Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Entre aullidos y bestias. por reinadescalza

[Reviews - 17]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Soy primeriza en Amor Yaoi y escribiendo sobre estos temas, así que espero que os guste la historia. Los personajes no me pertenecen a mi, sino a JR. Rowling. 

 

Advertencia:

Lenguaje soez.

Mención de Lemon 

Notas del capitulo:

3...2...1....¡ Ahí vamos con el capítulo!

Era una mañana tranquila y soleada en Londres, una de las pocas que se podían apreciar a lo largo del año, pues casi siempre el cielo estaba nublado e impedía ver con claridad la luz del sol. Las personas aprovechaban ese día para salir y disfrutar del día a la vez que los pájaros cantaban y las ardillas se perseguían por los árboles, las cuales ignoraban que estaban siendo observadas por un lobo de pelaje castaño claro a través de una de las ventanas de una acogedora casa .

Éste las miraba con envidia por poder estar fuera, disfrutando de ese sol casi veraniego, mientras que él estaba dentro de la casa de su dueño, Severus Snape. Aunque no todo era tan malo, Snape , al tener que terminar con los deberes del colegio no había podido sacar a pasear a su adorado lobo y por eso le había llenado un plato lleno de galletas con sabor a beicon. Las preferidas de su lobito.

- Remus.

Ante el llamado de su amo, Remus se giró para ver que su dueño le dedicaba una sonrisa cariñosa y tierna, por lo que no tardó mucho en lanzarse encima de él para saludarlo, tirándolo al suelo y recibiendo risas por parte del moreno. Y todavía se ilusionó más al ver qué traía Severus en la mano: su correa. ¡ Eso significaba paseo!

O veterinario.

Enseguida se apartó de su dueño mirándolo con desconfianza y no fue hasta que Severus habló que no se quedó tranquilo.

- Tranquilo chico, hoy no te toca veterinario- rio  Severus levantándose del suelo - ¿ Realmente pensabas que con el día que hace no te llevaría al parque?

El lobo volvió a mover la cola, alegre, y se acercó a su amo para que le colocase la correa y se pudieran ir.  

 

b28;b31;b28;b31;b28;b31;b28;b31;b28;b31;b25;b31;b25;b31;b28;

 

Iban ambos, Snape y Remus caminando tranquilamente por la calle cuando un folleto pegado a una pared llamó la atención del moreno:      

                 “Concurso canino: No se pierda la oportunidad de participar en el concurso canino más glamuroso de Londres, donde tendrá la oportunidad de ganar el primer premio junto a su mascota y demostrar que su perro es el más exótico de la ciudad.”

  - Dios mío, la humanidad está cayendo en picado- Severus negó con la cabeza por la absurda competición – Vamos Remus, el parque nos espera.

Y con una mirada de ansias, Remus siguió a su dueño hacia el parque. No sabía por qué su dueño había dicho eso, pero sinceramente le daba igual con tal de ir de una vez a su amado parque.  

  b28;b31;b28;b31;b28;b31;b28;b31;b28;b31;b28;b31;b25;b31;b25;◇b25;

 

Finalmente llegaron a su destino y Severus le quitó la correa a Remus.

Un alivio inundó al lobo al verse libre de esa correa, no le gustaba mucho llevarla, pero por su amo haría lo que fuera. Al fin y al cabo, fue él quien le salvó la vida una vez.

Ambos caminaron por la estancia un poco nerviosos. El parque era un sitio que solía estar abarrotado de personas y perros y, aunque a Remus le encantara, debía admitir que no era lo que se llamaría muy social. En realidad se consideraba bastante tímido, y rara vez iba a jugar con los otros perros. Ya lo intentó dos veces; en la primera, los demás perros( los cuales eran un poco más pequeños que él) salieron despavoridos al ver al lobo y, en la otra, casi se llevó una dentellada por parte de un perro que se había visto intimidado por él.

  Al fin y al cabo, él no era un perro, era un lobo.

