Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

FUCK ME | jikook por mrsswag9394

[Reviews - 110]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

IMPORTANTE: Si no has leído | Hey, Park |, te sugiero pasarte a revisar si estás al día con la lectura ^^ para evitarte confusiones y que te saltes trama c:

 

Si estás al corriente del maratón y de los últimos capítulos... entonces disfruta tu lectura 7w7r

 

 

 

Grrr~

 

 

 

 

Yoongi es una persona que por lo general actúa por impulso.

 

 

El mensaje decía claramente que no iba a estar en casa porque saldría a visitar a su madre y que por tanto el subir a verle sería en vano. Pero Yoongi lo tomó como una excusa barata y pensó que lo único que tenía eran ganas de no verlo. Y bien, no importaba, si Jeongguk tenía cosas más importantes que hacer lo entendía perfectamente, si quería un poco de descanso y deseaba estar solo lo entendía igualmente. Venga, pero que entenderlo no quería decir específicamente respetarlo. Yoongi ama ser inoportuno y molestar a Jeongguk sonaba tentadoramente divertido; así que no respondió, solo dejando el cruel visto que aunque dijera que no, sabía que Jeongguk odiaba, y se levantó de su cama y miró alrededor: su cueva estaba tan desordenada como siempre, toda la habitación llena de basura, ropa sucia y limpia por igual. Soltó un suspiro, era algo temprano, el reloj en su mesilla de noche marcaba casi las once de la mañana y él se sentía un desecho humano a esas horas de la madrugada —porque por lo general dormía hasta pasadas las dos cuando eran vacaciones y levantarse antes de las doce era casi un delito—. Un rugido algo gutural le sobresaltó. Se dio cuenta con sorpresa de lo hambriento que estaba y recordó que esta también era una de las razones por las que dormía toda la mañana, evitar el levantarse y hacerse de comer porque con su flojera hasta respirar era algo trabajoso.

 

 

Dejó de quejarse de lo desdichado que era y encaminó directo a la ducha.

 

Apestaba, realmente lo hacía.

 

 

 

 

Luego de media hora bajo el agua caliente finalmente salió y se vistió con lo primero que encontró, la camiseta tenía lodo seco en la parte de atrás debido a alguna segura caída mientras estaba borracho y se encogió de hombros, tomando su chamarra y saliendo en dirección a la casa de Jimin.

 

 

 

 

 

 

 

Comenzaba a odiar que la madre de Jeongguk enfermara y estuviera en esa clínica. Tenía que caminar muchísimo para ir hasta la caseta de autobuses en donde pasaba la línea que le acercaba a casa del castaño tío de Jeongguk cuando antes solo tenía que atravesar su vecindario y casi enseguida llegaba a casa del pelinegro.

 

Se sentó de mala manera a esperar.

 

 

 

El viaje fue no demasiado largo mientras escuchaba los álbumes de Deadroses y digital druglord —repitió algunas veces Bus It— de Blackbear en aleatorio y el pan de hace un rato le ayudaba a sostenerse y mantenerse despierto, ¿a qué hora había llegado a su propia casa? No tiene ni idea, pero debió ser bastante tarde porque para nada estaba bien descansado. Sin embargo ahí se encontraba. El suelo húmedo de la reciente lluvia, el cielo gris, la gente con montones de capas de ropas para protegerse de un otoño cruel. Se maldijo a sí mismo porque estaba congelándose y los jeans rotos en las rodillas obviamente no habían sido una idea inteligente, además de que su chaqueta no abrigaba lo suficiente.

 

 

 

 

Finalmente llegó.

 

 

Timbró un par de veces y se encogió en sí mismo, esperando que abrieran la puerta.

 

El señor Park fue quien atendió, se encontraba de pie frente a él, mirándole con extrañeza.

 

 

—Buenos días.

 

—Tardes —corrigió, su mirada suavizándose un poco—. Yoongi, creí que Jeongguk te había dicho que no estaría en casa.

 

Yoongi se heló.

 

Así que había dicho la verdad... ahora se sentía como un idiota y un rubor se instaló en sus mejillas.

 

 

 

 

—Eh... él... me dijo algo como eso —rascó su nuca—. Realmente creí que mentía —admitió.

 

Jimin sonrió divertido.

 

—Salió a ver a su madre, está con Seokjin.

 

—Vale —susurró, vaho saliendo de su boca—. Entonces creo que me voy... no tengo nada que hacer aquí.

