Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Broken por LaylaRedfox

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Almuerzo donde Oikawa mete la pata, y casi no vive para contarlo

Disclaimer: Haikyuu!! Es propiedad de Furudate-sensei

[Bokuto x Oikawa]

.

Broken

III

Los cuatro muchachos se giraron a ver a Bokuto y a Oikawa cuando el primero gritó ese par de nombres. El más bajo de ellos tenía una gorra roja, que le ocultaba los ojos. Tuvo que levantar la visera para ver mejor, y cuando vio de quien se trataba, una sonrisa gigante apareció en su cara.

—¡Bokuto-san! — exclamó Hinata con un brillo sinigual en los ojos.

Pero entonces sus ojos se posaron en Oikawa, razón por la cual los acompañantes de Hinata ya habían retrocedido un par de pasos.

—Oigan, no muerdo ¿saben? — dijo Oikawa indignado.

Ignorando a Oikawa, Bokuto avanzó hacia el grupo, y se dirigió hacia el más alto, quien intentó escapar, pero fue atrapado en el abrazo de oso de Bokuto que le estaba dando, Hinata también estaba siendo estrujado por los brazos del mayor.

—¡Que sorpresa que estén aquí! — dijo Bokuto soltándolos —. ¡No tenía idea de que vendrían!

—Creo que su idea era que no lo sepas, Boku-chan... — murmuró Oikawa.

Entonces sus ojos se toparon con los de Kageyama y tuvo que contenerse para no lanzarse a matarlo. Huir ya no era una opción, ya lo habían visto, no había caso, si lo hacía quedaría como un cobarde. Pero tampoco se comportaría de una forma falsa. No tenía caso fingir el hecho de que tener cerca a los ex cuervos del Karasuno le agradaba, pero tampoco iba a portarse hostilmente, por el momento. Pasar tiempo con tipos pacíficos y sinceros como Bokuto y Kenma le había dado una perspectiva diferente a su vida. Kuroo no contaba porque él era tan o más retorcido que Oikawa.

Al final, solo sonrió con sorna.

—Hey, Tobio — saludó con la barbilla en alto.

—Oikawa-san — dijo Kageyama devolviendo el saludo.

Oikawa miró a los otros chicos.

—Chibi-chan, Tsukishima-kun, Yama-kun — saludó todavía sonriente —. Tanto tiempo.

Los demás asintieron.

—No los veo desde las nacionales de hace un mes — dijo Bokuto sonriendo —. Los campeones decidieron venir a Tokyo, ¿ah?

—Bueno, ya que a todos nos ofrecieron la oportunidad pensamos que sería buena idea — dijo Kageyama encogiéndose de hombros.

Oikawa arqueó una ceja.

—¿A ti también, Yama-kun? — preguntó con curiosidad.

—Bueno, si me quedaba en Miyagi iba a estar solo — dijo el pecoso rascándose la nuca.

—Oh, cierto que Yacchan ya está aquí, ¿verdad? — dijo Bokuto agrandando los ojos, para luego subir y bajar las cejas mirando a Yamaguchi con picardía —. No puedes estar lejos de tu novia, ¿eh? Yamaguchi-kun.

Le dio varios codazos mientras Yamaguchi se sonrojaba.

—N-No es-

—Claro que es cierto — cortó Tsukishima, con expresión neutra y las manos en los bolsillos del abrigo —. Desde el jueves has estado agonizando por tu pobre soledad.

—Es que nosotros no significamos nada para Yamaguchi — lloriqueó Hinata dándole al nombrado un golpe en el hombro.

—¡No es eso! — exclamó Yamaguchi — ¡Y yo no soy tan dramático!

—Lo eres — le contradijeron Tsukishima y Kageyama a la vez.

—No me están ayudando.

Oikawa se sintió levemente contagiado por el compañerismo de los pequeños cuervos -ya no tan pequeños de hecho, Kageyama y Yamaguchi ya eran dos centímetros más altos que él, y Tsukishima ya rozaba los 2 metros de altura. Incluso Chibi-chan parecía haber rebasado el metro setenta-.

—Ah, como sea — dijo Bokuto —. Entremos de una vez ¿Necesitas ayuda con eso, Hinata?

