“¡Mito! ¡Ya llegamos a casa, hija!” gritó alegremente una mujer, entrando a la casa con su esposo pelirrojo. Los dos se sorprendieron por la cantidad de basura que había en el piso, ¿Qué sucedió mientras no estaban? “Esta niña… ¡aprovechó para hacer una fiesta!” ella puso sus manos en las caderas. “¡Y eso que le dijimos que tenía que estudiar!”
“Tranquila, querida, no es para tanto” trató de calmarla su marido, aunque también estaba un poco molesto. Su única hija, Mito Uzumaki, era el orgullo de sus vidas. Se iba a graduar con honores, como la primera de su clase, presidenta del club de debates, del concejo estudiantil y un pase directo a la universidad como la estudiante condecorada que era. Además estaba saliendo con un chico igual de prometedor… en resumen el sueño de cualquier padre. “Déjala divertirse al menos una vez”
“Debe ser seria, no una tonta que se la pasa moviendo las caderas al ritmo de la música” su mujer comenzó a subir las escaleras molesta por la conducta de su hija en su ausencia. Llegó a la habitación donde ella dormía, segura de que la encontraría ahí, toda desarreglada y con los ojos rojos por la resaca. El hombre suspiró, yendo a la cocina para empezar a recoger toda la basura que estaba regada por su piso, cuando escuchó un grito de su mujer.
“¡¿Qué pasa?!”
“¡Llama a la ambulancia! ¡Mito no despierta! ¡Y está fría!” él inmediatamente sacó su teléfono para llamar frenéticamente al hospital. Cuando llegaron los paramédicos no pudieron hacer nada por ella… la adolescente ya estaba muerta desde hace varias horas. “No puede ser… mi niña no… mi bebé no…”
“Hay que llamar a la policía” anunció uno de los doctores, sacando su propio teléfono mientras los padres lloraban. Habían hablado con su pequeña la noche anterior, ¿Cómo podía estar muerta ahora? en ese momento un hombre tocó al pelirrojo en el hombro.
“¿Señor Uzumaki? Soy el inspector Asuma Sarutobi” se presentó un pelinegro con un cigarro en la boca. A su costado había una mujer muy hermosa, vestida con ropa similar. “Esta es mi compañera, la detective Sarutobi…”
“Kurenai Sarutobi” lo interrumpió ella. “¿Les importa si vamos a un café a conversar? Sé que no es fácil, pero…”
“Sarutobi, tengo algo” un hombre de largo pelo negro y un poco espeluznante bajó. Era Orochimaru, el jefe del equipo forense. El inspector rápidamente fue con él mientras su esposa sacaba a los padres de la casa. “La chica murió cuando su cabeza impactó con la baranda de ahí” señaló la escalera. “Eso le rompió el cráneo.”
“¿Rápida o lenta?”
“Eso depende, todavía no lo sé”
“¿Se accidentó estando borracha y alguien amable la puso en su cama cuando la notó tirada sin notar que ya estaba muerta?”
“Más bien su asesino lo hizo” el serpentino médico se cruzó de brazos. “Se dio el golpe con demasiada fuerza para que fuera accidental” señaló la entrada a la habitación de la víctima, cercano. “Alguien con demasiada fuerza o mucha rabia la empujó contra la baranda. Ella cayó y terminó golpeándose” terminó con su teatral reproducción. “No sé qué pudo pasar, pero al parecer la señorita perfección no era tan perfecta.”
“Eso parece” Asuma entró a cuarto y, usando guantes, metió la computadora rosa con corazones en una bolsa especial. “Haré que Anko la revise para ver quién ha estado en contacto con la víctima recientemente y lo que han posteado acerca de esa fiesta…”
“Creo que deberías pedírselo de inmediato” le entregó su teléfono. “La lista que buscas estará en Facebook o algo así”
“Como digas” sacó su propio celular, dispuesto a llamar a su esposa. “¿Cariño? No tan alto, por favor, tienes que decirles con tacto a los padres lo que voy a decirte.”
