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39. Un Frío día de Invierno (25) por dayanstyle

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Eric rodó los ojos y se reía. Hyesung desaparecía de un lado del cuarto al otro, carcajeándose cuando aparecía. r13;¡Estoy de regreso!

Era extraño ver a su pareja en un punto y entonces desaparecer. Era como estar viendo Star Trek en donde los miembros de la tripulación eran transportados, sus cuerpos desaparecían. Pero estaba feliz de que Hyesung estuviera feliz.

No tenía idea que el delicado brazalete labrado que Hyesung usaba era en realidad un grillete. Su pareja no le había dicho ni una palabra de eso. —Veo.

Su risa se volvió gruñido cuando Hyesung desapareció y reapareció en la cama, sentado a horcajadas en su regazo con los dedos en los rizos del pecho de Eric. —Entonces, ¿quieres aparecer en algún lugar?

Eric solo podía pensar en un lugar en donde quisiera estar ahora. Y no necesitaban ir a ningún lado. —Dentro de ti.

Hyesung gritó cuando Eric se movió deteniendo al elf, y entonces se giró. La única cosa que ambos usaban era ropa interior que fácilmente podía quitarla.

—Si desapareces fuera de esta casa sin decirme a dónde vas… —Eric pasó su gran mano por el pequeño trasero de su pareja—. Papá oso va a nalguearte. —Apretó suavemente la nalga y luego la masajeó.

 

Hyesung gimió y levantó su trasero, tratando de que la mano de Eric siguiera en su trasero. —Lo prometo.

Eric tomó entre sus dedos la pretina de la ropa interior de Hyesung y la bajó revelando uno de los pálidos globos. Su pene se engrosó ante la vista, se inclinó y pasó la lengua por la piel de su pareja.

Una probada no era suficiente.

 

Eric le quitó la ropa interior, lanzándola a un lado mientras se quitaba la suya, Separó las nalgas de Hyesung, viendo el arrugado agujero rosado frente a él. Se inclinó y pasó la lengua por la apretada entrada de su pareja, dejando que la punta de  la lengua lo invadiera.

—Papá oso —Hyesung gimió moviendo su trasero—. No te detengas.

Eric no tenía intención de detenerse, nunca había dado una mamada en su vida, pero aprendía realmente rápido. Quería darle a su pareja tanto placer como el que le había dado. Eric separó las piernas del elf acomodándose entre    ellas.

r13;Sostenlas.

 

Hyesung asintió rápidamente mientras levantaba las rodillas. Podía ver los brazos de su pareja temblar. Eric bajó la cabeza y dejó que la lengua pasara por su arrugado saco. La piel de su pareja era salada y dulce, mordisqueó el interior de un muslo y luego el otro.

Movió la mano hacia adelante y pasó los dedos arriba y abajo del duro pene de Hyesung, mientras la lengua recorría las bolas de su pareja y entonces regresó de nuevo al agujero de su pareja.

Su lengua lavó el interior de la apretada estrella mientras gruñía, lamiendo y mordiendo. Eric colocó la mano en las caderas de Hyesung, deteniéndolo mientras su lengua se hundía profundamente en el perfecto interior. Un dedo se unió al juego, Eric lamió todo alrededor.

—Pa–papá oso —Hyesung gritó.

 

Eric deslizó otro dedo en el interior, mientras su lengua seguía bañando el agujero de su pareja. El sabor de su pareja era como el del más dulce néctar, la más aromática miel. Eric no podía tener suficiente. Cuando un tercer dedo ajustó sin resistencia, Eric lo liberó y se apartó, alineó su pene y se empujó profundamente dentro de la bienvenida del cuerpo de su pareja.

Se estremeció con la presión alrededor de su pene.

 

El cuerpo de Hyesung estaba hecho para él. Era su propio campo de juegos personal.

Colocando las manos entre los omóplatos de Hyesung, Eric presionó los hombros del elf contra el colchón mientras tomaba sus caderas. Se salió dejando solo la cabeza del pene dentro y se volvió a empujar al interior.

Hyesung gritó, empujó su culo hacia atrás para encontrarse con los empujes de Eric. Eric levantó más a Hyesung, impidiéndole que se moviera mientras se empujaba al interior con toda su capacidad. La sensación de su pareja envolviendo su pene, era exquisita.

Eric podía sentir el hormigueo recorrer su columna mientras movía sus caderas. Se salió antes de correrse y giró a Hyesung, tragando el pene de su pareja. Las piernas de Hyesung cayeron separadas mientras jodía la boca de Eric con rápidos movimientos.

Haciendo su mejor esfuerzo para evitar que sus   caninos lastimaran a su pareja. Eric lavaba con su lengua el pene de Hyesung mientras sentía el semen de su pareja golpear la parte de atrás de su garganta. Hyesung gritó, moviendo sus caderas más rápidamente mientras Eric tragaba su semilla.

Eric se apartó dejando el flácido pene de Hyesung y volviéndose a enterrar, su pene explotó y vio brillos de colores mientras todo su cuerpo se estremecía.

