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Broken por LaylaRedfox

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Notas del capitulo:

El kouhai favorito de Bokuto llega a Tokyo

Disclaimer: Haikyuu!! Es propiedad de Furudate-sensei

[Bokuto x Oikawa]

.

Broken

V

El balón se elevó tanto que llegó a chocar contra el techo, cayendo contra el suelo rápidamente, y volviendo a saltar en lo alto, con destino incierto, a la espera que alguno de los cuatro muchachos de abajo lo interceptara.

El objeto se reflejó en los ojos dorados de Koutaro, abiertos atentamente.

—¡Mía! —Exclamó antes de lanzarse al suelo y salvar el balón con el puño.

Oikawa se puso dónde iba a caer, levantando las manos.

—¡Ahí va! —Exclamó nada más tocar el balón con la punta de los dedos.

Iwaizumi corrió hacia el balón y lo golpeó con la mano hecha puño, Kuroo lo alcanzó y volvió a estar en el aire, nuevamente con Bokuto interceptándola.

—¿Alguien sabe —preguntó Iwaizumi antes de lanzar el balón de nuevo— cuantas vamos?

—¿Quién lleva la cuenta de eso, Iwa-chan? —Replicó Oikawa después de colocar el balón para Kuroo.

—¡Whoa! Eso explica por qué ustedes, par de inútiles, siempre se demoran —dijo Kuroo después de lanzar el balón con los antebrazos.

—¡Tenemos este lugar desde hace dos días! —Exclamó Bokuto colocando el balón también.

—No somos un par de niños que deban cuidar —declaró Oikawa molesto.

—No, claro que no —dijo Kuroo tranquilamente viendo cómo el balón se acercaba a su cara—. Son adultos responsables que ¡usan el maldito dinero de la RENTA PARA ALQUILAR UN LUGAR PARA JUGAR!

Lo último lo dijo prácticamente gritando y rematando, lanzando el balón deliberadamente a la cara de Bokuto, quien apretó las dos manos contra su rostro para bloquearlo, arqueando la espalda hacia atrás, y el balón salió volando hacia el techo.

—¡Te dije que lo sentía! —Le recordó—. ¿Y por qué me sigues regañando hasta ahora?

—Porque cuando me lo dijiste Oikawa estaba visitando su Júpiter subconsciente, por lo que si te hubiera fastidiado y hostigado mientras él no veía, no iba a ser divertido —explicó con calma, nuevamente—. Así como no es divertido molestar a Iwaizumi si no hay alguien viendo.

—¿Qué yo qué? —Preguntó Iwaizumi después de haber lanzado el balón.

Oikawa lo miró acercarse.

—De todos modos este sitio no está tan mal, cielos —acotó.

—Tampoco es muy caro —se excusó Bokuto—, te prometo que lo repondré, ¡lo juro! Además hoy llega Akaashi, y tú sabes que Akaashi es…

—Sí, sí lo sé —le cortó Kuroo lanzándole el balón, Bokuto lo recibió sin problemas.

Entonces, en una de las dos mochilas que estaban en las sillas, comenzó a sonar el teléfono de Bokuto, el cual tenía por tono de llamada una alocada versión de “Bohemian Rhapsody

—¿Oya? ¡Kenma! Contentas, quizás el vuelo de Akaashi ya llegó —le pidió Bokuto.

Kenma estaba sentado en una de las tantas sillas de plástico amontonadas en un rincón del almacén, jugando con su celular. Cuando escuchó a Bokuto alcanzó la mochila y buscó el teléfono.

—¿Irán a buscarlo? —Preguntó Iwaizumi parando el juego al atrapar el balón y no volver a lanzarlo.

—¡Iwa-chan, aún no terminamos! ¡Estoy seguro de que casi llegamos a los doscientos pases! —Lloriqueó Oikawa.

El nombrado lo ignoró por completo, reuniéndose con los otros dos, de lo repartidos que estaban por el almacén. Miró a Bokuto con insistencia.

