba arrastrando sus pies de vuelta a casa, viendo desde fuera que las luces estaban apagadas, sintió un estrujón en su alma al saber que su hermano Papyrus estaba aun desaparecido, pero había estado buscando por todos lados del Underground y parecía que la misma tierra se lo había tragado y sin piedad de dejarle saber donde alguna vez llego a estar por última vez
También era oficial y aliviante saber que no estaba muerto, no se había encontrado ni una pisca de polvo en el ambiente y por ningún lado, así que Sans se negaba a aceptar que su hermano hubiese muerto, no, jamás permitiría algo así… así que, ahora estaba con el problema de no saber donde estaba. Solo rezaba por que estuviera a salvo y lejos de la bruma que atacaba
-estoy en casa…- hablo con fuerza, rogando inocentemente por que su hermano estuviera dentro esperándolo y rogando, esperaba encontrar a Papyrus en la casa, esperándolo con molestia, soltando una sarta de regaños que pasaría por alto para saltar encima suyo y abrazarlo, sintiendo el alivio de saber que estaba a salvo… sin embargo, la oscuridad y el silencio fueron los únicos que llegaron a su recibimiento. Sans bajo la mirada derrotado, prendiendo las luces de la sala se encuentra todo en penumbras y como lo había dejado en la mañana
Camino por toda la casa, buscando una última vez a Papyrus con la esperanza de encontrarlo en alguna habitación dormido, pero por desgracia, no había encontrado a nadie… estaba solo en la ahora gran casa que veía… suspiro decepcionado, no quería irse a dormir si no sabia donde estaba su hermano, pero era cierto que ya no tenía ni siquiera magia para tele transportarse a su voluntad, sus gasters blasters desde hacía mucho habían desaparecido por la falta de magia para poder invocarlos y su cabeza le daba vueltas a cara rato según su estado… sabia que en el estado en el que se encontraba no duraría mucho antes de caer y aun peor, convertirse en polvo… así que, si quería ser útil y poder hallar a su desaparecido hermano, tenia primero “y en su propia contra” que recuperar fuerzas para ser de utilidad y la manera más practica era yendo directamente a dormir, aunque comer un poco también era una muy buena opción que en ese momento no podía hacer Sans… tal vez mañana por la mañana comería algo, por ahora no cree poder ni levantar la cuchara para alimentarse el mismo
Con un suspiro de resignación combinado con el enfado de la impotencia, se encamino a su habitación, dejando todas las luces de la casa prendidas, entro y se tumbo en su maltrecha y desarreglada cama, ni siquiera intento acomodarse en esta, solo cerro sus ojos apenas sintió la comodidad de su cama en su cuerpo agotado, destensando su rígido cuerpo agotado, dejándose llevar por el cansancio y el sueño, ha caído dormido en un santiamén
… … …
Un repentino dolor en su dedo lo hace removerse incomodo, pero lo que ha hecho que sus ojos se abran con velocidad y se sienta exaltado es sentir algo húmedo y cálido pasar por la zona dolorida en repetidas ocasiones creándole un escozor incomodo. Se ha sentado de golpe en su cama, aun entre la oscuridad de su habitación puede percibir una sombra que se mueve delante de él, asustado y aun soñoliento activa su ojo izquierdo, su magia aun no es suficiente y aun no se ha regenerado por completo, necesita más descanso, pero eso no evita que aun con sus débiles fuerzas trate de atacar viendo con sorpresa la silueta un poco mejor pero aun sin poder reconocer de quien se trata
