Era bastante noche cuando por fin desperté cubierto de sudor y lagrimas.
Todo aquello parecía solo haber sido una terrible pesadilla.
me levanto de mi cama, no he comido en todo el día, mi estomago comienza a gruñir con fuerza., antes de siquiera abrir la puerta de mi cuarto, miro la hora en el reloj de mi muñeca.
11:00pm
Mi madre debe de ya estar despierta. Esto en vez de alegrarme me atemoriza un poco, siempre es más violenta al despertar después de haber bebido, no quiero bajar, mas el hambre me obliga ha hacerlo.
Con gran sigilo bajo cada escalón, evitando llamar su atención, viéndola a lo lejos en la sala de estar mirando televisión, llego casi en cuclillas hasta la cocina, abriendo despacio el refrigerador, sacando un poco de jamón para poder hacerme un emparedado, mas grande es mi torpeza al tirar con el codo un frasco de vidrio que se encontraba en el refrigerador, creando un gran estruendo,
Rápidamente busco lo necesario para limpiar el desorden causado, cortando incluso mis manos al intentar recoger los pedazos de vidrio con rapidez.
- no basta con que tu presencia me recuerde al maldito de tu padre, aun así te empeñas en joderme haciendo desorden.
Le escucho gritarme desde la puerta, se lo que viene después de eso
“ LA LLUVIA DE GOLPES”
cubro mi cuerpo al sentir como se acerca ha mi, tomando del cabello tirándome al piso, haciendo con esto que me clave trozos de vidrio en el brazo, comienza a golpearme una y otra vez confundiendo mi nombre con el de mi padre.
- mamá , por favor , perdóname , por favor ya no me golpes mas, me duele, por favor perdóname, seré un buen niño, pero detente por piedad… me duele mucho.
Le digo, mas bien le suplico entre llanto, pero ella enloquecida por la ira no logra escucharme o tal vez no quiere escucharme.
Sin saber por que siento la mirada de alguien obligándome a voltear debajo de la mesa de la cocina, observando a aquel niño nuevamente, sus ojos negros reflejan la ira, mirando con odio a mi madre, apretando con fuerza su puño.
- MALDITA ZORRA ¡DÉJALO!.
Le escucho gritar para que así de un momento ha otro el ya no estuviera ahí, y lo ultimo que veo es a mi madre caer al piso con suma violencia, como si alguien la hubiera empujado.
La mire un instante cerciorándome que ella estuviera bien, fin la cabo aun era mi madre.
Al notar que solo se había tropezado, comienzo a mi habitación, sin mirar una sola vez atrás temiendo que aquella lluvia de golpes continuara.
Al llegar coloco el seguro de mi puerta con rapidez, colocando también la silla de mi escritorio para atrancar la puerta sin dejar de observar esta por largos segundos, rogando por que ella no hubiera venido tras mío culpándome de su caída.
Por suerte esto no pasa, haciéndome suspirar con un poco de tranquilidad, bajo la cabeza sintiendo mi estomago gruñir.
- supongo que regresare ala cama sin cenar.
Me digo cabizbajo dejando caer mi cuerpo en la cama, abrazando mi almohada, intentando ignorar a mi estomago gruñir, hasta que el dolor que los cristales aun incrustados en mi brazo me obligan a levantarme para retirarlos de ahí.
- ¿te lastimo mucho?
Escucho desde la sombra, tragando saliva aterrorizado.
No otra vez por favor.
Pienso pero la voz continúa
Por favor no me temas, como te dije solo quiero estar contigo, he querido estar contigo desde el día que naciste… yo soy tu amigo.
Gracias ala poca luz de luna que entra por mi ventana puedo volver a ver aquel niño acercarse a mi, tomando mi brazo lastimado besándolo con ternura yo no me muevo, tengo que admitir que aun que tengo miedo de aquel intruso, el calor que me brinda su contacto me reconforta, me hace sentir amado una vez en la vida.
Una lagrima rueda por mi mejilla, se que ese niño no es real, no puede serlo.. pero
¿es tan malo seguir el juego?
