5 DÍAS DESPUÉS.
POV TORI
1 semana.
Ha pasado 1 semana desde que me secuestró, me amenazó con un arma, me disparó, me pidió perdón y que confiara en ella.
Exactamente 1 semana.
Y desde nuestra queridísima pelea en el auto donde me dijo que no teníamos destino fijo, no nos hemos hablado. Bueno... Claro que hablamos, pero sólo para lo necesario, desde un "Ya desocupé la ducha." hasta un "¿Quieres algo de la tienda?" y es todo.
Y les puedo decir que me está matando.
No quiero seguir asi, quiero hablar con ella, conocerla, y aunque no tengamos destino fijo, pasarlo como si fueran vacaciones y no pensar en cómo una mafia poderosa le puso precio a nuestras cabezas.
Es increíble cómo la que debería ser mi prioridad, es lo que menos me importa justo ahora. Y lo que debería de preocuparme menos, es mi mayor prioridad.
Jade no es del todo lejana conmigo, ha estado bastante fría y callada a comparación de algunos otros días, pero aún se preocupa por que mi herida en el hombro sane, y cada noche se da a la tarea de límpiarla, desinfectarla y cambiar el vendaje con sumo cuidado, lo que me dice que no todo está perdido, quizás haya alguna forma de también sanar la herida de nuestra jodida relación.
¿Relación?
Ah... Relación de amistad... ¿Cierto? ¿O relación de conocidas? ¿O existe una relación de mafiosa-víctima?
Oh, muy bien, Victoria, ahora haces chistes sobre ésto. Que bien que le sacas el lado bueno a las cosas.
Una pequeña y mínima risa involuntaria se me escapa de mi boca pero en tanto sale la cierro cellando mis labios. Claro que no pudo pasar desapercibida por mi piloto que me mira curiosa y levanta su ceja perforada, cuestionándome. La miro por unos segundos y luego me volteo para seguir hundida en mis pensamientos. Ella tampoco hace mucho por curiosear y continúa con su mirada enfrente. Mis ojos involuntariamente se mueven con cautela y discreción total a mi izquierda para apreciar un poco la figura de mi compañera, a simple vista puedo ver que está muy tensa, su espalda está un poco arqueada, su cuello levemente inclinado, la cabeza caída hacia enfrente, los músculos de sus brazos sobresaliendo y finalmente sus manos, que aprietan tanto el volante que sus nudillos comienzan a ponerse blancos.
-Deja de verme, me pones ansiosa - Literalmente casi me escupe esas palabras, me encojo en mi asiento y vuelvo mi mirada hacia enfrente.
-¿Jade? ¿Estás... Bien? - Me animé a preguntarle, así cruzando el muro de hielo que nos estaba separando éstos últimos días. Ella me mira de reojo y luego vuelve su mirada enfrente retorciéndose incómoda en el asiento.
-No me hables.
Atiné a poner mis ojos en blanco y abrir mi boca en sorpresa. Eso fue rudo. Me acomodo en mi asiento y me recargo en la ventana, tratando de darle la espalda. Me fui callada y tratando de ignorar a mi compañera por el resto del camino pero algo dentro de mí se sentía triste y no entendía porqué. Según vi en los letreros repartidos en la carretera, faltan al menos 20 minutos más para llegar a Albuquerque, dado que son las 8 pm, adivinaré y apostaré a que nos quedaremos aquí hasta mañana.
o-o-o
Llegamos a un hotel muy bonito que, según dijo el botones que nos ayudó con nuestro equipaje, es uno de los hoteles más demandados en Albuquerque. Nos dio un breve intro, de dónde están ubicadas ciertas salidas o puntos de interés, y claro que nos dijo del increíble bar ubicado en el techo del hotel, no soy muy tomadora realmente, pero creo que podría ir a ver qué tienen. Jade ha estado como ausente todo éste tiempo, de hecho, al momento de estar reservando y pagando, la señorita tuvo que repetirle amablemente varias preguntas porque Jade parecía ida, pensando en otra cosa sin prestar atención, así que con la mínima experiencia que tenía de escucharla en nuestros anteriores hoteles, tuve que meterme y contestar algunas preguntas y despertar a Jade de su ensoñación para que realizara el pago correspondiente.
El botones se detuvo frente a la puerta de la que sería nuestra habitación y la abrió sin problemas. Me quedé estupefacta al ver lo hermosa que era la decoración y toda la habitación en sí.
El piso alfombrado, un pequeño sillón en la esquina derecha frente a la puerta, seguido de un mueble con una televisión encima, y a su lado un mueble que por lo que veo es para poner nuestras cosas, y terminando con la cama en medio de toda la habitación, ubicada justo frente a la televisión.
Sí, la única cama matrimonial.
Para nuestra mala (¿O buena?) suerte, justo como el botones dijo, el hotel estaba a reventar y lastimosamente ya no quedaban habitaciones dobles, sólo camas matrimoniales que al final tuvimos que aceptar porque era eso o dormir en el carro.