—En realidad, no —respondió Koutaro—. Él sabe dónde queda el edificio así que puede llegar por su cuenta.

—Claro que le preguntamos si quería que fuéramos por él, Iwaizumi —agregó Kuroo—. No pienses que somos tan irresponsables como para dejarlo por su cuenta.

—Pues yo siento que sí son malos superiores, a decir verdad —le espetó Hajime.

—¡Yo soy un buen senpai! —Se quejó Bokuto—. No sé por qué piensas así.

Fueron interrumpidos por el carraspeó de Kenma, quien ya estaba de pie ante ellos con la mochila de Bokuto en la mano.

—¿Qué pasa? ¿Cambió de opinión? —Preguntó Kuroo.

—No, de hecho —les dijo—, me llamó desde el taxi, está a dos calles del edificio.

Bokuto y Kuroo escupieron.

—¡¿QUÉ?! ¡Pero sí dijo que llegaría a las diez y treinta! —Exclamó Bokuto— ¡El maldito aeropuerto está a una maldita hora en taxi!

—Son las once y treinta —respondió Kenma como si nada.

Entonces lo cuatro mayores frente a él escupieron.

—¡No me jodan! —Exclamó Kuroo—. Me están contagiando la pérdida de la noción del tiempo.

—¡AHHH! ¡Akaashi va a llegar y no habrá nadie que lo reciba!

—Déjenme reformular, son muy malos superiores —les dijo Iwaizumi secamente.

—¡Al diablo con eso! ¡Vámonos!

Le quitó a Kenma la mochila y salieron rápidamente por el portón del almacén. Bueno, Kuroo y Bokuto corrían, Kenma caminaba como siempre.

—¡Kenma, apúrate!

Una vez que Kenma había salido del lugar, la cabeza de Bokuto se vio a través de la puerta.

—¿Ustedes se quedan?

—Demonios que sí —dijo Oikawa quitándole a Iwaizumi las palabras de la boca, así como el balón que tenía en las manos.

Su amigo solo le bufó.

—Okey, vengan más tarde para el almuerzo, ¡me voy! —Exclamó Bokuto antes de desaparecer de nuevo.

Se escucharon incluso sus gritos a la distancia, así como los regaños de Kuroo hacia Kenma.

—Esos tipos… —Soltó Iwaizumi al aire, con Oikawa a su espalda.

Se giró para mirarlo, y se encontró con que Tooru ya estaba lanzando el balón, recibiéndolo él mismo con las palmas de las manos sobre la cabeza. Hajime ladeó la cabeza a un lado.

—Es raro, hasta ayer en la tarde estabas en estado vegetativo, y literalmente estabas pudriéndote —comentó con las manos en la cintura—. Pero entonces Bokuto te secuestra y van a un lugar desconocido, y vuelves con los ánimos por los cielos ¿pasó algo interesante anoche?

—Hmmm, podría decirse —respondió Oikawa con simpleza.

Iwaizumi arqueó la ceja.

—No, en serio ¿Qué hicieron? —insistió.

—Te diría, pero conociéndote… —Dijo Oikawa sin detenerse de lo que estaba haciendo.

—Ah, entonces no me dices porque temes que tu integridad física salga dañada.

—¡Mi integridad física siempre sale dañada cuando te digo algo que no te gusta! — Exclamó Oikawa tomando el balón con las manos, mirando a Iwaizumi.

—Creo que estás exagerando —dijo Hajime ladeando la cabeza.

Oikawa frunció los labios.

—Fue… fue algo un poco divertido —dijo mirando el balón entre sus manos, girándolo, y sonriendo un poco.

Decir que fue un poco divertido sería mentira. Fue lo más emocionante que había hecho en el año, y eso ya era decir mucho de él. Toda la noche durmió tranquilo, por alguna razón. Ojala que haya sido Ushiwaka quien recibió el huevo con la cara, pensaba, eso le gustaría. La inmadurez de Bokuto lo llevaba a hacer unas cosas que le alegraban, después de pasar por tanto; pero por otro lado también terminarían causándole un infarto, y por eso mismo habían decidido no decirle nada ni a Iwa-chan ni a Kuroo. A saber lo que les harían luego si se enteraban.

