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Never make leader-san angry por Karasu_Seiko VI II I

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Notas del fanfic:

Autor: socialriotbitch

Publicación original: Never Make Leader-san Angry

Fecha: Septiembre 9, 2014

-Oneshot-

Opinión personal: A pesar de que ya lo traduje y todo, sigo sin tomarme este escrito en serio (?).

Notas del capitulo:

Según yo nada más iba a publicar el otro fic, pero por ahí pidieron Kaita porno y no me pude resistir~
Aunque no es propiamente porno, pero bueh, algo tendrá que ver.

Reita supo que la había cagado cuando miró el reloj de su despertador. Eran las dos de la tarde, lo cual significaba que ya iba por lo menos unas cinco horas tarde a la reunión que se suponía debía asistir ese día. Se suponía, por su puesto. Ya no tendría sentido ir. La reunión terminaría en menos de una hora, si es que no se había terminado ya.

Soltó un quejido y enterró la cabeza en su almohada. Tal vez no debió haberse quedado despierto toda la noche, pero se estaba volviendo adicto a Twitter. Y todo gracias a Ruki. «Hazte una cuenta», dijo. «Será divertido». Sí, efectivamente, y Kai arrancándole la cabeza por faltar a la reunión también iba a ser divertido.

Hablando del jodido rey de Roma. Al escuchar las vibraciones de su teléfono, Reita levantó su cabeza y miró hacia la mesita de noche. Tenía un mensaje de Kai. De verdad que no quería leerlo, pero sabía que se metería en más problemas si no lo hacía, así que se levantó a regañadientes y se frotó los ojos.

Después de tomar su celular y desbloquearlo, el rubio tuvo un mal presentimiento por el evidente tono molesto en el mensaje del batero. Leyó por encima la primera parte, toda esa palabrería sobre la importancia de ser puntual, de cómo se encontraban en el medio de un periodo muy agitado y tenía que cumplir con su deber en la banda, y terminó por saltarse hasta la parte final.

Tenemos que hacer algo con tu comportamiento. Te espero en mi casa en una hora.

Vaya, eso no había sido para nada misterioso. Reita repasó el texto, con más atención esta vez, pero Kai no había dejado ninguna pista sobre ese “algo” que tenía que hacer. Sólo le quedaba esperar para saber qué sería. Pero hasta entonces, una ducha sonaba como una gran idea.

Una hora después, el bajista estaba tocando la puerta del líder. No le había regresado el mensaje para avisarle que iría, sobre todo porque Kai no lo había hecho sonar como una sugerencia. Cuando dijo que lo “esperaba”, Reita asumió que él estaba, bueno, esperándolo.

La puerta se abrió, y el rubio retrocedió con asombro. Kai se veía muy agitado. Reita inclinó la cabeza y murmuró un saludo al adentrarse en el apartamento. Se quitó los zapatos mientras Kai cerraba la puerta con llave. El silencio era más que inquietante. No esperaba que Kai estuviese enojado. No solía enojarse con él. Decepcionarse, sí. Incluso ponerse estricto, cuando era necesario. Pero, ¿enojarse? Eso no era típico.

Reita se quedó pasmado cuando entró en la sala de estar. No podía ser cierto.

—Eh… ¿Kai?

Justo al lado del sillón, había una jaula de metal. Se veía más robusta que una jaula normal para perro, y más o menos del mismo ancho que el sofá. Kai lucía completamente impasible, como si tener una jaula en su casa fuese de lo más normal.

—¿Sí? —respondió el menor, volviéndose para encararlo.

—¿Qué-

Reita no tuvo oportunidad de terminar su pregunta. Antes de que pudiera reaccionar, Kai lo agarró del cabello y lo atrajo hacia él, para después inclinar su cabeza y morderle el cuello con fuerza.

—Elige una palabra de seguridad.

Reita paró de forcejear después de escuchar eso. Al principio no tenía ni idea de lo que estaba pasando, pero ahora lo entendía. Kai iba a castigarlo por faltar a la entrevista, y seguro que la jaula tenía algo que ver con todo ello.