 

 

Hizo una corta reverencia y se volteó, dispuesto a irse y a putear a Jeongguk por teléfono. Iba a decirle que por culpa de sus constantes bromas y por nunca tomarse en serio mutuamente es que había terminado saliendo de la comodidad de su cama para ir a verle porque creía que mentía. Obviamente eso iba a terminar en una segura absurda discusión y sonrió como idiota ante la idea.

 

 

 

 

—¿Tú no vives al otro extremo?

 

Se detuvo unos metros adelante.

 

—De hecho sí. Gracias por recordármelo —ironizó—, son más de cuarenta minutos en colectivo.

 

Un adulto cualquiera se hubiese ofendido por la informalidad, pero Jimin simplemente sonrió mientras negaba y se cruzaba de brazos.

 

 

—Quédate a esperarle... —cabeceó adentro.

 

Yoongi no lo pensó demasiado.

 

 

 

 

Entró y de inmediato se alivió al sentir el tibio calor de la casa. Realmente no tenía ganas de nuevamente hacer el algo largo camino de vuelta, el frío y la reciente lluvia que parecía querer volver a empapar a todos fueron los principales motivos por los que él se quedó.

 

—Hace frío afuera, ¿no?

 

Yoongi asintió, tirándose de mala manera en el sofá.

 

 

 

—Jeongguk salió hace ya un buen rato... pero igual y va a tardar en volver —tamborileó sus dedos sobre la encimera—. ¿Si te ofrezco café, me acompañas arriba? Estoy algo aburrido.

 

Yoongi sonrió.

 

—No hay problema.

 

 

 

Jimin encendió la cafetera y le dijo que había que esperar a que el agua se calentara.

 

 

 

 

 

 

Subieron las escaleras discutiendo un poco sobre si se le debe poner o no azúcar. Yoongi defendía que el café debía estar amargo para llamarse café, Jimin le dijo que le gustaba dulce.

 

 

 

Ambos inconscientemente terminaron en la habitación de Jeongguk.

 

 

 

—Bien, esto es un desastre —se quejó—. Le dije que hiciera la cama.

 

Yoongi miró alrededor. En la mesilla de noche habían botellas plásticas de gaseosas con las boquillas derretidas, a su lado el encendedor —Yoongi se lo había regalado— culpable y un montón de colillas de cigarrillos en todas partes, resto de noches de segura ansiedad puesto a que Jeongguk odiaba fumar. Era una habitación muy de chico y Yoongi sonrió con malicia porque estaba acogiendo todos sus malos hábitos.

 

 

 

 

—Mi habitación está peor, descuida.

 

—Es un desordenado. Le encanta sacarme de quicio.

 

 

A Jimin no parecía importarle mucho el contenido de ciertas latas ni tampoco la cajetilla a la mitad sobre su escritorio. Solo se dedicó a recoger las ropas desperdigadas y a ponerlas en el cesto del rincón.

 

 

—Tiene quince, no aspires a más.

 

—No es alentador —gruñó.

 

—No pretendía serlo.

 

Jimin siguió recogiendo cosas.

 

 

 

 

 

Doblaba algunas camisetas y las iba guardando en su armario. Yoongi le observó de pies a cabeza, dejando que el silencio se extendiera un poco e incomodando a Jimin y divirtiéndose con ello. Bien, los jeans oscuros eran algo ceñidos, la camisa blanca estaba pulcramente planchada del frente pero no de atrás y estaba arremangada hasta los codos, dejando ver venas gruesas en sus antebrazos. Yoongi lamió sus labios.

 

 

 

—¿Por qué vas vestido con camisa?, ¿saldrás?

 

—No exactamente. Tuve una conferencia vía Skipe hace unos minutos, una junta, no pude viajar a Bucheon así que me presenté en línea.

 

—Oh.

 

—De hecho aún tengo algo de trabajo que hacer —apuntó en dirección a su oficina.

 

—Y distrayéndote con un crío.

 

—Necesito un respiro también —se encogió de hombros.

 

—Y limpiar la habitación de Jeongguk.

 

 

 

 

Jimin se detuvo, cayendo recién en cuenta de lo que estaba haciendo. Al parecer limpiaba la habitación sin ser demasiado consciente... y Yoongi creía saber el porqué. Estaba inquieto y evitaba mirarle, solo sosteniendo la mirada unos momentos para retirarla de inmediato.