Hizo rebotar el balón contra el suelo, pensativo. Ya la noche anterior había pensado que era un poco patético, y fue gracias a Bokuto que había puesto un poco los pies sobre la tierra, pero solo eso, un poco. La realidad era esa, Ushiwaka lo había vencido de nuevo, pero tenía la opción de reponerse y avanzar, o quedarse atorado donde estaba, y mortificarse por ello. Solo debía esforzarse más, aunque se había esforzado toda su vida ya, a veces incluso más de la cuenta, pero esforzarse un poco más no hacía daño. Además, el saber que Bokuto también se esforzaría por estar en el equipo le daba esperanzas, porque así ya no estaría solo. Porque sus demás compañeros de equipo eran…, especiales.

Pero si no podía con sus compañeros universitarios, al menos podía contar con los que conocía de más tiempo, o con los que convivía.

—Hey, Iwa-chan —dijo deteniendo el balón con sus manos—, te reto a una carrera.

Iwaizumi para esas alturas estaba husmeando por los alrededores dentro del almacén, ya que Oikawa al parecer estuvo un buen rato rebotando el balón contra el suelo pensando en alguna cosa, pareciendo más tonto de lo que ya era a ojos de Iwaizumi.

—¿Carrera? ¿En serio? —Preguntó hastiado— ¿Eres un niño o algo? ¿Dónde piensas ir a correr?

—¡Al Gyoen[1]! —exclamó Oikawa, más entusiasmado de lo que Hajime quisiera.

Lo miró frunciendo el ceño, cansado y molesto al mismo tiempo.

—Va a ser largo —dijo secamente.

—Llegaremos para el almuerzo, es perfecto.

—¿Qué gano yo?

Oikawa lanzó el balón al cesto de pelotas que estaba al lado de las sillas, pegado a la pared.

—Te diré que pasó anoche.

—¿Y si no me gusta lo que oigo? —Dijo Iwaizumi aun con el ceño fruncido.

—Te quedaras con la intriga de-

—No me interesa en realidad que hiciste, lo pregunté solamente porque sí, pero sino me lo quieres decir de buenas a primeras está bien —le cortó Iwaizumi, caminando hacia las sillas, para ponerse la chaqueta deportiva encima—. Por mi te puedes ir tú solo al Gyoen.

—¡No quiero que me vean correr solo en este clima! —Se quejó—. Es deprimente.

—Porque hacer una apuesta obsoleta solo para que te acompañen no es deprimente —ironizó Iwaizumi arqueando una ceja.

Oikawa frunció los labios.

—Si ganas cocinaré el almuerzo y la cena por las próximas dos semanas —dijo rápidamente, sin pensarlo mucho.

Iwaizumi solo lo miró.

—Eso, y me dirás que hiciste anoche, es un trato.

Y el muy maldito se echó a correr, dejando a Oikawa con las palabras en la boca.

—¡¿Pero qué…?! ¡Eso no es justo!

Indignado, Oikawa salió del almacén, cerrando la puerta en el proceso, para después alcanzar a Iwaizumi, quien ya estaba en la otra calle. Y a Oikawa no le quedó otra que seguirlo mientras el cielo nublado comenzaba a despejarse un poco.

.

.

.

La gente los miraba raro mientras avanzaban. Bokuto corría delante de Kuroo y Kenma. Tenían que recorrer toda la avenida y las calles faltantes en el menor tiempo posible, aunque sabían que no importaba cuanto corrieran, no llegarían a tiempo. Bueno, Kenma lo sabía, por eso no se esforzaba en correr, por ende Kuroo lo jalaba del brazo para que no se quedara atrás. Pero eso sí, se sorprendió un poco cuando llegaron a la puerta de entrada y no había señal alguna de Akaashi. Bokuto ahogó un grito y miró por todos lados, buscando a su kouhai entre la poca gente que caminaba alrededor. Los otros dos pensaron que Akaashi sería más paciente y los esperaría, pero en ningún momento pensaron que desaparecería.

