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Si llegas a ser mi fin por maiaoki

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Notas del fanfic:

Es tematica omegaverse

Lenguaje obseno ...

Es un especial del mes Aokise de la pagina Aokise lovers...

Notas del capitulo:

Espero les guste 

Los personajes son de tadatoshi sensei

Si solo lo hubiera visto venir antes todo hubiera sido diferente, el olvidar el pasado todo el dolor del rechazo por ser omega, la traición de aquellos que decían ser sus amigos, porque nos tratan diferentes porque el aislarnos de esa manera ser menos que un alfa o un beta y la envidia de aquellos otros omegas. Quería olvidar aquella traición de su buen amigo, que destruyo gran parte de él.

Todo ocurrió aquella tarde, la brisa fresca de la época de verano no hacía calor, pero el sol se alzaba tan orgullosamente en el cielo, ya queriendo esconderse para darle el espacio a la luna, Kise salió del helicóptero, era orgullosamente uno de los mejores pilotos de rescate de todo Japón a pesar de ser omega era poco apoyado por la discriminación de la jerarquía y aquellos alfa con complejo de superioridad, pero había logrado llegar a donde quería por si solo ya que su familia lo había abandonado cuando era pequeño y desde entonces estaba solo, aunque su mejor amigo makoto estaba siempre con él, últimamente estaba muy extraño, más bien desde que a él lo habían promovido como capitán del equipo de rescate tango07 y sentía que esto lo había molestado un poco, no entendía el por qué así que lo dejo ser y que fuera el que le hablara de ello.

Makoto ya estaba harto de la preferencia de sus jefes hacia Kise solo porque era disque hermoso, como los escucho decir en varias ocasiones, tenía que deshacerse del niñito de una buena vez por todas, sabía que el rubio lo consideraba su mejor amigo, pero makoto no había negado ello por conveniencia y sus planes ya trazados para llegar a un mejor puesto con la absurda ayuda del rubio oxigenado, pero lo había necesitado en el pasado, y ahora solo le estorbaba y sus planes se había estropeado por él y tenía que pagar por ello, y muy caro, ese puesto era de suyo, iba hacer suyo como lo había planeado desde el principio. Su sonrisa se había vuelto siniestra mientras caminaba pensativo sobre su siguiente movimiento de su plan mientras se dirigían hacia el hangar para la revisión del equipo que utilizaron en el día, su plan estaba en camino en ese mismo momento, ya que sus compañeros los dejaron solos, en el momento que sus compañeros se adelantaron y dejaron sus equipos primero y a ellos solos todo había terminado para Kise Ryota. Su vida iba a terminar a como era ahora. Su venganza comenzaba ahora.

Kise se sentía inquieto sabía que algo iba a pasar, pero no lograba saber que, makoto seguía caminado con el hacía en hangar en silencio y eso lo tenía inquieto a mas no poder, su amigo no era así bueno solo algunas veces, decidió que era mejor hablar ahora que estaban solos.

 

-       Dime makocchi que pasa, has estado muy callado todo el día hay algo que te molesta – le pregunto por fin el rubio.

-       Mmm, no nada todo va estar bien pronto Ryota, así que no te preocupes por mí – le respondió el peli negro con voz divertida.

Kise lo dejo ser si decía que todo iba a estar bien porque preocuparse, más bien debería tranquilizarlo, pero solo hizo que su inquietud aumentara.

Llegaron por fin al hangar, sin volver entablar conversación makoto solamente se adelantó ingresando primero al área de los equipos dejando este y saliendo rápidamente, Kise apenas iba a entrar cuando makoto salió rápido derribándolo, cayeron con un fuerte golpe ni pudo escuchar el grito de advertencia que le dio este solo sintió algo en sus ojos, un dolor extremo, sin querer gritos salieron de él sus ojos se sentían como si se estuvieran desintegrando, no pudo escuchar a nadie, solo la agonía de sus gritos, el dolor era insoportable, algo caí, algo frio cayendo en su cara, agua se dijo, trato de abrir los ojos no sabía cuándo los cerro, pero el dolor no lo dejo. No podía dejar de gritar a pesar del agua que lograron arrojarle, pudo percibir le hablaban a lo lejos sus compañeros de equipo trataban de calmarlo, pero no podía.

