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For angels to fly por Shaoran Lee

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-Kiba –reprochó Naruto -¿Qué me está pasando? 
-Naru, has experimentado los mágicos placeres de tu primer prostituta, o bueno…sabes de que hablo –le respondió palmeando su hombro –
-¿Por qué me recuerdas a la charla de sexo que tuve con mi madre en el octavo grado? –Preguntó con una mueca de asco –
Los dos estaban sentados en el balcón de Kiba, observando la niebla cubriendo la ciudad, mientras bebían un poco de té, y Kiba fumaba una cajetilla. Eran una serie de eventos desafortunados los que habían llevado a Naruto ahí, estaba al borde de la desesperación. Y cuando se sentía así, acudía a Kiba en busca de respuestas.
-Ahora, no estoy hablando por experiencia propia o algo así –continuó Kiba – pero he escuchado que se pone un poco intenso –
Naruto se estaba arrepintiendo de haberlo buscado.
-Así que esto es lo que harás. Vas a poner esta experiencia en el banco de recuerdos de ocasiones especiales, y la sacarás de tu mente en el momento adecuado. Como por ejemplo cuando estés solo, y yo esté en algún lugar donde no puedas encontrarme. Soy, ya sabes, tu mejor amigo pero realmente no quiero saber los detalles –
-Pues, no planeaba dártelos… -
-Hombre, como tu amigo te lo digo, saca esto de tu mente, ve y busca algún chico bueno que vaya a la universidad, y tenga un trabajo normal, enserio. No es bueno estar sexualmente frustrado. –
-No estoy sexualmente frustrado. –dijo Naruto con la boca abierta y Kiba rió. –
-Sí, claro. No intentes convencerme de que las bolsas de bajo de tus ojos, no son por quedarte despierto todas las noches dando vueltas en la cama. –

Lo peor del caso es que Kiba tenía toda la razón. Habían pasado exactamente cinco días desde su "incidente" con Sasuke, y no había pegado un ojo desde entonces. Había estado despierto todas las noches con una mano en su miembro, y la otra arrugando las sábanas, tratando desesperadamente no pensar en las gloriosas manos de Sasuke o en su jodidamente hermosa boca…

-Deja de fruncir el ceño, amor –dijo Kiba –te saldrán arrugas tempranas. –
-¿Sabes qué amigo? Tal vez tengas razón, probablemente no puedo sacarlo de mi mente porque uso sus poderes atrapa-hombres en mí, después de todo ese es su trabajo –respondió Naruto suspirando. –
Kiba sonrió –Okay, ahora que hemos establecido ese punto ¿qué tal si ordenamos pizza? –
-Sí.-murmuró Naruto –asegúrate de pedir queso -gritó cuando Kiba desapareció en la cocina. –
-Honestamente…las cosas que hago por ti –dijo su amigo regresando con su teléfono en la mano y platos en la otra. –
-Eh…sí. Sobre eso, quería pedirte un favor –dijo Naruto apenado, esperando que sus ojos fueran lo suficientemente tiernos. –
-¿Y eso sería…? –
-Tengo clase mañana en la tarde, y termina como a las 07:00 pm, ¿podrías pasar por mí? –preguntó rápidamente. –
-¡No jodido marica flojo! –Respondió inmediatamente –Usa el autobús como cualquier persona normal. O carajo, camina. Sólo está a un par de calles. –
-Normalmente eso haría –insistió Naruto –pero es en el campus en las afueras de la ciudad, por todas las estúpidas renovaciones. Vamos, de todas formas si te quedas aquí, sólo estarías acostado viendo bambi o algo así. Mejor ayuda a tu amigo. –
-Ugh, está bien. –Respondió con una pequeña sonrisa –pero esperaré alguna forma de agradecimiento en el futuro. –
-Gracias –dijo Naruto sonriente –lo haré, te lo prometo, te lo pagaré de vuelta algún día. –
-No te emociones demás Naru, no espero ningún tipo de favores sexuales o algo así –bromeó molestándolo. –
Naruto le lanzó una almohada en la cara y Kiba sólo rió y dijo -Hey, no es mi culpa que soy bonito. –
-Sí, eso es Inozuka. No me canso de ver esa hermosa cara tuya. –
Siguieron bromeando hasta que la pizza llegó, y después procedieron a tomar otras tres tazas de té, mientras veían X factor. Hasta que Kiba se dio cuenta de la hora y muy educadamente le dijo a Naruto que se largara, porque tenía que salir temprano al día siguiente.

