JunHong entró a su habitación dejando la caja sobre la cama, suspiró y abrió las cuatro pestañas con nervios por saber lo que había adentro, poco a poco sacó todos los diarios agradeciendo a su ordenado hermano por tenerlo en orden cronológico, por curiosidad abrió el primero, se sonrojo al ver la gran diferencia que tenía con el suyo, la letra era tan clara y limpia que no parecía de un niño de 6 años, su hermano siempre fue tan bueno en ese tipo de cosas, tan estudioso, soltó todo y se llevó las manos al rostro cubriéndose para evitar llorar, saber que lo que sospechaba de su familia era cierto y que tal vez la muerte de su hermano fue más que un accidente le abrumaba. Tomando fuerzas se palmeo la mejillas, observó dentro de la caja encontrando una bolsa de regalo color café, curioso la sacó encontrando una cajita idéntica a la obsequiada por YongGuk un día antes.
JunHong se levantó inmediatamente de la cama y salió de su habitación, su mochila aún estaba en el suelo junto a la puerta, la tomó y volvió a su habitación lanzandola en la cama para abrir el primer cierre, dejó la ropa sucia en el suelo y tomó la caja del collar comparándola con la que dejó en la cama, la marca era la misma, con las manos temblorosas abrió la que le pertenecía a su hermano mayor encontrando un collar idéntico al que rodeaba su cuello en ese instante, los dos dragones en la estrella ahora le parecían similares al que YongGuk tenía tatuado en su espalda, lo dejó caer en la cama y se frotó el rostro sintiendo la ansiedad por no entender nada. Tomó el diario de su hermano comenzando a pasar hoja por hoja, leyendo lo más rápido que podía intentaba no pasar nada importante.
2 de marzo de 1996
Las clases marciales de hoy iniciaron a primera hora, personalmente mi padre me guió, no fue nada anormal pero me intrigo la razón así que en cuanto terminamos no dudé en preguntar; Tendré un hermano, mi madre está embarazada y lleva en su vientre a un niño, sigo si saber como reaccionar. Mis clases son en casa así que se perfectamente como lleva a ése bebé, solo deseo que no me arranque el amor de mis padres y temo a que eso me impida quererlo, al terminar el almuerzo mi madre me pidió que fuera un Hyung muy bueno, que me hiciera fuerte e inteligente para poder protegerlo, cada día que pasa ponen más peso a mis hombros, también tengo miedo de que con el tiempo todo esto incremente.
El día también estuvo rodeado de buenas noticias, a partir de hoy llevaré todas mis clases con DaeHyun, un chico que mi padre trajo a la casa, por ahora no se nada de él pero espero que pueda llevarme bien con él, me hace falta compañía y una cara nueva me alegrará el ambiente.
A JunHong le entró curiosidad por saber lo que su hermano pensaba de él, detrás de todas las sonrisas y cuidado que le regalaba le daba miedo saber la verdad pero la deseaba con todas sus fuerzas, hoja por hoja leyó el día a día de su hermano hasta encontrar la fecha de su nacimiento, no había nada así que buscó en unas hojas más adelante donde el diario volvía a tener la misma forma de antes.
17 de octubre de 1996
He recibido una reprimenda por parte de mi padre el día de hoy, descuide mis obligaciones y las marcas en mi espalda son testigos de eso, no pude evitarlo, mi pequeño hermano lleva dos días en casa y ha captado la atención de todos incluso de mi papá aunque no quiera aceptarlo.
Es tan bello, sus ojos son pequeños y lindos, las pestañas son tan largas que me he pasado más de una hora observandolo abrir y cerrar sus ojos, a pesar de ser tan pequeño sus pómulos son regordetes, mi madre dice que se parece a mi pero no es cierto, Junnie, mi hermano menor JunHong, es perfecto.
Sus ojos irradian una gran inocencia que no quiero que pierda, haré lo posible por ser un hermano a su altura, lo cuidare de todo y de todos, ayudaré a alimentarlo, educarlo y cuidarlo. DaeHyun lo conoció el día de hoy y dijo lo mismo que yo, ese pequeño bebé ha robado tantos corazones en unos días, ya quiero verlo crecer.
Hoja a hoja veía un lado de su hermano que pocas veces tuvo oportunidad de conocer, un JunSeo ambicioso, arrogante y peligroso, la inocencia con la que su hermano relataba sus días se volvía más fría y mecánica, su padre, era la cabeza principal de mayor sindicato de criminales en toda Corea del Sur; Siete Estrellas. Guiado en compañía de su madre manejaban grandes lavados de dinero, tráfico ilegal de personas y la falsificación, distribución y venta de todo tipo de productos en todo el país incluyendo armas, usando la fuerza, el miedo y la protección de la policía para conseguir sus metas, la casa donde vivía ni siquiera era de ellos, estaba bajo el nombre de un viejo conocido de su padre, la casa principal era una mansión donde su padre pasaba la mayor parte del tiempo.
Por fin todo comenzaba a tener una explicación, la temible mafia que era conversación entre susurros de muchos chicos en el Instituto, los criminales que recorrían la calle de su vecindario, todos venían de su propia casa, todos trabajaban para su padre, las náuseas llegaron y corrió al baño para vomitar en la taza todo lo que YongGuk le hizo comer, la descripción de cada trabajo que JunSeo hizo para su padre le abrió los ojos de lo que realmente representaba escaparse con YongGuk, tal vez él acabaría como su madre, enferma y torturada por el dolor de haber perdido a un hijo o muerto como su amado hermano.