—¡Ah! ¡Gracias, Bokuto-san! — dijo el pelirrojo al ver como Bokuto lo ayudaba con una de sus enormes maletas y la comenzaba a arrastrar hacia el edificio.

Era raro ver a Hinata con tremendo equipaje, considerando lo pequeño que era. Aparte de esa maleta tenía otra igual de grande, una más pequeña, y una mochila.

—Boku-chan como siempre tan atento... — comentó Oikawa caminando a su lado.

Cuando ingresaron al vestíbulo no había señal del sujeto que siempre estaba tras mostrador de porcelana y cristal, por alguna razón. En el momento que entraron, las puertas de uno de los ascensores se abrieron y de ahí quienes salieron, para sorpresa de los 6 que acababan de entrar al vestíbulo, fueron Kuroo, Iwaizumi y Yachi, quienes reían animadamente.

Bokuto era el más cercano a Yamaguchi en ese momento, y tuvo que dar un paso a su izquierda para alejarse del aura oscura que desprendía su cuerpo, que apareció de la nada. Tsukishima se mantenía impasible, como si ya hubiera visto esa faceta durante mucho tiempo por lo que ya parecía acostumbrado.

Los recién llegados dejaron de reírse cuándo vieron a los muchachos.

—¡Ah! ¡Chicos! — sonrió Yachi feliz — ¡Yamaguchi!

En cambio, Kuroo frunció el ceño y el semblante de Iwaizumi se oscureció.

—¡Ustedes, par de idiotas! — señaló a Bokuto y a Oikawa — ¡¿Dónde rayos han estado?! ¡¿Tienen idea de la hora que es?!

Los otros dos inclinaron la cabeza a un lado.

—¡Es hora del almuerzo! ¡Estúpidos! — exclamó Kuroo enojado.

Oikawa y Bokuto parpadearon.

—¡¿Qué?!

Iwaizumi caminó hacia Oikawa a la velocidad de la luz y le plantó un puñetazo en la cabeza. Bokuto trató de huir, pero Iwaizumi lo alcanzó y le dio un codazo en el estómago que lo dejo en modo K.O.

Los menores retrocedieron, sin entender que rayos acababa de pasar.

—¿Lo normal no sería que el que debe quedar inconsciente es Oikawa-san? — soltó Kageyama al aire arqueando una ceja.

Tsukishima y Hinata se tuvieron que cubrir las bocas para no estallar en carcajadas. Oikawa lo asesinó con la mirada.

—N-No estoy inconsciente... — se quejó Bokuto reincorporándose.

—Perdimos la noción del tiempo ¿Sí? Lo sentimos — se disculpó Oikawa por los dos.

—Idiotas, Iwaizumi ya estaba por llamar a la policía — les dijo Kuroo cruzándose de brazos.

—Ese eras tú, idiota — le recriminó Iwaizumi.

Kuroo bufó, entonces miró a los cuervos.

—Ah, bienvenidos muchachos — saludó con una sonrisa torcida.

El cuarteto de Karasuno saludó al mismo tiempo, aunque con diferentes formas de saludar a Kuroo de hecho.

—Agh, que mal huelen — se quejó Iwaizumi con el dorso de la mano sobre la nariz.

Sin previo aviso tomó a Oikawa y a Bokuto de los cuellos de sus respectivas camisas y los jaló hacia el ascensor.

—Yo le dije que olía mal — señaló Bokuto con la cabeza hacia Oikawa.

—Para que sepan, yo huelo a rosas todo el tiempo — dijo Oikawa un poco indignado.

—Díselo a tu desodorante, chico lindo — comentó Kuroo caminando tras ellos.

Una vez dentro del ascensor, Kuroo detuvo las puertas con el brazo y se dirigió a los menores.

—Nos vemos en un momento en el almuerzo, Yacchan, muchachos — dijo con una sonrisa torcida que solo él sabía hacer.

Los chicos dieron un respingo, mientras Yachi asentía sonriendo. Entonces Kuroo dejó que las puertas se cerraran, y ahí fue cuando Iwaizumi soltó a Bokuto y a Oikawa. Bokuto hubiera comentado que era increíble como Iwaizumi podía arrastrarlos de esa manera considerando que ambos eran más altos que él, pero valoraba su vida así que se abstuvo de hacerlo. En cambio, comentó otra cosa.

