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For angels to fly por Shaoran Lee

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Notas del capitulo:

¡¡¡¡Capítulo 5 arriba!!!!

Quiero agradecer a todas aquellas personitas que han leído y comentado esta historia, y también a quellas personitas que se toman el tiempo de leer. De todo corazón...

¡¡¡MUCHISIMAS GRACIAS!!!


Sin más que decir les dejo el capítulo.

Naruto estaba completamente bien. 

De verdad.

Se iba a dormir a las diez de la noche entre semana, y a la media noche viernes, sábado y domingo. Todos los días se despertaba a las ocho en punto, comía tres veces al día, corría todas las mañanas y salía varias veces a la semana con Kiba o con sus amigos de la universidad.

Ya no pensaba en esos cabellos oscuros y en los ojos negros. De vez en cuando tenía flashes que venían volando a su mente, pero decidía ignorarlos. Ya estaba en una muy buena posición dentro de su plan de recuperación, y no planeaba dar marcha atrás.

Había pasado una semana y tres días, desde la última vez que había visto a Sasuke, pero decidía no darle a eso, ni al creciente dolor en su pecho, mucha importancia. 

No. Prefería ahogarse en ensayos de la escuela y alcohol, como las personas normales lo hacían. No tenía caso desvelarse pensando en algo que nunca tuvo un futuro.

Naruto había tenido un buen viernes, había comprado un par de camisas, ido al cine con amigos, y en la noche al antro. Era una buena manera de empezar su fin de semana, pero ese sábado, su vida decidió odiarlo de nuevo. 

Se encontraba acostado en su cama, observando el techo, después de regresar del club. No pensaba nada en particular, más que en las verduras que tenía que comprar al siguiente día. Cuando de pronto, escuchó que tocaban a su puerta, miró su reloj sobre su mesita de noche, y este le indicó que eran las tres de la madrugada, sólo Kiba podía buscarlo a esa hora. Suspirando con pesadez, se paró de su cama, y salió de su habitación.

Al entrar a la sala, se tropezó con uno de los sofás y maldijo en voz alta por el dolor, cuando tocaron de nuevo su puerta.

-¡Guarda silencio Kiba! Ya te estoy abriendo maldito idiota impaciente –gritó, mientras encendía la luz, y abría la puerta, pero no era la figura ebria de Kiba la que lo esperaba del otro lado. No. –

Casi brincó hacia atrás por el susto, Sasuke estaba parado en su puerta, y lucía jodidamente hermoso con sus pantalones justos y una camisa blanca, sus ojos igual de hermosos que siempre y una sonrisa tímida. Una mancha morado-azul adornaba su mejilla izquierda, acompañada de muchos rasguños por todo su rostro, pero uno en especial aún sangraba a chorros, justo sobre su ceja.

Naruto se quedó sin habla, escaneando con su mirada su cara. Los moretones resaltaban en su pálida piel, y tenía un toque de cansancio en sus ojos. Era increíble que tan joven y frágil lucía Sasuke en ese momento. Naruto jamás había notado que tan delgado estaba el chico. 

Naruto continuó en silencio y Sasuke se aclaró la garganta con timidez.

-Hola –susurró –

-¿Qué mierda te pasó? –Gritó Naruto con el pánico apoderándose de él -¿Qué le pasó a tu rostro? –estiró un brazo, para tomar a Sasuke y meterlo al departamento, su piel estaba helada –

Naruto pateó la puerta, con una patada y guió a Sasuke al sofá. El golpe de la puerta resonó por todo el departamento, pero no le importó. Todo lo que podía pensar en ese momento era “Sasuke, Sasuke, Sasuke”, y se sentía enfermo sólo de pensar la causa de los moretones. 

-Naruto, cálmate –dijo el chico, sentado mientras que Naruto corría a la habitación por una manta para cobijarlo –

-¿Cálmate? ¿Estás bromeando? Son las tres de la mañana, estás en mi apartamento, y estás lleno de moretones y estás helado y sí, tal vez estoy un poco asustado, pero creo que tengo derecho –la voz de Narutocontinuaba elevándose –Dios, ¿Qué te pasó Sasuke? –

Sasuke suspiró pero aceptó la cobija, se acomodó en forma de bola, y se cubrió más. Naruto se sentó a su lado, y ninguno de los dos dijo nada acerca de la innecesaria cercanía. 