Cambiando su rostro asustado por uno molesto supone que se trata de la bruma, así que intenta tomar su alma para inmovilizarlo; en cambio, es su alma la que es convertida en un color azul y luego ser estampado completamente en el marco de su propia cama, asustado y adolorido por fin ha despertado completamente, se encuentra sentado en su cama, con un dolor en su nuca pero lo que más le preocupa es que las luces de su habitación en penumbras se han encendido lentamente dejando ver el rostro de Papyrus
-¡¿Papyrus?!- pregunta sorprendido y desconcertado, aunque esto pasa rápido cuando comprende de quien se trata cambiando su rostro a uno con un creciente alivio, inconscientemente una sonrisa se muestra en el rostro de Sans, pero esta cambia rápidamente al ver que las ropas de su hermano se encuentran manchadas de líquidos que actualmente se encuentran secos, un hedor a sangre y magia se desprende de el de un modo más que penetrante aun para el cansancio de Sans además de que incluso su rostro y sus dientes tienen manchas frescas de los colores de la magia de algunas criaturas combinadas entre si
-¿Pa-py-rus?- pregunta esta vez desconcertado, observando fijamente a su hermano el cual parece hipnotizado viéndolo de un modo fijo que nunca había sentido de su parte, incomodado, trata de moverse, de hacerse un poco más para atrás, pero es cuando cae en cuenta de que su alma está siendo apresada por el esqueleto más alto. Baja rápido la mirada encontrando su alma azul y acorralada, al volver la mirada al frente, su hermano que se encuentra a cuatro patas gatea hasta poder acercarse un poco más, tomando la mano donde sentía el escozor, puede ver que tiene una diminuta herida que no es de importancia y que por suerte no pone en peligro su vida…
Pero al mismo tiempo, su sorpresa incrementa al ver la lengua de Papyrus, creada con su magia naranja cambiada a un tono ligeramente más rojizo, lamer con gula el dedo de este y por fin meterlo a su boca. Entre el fuerte sonrojo azulado de Sans, también siente el chupar de la boca de su hermano jalando de la magia que trata de curar la pequeña herida. Sans ha cerrado uno de sus ojos tratando de reprimir los gemidos que brotan de su garganta al sentir semejantes sensaciones en su dedo incomodas y agradables al mismo tiempo
-¿Q-que haces hermano?- pregunta intimidado y confuso, sin embargo puede notar como Papyrus se levanta de un modo brusco de la cama, como si estuviera muy molesto, alejándose de este pero sin liberar su alma, se encamina a la puerta, Sans quiere creer que está a punto de irse, pero en cambio Papyrus ha cerrado con llave y desde dentro la habitación, casi al mismo tiempo la lámpara que tenia Sans en su habitación se ha apagado, tal vez se haya ido la luz o peor… la bombilla se haya fundido; ahora todo ha quedado en penumbras apenas iluminado levemente por las farolas de fuera de su casa; Sans traga duro cuando ve que aun entre la oscuridad alcanza a ver la sonrisa de su hermano, una sonrisa que jamás creyó verle, demostrando superioridad y una oscuridad abrumante impropia de su inocente y siempre amable hermano menor