—Hmm, es una sorpresa que no hayas golpeado a Kageyama-kun — le dijo a Oikawa.

—Sí, yo pensaba que cuando se vieran empezarían a pelear como perros — secundó Kuroo divertido.

—¡Ganas no me faltaron! — exclamó Oikawa —. El mundo está en mi contra últimamente.

—Siempre lo está — dijo Iwaizumi.

—Primero — continuó Oikawa ignorando a su amigo —, esos mocosos ganan el torneo de primavera, e intenté olvidarlo, en serio, porque cuando salió la noticia de Ushiwaka pensé que eso superaba todo, ¡pero entonces! ¡Llegan esos niños y…!

—Cielos hombre, son solo dos años menor que nosotros — le cortó Iwaizumi —. No hables como Kuroo, que me hacen sentir viejo.

—Yo no hablo como viejo.

—Sí lo haces, bro.

Oikawa dio un grito ahogado jalándose los cabellos, como si así hiciera que se fueran sus problemas.

Sí, tal vez pensó que no comportarse hostilmente con Tobio y los demás era lo mejor, pero muy en el fondo a Oikawa le hubiera encantado lanzarse y matar a ese maldito kouhai que lo perseguía hasta en la misma ciudad.

—Espera — dijo cayendo en la cuenta de algo — ¿Dijiste ‘almuerzo’?

Miró a Kuroo interrogante, y el más alto sonrió con superioridad.

—Suga y Kiyo-chan harán un almuerzo para los pequeños cuervos, y nosotros estamos invitados.

Oikawa se le quedó mirando mientras Bokuto agrandaba los ojos y una enorme sonrisa aparecía en la cara.

Cuando las puertas del ascensor se abrieron en el décimo cuarto piso, Oikawa salió furioso y caminó por el pasillo hasta el departamento número 1404.

—No, de ninguna manera, no, no y no — decía mientras caminaba.

—Por Dios, Oikawa — le regañó Kuroo —. Es un almuerzo hecho por Kiyo-chan, no puedes decirle que no.

Tooru abrió la puerta que nunca tenía el seguro puesto, se quitó las zapatillas deportivas furiosamente y se adentró en el departamento.

—Aunque me duela, me niego a estar en la misma habitación con esos sujetos — dijo con el ceño fruncido.

Iwaizumi entró antes que Kuroo.

—¿Sabes que estas siendo infantil? — le cuestionó —. Pensé que habías hecho un progreso al no golpearlo nada más verlo.

—Mis puños están reservados para Ushiwaka, Tobio no lo vale — Oikawa se quitó la playera sudada frente a la puerta del baño. Su torso sudoroso se había secado y sentía el cuerpo frio —, como no vale mi tiempo almorzar con él.

—En primer lugar, todos estaremos ahí — señaló Bokuto entrando, con el calzado en mano —. Además, es comida gratis hecha por Kiyoko-san, eso suena genial.

—¡No entres al departamento así, tus pies apestan! — se quejó Iwaizumi, luego miró furiosamente a Oikawa —. Y tú, más te vale que salgas de ese baño con una mentalidad distinta, porque iremos al almuerzo y punto.

Empujó al castaño dentro del baño y le cerró la puerta.

Bokuto se dirigió al agujero, y de paso se encontró con papel y madera en el suelo.

—Ah… ¿Qué están haciendo? — preguntó Bokuto arqueando una ceja, señalando los materiales.

—Kuroo, está en proceso de arreglar la pared — explicó Iwaizumi con las manos en la cintura, haciendo énfasis en el nombre de Kuroo.

—No tienes que hablarme con ese semblante ¿sabes? — le dijo Kuroo ofendido, luego miró a Bokuto —. Y tú no te quedes ahí, ¡apúrate!

Bokuto se adentró en su propio departamento.

—¡Kenma, no te duermas en la sala!

—No estoy durmiendo — dijo el chico tirado en el sofá —. Estoy matando el tiempo.

Bokuto lo observó detenidamente, tenía un brazo extendido colgando por un lado del sofá, y el otro sobre el respaldar. Tenía los ojos cerrados y el ceño levemente fruncido, con el psp descansando sobre su estómago.

Si bien no era raro verlo así de calmado, el saber que Hinata estaba en el mismo edificio que ellos debía mantenerlo más entusiasmado, al menos para que hablara un poco, no en ese estado perezoso en el sofá. Sin embargo lo dejó pasar y se fue directo al baño.