Cayó hacia adelante y acunó con sus callosas manos la cara de Hyesung. —Te amo.

Hyesung lo miró fijamente, sus ojos café-chocolate inundados con lágrimas. —También te amo, papá oso.

Eric se rio ante el término. Podría morir el día que Hyesung dejara de decirle así. Jaló a su pareja más cerca, su pene aun enterrado profundamente en él mientras se quedaba dormido.

 

 

Hyesung se inclinó y sacó la ropa de Yoo Geun de la secadora, la dobló y acomodó las pequeñas piezas en la canasta. Hyesung no podía creer todas las cosas que Mir le había traído a Yoo Geun.

Tres bolsas grandes para basura llenas de ropa, una silla alta, un Jumperoo, juguetes, asiento para el carro y una cuna. Yoo Geun no necesitaba nada ahora. Infiernos, tenía más ropa ahora  que la que había tenido cuando vivían en la tribu.

Estaba agradecido con Mir por traerle todos esos artículos y agradecido con quienes los donaron. Eso fue una bendición. Huir con solo la ropa puesta y la pañalera no había sido lo más inteligente, pero cuando se enfrentó a la posibilidad de perder a su hijo a Hyesung no le importó.

Sonrió al pensar en Yoo Geun. El bebé era un verdadero regalo para él. Ahora Mir estaba arriba con Yoo Geun así Hyesung podía terminar de limpiar. Los osos no eran desordenados, pero a él le gustaba ganarse el estar ahí.

Eric había convertido el pequeño cuarto contiguo en la recámara para Yoo Geun. El cuarto había sido utilizado como espacio para almacenar, desocupar el cuarto no fue difícil. Hyesung amaba cómo su hijo y él habían sido aceptados en casa de los Moon —excepto por Leo. Pero Hyesung trataba de no permitir que eso le molestara.

Su mano se tensó cuando una oscura y horrible sensación lo inundó. Hyesung se enderezó preguntándose por qué se sentía de esa manera. Pero no importaba cuánto trataba de sacudirse esa sensación, solo se hacía más fuerte, haciendo que sus entrañas se tensaran con pánico.

Desapareció del cuarto de la lavandería y reapareció en el cuarto de Yoo Geun. No había nadie. Mir debería de estar aquí con Yoo Geun. Hyesung corrió del cuarto, revisando toda la casa, pero no pudo encontrar ni a su hijo ni a Mir.

Su corazón dejó de latir en su pecho mientras empezaba a jadear. Hyesung cayó de rodillas llorando.

Yoo Geun había desaparecido.

 

La angustia de Hyesung se volvió rabia, creciendo fuerte, recorriendo sus venas hasta que todo lo que veía era la cabeza de Hyun Joong en un jodido platón. Nunca en su vida había querido ver muerto a alguien. Hasta ahora.

—¿Qué sucede? —Eric preguntó apresurándose a entrar en la sala.

 

Hyesung lentamente levantó la cabeza, calientes y  húmedas lágrimas bajaron por su cara. —Yoo Geun desapareció —gruñó con los dientes apretados, desapareciendo y apareciendo en su tribu.

 

Eric se quedó con la boca abierta por medio segundo antes de que pensamientos asesinos lo inundaran. Les gritó a sus hijos, diciéndoles que reunieran a las parejas. Quería que los que no se pudieran defender solos fueran llevados a la Casa de Jongin, mientras sus niños y él salían a buscar a Hyesung y a Yoo Geun.

Hyun Joong iba a pagar por meterse con los Moon.

 

—Mir está perdido —Lee Joon gritó bajando las escaleras corriendo—. Estaba en el cuarto del bebé con Yoo Geun. Ahora no está. Se llevaron a ambos.

Eric maldijo mientras Lee Joon corría a la puerta del frente. Corrió detrás de su hijo, tratando de detenerlo, pero Eric sabía que era una tarea inútil. Lee Joon había cambiado y se dirigía al bosque.

—Llama a Jongin —le gritó a Leo.

 

Chansung bajó las escaleras con Yoseob, Dongho, Junho, y Ryeowook. Los dos vampiros encogidos debido a la luz de la mañana, pero en segundos Tao estaba ahí. Desapareció llevándose a las parejas.

—Jongin envió a Tao por las parejas y él y algunos hombres están en camino —dijo LEO corriendo a la sala—. Pa…

Eric vio a su hijo mayor, vio la sinceridad en los ojos grises. —No es que no me agrade Hyesung. Es solo que… —se interrumpió.

 

Eric se  acercó a  LEO y acunó su  cara, inclinó  la cabeza de su hijo para verlo a los ojos. —Nadie puede apartarme de ti. Podré tener pareja ahora, pero las cosas entre tú y yo no han cambiado. Sigues siendo mi número uno en el rancho y siempre serás mi primer hijo.

—Qué conmovedor —dijo Seung Ho acercándose a ellos—. Ahora si LEO terminó con sus jodidas inseguridades ¿podemos ir a traer a nuestro pa y hermano de regreso? Sin mencionar a Mir.