No era de extrañarse que no encajara mucho en ese lugar. Por eso siempre se mantenía cerca de su dueño, donde se sentía a salvo y fuera de peligro.   De pronto vio unos arbustos moverse, moverse bastante, y eso extrañó le bastante. Aprovechó que su dueño se iba adelantando para detenerse y observar bien cuál era la causa de todo ese “movimiento”. No tardó en descubrirlo. Y se arrepintió de no haber seguido a su dueño. 

¿ Que por qué?

Muy sencillo.

Del arbusto, que ya no se movía, salió una perrita la mar de satisfecha que andaba con la cabeza bien alta al igual que la cola. Bien, hasta ahí bien. Pero después salió de ese mismo arbusto un gran perro negro de ojos zafiro que salía igual de satisfecho que la otra. No fue muy difícil averiguar lo que había sucedido y , si Remus hubiera sido humano, estaría más rojo que todos los tomates del mundo. Lo reconocía, ya lo había visto por el parque otras veces jugando con otros perros o con su dueño, y también lo había visto desde lejos apareándose con otras hembras; pero nunca habían estado tan cerca y jamás de los jamases había sido pillado observando. Remus quería desaparecer de ahí, sobre todo cuando el gran perro se giró a mirarle. El lobo se quería morir. 

El perro no apartaba su mirada azul de la ámbar del lobo y Remus, al no querer buscarse problemas por andar “husmeando” asuntos ajenos, se dispuso a retirarse cuando las palabras del otro lo detuvieron.

- En vez de quedarte ahí cotilleando podrías haberte unido.

Remus se quedó estático ante la osadía del perro. ¿¿¡¡QUÉ HABÍA DICHO!!??  ¿¿¡¡ UNIRSE!!?? ¿¿¡¡PERO QUÉ…!!??

- ¿Perdón?- Remus no podía dar crédito a las palabras del perro, quizás ( ojalá) hubiera escuchado mal.

- Lo que has oído- el perro le dedicó una mirada picarona y se le acercó, provocando que el otro retrocediese.- Esa hembra estaba en celo, podrías haber aprovechado tú también.

¿¿¡ Aprovecharse de una hembra!??

- Yo jamás me hubiera aprovechado de una pobre hembra- dijo Remus indignado, ¿ quién se creía que era? 

- Pues ella no parecía muy molesta- se mofó el perro mirando al lobo, quién se movía inquieto por la embarazosa situación. Entonces sus ojos brillaron y su sonrisa se ensanchó con picardía - ¿ O es que acaso no era con ella con quién  te querías aparear?

Si Remus estaba estático antes, en ese momento se quedó en shock. En un shock muy, pero que muy, fuerte.  ¿¡¡ QUÉ DEMONIOS?!! ¿¡¡ ÉL APAREADO CON UN MACHO!!? ¿¡¡CON ESE MACHO!??

En esos momentos no supo si reír por la animalada que acababa de soltar o correr para salvar su trasero y su dignidad. El perro aprovechó la parálisis del otro para quedar a milímetros de él y observar bien. El lobo era único ( no solo por ser el único en la ciudad) sino porque sus rasgos y su cuerpo eran delicados y su pelaje parecía suave al tacto. Ese pelaje, a veces color canela y otras veces, dependiendo de la luz, casi dorado. Sus ojos fueron lo que más le llamó la atención, ese color ámbar tan puro e inocente se asemejaba tanto al atardecer… No dejó de observarlos  hasta que el otro rompió el contacto visual.

Remus acababa de darse cuenta, al salir del estado de shock, que ese perro se encontraba bastante cerca y pegó un brinco con tal de alejarse de él.

- ¿ Debo tomar tu silencio como un “llévame a los arbustos cuanto antes y fóllame hasta el amanecer”?-  la voz burlona del perro surgió de nuevo, sacando el lado indignado y avergonzado( si es que no lo había sacado ya) del lobo.