-En la cafetería-
“Entiendo” la detective colgó, frunciendo el ceño. Eso no le gustaba nada, de repente las cosas se habían complicado. Los padres la miraban, como esperando que les dijera que su hijita adolescente no estaba muerta. “Escuchen… tienen que sentarse… y respirar muy hondo… prepararse para lo que tengo que decirles.”
“¿Qué pasó? ¿Acaso ella se… extralimitó?” la madre temblaba. “Es la primera vez que bebe, no es extraño que se haya emborrachado y entrado en un coma que pudo confundirse con la muerte. Nosotros la regañaremos, la llevaremos a…”
“Señora Uzumaki, por favor” Kurenai la detuvo. “Debo decirles que su hija fue asesinada”
“¡NO!” los dos se pusieron a llorar, con la mujer berreando a todo pulmón. Le costó mucho tiempo calmarla lo suficiente como para interrogarla. “No lo entiendo, ella era amiga de todo… era muy buena… ayudaba a los otros… ¿Quién iba a querer matarla?”
“Esperaba que ustedes me lo dijeran” ella admitió. “¿Hay alguien que quisiera hacerle daño a su hija? Por trivial que parezca díganmelo, por favor. Creemos que el asesino la conocía.”
“No lo sé, ella no tenía ene…”
“Quizás su novio” el padre de la chica asesinada. Su esposa lo miró como si estuviera loco. “Tú no lo sabías porque pensabas que era un santo, pero estaban teniendo problemas. Peleaban constantemente por algo, no estoy seguro de qué” frunció el ceño, tratando de pensar en lo que le había dicho su hija. “Creo que a ella no le gustaba una de sus amistades, pero él se negaba a dejar de verlo…”
“¿Y él quería hacerle daño?”
“No, sólo le decía muchas cosas hirientes que ella no se atrevió a repetir” él negó con la cabeza. “Mito me decía que uno de esos días iba a comprender que ella sólo estaba tratando de hacerle entrar en razón. Yo le pedía que rompiera con él, que si estaba furiosa simplemente le dijera que se sentía así y que si esa amistad era tan importante para él, entonces que eligiera entre las dos. Estaba seguro de que sería más feliz sin él…”
“¿Ella quería hacerlo?”
“No, me decía una y otra vez que pronto lograría que se amistaran” él se limpió unas lágrimas que rodaban por sus ojos. “Una vez que llegué temprano a casa los oí discutir… no era nada lindo.”
“¿Y cree que el novio pudo hacerle algo?”
“¿Qué? ¡No! Es un buen chico, sólo que… esa relación ya no daba para más”
“Hum…” ella se frotó la barbilla. Por alguna razón no estaba tan segura como ellos de la inocencia de ese chico. Ya habían demasiados casos de novios matando a sus novias por diferentes razones.
“¿Qué? ¿Cree que Hashirama… pudo hacerle algo?”
-Más tarde-
“He logrado reunir todos los videos de la fiesta de anoche” Anko accionó una pantalla, mostrando diferentes escenas de adolescentes desatados, incluso una donde hicieron una hoguera en medio de la sala. De repente la detuvo en medio y acercó la imagen, revelando a un jovencito de largo cabello castaño. “Según el anuario de la escuela este es Hashirama Senju, el novio de la víctima.”
“Entonces estuvo ahí” Asuma se levantó. “Vamos a hacerle una visita”
“Sí” ellos condujeron hasta la casa del chico en cuestión. Este mismo les abrió la puerta. No tenía buena cara, estaba bastante serio. Se alteró un poco cuando le dijeron que venían de la policía. Cuando sus padres vinieron y los dejaron pasar, se sentaron al costado de su hijo, como queriendo protegerlo de ellos. “Estamos investigando la muerte de Mito Uzumaki…”
“Espere, ¿está muerta?” Butsuma, el padre, intervino. Su hijo no parecía afectado en lo más mínimo. “Que terrible, nos caía muy bien. Era una buena chica, una excelente novia para nuestro Hashirama y…”
“Queremos hablar con su hijo precisamente de eso” les mostró una foto. “Ayer en la noche estuvo en casa de la víctima”
“Como casi todo el mundo en la escuela” rebatió él, en lo más mínimo culpable. “Ella hacía unas fiestas… no era que a mí me gustaran, pero era muy popular en la escuela por ellos. Todos iban” se cruzó de brazos. “Sólo estuve ahí unos momentos, me fui tan pronto como le dije que habíamos terminado.”