 

Makoto estaba frustrado, todo estaba saliendo bien en un principio, pero tan rápido como le arrojo a Kise el ácido, sus compañeros aparecieron no sabía si lograron ver todo pero tan rápido como Kise empezó a gritar ellos corrieron a socorren al niñato y al parecer se percataron que eran sus ojos uno traía una botella de agua y se la arrojaron a los ojos al rubio, pero este no dejaba de gritar, no se calmaba y eso lo estaba sacando de quicio.

Uno de los chicos fue a traer más agua para así tratar la lesión de una mejor manera y calmar a Kise.

-       Makoto que paso, te vi caer sobre Kise, pero tiene algo en los ojos- le pregunto Miyagi uno de sus compañeros.

En la mente de makoto ya tenía su cuartada era rápido para todo y sus planes eran infalibles tenía todo calculado, aunque esto le había salido un poco mal pero no del todo ya que no sabía a ciencia cierta si el rubio quedo desfigurado, si era así había ganado y sin ser señalado como el culpable de ello, no podía cantar victoria todavía necesitaba deshacerse de Miyagi y Kasamatsu o por lo menos quitar las acusaciones y dudas de que él podría ser el culpable de ello aunque no le iba a costar mucho. Ya que ellos no habían visto nada de lo que él llevaba en mano, gracias a que pudo esconder con facilidad la botella vacía de ácido, que bueno que su querido amigo Haizaki trabajaba como químico, y lo ayudo a dárselo, como se había reído este al el contarle lo que iba hacerle al rubio, este acepto con facilidad ser su cómplice, también quería ver a Kise destruido por completo, Haizaki lo odiaba por completo igual que el pero no sabía por qué y tampoco que lo conocía pero tampoco le había contado sobre ello y él lo dejo pasar porque realmente no le importaba ello. Este le dijo sí, que el ácido era capaz de dañar la piel, pero makoto quería dañar por completo su cara ese fue su objetivo desde un inicio por ello tanto como le fastidiaba los gritos de Kise, le fascinaba y disfrutaba de ellos al mismo tiempo, los sentía en cada parte de su cuerpo, le extasiaba de una manera hasta erótica. Le encantaba esa forma sádica suya, el disfrute de dolor de sus enemigos, sus lágrimas y sus marcas en la piel. Sin saber dejo salir una sonrisa maliciosa que cayó al instante al ver la cara seria de Miyagi, eso no debió de salir, pero ya que le iba a decir lo que había pasado.

-       Lo que paso, es que yo iba saliendo trómpese con Kise y de ahí no sé lo que paso, aunque él tenía algo en sus manos, no vi que era, pero mira – saco el envase y se lo enseño.

-       Lo acabo de tomar no sé qué es, pero no tenía tapa y huele de una forma extraña, será esto, lo que lo tiene así – le siguió contando el pelinegro

-       Dame a ver, si es eso tengo que dárselo a Kasamatsu él puede saber que es, aunque puede ser un químico, si es así hay trasladarlo a un hospital rápido o puede ser peligroso- le respondió el castaño.

Sin medir palabra este trato de moverlo de un solo sin aviso alguno, solo hizo que Kise gritara más, este no sabía que querían , no quería que nadie llegara a tocarlo, tenía miedo, algo estaba mal con la historia de makoto, había escuchado todo, no sabía que pensar porque makoto estaba mintiendo, porque le hizo esto, su dolor había disminuido pero todavía estaba ahí y sentía que jamás iba cesar y ahora sentía la traición de su amigo quemar en los más profundo de su corazón y eso le dolió mas que todo lo que le estaba pasando, él era un simple omega sin familia y ahora sin su único amigo.  Sus gritos cesaron, pero sus lágrimas no dejaron de caer, y sus suplicas a algún dios no callaron quería que el dolor lo dejara y que su corazón no siguiera sufriendo, quería un fin, un fin par cada dolor.