El botones dejó todas nuestras pertenencias, me otorgó la llave y con una reverencia y un "Disfruten su estadía, señoritas" nos dejó solas. Justo iba a empezar a gritar sobre lo hermoso que era éste lugar cuando me detuvo ver a Jade tirada boca abajo en la cama.
-¿Jade? ¿Estás bien? - Repetí por segunda vez en el día sólo para ser recibida por un leve ronquido de su parte, anunciando que se había quedado dormida. Sonreí levemente y me dispuse a sacar mis cosas de la maleta para darme una necesitada y merecida ducha.
Ahora que Jade casi no me habla, tuve que buscar en Internet cómo bañarme con el vendaje o la gasa puesta para que no afecte mi herida, agarrando un poco de práctica ya no se me dificulta mucho. Tomé todo lo necesario y tranquilamente me dirigí al baño confiando en que Jade no se molestaría si tomo una ducha de al menos 1 hora.
o-o-o
Para cuando decido cerrar el agua, mis dedos, tanto de las manos como de los pies, están hechos pasita; salgo de la ducha envuelta en una toalla y cuando checo mi teléfono, veo que han pasado al menos 45 minutos desde que entré.
Mucho tiempo pero bastante merecido, para poder relajarme y sobre todo pensar.
Claro que mis pensamientos no van a otra cosa que no sea Jade, últimamente he estado encontrándome a mí misma sonriendo involuntariamente cuando Jade hace un berrinche porque el carro no prende adecuadamente el aire acondicionado, o mirando de más cuando sale de la ducha con el cabello mojado y nada más que una blusa interior negra bastante pegada y unos pantalones igualmente negros de Batman un poco más flojos, o sintiendo extrañas sensaciones cada que Jade me mira, o sintiendo unas descargas eléctricas cada que me toca para limpiar mi herida.
Estoy tan metida en mis pensamientos pero eso no impide que cuando salgo de la ducha y busco a la culpable de mi desastre mental no encuentre a la Bella Durmiente en la cama como la dejé cuando me metí a bañar.
Busco entre sus cosas y veo que tanto su cartera como su celular están ahí. Las cosas más importantes siguen aquí, lo que quiere decir que volverá... ¿Pero por qué me siento tan ansiosa?
*Le dí al menos 20 minutos para que regresara pero no lo ha hecho y mi ansiedad creció, ha estado ausente desde que me dijo que no le hablara en el carro, ausente y ajena a todo desde que llegamos al hotel, al grado de que de verdad no escuchaba su alrededor.
A la mierda todo, no esperaré a que llegue 1 hora después como si nada.
"O a que no llegue" Me grita mi conciencia. Y la ansiedad volvió, ¿Y si pasó algo? ¿Y si por fin nos encontraron y se la llevaron?
Mierda, ¡No!
Me pongo los primeros jeans que encuentro y una blusa de manga corta, importándome poco que mi cabello siga algo húmedo y no lleve nada de maquillaje, tomo unos tenis y me doy a la carrera de moverme lo más rápido que puedo entre las habitaciones. Pasé a recepción a preguntar si mi compañera de cabello negro ha pasado por ahí pero me dijeron que no la habían visto, el guardia de seguridad tanto del estacionamiento como el que resguarda la puerta principal del hotel tampoco la han visto. Mi ansiedad crece y estoy a nada de arrancarme el cabello cuando una idea pasa por mi mente.
El bar.
Comienzo de nuevo mi carrera para subir hasta el techo, el elevador es tan lento que juro que estoy a nada de quitarle el techo y subir yo misma.
Después de lo que pasó como una eternidad, llego al techo, un mesero me da la bienvenida y me abre el paso al bar; hay mucha gente, algunos bailando, otros divirtiéndose a su manera en el pequeño jardín, otros hablando en los sillones esparcidos por todo el lugar... Y una pelinegra sentada junto con muchas más personas en la barra.
Me encamino lo más rápido que puedo pasando por los jardines y los sillones y hasta la pequeña amaca que tiene el lugar, si no estuviera tan asustada y ansiosa, me hubiera detenido a detallar el lugar y a admirarlo como se debe, pero justo ahora, mis pensamientos se detienen en una sola persona.
-Jade - Hablo cuando por fin llego a la barra. Ella se sorprende y me mira con los ojos llorosos. Una media sonrisa aparece en su rostro y luego se voltea a un hombre que por sus ojos rojos me atrevo a decir que ha tenido más de 3 viajes en la noche.
-Es ella - Sonríe y el hombre murmura algo incoherente debido a su nivel de ebriedad y drogadicción.
-Jade - Hablo un poco más autoritaria - Vámonos.
