Agosto del 2011
JunSeo dio un paso atrás chocando contra la pared, la risa le gano así que el beso que mantenía con YongNam fue cortado, sus manos se dirigieron a los hombros del chico empujándolo lejos de él tratando de huir de sus labios pero solo terminó atrapado entre los fuerte brazos del moreno.
—Nam, estamos en la calle — Trataba de huir del abrazo pero YongNam solo apretaba más — Está bien... me quedaré esta noche contigo pero ya suéltame amor.
—Eso quería oír, creo que no me gusta cuando tu papá no trabaja por culpa de eso no podemos pasar más tiempo juntos, por cierto ¿A que se dedica?
JunSeo quien había comenzado a caminar a través del callejón se detuvo de golpe provocando que YongNam chocara con su espalda, la sonrisa y ojos alegres que caracterizaban su bello rostro se volvieron sombríos y secos, el moreno trató de encontrar la razón de aquél cambio por lo que siguió el recorrido de su gélida mirada hasta dos chicos que mantenían un beso muy intenso, el uniforme escolar no le pasó desapercibido.
—Basta.. basta Hyung.. aquí no — El uniformado trataba de alejar el fuerte pecho que lo aprisionaba contra la pared pero en respuesta el que parecía mayor lo levantó por los muslos apoyándolo en la pared — Detente Dae… te prometo que dejaré mi ventana abierta pero ya basta… nos van a ver.
—Realmente me encanta cuando tu voz tiembla, se oye tan sexy — un sonrojo en el rostro del escolar fue suficiente para satisfacer al hambriento Hyung que ahora comenzaba a soltarlo — Vamos a tu casa JunHong, hay que aprovechar antes de que tu hermano llegue.
JunHong solo pudo tomar un extremo de su mochila antes de que el moreno le tomará del brazo y tiró de él fuera del callejón, YongNam aún no entendía muy bien lo sucedido pero en cuanto trato de preguntarle a JunSeo este comenzó a patear el bote de basura tan fuerte que lo terminó doblando.
—¡ESE MALDITO! ¡Voy a cortarle las bolas antes de que pueda volver a tocar a mi hermano! — JunSeo salió corriendo dejando atrás a un intrigado chico que no terminaba de digerir todo aún —.
—Bueno… al menos se que no seré el único que se quede con las ganas — se llevó la mano al cuello y comenzó a caminar abandonado el callejón, al sentir vibrar su celular en el bolsillo lo sacó respondiendo a la llamada de su hermano — ¿Guk, que sucede?
—¿Ya saliste? Papá necesita que alguien vaya por las ganancias al pub de SeungHyun — un “yo también quiero hablar" se alcanzó a oír a través de la bocina — Ahora no HimChan, Nam ¿Puedes?
—Si… tengo la noche libre ¿Por que no?
—JunSeo… ¡JunSeo! — La voz de su madre le regreso a la realidad — ¿Puedes hacerte cargo de desmantelar el pub de SeungHyun? Estoy harta de las ratas que entran a nuestro territorio.
—Claro madre… hare lo necesario — Hizo una pequeña reverencia con la cabeza y antes de que su progenitora le pusiera a DaeHyun a lado habló — Voy a seleccionar a los chicos que llevaré, permiso.
—Espera, antes de que te vayas ¿Puedes hablar con JunHong? No se que pasó pero ha estado llorando en su habitación — Los ojos preocupados de su madre le parecían tan raros ya que no solía verlos a menos que se tratara de su hermano menor — Por favor, normalmente los chicos mantienen alejados a cualquiera que quiera molestarlo en la escuela así que algo más debe suceder.
JunSeo solo asintió con la cabeza y abandonó la habitación donde su madre estaba, camino por el piso de madera el cual comenzaba a rechinar por lo que pronto deberían darle mantenimiento, se masajeó el cuello recordando que aún debía enviarle un mensaje a su novio y contarle lo sucedido, aún no entendía que tenía en la cabeza su mejor amigo como para crear un romance con su hermano 6 años menor, al llegar a la habitación alcanzó a oír el llanto que quebrantó la voluntad que llevaba.
—Junnie… ¿Quieres hablar? — Tocó la puerta dos veces y el llanto se detuvo,esperaba que su hermano abriera la puerta y se desahogara con el—.
—No quiero ver a nadie.. — se alcanzó a oír, parecía estar hundiendo la cara en algo — Por favor déjame solo.
El pequeño Choi sonaba decidido, JunSeo sintió su celular vibrar en su pantalón, al meter la mano al bolsillo y sacarlo alcanzó a leer el mensaje de YongNam, al parecer su estúpido novio no tenía suficiente con verlo todos los días, también quería molestarle mientras no estaban juntos.