Bokuto se quitó la ropa a la velocidad de la luz y entró a la ducha de agua fría, haciendo que su espalda se estremeciera por el contacto, pero se le pasó un momento después. Le daba la espalda a la regadera, y se arqueaba para que el agua le cayera en la cara, y su cabello negro y gris se le pegara a la cara.

En el otro departamento, Oikawa tardó un momento en entrar a la ducha por el frío, temblando al contacto con el agua, agachándose apenas para que lo primero que toque el agua sea su cabeza. Él no estaba tan entusiasmado por la idea del almuerzo, pero aun así decidió darse prisa. Tomó su shampoo y uso una cantidad razonable y se la frotó en la cabeza, como haría cualquier persona. Bokuto, en cambio, usaba una cantidad exagerada de shampoo, y se lo frotaba a la cabeza con la velocidad justa para crear mucha espuma para hacerse una especie de sombrero que le cubriera la cabeza.

En lo que sí exageraba Oikawa era en el acondicionador. Usaba casi el triple de lo que usaba de shampoo, y se lo pasaba por la cabeza y se enjuagaba al momento, y su cabello quedaba suave y liviano. Bokuto no usaba acondicionador puesto que al salir de la ducha y secarse con la toalla durante 30 segundos exactos, para luego tomar un peine y desenredar sus cabellos húmedos, peinándolos hacia arriba con una mano mientras que con la otra tomaba una generosa cantidad de gel de un frasco y se lo pasaba por el cabello para que obtuviera forma.

Cuando Oikawa terminaba de secarse la cabeza colgaba la toalla por ahí, para después tomar un frasco blanco con crema humectante con olor a vainilla, la cual se esparcía suavemente por la cara, frotando en forma de círculos. Una vez hecho eso se cepilló los dientes a la velocidad de la luz, para terminar con la tarea más importante: su cabello. Tomó la secadora y la encendió en el nivel con más potencia y comenzó a cepillar. En eso, Bokuto se limpiaba la boca con hilo dental y después tomaba y escupía el enjuague bucal. Los cepillos de dientes, como muchas otras cosas, estaban sobrevalorados.

Después de eso salió corriendo a la velocidad de la luz hacia la habitación que compartía con Kuroo, con solo una toalla atada a su cintura. Oikawa hacia lo mismo en el otro departamento. Buscó en sus cajones algo que ponerse, sin muchas ganas en realidad, pero Iwaizumi golpeando la puerta gritándole que se apurara era suficiente motivo para hacerlo. Encontró una camisa de manga larga y pantalones negros, como sea, pensó. Se los puso y pensó que combinarían bien con las convers azules que descansaban en la entrada. Bokuto por otro lado se puso lo primero que encontró tirado por ahí, lo que fueron una sudadera azul y unos jeans, estaba muy seguro que eran de Kuroo, pero tanto daba, había prisa. Cuando se puso la ropa las alisó lo mejor que pudo y después de miró al espejo que estaba colgado en la puerta. Parecía bastante decente. Oikawa hizo lo mismo cuando terminó de vestirse, pero él no solo parecía decente, parecía bastante genial, tan genial que le hizo un guiño a su propio reflejo.

—¡Más te vale que no estés haciendo ojitos con el maldito espejo, Kusokawa!

Oikawa salió de su habitación después de eso para encontrarse con un ceñudo Iwaizumi.

—¿Qué eres? ¿Un psíquico desquiciado? — cuestionó Oikawa un poco temeroso.

—Ah, entonces si le estabas haciendo ojitos al espejo — señaló Kuroo arqueando una ceja.

Estaba al lado del agujero, armando quien sabe qué cosa con la madera y un martillo. Bokuto entró al departamento justo en ese momento.

—¡Listo! ¡Vámonos!

Vio que Kenma ya estaba revitalizado y sentado en el sofá de Oikawa mientras revisaba su celular.

—¿Oho? Pensé que Kenma estaría más emocionado si sabía que Hinata iba a estar aquí — comentó.

Kenma desvió la cara del teléfono para mirarlo.

—De hecho ya lo sabía. También sabía que iban a mudarse aquí, de hecho.

La mandíbula de Oikawa se desencajó.

