POV JADE
El campo está bastante bien cuidado a pesar de tener bastante tiempo operando. Por suerte, hoy no hay novatos estúpidos a los cuales soportar.
Me dirijo a una de las mesas que están por detrás de las ventanillas de tiro, donde están colocadas 5 tipos diferentes de armas.
Tenemos una pistola pequeña M9, una G18, una Scorpion, una escopeta y una AK-47 en ese orden. Los encargados de éste campo de tiro sacan nuevas armas cada día y las colocan en la mesa junto con la munición que ellos creen necesaria. Éste día son esas. Vengo a relajarme, así que voy con una tranquila. Tomo la M9 y me dirijo a la mesa de municiones, coloco las suficientes dentro del arma y la preparo colocándole el seguro mientras me dirijo a la ventanilla, presiono los botones correspondientes en el control que está en ella para seleccionar la modalidad "normal" para luego colocarme los lentes de seguridad seguidos por las grandes orejeras que cubren por completo mis oídos y me preparo justo para, segundos después, presionar "Start".
Después de unos ruidos y movimientos de maquinaria, sale un papel con sombra de un hombre empuñando un arma impresa a unos 30 metros de mí, es ahí cuando comienzo a disparar.
Primer tiro: En la cabeza.
Segundo tiro: En donde se afigura estará su ojo izquierdo.
Tercer tiro: En el cuello.
Cuarto tiro: En el pecho.
Quinto tiro: En el corazón.
No me tomen a mal, he acabado con tantas víctimas a lo largo de mi trabajo que lo veo como algo perfectamente normal. Al principio sí es difícil, porque, quitar la vida de otra persona por tus propias acciones es algo muy pesado, no creo que haya otro sentimiento tan horrible como ese. Yo, sin embargo, siempre vi a mis víctimas como un trozo de carne. Diría que los veo como animales pero soy menos capaz de dispararle a un animal que a una persona...
¿Saben?, a veces es mejor simplemente hacerlo y ya, sin pensar en el asunto. Entre más pienses más es difícil acabar con todo.
Aunque a veces el mismo odio te hace cegarte y ser sangre fría en toda la expresión de la palabra. El odio es de los peores sentimientos que existen en el mundo, sin embargo, yo estoy cargada de ello, claro que tengo mis razones para ser así. Antes yo era una persona bastante feliz y llena de vida, contrario a hoy en día. Tenía razones para ser una mejor persona cada día y llenarme completamente de felicidad. Ahora tengo razones para ser mejor cazadora cada día y poder terminar con todo finalmente. El levantarme día a día tiene un solo propósito y cuando termine con él, todo acabará.
Se acaban las balas dentro el arma que está en mis manos y casi automáticamente voy a recargarla hundida en mis pensamientos, para después presionar una nueva modalidad en el control y presionar "Start", justo después un muro pequeño sale de entre la pared y saca una cabeza de mármol de nadie en específico y comienzo a disparar el arma rápidamente, una bala tras otra sin trastabillar.
El odio te consume día a día y es difícil encontrar otro sentimiento que lo reemplace. ¿Qué? ¿El amor? JA. Como si esa jodidez existiera en mi puta vida. El amor no existe, y cuando lo hace, te lo arrebatan. El amor es una pendejez que usan los débiles para excusar su debilidad.
La última bala se escapa del arma en mis manos y yo descanso un momento.
Vaya que pienso demasiado y más de lo que debería.
Me remuevo las orejeras seguidas de los lentes y cierro los ojos colocando una mano en mi cabeza, otra vez los jodidos pensamientos me atacan. Debo de respirar porque si no, después se complica todo.
-Geeeez... Espero que nunca te enojes conmigo - Suspira una persona en la puerta.
-Eres un idiota, Oliver, déjame en paz, maldita sea. ¿Ahora resulta que me sigues?
-Wow - Otra vez levanta sus manos en forma de rendición - Tranquila. Nunca dije que te estuviera siguiendo. Casualmente hoy también quise venir al campo a practicar un poco.
-¿"También"? No, Oliver, yo no practico, no tengo nada que practicar - Digo sarcásticamente mientras dirijo el arma a la mesa donde estaba inicialmente.
-Vaya que eres arrogante - Suelta él en un tono irritado.
-No puede importarme menos - Respondo mientras me encojo de hombros. Beckett se dirige a la misma mesa y toma la escopeta para luego dirigirse a la mesa de municiones y empezar a cargarla.
Suspiro fuertemente mientras tomo la Scorpion y la comienzo a cargar.
-¿En qué pensabas? - Suelta de la nada Beck que se encuentra a mi lado.
