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Solo El Comienzo por FrankiMehi

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Notas del fanfic:

La historia será una serie de one shot's, relacionados entre sí, que contará o narrará la historia de diversos tipos de amor. 

 
Ese día se levantó con el pie izquierdo. La alarma, que tan estruendoso sonaba cada mañana, no sonó. Hacía un frío de los mil demonios, que lo sentía colarse a través de las capas de su piel y llegar hasta sus huesos. Tiritando se levantó corriendo hacia al baño de su pequeño estudio, maldiciendo al sentir en sus pies la temperatura helada de las cerámicas, de inmediato entró en la pequeña regadera recibiendo una cascada de agua helada, llegando a su memoria que el calentador del agua se había averiado hace unas semanas y no había tenido el tiempo para llamar a un tecnico para que lo arreglará; tomando una gran respiración entró al torrente de agua, restregando su cuerpo con sus pequeñas manos pálidas y huesudas, medio minuto después sale envuelto en una toalla con sus labios carnosos cianóticos del frio, caminó hacia su pequeño closet escogiendo su atuendo más abrigado: una camisa manga larga de color negro, un abrigo de lana color rojo, regalo de su madre hacía ya cuatros años y que sorprendentemente todavía le quedaba bien, muestra de que no había variado en su estatura como tanto él deseaba, unos jeans color caqui que le quedaba como un guante, unos converse negro con unas medias térmicas finalizando con un gorro color rojo con un gracioso pompón en la punta y una bufanda y guantes grises. Ya preparado salió corriendo de su vivienda sin desayunar porque sabía que no tenía tiempo. Llegó a la estación del metro sintiendo el aire sofocante y lleno de olores extraños; se encontraba abarrotada de niños inquietos y revoltosos, profesionales entaviados en sus ropas elegantes y de aspecto conservador, algunos que recién terminaban su noche de huelga y estudiantes desesperados, bueno no tan desesperados, por llegar a la universidad, al igual que él. Ese día sería estresante, ya que, aparte de que  pasaría prácticamente todo el día en la universidad, le tocaría trabajar hasta tarde en el pequeño puesto de telefonía, soportando las molestas quejas de clientes suscritos a la compañía. 
 
Llegó cinco minutos tarde a su clase de Microbiologia, recibiendo una mirada agria del cruel profesor y un quiz sopresa. En momentos como ese  agredecía ser aplicado en los estudios y haber escogido estudiar una carrera que le gustará. Desde pequeño tenía la certeza de que estudiaría algo relacionado con las Ciencias de las Salud, aunque no tenía muy claro cual sería hasta que recibió su primera clase de biología celular en el colegio y pudo observar fascinado por el microscopio los pequeños organismo unicelulares y pluricelulares. Quedo fascinado. Por lo que, lo primero que hizo al llegar a casa ese día fue internarse en su computadora y buscar todo lo relacionado a eso pequeños bichos como él en ese entonces le llamaba, fue cuando encontró un blog lleno de espectaculares imágenes y todo lo relacionado con ello, escogió de entre las múltiples ramas que estudian esos organismos, Bioanálisis, porque también quería estar en contacto aunque unos pocos minutos con los pacientes. Ahora con veintidós años, se sentía satisfecho y eso se veía en los resultados de sus notas siendo unos de los primeros en su clase. Él era lo que consideraban los matones un empollón o nerd, ya que siempre sobresalió  por sus notas en colegio aparte de que su personalidad: tímida, calmada, un poco sarcástica. Su aparecia: estatura promedio, delgado, con rulos rubios y ojos miel, aparte del típico par de lentes. Era como un punto rojo en medio un papel blanco. Nunca sufrió lesiones físicas pero si verbales y aunque no quiera reconocerlo, si le afectó en muchos aspectos de su vida; eso se reflejaba en casi nula vida social y que sólo tuviera una persona que consideraba su mejor amigo. Como mecanismo de defensa adoptó ser invisible. Invisible en la universidad, en el trabajo y trató de serlo en su familia pero no pudo. Sabe que si no fuese por su familia, sobre todo su hermano menor, Leo, y su mejor amigo, Sandy, que lo sobreprotegen con exageración no estuviera aquí. 
 
