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We were there por hellblack_sasuke-

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Notas del capitulo:

Hola chicos y chicas :D

Subo la continuación del fic. La verdad que me como las uñas de los nervios porque más o menos revelo la posible pareja principal que estaré usando durante la historia. Si no les gusta por favor no me maltraten (tanto xD) pero es que soy amante de generar controversia xD (ajá) y usar parejas bien crack xD

No, ya enserio. La historia espero que les guste, si no es exactamente su hit aun así les pido una oportunidad, aunque sea pequeña, si ni asi los convenzco que se puede hacer, ¿verdad? aun así siempre les daré las gracias por estar aquí y aunque sea por curiosidad abran las historias y las lean, por lo menos un párrafo.

Me hacen muy feliz :D

Ya hablando del capítulo en sí, doy un pedacito de lo que le pasaba a Sasuke antes de cmabiar y volverse... como es ahora.

Ya no les adelanto nada, cuídense.

El capítulo está basado en la canción de Snuff de Slipknot

-¿Estás bien? –Preguntó un poco preocupada por la última y decadente personalidad que estaba teniendo con todos a su alrededor, incluida ella-

-Perdona Sakura –el chico la tomaba de la mano. Estaban comiendo en un restaurante local- he estado cansado, eso es todo

-¿Seguro? –Fruncía el ceño- a veces nos preocupa que en estas fechas luzcas tan…

-¿Deprimido? –Inquirió el joven- ya saben que no me gusta ni diciembre ni enero

-Sasuke –la de pelo rosa habló con un hilo de voz. El tema siempre incomodaba al chico, pero aunque ella no quisiera, haría el milésimo intento para poder entender que fue lo que pasó hace tres años- ¿qué pasó? –El chico la miró vacío. No estaba enojado, pero era obvio que no hablaría. Sus ojos se apagaron; los cerró y después intentó fingir una sonrisa. Aunque para cualquiera resultara verdadera, ella sabía lo falsa que era-

-Son cosas tristes que prefiero no recordar –ahora, con su mano libre, acariciaba la mejilla de Sakura, intentaba perderse en el verde de su mirar- son cosas que no quiero que escuches, no porque no te ame, o porque no confíe en ti. Lo hago porque no quiero que sientas el dolor que tengo –murmuró-

-Sabes que te amo lo suficiente como para decirte que quiero cargar ese dolor contigo –dijo- yo sé que tus padres, tus amigos, tu hermano, yo, te hemos exigido una explicación acerca de tu repentino cambio desde hace tiempo; pero lo hacemos porque nos preocupamos por ti –hablaba con suavidad- lo hacemos, porque no nos gusta verte sufrir, verte triste o herido.

Además yo te dije que vamos a estar juntos en todos los problemas o dificultades que tengamos, porque somos uno; nos complementamos y apoyamos siempre. Déjame ayudarte

-No es necesario –sentenció y la miró fijo- todo estará bien. En cuanto empiece el mes de febrero, todo regresará a la normalidad –Sasuke acercó su rostro al de ella para poder darle un beso delicado en los labios. Sonrió ampliamente y volvió a su comida. La plática había terminado.

Después de pasar un día entero con ella como ya era costumbre los fines de semana, Sasuke llegó a su casa y después de saludar a todos, se encerró en su cuarto.

Eran cerca de las once y media de la noche, supuso que nadie escucharía lo que hiciera, así que cerró su puerta con seguro, se puso los audífonos con todo el volumen y pasaba las canciones sin enfocarse realmente a una. Encontró finalmente la que de forma indirecta estaba buscando. A mitad de la canción, ya estaba llorando. Sí, como lo hacía diario desde hace meses y años.

Es que, ¿cómo no llorar por esa clase de recuerdos?

Cuatro años atrás

-Prométeme algo –ambos chicos estaban en el jardín de la casa de Sasuke. Era un viernes por la noche.

Itachi saldría con sus amigos y sus papás irían a cenar y al cine; evidentemente día social, así que tenía la mansión para ellos solos.

Eran principios de diciembre, el viento soplaba fuerte, las hojas de los árboles ya estaban regadas por todo el lugar y las nevadas empezarían la próxima semana. Ya hacía frío, pero con él a su lado, podría soportarlo siempre.

