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Conquístame por Moustrito

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Notas del fanfic:

Espero que les guste y le den una oportunidad. 

Notas del capitulo:

Espero que les guste y le den una oportunidad. 

Al principio,  Félicienne  creyó que el extraño comportamiento de su mejor amiga era algo pasajero,  pero las semanas  pasaban y Jewell empeoraba.  Jewell se la pasaba viendo películas románticas, comportándose de una manera cursi y atolondrada, hablando de lo hermoso que es la vida, y eso comenzaba a asustar bastante a Felicienne.

¿Dónde se metió la Jewell bromista e hiperactiva que les hacía jugarretas a las personas?  Tal vez los extraterrestres la secuestraron y dejaron a esa atolondrada en su ausencia. No tenía  la menor  idea de que era lo que le pasaba, pero pronto lo averiguaría.

–¡Feli, es hora de levantarse!

Era Julieta, su hermana menor.

–¡Ya voy! –grito para que no subiera y le  tirara la puerta. No le gustaba que la hicieran esperar, ni mucho menos cuando tenía hambre.

Giro los ojos al llegar a la cocina, Julieta comía su desayuno de una manera un poco grotesca, le dio palmadas en la espalda para que no se atragantara.

– ¿Y mamá? –pregunto antes de llenar la boca con cereales.

–Ya se fue a trabajar.

–¿Vamos juntas? –la menor asiento sin dejar de mirar su móvil.

Como el  padre de ambas, Gregory, estaba en un viaje de negocios, su madre salía temprano a trabajar. Administraba una pequeña  cafetería, su negocio estaba en el centro de la ciudad y como quedaba algo lejos de casa, se iba temprano a trabajar. Clientes nunca le faltaban, Félicienne solía ayudarla de vez en cuando.

– Félicienne, no mires así.

–¿Y cómo quieres que los mire?

Julieta se levantó de su asiento dejando sola a su hermana, sus “amigos” la llamaban a unos asientos delante del suyo. A Félicienne le  daban mala espina, su cara de disgusto lo decía todo. Julieta era una idiota, no importaba cuantas veces le digiera que no se junte con ellos,  nunca le hacía caso.

–Hey gruñona. –saludo Jewell después de subir al autobús y pagar su pasaje. Félicienne entrecerró los ojos al ver las fachas de su mejor amiga. El cabello violeta, que se lo tiño en las vacaciones, lo tenía peinado acompañado con ropa  que era tres veces  su talle.

–Espera… ¿Qué haces? – Félicienne la olfateo como si fuera un perro.

–¿Es perfume? –pregunto asombrada. Jewell  rio bajito jugando con el cierre de su chaqueta. Félicienne interpreto el silencio de Jewell como un sí, ya era un caso grabe, hablaría con Frankie sobre su paranoia.

Al bajar del autobús Frankie  le dio una cálida bienvenida a la castaña.

–Te ves horrible. – Dijo haciendo mención  a las ojeras de Félicienne. Achino los ojos observando a Julieta, quien paso  a su lado acompañada de sus amigos con dirección opuesta al de ellas, ni siquiera se despidió de Félicienne, la ignoro  por completo.

–No digas nada. –la callo antes  de que empiece.

–¿Qué hace con esos? En serio, tu hermana es una idiota. No me sorprendería si la veo fumando. ¿Crees que me convide?

–Tú no fumas.

“Si, tal vez lo haga” susurro Frankie cosa que Félicienne  alcanzo oír . La castaña se colocó  el  gorro de lana sobre la cabeza para poder abrigar sus orejas, con el frio que hacía en Chicago moriría congelada. Frankie no dejaba de quejarse  a su lado, ella le decía horrible, pero su aspecto no era el mejor. Su abrigo la hacía parecer un oso de peluche,  al parecer llevaba puesto demasiada ropa debajo porque apenas podía mover los brazos para acomodar su cabello.

–Hazte a un lado, Charpentier. – Félicienne puso los ojos en blanco, Harper paso a su  lado chocándole el hombro.

–Estúpida. –dijo entre dientes, miro a Frankie extrañada. –¿Qué pasa?

–Te has dado cuenta que choca contigo teniendo tanto espacio para pasar. No es la primera vez que lo hace, siempre que te ve hace lo mismo. Es como que quiere llamar tu atención.

–Estas drogada Fran, porque haría algo como eso.

Ella solo se encogió de hombros sin dejar de observar a Johnson, quien estaba con su grupo de amigas. Félicienne conocía a Harper Johnson desde el octavo grado, no hablaban a menos que sea para insultarse. Frankie decía que Harper era  su idola, su persona a seguir, porque era la única que podía sacarle  de las casillas en segundos a la castaña.