Después de asistir a todas sus clases esa mañana, caminó a la cafetería que se encontraba abarrotada de estudiantes escándalosos. El lugar siempre había transmitido, para él, una vibra hostil que le hacía sentir incómodo. No soportaba ver como te calificaban por tu estatus, color de piel, gustos o alguna otra variante con quien tenías que sentarte, hablar, reunir o simplemente compartir. Se apresuró al comprar su primera comida del día y salió con paso rápido hacia su lugar favorito de la universidad. Un riconcito ubicado detrás de la facultad de letras al este del recinto. El riconcito estaba plagado de árboles de enorme altura con gruesos troncos y raíces y lo mejor buena sombra para el tiempo de calor, el estaba suelo lleno de ojas color maron y rojizo propio de la época de año. Ahí se sentía seguro y confiado, podría dormir si quisiera, ya que nadie, estaba seguro, pasaría por ahí simplemente porque quedaba muy lejos de todo lo atractivo de la universidad. Confiado comenzó a comer con calma y lentitud, le quedaba toda una hora para hacerlo antes que de que comenzará su próxima clase. Recostado entre las hojas de los árboles y apunto de tomar una pequeña siesta, le interrumpió el sonido estridente de su smatphone, por un momento dudó si atender, pero decidió hacerlo. 
 
"Bueno" 
 
"¡Hola! Pedido"  
 
Era su mejor amigo, Sandy.
 
"¿Perdido?" " ¿Quieres que te recuerde, quién de verdad, está pérdido entre las sabanas de alguien?" "Ni siquiera pasas por el apartamento" 
 
"¡Javi!" "Sí tu hermano te escucha, le da un paro cardíaco" "Todavía cree que eres inocente"
 
"Y, ¿No estás con él?"  
 
"El que sea mi novio no significa que este todo el tiempo con él"  
 
"Sandy... " 
 
"Esta bien... Si estoy con Leo ¿Vale?" 
 
"¡Vez! Tu ha sido quien me ha olvidado por mi hermano"
 
🍥
 
Todavía, recordaba como se había enterado de su relación. Fue un tanto incómodo porque los encontró en paños menores. Ese día había pasado ochos horas sentado detrás de su pequeño cúbiculo en la compañía donde trabaja. Estaba malhumorado y cansado. Sólo quería llegar a su estudio, comer la cena que seguramente su mejor amigo, Sandy, había preparado y dormir hasta la eternidad, así que entumido sacó las llaves de mochila y abrió la puerta, se encontró que todo estaba oscuro y en extraño silencio, ese momento pensó que, aunque fuera poco probable su mejor amigo se había ido dormir, Sandy había estado raro esos días, como triste y un poco amargado, lo que era preocupante porque Sandy era muy alegre y parlachín, un poco preocupado por su amigo se dirigió al cuarto de este. Nunca pensó que se encontraría con una escena como esa, estaba sorprendido y se podría decir en shock. Había ropa tirada por todo el piso y la estaba cama desordenada, su mejor amigo acostado, desnudo, cubierto de la cintura para abajo ocultando sus partes íntimas, su torso lampiño cubierto con unas marcas que estaba seguro que eran chupones que le hicieron fruncir el ceño, su pelo castaño estaba desordenado y enredado, él estaba cómodamente abrazado de un cuerpo largo, de aspecto fuerte y musculoso en la mismas condiciones que su mejor amigo, claramente se notaba que habían estado teniendo relaciones sexuales por su aspecto, pero eso no fue lo que le sorprendió, sino que la otra era persona era... era su hermano ¡Su hermano! ¡¿Qué hacía Leo ahí?! ¡No entendía- ¿Habían estado teniendo sexo?- Obvio que sí, pero ¿como? No entendía y la verdad es que nunca se lo imagino. Su hermano menor y su mejor amigo ¿juntos? ¡Ellos ni siquiera hablaban! O por lo menos eso pensaba. Estaba enojado, lo habían engañado todo ese tiempo, hirviendo de la ira, dio la vuelta para salir, pero se detuvo al escuchar su nombre. 
 
"¿Javi?" ¡Javier! 
 
Era su hermano Leo, quien le había llamado, su voz estaba un poco ronca y tenía el rostro adormilado, y con marca de la almohada por su cara, reconocía que su hermano era guapo; rubio, al igual que él, sus ojos eran dorados como el sol, de una estatura bastante considerable, parecía mayor que él. Javi, paró y le encaró cruzados de brazos demostrando su nada contenta actitud.  
 
"¿Qué?" 
 
Su hermano, contraríado, trató de levantarse y explicarle, pero no pudo al darse cuenta que estaba desnudo.
 
"Déjame explicarte" 
 
"¿Qué vas a explicar?" "¿Qué te haz tirado a mi mejor amigo? Ya me dí cuenta" 
 
"No te alteres, déjame, déjanos explicarte" "No es lo que tu crees" 
 
"¡No soy tonto!" "Se lo que ha pasado aquí" "¿Por cuanto tiempo?" 
 