«¿Como va todo? No seas tan rudo con mi cuñado, no es culpa de ese pobre chico caer ante los deseos, mira que no decirme lo atractivo que es».
Una sonrisa le invadió el rostro ya que prácticamente podía escuchar la ronca voz de YongNam hablarle intentando provocar sus celos.
«No juegues con mi paciencia y mi hermano es solo mio, no te hagas ilusiones.
Guardo el celular en los bolsillos, tal vez le haya funcionado un poco, estaba pronto a tocar de nuevo la puerta cuando otro mensaje le interrumpió.
«Era broma, solo te amo y te deseo a ti».
JunSeo se preguntaba si YongNam también sonreía como estúpido cada que leía sus mensajes, conociendo al mayor tal vez no lo descubriría muy pronto, llevaban demasiado tiempo saliendo aunque aún no se animaban a presentar a sus padres ambos estaban avanzando muy bien en la relación, demasiado bien, trató de hacer a un lado los pensamientos de YongNam y concentrarse en su hermano, tocó la puerta una vez más sin recibir respuesta.
—Saldré en la noche… tal vez no vuelva hasta pasado mañana — le avisó intentando convencerlo — tengo un proyecto muy importante en la Universidad...— mintió.
Esperando convencerlo se quedó unos segundos frente a la puerta hasta que escucho a la perilla dando vuelta, por un momento recordó cuantos golpes había recibido hasta que aprendió a no dejarse desarmar, cuantas palizas dio, cuantas amenazas, todo cayó al suelo en cuanto esos bellos ojos cafés hinchados y rosados por el llanto le observaron con mucho dolor, sin preguntar por algo que bien sabía le abrazó muy fuerte entrando con él al cuarto y escuchando como lloraba mientras le acariciaba el cabello.
—Hyung… ¿Acaso soy feo? ¿Soy demasiado flaco? ¿Muy alto? ¿Muy afeminado? — los ojos de JunHong trataron de buscar una explicación a lo que su corazón guardaba en secreto — de verdad nadie va a amarme.
—Que dices… — JunSeo trato de calmarse frente a su hermano preguntando que demonios le inventó DaeHyun para terminar con él, ese maldito recibiría una paliza tan fuerte que no se levantaría de cama en muchos días — Eres lo mas precioso que mis ojos han visto, tan guapo mi pequeño hermano.
—Yo… Yo le entregue todo, yo hice todo como quería, Hyung es la primera vez que me enamoré y a él se le hizo tan fácil abandonar todo de un momento para otro… — JunHong parecía atorado con sus propias palabras—.
JunSeo escuchó atentamente lo que le contaba, DaeHyun no había perdido el tiempo pues a como ligaba las cosas en su relato desde que JunHong llegó de Mokpo inició el cortejo, cerró sus ojos al enterarse que incluso perdió su virginidad en manos de ese mujeriego, abrazó a su hermano prometiendo que si él lo deseaba su padre le enviaría a otra ciudad para que ya no le doliera el solo verlo, pero se negó ya que eso significaba perder a su familia, perder las cenas juntos, los desayunos antes del colegio, las tardes jugando fútbol con los hombres que cuidaban su casa, JunSeo casi gritaba de lo orgulloso que estaba de su pequeño hermano.
El mayor se permitió abandonar el cuarto cuando JunHong cayó dormido de tanto llorar, antes de salir de su casa dejó órdenes de vigilar la puerta y ventana en su cuarto, no quería que nadie más entrara a seducir a su pequeño hermano, abandonó la casa en una camioneta que iba llena de hombres marcados y de gran tamaño cubiertos en su mayoría de tatuajes, recordó el que llevaba en el pecho tal vez ya era hora de decirle a YongNam la verdad, o tal vez no.
YongNam revisó por última vez el juego de cartas que llevaba en mano, era obvio que iba a ganar esta ronda, SeungHyun se notaba nervioso al otro lado de la mesa ya que el hijo de su jefe se llevaría más que las ganancias que le correspondía dar a Double Dragon, maldijo a los gemelos Bang antes de tirar las cartas sobre la mesa y así perder su dinero, bajo la risa estridente de YongNam observó como este se guardaba los fajos de billete.
—Joder, eres tan malo en esto que incluso mi hermano te ganaría — YongNam se puso en pie y aun con la sonrisa plasmada en su rostro de un billete de 400 wons en la mesa — Para tu cerveza.
Los otros presentes en la habitación trataban de no reírse de su jefe, sin embargo la alegría del club se desvaneció cuando el sonido de las balas fuera del lugar era difícil de ignorar, cada uno sujeto el arma en sus costados a excepción de YongNam quien maldijo el haber sido tan imprudente y no portar nada mas a parte de sus puños para defenderse.