Los chicos lo atendieron hasta que llegaron los paramédicos, Kise había quedado inconsciente y sus lágrimas no cesaron en ningún momento mientras lo trataron.

Las horas pasaron y los médicos lograron hacer lo posible para tratar las heridas de Kise, pero este había quedado ciego, sus ojos ya no era ese hermoso caramelo ahora un claro gris, el ácido había destruido su vista por completo y no tenían ninguna posibilidad para devolvérsela, sea lo que fuera ese acido tenia propiedades únicas, lo único que detuvo e que sus ojos se quemaran por completo y solo perdiera la vista, fue la rápida atención de sus compañeros.

Kise perdió mucho esa noche, ahora los altos mandos, decidieron darle de baja, ya no podía ejercer como piloto, makoto fue promovido como capitán del escuadrón, aunque el sin saber que alguien sabia la verdad de lo sucedido a Kise pero el pronto lo iba descubrir.

Pasaron los meses su celo no había llegado aún a su edad era una cosa muy extraña, los médicos no sabían el por qué, sus ojos siguieron sin ver, y su alma se sumergió en un gran lamento, la depresión lo embargo por completo, pero no todo era malo, conoció a alguien que lo salvo, esa hermosa mañana de mayo se conocieron, una nueva luz en su vida, Takao era uno de los enfermeros nuevos integrados al departamento de rehabilitación, era el encargado de Kise Ryota el piloto de rescate que fue dado de baja por el accidente que daño su vista por completo, este tenía curiosidad por conocerlo había sido una gran noticia, ya que era uno de los mejores pilotos del país y una figura seguida por los medios pero este nunca daba entrevista, muy pocos sabía que él era un omega, prácticamente solo los médicos, enfermeros y sus antiguos compañeros, jefes y asistentes sabían ese dato. Aparentemente es algo que siempre dejaba claro a la hora de conocer a una persona y no le importaba si lo discriminaban después, aparentemente algunos rumores que andaban era que su mejor amigo había hecho el daño en sus ojos y ahora se cuidaba de quien estuviera cerca.

Le costó trabajo a Takao llegar al corazón de Kise en los meses siguientes, este era ahora era una muralla acorazada en cada extremo de su vida y corazón. Pero Kise sin querer se dejó hacer por el más bajo, dándole un lugar en su corazón este chico se lo había ganado con sus risas y su sentido del humor único. Este también le había enseñado como ver de una manera diferente, ahora todo lo miraba atreves de su tacto era hermoso como percibía diferente la vida, los meses de oscuridad habían terminado y ya casi pasaba un año de su accidente, tanto Takao era ahora su enfermero exclusivo en su casa, si Kise era una persona con mucho dinero, también el gobierno le había dado una buena remuneración por su salida y su trabajo por ocho años, pero eso a él no le importaba, eso no cambiaba nada pero ahora era feliz a su manera, pero como todo en la vida el siempre daba un giro de trecientos sesenta grados y el destino algunas veces no le importaba que tanto daño te hace, solo quiere destrozarte por completo. Y eso estaba tejido en su hilo del destino, solo dolor tendría en esta vida.

 

Kise no salía de casa a menos que estuviera acompañado de Takao, pero ese día estaba un poco inquieto quería salir no se sentía bien encerrado en su propia casa, sentía claustrofobia en ella. Decidió salir, conocía cuantos pasos dar, a cuantas calles se encontraba para llegar al parque que se encontraba cerca de su casa, tenía un poco de miedo, pero podía hacerlo lo necesitaba, necesitaba esta salida. Sin más peros tomo su bastón  y sus gafas, solo cuando salía tomaba ambas cosas, su casa ya la conocía lo suficiente para no necesitar ambas cosas y a Takao no le molestaba que anduviera sin gafas, más bien al más bajo le gustaba en nuevo tono de sus ojos, decía que era de un gris hermoso con estrías café claro, según el ahora lucían de cuento de hadas, no le creía pero amaba como se expresaba el más bajo de sus ojos, y el sonido de su sonrisas coquetas, ya podía diferenciarlas todas, ya que era el único que lo acompañaba.