Fin al cabo es mi propia mente quien lo ha creado.
Y mas importante ya no quiero estar solo.
-¿por qué estás aquí?
Le cuestiono, limpiando mi lagrima, dispuesto ha seguirle el juego, sintiendo como ahora el se encuentra en mi espalda abrazándome con gran ternura.
- ¡porque me necesitas! Y¡ yo te necesito!.
Contesta simplemente sin dejar de abrazarme y yo guardo silencio unos segundos comenzando retirar los pedazo de vidrio de mi brazo… no entiendo el por que, pero por alguna razón esos vidrios no duelen y la sangre no brota como esperaba, o no al menos como lo hace las veces que ella me ha golpeado o clava cosas en mi cuerpo hasta sangran .
Ya me acostumbrado al dolor… o tal es verdad y he enloquecido por fin.
Suspiro tras pensar eso.
Guardando silencio mientras retiraba el ultimo vidrio.
- ¿dices llamarte Shura no es así? Quisiera preguntarte algo será que ¿por fin he enloquecido ? y ¿ tu solo eres un producto de mi imaginación, lo que yo he creado para sobrellevar mi soledad?
Shura guarda silencio observando mi brazo, mirando como evitaba que la poca sangre continuara brotando.
- no estas loco – por fin respondió- pero veme como un amigo imaginario, alguien que solo tu puedes ver, quien te ha estado a tu lado desde el día de tu nacimiento. Y estará hasta el dia de tu muerte aun que no me puedas ver siempre…. YO … SOLAMENTE QUIERO JUGAR CONTIGO.
En mi corta vida había visto a niños jugar con cosas o personas que solo ellos podían ver, envidiándolos un poco por que ellos podían usar su imaginación para tener al menos alguien a su lado, yo sin en cambio aterrizaba de tal forma en la realidad que nunca pude sumergirme tanto en mi imaginación como lo había hecho hoy.
- tengo sueño mañana jugaremos.
Le digo recostándome en la cama cerrando los ojos y colocando mi mano en mi estomago, intentando ignorar el hambre que sentía.
- dulces sueños Ángelo… y feliz cumpleaños.
Me susurro al oído, antes de volverme a dormir.
Desperté a la mañana siguiente por el ruido de mi despertador.
Todo seguía igual, el seguro en la puerta, la silla en la misma, nada se había movido, he incluso todo el ambiente se escuchaba sumamente tranquilo.
Cosa que quería decir que mi madre estaba dormida.
Me sentí aliviado por eso, quedándome un poco mas en la cama, hoy no iría ala escuela, era claro que las burlas de mis compañeros no faltarían por el ridículo que mi madre me hiso pasar, al dia siguiente seria fin de semana, asi que no tenia que preocuparme, al menos por tres días solo tendría que preocuparme por una persona y esa era mi madre..
Por un momento había olvidado a aquel niño de ojos negros, así que después de levantarme de la cama solo cambie mi ropa y con cautela retire la silla y el seguro de mi puerta, evitando hacer ruido, fin al cabo el cuarto de mi madre estaba alado y si ella dormía no quería despertarla.
Pase por su habitación en silencio, ella tenia la puerta abierta por lo que pude verla recostada torpemente en la cama sobre las cobijas, seguramente había vuelto a beber y se desmayo nuevamente en su cama.
Me acerque ha ella con cautela para poder cobijarla.
No importa lo mala que sea conmigo ella es mi madre y aun que me duela lo único que tengo.
Me coloco cerca de ella mirando su rostro.
Su maquillaje esta corrido , por las lagrimas que parece haber derramado, sin embargo aun luce hermosa.
- Gabriel porque me dejaste sola.
Susurra en un somniloquios el nombre de mi padre, mientras mueve ligeramente su cuerpo para acomodarse en la cama dejando caer un frasco con pastillas al suelo.
Eras sus pastillas para dormir, aquello significaba que no despertaría en todo el día.