 

 

Yoongi le estaba poniendo nervioso.

 

 

Un sonrojo muy tenue en las mejillas del castaño seguido de un carraspeo. Yoongi quiso seguir tirando de su paciencia.

 

 

 

 

 

—¿Dónde está tu esposa?

 

—¿Por qué preguntas? —evitó, dándose la vuelta para guardar el último montón de ropas.

 

—Curiosidad —se encogió de hombros—. No la he visto a menudo por aquí en los últimos días.

 

—Ella probablemente no venga en otro par de días más —le oyó mascullar—. De cualquier modo, eso no te incumbe.

 

—¿Problemas de pareja?

 

—Claro que no.

 

 

El peliazul entrecerró sus ojos.

 

 

—Estás a la defensiva.

 

—¿Sabes? A veces creo que puedo soportarte... pero luego entonces abres la boca y...

 

—¿Y? —presionó.

 

Jimin soltó un suspiro, tratando de relajarse.

 

—Tienes una lengua filosa —le apuntó.

 

—Lo sé. Pero no es el único uso que le doy, ¿sabes?

 

Jimin se tensó.

 

 

 

Los hombros rígidos, músculos marcándose cuando apretó los puños mientras le daba una mirada de reproche. Pero había algo más ahí, Yoongi podía verlo claramente, el hombre no estaba para nada incómodo en el mal sentido, ese sutil estremecimiento lo delató. Y joder, que con un poco más de insistencia y el menor quebraría esa fachada de indiferencia fingida.

 

 

 

Pero era Jimin y Jeongguk le mataría.

 

 

 

 

—Solo estoy jugando contigo, no te enfades.

 

Entonces el contrario se permitió relajarse, sonriendo apenas, sus comisuras estiradas de un lado. Ahora estaba apoyado contra la mesa, sus brazos cruzados sobre su pecho.

 

 

 

 

 

 

 

—Tu cabello —observó—... te... te queda bien.

 

—¿De verdad? —se sentó en el filo de la cama—. Jeongguk dice que parezco de esos cerillos caros.

 

Jimin rio.

 

—Sí... aunque me gustaba más al natural.

 

—¿Te gustaba? —insinuó.

 

—Me refiero al pelo, Yoongi.

 

—Pero y si vuelvo a ser pelinegro, digo, yo pensaba teñirlo de nuevo —se cortó antes de decir algo más revelador—... olvídalo, lo siento.

 

Jimin se acercó y comenzó a pasar sus dedos por el suave cabello.

 

 

 

 

 

Yoongi se quedó muy quieto. Contrario a la primera vez que Jimin hizo eso, ahora estaba mucho menos borracho y por tanto pudo ser más consciente de algunas cosas, como que algo comenzaba a crecer en la entrepierna contraria, que el tacto era demasiado suave como para simplemente estar peinando sus cabellos, que el ambiente era privado y sugestivo...

 

 

No pudo evitar que una corriente eléctrica recorriera su espalda y le obligará a temblar ligeramente, mostrando expectación.

 

 

 

 

 

 

—Te crece con rapidez —susurró mirando las raíces oscuras, su voz algo más ronca—. Mejor espera un poco y lo cortas, así evitas tanto químico.

 

—¿Y entonces qué? —casi no se escuchó a sí mismo.

 

Jimin estaba entre sus piernas ligeramente separadas, mirándole desde su altura, sonriendo con inocencia torcida, ojos chocolate brillantes.

 

—Volverá a ser tan lindo como antes.

 

—¿Y...?

 

 

 

Entonces pareció darse cuenta de toda la situación. Como un balde de agua helada despertándole de una dulce ensoñación. Se aclaró la garganta y endureció su rostro.

 

 

 

—Deja de hacer eso —le culpó de todo el coqueteo descarado y Yoongi no se pudo obligar a que le importara lo suficiente como para defenderse—. No me gusta.

 

—Solo estoy esperando que seas honesto.

 

—No —la negativa severa—. Estás esperando que diga justo lo que tú quieres oír.

 

—¿Qué es lo que quiero oír, Jimin? —tanteó provocativo.

 

—... que me gustas de algún modo.

 

—¿Eso crees?

 

—Así es.

 

—¿Y me lo vas a decir? —su lengua roja humedeció los pequeños belfos rosados.

 

—No, porque no me gustas. Estoy casado.