Al ver que su hermano se quedaba callado, sin saber que responderle, exclamó. 
 
"Los son unos... ¡Me han estado engañando todo este tiempo, como si fuese un tonto!" "No quiero hablar con ninguno de los dos" 
 
"¡Javi, espe" 
 
Caminó derecho a su cuarto, con paso rápido y furioso, entró cayendo en la cama. ¿Por qué Sandy no le había dicho nada? Se supone que eran mejores amigos que se contaban todo, él lo había echo. ¿En que momento había pasado? ¿En que momento Sandy y su hermano, se habían enamorado? Si es que lo estaban, No, Conocía a Sandy como la palma de su mano y sabía que no se iba acostar con Leo solo por deseo o ganas y bueno su hermano... lo dudaba un poco, era guapo y las chicas siempre andaba a su alrededor revoloteando como pájaros, pero nunca le conoció alguna pareja oficial, ahora que lo pensaba a Sandy tampoco. Talves la señales estaban ahí y el no supo verlas. 
 
🍥
 
"¡Oh cállate!" "Sabes que eres el primero" 
 
"Ajá" "Sí tu lo dices" 
 
"Cambiando de tema. Te llamó para invitarte a salir solo tu y yo. Ya sabes una noche de chicos" 
 
"¿Solo tu y yo?" 
 
"Claro. Sabes, no quiero que sientas que te estuve dejando atrás solo porque estoy saliendo con tu hermano" 
 
"No pienso eso. Entiendo que pases más tiempo con él y todo eso" 
 
"Lo se. Pero tu eres igual de importante que Leo y te quiero de igual manera pero diferente"
 
"¿Ahora vamos a llorar como nenitas?" 
 
" Bueno, ¿qué dices?" 
 
"Esta bien"
 
"¡Yei! Nos coordinamos con la hora y el lugar más tarde" 
 
"Cómo quieras. Bye" 
 
Al tiempo que había  terminado la llamada, pasó su hora libre por lo que tomó sus cosas y se dirigió su a su proxima clase. Tres horas más tarde salió del autobús que escogió para llegar a su trabajo, caminó una cuadra y entró por la enorme puerta de cristal. 
 
La compañía de atención al cliente, donde trabaja, dedominada UNO, se alojaba en un edifico moderno de tres platas, pintado en el exterior con los colores insignia de la compañía: amarillo, blanco y negro. En interior pintado de gris, con cómodos sillones alrededor color blanco y mesitas de madera oscura, donde los clientes esperaban su turno para hacer  su reclamo. Su cúbiculo estaba en la segunda plata, que era la encargada de recibir las constantes llamadas a veces molesta de los usuarios. Se sentó en su pequeño cúbiculo, ordenó el desorden que el compañero anterior había dejado y comenzó una jornada más de trabajo. 
 
Caminaba apresurado por las oscuras calle de la cuidad. El frío se había resentido más por lo que encogido trataba de llegar rápido a su pequeño estudio. La noche estaba más oscura y al parecer iba a llover, el viento pasaba por su cuerpo con fuertes ráfagas haciéndole estremecer y tiritar. Había salido más tarde de lo planeado del trabajo, todo gracias a una reunión solicitada por el supervisor para hablar cosas innecesarias, claro, como el tenía auto no le importaba salir a las tantas horas. Cuando por fin el supervisor decidió dar por terminada la reunión, salió corriendo hacia la parada del autobús pero ya era muy tarde y ningún autobús iba pasar a esa hora, así que, enojado y fustrado tuvo que irse caminando hasta su casa que quedaba lo suficientemente lejos para tomarle unos treinta minutos pie "Por lo menos entrare en calor con este frio" murmuró. Tan concentrado estaba en su caminata, que no escuchó unos pasos detrás de él. Al sentir unos toques de unas manos en su espalda, pensó en salir corriendo. 
 