Félicienne frunció las cejas al notar el comportamiento de Jewell, esta miraba con suma atención al grupito de Johnson, siguió con su visión lo que captó la atención de  la peli violeta. Para su sorpresa, se encontró  Georgina Benson.

En la hora de cálculo, el profesor Ficher  llamó la atención a Frankie y a  Félicienne por estar hablando en clases. Eso no les impidió seguir haciéndolo, el chisme estaba bueno. Corría el rumor  de que Tristan, el sub capitán del equipo  de la preparatoria, le era  infiel a Marie con una del último año.

–Si la misma Marie no se salva de que le sean infiel, ya no hay salvación para nosotras. –la pelirroja hablo entre susurros fingiendo prestar atención al profesor Ficher.

La castaña iba hablar, pero Estefanía, su compañera que se sentaba detrás de Frankie, le gano.     

–¿Frankie, puedes averiguar con quien Tristan le es infiel a Marie? –susurro tan bajito que apenas fue escuchada– La chica debe ser hermosa, tengo una fuerte sospecha que es Harper. A esa perra no le basta con tener a todos comiendo de su mano, es una puta. 

Félicienne giro la cabeza como el exorcista.

–Sierra la boca, Estefanía. –dijo sin medir su tono de voz. Frankie le hizo señas para que se callara, estaba  llamando la atención– Marie es amiga de Johnson. Ella nunca haría algo así. Mejor infórmate bien antes de insultar y acusar a una persona.

Para la castaña, Johnson podía ser la persona más irritante del mundo, pero no merecía ser difama de esa forma, ni mucho menos ser llamada puta. Fue demasiado tarde para darse cuenta de su situación, el profesor Ficher azoto su escritorio con el puño.

– ¡Charpentier y Donson, afuera!

–¡¿Por qué yo?!  –Frankie ya no tenía más vergüenza.

–¡Afuera dije!

–Vámonos, Fran. –la arrastro por el brazo mientras que discutía con el profesor Ficher. 

Cuarta vez, era la cuarta vez que le echaban del salón. A Estele, la madre de Felicienne, no le gustaba que su hija fuera sacada de clases. Ya sentía su regaño venir. Tomo asiento en las bancas que había en el patio.

–¿Lo viste? Dime que lo viste.

–No estoy de humor, Frankie. –dijo llamándola por su nombre completo, más la pelirroja no entendió el mensaje.

–Que amargada eres Feli. –abrió la bolsa de galletas que saco de su enorme abrigo. El olor a comida hizo que el  cuerpo de Félicienne reaccionara, le quito la bolsa de las manos para así devorarlo. 

–¡Es mío, dámelo! –Se rindió apenas  su mejor amiga le gruño– No eres un perro. Como sea, ¿Lo viste cierto?

–¿Veld qoie?

–Nada. Solo sigue comiendo.

Aunque hacia frio, se  quedaron sentadas en la banca. El tiempo no era el mejor ni el peor, en cualquier momento llovería, se notaba por el color de las nubes.

Félicienne saco su móvil para poder distraerse, tenía varias notificaciones. Todas se trataban de Gfriend, su grupo favorito.  ¿Cuándo seria el día que Sowon dejara de ser irrelevante? Quien sabe, misterios de la vida. Ella tenía esperanza de que la dejaran rapear, porque Sowon era la rapera del grupo y lo hacía bastante bien.

El timbre sonó, más Frankie y la castaña no se  levantaron para ir a pelear a la cafetería por su almuerzo. La última mencionada  se sorprendió al ver a Frankie sacar de su abrió  sándwiches, sumos de naranjas y hasta un cargador portátil para su móvil.

–¿Qué? –pregunto ofreciéndole  comida, la castaña  la recibí con gusto.

–Nada.

Iba por el cuarto bocado, cuando  su móvil comenzó a  sonar.

– Nanana Navillera…  –bufo mientras sacaba el  móvil del  bolsillo trasero.

–¿Diga?

–¿Dónde están? –era Jewell.

–En el patio. –tras contestarle, la llamada se cortó. Miro a la pelirroja pensativa–¿Crees que a Jell le esté pasando algo y no nos quiere contar?

Frankie frunció sus cejas tras la pregunta de Félicienne –¿Por qué lo dices? Yo la veo como siempre, tonta y  antisocial.

–Tú también eres antisocial. –Giro los ojos por la mirada sarcástica de Frankie– Está bien, somos antisociales. Pero a lo que me refiero es que no es como la Jell que conocemos, la que le gusta escuchar metal…

–Hacer rituales, jugar a la guija. Si, si, toda una darks. –agrego la pelirroja. 

–La lista de su  música fueron remplazadas por  puras canciones cursis sobre el amor. –Frankie escupió su jugo de naranja– Ya no  es la darks que conocemos,  alguien la cambio. Ahora mira películas románticas,  su madre me lo conto la vez que fue a la cafetería. También me dijo que Jell le hace preguntas raras sobre cómo se conocieron ella y su esposo.