 

 

 

 

Yoongi frunció el ceño. Jimin solo soltó esa ridícula excusa, como si no le hubiese dicho hace algunas semanas que le era infiel a su hermosa esposa y encima que Jeongguk estaba muy enterado de aquello. Jimin no pensó la respuesta demasiado... o no quiso pensarla demasiado.

 

Porque él no dijo algo al respecto por su género, no, no dijo que era porque se trataba de un chico. No lo negó, solo dejando la suposición en el aire... como tentando y obligando a Yoongi a delatarse. Realmente el señor Park esperaba que Yoongi se equivocara y asumiera que podría mamársela si insistía un poco más y que se contentaría con ello, quería que Yoongi dijera algo, que preguntara si verdaderamente importaba si era un chico, que preguntara si Jimin se sentía atraído hacia los hombres también y entonces negárselo mientras bajaba su cremallera y llenaba su sucia boca. Él tampoco mencionó nada sobre la gran diferencia de edades ni que es ilegal todavía. Nada de eso. Él solamente dijo que tenía esposa.

 

 

 

Pero Yoongi no es ningún idiota.

 

 

 

 

 

 

—Seguro —se burló—. Pero tienes una fijación conmigo.

 

—Claro que no —un surco en sus cejas.

 

—Tú no dejas de acariciarme.

 

—...

 

 

 

La mano se detuvo de inmediato, Jimin la miró y luego a Yoongi. Claramente no se había dado cuenta. Y Yoongi saboreó la victoria de ese juego de palabras con una sonrisa suficiente, llena de confianza porque ya mismo era suyo... su mente vacía. ¿Era el tío de Jeongguk? En realidad él no usa siempre su cabeza y sí, sabía que debía dejarlo, alejarse y comportarse, pero... pero... era Jimin, era el caliente castaño de quien se trataba y él deseaba probar. Y es que era ridículamente fácil, como si lo hubiesen planeado, porque Jeongguk no volvería hasta unas horas, no era demasiado extraño el encontrar a Yoongi en casa porque prácticamente pasó todas sus vacaciones allí, y ambos lo deseaban; ninguno era indiferente.

 

 

Se miraron a los ojos unos segundos y luego sintió cómo sus cabellos eran agarrados en su puño.

 

Jimin le dio una mirada de piedra.

 

 

 

—Tengo trabajo que hacer.

 

Pero él no se movió.

 

 

Yoongi sonrió y se tomó la libertad de poner sus frías manos en las caderas de Jimin, tocando el filo de sus pantalones y jugueteando con el cinturón, peligrosamente cerca de su polla y casi ríe desquiciadamente porque todo esto era absurdamente irreal.

 

 

Sin embargo logró mantenerse serio.

 

—A mí realmente no me importa.

 

—Basta —casi sonó como un ruego.

 

—Usted está medio duro —usó esa dulce voz que solía esconder, le habló formalmente, sus labios abultándose adorablemente, y batió sus pestañas mirándole por debajo de estas, creando en conjunto lo que sabía era la debilidad en muchos hombres mayores: inocencia—. No es completamente indiferente.

 

—...

 

—¿Me lo va a negar? —ladeó su rostro, las puntas de sus dedos toquetearon su abdomen y bajaron de nuevo, evitando su polla—, me está mirando como si quisiera...

 

Jimin tenía su respiración pesada.

 

 

 

Los ojos nuevamente brillaban, la tenue luz —el día era gris y el color de las cortinas no era especialmente favorecedor— resaltaba sus facciones, duras y apretadas, todo el cuerpo tenso. Jimin finalmente le soltó el cabello para luego agarrar sus muñecas y levantarle de un tirón no tan gentil.

 

—Continúa.

 

Yoongi mordió su labio inferior.

 

 

Un agarre castigador en su mandíbula ahora y sus piernas temblaron como gelatina.

 

 

—Dilo —masculló—, como si quisiera qué...

 

—Como si quisiera follarme —dijo con voz ahogada.

 

Jimin le observó con detenimiento.

 

—¿Te das cuenta de esto? ¿Crees que está bien?

 

—¿Importa?

 

 

 

«¿Lo hacía?»

 

Jeongguk le había dejado saber muy claramente que estaría encantado de verlos interactuar justo como ahora, con coqueteos intensos y toda esa tensión. Pero una cosa era el aprobarlo abiertamente estando presente y otra muy distinta era que lo aceptase sin ser participante.

 

Pero...