Recojo las pastillas del piso, mirándolas con odio, no entiendo como es que siempre logra conseguir mas sin receta.
Escuche al doctor decirle no mucho que si continuaba mesclando el alcohol con las pastillas podría morir.
Aun que tal vez eso era lo que quería.
Meto las pastillas en mi bolsillo para comenzar a cobijar a mi madre, subiéndome incluso ala cama para poder taparla bien.
La miro una ultima vez, acariciando su rostro con suavidad.
- mami, yo no soy el, yo no te dejare sola… aun que tu no me quieras yo si te amo.
Le susurro al oído mientras beso su mejilla, sintiendo un nudo en la garganta.
- ¿ cómo puedes amar a quién te ha lastimado tanto?
Escucho desde la puerta, volteando a ver con rapidez, observando a Shura recargada en esta con los brazos, cruzados, mirándome con curiosidad.
Bajo de la cama para salir del cuarto cerrando la puerta en silencio.
- tu solo existes en mi cabeza.. tendrías que saberlo.
Le respondo pero el parece que aun asi quiere escuchar de mis labios la respuesta.
- aun que ella sea mala… es mi madre y siempre lo será…
-Te pareces ha ella, los dos aman a quien los lastima.
Me responde con neutralidad, mientras toma mi mano llevándome hacia abajo, yo guardo silencio después de escucharle decir esas palabras, dejándolo guiarme hasta llegar a la cocina.
Después de eso su neutralidad cambia por completo y me brinda una linda sonrisa.
- no has comido nada desde ayer, vamos a preparar el desayuno, después de eso podremos comenzar a jugar.. he esperado jugar contigo desde hace mucho tiempo.
Me dice con entusiasmo
Aun no estoy seguro de esto de tener un amigo imaginario… pero bueno al menos tengo ha alguien ha mi lado.
La preparación del desayuno fue un caos, no por que no supiera hacerlo , era común que yo intentara preparar mis propios alimentos, pero por lo general eran cosas simples, sin embargo esta vez Shura había querido que cocinara wafles con un poco de jugo de frutas.
Todo termino siendo un desastre, mas por primera vez en mi vida me divertí tanto que olvide el mundo de afuera.
Mas eso no termino ahí, aquella tarde y los otros dos días siguientes Shura estuvo ha mi lado, haciéndome reír en múltiples ocasiones hasta hacerme doler la panza y las mejillas, haciéndome sentir fuerte, seguro de mi mismo… como nunca antes me había sentido.
Claro hacia todo esto lejos de los ojos de mi madre quien por suerte utilizo el fin de semana para ir a despilfarrar el dinero que mi padre le mandaba, llegando en las noches tan ebria que solo caía en el primer lugar que encontraba.
En ese corto tiempo incluso llegue a dudar que Shura no existiera, estar a su lado se sentía tan real, era como estar alado de otro ser vivo, ha excepción de ciertos momentos donde el dejaba de abrazarme o brindarme alguna caricia... por que por alguna razón lo que parecía un momento ser totalmente cálido , de repente comenzaba a debilitarse como si ya no pudiera tocarme mas.
Después de eso Shura desaparecía por algunas horas, diciéndome que incluso los amigos imaginarios tenían que descansar.
El fin de semana había terminado, Shura estaba acostado a mi lado en la cama, contándome una historia mientras acariciaba mi cabello.
- Shura, ¿mañana iras a la escuela conmigo?
Le interrumpo, y el besa mi frente.
- estaré contigo en todo momento.
No dije mas y el continua su historia hasta hacerme dormí.
Ala mañana siguiente, Shura me despertó, dispuesto a ayudarme ha alistarme.
- tengo que darme una ducha primero, ten toma estas historietas en lo que regreso.
Le dijo para dirigirme al baño de mi habitación, abriendo las llaves de la ducha , mientras retiro mi ropa, para si dejar que el agua cubra mi cuerpo.
- temo por que crezcas y ya no puedas verme… pero mentiría en decir que no quisiera que tu cuerpo y mente fueras el de un adulto…
Escucho la voz de Shura alado mío cosa que provoco que me espantara un poco, pensé que se quedaría en mi cama leyendo las historietas.