-En nada que te interese.
-¡Oh, vamos, West! - Suelta en un tono bastante irritado y levantando la voz mientras deja el arma en la mesa y recarga una mano en ella para girarse y encararme - ¿Crees que no sé que algo te pasa? Cada vez estás más rara, siempre pareces tener una discusión interna y te pones más cínica que de costumbre. ¿Crees que no me preocupo por ti? ¿Crees que ayer cuando ignoraste completamente al Jefe por estar sumida en tus pensamientos no me dejó totalmente preocupado? Y ahora disparas a lo estúpido mientras tienes una batalla interna, ¿Qué quieres? ¿Que lo deje pasar simplemente? ¿Que no me preocupe por ti?
-¡Sí, Beckett, justamente eso! ¡Déjame putas en paz! - Estallo encarándolo igual.
-¡Pues no! ¡No puedo simplemente alejarme!
-Mira, Oliver - Digo en tono irritado mientras empuño en mi mano derecha la Scorpion y me pongo frente a él con la mesa a sus espaldas, lo tomo por el cuello de la camisa y coloco la boca del arma bajo su barbilla - Me tienes harta, deja de meter tu jodida nariz en lugares donde no te interesa y mejor concéntrate en aprender a limpiar tu maldito culo - Por fin lo suelto y alejo el arma de su cara. Sí, no debería de hacer eso, si el arma se disparaba por accidente o algo las iba a pagar caro, y no solo con la seguridad del campo, ni con el Jefe, si no con mi propia mente.
Me dirijo de nuevo a la ventanilla y coloco el código anterior para luego colocarme la seguridad correspondiente y presionar "Start".
Otra cabeza de mármol aparece y comienzo a disparar sin soltar el gatillo una sola vez. Sé que Beckett sigue en el mismo lugar shockeado y tratando de digerir lo que acaba de pasar.
Pero ya me tenía harta.
Hago unos 3 rounds más con la Scorpion ignorando a Beck que de igual manera me ignora. Después de cansarme lo suficiente, coloco el arma que está en mis manos en la mesa y la desarmo, para luego presionar el botón "OFF" en el control que usé y dirigirme a la puerta, tratando de ignorar la triste mirada que me dirige Beckett.
Bueno, no es mi culpa que haya desarrollado sentimientos por mí.
Ese es problema de él.
Salgo del campo y me dirijo a la salida.
-¿Terminaste? - Me dice cálidamente Alicia, que obviamente contrasta con mi caracter en éstos momentos.
-Sí - Escupo con irritación.
-¿Beck sigue adentro? - Pregunta con algo de emoción en su voz.
Obviamente la hueca de Alicia debe de tener algo por Beck.
-Sí - Vuelvo a escupir. Me doy una bofetada mental al momento de abrir la puerta de entrada y suelto un suspiro de resignación - ¿Sabes qué hora es, Alicia? - Pregunto lo más dulce posible.
-Ajam, son las... 3:38 pm - Abro los ojos con sorpresa, ¿Tanto tiempo en ésto? ¿De verdad?
-Bueno, gracias, Alicia, nos veremos luego - Digo tratando de esforzar una sonrisa y por fin saliendo del recinto. Me dirijo a mi carro y arranco dirigiéndome a mi casa.
Ya estando allá me preparo algo de comida y después de haber terminado con ella, me acuesto en mi cama tratando de enfríar mi cabeza. No pasa mucho tiempo en lo que estoy mirando en blanco al techo que un timbre me saca de mi trance.
Es mi teléfono de trabajo.
Levanto mi brazo en busca de él en la mesita de noche al lado de mi cama y contesto:
-¿Diga?
-¿Jade? - Habla una voz masculina y nasal que de inmediato reconozco.
-Yo, Sinjin - Saludo casualmente.
-Aquí tus archivos dicen que se te dieron 3 días de descanso pero un nuevo trabajo importante surgió y el jefe pide verte a la brevedad posible.
Mis ojos se abren grande y mi cuerpo se tensa notablemente.
-¿Un nuevo trabajo? ¿Por qué yo?
-Es importante y confidencial según me dijo Danny. No puedo contestar esa pregunta. El Jefe te estará esperando, preséntate a la brevedad, por favor.
-E-está bien, gracias - La línea se corta y lo único que puedo hacer es sostener el teléfono en mi oreja gracias a la sorpresa.
¿Un nuevo trabajo? ¿En mis días de descanso? ¿Importante y confidencial? Ésto nunca había pasado.
Sin pensarlo mucho más tomo lo necesario y salgo de mi casa con rumbo a la fábrica donde me esperan.