-No quiero... - Arrastra muchísimo las palabras - Me estaba comenzando a divertir con Arnold - Su lengua trastabillea y logra decir algo parecido a "árbol" con muy mala ortografía, de haber estado en otra situación me hubiera carcajeado, pero ésto claramente estaba mal y me comenzaba a preocupar su estado y sus ojos rojos aún lagrimosos. Quién sabe cuántas cosas le habrá dicho al drogadicto que cualquier otra mala persona pudo escuchar y entonces sí estaremos en aprietos.
-Jade - Me importa poco levantar la voz - Nos vamos, ahora - Tomo su brazo para ayudarla a pararse pero luego cae medio inconsciente a mi lado y sobre la barra. El bartender me mira y le hago señas para que se acerque - ¿Qué tanto tomó? - El joven mira a mi compañera y luego asiente para traerme la cuenta, tomó bastantes bebidas, entre ellas whisky, vodka, tequila, ron y unas cervezas. No me sorprende verla en éste estado en tan poco tiempo, se cruzó de la peor manera; me pregunto qué carajo pasó para que llegara a éste grado. Tomo la billetera de Jade que guardé en mi bolsillo trasero para darle el número de cuenta al que debían cargar, vaya la redundancia, la cuenta y procedí a tratar de cargar a una casi inconsciente Jade.
La diferencia de altura y peso era algo diferente y se me estaba dificultando mucho cargarla, pero con la ayuda del mesero de la puerta, la pude transportar más fácilmente al elevador.
-Yo me encargo de aquí, muchas gracias.
-A usted, y cualquier cosa o inconveniente no dude en llamar a recepción, estarán felices de ayudarla - Me da una sonrisa y una reverencia para luego desaparecer por las puertas del elevador, presiono el número de nuestro piso y en lo que llegamos me dispongo a tratar de despertar a Jade. Logra balbucear algo y yo ruedo los ojos, fastiadiada de verla en éste estado, ¿Qué tanto habrá dicho allá arriba?
Cuando por fin llegamos a nuestro destino, las puertas del elevador se abren y arrastro a Jade junto conmigo, estamos avanzando, yo concentrándome en los pies de mi compañera cuando luego susurra algo.
-Jackson... - Yo me detengo porque es la primera vez que la escucho decir ese nombre, mi ceño se frunce y la volteo a ver cómo puedo.
Lo que veo me alerta por completo.
Jade está llorando con fuerza, su cara reflejando dolor puro. Trato de avanzar lo más rápido que puedo entre las habitaciones para llegar a la nuestra y poder recostarla en la cama.
Pero otro susurro me hace volver a detenerme.
-Lo siento... - Con el ceño fruncido y con mis ojos comenzando a quemar me dispongo a avanzar unos metros más para llegar a la puerta de nuestra habitación, con ella aún llorando fuertemente y susurrando el nombre de Jackson seguidos de muchos "lo siento", "lo lamento".
La puerta se abre y me apresuro a colocarla con la mayor sensibilidad del mundo en la cama. Una vez acostada se voltea sobre su lado izquierdo dándome la espalda y comienza a llorar con más fuerza. Rodeo la cama para poder posarme en el lado derecho y poder verla frente a frente.
Y lo que vi me destruyó.
Jade abrazaba fuerte la almohada, y lloraba mientras se balanceaba ligeramente, su rostro era de dolor puro, y su boca abierta susurrando: "Lo lamento", "Perdónenme", "Jackson".
Siguió llorando por al menos 30 minutos más con la misma intensidad. Nunca vi a alguien tan... Desgarrado.
Después abrió los ojos e hizo arcadas, señal de que en cualquier momento vomitaría, pasé por encima de su cuerpo para alcanzar el bote de basura que estratégicamente coloqué en su lado antes de subirme a la cama con ella, y se lo di. Ella se sentó y expulsó todo el acohol que pudo mientras yo sólo le sobaba la espalda y hacía círculos con mi mano. Finalmente se detuvo y antes de que tirara el bote, lo tomé y lo dejé en el piso, ella volvió a acostarse y su rostro de dolor volvió, tomé un pequeño papel para limpiar los rastros de vómito que le quedaron, finalmente le hice cariños en la cabeza hasta que su respiración se volvió pesada anunciando así que dormiría. Me levanté y le quité las botas, la arropé y yo me cambié a mi ropa de dormir, Jade seguía balbuceando en sueños. Me acosté y cuando tuve todas las luces apagadas la miré, una tenue luz de fuera alumbraba un poco su cara, tenía el ceño completamente fruncido, sus manos se aferraban a la almohada y seguía susurrando cosas sin sentido. En un acto de completa inocencia, le coloqué mi dedo índice entre sus cejas e hice un poco de presión, lo más suavemente que pude, su ceño se aflojó un poco y sonreí para mis adentros.
Me acomodé mejor en la cama y aunque los balbuceos sin sentido seguían, cerré mis ojos, dispuesta a caer en brazos de Morfeo, cuando me dí cuenta que sus balbuceos no eran cosas sin sentido.
Porque la escuché.
-Mamá...