"Me van a robar" 
  
Quizás estaba exagerando pero estaba en una calle desolada, cualquiera podía  venir y hacerle daño. Era un blanco fácil para cualquier tipo de delicuente. Miles de pensamiento pasaron por su mente hasta que escuchó una voz grave, fuerte y un poco ronca, claramente de un hombre. Por alguna razón se tranquilizó y confío en que el desconocido no le haría daño. Volteo hacia la atrayente voz. Vió a un hombre alto, flaco pero de no manera torpe, sino, con buena definición muscular, seguramente el tipo de hombre que aunque no va al gimnasio, se mantiene en forma, con cabello negro y poco ondulado, tenía un corte un poco soso, sus ojos estaban ocultos por unos lentes de color azul oscuro un poco parecido a lo suyos, también pudo notar unas marcas de acné en su rostro, que, por alguna razón y no lo afeaban, sino le hacia mas atractivo y el nacimiento de  una barba en su mandíbula inferior. Tenía una camisa de cuadros roja, blanca y azules, pantalones azul oscuro y botas marrones. El rostro del desconocido se  pintó de un hermoso rosado en la mejillas por la intensa mirada del de rulos rubios, que, al ver ese gesto su corazón se aceleró de una manera que nunca había echo. El también sintió vergüenza al darse cuenta la manera en que estaba viendo al hombre. 
 
"Lo siento, te asusté" 
 
El de rulos, movió su cabeza tratando de despejarse. Observado un bulto y una maleta que acompañaba al de los lentes. 
 
"Yo... Esta bien, no te preocupes" "¿Estas perdido?" 
 
"Eh... Si" "Es que nunca ..." "Es mi primera vez en esta cuidad y es enorme" "Nada parecido de donde yo vengo, es un cuidad pequeñita"  "Estoy divagando" 
 
Por primera en ese día y en varios meses sintió  ganas de sonreír de verdad. 
 
"Yo tampoco soy de aquí, así que no te  preocupes" "La pase mal muchas veces y me perdí cientos" "¿Ha donde vas?" 
 
"¿Yo?  Según la dirección que me dieron, me dirijo  al Cerro Alto en la calle Beller con Sánchez, edificio 4b" "Aunque creo que es estoy perdido" 
 
"No lo estas" "Es derecho en esta calle, doblando en próxima esquina" "Yo vivo cerca. En el edificio 4f" "Sí quieres puedes acompañarme" 
 
Comentó de manera desinteresada. No sabia de donde había salido esa amabilida, pero, no quería dejarle solo y que le pasase algo. Se veía claramente que no era de la cuidad y de alguna manera el solo pensar que podían hacerle daño se le arrugaba el corazón que tanto tiempo había creído que no sentiría nada por nadie, no después de la enorme decepción que se llevó,  pero ahora, a pesar de que solo le conocía hace unos minutos, le caía bien. 
 
"Gracias" "Pensé que nunca iba llegar y moriría de frio" 
 
"Aquí hace mucho frio por estas épocas" 
 
Comenzaron a caminar en silencio. Eran unos completos extraños, que a pesar de haberse visto por primera vez hace menos de una hora, sentía una afinidad y cierta complicidad. Si los dos hubiesen creído en el amor a primera vista, estarían seguros de que lo que estaban sintiendo sería: amor. Pero eso no existía; existía la atracción, la afinidad, la comodidad, pero, amor... no. Javi se encontraba ridículamente nervioso, no sabía que decir, preguntar. Sentía una electricidad recorriendo su cuerpo, sus mejillas seguían sonrosadas, pero podía excusarse del frio. 
 
"Mi nombre Javier, pero me dicen Javi" 
 
"Hola Javi, Soy Daniel, un gusto" 
 
 ***
                   
Daniel sabía que una nueva etapa en su vida estaba por comenzar, lo supo en el  momento en que había recibido la carta de aprobación de la Universidad Nacional San Miguel. Estaba pletórico, emociado y sobre todo muy ansioso. Esto era lo que quería. Poder terminar sus estudios de Ingeniería en informática en unas de las mejores instituciónes de educación superior en el pais, conocer más lugares como la gran capital y sobre todo ser libre. En la parte sur del país, donde vivía, no podía hacerlo. La región era en su mayoría aprovechada para la siembra y cosecha de alimentos y la cría de animales de granja. Había nacido y crecido ahí, específicamente en la cuidad Acosta Moncion, una pequeña localidad, donde vivían en su mayoría granjeros y agricultores, la clase de lugar donde todo el mundo se conocía, lleno de naturaleza y porque no decirlo, con los mejores ríos de país. En su niñez le gustaba. Le gustaba levantarse temprano junto a su padre, alimentar el ganado y las gallinas, limpiar el coral, arar la tierra y poder esparcir las semillas en la fructífera tierra, le gustaba sentase a lado de su padre y poder ordeñar las vacas, recoger los  huevos del granero, para después tener un gran desayuno junto a sus hermanos menores y su madre. Todo le parecía la vida perfecta para su yo de niño, pero conforme fue creciendo, fue cambiando su interés por los libros, la escuela y las computadoras. Ya en su adolescencia tenía claro lo que quería ser y no era nada relacionado a la tierra. Sus padres al principio no estaban muy felices, deseaban que su hijo mayor fuera el que tomará la riendas de todo su patrimonio cuando ya no pudieran hacerse cargo, que permaneciera cerca de ellos, pero sabían que ese no era el deseo de su hijo, sabían que tarde o temprano el partiría a un lugar mucho mejor  y moderno para un joven como él. 
 