—¡¿Queeeeeeé?! ¡¿Lo sabían?! — le preguntó alterado a Iwaizumi —. No me mientas, Rogers ¿lo sabías?

—No imites a Iron man que te sale mal — respondió Iwaizumi con ojos cansados —. Y sí, lo sabíamos.

Oikawa jadeó exageradamente.

—¡¿Y por qué no nos dijeron nada?! — exclamó, refiriéndose a él y a Bokuto.

—Íbamos a hacerlo — dijo Kuroo poniéndose de pie —, pero entonces surgió lo de Ushiwaka y no te lo dijimos porque temíamos que tu cerebro de hámster no lo soportara y explotara.

—El único con cerebro de hámster aquí es Boku-chan.

—¡Oye!

—¡Ah! ¡Pero ahora sí que no iré! ¡Olvídenlo!

Dio media vuelta para ir y encerrarse en su habitación, pero Iwaizumi lo jaló por el cuello de la camisa y lo arrastró hacia la puerta. En eso salieron todos, y Oikawa no pudo ponerse las convers que quería. Se dirigieron al ascensor para bajar al piso 12, y durante todo ese pequeño momento Oikawa no paró de refunfuñar.

—De verdad que eres un niño, Oikawa — comentó Kuroo.

—Solo es un maldito almuerzo — dijo Iwaizumi zarandeándolo —. Solo acepta la comida de Shimizu y después puedes ir y perderte por ahí si quieres, no me importa.

Cuando las puertas se abrieron, Iwaizumi siguió jalando a Oikawa hasta el departamento de Suga. Cuando estuvieron al frente fue Kuroo quien tocó la puerta del 1206.

Un chico más bajo que todos ellos les abrió la puerta.

—¡Ah! ¡Al fin llegaron! — exclamó Nishinoya sonriéndoles — ¡Pasen de una vez! Shouyo y los demás aun no llegan, pero no deben tardar.

—No es sorpresa, acaban de llegar con sus cosas de todos modos — comentó Kuroo pasando, con los demás siguiéndole.

Al entrar pasaron al lado de la cocina, y a Bokuto y a Kuroo se les hizo agua la boca al sentir el olor de la comida, y a ellos y a Oikawa les brillaron los ojos al ver a la persona que estaba cocinando con una cola de caballo y un delantal y un cucharón.

—Hola, muchachos — saludó Shimizu con una sonrisa.

—¡Kiyoko-san, buenas tardes! — saludó el trío de idiotas completamente embelesado, al igual que Noya.

Iwaizumi los pateó a todos y cada uno de ellos.

—Se tardaron un poco — comentó la otra persona en la cocina, que estaba al lado de Shimizu.

—Estos dos idiotas se perdieron por ahí hasta hace rato — dijo Iwaizumi empujando a Oikawa y a Bokuto hacia la sala.

—Lamentamos la tardanza, Suga — se disculpó Kuroo rascándose la nuca.

El nombrado rio alegremente

—No hay problema — dijo restándole importancia —. Perdiendo la noción del tiempo de nuevo, ¿eh?

—Algo así… — dijo Oikawa sentándose en el sofá de la sala. Bokuto se sentó a su lado y tomó el control remoto de la mesita de centro, y junto con Kuroo comenzaron a buscar algo decente que ver en la televisión — ¿Dónde está Sawamura, por cierto? ¿Y Yui-chan y Yukie-chan?

—Yui-san y Daichi-san fueron a recibir a los muchachos — explicó Noya.

Iwaizumi, que se había sentado a su lado y también junto a Kenma, arqueó una ceja.

—¿Y tú por qué no fuiste con ellos? — preguntó.

—Noya se quedó ayudándome con estos — respondió Suga desde la cocina, acercándose a la mesada que dividía ese lugar del comedor.

Retiró el mantel que cubría una charola colocada ahí, revelando la especialidad de la casa, por encontrar una forma de decirlo, que eran los huevos dorados rellenos con mayonesa atún que Suga y Nishinoya solían preparar.

—Ohhhh~ — dijo Bokuto con brillos en los ojos, teletransportándose desde el televisor a la cocina.

Estiró la mano para tomar uno pero Suga lo golpeó con la cuchara.

—¡Ah! ¡¿Por qué?! — exclamó Bokuto sobándose el dorso de la mano.