-es muy simple Sans- sentencio subiendo de nueva cuenta a su cama y acorralándolo contra la cabecera, sus 2 manos golpearon el muro detrás del cráneo del más bajo y Sans sintió un escalofrió recorrer todo su ser. Estaba completamente atapado con la magia azul de su hermano y el cuerpo del mismo contra su propia cama y el muro, sin mencionar que Papyrus ha acortado al distancia y ahora ambos perciben el aliento tibio del contrario, Sans cree que le dará un infarto por oler la esencia de sangre y maga provenir de la boca de su hermano… pero aun se niega a creer lo que es evidente… Papyrus no puede ser la bruma que ataca a todos en el Underground…
-si no quieres que asesine a todos los que conoces, entrégate a mí en cuerpo y alma hermano…- mascullo con una sonrisa oscura y un mirar que ante los sorprendidos ojos de Sans se tornan a un color carmesí sangriento que lo asusto y confundió aun más de lo posible, el nunca había visto algo así de su hermano y aun así… ahí estaba, el cambio no era una alucinación suya… lo sabía, aun cuando deseaba que fuera así, una simple alucinación
-Papyrus… ¡¿De qué rayos me estás hablando?!- grito Sans, tratando de mostrar su confusión y ocultando el temor que nacía al ver y sentir un extraño flujo de magia diferente al que siempre había sentido en su siempre amable e inocente hermano menor. Papyrus sin embargo solo lo miro unos segundos para al siguiente tomarlo del mismo brazo donde tenía la herida del dedo y jalarlo hacia su cuerpo para que estuvieran rosándose ambos; la sorpresa de Sans fue mayúscula cuando se encontró siendo besado por el más alto que aferraba su nuca contra ambos dientes
Forcejeo casi tan rápido como comprendió lo que estaba sucediendo, lo que su hermano le estaba haciendo… pero aunque después de un par de minutos logro zafarse ahora la boca del más alto se encontraba lamiendo su cuello con su lengua de magia, está cambiando entre un naranja rojizo. Junto al sonrojo azulado en el rostro de Sans, este se niega a sacar por completo los gemidos indeseados que rápidamente se vuelve un estridente grito entre el dolor y una confusa sensación de placer
Instintivamente se ha aferrado a los brazos de Papyrus, sus cuencas abiertas y oscurecidas reflejan el miedo en su rostro perdido, su cuerpo de un modo lento y suave se remueve, siente que a cada movimiento de su cuerpo y su cuello se lastima el mimo y el agarre de Papyrus se vuelve mas y mas fuerte, ahora puede sentir como el más alto lo sujeta desde sus brazos, sintiendo ligeramente como el rostro de Papyrus se encuentra enterrado en su costado izquierdo
Papyrus había mordido su cuello, perforando sus huesos sin piedad y comenzando a drenar su magia por la misma herida. Sans entre su dolor se toma un momento, como si el tiempo a su alrededor fuera cada vez mas y mas lento, le da un momento para preguntarse qué le estaba ocurriendo a su hermano; Sans se sentía confundido, de un momento para el siguiente todo había cambiado delante de sus propios ojos, ahora, ya no podía seguir jugando a ser el inocente, el ataque que en ese momento le estaba dando su hermano era la prueba más irrefutable de que era Papyrus quien había atacado a los monstruos que mostraban una herida en sus cuellos… su propio hermano lo estaba atacando del mismo modo
Y aunque quería creer que era una víctima, la verdad era otra, puesto que era el único que había sufrido “cambios” no podía jugar a ser el ciego más tiempo, Papyrus era quien había atacado a todos… incluso a él. Su hermano menor estaba cambiando tanto que creía ya no poder reconocerlo realmente… ya no se parecía en nada a su verdadero hermano tierno y lleno de bondad he inocencia… ahora, solo su aspecto físico comenzaba a cambiar… ¿Qué podía hacer entonces?