Sasuke odiaba el invierno, le resultaba demasiado desolador; prefería la primavera o el verano. El clima cálido, la algarabía de la gente, poder pasear por las noches con ropa de tela delgada. Le gustaba más ese tipo de sensación; aunque las festividades de navidad y año nuevo, eran sus favoritas por sobre todas las cosas-

-No –su acompañante sentenciaba con una sonrisa traviesa- tú, prométeme algo –el chico que tenía frente a él, era el hombre de sus sueños. Lo amaba desde la preparatoria, todos esos años se había desvivido por ese momento. Por escucharlo hablar, aunque fuera cualquier tontería, por estar con él aunque fueran cinco minutos… Sasuke estaba realmente enamorado. Flotaba, incluso a ratos se enojaba consigo mismo por ser tan cursi, suave e incluso delicado; no eran normales esas cosas en él, pero… pero…

-¿Qué? –Contestó de la misma manera mientras enlazaba su mano izquierda con la derecha del chico. El otro lo besó. Era como un cuento de hadas para Sasuke. Sí, su mayor debilidad estaba frente a él.

Se acostaron en el pasto. El cielo estaba despejado, había luna llena, no estrellas pero ese azul casi negro típico de la noche-

-Necesito que me prometas en verdad…

-Prometo…–Sasuke sonreía algo eufórico-

-Que nunca te marcharás –el de ojos azules lo interrumpió-

-Nunca te marcharás–murmuró, seguido de una gran sonrisa que emanaba del rostro del rubio-

-Nunca me marcharé, Sasuke

-Nunca me marcharé, Naruto –

¿A dónde se fue todo eso? Nadie lo sabe.

Por eso mismo era que ahora, años después, Sasuke seguía en su estado de inanición.

A veces odiaba a Naruto con la misma intensidad con la que la otra mitad del tiempo lo amaba.

-¿Por qué? –murmuró aun en llanto. Agarró una de sus almohadas para empezar a golpearla tratando de no hacer ruido. Aunque en realidad ni lo sabía, dado que mantenía sus audífonos con todo el volumen posible- me lo juraste, lo prometiste, tú –el menor apretaba con fuerza la quijada, evitando hacer más ruido del necesario- ¿se supone que esto debe ser suficiente? ¿Qué más quieres? Por favor, solo déjame ir, ¿acaso escupiste tu lástima en mi corazón? ¿Qué tanto me mentiste para mantener el control? Y aunque te importara… ¿por qué me importaría saberlo? No necesito saberlo, no me lo hagas saber, por favor, no me lo hagas saber –Sasuke estaba contra la cama, apretando sus puños en la almohada. Sus lágrimas seguían cayendo.

Levantó la mirada, su ataque ya estaba pasando. Eran cerca de las doce y media de la mañana. Casi una hora.

-Te odio –susurró por último. Se levantó, se miró al espejo, se limpió y se encaminó a apagar la luz para luego acostarse.

Daba vueltas en la cama, miró el techo y decidió tomar su teléfono que estaba en la mesa de noche-

-Solo quería decirte que te amo –escribió, recibiendo pronto la respuesta-

-Yo te amo más, Sasuke. Debes de dormir ya, mañana tienes muchas cosas que hacer. Lástima que los fines de semana duran tan poco y los domingos son para estudiar ¿no? Esfuérzate amor, ya casi acabas con todo-

-Lo haré, mi pequeña princesa. Trata de no desvelarte. Y Sakura… suerte en tu examen del lunes. Te irá muy bien, yo lo sé. Besos. –tecleó sin esperar la respuesta.

Su corazón y sentidos ya estaban normalizándose, se sentía más tranquilo. Probablemente esos desahogos nocturnos le ayudaban cuando realmente extrañaba a Naruto, pero por otro lado a pesar de que no los quisiera tener, a veces Sasuke se forzaba a hacerlos para poder dormir. Muchas veces se planteó el tomar algunas gotitas del medicamento que usaba su madre, pero en el fondo le daba miedo que algo malo pudiera pasarle; así que el segundo método más natural para dormir aplicaba en este caso. Llorar.

Por fin tenía los párpados pesados, los cerró y la noche transcurrió sin novedad. El domingo sería igual, pero contado de forma diferente.