**

"Está oscuro, y tengo miedo. Date prisa, cariño."

Naruto guardó de nuevo su teléfono, y estiró las mangas de su suéter sobre sus helados dedos. El cielo se había oscurecido media hora después de que terminó su clase, y había estado pacientemente esperando en la banqueta por cuarenta minutos. Kiba estaba notoriamente tarde, no le molestaba que se le hubiera olvidado o algo así. Sin embargo estaba helando y fantaseaba con el calor del interior del carro de Kiba.
-¿Qué te tomo tanto? Me estaba congelando los testículos. –preguntó Naruto mientras se deslizaba y mandaba su mochila al asiento trasero. –
-Eres tan suertudo de que no deje tu trasero en el frío justo ahora. –
-Sí, sé que me amas. –dijo y se inclinó hacia adelante para cambiar la radio. –
-Cuanto tengas tu propio carro, tú puedes elegir la estación. Hemos tenido esta conversación antes. –Naruto sólo rodo los ojos. –
-¿Cómo estuvo tu día? –
-Normal. ¿Tu clase? –
-Aburrida, ¿a dónde vas? –preguntó Naruto cuando Kiba dio vuelta en una calle no familiar. –
-Necesito comprar cigarrillos –dijo y se estacionó enfrente de una tienda. –
-¿Es esta realmente una parada esencial? Siento que nos van a dar un tiro. –dijo Naruto mirando hacia todos lados. –
-No seas tan dramático. Considerando que fui un excelente amigo al conducir hasta aquí… -
-Ay, por favor. Sólo son veinte minutos. –se quejó Naruto. –
-Tú bajarás del carro, y me comprarás los cigarrillos, para que yo no me congele a muerte. ¿Okay? –
-Así que…lo que dices, es que pones más valor a tu vida que a la mía. –
-Exactamente –respondió dándole su cartera –ahora hazlo. –
-Eres un marica –
-Y pan y leche –gritó Kiba mientras que Naruto salía del auto. –
Las campanas de la puerta sonaron en cuanto las abrió. Y detrás del mostrador estaba un tipo robusto que miró a Naruto, y él tratando de no parecer como un ladrón apunto de atacarlo le sonrió y se dirigió al fondo de la tienda. Estaba completamente vacía. 
Escucho las campanillas de la puerta, pero no se molestó el voltear. Concentrado en los millones de tipos de leche que existían. Había pensado que después de años de conocer a Kiba, podría saber qué tipo de leche le gustaba, pero no.
-Dios Neji, ¿podrías apurarte? Me muero de hambre. –
-No pueden esperar que haga la cena, si no tenemos comida. Tranquilo –

Naruto siguió las voces sin pensarlo, y de inmediato se tensó y volvió a mirar las botellas de leche.

Mierda.

No podían ser ellos. Las posibilidades de que fueran ellos, eran mínimas. En silencio rezaba por que no fueran ellos, pero en su interior lo sabía…

Eran los chicos que habían hablado con Sasuke el sábado, cuando Naruto había intentado sus técnicas de seducción, y a pesar de haber estado distraído en ese entonces, aún recordaba perfectamente a los chicos a un par de metros de él. La primera voz, el chico con tono de suave , pertenecía al pelinegro, mientras que la segunda voz pertenecía al castaño que ceñía en forma de desaprobación. 

Naruto no quería correr ningún riesgo.

La libertad se encontraba a un par de metros de él, en la puerta con campanillas. Podría correr y huir.

Pero su vida decidió odiarlo esa noche.