Dejo caer unas cuantas lagrimas, dejando de removerse y de luchar, comenzó a llorar suavemente al saber que lo que fuera que le sucedía a su hermano menor, el era enteramente impotente para poder ayudarlo y en especial salvarlo… solo podía verlo, solo podía ser una de sus presas mas mientras se sentía atado por la impotencia y la falta de conocimientos, observando cómo su hermano cambiaba sin que el mismo Papyrus se diera cuenta y ahora, sintiendo su magia ser drenada por quien siempre supo, jamás le haría daño
-mmmgggfff… mmmmmmggggggggmmm… haaaaaa- los gemidos ahogados que Papyrus había hecho mientras bebía del cuello de su hermano por fin cesan con la misma velocidad que aparecieron. El esqueleto más alto se aleja bruscamente del cuello de Sans, su boca está abierta a su máximo esplendor dejando ver un par de colmillos que se manchaban ligeramente entre la bruma azulada y con un diminuto líquido carmesí apenas visible entre tanto azul. Cuando termino de tomar la gran bocanada de aire que tanta falta le hacía, observo a su hermano, su cuello mostraba una ligera marca y un hilo azul que brotaba de este. Cuando había atacado su cuello, la magia con la cual tenía atrapada su alma había desaparecido, ya estaba atrapado de todos modos, no necesitaba sujetarlo de más…
Inconscientemente Papyrus se inclina a lamer el cuello de Sans hasta dejarlo completamente limpio, sin una gota ni pizca de magia brotando, relame no solo la zona herida, sino todo su cuello hasta su cráneo y luego bajando de nuevo hasta sus omoplatos. Se aleja lentamente observando el rostro sonrojado de su hermano y un nuevo sentimiento nace en su pecho… se inclina esta vez con el deseo de poder besar su boca, Sans se niega moviendo su cabeza, aun cuando se siente débil, no quiere seguir con esto; por desgracia Papyrus toma su rostro por su barbilla con tan solo dos dedos, sintiendo lo frágil y débil que ahora se encuentra, lo obliga a verse a los ojos, azul contra carmesí, Papyrus se acerca a su rostro y obliga a abrirse solo para él y para nadie mas
-P-Papyrus… no…- trato de luchar Sans sin éxito alguno, su boca fue abierta de un modo demasiado sencillo para su propio gusto, bueno, era de esperar si ya no poseía fuerzas, su mirada por momentos se vuelve borrosa, pero aun puede sentir a la perfección como la lengua de Papyrus, combinada con la esencia de su propia magia se introduce en su boca recorriéndola
-crea tu lengua Sans- demanda con un tono de voz completamente diferente incluso a su propia voz, Sans parpadea, no sabe por qué la voz de su hermano le parece seda que le seduce de un modo atrayente a obedecer sumisamente, entrecierra sus ojos, rindiéndose por momentos, dejándose hacer y creando una lengua azul que rápidamente es encontrada por la de Papyrus para envolverla y jugar con ella, jalándola ahora a la boca del más alto y mordisqueándola a gusto
Los gemidos de Sans comienzan a salir de un modo suave y sutil, Papyrus ha jalado de nuevo el cuerpo de su hermano para irlo recostando de un modo lento sobre la cama, ahora que Sans no tiene fuerzas ni para sujetarse esta a completa merced de su hermano quien continua besándolo; sin embargo, mientras su lengua juguetona se encuentra moviendo a voluntad la lengua de Sans, sus manos inquietas pasean sobre las telas del cuerpo del mayor, acariciando y apretando levemente, creando en el cuerpo de un cansado Sans sensaciones que confuso le comienzan a agradar
-n-no… Papyrus… detente… por favor- pide cansado, intentando moverse, apenas llegando sus manos a las del contrario intentando sujetarlo y apartarlo, pero, mientras su boca es atacada las manos de Papyrus, sin nada que las pueda detener han comenzado a abrir la chaqueta de su hermano seguidamente subiendo su camisa y comenzando a tantear la zona, delineando una de sus costillas, Papyrus sonríe divertido internamente al notar como el cuerpo de su hermano comienza a reaccionar a los estímulos que le entrega