Eran cerca de las once y media de la mañana. Sasuke ya estaba en el hospital repartiendo sus desayunos con café. Normalmente el empleo del menor era solo de lunes a viernes, pero el sábado por la tarde había recibido una llamada del dueño de la cafetería, para pedirle que cubriera a uno de los chicos por incapacidad.

Así que, ahí estaba con su carrito yendo de pasillo en pasillo por cada uno de los doce pisos del hospital, que en verdad era grande.

Las ventas siempre eran altas, ¿quién no necesita comer? Ya sean los pacientes o los trabajadores; desde los que hacen el aseo hasta los propios médicos. Comida es comida, y más un domingo por la mañana.

Recién había vaciado su primer carrito dispensador, por lo que debería de bajar y preparar otro; definitivamente era una mañana movida, normalmente no hacía los cambios tan rápido y eso, que apenas iba en el cuarto piso.

Se acercó al elevador, esperando unos segundos a que llegara, en cuanto las puertas se abrieron dejó a la gente pasar y por un momento, se cruzó con una mirada un poco diferente. Fue correspondido, después de un breve saludo educado, Sasuke entró al elevador y el otro chico continuó su camino.

Veinte minutos después, Sasuke ya estaba nuevamente en el cuarto piso haciendo uso de su galanura para sacar buenas propinas, cuando fue interceptado por el mismo chico de hace unos minutos-

-¿Podrías venderme un café? –Preguntó con seriedad. Las secretarias terminaron de pagar, dejándolos solos de una forma un poco sospechosa para el menor. Había algo que le resultó un poco obvio pero no sabía que-

-Claro, ¿qué tamaño prefieres? –Contestó, esperando la respuesta para sacar un vaso-

-Dame el grande –inmediatamente Sasuke se lo entregó-

-Azúcares, cremas, leche y sustitutos de azúcar están de este lado –señaló la parte frontal del carrito- el total son veinte…

-¿Qué días trabajas aquí? –Sasuke se descolocó un poco. No esperaba una pregunta tan directa viniendo de alguien que no conocía, pero daba igual. Tampoco le importaba-

-De lunes a viernes en el turno de la tarde. Aunque por lo general ese lunes a viernes se traduce a tres días a la semana –contestó seco- pero hoy estoy cubriendo a un compañero

-Qué bueno –murmuró-

-¿Disculpa? –Frunció el ceño ante la atenta pero divertida mirada del otro-

-Vamos –suspiró- yo me llamo Hyuga Neji, ¿y tú? –le estiraba la mano para saludarlo. El de pelo negro se quedó en blanco unos segundos para luego corresponder-

-Uchiha Sasuke…

-Bueno, pues me refería a que me da gusto que hayas suplido a tu compañero…

-¿Ah? –El moreno estaba cada vez más confundido-

-Sí –sonrió- de lo contrario quién sabe cuándo nos hubiéramos conocido. Si es que realmente nos debíamos conocer

-Sí, bueno –Sasuke tenía la necesidad de marcharse. Los locos como ese tipo de enfrente lo enfermaban de sobre manera- tengo que irme –decía sin emoción- aún tengo más de cinco pisos los cuales debo recorrer

-¿De verdad? –Se cruzaba de brazos- qué lástima –decía con un deje de tristeza- y yo que quería platicar un rato con alguien –lo miraba con seriedad- es aburrido acompañar a mi padre al trabajo

-¿Es médico?

-Sí –acertaba con un movimiento en la cabeza- se encarga de ortopedia y medicina del deporte

-Ya veo –aunque intentaba ser educado, Sasuke ya no escondía su incomodidad. Cosas como las que estaban sucediendo en ese momento lo molestaban, y mucho- bien, un gusto conocerte, como te dije… tengo que trabajar –empujó el pequeño coche de nuevo al elevador para subir ante la mirada expectante de, ¿cómo se llamaba? ¡Ah, sí¡ Neji- ¿qué carajo fue eso? –hablo para sí mismo cuando las puertas se cerraron-

-“Después de tanto tiempo, al fin te encontré. Sasuke” –pensó Neji mientras tomaba asiento en uno de los recibidores del cuarto piso y bebía el café- “incluso, preparas el mejor café del mundo”

Definitivamente, te quiero para mí.

 

Notas finales:

Muchas gracias por llegar hasta aquí.

Nos vemos en el siguiente (espero xD)

Los quiero :3


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