Eric sabía que Seung Ho tenía un lazo con la pareja de Lee Joon, él y su gemelo eran tan apegados como los hermanos gemelos suelen ser. Pero Seung Ho había matado por Mir. Un lazo como ese no se olvida cuando se había derramado sangre.

Eric se alejó, sintiendo su alma sangrar y un vacío muy profundo. Quería a Hyesung de regreso en sus brazos, en su casa. Jongin llegó con otras camionetas. Eric, y sus hijos subieron.

Sin decir una palabra, ellos recorrieron las tierras de Jongin hacia las tierras que le había cedido a los elves del bosque cuando ellos huían de los elves de las sombras. Qué irónico que fueran los mismos elves que querían matar a su pareja y usar a su hijo para alguna cosa desconocida.

Eric se recargó pensando profundamente mientras iban a toda velocidad a rescatar a los que amaba.

 

La camioneta se detuvo a un kilometro de las tierras de la tribu.

—Cambiaremos e iremos a pie. Cuidado por si las chozas explotan —dijo Jongin mientras él y sus hombres salían de las camionetas.

—¿Las chozas explotan? —Seung Ho arqueó una ceja, saliendo también del vehículo—. Eso se oye divertido.

 

 

Hyesung se mantenía cuerdo por una delgada línea, mientras secretamente se acercaba a la villa. Él había entrado y salido cuando sabía que nadie estaba viendo. Ni Yoo Geun ni Mir estaban por ningún lado, pero rezaba porque Hyun Joong fuera lo suficientemente ególatra para traerlos aquí.

Si no era así, Hyesung no estaba seguro de dónde buscarlos.

 

Él buscaría a ambos hasta el final del tiempo si tenía que hacerlo. No había manera de que renunciara. No podía. Perder a Yoo Geun era como perder parte de su alma. Ese pequeño niño era parte de él y Hyesung se rehusaba dejarlo ir.

Hyesung podía sentir el calor de las lágrimas detrás de sus ojos mientras seguía la búsqueda. Justo cuando su vida había empeorado, el destino le había enviado a Eric. Hyesung había pensado que las cosas cambiarían, la fuerza de Eric presente en su vida era algún tipo de señal.

Pero, aquí estaba, buscando a su hijo porque el bastardo líder se lo había llevado.

Hyesung realmente nunca había peleado. Toda su vida había tratado de solucionar los problemas trabajando en ellos. Su madre le había enseñado que las palabras eran más poderosas que los puños. Pero hoy él iba a usar los puños. Pelearía con Hyun Joong hasta que al final Yoo Geun regresara a sus brazos que era donde pertenecía.

—No lo encontrarás.

 

Hyesung se giró y vio a Hyun Joong de pie detrás de él. Permaneció altivo y orgulloso, rehusándose a reaccionar a la declaración del líder. —¿Qué quieres hacer con él? —le preguntó mientras daba un paso alejándose. No iba a permitir que el vil hombre se le acercara. Hyesung no iba a ser engañado para que le colocara otro brazalete.

Hyun Joong se encogió de hombros y se apoyó en la pared. Hyesung quería hundir su puño en la cínica cara del bastardo. —En su último examen, descubrimos que tiene un muy raro tipo de sangre. Estamos tratando de encontrar la cura para la droga Liquid Wrath.

Hyesung no tenía ni idea de que Hyun Joong había estado tratando de  encontrar  una  cura.  ¿Habría  regresado  su   humanidad?

r13;¿Qué tiene que ver Yoo Geun con todo eso?

—Piensa —Hyun Joong casi gritó mientras se enderezaba—. Usa tu maldito cerebro y abre los ojos. La sangre de tu hijo es la cura. ¿Sabes cuánta gente puede salvar?

 

Hyesung se quedó con la boca abierta ante Hyun Joong. ¿La sangre de su hijo era la cura? La ira lo llenó al pensar en Yoo Geun siendo utilizado para algún tipo de experimento. ¿Habrían examinado la sangre de todos los niños de la tribu? Empezó a sentirse culpable —culpable de no permitir que Yoo Geun fuera usado de esa manera. La sangre de su hijo podría salvar la vida de muchos, pero Hyesung no iba a dejar que le clavaran una maldita aguja a Yoo Geun y lo drenaran.

Empezó a ver a Hyun Joong con una luz totalmente nueva. Quizás él no era tan malo como Hyesung creía, solo desesperado por salvar a muchos. Y entonces Hyun Joong abrió la boca.

 

—¿Sabes  cuánto  dinero  podemos  ganar  vendiendo  la cura? Nosotros seremos ricos, tú y yo, reinaremos la comunidad de lo paranormal juntos.

«¿En serio?»

 

—¿Es en serio? —Hyesung gritó—. ¿Quieres usar a mi hijo por el maldito dinero? ¡Has perdido la jodida cabeza! —Su ira aumentó e imaginó envolver sus manos alrededor del cuello de Hyun Joong—. No lo permitiré.

 

—¿Cómo me detendrás? No tienes ni idea de dónde  está Yoo Geun.

 

 

 continuara...

 

 

 

 

 


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