–Por lo que acabas de contar, parece que a Jell le gusta alguien.

–Shh, ahí viene. –Susurro Félicienne. Jewell  se  acercaba con una bandeja de comida – No menciones nada de lo que hablamos.

 

                                      (…)

 

Félicienne al entrar a la cafetería saludo a su madre con un gesto de manos para luego dirigirse a las mesas más alejadas del lugar donde le esperaba pacientemente  Jewell. Había citado a Jewell  en la cafetería Green para sacarle la verdad.

La peli violeta no  tenía la menor idea del porqué de la llamada de Felicienne situándola en la cafetería de su madre, fue por eso que al  colgarle se dignó en vestirse y salir de su casa.

–Iré director al grano. –hablo la castaña al terminar de comer la tarta de manzana que le trajo Estele.

–Te escucho. –Jewell se acomodó en su silla de manera expectante.

–¿Quién te gusta? –soltó de golpe sin ponerse a pensar que  Jewell se atragantaría  con la tarta de manzana.

–¿Q-Qué? –pregunto tosiendo, vaya que no se esperaba aquello.

–Sé que alguien te gusta, Jell. ¿Pero quien es? Ni idea –Ignorando el hecho de que la peli violeta estuviera tosiendo y a punto de morir, prefirió seguir con el asunto–. Llevas semanas, quizás meses de tener ese comportamiento de “mirar a la nada, suspirar y bajar la cabeza”. Vamos dilo ¿Quién es?

Los  ojos grises escrudiñaban a  Jewell en busca de respuestas, esta al sentir la poderosa mirada de su mejor amiga no se atrevió a levantar la cabeza,  prefirió  jugar con la servilleta de papel que había en la mesa.  Guardo silencio por un rato hasta que reunió el valor suficiente para decirle.

–Georgina Benson. –respondió  susurrando, pero  Félicienne  la escucho fuerte y claro.

–¿Georgina Benson? –Pregunto asombrada–Oh Jell…–los ojos  grises de Félicienne la miraron con pena– ella es…

–Hetero, lo sé.

–Y tiene novio.  –recordó y pronto se arrepintió, Jewell agacho la cabeza aún más.

–También lo sé. –Claro que  Jewell lo sabía, ella misma lo presencio cuando Georgina beso a Ethan después de aceptar ser la novia del rubio cuando se lo propuso enfrente de todos.

–¿Vendrás a la cena del Domingo? –le recordó cambiando de tema, consiguiendo que Jewell le sonriera intuyendo  sus intenciones.  

–Claro.

Quedaron un rato más en la cafetería conversando y contándose los nuevos chismes, Jewell sonreía y se reía ocultando su verdadero estado de ánimo. Félicienne no le gustaba ver así a su mejor amiga. Quería de vuelta a la vieja Jewell Tyler, la darks y compañera de travesuras.

<<¿Cómo la puedo ayudar?>> pensó observando el techo de su habitación siendo iluminada por la luna. La melodía del carrusel de juguete que se encontraba encendido haciendo que los tres caballos que poseía se movieran subiendo y bajando,  trasmitía paz y tranquilidad a Félicienne. 

Eran  las dos de la mañana cuando a  Félicienne, luego te partirse la cabeza pensando, se le ocurrió una gran idea. Dando un salto en su cama tirando al suelo las  sabanas y las almohadas, corrió en busca  de su móvil para llamar a Jewell.

Espero a ser  atendida a sin molestarse a pensar si estaba durmiendo o no Jewell.

–¿Hola? –la voz soñolienta y desorienta de Jewell se escuchó.

–¡Te ayudare a conquistarla! –Grito procurando que su voz no fuera tan elevada– ¡Hare que Georgina deje de ser hetero!–tras decir aquello, Félicienne corto la llamada.

Estaba decidido, ayudaría a Jewell a conquistar a Georgina, no importaba lo que costara. Conseguiría que Georgina,  deseada por muchos y envidada por  muchas a excepción de Frankie y Félicienne,  se enamorara  de la peli violeta que tenía como mejor amiga.

 Pero,  ¿Cómo lo haría?  A la castaña no le venía bien eso del romance. Tampoco sabía las cosas que le gustaban a las mujeres, claro que ella era una mujer pero de diferentes pensamientos, gustos y actitudes. Diablos, no pensó en los contras que acarrearía su idea y ahora misión.

 ¿Cómo haría para que Georgina Benson, la chica más hetero que vio en su vida se fijara en Jewell, la darks?

 Continuara...

Notas finales:

Espero que les haya gustado. Me disculpo por si encuentran errores ortográficos


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