En el gimnasio de Seirin se escuchaba claramente como todos estaban entrenando tratando de pulir aún más sus habilidades para poder estar al parejo de varias escuela a las cuales ya se habían enfrentado, el corazón de Hierro se encontraban en una de las bancas recuperándose del entrenamiento pues Riko le obligo a que se detuviera cuando vio el dolor en su cara al hacer un movimiento mal y lastimarse la rodilla, todos le miraron preocupados y el solamente pudo sonreír acongojado por preocupar a sus amigos, por lo que cuando Riko le dijo sería un “siéntate” no dudo ni por un segundo en hacerlo.
-Demonios- susurro el de grandes manos mientras vendaba su rodilla y al mismo tiempo miraba a los demás terminar el entrenamiento.
Sus ojos cayeron en Hyuga que a pesar de estar entrenando podía ver que en ciertos intervalos de tiempo volteaba a su dirección, registrando que estuviera bien. Kiyoshi no pudo más que sonreír ante la preocupación de su querida pareja, pensar todo lo que tuvo que luchar para que ese chico se uniera al club, para que volviera a retomar el basquetbol y porque no decirlo, también como le sufrió para que ese Tsundere de primero le dijera que si a su atrevimiento de confesión.
Recordó cada una de las veces que le insinuó a Hyuga el que saliera con él, por dios para todos era más que obvio que estaba detrás de sus huesos, porque ciertamente a él nunca le importo esconder los sentimientos que comenzaron a crecer por aquel chico. Recuerda que la primera vez que le vio jugar quedo cautivado por como este se esforzaba y por algún motivo Hyuga ya no pudo salir de sus pensamientos, por eso al ver que el chico, un poco cambiado pero al fin de cuentas era el mismo, iría a la misma escuela no pudo evitar alegrarse.
Le acoso un tiempo, observándole de lejos y mientras el planeaba abrir el club de basquetbol se preguntaba ¿cuál sería la respuesta al ir con él y preguntarle si se quería unir? Grata fue su sorpresa que este se negara, Kiyoshi realmente no se lo esperaba pero no se dio por vencido hasta convencerlo.
Pronto los rumores se expandieron por toda la escuela, el hecho de que él estuviera detrás de Hyuga para unirse al club, de ahí surgió también el rumor de que en realidad el acosaba a Hyuga todos los días no tanto para que se uniera al club, sino porque sentía algo por él. Cuando escucho el rumor no le tomo gran importancia pero, ciertamente se sonrojo un poco al pensar que tenían un poco de razón, la insistencia de que se uniera era por ambas razones, quería que Hyuga no se rindiera con el basquetbol por que vio en el gran potencial para salir adelante, no quería que desperdiciara ese potencial, pero también lo hacía para tener más contacto con el chico, tenía una oportunidad de oro, el destino estaba de su lado y él quería ser parte de la vida de Hyuga.
Cuando el chico al fin acepto integrarse al club el no pudo evitar abrazarlo y decirle que no se arrepentiría, aún tenía la mirada de sorpresa de Hyuga impregnada en su mente, el sonrojo que se apodero del rostro de Hyuga al tan inesperado abrazo y el, Kiyoshi Teppei, No pudo más que confirmar con eso que era correspondido, los ojos de Hyuga lo decían, aunque lo menos que quería era asustar al chico cuando al fin había aceptado estar en el equipo.
Pasaron los meses y ellos dos se comenzaron a hacer cercanos de cierta forma, el jugar basquetbol juntos comenzó a unir el hilo del destino rojo en sus meñiques, para Hyuga era aún más trabajoso el poder impedir enamorarse de Kiyoshi y no demostrarlo, ahora cada vez que hacían un punto en alguna competencia de basquetbol, Hyuga iba hacia Kiyoshi por inercia y le golpeaba el hombro en muestra de cariño, un cariño algo rudo en mi opinión, pero aun así cariño al final de cuentas.
Los sentimientos de ambos salieron a la luz después del incidente de Kiyoshi con su rodilla, Hyuga estaba realmente enojado con aquel tipo que había lastimado a Kiyoshi y lo peor es que también estaba celoso porque esos dos se conocían y Kiyoshi nunca lo culpo, entre celos y sufrimiento Hyuga se confesó de una manera torpe en el hospital a Kiyoshi, se regañaba a si mismo por descubrir sus sentimientos o más bien exponer sus sentimientos al permitir que pasara lo de la rodilla de Kiyoshi, no quería que pensara que lo hacía solamente por enterarse que duraría casi un año sin ir a los entrenamientos y cosas así, no quería que pensara que su confesión fue por lastima, para sorpresa de Hyuga no fue así y aunque no se besaron, ver las lágrimas derramadas de Kiyoshi fue suficiente para Hyuga para comprobar los grandes sentimientos que sentía por él.