Sin embargo tan siquiera antes que yo le contestara, el se había metido en la ducha a mi lado, rozando con la yema de sus dedos mi espalda con lentitud erizando mi piel al contacto.
Aquello me hiso sentir extraño pero guarde silencio.
Por fin había llegado ala escuela, Shura estaba a mi lado, rozando ligeramente mi mano, lucia un poco pálido, como si pronto le tocara su descanso.
Al entrar en mi salón, el silencio se hiso presente y varias miradas se posaron en mi, trague saliva asustado. Era claro que se habían enterado que mi madre les marco ebria invitándolos a mi fiesta de cumpleaños.
Intente ignorarlos sentándome rápidamente en mi butaca, siempre la del rincón del salón.
- miren, miren, miren… el hijo de la alcohólica ha decidido mostrar su cara por aquí… y dime como fue tu fiesta… ¿hubo payaso?, o ¿al menos tu madre no se vomito en el pastel?
Dice uno de mis compañeros, aquel niño que siempre me molesta, yo lo miro en silencio observando también que los demás niños comienzan a reírse de mi.
Trago saliva intentando no llorar, controlando mi respiración como siempre lo he hecho.
- esos hijos de puta, juro que los matare… ignóralos Ángelo yo estoy contigo.
Escucho la voz de Shura tras mío abrazándome, desvió la mirada por la ventana ignorando a aquel niño.
Lo que siento después fue un fuerte golpe, el había arrojado su mochila a mi rostro, logrando que mi nariz sangrara.
- no vuelvas ha ignorarme.
Me dice, mas se que pasara si le contesto, solo me levando de mi asiento, para dirigirme al sanitario, tengo que limpiar la sangre de mi nariz antes que el profesor llegue, no quiero que por alguna razón comience a cuestionar.
Nadie hace nada, algunos ignoran lo que paso, mientras otros felicitan a aquel niño por su buena puntería.
Llego al sanitario, mirándome al espejo y comienzo a limpiar mi nariz, Shura me mira preocupado, pidiéndome disculpas, por no poder detener la mochila.
No es como si en verdad esperara que lo hiciera, pero su simple presencia me tranquiliza.
- no te preocupes Shura, estaré bien.
Le digo sin notar que no he llegado solo al sanitario aquel niño y sus amigos me han seguido.
- ¿con quién hablas?
Me cuestiona y yo no respondo, desviándole la mirada, cosa que le hace mirarme con ira.
- maldita sea que no me ignores.
Me dice acercándose ha mi, empujándome tan fuerte que reboto en la pared.
- te pregunte ¿con quién hablabas?
Nuevamente no respondo, buscando con la mirada a Shura, lucia enojado, preocupado pero mas pálido que antes.
Aquel niño pensando que nuevamente le había ignorado me suelta un fuerte puñetazo, a lo que sus amigos le sonríen.
- chicos vamos a darle una lección, para que aprenda que no debe de ignorar a los que están arriba suyo.
Sentencia mientras sus amigos se me acercan comenzando a golpearme.
De lejos puedo ver a Shura, en sus ojos demuestra desesperación es como si quisiera pelear con ellos, pero en un instante el desaparece y todo se vuelve oscuro.
Al terminar conmigo, dejaron mi cuerpo adolorido tirado en el piso ,corriendo para llegar antes que el maestro al salón.
Yo no quise moverme, dolía hacerlo y mas ahora que Shura no estaba.
Cuando por fin pude levantarme, intente incorporarme lo mejor posible por suerte mi cara no mostraba ningún golpe y los del cuerpo podía ocultarlos.
Intente ingresar al salón, mas el profesor me lo impidió castigándome haciéndom quedar parado en la puerta lo que restaba de las clases.
Las clases habían terminado y aquellos niños solo se burlaban de mi, mas no me importo, comenzaba a preocuparme por Shura quien no aparecía… nunca había tardado tanto tiempo.