-Hey Uchiha, dile a Neji que se apure joder, está siendo un idiota –
-Sai, él fue quien olvidó hacer las compras. Así que no intentes conseguir apoyo de Sasuke. Sólo tardaré cinco minutos. Diez si me sigues distrayendo con tus quejas –
Pero el nombre de Sasuke no fue lo que tensó a Naruto. No. Fue la tercera voz la que hizo que todo se detuviera.
-Ahora niños, dejen de discutir. Creo que todos podemos estar de acuerdo en que es culpa de Neji –era la misma voz grave y rasposa. Naruto casi lloró. Volteó sobre su hombro para observarlo, caminando por el pasillo hacia sus amigos –

La mente de Naruto se quedó en blanco. Había estado tratando de converse por una semana, de que había sido el alcohol el culpable, de ver a Sasuke tan jodidamente precioso. Pero en ese momento, viéndolo con tan sólo unos pants grises y una playera interior blanca, sabía que no había sido el alcohol ni su mente. Sasuke era hermoso.
Si era posible, se veía aún mejor de lo que lo recordaba. Sus mejillas estaban rosadas, sus ojos más grandes y brillantes, sus mechones negros asomándose por un gorro gris y una sonrisa gigante plasmada. Naruto se detuvo un segundo para admirarlo. Jamás nadie había tenido ese efecto en él, con tan sólo verlo, sintió su sangre congelada. 

Se detuvo un momento a mirarlo, sólo un momento. Y eso fue suficiente. Sasuke estudió la tienda con su mirada y en un segundo sus ojos se posaron en los de Naruto, quien estaba ahí parado mirándolo de vuelta como ladrón descubierto a medio crimen.

Una expresión de adorable confusión cruzó la cara de Sasuke. Ladeó un poco su cabeza y mostró una sonrisa. Y para mala suerte de Naruto, comenzó a acercarse.

-Naruto. –

Dios santo. Joder. Nadie más podía decir algo tan inocente como su nombre y hacer que se escuchara como pornografía.

Naruto sólo lo observó sin poder decir nada. Sin palabras.
-Así que, ¿me estás acosando? –preguntó Sasuke recorriendo su cara con la mirada. –
-¿Qué? –Casi gritó Naruto –No, te juro que esta es la más grande y desafortunada coincidencia de toda mi vida. Definitivamente no te estaba acosando –explicó apenado –
-¿Desafortunada? –Preguntó Sasuke con las cejas alzadas –
-¡No lo decía de esa forma! Me refería a que, tú sabes, es algo raro. Es sólo una extraña coincidencia, esto es totalmente no intencional –y ahora está atorándose con las palabras. Genial. –
Le tomó un momento detectar la diversión en los ojos de Sasuke, y dejó de balbucear palabras.
-Y tú…estabas bromeando –se dio cuenta apenado –
-Sí. Pero no te preocupes, tu tartamudeo es lindo –dijo Sasuke con una sonrisa –Así que…¿qué estás haciendo? Estás un poco lejos de casa –
-Tenía, eh, clases –balbuceó de nuevo, era un desastre. Pero Sasuke le había dicho lindo. –
-Oh cierto. Profesor de drama y todo eso –
-¿Y quién sería este adorable amiguito, Sasuke? –
Los dos voltearon a ver a Neji, con Sai a su lado expectante.
-Él es Naruto –
Ambos abrieron de más los ojos al escuchar su nombre. Y Naruto podía sentir sus mejillas enrojecer por la mirada de los tres chicos.
-Naruto –dijo Sai con una sonrisa un poco emocionada –
-Naruto–repitió Neji, sorprendido –
Naruto se las arregló para decir un tímido “hola” antes de que su mirada regresara a la de Sasuke, quien tenía una sonrisa de diversión. Y se escucharon las campanas de la puerta de nuevo.
-¡Naruto! –
Esto no se podía poner más incómodo.
-¿Qué mierda te está tomando tanto? Te mande aquí a comprar leche, no toda la jodida despensa o algo así…oh –Kiba dejó de hablar, cuando se dio cuenta de los tres chicos que ahora lo miraban a él -
Naruto le dirigió una rápida mirada a Sasuke, quién inmediatamente quitó la mano de donde se posicionaba sobre el hombro de Naruto. 
-¿Estamos haciendo amigos, cariño? –
-¿No tienes algún lugar donde estar? –Preguntó Naruto tomando el brazo de Kiba, y dándole una mirada –
-No. No realmente, ¿por qué no me presentas a tus amigos? –
Sasuke eligió ese momento para hablar. Y el sonido de su voz hizo que el estómago de Naruto girara.
-Soy Sasuke –fue todo lo que dijo, pero fue suficiente para que Naruto apretara más fuerte el brazo de Kiba –
-¿Sasuke? –Preguntó estirando una mano, para apretar la del chico –Kiba. Mucho gusto, he escuchado cosas maravillosas de ti –
Naruto intentó golpear a Kiba, sin que los demás se dieran cuenta. Pero la mueca de dolor lo delató, y pudo ver la sonrisa de Sasuke hacerse más grande y a los otros chicos riéndose.
-Un placer conocerte, también. Pero ya nos íbamos de hecho –dijo Sasuke mirando a Naruto, quien intentó no tener reacciones físicas pero por dentro se estaba muriendo. Tan sólo observando que tan hermoso era Sasuke –