 

 

 

 

 

Joder, esa delgada boca dulce, ese rostro sin sexo, piel de porcelana incluso más pálida que la de su niño, menudo cuerpo, piernas largas, muslos redondos... él había observado a Yoongi y sinceramente le gustaba, solo odió el color de cabello pero no es como que le quedara mal, es más, lucía bastante bien en él. Olía dulzón, las ropas desprendiendo el aroma de las decenas de cigarrillos consumidos y mezclándose con lo abizcochado de Yoongi. Tembló de anticipación. Le tenía a escasos centímetros de distancia, quería besar esos pequeños labios, succionarlos hasta hincharlos, morderlos hasta hacerlos sangar. El chico era tan dócil en sus manos, la fachada perfecta de obediencia que él adora ver fingida, porque sabía cuán insolente podía llegar a ser este muchacho y sin embargo ahí estaba, maleable frente a él, con la boca abierta, jadeando y tratando de recuperar el aliento, sus frías manos en sus pectorales y la mirada perdida... lo deseaba y había decidido probar de él, porque estaba harto, realmente, de solo mirar de lejos. Pero no era estúpido, si iba a hacer esto pues tenía que hacerlo bien, y el primer paso no lo daría él, no iba a hundirse, debía dejar que Yoongi lo hiciera primero.

 

—Solo haz lo que tengas que hacer.

 

 

Y entonces de inmediato tenía esa dulce boca pegada a la suya, el sabor de otros labios casi igual de adictivos era completamente embriagante. Yoongi tenía sus manos en su cuello, empujando hacia abajo para seguir besándolo, las manos de Jimin en las caderas estrechas y ambos dieron un paso que los hizo caer sobre la cama, en ningún momento soltando sus bocas.

 

 

 

 

 

 

El beso húmedo y profundo, duro. Hace muchísimo tiempo que Yoongi no experimentaba algo como esto —la noche con Jeongguk no cuenta, puesto a que fue bastante básico y pésimo—, y entonces el sentir un cuerpo grande y pesado encima suyo le estaba enloqueciendo. Las manos del peliazul tirando del cabello castaño, apretando sus hombros, arañando por encima de las ropas. Las piernas envueltas en la cintura contraria y comenzaron a frotar sus miembros con algo de brutalidad, sacándoles gemidos a ambos.

 

El beso terminó y de inmediato Jimin bajó a su mandíbula, dejando contactos breves y luego arrastrando sus labios a través de la línea hasta llegar a su oreja. Succionó un poco haciendo temblar el menudo cuerpo debajo suyo y se permitió ir hacia el níveo cuello, dejando besos pequeños y húmedos. El peliazul quiso quitar su camisa y él le detuvo.

 

 

Recién cayendo en la cuenta de dónde se encontraban.

 

 

—No en la habitación de Jeongguk.

 

Yoongi pareció no escucharle, pues solo asintió aturdido, extendiendo sus brazos para que él se volviese a acercar.

 

 

 

 

 

Le cargó, haciéndole rodearlo con sus piernas nuevamente y mientras caminaba Yoongi ya estaba dejando succiones en su cuello sin llegar a hacerle daño ni marcarlo. Se besaron y tanteando alrededor dieron con la oficina, no cerraron la puerta y Jimin fue hasta el escritorio, sentándole allí. Arrojó todo al suelo, despejando el sitio y acomodando mejor a Yoongi. Pantalones, zapatos y calcetines fuera, al igual que la ropa interior y se dejó cautivar por las esbeltas piernas delgadas que se abrían para recibirle gustosas entre ellas. Sus manos expertas acariciando la piel suave y tersa, libre de vellos, acariciando la pelvis depilada, sin tocar la dura polla que se alzaba, rogando atención. Más arriba y apenas el marcado abdomen se contrajo ante su tacto, erizándose, él llegó a sus botones y los pellizcó a su antojo, sacando un jadeo acompañado de un gemido a Yoongi, lo hizo hasta ponerlos duros y entonces levantó la camiseta y lamió el derecho, inclinándose y permitiendo que Yoongi casi gritara y tirara de su cabello. Sonrió mordisqueando y lo dejó enseguida.

 

Bajó la cremallera de sus pantalones.

 

 

—Quiero tu boca.

 

 

Por supuesto que la obtuvo.