- ¿¿ Pero qué dices??- Remus no se creía esa situación tan surrealista- Yo jamás me aparearía con un macho y menos contigo, no soy una maldita hembra a la que te puedas tirar cuando quieras.

- No te creas que haya mucha diferencia entre una hembra y tú- se mofó el otro, rodeando al lobo si apartar los ojos del cuerpo lobuno- ¿ gemirás igual?

Remus pasó de la indignación a la rabia y, dándole igual que el otro pareciera más fuerte que él, se le lanzó con las fauces a la vista. El otro lo esquivó riéndose de él, pero Remus no se detuvo y siguió atacando al otro. Todos sus intentos por morder o tirar al perro resultaban ser en vano. El perro, de pronto, lo empujó con una fuerza tan grande que logró que Remus cayera al suelo, dándole la oportunidad al oscuro cánido de colocarse encima del pobre lobo. 

- ¡ Déjame!- Remus trataba de sacarse a ese perro de encima pero el otro tenía otros planes. Simplemente se dejó caer, aplastando el cuerpo del lobo y evitando que se moviera más.

- Te tengo- le susurró con una sonrisa que podría considerarse lobuna.

- Que irónico- pensó Remus.

- ¿ Y ahora qué piensas  hacer, lobito?

Remus le miró con rabia. Jamás se había sentido tan humillado, sobre todo porque algunos perros que estaban cerca habían detenido sus actividades para observar la escena. Eso solo puso más nervioso a Remus y sus ganas de escapar aumentaron.

  - Déjame- lloriqueó ya indignado el lobo.

- Oh, el lobito está suplicando- el perro habló con cinismo, apretando más su cuerpo contra el del lobo. – Ahora estás bajo mi poder, tendrás que suplicar mucho más para que te suelte.

La angustia del lobo estaba aumentando por segundos, ¿ es que acaso ese engreído no podía dejarlo en paz y listo? Pero Remus no era tonto. Sabía que si ese maldito perro no le oía suplicar, jamás lo soltaría. Así que tuvo que hacer acoplo de todo su autocontrol para no arrancarle la nariz a mordiscos. Se iba a poner a suplicar, sin embargo, su ángel de la guarda llegó en el momento adecuado.

- ¡¡ REMUS!!- Severus se acercaba corriendo hacia los animales, desesperado al ver a su preciado lobo debajo de ese asqueroso perro.

- Mierda- soltó el perro.

- Bien- se alegró el lobo.- "Uf, salvado por el amo"- pensó.

El perro negro se apartó a regañadientes del lobo. Severus, cuando llegó a ellos, se puso a abrazar a su preciado Remus.

- Pobrecito mío, ¿ qué te ha hecho este chucho sarnoso?- dijo mientras miraba miraba de forma asesina al can, para después mirar al lobo con preocupación- Espero que no te haya pegado ninguna enfermedad…

- "¿¿Cómo que chucho sarnoso??"-  pensó ofendido el perro sacando los dientes.

- ¡¡ EH, EL QUE TENDRÁ ALGUNA ENFERMEDAD SERÁS TÚ, TÍO!!- de pronto se escuchó la voz de una segunda persona que se acercaba a ellos con humo saliendo de sus orejas al escuchar tal estupidez.- ¡ Y mi Sirius no es ningún perro sarnoso!

Severus se dio la vuelta, encarando al entrometido. Iba a decirle una cuantas cosas cuando se quedó mudo al ver de quién se trataba ese chico de cabello castaño y gafas.

  - James Potter…- esas palabras procedentes de Severus  parecieron veneno.

- Quejicus Snape- en cambio, las palabras de James sonaron burlescas.    

 

Notas finales:

Espero realmente que os haya gustado el primer capítulo. Tengo muchas ideas para esta historia, pero si alguno quiere aportar alguna la recibiré con gusto. Recirdad escribir algún comentario para saber si os ha gustado o no. 

¡ Nos leemos!b25;b25;

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).