-Yo..yo no sabía a donde más ir –

-¿Por qué no fuiste a casa? –

Se encogió de hombros y suspiró de nuevo, antes de hablar.

-No pasa tan seguido. No quiero que pienses que me golpean todo el tiempo. Pero si sucede de vez en cuando. A veces sólo pasa en la intensidad de la pasión. Otras veces, es porque están enojados con ellos mismo. Pero cualquiera de las veces, no es muy importante. Pero…me pasa más a mí, que a Neji o Sai, y ellos…se preocupan de más si llego a casa así. No quería lidiar con ellos en sus fases de madre, y es que siendo yo el más joven… -Sasuke sacudió su cabeza y sonrió un poco –Lo siento, no tengo idea de que hago aquí. No debí haber venido. Me iré –se levantó del sofá, pero Naruto lo detuvo con un brazo y lo obligó a sentarse de nuevo –

-No seas ridículo. Puedes quedarte esta noche, no te dejaré en el frío y menos en este estado –

-¿Así de mal se ve? –preguntó con una pequeña sonrisa –

-¿Alguna vez has visto una de esas películas, donde torturan a la gente, poniéndoles ácido en la cara? –

Sasuke rodó los ojos, pero una genuina sonrisa apareció en su rostro. Y Naruto sintió un vuelco en el estómago de pensar, que él la había provocado.

-Voy a buscar algo, para limpiarte la cara –se levantó del sofá –

Naruto sonrió al ver cómo Sasuke bostezaba cansado, pero se preocupó cuando se tocó la herida del labio e hizo una mueca de dolor.

-¿quieres una taza de té? –gritó desde la cocina –

-Eh, si claro –respondió desde su lugar en el sofá –

Naruto colocó la tetera en la estufa. Y comenzó a hurgar entre su canasta de medicinas, vertió la canasta sobre la meseta, y tomó un número ridículo de banditas, unas pastillas para el dolor, bolas de algodón y una crema para los raspones y moretones.

-Ok, tengo aquí cosas que te ayudaran a que se sequen tus heridas –dijo Naruto regresando a la sala, con todo en las manos. Sasuke aún estaba en donde lo había dejado, sin moverse –

-Tienes un lindo hogar, no lo había notado antes –Naruto  sonrió con vergüenza, y puso todas las cosas sobre la mesita –

Sasuke tomo las pastillas para el dolor, hizo su cabeza hacia atrás y las tragó en seco.

-Gracias –dijo –

-No te preocupes –Naruto esperaba que el chico no se diera cuenta del nerviosismo en su voz. O que se diera cuenta del hecho de que se estaba muriendo por dentro. Esperaba despertar en cualquier momento y darse cuenta de que era todo un sueño, pero no. Sasuke era real y estaba sentado justo frente a él –

Después, Sasuke se estiró y tomó las bolas de algodón, las sumergió en el agua hirviendo y la colocó sobre su labio roto. 

-Eso tardará años en sanar –dijo mientras pasaba su lengua sobre la cortada – ¿Algo más está sangrando mucho? –

¿Estaba bromeando? Naruto miró su ceja chorreando sangre, como para darle una pista. Pero Sasuke sólo continuó mirándolo inocentemente.

-Tú..eh, justo aquí –tomó la mano de Sasuke y le dirigió hasta la cortada. Sus pieles se tocaban, y la mano de Sasuke aún estaba helada, por eso la sostuvo un poco más fuerte –

Cuando los intentos de Sasuke de limpiarse la herida fallaron, Naruto tomó la bola de algodón y se dedicó a desinfectar la herida, su corazón se detuvo un momento cuando Sasuke hizo un sonido de dolor. 

-Lo siento –

-Está bien –respondió Sasuke con los ojos más que abiertos–

Se miraron unos momentos directo a los ojos, antes de que Naruto desviara la mirada y se dedicara a limpiar la herida, lo mejor que pudiera, ignorando la sensación en su pecho. Lo hizo rápidamente, y cuando terminó se acercó a la mesita, tomando la crema. En vez de ponérsela el, la dejó caer en el regazo de Sasuke, quién parecía a punto de quedarse dormido, pero cuando sintió el peso en sus piernas abrió los ojos, y la tomó confundido.