-hare que digas que me perteneces Sans- soltó sus palabras como a una maldición para el más bajo de estatura, aun cuando supuso que no fue escuchado por completo, se inclino, lamiendo sus dientes y sus mejillas, baja con cuidado, arrancando y desgarrando su camisa comienza aparta los trozos de tela y comienza a lamer cada una de sus costillas de un modo lento, dando pequeñas y diminutas mordidas que procura que dejen marcas pero que no saquen la magia de su cuerpo, sabe que si vuelve a probarla se volverá loco y beberá hasta dejarlo seco. Lo único que lo detenía de conseguir ese deseo reprimido era el saber que si lo dejaba seco de magia lo mataría y era lo que menos deseaba, no solo porque era su amado hermano y a quien había descubierto que amaba de un modo loco, sino que deseaba seguir probando de esa magia tan poderosa así como adictiva, aun mas que los mismos espaguetis que el preparaba…
Deseaba seguirse alimentando de esa magia tan abrumadoramente poderosa, se volvía una adicción, deseaba seguir y seguir, pero también debía de ser astuto, esperar a que se recuperara, que generara mas y mas magia y entonces volver a beber, así, por la eternidad, hasta poder saciar su sed eterna… no le importaba, justo en ese momento se estaba entreteniendo de otro modo con el cuerpo de su amado hermano
Siguió bajando, encontrando entre las costillas el alma de su hermano, deseo poder enterrar sus colmillos afilados en esta, pero sabía que no era un buen momento, una vez más, aun cuando era un buen lugar para beber de la magia de su hermano, podría matarlo ahora que lo había dejado tan débil, así que mordió con más fuerza una costilla creando una diminuta ruptura justo delante de su alma y siguió bajando, los gemidos de su hermano se escuchaban entre el dolor y el placer que le entregaba, solo creando más emoción y excitación en Papyrus quien continuo mordiendo costilla por costilla. Al acabar todas y cada una con varias mordidas que marcaban de quien pertenecía el esqueleto más bajo, Papyrus se dedico a seguir ahora con su columna vertebral
Lamio desde donde alcanzaba su boca hasta el inicio de su pelvis, mordisqueando cada disco que tenia y chupando para crear aun mas marcas, notando como el cuerpo de su amado hermano se retorcía ante sus caricias, pudo notar cómo se negó a que llegase más abajo, haciéndose a un costado y cerrando sus piernas tanto como le fuera posible, esto, ante Papyrus en vez de hacerlo enfadar le pareció lo más tierno
-no sabía que te fuera a gustar así- dijo divertido, separándose un momento al ver como Sans comenzaba a gatear para tratar de escapar de su hermano, sin embargo, Papyrus solo tuvo que tomarlo de sus caderas y jalarlo de nuevo hacia él, rasgando su bermuda (short) y arrancándolo de su cuerpo dejándolo completamente expuesto de aquella zona, Sans negó asustado, Papyrus pudo apreciar una acumulación diminuta de magia en el hueco de unión de su pelvis y sonrió con esa oscuridad que ahora le invadía
Tomo las piernas de Sans muy cercas de las coyunturas y lo elevo sin problemas, ahora notaba que era todavía más ligero de lo que recordaba o tal vez el tenia mas fuerzas de las que recordaba… no era de importancia en todo caso, simplemente elevo las caderas de su hermano hasta poder tener una buena visión; sacando su lengua que ahora notaba carmesí con ligeras manchas azules, comenzó a lamer donde la acumulación de magia se presentaba, lamiendo las puntas de las pelvis de su hermano, comienza a escuchar sus gemidos ahogados, Papyrus se emociona y continua lamiendo con más énfasis, pronto siente otra manera de extraer la magia del mismo sin necesidad de morder…