—Son para los muchachos — dijo Suga cruzado de brazos —, por eso Yukie acompañó a Daichi y a Yui. Posiblemente comería todos estos si la descuidamos.

—¿Y Nishi es más confiable? — cuestionó Bokuto haciendo un mohín.

—¡Yo los hice, maldición! — exclamó Noya indignado.

Shimizu rio desde la cocina.

—Bueno, no es como si el almuerzo fuera a estar de inmediato — dijo mientras cortaba unas cebollas.

Suga se giró a mirarla.

—¿Necesitas ayuda con eso? — preguntó acercándosele.

—Ah, sí, gracias.

Oikawa miraba desde el sofá como esos dos se ayudaban mutuamente a hacer el almuerzo, con una atmosfera relajante que llenó rápidamente todo el departamento. El televisor esta encendido y solo Noya, Kuroo e Iwaizumi le hacían caso, mientras hablaban un poco cada tanto. Kenma estaba muy pendiente del celular como para hacerles caso, pero su cara se notaba un tanto emocionada, así que muy posiblemente estuviera hablando con Hinata. Y si Oikawa ignoraba al Bokuto depresivo a su lado porque no lo dejaron comer los bocadillos, se podría decirse el momento era totalmente pacifico. O al menos eso fue durante los siguientes 20 minutos hasta que se abrió la puerta de entrada y entraron los cuervos, y las demás chicas.

El más efusivo al momento de recibirlos fue Noya, y el alma de Bokuto regresó a su cuerpo y se les acercó con alegría, a pesar de que ya se habían visto antes. Suga se adelantó a despeinar las cabezas de Tsukishima y Kageyama, mientras Noya les daba golpes en la espalda alegremente, y sus expresiones hacían reír a todos los demás. Incluso Kenma se mostraba alegre ante el sonriente Hinata que tenía delante.

Era una reunión de gatos, cuervos y búhos muy efusiva, y solo Oikawa e Iwaizumi los observaban desde la distancia. Oikawa pensaba que ya los había visto, no tenía razón para recibirlos en una casa que no era suya, y creyó que Iwaizumi pensaba lo mismo que él, sin embargo, su amigo con cabeza de puerco espín se puso de pie y fue a hablar con Kageyama también. Oikawa se sintió traicionado, pero no dejó que el ambiente lo presionara. De ninguna forma se iba a poner de pie e iba a hablar con esos niños. Seguramente, si Iwaizumi o Kuroo leyeran sus mente lo golpearían por infantil, pero le importaba un comino, porque obviamente no podían hacer eso.

Igual, después de tantos saludos efusivos, todos menos Suga y Kiyoko se sentaron por la sala.

Oikawa fue apretado entre sus compañeros de piso, si es que podía considerar a Bokuto y Kuroo como compañeros de esa forma solo porque había un agujero en la pared que dividía sus departamentos. Los demás se repartieron por toda la sala, ya sea sentados por el suelo o en los brazos de los muebles.

Ahí fue cuando Oikawa se vio envuelto en un sinfín de conversaciones en las que él no participaba. Solo se limitó a escuchar las preguntas que Daichi, Noya y hasta Bokuto e Iwaizumi les hacían a los menores, sobre el intercolegial, el torneo de primavera y cada uno de sus partidos. Como ninguno de ellos pudo ser capaz de viajar a Miyagi para verlos jugar sus partidos personalmente, querían detalles exactos, porque según Daichi, y con confirmación de Noya, Asahi no era muy bueno contando lo que sucedía al teléfono, y que decir de Tanaka. Oikawa no entendía que querían saber, si ya habían ganado todo. Y cuando decía todo, era todo. Claro, la final de las nacionales fue sorprendente y todo un logro para ellos, pero fue transmitido a televisión nacional. Ya habían visto cada maldito suceso durante el partido, pero no, Daichi quería detalles emocionales y de corazón, porque ver el partido de los pequeños cuervos en televisión nacional no fue suficiente.