—Pájaro —susurró, sintiendo a Kai sonreír contra su garganta.

—Bien. Ahora arrodíllate —Casi por acto reflejo, el rubio se dejó caer en sus rodillas, avergonzado de provocar que Kai se riera—. Buen chico —El batero caminó hacia la jaula, se sentó en el borde y le dirigió una mirada de decepción—. Estoy seguro de que sabes por qué estoy molesto contigo. Y no quiero escuchar tus excusas, así que guárdatelas. Ahora, ¿recibirás tu castigo como un adulto responsable?

Las mejillas de Reita comenzaron a enrojecerse. En definitiva, ésto estaba tomando un giro interesante. —Sí.

—Bien. Quítate la ropa.

Se desnudó rápidamente, para luego doblar sus prendas y colocarlas en el piso a su lado. Kai y él llevaban un tiempo siendo algo así como amigos con derechos, así que estar desnudo frente a él no era para nada nuevo. De todas formas, se sentía extraño estar arrodillado con el culo al aire frente a Kai mientras éste seguía vestido. Era una separación deliciosa de poder, una que dejaba claro quién tenía el control.

Kai asintió complacido, con la mirada recorriendo con avidez el cuerpo del rubio. »—No es la primera vez que faltas a una junta, Rei. Tal vez no me molestaría si te disculparas, o mostraras algún tipo de arrepentimiento, pero no lo haces. Te limitas a dormir todo el día y, cuando te das cuenta de que ya es tarde, ni siquiera te tomas la molestia de aparecer. Eso es extremadamente irresponsable. Eres parte de la banda. Y yo sé que las reuniones y el papeleo no son tu cosa favorita, pero es algo necesario.

—Lo siento —dijo Reita, para después bajar la mirada. El líder tenía razón.

—Te dije que te quedaras con tus excusas. Verás —comenzó Kai, mientras se levantaba. Sacó una pequeña llave de su bolsillo y abrió la puerta de la jaula—, lo que de verdad me irrita es que no te importa una mierda. Te quedas en vela hasta las cinco o seis de la mañana, a sabiendas de que estarás exhausto cuando despiertes. Ni siquiera estoy seguro de que pongas una alarma. Lo más probable es que mandas todo al carajo y te vas así a dormir, pensando en que nos las arreglaremos sin ti.

Esas palabras llegaron a una fibra sensible en Reita, logrando que se avergonzara por la verdad que había en ellas. La mayor parte de lo dicho era cierto. Cuando tenía que levantarse en menos de cuatro horas, y sabía que estaría demasiado cansado como para funcionar apropiadamente, mejor ni se molestaba. En esos casos era preferible que no asistiera, ¿no?

»—Ahora quiero que enfrentes las consecuencias de tus actos. Como es bastante obvio que no sientes la culpa suficiente para evitar que pase de nuevo, simplemente te motivaré para que no llegues tarde la próxima vez —Kai hizo un gesto hacia la jaula abierta—. Entra.

Aunque supiera que pasaría, Reita igual se sorprendió cuando Kai le dijo que se metiera a la jaula. Apenas y alcanzaba poco más de la altura de la rodilla del batero, y no lucía para nada cómoda. Pero cuando Kai gruñó con impaciencia, el mayor agachó la cabeza y gateó hacia adentro. Se sobresaltó cuando Kai azotó la puerta para cerrarla.

La jaula parecía mucho más pequeña desde dentro. Reita no podía estirar las piernas, así que se vio obligado a permanecer sobre sus manos y rodillas. Incluso en esa posición, su cabeza casi topaba contra el techo. Definitivamente no era cómoda. Trató de encontrar una mejor posición durante un rato, pero fue en vano. La jaula era muy pequeña para él.

Kai se acuclilló frente a Reita, apenas capaz de contener una sonrisa. —¿Incómodo? —El rubio apartó la vista, refunfuñando, pero eso sólo pareció divertir más al batero—. Bien. Ahora quédate ahí y piensa en el desastre en el que te metiste.