Así que se dedica con más intensidad, lame y chupa la magia, escucha los gritos de placer de su hermano llamándolo por su nombre de un modo asustado, suplicante pero a la vez comenzando a sucumbir ante el placer. Siente el cuerpo de su hermano vibrar ante cada sensación que le crea, la entrepierna de Papyrus ya es molesta para estas alturas así que deja caer con cuidado las caderas de Sans devuelta a la cama, apartándose un poco del mismo, el esqueleto más alto comienza a retirar sus propias ropas observando el ser jadeante y excitado que es su hermano; puede ver que se encuentra tan agotado y carente de magia que no puede moverse, aun cuando es solo su espalda lo único que observa, sabe que está en un estado entre el shock y la falta de magia para poder escapar. Su lengua una vez más relame sus dientes afilados, haciendo énfasis en sus colmillos y por fin inclinándose encima de su hermano una vez que sus ropas han sido apartadas de su cuerpo esquelético. Estrecha y aferra las manos de su hermano en la cama justo a los lados de su rostro, se coloca encima suyo y su rostro en el costado derecho de Sans, comenzando así a restregar su hombría contra la cadera de su hermano, puede sentir el escalofrío y los temblores de Sans, creando que Papyrus sonría de un modo oscuro y lleno de poder sobre su hermano
-al fin serás mío Sans- masculle el más alto, olvidando por unos momentos que es su hermano, apega su cuerpo contra el de el más bajo restregándose completamente, intentando que las esencias de ambos se combinen para dejar marca en el menor, sin embargo, no es lo único, por fin ha enterrado su miembro en la acumulación de magia que se encuentra en las caderas de Sans
-¡Pa-Papyrus!- grito Sans al sentir como entraba de semejante manera tan brusca y repentina en su interior. Su cuerpo se encorva entonces con fuerza, su pecho rosa contra la cama e inconscientemente su cadera se eleva rosando la cadera de Papyrus, creando sensaciones aun más intensas, sus manos se aferran con las pocas fuerzas y espacio que poseen a las sabanas maltrechas de su cama, enterrando su rostro en el colchón. El más alto lleno de excitación apega su rostro al de su hermano, oliendo su aroma, deseando continuar bebiendo de su magia pero comenzando así a moverse en su interior
Escucha los gemidos ahogados de su hermano, el pedir por que se detenga solo empuja a la lujuria de Papyrus a seguir con más fuerza y velocidad… los gritos de Sans incrementan conforme el tiempo y las embestidas pasan, Papyrus se regodea de ser él, el único que escucha esa voz tan encantadora y seductora de su amado hermano y por supuesto, mientras lo marca con su poder y las mordidas que entrega a su cuerpo se asegura a sí mismo en una promesa silenciosa como una condena, que se hará cargo de que nadie más toque a su hermano, solo él y nadie más… por la eternidad.
Cansado de la pose en la que se encuentra con su hermano, toma los brazos de Sans desde los codos y se enderezan ambos, ahora solo las débiles rodillas de Sans lo sujetan mientras que Papyrus carga con el resto de su peso al sujetarlo desde los brazos, ahora que tiene más movimiento casi saca su miembro volviendo a introducirlo en Sans de un modo brusco y fuerte. Comienza con un movimiento lento pero pronto ha encontrado un ritmo más rápido que lo vuelve loco y deseoso de mas
-vamos Sans hmmgg ¡Di mi nombre! Mmggg ¡Di a quien perteneces!- ordena embistiendo con más fuerza su cuerpo, Sans apenas puede sostener levemente la respiración, intenta poder hablar, pero le es imposible. Al no ver respuesta Papyrus de parte de su hermano lo ha jalado todavía más, apegándolo enteramente a su pecho, lo envuelve en sus brazos, lamiendo su cuello y continuando con las embestidas para con su cuerpo, logra alcanzar a ver la mirada perdida en el placer que Sans muestra, su boca abierta deja caer hilos de saliva que se pierden por su barbilla
Papyrus gira su rostro, besando al contrario, continua arremetiendo con fuerza hasta que siente como si aquella acumulación de magia se comprimiera, aprensando a su propia hombría, Sans suelta un grito que es ahogado en la boca del contrario, se ha corrido con las pocas fuerzas que le quedan y un par de segundos más tarde se va destensando, aunque para Papyrus aquella sensación fue tan esplendida, continua embistiendo. Solo un par de movimientos mas y el también se ha corrido en el interior de su hermano