Se colocó los lentes de sol de una forma torpe, estaba nervioso, tomo su bastón, camino hacia la puerta, antes de salir confirmo si andaba las llaves y cerró la puerta, los sonidos de la ciudad lo inundaron de una forma atronadora, pero le gusto, era su forma de ver el mundo, conocía cada uno de los sonidos, suspiro. Bajo las escaleras contando cinco al llegar al final, conto diez pasos para llegar al portón de su casa, doblo ala derecha camino una cuadra, con el bastón toco el borde de la calle y espero hasta escuchar el timbre que daba el semáforo al pasar a rojo para poder reafirmar su caminata, podía diferenciar todos los sonidos a pesar de la bulla de la gente a su alrededor, los motores de los carros, las bicicletas al pasar por su lado, todo eso le llenaba de vida con más confianza reanudo su caminata, otra cuadra paso, y otra hasta que conto cinco de ellas por fin pudo oler el húmedo de la tierra, las flores , los árboles y las flores de cerezo, como le gustaba ese olor en particular los cerezos eran su favoritos esta vez se dejó guiar por el olor de ellos, pero su error fue que sin querer su cuerpo siguió el olor de un alfa que se encontraba hablando por teléfono, hasta que lo golpeo con el bastón, este se gruño un montón de malas palabras, Kise se congelo fue como si una corriente pasara por él, al escuchar su voz, era ronca, le provocaba escalofríos. Casi sentía su omega despertar, y eso le dio miedo el todavía no tomaba supresores. Nunca los había necesitado.

 

Aomine Daiki, ya estaba lo suficiente enojado por la llamada telefónica que acababa de abandonar, para que tras de eso alguien lo golpeara, se dio la vuelta furioso, y se encontró un bello rubio de pie frente a él, detuvo su perorata, sus ojos se agrandaron él era una belleza andante, trato de hablar, pero quedo mudo.

Kise no sabía si la persona que había golpeado, se había ido, así que salió de su aturdimiento y empezó a disculparse.

-       Lo siento en serio no fue mi intención- se disculpó el rubio verdaderamente apenado.

No escucho nada más pensó que estaba hablando solo, así que iba a empezar a caminar, cuando lo escucho hablar de nuevo.

-       No está bien, más bien discúlpame por mi arrebato- era demasiado extraño para él disculparse y quedarse mudo de esa manera, por dicha el chico no menciono nada de ello.

-       Está bien, es mi culpa- le respondió Kise, algo dentro de el empezó a cambiar no sabía qué, pero necesitaba irse o quedarse con el extraño, no sabía, estaba confuso.

Aomine sintió un ligero aroma viniendo de muchacho, sus instintos alfa se pusieron alerta, era un delicioso aroma, lo necesitaba, trato de agarrar su brazo, pero el rubio se movió de una manera rápida quitándose de su camino.

Kise se movió rápidamente sabía lo que era el olor de un alfa delante de él, y por si solo, por fin su celo había dado inicio, el aroma del extraño con lo que se había tropezado era el que lo había activado, su celo su celo se había activado por fin pero en un mal lugar, su instinto de supervivencia se lo decía, he hizo que se moviera rápido huyendo de él, y todo aquel que fuera alfa o beta. Escucho que el extraño le gritaba, pero Kise había perdido la noción de todo a su alrededor, no podía ver y su huida no estaba siendo del todo exitosa. El extraño logro alcanzarlo, tomo su mano y lo arrastro así el.

Aomine necesitaba mantener primero a salvo al rubio, varios alfas alrededor de ellos ya habían percibido el olor de chico y su instinto decía que lo protegiera porque era suyo. Y era suyo.

Notas finales:

espero les haya gustado ... viva el aokise 


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