Todos miraban a Naruto expectantes así que sólo pudo decir –Eh..,sí está bien –

Sasuke sonrió de nuevo, caminando por el pasillo. –Nos vemos –y le guiñó el ojo –

El chico castaño se despidió con una sonrisa. Pero el pálido de cabellos negros, se detuvo frente a ellos y dijo –Supongo que nos estaremos viendo, Naruto –
-Sai date prisa, con un carajo –le gritaron desde la entrada, y siguió a sus amigos –
-¿Eso realmente acaba de suceder? –Preguntó Naruto después de observar las espaldas de Sasuke y sus amigos por treinta segundos –
-Estoy muy seguro de que sucedió. Eres muy listo cuando se trata de socializar Naruto –dijo Kiba y le pasó un brazo por los hombros –¿Así que era él? –
Naruto sólo pudo mover la cabeza. Se sentía un poco mareado.
-Se veía…bueno. No tiene pinta de ser un, tu sabes. Y se ve muy joven. ¿Estamos seguros de que es legal? –
Naruto le dio un golpe en el hombro -¿Podemos irnos? Sólo toma tu pan y tus cigarros y vámonos a casa, para nunca volver a hablar de esto –

Cuando Kiba caminó en busca del pan, Naruto lo tomó como una señal de que no hablarían más del tema. Pero en cuanto pagaron y salieron de la tienda Kiba comenzó a hablar.

-De todas las tiendas generales del mundo, esta no fue la mejor en general. Al menos no para ti ¿verdad? –
-Kiba…cállate –
-No, enserio, ¿cuáles eran las posibilidades? Esto es el destino amigo, es el destino diciéndote que te cojas de nuevo a Sasuke  –
-¿Ah sí, y te gustaría pagar la cuenta? –Dijo entrando al carro –
-Sólo digo, parece que le gustas. Y tú estabas apenas conteniéndote de saltarle encima, antes de que yo apareciera. Acéptalo –
-No le gusto. Y él no podía haberse ido más rápido, casi me huyó –
-Olvidando el hecho de que tú no le pediste que se quedara. ¿No es así todo el juego de "hacerse el difícil"? Tienes que insistir hermano –
-¿No eras tú el que ayer me rogaba que me olvidara de esto? –
-Pues sí, pero después intervino el destino amigo. Uno simplemente no se mete con el destino. –

Naruto dejó salir un pequeño gruñido y empuñó las manos. No aceptaba que Kiba tuviera razón, porque sería totalmente ridículo. Pero si era un poco extraño, que se hubiera topado con Sasuke en una tienda pequeña, en el medio de la nada. Naruto se sonrojó, recordando que Sasuke le había preguntado si lo acosaba. Pero la forma en la que la cara de Sasuke se iluminó cuando lo vio, lo hacía sentir casi complacido. Sasuke debía de tener miles de hombres detrás de él, como para tener tiempo de recordar siquiera su nombre. Pero lo había recordado, y sus amigos claramente sabían quién era. ¿Qué significaba eso? ¿Les había hablado de él?
Era una completa estupidez que se hubieran encontrado. Pero no se preocuparía más por eso, se mantendría alejado de esa parte de la ciudad por un tiempo. Lo suficiente para olvidarse de la estúpida sonrisa seductora que Sasuke le había lanzado antes de dejarlo solo en el pasillo de la tienda con algo latiendo en sus pantalones.

Notas finales:

Espero les haya gustado, muchas gracias por leer.


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