“¿Tú terminaste con ella?” su padre de repente sonaba reprobador. “¡Pero si era la chica perfecta! Sana, bien educada, con un gran futuro…”
“Una cerda, eso es lo que era” el menor siguió molesto. “Me engañó con uno de nuestros compañeros del concejo estudiantil.” Gruñó, aún más molesto. “Nunca me importó que fuera una virgen, pero que me fuera infiel en mi cara…”
“¿No hay ninguna otra razón?” Asuma apuntó lo que decía. “Su padre dice que ella lloraba cuando usted la agredía verbalmente.”
“Su padre no la conoce tan bien como cree, sino sabría lo que estaba haciendo su preciosa hijita” sopló. “Yo quería terminarle desde hace meses, pero ella se negaba a aceptar que lo nuestro había acabado. Fui a la fiesta a dejárselo en claro, nada más.”
“¿Y cómo se lo tomó?”
“Estaba molesta, sólo eso voy a decir”
“¿Hay algo más que tengamos que saber?”
“No” Hashirama habló tras un momento de vacilación. Esto les dijo a los policías que mentía, que sí existía algo más que tenía que decir, pero que por alguna razón se guardaba. Esto los hizo sospechar de él. ¿Acaso este chico había asesinado a su novia? Bueno, ex novia, según él habían terminado antes de morir ella. Aunque eso no cambiaba las cosas, lo tendrían bien vigilado de ahora en adelante.
-Unas horas más tarde-
“He estado revisando la computadora de la chica” anunció Anko tras conectar la computadora de la víctima con el e cram de la sala. “Así se ve normalmente” les presentó la pantalla. Definitivamente era demasiado dulce y aniñada para una adolescente. Además sólo habían archivos escolares aparte del internet. “Me llamó la atención de que la calculadora era demasiado pesada para… bueno, jamás he visto una tan pesada”
“¿Y? Era una alumna con promedio alto”
“Ni siquiera el más nerd de los adolescentes tendría una tan pesada” ingresó unos cuantos números. “Les presento el verdadero ordenador de Uzumaki Mito”
“Parece que tenía algo escondido”
“Aún no es lo peor” abrió el internet. “Este es un grupo privado que envía boletines a todos en la escuela, pero sólo ella tenía acceso directo. Todo el concejo estudiantil parece estar metido en este… en este…”
“The Cherry Bomb Game” Kurenai señaló la pantalla. Anko ingresó al grupo privado y mostró lo que había adentro. “¿Qué diablos es? ¿Y qué se supone que significan esas puntuaciones? ¿Acaso era concurso entre los chicos de su escuela?”
“Era… un juego… que…”
“¿Un juego que qué, Anko? Dinos”
“Pues…”
-Más tarde-
“Hideki ha tenido algunos problemas con la escuela” empezó el padre del muchacho en cuestión. Después de saber lo que realmente era ese juego de la pelirroja, en el que participaba todo el concejo estudiantil, fueron a ver a todos los chicos que aparecían en el grupo privado. “Pero eso no quiere decir que sea un delincuente.”