Aunque ciertamente Kageyama y Hinata soltaban cosas como “fuaah” o “Gaahh” y Yamaguchi y Yachi solo decían cosas como “fue genial” “demasiado fuerte” “romper los brazos” y entre otras cosas, él que de verdad contó las cosas como eran fue Tsukishima, narrando todo desde un punto de vista más técnico y refinado, explicando a que rayos se refería el dúo raro que tenía al lado. Que tan difícil fue bloquear a un persona, que tan complicado fue pensar en sus próximos movimientos, con que dificultad tuvo que hallar la paciencia y el momento para indicar al equipo que hacer, y conforme contaba todo eso, a los ojos de los mayores fueron partidos realmente sorprendentes.

Incluso cuando llegó la comida y quedaron todos repartidos alrededor de la mesita de centro porque la mesa del comedor era demasiado pequeña para todos ellos, los muchachos no pararon de hablar y de hablar de sus partidos. Y Oikawa solo quería terminar su almuerzo e ir a leer un libro encerrado en su habitación, o mejor, correr de nuevo al almacén y jugar hasta que el grupo de baile lo echara.

Sin embargo ese plan se veía afectado debido al hecho de que estaba entre dos tipos que bajo ninguna circunstancia lo dejarían salir, y para terminar, Iwa-chan se había sentado en el suelo delante de él. Tal vez Iwaizumi haya dicho que no le importaba lo que hiciera, pero Oikawa muy en el fondo sabía que si lo hacía, así que si movía un solo musculo y su amigo lo sentía, muy posiblemente terminaría siendo golpeado.

Pero de alguna manera, para la suerte de Oikawa, la conversación se detuvo cuando Hinata preguntó por Lev.

—¡Ah, olvidé avisarles! — exclamó Noya ante eso —. Lev dijo que estaría fuera del país unos días.

—¡¿Del país?!

—El chico finalmente conocerá Rusia — comentó Kuroo sonriente —, como siempre quiso.

—Woaah, ¡que genial! — a Hinata le brillaban los ojos.

—¿Volverá sabiendo ruso? — preguntó Kageyama al aire.

—Tal vez vuelva con una especie de acento — dijo entonces Hinata.

Yukie ladeó la cabeza pensativa mientras masticaba.

—¿Akaashi volverá con acento español entonces? — soltó de repente.

—¡Oh! ¡Tienes razón! — exclamó Bokuto señalándola.

—¿Akaashi-kun fue a aprender inglés en América o en el mismo Europa? — le preguntó Yui a Daichi.

—Hum, creo que a América ¿verdad, Kuroo?

—Así es.

—Ciertamente es mejor que lo hayan mandado ahí — comentó Suga con el ceño levemente fruncido —. El inglés Europeo es demasiado sofisticado y formal, y más complejo.

—Aunque tú quisiste tomar el curso de inglés británico — le dijo Kiyoko como si nada.

—¡Pero no lo hice!

—¿Pero no tiene Akaashi un aire sofisticado de todas maneras? — preguntó Yukie con la boca llena.

—Tan sofisticado que a veces es molesto, casi — soltó Kenma rápidamente para seguir comiendo.

—Es cierto, es cierto — afirmó Bokuto. Se removió emocionado de repente al lado de Oikawa — ¡Ya quiero que venga! ¡Y Lev también!

—Para que pronto estemos todos los del tercer gimnasio reunidos ¿verdad? — dijo Tsukishima, haciendo que Hinata lo mire asombrado.

—Oh, es bueno que entiendas la idea, Tsuki — comentó Kuroo sonriendo.

Shimizu ladeó la cabeza, mirando a los menores.

—Es bueno que pronto empiecen su primer año en la universidad, seguro les irá bien — les dijo con una sonrisa.

—Han crecido mucho — dijo Noya también sonriendo.

—Pareciera que fue ayer cuando se peleaban por la comida en los campamentos de entrenamiento — se rio Kuroo.

—Posiblemente todavía lo hagan — dijo Daichi encogiéndose de hombros, pero riendo aun así.

Los menores reían ante eso, pero se les notaba en las caras que les alegraba el aprecio que ellos les tenían.

—Por cierto — fue la primera vez que Iwaizumi habló — ¿a qué universidad van? ¿Waseda o Keio?

Bokuto sintió que Oikawa se tensaba a su lado. Muy seguramente su salud mental dependería de la respuesta a esa pregunta.

—Waseda — dijeron Tsukishima y Yamaguchi al mismo tiempo.

—Yo iré a Keio — dijo Yachi.