Con cuidado, Papyrus se deja caer en la cama de Sans, con el aun abrazándolo, lo gira por fin para verse, Sans apenas parece poder mantenerse consciente de lo que le sucede, pero Papyrus esta mas determinado a que esto no acabe, así que sale con cuidado de la magia que aun lo apresa y se encamina hasta estar frente de su hermano. Tomando su miembro con una de sus manos, la otra sujeta la barbilla de Sans, se miran a los ojos, aun cuando Sans está en un estado de shock por lo que sucede, puede descubrir la incertidumbre y el miedo en su mirada que es callado por la sorpresa cuando Papyrus mete de lleno su miembro en la boca de su hermano
Soltando gemidos de placer Papyrus comienza a embestir la boca de Sans, moviendo la boca del mismo a una velocidad considerablemente rápida, lo libera solo un momento para que respire, volviendo a introducirlo de nuevo, esta vez se apoya de la cama para golpear la boca de su hermano en repetidas ocasiones, Sans se aferra de las piernas del mismo, Papyrus logra escuchar por momentos que el contrario parece ahogarse pero poco le importa en ese momento
-tu boca… se siente tan bien… hermano- susurra extasiado, los minutos parecen eternos para Sans quien finalmente se ahoga al sentir algo tibio y espeso llenando su boca y parte de su garganta, Papyrus no conforme se ha quedado ahí, dejando que Sans trague tanto como le es posible y finalmente saliendo de su boca, ahora, el esqueleto más bajo tose para poder respirar, tarda unos segundos en poder recuperar el aliento; Papyrus por fin lo libera y Sans toma la oportunidad para por lo menso quedar de costado, permitiendo que tanta magia de Papyrus salga de su boca y finalmente terminando recostado en la cama, sin fuerzas para nada mas
-eres muy lindo Sans- escucha la voz de su hermano cuando su respiración se ha regularizado, trata de girar su mirada pero por fin sus parpados le traicionan, sus ojos se cierran mientras ven acercarse la peligrosa sonrisa de su hermano hacia el…
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Papyrus observo como su hermano sucumbía al agotamiento y sonrió divertido, relamiendo sus dientes, el aun no estaba satisfecho con lo que había obtenido de Sans, aun sentía la lujuria recorrer su ser entero junto a una magia inquieta, deseosa por más de su hermano… así que se dedico a lamer aun los huesos de su hermano, cada hueso, vertebra, no importaba donde fuera, lamio hasta quitar cada gota de magia que le embriagara, se entretuvo invadiendo la boca de su hermano hasta quedar sin aliento y después de eso, siguió lamiendo todo su cuerpo, dejando pequeñas marcas que se aseguraría que no desaparecieran de su cuerpo no importaba que
… … …
La noche para Papyrus paso tranquila después de eso, aun con deseos de seguir tomando a su hermano, opto por solo dejarlo descansar, acostándose a su lado, lo aferra a su cuerpo negándole la posibilidad de escapar, entierra su rostro entre la nuca y el cuello de Sans y finalmente cae dormido, había olvidado que hacia algún rato que no descansaba, desde la noche pasada que había despertado con una sed abrumadora y la primera gota de magia que le había servido para apaciguarla fue la magia de su hermano, apetitosa como antojable…
Pero había querido mas… así que había ido bebiendo la magia de casi todos en el Underground y ninguno le había gustado, muchos tenían una magia tan débil que rápido se aburrió de sus sabores insípidos y amargos, prefiriendo probar la de los jefe monstruo, se encontró con sabores particularmente atrayentes, algunos exquisitos pero no importo lo que hiciera, volvía con lo mismo… la magia de su hermano era aun más fuerte que la del mismo Asgore y por supuesto, mucho más adictiva que el interesante sabor de Undyne o incluso del de Mettaton a quien por cierto, le costó algo de ingenio saber donde debía de morder sin romperse los colmillos entre tanto metal
Las horas de la noche por fin pasaron tranquilas, Papyrus pudo descansar lo que no había descansado en toda su odisea mientras que Sans solo rogaba porque lo que había vivido fuera solo una mera pesadilla que finalizaría cuando el despertara… pero así como un nuevo día llega a Underground con la noticia de la gran mayoría de las criaturas del mismo haber sido atacadas por la bruma, la pesadilla de Sans se muestra aun más clara que por la noche… no, no fue una pesadilla, fue la cruda realidad para el esqueleto más bajo.