—¿Habrá entrado en razón? —soltó Kenma escuetamente.

Kuroo lo miró entrecerrando los ojos y Bokuto se alteró más. Ambos sabían que Kenma se refería al hecho de que Akaashi iba a vivir con ellos. Con ellos. En algún momento del último año había accedido ir a quedarse en su piso, pero eso fue cuando estaba en el extranjero. Muy fácilmente el aire americano o europeo le afectó el refinado cerebro, y por eso había aceptado. No obstante, ahora que había vuelto a Japón y no llegaron a tiempo para recibirlo después de acordarlo, recién entonces se dio cuenta de que estaba cometiendo un grave error.

—¡Un gravísimo error! —Exclamó Bokuto con las manos en las mejillas, lloriqueando— ¡Soy un mal senpai! ¡¿Por qué soy así?!

Se tomó la cabeza y arqueó su espalda hacia atrás, gritando con desesperación, asustando a los que pasaban por ahí, obligándolos a cruzar al otro lado de la calle. Kuroo estaba por darle una bofetada para que reaccionara, pero en ese momento Nishinoya salió por las puertas de vidrio de la recepción, colocándose su abrigo enorme encima.

—Ah, son ustedes, malos senpais —saludó con las manos en los bolsillos, con una natural sonrisa.

Bokuto volvió a gritar.

—¡Hasta Nishi lo dice! ¡Ahora lo sabe todo el mundo!

—¡Cállate! —Le recriminó Kuroo, luego se giró a ver a Nishinoya— ¿A qué te refieres?

—Debía salir al trabajo hace rato, pero me encontré con Akaashi esperando en la recepción con una maleta enorme, no podía dejarlo ahí —explicó—. Lo acompañe al piso catorce y lo dejé frente a la puerta de su departamento —los señaló con el dedo, acusadoramente—. De nada.

Bokuto no dio más vueltas al asunto y entró al edificio, seguido por Kenma y Kuroo, este último agradeciéndole rápidamente a Nishinoya. Bokuto oprimió el botón del ascensor varias veces y entró cuando las puertas le dieron espacio suficiente para que su cuerpo pasara. Kuroo presionó el botón 14, y las puertas se cerraron.

Bokuto jugaba con sus manos, nervioso, mientras Kenma usaba el celular para mandarle un mensaje a Akaashi. Le iba a decir a Bokuto que le había respondido, pero este ya había salido volando del ascensor cuando las puertas se abrieron.

—¡Akaashiiiii! —Exclamó innecesariamente alto.

Y ahí estaba, apoyado en el murito del balcón que daba al patio del edificio, con su enorme maleta al lado. Tenía el celular en la mano y miraba a Bokuto cuando gritó su nombre. La ropa que traía puesta parecía ser europea, o americana, o japonesa, o un mezcla de las tres. Eso al menos lograron pensar antes de que Bokuto se lanzara encima de Akaashi.

—¡Lo siento, lo siento! —Exclamó aferrándose a su cuello— ¡Lo sentimos!

Kuroo sonrió al escuchar el cansado suspiró de Keiji.

—Está bien, Bokuto-san —murmuró con voz amortiguada, pues Bokuto prácticamente lo estaba ahorcando—, entiendo. Ahora suélteme, por favor.

El mayor lo dejó ir, pero lo sostuvo por los hombros, sacudiéndolo un poco, y en segundos lo analizó de pies a cabeza.

—¡Hombre, ha pasado tiempo! Te ves bien, ¡tu pelo esta genial!

Y sí, el cabello de Akaashi parecía más largo y ondulado, cubriéndole las orejas y casi más debajo de su nuca. Hasta tenía flequillo de nuevo.