—Oh, una relación a distancia — comentó Kuroo mirando a Yamaguchi y a Yachi —. No sé si es bueno o malo.

—Kuroo — le reprendió Daichi, e Iwaizumi le dio un codazo en la rodilla desde el suelo.

—Lo siento, lo siento — se disculpó Kuroo, quien nunca perdía tiempo para incomodar a la gente.

—No es problema en realidad — dijo Yamaguchi rascándose la cabeza, al lado de una sonrojada Yachi que bebía rápidamente su jugo.

—Igual vivirán en el mismo edificio, no será tan malo — recordó Yui.

—Gracias de nuevo por dejarme quedar con ustedes… — les dijo Y

—No te preocupes por eso, Yacchan — dijo Yukie sonriendo.

—Solo no vayas a asustar a la pobre chica — comentó Bokuto con tono burlón.

Eso hizo que Yukie le tirara uno de los huevos rellenos de Suga, haciendo que todos, incluido Oikawa, se largaran a reír.

—¿Y ustedes, muchachos? — preguntó Suga, mirando al combo raro.

—Keio — dijeron los dos a la vez.

Bokuto sintió -aun con relleno en la cara- como Oikawa se tensaba de nuevo.

—¡Genial! ¿Se unirán al equipo de vóley, verdad? — dijo Noya emocionado.

—Claro que sí — respondió Hinata mientras Kageyama asentía.

—¡Será fabuloso! — dijo Bokuto entonces — ¡Lev también estará!

—Hay mucha gente peculiar en su equipo — comentó Daichi —. Desde Goshiki de Shiratorizawa, hasta ese perro loco.

—Es gente problemática en realidad — se quejó Iwaizumi.

—¡¿Goshiki está también?!

—Y Aone — agregó Nishinoya.

—¡Guahh!

—Ah, de verdad que serán un problema — también se quejó Daichi.

—Sí, al menos hasta que se peleen por los puestos en la Sub-21 — soltó Kuroo al aire.

Varios pensaron que causaría una mala reacción, pero en vez de eso Hinata y Kageyama se quedaron callados y se miraron.

—De hecho — dijo Kageyama —, a nosotros ya nos llamaron.

Entonces Oikawa escupió su jugo.

—¡¿USTEDES TAMBIEN?! — se puso de pie rápidamente y exclamó eso, horrorizado.

Ciertamente, el universo se había puesto en su contra. Creyó que con lo que había hecho en la mañana posiblemente su camino tomaría un rumbo diferente, pero no, la verdad era que no, todo seguía de mal en peor.

Y también creyó que todos los mirarían mal por su reacción, que lo echarían de ahí y no le volverían a dirigir la palabra, pero entonces, se dio cuenta que no lo miraban con sorpresa, sino con nervios y temor, y también se dio cuenta de que no lo miraban a él, sino al tipo que estaba sentado a sus pies. Oikawa sudó frio al procesar lo que acababa de hacer.

Bajó la mirada, y ahí estaba Iwaizumi, con la cabeza, cuello y espalda salpicada del jugo de uva que le acababan de escupir. Iwaizumi, que lo miraba con ojos verdes que no brillaban.

Oikawa tragó duro.

—¡AHHHH!

—¡VEN AQUÍ, TÚ, MISERABLE!

—¡No corran por la casa!

—¡Huye por tu vida, Oikawa!

—¡Dale, con la silla!

—¡Iwa-chan se razona… AH! ¡Aléjate de los cuchillos, maldita sea!

.

.

.

.

Notas finales:

Y Oikawa murió a manos de Iwaizumi y hasta ahí terminó el fic (? Está bien no xDD

Espero les haya gustado este capítulo tan bizarro, y que se haya entendido la narración en simultaneo entre Oikawa y Bokuto xD me gustaría hacer más cosas así, no sé, pero si no se entiende pues es otra cosa ;w; recién empiezo a narrar de esa forma y no se me da bien, pero bueno.

Oh, antes de que me vaya, sé que tal vez sea confuso el cómo van apareciendo los personajes y tal, y deben estar preguntándose, por qué rayos viven todos en el mismo lugar xD estoy viendo si lo explico yo o lo explico en alguna parte de la historia, bueno ya veré

Gracias a todos los que leen! Nos leemos el siguiente domingo~

Layla Redfox fuera!

:3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).