¿Será que en la escuela mi imaginación es más débil?
Pensé mientras me encerraba en mi habitación, recostándome en la cama, sin poder dejar de pensar en Shura un solo momento, hasta que quede dormido.
- oye… Ángelo… despierta…
Alguien me hablaba, moviéndome ligeramente.
Abrí los ojos lentamente era Shura, acto después mire el reloj, eran las 3:25 am.
Pero esto no me importo mucho. Me levante de mi cama casi de un salto abrazando a Shura.
- ¿donde estuviste?
Le cuestione preocupado y un poco molesto.
- buscando una forma para protegerte en todo momento.
Responde con firmeza. Mientras se apartaba un poco de mi colocando su mano en mis hombros.
- ¿quieres que nunca te deje? Y ¿Qué te proteja de todo?
Yo asentí con la cabeza, era lo que mas anhelaba, alguien que estuviera por siempre a mi lado.
- Necesito que hagas algo por mi y sin cuestionarme una sola cosas. ¡Ahora! Ve por una vela y algo con que encenderla, ve rápido que el tiempo se termina.
Yo no cuestione asi que , baje con rapidez ala cocina consiguiendo un vela de un cajón junto con un encendedor.
regrese a mi habitación lo mas rápido que pude estirándole, lo que el me había pedido.
- que buen niño eres, ahora préndela frente al espejo.
Obedecí sin cuestionar, mirando mi reflejo frente al espejo siendo iluminado por aquella vela, Shura se coloco tras de mi, tomando mi dedo.
- pase lo que pase, no tengas miedo yo estaré para protegerte y sobre todo mira el espejo.
me advirtió. Mientras yo lo mirada tras el espejo viéndolo pinchar mi dedo, apretándolo un poco para hacerlo sangran.
- nadie volverá ha lastimarte, nadie volverá ha lastimarte, yo te protegeré, yo te protegeré… serás mío.. solo mío.
Susurraba una y otra vez, mientras que con mi sangre, dibuja sobre el espejo una estrella un tanto extraña encerrada en un circulo.
- esta vela es nuestra conexión, ella te dirá que estoy en cuerpo presente ha tu lado, y mientras ella este prendida, nada me separara de ti.
Cerré los ojos un momento, todo aquello comenzaba a asustarme, mas no importaba cual fuerte cerrara mis ojos aquella vela seguía visualizándose en mi mente.
- 3:33… ahora solo escribe mi nombre en el espejo con tu sangre y todo abra terminado.. yo estaré contigo para siempre.
Me dice y yo abro mis ojos nuevamente, tengo miedo, todo esto me da miedo y Shura se da cuenta.
- de otra forma yo desapareceré y quedaras de nuevo solo.
Si, es verdad que eso me da miedo, pero mas miedo me da quedarme solo…
esto ya no parece ser sacado de mi imaginación pero que importa… no quiero volver ha estar solo .
Así que simplemente obedezco escribiendo su nombre en el espejo Y el sonríe extasiado, abrazándome y por primera vez su cuerpo se siente mas real que nunca.
- solo tu podrás verme, solo tu podrás tocarme, pero no pido mas, ahora eres mío… solo mío…y
Su abrazo y su palabras no se sienten iguales, en vez de reconfortarme como antes me hacen sentir angustiado.
Mis ojos no dejan de ver el espejo, observando que lentamente mi sangre desaparece como si fuera absorbido por el, mas eso no es todo una marca parece haber sido tatuada en mi pecho, bajo un poco mi camisa para verla de que se tratara, viendo como en mi pecho una extraña figura, bueno no tan extraña aquella marca la he visto en la parte trasera de las revistas de mi madre. Esa marca representa el símbolo de capricornio.
LA CABRA DEL ZODIACO
- esa marca es el símbolo de que estaré por siempre a tu lado… es marca es la que te convierte en mío...
- ¿tuyo?
Susurro sin dejar de mirar la marca y a Shura abrazándome de manera posesiva tras el espejo.