“Señor, su hijo pintarrajeó toda la fachada de la escuela con graffitti” dijo Asuma, suspirando. Todos los chicos de las cerezas eran delincuentes juveniles… o al menos tenían un expediente poco ejemplar. “No estamos aquí por eso…”
“Sé que él ha hecho cosas que… le traen problemas…” el hombre siguió, nervioso. “El concejo estudiantil incluso trató de ayudarlo. Comenzó a salir con ellos, por fin tenía buenos amigos en lugar de la panda de vagos con la que siempre se reunía…”
“Que son ganadores de premios de arte nacionales”
“¿En serio? No tenía ni idea”
“Lo hemos comprobado” el otro abrió un poco más la puerta. “Señor, en verdad tenemos que hablar con su hijo. Los problemas que haya tenido nos son indiferentes”
“Lo… lo que pasa es que desde que perdió a sus amigos del concejo estudiantil ha estado algo alicaído” el padre siguió queriendo detenerle. “Se deprimió. Por fin tenía buenos amigos, amigos que lo guiarían por la senda del bien y que lo ayudarían a mejorar sus notas para tener la vida que…”
“Señor, realmente tengo que hablar con él, especialmente sobre ese tema” en ese momento un jovencito completamente vestido de negro bajó, sosteniendo un block de dibujo en sus manos. Al ver al policía lo soltó, asustado. Asuma lo recogió y vio dibujos. Eran muy buenos, como para una galería de arte… si no fuera porque mostraban a chicos de su edad y a él mismo ardiendo en el infierno. “Son muy buenos”
“Gr… gracias” él siguió acobardado. Cuando el mayor le alcanzó el block, este lo recuperó con manos temblorosas. Se notaba que estaba muy mal, no sólo deprimido. Necesitaba ayuda para… víctimas. “Si… si me disculpa…”
“Hideki, sé lo que ellos te hicieron” los ojos del otro se abrieron aún más. “Sé lo de su juego de las cerezas, salió a la luz después de que Mito Uzumaki fuera asesinada” él retrocedió, con su padre mirándolo con confusión. “No voy a decirte que va a ser sencillo, pero no puedes seguir ocultándolo y simplemente ignorarlo, así las cosas no van a mejorar.”
“No sé de qué…”
“Con lo que estás haciendo vas a seguir en el infierno, necesitas terapia” se acercó hacia él, tratando de darle confianza. “Tienes que recuperar tu vida. El primer paso para hacerlo es aceptar lo que te pasó y… denunciar.”
“¡No me pasó nada!” gritó, volteándose y dándole la espalda a los adultos. De repente su padre mostraba mucho más interés en el asunto.
“Hijo, ¿Qué pasó?”
“¡Márchese! ¡No quiero verlo!” subió corriendo las escaleras. Los de abajo escucharon un portazo seguido por un llanto histérico. El Sarutobi suspiró, tal vez debería dejar sólo al chico hasta que se calmara y pasar al siguiente. Quizás este estuviera más preparado para hablar. Aunque también podría ser que estuviera en una ruina emocional como este.
-Al día siguiente-
“Ninguno de ellos quiso denunciar” Asuma estaba decepcionado. Su esposa lo escuchaba atentamente mientras observaba la foto de un bebé, su hija. “Al parecer el bullying que sufrieron por eso les enseñó a mantener la boca cerrada” de repente Hideki junto con su padre y un hombre extraño se presentaron en la comisaría. “Discúlpame”
“¡Usted!” el padre se adelantó. “¡Ha estado molestando a mi hijo! ¡Vea cómo está ahora! ¡He traído al abogado para que lo denuncie ante sus jefes por…!”
“No me ha estado acosando” Hideki lo calló, apretando sus manos. “Yo… detective… lo he estado pensando y… creo que… podría denunciar” estaba inseguro, pero aún así le dio esperanzas al Sarutobi. “El único problema es que… ¡No recuerdo nada de lo que pasó esa noche!” finalmente admitió. “¡Absolutamente nada!”
“¿Qué?” lo miró confundido. Eso no era algo que se pudiera olvidar, seguía contigo toda tu vida hasta que lo superabas. “¿Y cómo sabes que te pasó eso?”