-Para los moretones –dijo Naruto –

Sin decir nada, Sasuke le pasó el bote.

Naruto estaba a punto de morir. Y este estúpido niño iba a ser la causa de muerte.

Se dedicó a untar la crema sobre las partes hinchadas. Encontró la mirada de Sasuke varias veces, pero siempre la evitaba sintiéndose nervioso. Cuando terminó buscó algo que decir, pero simplemente no salía nada.

-Lo siento por la otra noche –dijo Sasuke de la nada y Naruto lo miró sorprendido –Perdón, es que estaba pensando en ello y lo siento –

-No tienes por qué disculparte. Fue mi culpa, todo. No sé en qué estaba pensando –dijo Naruto encogiéndose de hombros –

-No. En serio, fui muy grosero contigo y te debo una explicación –insistió Sasuke –

- Sasuke de verdad. Cállate. Soy un idiota –

-Me haría sentir mucho mejor, si escucharas –insistió Sasuke, y él sólo rodó los ojos y asintió para que continuara – Es sólo que…no estoy diciendo que tenía esperanzas de una relación entre nosotros, porque no las tenía. No las tengo. Por más lindo que eres y por más que me guste tenerte a mi lado…no deberías de andar en esos lados de la ciudad. Verte ahí fue como ver un bebé en un bar –

-Gracias –dijo Naruto sarcástico, pero un poco perplejo por las palabras de Sasuke –

-¡Sabes de que hablo! –Explicó Sasuke – Yo odié verte ahí. Por un momento fue como si yo…como si yo te estuviera arruinando. Pero…cuando no te ibas, me volví loco, porque sentí como que eras un perfecto recordatorio de lo que no puedo tener –

Hubo una pausa y se miraron a los ojos, Naruto con la mente en blanco. Sasuke se rió nervioso.

-Dios, no lo sé. Ignórame. Ha sido una noche muy larga –dijo –

-Eh…-comenzó Naruto, inseguro de que decir –

-Sí, eh…sólo quería que supieras que no estaba enojado contigo o algo así. Ahora, podemos olvidarnos completamente de que esta conversación sucedió –Naruto miraba fascinado a Sasuke mover sus manos nerviosas, nunca había visto al chico tan frustrado, y se sentía bien saber que él no era el único que se sentía así cuando estaban juntos –

-Mira –dijo Naruto –puedes quedarte aquí esta noche. Si quieres –

-¿Estás seguro? –preguntó indeciso –

-Sí, enserio. Tengo un perfectamente cómodo sofá –

-Gracias, Naruto –dijo con sinceridad en la mirada –

-De nada –respondió con la misma seriedad, se miraron por unos minutos hasta que Naruto desvió su mirada al televisor apagado -¿Estás cansado? –

-Sí, pero… ¿podemos quedarnos aquí por un rato? –preguntó Sasuke –

-Por supuesto –

Ambos se acomodaron para ver la televisión. Sasuke quitó la manta de sus hombros y la colocó sobre las piernas de ambos. Naruto se tensó cuando Sasuke recargó la cabeza cerca de su hombro, pero no totalmente sobre él. Se fueron relajando poco a poco, sentados a las cuatro de la mañana viendo televisión y sintiéndose completos. 

El cielo estaba gris, cuando Naruto abrió los ojos, y rápido su mirada se concentró sobre Sasuke. La cabeza de Sasuke estaba enterrada en su cuello y sus cabellos cosquilleaban su barbilla. De alguna forma habían terminado envolviéndose el uno al otro. Sasuke abrazando la cintura de Naruto, y éste a su vez con los brazos alrededor de Sasukey sintiendo su cálida piel.

Se dio cuenta de que probablemente era un buen momento para entrar en pánico, pero la verdad es que era una muy buena forma de despertar. Decidiendo no preocuparse por nada, acercó más a Sasuke. Se volvió a quedar dormido, con el dulce respirar rítmico de Sasuke.

Se despertó por segunda vez, con el sol colándose por la ventana, y la sensación de estar solo en el sofá fue mucho menos placentera, que la de unas horas antes.

Notas finales:

Espero les haya gustado,muchas gracias por leer y nos leemos en la siguiente entrega.


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