“Nuestra Victoria” por Sasunaru1827NKHR

Era el gran evento que todos estaban esperando, al fin saldría el patinador del que todos esperaban grandes cosas, como no esperarlo si desde que entro a una pista de hielo los  ojos de miles de personas se instalaron en él, vaya que el tiempo se pasaba volando pero el simplemente no lo sintió, vio cómo su entrenador, aquel que tenía pelo platinado le daba ánimos para que enfrentara a la gran multitud de personas que verían con ojo crítico y con devoción su participación en aquel evento. La música empezó y su rutina de pasos al mismo tiempo. Se deslizaba con tanto amor por la pista que era imposible apartar por un milésimo de segundo sus ojos de él, era siempre conmovedor y emocionante verlo, la secuencia de pasos eran atrayentes, diciendo sin palabras el amor hacia aquellas dos personas que lo observaban, que habían hecho tanto por él. Siempre lo han cuidado desde que tiene uso de razón y a pesar de que a veces se ha expresado de forma hiriente, pues vamos que ha sido un rebelde unos años atrás, ellos siempre permanecerán a su lado brindándole amor y comprensión, no sabía cómo regresarles ese gran amor, entonces lo pensó, pensó que sería bueno mostrarlo con una rutina y si bien su entrenador al principio se resistió ante la idea de que no le mostrara la rutina que el mismo estaba haciendo al final acepto tras decirle que quería sorprenderlos. Paso cada una de las sedes para llegar a ese lugar y al fin mostrar su rutina completa.
Comenzaron los saltos y veía de vez en cuando hacia la gente que gritaba de emoción tras hacerlo perfecto, los saltos no paraban y todos estaban simplemente fascinados ante lo que veían, todos pensaban que tenía bastante resistencia pero por dios ha entrenado junto a dos grandes era más que obvio que si quería seguirle los pasos debía estar a la altura de ellos dos, hizo otra secuencia de pasos antes de terminar con el característico salto que le robo a su entrenador un Flip Cuádruple pero no acabo ahí porque hizo dos seguidos con los cuales finalizo su participación dejando a todos sorprendidos por unos segundos, hasta que los gritos de la gente opaco el final de su música. El simplemente cerró los ojos, recordando los momentos especiales que ha vivido con esas dos personas a quienes dedicaba su presentación, las personas comenzaron a lanzarles ramos, peluches y unos cuantos accesorios más que le hicieron sonreír y agradecer a la gente. Se deslizo aun con la sonrisa que encantaba a todos hasta al centro de la pista y ahí agradeció a los cuatro puntos cardenales para luego retirarse y esperar resultados. Al llegar junto a su entrenador, esté lo abrazo fuertemente mientras lo felicitaba.
-¿Te sorprendí?- pregunto mientras todos tomaban fotos de los dos.
-Demasiado diría yo, no sé cómo sentirme al respecto- rio su entrenador, con esa sonrisa tan peculiar de él.
Esperaron con impaciencia mal disimulada los resultados y los gritos no se hicieron esperar al saber que era el ganador de la medalla de oro. Más abrazos de su entrenador fueron dados a su persona y el simplemente se hundió un poco en el cuello del mayor con una sonrisa resplandeciente.
La hora de otorgar las medallas llego con nerviosismo y felicidad al mismo tiempo, su nombre se escuchó en todo el recinto y él salió para saludar de nuevo a todas las personas que habían visto su actuación así como también lo venían a apoyar, saludo con una sonrisa cálida mientras subía al podio y esperaba a que sus compañeros también fueran nombrados. Después de escuchar el himno y al fin, colocar la medalla en su cuello, era tiempo de las fotografías, hizo que sus compañeros subieran con él pues ante todo eran buenos amigos y siempre estaban bromeando entre ellos, los miles de flashes se pusieron en ellos para después nuevamente bajarse del podio y agradecer con una vuelta a la pista de hielo a todos los que fueron a verlos. Y nuevamente lo vio, a esa otra persona que dedico su rutina con la banda con su nombre en ella, él estaba cerca de la pista y el sin miramientos se acercó a esa persona.
-¿Te gusto mi rutina?- dijo con amor.
-Sabes que siempre me han gustado tus rutinas- menciono la otra personas mientras le sonreía con amor.
Él se acercó más y sorprendiendo un poco a la otra persona le beso la mejilla para luego quitarse la medalla y colocársela a él.
-¿Qué haces?- pregunto con asombro el pelinegro.
-No es obvio, darle lo que se merece a mi querido Katsudon- dijo riendo bajito.
-¿Cuántas veces te he dicho que no me digas así, Haru?- refunfuño el mayor pero la sonrisa que daba opacaba el tono enojado con el que trato de sonar aquello –Te has juntado mucho con Yurio- suspiro.
-No es así, Papá- Rio el peliplateado mientras sus ojos resplandecían al ver la cara enfurruñada de su padre- Te amo papá, Gracias por enseñarme, al igual que Padre, todo lo que saben- Se inclinó como todo un japonés o en este caso medio japonés y se retiró al ver el increíble sonrojo de su papá.
Las cámaras de todo el lugar habían presenciado aquella escena padre e hijo y llenos de un sentimiento de ternura se fueron posteando por toda la red. De mientras, Haru que llegaba a lado de su otro Padre, reía con ganas al ver como su querido Padre también estaba enfurruñado.
-No es justo, soy el único que puede hacer sonrojar así a Yuuri~- su hijo rio con más ganas.
-No seas tan celoso, padre- y le abrazo- Gracias por confiar en mí- susurro entre esos brazos que siempre le brindaron confort.
-No debes agradecerlo, siempre confiaremos en ti Haru así como también siempre te amaremos- el abrazo se hizo más cálido aun con esas palabras.
Así era la vida de Haruka Nikiforov Katsuki el hijo de dos grandes de las pistas de hielos, dos entrenadores formidables y sin duda, los mejores padres que él pudo haber deseado tener.