 

Yoongi de inmediato de rodillas frente a él, sacando su polla y masturbándole mientras lamía la punta con convicción. No, no era la boca de su bunny, no eran sus sedosos cabellos negros los que tenía empuñados, no eran sus cálidas manos, ni tampoco la altura adecuada; era otro niño a sus pies, mirándole mientras él desaparecía obscenamente en sus labios rosas, ahora abiertos y encajando a la perfección con el tamaño de su polla. Él sí pudo tomarlo todo desde un principio. Sin embargo no se sentía correcto. Era excitante como nunca, un nuevo cuerpo que explorar a su antojo, pero no lo sentía suyo.

 

 

Le puso de pie nuevamente y se inclinó sacando lubricante y un condón del cajón del escritorio.

 

 

—¿Sabes qué hacer? —preguntó el chico sin aliento.

 

Claro, Yoongi no sabía nada.

 

 

 

Jimin le sonrió con malicia y separó sus piernas todo lo que estas pudieron. Sí, obviamente esta no era la primera vez del chico, y era bastante experto en el tema; no dulce, provocador y obscenamente adorable como Jeongguk, no, él tenía la madurez de quien ya ha pasado por esto con un sinnúmero de cuerpos, era sensual con toda la intención de ello, no habían lágrimas de placer, solo una mirada oscurecida, no brillante, no adorable, no con ese algo con el que Jeongguk lo miraba. Se sentía jodidamente equivocado y sin embargo no pudo detenerse, preparándole con ternura, sin lastimarle y luego entrando en él sintiendo esa calidez inigualable. Era sexo, era un agujero, era un deseo meramente de carne. No era como cuando se lo hacía a Jeongguk y una vez más se dio cuenta de cuánto le adoraba.

 

Bien, él debía dejar de comparar y simplemente romper al chico sobre su escritorio. Vació su cabeza mientras Yoongi quitaba su corbata y desabrochaba su camisa con desesperación, ansiando tocar, lamer y besar. Pero él no dejó atrás sus pervertidas fantasías, atando sus manos cuando se negó a que cubriera sus ojos alegando que quería verle mientras follaban. Entonces, manos atadas, inutilizándole un poco, dejándole más vulnerable. Ahí estaba, se sentía grande, con Yoongi indefenso, gritando y gimiendo por más, temblando en sus brazos, el agarre castigador en las delicadas caderas.

 

 

Dulce. Definitivamente delicioso.

 

 

 

El cerró sus ojos y fue un grave error, puesto a que comenzó a imaginarse a otra persona, comenzó a ver a bunny y no a kitten que era a quien se estaba follando y las explosiones de sensaciones no se hicieron esperar. Cepillando la próstata de Yoongi, yendo rápido y certero, duro. Kitten apretando alrededor y él dejándose llevar.

 

 

 

 

Entonces enterró su rostro en su cuello y gimió "bunny" dolosamente mientras Yoongi también llegada. Él llenó el condón y el peliazul manchó su abdomen pero nada de eso era relevante.

 

 

Porque los dos se habían quedado quietos al darse cuenta de la tremenda equivocación.

 

Jimin salió de él y ató y arrojó el condón en la papelera evitando mirar el rostro de sorpresa y asco en Yoongi.

 

 

Se aclaró la garganta.

 

 

 

 

—Vístete.

 

—Tú acabas de llamarme bunny...

 

—... vístete.

 

—Tú, maldito pervertido, llamas así a Jeongguk.

 

Él no dijo nada.

 

—Fantaseas con Jeongguk... me jodiste pensando qu-... —se interrumpió.

 

Pero claro.

 

 

 

 

Ahí estaba. Todas las señales que apuntaban a que esos dos tenían algo ahora pasearon lo su cabeza: las miradas confidentes, los diálogos entre líneas, los roces, lo bien jodido que Jeongguk lucía en ocasiones, los moretes, chupones; ahora todo eso tenía jodido sentido. Claro que lo sabía, solo había estado negándoselo. Había estado ahí siempre, por qué es que no lo adivinó-admitió antes.

 

 

—Tú eres su Sugar Daddy.

 

Jimin palideció.

 

—¿Cómo sabes tú eso?

 

—Oh, santa mierda —tapó su boca.

 

 

Jeongguk, su conejito, estaba algo así como que flechado por el hombre que él alguna vez creyó inexistente. Ahora ese cuerpo tenía un rostro. Ojos pequeños, nariz respingada y labios abultados. El hombre que tenía a su conejito caminando en la nubes era Park Jimin, su jodido caliente tío Park Jimin.