Fuera de la habitación JunSeo se movía con sus hombres masacrando sin lastima alguna, pues era una fuerte advertencia a esos clanes que intentaban tener más poder que su padre, sus órdenes eran dejar vivo al jefe del lugar y enviarlo medio muerto a dar el mensaje, solo quedaba la última habitación y estaban frente a la puerta.
—Ignoren lo que dijo mi madre, no dejen a nadie vivo, los cuerpos amontonados serán más que suficiente para avisar a ese maldito de Moon JongWon —. Con esa orden al derribar la puerta las armas acabaron con el último de los hombres en pie. —
YongNam comenzó a toser al sentir el agua entrar por sus narices, sintió el jalón de cabellos y ser pateado a sus costados hasta caer al suelo, vómito el agua que tragó y limpió sus ojos para observar quien estaba bajo esa luz que le cegaba, sus ojos no daban créditos al ver a JunSeo de pie, furioso como nunca antes tuvo la oportunidad de ver, levantando el arma para apuntar,preguntó.
—¿Trabajas para Moon JongWon? no te lo preguntare de nuevo ¡Responde si no quieres un hoyo en tu cabeza! — La vena en su sien se resaltó al gritar tan fuerte, la desesperación de encontrar a el hombre que amaba con el enemigo de su padre le estaba volviendo loco— ¿Sabías quien era? ¿Esto era un plan? ¿Me enamoraron para acabar con mi padre? ¡MIERDA, JURO QUE TE MATARE SI NO RESPONDES!
—Jun… — YongNam tomó el suficiente aire como para poder hablar de nuevo, apoyó su espalda contra la pared adolorido por las patadas que recibió anteriormente — ¿Que demonios haces aquí? — El seguro del arma le recordó que no estaba en posición de hablar.
—Maldita sea… sabía que debía investigarte… lo sabía — La voz que antes demandaba información comenzaba a quebrarse, aun en un intento en vano por mantener la compostura la emoción le estaba sobrepasando — Me enamore como un imbécil, te entregué mi cuerpo, fui tan patético.
—No se de que estas hablando, yo…
—¡CALLATE! — Gritó tan fuerte que alguien toco a la puerta para preguntar si todo estaba bien — ¡Todo está bien, que nadie entre! — JunSeo pasó su antebrazo por los ojos para limpiar cualquier intento de lágrima— Tu suerte se acabó hoy, YongNam… ¿Porque te llamas YongNam, verdad?
—Junnie, escuchame… te juro que nunca te engañe, te amo — Apoyó las manos en el suelo para ponerse de pie pero antes de poder hacerlo a JunSeo le detuvo pegando el arma a su frente, se dejó caer de nuevo cerrando los ojos — Está bien… puedo morir si es en tus manos..
JunSeo no estaba seguro de la decisión que estaba tomando pero prefería mil veces arrancarse el corazón antes dejar que una amenaza como lo era YongNam se acercara a su familia, a su pequeño y frágil hermano. Su dedo temblaba pero iba seguro a disparar, cerró sus ojos en el último segundo y fue entonces cuando sintió su cuerpo ser aventado sobre la mesa de juego, el arma voló hasta caer a los pies de la puerta mientras YongNam apresaba sus brazos contra la mesilla en una posición que antes le hubiera dado mucho placer.
—Mierda… en serio ibas a matarme — YongNam mantuvo su fuerza tratando de tranquilizar al chico que inquieto, estaba decidido a sacar ese agarre y matarlo — ¡JunSeo, cálmate de una maldita vez!
YongNam soltó su mano solo para darle una fuerte bofetada a JunSeo, el chico abrió sus ojos impactado por el golpe, frunció más el ceño al sentir que lo trataba como una mujer solo por no poder quitárselo de encima, los insultos salían de su boca maldiciendo a cada uno de sus ancestros. El moreno atinó a besarlo de una vez por todas, suplicando que JunSeo entendiera cuánto le amaba aun sin entender lo que estaba pasando, era cierto que aun en la cabeza de cada uno taladraban las ideas de quienes eran realmente, sin embargo la necesidad por domar al ajeno pudo más.
JunSeo dejo de pensar y enredó las cadera de YongNam entre sus piernas llenando de suspiros la habitación de apuestas, mientras se dejaba llenar de placer, promesas y verdades que al estar en pleno acto sexual perdían importancia, maldijo al maldito chico que sabía cómo contarle la peor de las verdades mientras lo cogía entre mugre y sangre.
Eran los hijos de mafias rivales, una de las más poderosas contra la más de las crueles alianzas, no sabían cómo salir de esa sin terminar quemándose las manos.