“Creo que el dolor de caderas y… adentro lo hacen bastante obvio” sus ojos se llenaron de lágrimas al momento siguiente. “Además el que todos lean el post sobre ti en internet y te llamen ramera, se burlen, se… se…” trató de limpiarse las lágrimas, más nada servía. “Eso ayuda a que te des cuenta de lo que te pasó.”
“Ya, tranquilo” dijo comprensivo, poniendo una mano en su hombro. En su mente se preguntaba qué iba a hacer ahora que la única víctima dispuesta a denunciar no recordaba nada. “¿Por qué no recuerdas nada?”
“Creo que yo tengo la respuesta” Anko se presentó de repente. “Revisando los chats del grupo privado, vi que Mito les escribió a sus amigos que había conseguido “poción de amor” para su juego. Luego revisé sus compras en internet porque tenía mis sospechas y encontré esto” le mostró en su tablet una foto de la pantalla. “Se lo dio a la mayoría. Es suficiente para arrestar a todo el concejo escolar.”
“Por Dios, esto es grave” se volteó haca su víctima. “Dime, ¿sabes de quién es el nick Xanos?”
“Claro, es de…”
-Al día siguiente-
“¿Hiroto Natsuhiboshi?” Asuma se acercó al joven que estaba hablando con un grupo de estudiantes aparentemente de su misa edad. El chico se giró sin comprender hacia los detectives, que sacaron las esposas. “Queda arrestado por posesión de GHB, una sustancia controlada. Tiene derecho a guardar silencio, todo lo que diga puede ser usado en su contra frente a una corte legal…”
“Esto tiene que ser un error” decía el pobre. Algunos profesores salieron a defenderlo, pero no podían hacer mucho con la policía ahí, presentando órdenes firmadas por un juez. El concejo escolar fue arrestado de uno en uno por un delito similar, mientras los demás observaban con curiosidad. Algunos lo hacían con una sonrisa.
“¿Dónde está Hashirama Senju? Es el único que falta”
“Él no fue incluido en la conversación del GHB” trató de recordarle Anko. Sabía que Asuma quería arrestarlos a todos y meterlos en la cárcel por haber violado a sus compañeros, pero Hashirama… era el único que no había sido mencionado en todas las conversaciones. Tenía una publicación con su Nick en la página de las cerezas, pero… algo le decía que el chico era inocente.
“De todas maneras tenemos que arrestarlo por violación” el Sarutobi se dirigió a uno de los profesores. “¿Dónde está Hashirama Senju?”
“Dijo que se sentía mal y le dejamos salir temprano” contestó este. Asuma le hizo una seña a su compañera. Juntos se metieron al auto, partiendo hacia la casa del mencionado. Cuando finalmente llegaron no sabían qué esperar. Tocaron a la puerta y les respondió el mismo sospechoso, con una expresión cansada y los ojos rojos, irritados.
“¿Qué se les ofrece ahora, oficiales?”
“Quedas arrestado por violación” puso las esposas alrededor de sus muñecas. Él no puso resistencia alguna. Mansamente dejó que lo dirigieran hacia el auto. “Como dijiste, ni siquiera sus padres sabían quién era realmente Mito, pero tú sí. Era una agresora sexual que odiaba a los demás simplemente por no tener un expediente…”
“Era más que eso” él bajó la mirada. “Creía que los que no tenían un expediente escolar ejemplar eran basura y que merecían lo que ella les hacía. Que estaba haciéndole un favor a la escuela… y a ellos mismos, que los… estaban convirtiendo en personas útiles. Que después de pasar por eso nunca volverían a hacer las cosas que…”
“¿Y tú? ¿Por qué te involucraste en eso? ¿y tus amigos?”
“Ellos lo hicieron porque querían demostrar que eran superiores a los demás” los fulminó con la mirada. “Yo no le hice daño a nadie” miró por la ventana. Podía ver un rostro observándolo desde una casa cercana, le sonrió tratando de transmitirle sus sentimientos, pero las cortinas fueron cerradas. “Me enteré hace poco… iba a contarlo…”
“¿Qué pasó?”
“Pues…”