Poniéndose en pie caminó fuera de su habitación con una sola dirección, aunque una señorita le preguntó si necesitaba algo no respondió pues su intención era llegar a lado de su madre, no se molestó en tocar sabía bien que estaba sola, al entrar la observó dormir en su cama arropada con las sábanas, conoció otro contraste de su madre y también de su enfermedad que día a día la dejó inválida, se sentó a la orilla de la cama ocasionando que ella despertara, al verlo inmediatamente se levantó con ayuda de sus brazos y lo abrazó con fuerza impidiendo que desapareciera si llegara a ser una ilusión.
—Mi pequeño, la luz de mis ojos estas bien — Sujetó sus mejillas con ambas manos llevando sus labios sobre su frente para darle un suave beso — Estaba tan preocupada, no hagas esto de nuevo por favor.
—No lo haré mamá… — sus brazos buscaron rodearla y darle un fuerte abrazo, temía seguir leyendo la historia y encontrar algo que le hiciera aborrecerla, a pesar de todo la mujer le cuidó dia y noche — Mamá, lo se todo.
—¿De qué hablas cariño?—se quedó en silencio— Fue tu padre no es así, seguro te inventó algo y… — su madre negaba intentando ocultar sus sospechas pero la sombra que opacaba los inocentes ojos de su hijo no le dejaron avanzar — Cariño… no me juzgues… por favor… mi corazón no aguantaría más dolor.
—No te juzgo mamá porque entiendo el amor que le tienes a mi padre, pero no era necesaria esta burbuja en la que me has hecho crecer, ni siquiera fue suficiente para protegerme… — JunHong hablaba sobre su amor a YongGuk pero la señora al no entender mostró su expresión confundida— mi padre lo decidió, me marcharé a Italia a vivir una vida normal… lejos de ti, lejos de él, de todos ¿Tu también quieres eso? — el silencio de ella fue suficiente para responder — Mamá… me duele.
JunHong se ocultó en su pecho adolorido por tantas mentiras, odiaba el sentimiento que le daba el saber que el sueño de sus padres era alejarlo de su familia, qué culpa tenía él por sus pecados, desde niño su más grande deseo era volver a casa y encontrar a los tres miembros de su familia esperando por él para salir al parque y caminar como el resto de las familias solía hacer, las malas decisiones de sus padres le arrastraron a él y a JunSeo a una vida que no querían y sospechaba que eso era lo que había cobrado la vida de su hermano.
JunHong simplemente no podía cumplir el deseo de sus padres, no si este se formaba lejos de YongGuk, amaba aquel hombre y ahora más que nunca estaba seguro que su amor se haría más fuerte, si él tenía la posibilidad de escapar seguro que YongGuk también, pero aún no se se había dado cuenta de cuán inocente fue ese pensamiento, se separó del regazo de madre haciéndole creer que aceptaba la decisión y volvió a su habitación, algo le decía que esa historia no acababa allí.
YongGuk se llevaba una pastilla para el dolor de cabeza a la boca, dio un trago a la botella de agua que le extendió Sleepy, la mañana había sido pesada pues aún JongUp no se daba por vencido y seguía insistiendo en mantener la alianza de los clanes advirtiendo que esa separación le daría más ventaja a Siete estrellas, el moreno negó con la cabeza deshaciendo todos sus pensamientos de trabajo, frente a el estaba la florería y esta vez pensaba convencer al menor de irse con el, acomodando el saco que vestía caminó hacia la puerta provocando que la campana sonara, dentro la señora Park atendía a un hombre de aproximadamente su edad o eso aparentaba.
—Es una lástima me hubiera gustado despedirme de él, por favor dale esto a su madre de mi parte — Extendía una caja pequeña, el moreno la tomó y despidiéndose de ella pasó a lado de YongGuk sin prestarle alguna atención— .
—Señora, ¿Dónde está JunHong? — Se acercó al mostrador aun curioso del chico que había salido, por alguna razón se le hacía conocido, le parecía imposible que no pudiera recordarlo—.
—Que curioso… el Joven que salió justo me acaba de informar que dejara de trabajar, al parecer tuvo una emergencia y tuvo que viajar con su padre fuera del país, es una lástima pero él ya me había informado de su deseo de estudiar en otro país — la señora se quedó con el resto de la plática en la boca —.
YongGuk corrió fuera de la florería alcanzando a ver solo la espalda del motociclista que se alejaba en la calle, aquél era el ‘Hyung' que JunHong mencionó que le llevaba a su casa, sin pensarlo dos veces subió al auto y dándole una palmada a Sleepy en el hombro le ordenó seguirlo, su chofer no entendía nada pero por experiencia prefería no cuestionarlo, la última vez casi le costó un ojo de la cara, el motociclista no tenía mucho cuidado al ir en la calle, fue difícil seguirle el paso pero pronto llegaron a la calle donde dejó a JunHong el día anterior, esta vez llegaron hasta una mansión tradicional, Sleepy al notar los guardias que la rodeaban no se detuvo frente a ella.
—Señor, el motociclista entró a esa casa — señaló lo obvio ganándose una dura mirada por parte del moreno—.
—Quédate cerca — alcanzó su teléfono del bolsillo y trató de marcar a JunHong pero su llamada fue reenviada — en la florería me dijeron que JunHong salió del país, justo ayer hablaba de venir conmigo… ¿Que está pasando? — su mirada iba directa a la casa pero no podía ver absolutamente nada — Manda a un hombre a vigilar las 24 horas, quiero saber quién demonios es el motociclista…