—Estaba pensando en cortarlo —comentó Keiji tomándose el mechón de la frente, pasándolo entre sus dedos.

—Yo me he vuelto buen peluquero, ¿sabes? —Dijo Kuroo con burla, acercándose.

—Creo que me consta —Akaashi lo miró entonces, y vio que Kuroo le estaba extendiendo la mano—. Es bueno verlo, Kuroo-san.

—Lo mismo digo, Akaashi —dijo Kuroo con una sonrisa en la cara, no de esas torcidas burlonas que siempre hacía, sino una sincera al cien por ciento.

Se dieron un apretón de manos rápido y luego vio a Kenma, quien tenía las manos en los bolsillos de la chaqueta, cargando su mochila al hombro. Ladeó la cabeza a un lado.

—Akaashi —saludó, levantando una mano

—Kozume —dijo Keiji de vuelta, asintiendo.

Kuroo arqueó una ceja, pero Bokuto no reparó en detalles y corrió a tomar la maleta de Akaashi para llevarla hasta la puerta.

—Bueno, ya estás aquí. ¡Vamos, estás por probar el mejor almuerzo de tu vida! —Anunció abriendo la puerta.

—Oh, sí, probarás mi comida gourmet —dijo Kuroo sobándose las manos, caminando tras Bokuto y quitándose las zapatillas deportivas.

—¿Gourmet? —Preguntó Akaashi, arqueando una ceja, antes de ingresar al departamento.

—Sí, te lo digo, es así —insistió Kuroo—, y ahora mismo haré un montón.

—¿Iwa comerá bastante también, no? —Dijo Bokuto desde el interior del departamento.

—Sí, sí…

Se escuchaba el eco de sus voces mientras entraban en la cocina, por mientras los otros dos se quitaban el calzado también.

—Por un momento realmente pensé que te habías retractado —soltó Kenma, en voz baja.

—Nah, sería otra molestia ir a casa —dijo Akaashi con calma—. Mi madre y yo… no estamos en los mejores términos ahora.

Kenma arqueó una ceja.

—¿Pasó algo?

—No es nada de lo que preocuparse, en serio —insitió Keiji—, además…

Se escuchó el sonido de algo quebrándose.

¡No me lances huevos, maldita sea!

Y luego una risa extraña y exagerada.

Los otros dos suspiraron, pero después, para sorpresa de Kenma, Akaashi rió un poco.

—Es bueno estar aquí.

Dijo eso y avanzó por el pasillo que llevaba a la cocina, y Kenma se le quedó viendo un segundo. Decidió entonces mostrarle el departamento y el agujero en la pared, mientras el par de idiotas mayores preparaban el almuerzo. Todo eso, mientras sonreía internamente. 

Notas finales:

N/A:

[1] Gyoen es uno de los parques del barrio Shinjuku, donde se mezclan el estilo japonés, inglés y francés en las decoraciones de los jardines.

Quiero agradecer a mi nueva Beta reader (como si hubiera tenido antes, ja) Ushicornio-senpai :D que va a revisar los próximos trabajos que llegue a hacer, va a ayudarme, a gritarme, a amenazarme con actus de su fic :’v

Ora, no han oído de ella? Es la autora del Club de los 5. No lo han leído? Pues, deberían! e-é

Eeeen fin, el próximo capítulo está en proceso creativo, y ni siquiera estoy segura de como irá así que ya no prometo más fechas de actus uwu ahora serán cuando pueda, pero eso sí espero poder hacerlo en algún fin de semana antes de que pasé el mes.

Lo digo sobre todo porque voy a comenzar un fic sobre la adaptación de cierta película con cierta pareja, la cual terminaré antes de publicar porque si no me llenaré de cosas.

Oks, muchísimas gracias a Dalina y Miku-chan por comentar el cap anterior :3 y gracias a quien sea que este leyendo esto.

Nos leemos a la otra~ cuídense!

Layla Redfox fuera!

:3


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