 

 

 

Tenía ganas de vomitar.

 

 

 

—¡¿Te das cuenta de lo estúpido que fue esto?! —perdió los estribos—. Oh, joder, ¡¿por qué no me detuviste?! ¡Jeongguk va a matarme como se entere! ¡ÉL ESTÁ TREMENDAMENTE ENAMORADO DE TI Y YO...!

 

 

 

 

Jimin le miró con sorpresa.

 

Bien, él no iba a negar que sabía que pese a todas las discusiones que habían tenido y todos los múltiples problemas por lo que pasaron, Jeongguk gustaba de él y le tenía un poco de demasiado cariño. Pero él nunca le dijo algo como eso, nunca había oído las palabras de Jeongguk porque sabía que no le amaba en igual forma. Se lo había dicho, que él podría enamorarse de alguien como Jimin pero que no podía y no quería hacerlo, dejándolo en el limbo de sentimientos encontrados. Ahora la declaración de Yoongi le dejaba descolocado. ¿Jeongguk estaba realmente enamorado de él?, ¿cómo es que nunca se dio cuenta? Jeongguk no parecía especialmente dependiente de él emocionalmente. De hecho, su bunny no era dependiente de él en ningún sentido. Sabía que le había pedido que le permitiese quedarse con él porque odiaba Busan y además aquí lo tenía todo, odiaba a sus abuelos y había sido mera conveniencia, sabía que odiaba a Irene porque sus personalidades eran muy chocantes, que no le gustaba que la tocase porque odiaba compartir. O así lo había visto él, solo engañándose por la inseguridad que Jeongguk le provocó adrede. Porque tal vez le rogó quedarse en Seúl con él porque no quería alejarse, tal vez estaba celoso de Irene porque ella tenía un título, oficialmente su esposa y él no lo soportaba porque lo quería para sí mismo, tal vez realmente no quería que tocara a Irene por miedo a enamorarse de ella, o embarazarla y definitivamente dejarle a un lado de su vida. Pero es que todo era tan confuso, Jeongguk había estado burlándose de Jimin y sus sentimientos, disfrazando los reales y sustituyéndolos con otros que no lo dejaran tan en evidencia... y solo para joder su cabeza.

 

 

 

 

—¿Tú no lo sabías?

 

—... —negó, una cálida sensación subiendo por sus entrañas.

 

 

 

No importaba nada más. Jeongguk estaba enamorado de él, no podía pedir otra cosa ni tampoco enfadarse por haberlo confundido tanto tiempo.

 

 

 

—¿Él te... Jeongguk te dijo eso... que estaba...?

 

Yoongi sonrió con algo de tristeza.

 

 

 

 

 

Así que ellos realmente tenían eso de los sentimientos.

 

Yoongi fácilmente desplazado.

 

Ambos se querían y él era nadie.

 

—Tengo ojos, Jimin —le dijo poniéndose sus ropas—. La forma en la que habló de ti... además él no es un buen borracho, a veces dice cosas.

 

—¿Pero él jamás te lo ha dicho?

 

 

 

Había inseguridad allí. Al parecer Jeongguk no era el único verdaderamente afectado por todo lo absurdo de la situación, Jimin también dudaba. ¿Es que acaso ellos no hablaban nunca? Se suponía que eran inseparables, ¿cómo es que existe esa inseguridad en ambas partes?

 

—No explícitamente —se sinceró.

 

El castaño asintió.

 

 

 

Mordió su labios y frotó sus manos con nerviosismo, consciente de la aun inmensa estupidez de la última hora.

 

—Él no puede enterarse —cambió de tema.

 

—Claro que no —Yoongi estuvo de acuerdo—. ¿Quieres que me corte en pedacitos?

 

 

Se escuchó un coche estacionarse fuera.

 

 

 

 

 

Notas finales:

Fechas de las actualizaciones:

| Mine | 2 de Abril

| Sorry | 4 de Abril

 

Y aquí está, esta perra irresponsable xD

Antes de que le digan algo a Yonnie xD mejor espérense al siguiente cap 7w7 que Jeongguk se va a encargar de eso.

 

Ese JimSu asdfghjklñ este cap no me convencía para nada y miren no más con lo que salí xD me gustó. Y si no lo puse mejor explicado es porque la couple de este fic es JiKook, entonces no me puedo dar el lujo de meter otras couples :c así que disculparme ese intento de lemon xD

 

Sin más, hasta mañana c:


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).