Sintiendo sus mejillas encenderse, Reita trató de cubrir el sonrojo tras su cabello. Se sentía demasiado expuesto, desnudo y sin posibilidad de cubrirse con algo, consciente de que Kai podía ver todo a través de las barras de metal. Todo empeoró cuando se inclinó en sus antebrazos, pasando su peso a los codos. Esa posición le obligaba a alzar las caderas, con su trasero totalmente expuesto, y Kai no ayudaba para nada al darle esa mirada depredadora. Era humillante, aunque también extrañamente excitante, estar desnudo y a gatas.

El corazón le brincó en el pecho al caer en cuenta de que Kai podría hacer cualquier cosa en ese momento. Podría invitar a quien se le diera la gana, y Reita no podría hacer un carajo para evitarlo. Si Kai quisiera iniciar una fiesta, bien podría hacerlo, y cualquiera que entrara en el apartamento sería bienvenido a observar al bajista, completamente desnudo y en esa posición tan comprometedora. Y aunque lo más lógico era que eso le asustara, Reita confiaba en Kai. Confiaba en que el menor no haría nada que arriesgara su amistad, o algo que le hiciera avergonzarse de verdad.

Pero, ¿qué si era precisamente ese el plan de Kai? La idea era castigarlo, ¿no? No se trataría de un castigo muy efectivo si Reita lo disfrutaba, y aunque no estaba para nada cómodo, tampoco es que se estuviera quejando. No era como si estuviese pasando por un dolor insoportable. Así que, ¿cuál era la intención de Kai? ¿Sería que sí invitaría a alguien para terminar de humillar al rubio? Dios, no soportaría la vergüenza si alguien más lo veía así. Especialmente si se tratara de Aoi. El guitarrista no dejaría que Reita lo superara; se lo recordaría constantemente y se burlaría de él por siempre…

Y para colmo, Reita acababa de gemir. El resoplido proveniente del sillón donde Kai se encontraba sentado lo confirmaba. Se estaba poniendo caliente de sólo pensarlo. ¿Y qué si Aoi venía? ¿O Uruha? ¿O Ruki? Probablemente se burlarían, y él no podría golpearlos o hacer algo para detenerlos, porque seguiría encerrado. Sus compañeros tendrían la libertad de picarlo con ramas, reírse y ridiculizarlo, y no podría hacer nada para evitarlo, estaría completamente indefenso y a su merced.

Reita determino que ese pensamiento no debería parecerle tan provocador. Sintió que algo se rozaba con su estómago, así que miró entre sus piernas sólo para descubrir que ya estaba erecto. Su ritmo cardiaco se aceleró, y estaba bastante seguro de poder escucharse jadeando por encima del ruido que producía su pulso. É sto no estaba bien. Tan pronto como Kai lo dejara salir, se daría cuenta de su situación. ¿Se burlaría? Y es que no era precisamente normal ponerse duro sólo por estar encerrado en una jaula. Como para justificar su propia erección, Reita comenzó a acariciarse con su mano derecha, gruñendo mientras se esforzaba por mantener el balance en un solo brazo.

¿Cuánto tiempo llevaba ya en la jaula? ¿Y por cuánto más estaría ahí? ¿Cuándo se supone que Kai lo dejaría salir? ¿Pronto? ¿Mañana? ¿Le dejaría libre para cenar, o metería un plato de comida a la jaula para hacerle comer como perro? O tal vez lo alimentaría a través de las barras con una cuchara. Reita gimió y envolvió su mano alrededor de su miembro. Tal vez tendría que dormir en la jaula. ¿Cómo era eso posible? Tendría que recostarse de costado, ponerse en posición fetal y, aun así, las barras probablemente se encajarían en su espalda, provocando que fuera doloroso moverse.