Kiyoshi regreso de todos sus pensamientos al sentir algo frio tocar su cara, miro hacia arriba y vio la cara malhumorada de su novio, la cual le saco una sonrisilla burlona haciendo que su pareja se enojara.
-¿De qué te ríes? Idiota- Hyuga dijo aguantándose las ganas de aventarle a su novio la botella de agua helada que momentos antes había puesto en su mejilla al verlo tan distraído viendo un punto muerto en la cancha.
-Nada, nada- sonrió el castaño mientras agarraba el agua que momento antes Hyuga le había ofrecido- Gracias-
-No tienes porque dármelas- Hyuga desvió la mirada para donde estaban todos descansados tirados en el piso, el entrenamiento había sido pesado- ¿Estas…? ¿Estás bien?- pregunto aun desviando la mirada pero Kiyoshi conocía demasiado bien ya a su novio por lo que sabía que estaba preocupado desde el momento en que medio grito de dolor en la cancha.
-Estoy bien Hyuga, no pasa nada, no tienes que preocuparte- la sonrisa no cabía en el rostro de Kiyoshi.
-¿Quién dijo que estoy preocupado Idiota?- La contestación se la esperaba Kiyoshi, aun así no pudo resistir una risa encantadora que hizo sonrojar aún más a Hyuga.
-Junpei- le miró fijamente- estoy bien- Hyuga solamente pudo sentarse a lado de su novio, volteado a otro lado mientras tomaba de su botella de agua- Recuerdas…- comenzó a decir el castaño- Aquí fue nuestro primer beso- rio suavemente Kiyoshi.
Hyuga casi se ahoga con su propia agua por la vergüenza, Kiyoshi tenía la costumbre de decir cosas así cuando él estaba bebiendo agua. Comenzó a toser mientras llamaba un poco la atención de los demás hacia ellos, Kiyoshi le sobo un poco la espalda para con una mirada reconfortar a los demás quienes comprendieron y volvieron a quitar la mirada de ellos, sumergidos entre las pláticas que se estaban dando y claro el molestar a la parejita de Kagami y Kuroko.
-¿Por qué dices eso de repente?- le cuestiono Junpei ya un poco relajado, tratando de adivinar los pensamientos de su pareja.
-Solo recordé que después de que nos confesamos fue verdaderamente trabajoso el besarte, tu nunca te dejaste besar cuando ibas a visitarme a la casa de mis abuelos o al hospital, por eso cuando por fin pudo ver mi oportunidad aquí en la cancha no lo dude y fue nuestro primer beso- dijo viéndolo detenidamente- Me parece algo… raro, como si todo hubiera estado planeado pero a la vez no- Hyuga se sonrojo aún más- ¿Qué pasa?
-Nada, solo que…- sincerarse o no hacerlo, no lo pensó mucho pues su boca comenzó a hablar- Si estaba planeado Tonto-
-¿Eh?- la confusión en la cara de Kiyoshi fue única, haciendo sonreír a su pareja.
-Yo... Yo quería que fuera aquí, donde tu insistes que estuviera, nunca te rendiste para que yo retomara de nuevo el basquetbol y estoy completamente agradecido por ello Kiyoshi, por lo que a pesar de que quería besarte cuando me confesé o cuando te veía en el hospital o casa de tus abuelos, me resistí porque yo quería que fuera aquí, donde ambos nos conocimos, dentro de una cancha, quería trasmitirte todos mis sentimientos, quería que supieras que me alegraba mucho el hecho de que me hiciste querer de nuevo lo que en algún momento pensé que odiaba, por eso cuando imagine nuestro primer beso, no pude evitar que sería perfecto si lo hiciéramos aquí- el sonrojo, la vergüenza de decir todo aquello estaban a flor de piel, Kiyoshi le miraba sonriendo y a la vez sorprendido por lo que no le importo si los demás los vieran se abalanzo hacia los labios de su pareja, que para su gran sorpresa fue correspondiendo el beso.
Fue lento, de esos que no quieres apresurar las cosas y gozar de la sensación de tener los labios unidos a los de tu pareja, de la persona que amas con locura, sin prisas ambos disfrutaron del beso y cuando ambos exigieron un poco de oxigeno se separaron un poco, pues Kiyoshi inmediatamente pego la frente junto a la de Hyuga.
-No sabes lo feliz que me haces Junpei- fueron las palabras dulces que salieron del castaño.
-Idiota, no digas nada- y esas fueron de su pareja avergonzada.
Ambos sabían que su primer beso había sido ahí, pero no fue el único que se dieron en esa cancha que presencio más de un cambio en su relación, de rivalidad a amistad, de amistad a amor y sin lugar a dudas no se arrepentían de ello. Seguirían besándose en ese lugar que les había juntado y que hizo crecer su amor por el otro porque después de todo… ¿Quién olvida su primer beso con la persona que ama?