Estudio cerca de tres años en una universidad cercana para felicidad de sus padres. Pero no era suficiente. Quería poder salir con chicos y no sentirse juzgado, algo muy poco probable ese lugar, no quería representar un problema para su familia, que, aunque aceptaban su preferencia sexual, las otras personas no lo hacían. Por lo que cuando recibió la carta de aprobación representó un alivio para él. Dos días después de la carta y hacer toda la pertinencia necesaria, se encontraba empacando todas sus pertenencias. Extrañaría su cuarto y toda su cosas, extrañaría el despertar con la luz del sol en su cara y poder sentir la brisa fresca rozar su piel, extrañaría a su madre, su comida y atenciones, a su padre y su carácter serio y cálido, a sus hermanos revoltosos y habladores. Una voz llorosa, lo saca de sus pensamientos, sabe que es su madre. Dejó sus cosas y caminó hacia ella, el lo recibió con gran abrazo. Definitivamente extrañaría a su madre.
 
"Mi niño"
 
"No llore" "No me voy a morir ¿sabe?" 
"Voy a venir a pasar todas la vacaciones" "No podría estar sin ustedes" 
 
Su madre asintió, limpiandose las lágrimas, aunque sabía que era lo mejor para su hijo, se sentía triste como toda madre cuando su hijo se va de casa. 
 
"Lo se, cariño. No tome en cuenta mis lágrimas, se que es lo mejor para tí" "¡Eso sí! Tienes que llamar todos los días, para evitar no preocuparme tanto" 
 
"Lo prometo" 
 
"También tienes que prestarme tu primer novio" 
 
Un soronjo furioso invadio rostro. ¿como su madre podía decir eso? 
 
"¡Mamá!" 
 
"¿Qué te sorprende?" "Aunque sea solo una simple campesina, he investigado y entiendo un poco de esas cosas" "Se que una de la razones por la que te vas es esa"  
 
"Mam" 
 
"Lo entiendo hijo, tu padre y yo lo hacemos, así que siéntete libre ¿ok? Nosotros siempre te vamos amar"  
 
Sus ojos se aguaron, un enorme alivio invadio su cuerpo, ahora más que nunca admiraba a sus padres.
 
"Yo también los amo mucho" 
 
Al día siguiente, después de despedirse de su familia, salió rumbo a la capital. Tenía buenos sentimientos al respecto, pero, no negaba que estaba nervioso. Nunca había visitado la capital en su vida y por lo que había investigado era infinitamente más grande y ruidosa que su cuidad. El sería como una pequeña hormiga uniendose al harem. Observó el pequeño pedazo de papel en su mano, donde se encontraba la dirección de su nueva residencia, solo esperaba poder llegar y no perderse en la enorme cuidad.
     
***    
 
Una vez que comenzaron hablar, no pararon. Se sentían cómodos el uno con el otro. No pararon de sonreírse el uno con el otro. Hablaron, se conocieron un poco, compartieron gustos. Compartieron sus experiencias en la cuidad, bueno, Javi, compartió su experiencia. Antes de notarlo, ya habían llegado al edificio donde se alojaría Daniel. Ninguno querían despedirse, ni dejar hablar. 
 
"Bueno... Aquí es" 
 
"Ya veo. Gracias por traerme" 
 
"No te preocupes. Sólo espero que recuerdes el camino y no te pierdas se nuevo" 
 
"Ya... Supongo que debería subir" 
 
"Sí, ya es tarde" "Qué pases buenas noches. Bienvenido". 
 
Siguió su camino, sintiéndose extrañamente feliz y triste. 
 
"¡Espera!" 
 
Escuchó. Paró sus pasos de inmediato, observando a Danielcoriendo hacia el. 
 
"¡Gracias!" 
 
Dijo, mientras dirigió sus labios a su mejilla percibiendo un olor de  una colonia suave. Se quedó parado y ve como entra al edificio.
 
"¡De nada!" 
 
Contesto, sonriendo, sintiendo un mar en estómago, sabía que estaba sonrojado. 
 
Notas finales:

Espero que les haya gustado el capitulo y me dejen un review con su opinión. ¿Si le gustaría saber más de ellos?    

Nos leemos.


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