¿Y qué si tenía que orinar? ¿Sólo tenía que preguntar y ya? Esperaba no tener que hacerlo en la jaula, porque eso sería asqueroso. Y mientras pensaba en ello, recorrió la punta de su pene con el pulgar, para después comenzar a masturbarse. La posición requería que se moviera de forma extraña, porque todavía estaba apoyándose en la fuerza de su brazo izquierdo y sus rodillas para no caer, pero igual se las arregló.

Joder, tal vez Kai lo mantendría en la jaula durante días. Recostado en su propia suciedad, obteniendo una severa lesión de espalda en el proceso, incapacitándolo de por vida. Durmiendo, comiendo, viviendo como un perro, a excepción de que Kai seguro no lo sacaría de paseo. ¿O lo haría? Tal vez le pondría un collar con una correa y lo sacaría, haciendo que Reita se arrastrara en cuatro patas para orinar en un arbusto. Esa idea era absurda, pero no logró frenar su ritmo en lo más mínimo, ya que continuó tocándose.

Le faltaba poco. ¿Qué más podría hacerle Kai? Tal vez introduciría su miembro por entre las barras para que Reita lo chupara, incitando a que éste arqueara su espalda y estirara el cuello lo más humanamente posible para poder alcanzarle. Entonces el rubio le rogaría y gimotearía, y Kai se vendría en su cara y-

Reita gimió con fuerza cuando explotó, ensuciando el piso de la jaula. Continuó acariciándose hasta que le molestó un dolor en el brazo, además de que el orgasmo le había dejado completamente exhausto. Se desplomó, todavía jadeando, sintiéndose agotado y muy sensible. Y antes de darse cuenta, ya estaba profundamente dormido.   

—Despierta —El rubio tardó en alzar la cabeza, quejándose por el dolor en su cuello, hasta que se encontró con la mirada de Kai. El batero le sonrió gentilmente y abrió la puerta. Reita gateó hacia afuera con cautela, todavía atontado y esperando a que Kai se le abalanzara.

Cuando el batero no hizo esfuerzo alguno por volver a encerrarlo o algo parecido, el rubio lentamente se puso de pie, soltando quejidos por el dolor en sus extremidades. Sus articulaciones tronaron cuando estiró sus músculos, logrando que Kai hiciera gestos de dolor ante el sonido.

»—Estuviste ahí dentro durante cuatro horas y media.

Reita frunció el ceño y se le quedó mirando con incredulidad. —¿En serio?

—Ajá —Kai asintió, después miró hacia abajo para descubrir ciertas manchas en las caderas del bajista y sonrió—. Aunque no parece que te la hayas pasado tan mal.

Reita se sonrojó, pero no desvió la mirada, sino que le devolvió la sonrisa a Kai. —Sí. Fue una experiencia… interesante. Eso seguro.

—¡Pero eso no me sirve! —Kai hizo un puchero—. ¿Ahora qué hago para que ya no faltes a las juntas?

—Bueno, tampoco es que haya tenido la mejor experiencia de mi vida —Reita rió y después estiró los brazos por encima de la cabeza—. Además, no recuerdo haberme sentido así de adolorido. No quiero volver a entrar ahí.

—Muy bien, supongo que con eso basta. Aunque la próxima vez me aseguraré de esposarte a las barras para que no puedas toquetearte —Una sonrisita maligna apareció en los labios de Kai, y Reita volvió a fruncir el ceño.

—Joder. Recuérdame no volver a sacarte de tus casillas.

—Hecho.

—Oye, Kai…

El líder lució confundido por un segundo. —¿Sí?

—Acabo de recordar que hace un tiempo Uruha llegó tarde a la práctica durante toda una semana, pero ahora es hasta más puntual que tú. ¿De casualidad sabes a qué se debió su cambio?

Kai simplemente continuó sonriendo. 

Notas finales:

No sé. No me juzguen. Últimamente ya no es fácil encontrar buen material en el fandom gringo ; ;

A mí me hizo mucha gracia. No puedo evitar que me gusten las cosas estúpidas :c y es que vamos, quién quita que los beneficios de líder incluyen encerrar a los bobos en una jaula (?)

@KarasuSeiko 

 


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