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Los días dorados. por Midori Kaeru

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Notas del fanfic:

Sall’y san! éste fic es un humilde regalo para ti, por favor, ¡disfrútalo!

Este fic ha sido realizado con la preciada ayuda de Pikacha sama, quien se ha tomado algo de tiempo para revisar y corregir mucho de éste fic. De verdad se lo agradezco mucho. <3

El sol dibujaba una linda tarde en Konoha; se deslizaba cálido por las claras ventanas de la oficina de Hokage mientras un escuadrón ANBU entraba a dar notificaciones de su última misión.

—Esa es toda la información, Yondaime sama — terminó de decir formalmente el líder de ellos.

—Excelente, como siempre chicos. Pueden retirarse —dijo el joven hombre rubio con una sonrisa.

Acatando la instrucción, los ANBU salieron de uno en uno por la puerta, siendo el último de todos, el pequeño líder. Al estar en el marco de la puerta  escuchó aquella dulce voz.

—Itachi san, quédate un poco más, por favor—  el chico volteó a mirarlo y asintió levemente con la cabeza. —Cierra la puerta, si eres tan amable—, ordenó gentilmente el Hokage. Lo hizo y comenzó a caminar lentamente hacia él.

— ¿Qué sucede, Yondaime sama?

— ¡Vamos!, no necesitamos tantos formalismos, Itachi— soltó a reír alegremente.

El menor se detuvo al sonrojarse, en su piel un tono leve. El viento del atardecer jugueteó con sus negros cabellos y miró desde donde estaba hacia la ventana de la que provenía aquel aire. Minato lo observaba, apreciaba el bello tinte dorado que esparcía el sol sobre él.

Había cambiado, en los últimos años había dejado atrás todo vestigio de su imagen infantil. Había crecido pronto, era líder de un escuadrón AMBU desde los 13, cumpliendo impecablemente todas sus misiones había superado las expectativas, una tras otra. A sus dieciocho años estaba a punto de sustituir a Danzou como líder supremo de los ANBU.

No cabía duda, ese joven era excepcional, pero por alguna razón en su mirada siempre quedaban vestigios de tristeza que casi nadie notaba, pero Minato lo hacía; era algo que le intrigaba, como si en cada una de sus facciones pudiera ver la pequeña superficie de sus grandes sentimientos, como si pudiera ver dentro de sus ojeras la tristeza acumulada.

Era algo que le encantaba, más que nada en el mundo, la forma tan humana de ser de ese chico cubierta bajo la capa de prodigio era simplemente fascinante y su mayor pasatiempo era descubrirlo, de poco en poco.

—No te vez muy bien, Itachi, ¿pasó algo en tu misión?

—No todo terminó de forma perfecta. Es sólo que…—continuó su camino hacia el escritorio, dónde se encontraba él; su amante.

  —Tengo miedo, de lo que pueda suceder si descubren lo nuestro— se sentó sobre el escritorio de frente a él; le hablo seriamente y con total fluidez mientras mecía sus pies, que colgaban frente al rubio—Temo la reacción de mi madre y especialmente la de mi padre. Temo que pierdas prestigio ante los aldeanos por mantener una relación como la nuestra.

De momento se detuvo, ya no fue capaz de sostenerle la mirada y sus ojos cayeron al suelo, apenados. Apretó sus puños y tragó saliva, tenía que sincerarse de una vez.

—Pero en especial tengo miedo de Kushina sama, no quisiera causarle problemas; del mismo modo en el que me preocupan Naruto y Sasuke, son muy pequeños para entender y no quiero que sufran. Les quiero mucho a ambos— le costaba respirar, era muy difícil decir esas cosas.

Agachó más la cabeza, hablando cada vez más suavemente, apenas audible. Pero tenía que ser fuerte, había elegido amar a esa persona; definitivamente aceptaría todo hasta sus últimas consecuencias. Le miró de frente, soltando la síntesis de su verdad. 

—No podemos dejar de lado que hay quince años de diferencia entre tú y yo, si a ti no te molesta a mí mucho menos; pero la gente suele ser cruel y no quiero que te afecte; eso realmente me preocupa.

Minato le había estado escuchando con atención, mirando cada una de sus acciones. Apreciando los colores. Una mano suya tomó la de él y la estrechó con ternura.

—Quisiera decirte que te preocupas demasiado, pero mentiría si te dijera que yo no lo he pensado— le dijo mientras paseaba con su otra mano entre esos cabellos negros y el contorno de su rostro– Yo también tengo miedo, Itachi, pero te amo demasiado como para dejarte ir–. El joven Uchiha trataba de contener las lágrimas, se sentía tan bien saberse amado por la persona a la amas.

—Itachi san ¿no quisieras besarme? — dijo con una amplia sonrisa. No lo dudó ni un solo segundo y se entregó por completo; se sentó sobre sus piernas, recorriendo con una mano su cabello y con la otra su espalda mientras lo besaba apasionadamente.

Dejándose llevar por el momento, le quitó el broche de su capa y comenzó a bajar el cierre de su ropa; mientras besaba su cuello y bajaba lentamente. Sus manos entraron por debajo de su playera azul de mangas largas. Minato lo alejó suavemente con sus manos — ¡Espera!, ¿¡estás insinuando que lo quieres hacer aquí!?

Itachi se puso de pie y se quitó tanto el chaleco ANBU como su playera, quedando con el perfecto torso desnudo. Se tronó los dedos de las manos y comenzó a desabrochar su cinturón.

— Sí, lo deseo justo ahora — dijo con un sexy tono de voz mientras se deshacía totalmente de sus pantalones.

El mayor se quedó paralizado por un momento, le sorprendía la necesidad de su amante. Hacer eso era tan repentino e imprudente, pero entendía su comportamiento; él aún era joven, apenas estaba aprendiendo a amar y el deseo sexual lo tenía a flor de piel. La adrenalina y la pasión, todo le era tan urgente. 

—¿Qué se le va a hacer? —suspiró con los ojos cerrados y su dulce sonrisa de siempre. Levantó sus manos y se dejó desnudar por él. Primero le quitó aquella playera azul, lamiendo cada centímetro de su piel, tocando sus músculos y saciando su deseo. 

El rubio no podía evitar reír ligero ante las cosquillas que le producía el juguetón tacto del menor, respondiéndole, acariciaba su cuello y su espalda. El azabache había bajado más su boca, besándole por encima de su ropa interior. Al sentirlo presuroso, le tomó con firmeza de su coleta, haciéndole mirar hacia arriba, hacia él.

Apreció con atención sus ojos negros, y veía en ellos tantas cosas. Le sonrió y él le devolvió el gesto travieso. Deslizó los dedos de una de sus manos por sus sensuales labios, tomo lentamente el inferior entre sus dedos índice y pulgar, carnoso y de un bello tono roza; lo presionó suavemente mientras entraba en su boca el dedo medio, tocando la punta de su lengua, moviéndolo en pequeños círculos, haciendo escurrir la saliva por su mentón. Sabía perfectamente lo que prendía a Itachi, podía saber lo excitado que estaba en el hermoso rubor de su cara.

Él había tenido la dicha de ser el primero en disfrutar de la sexualidad del chico, y no sólo eso; le había llevado al auge de esa parte salvaje de sí, haciéndole descubrir puntos y sensaciones en su cuerpo que él jamás se hubiera imaginado.  

«Sólo deseo ser poseído por ti  y poseerte. No espero nada más» pensaba el menor mientras lo abrazaba, dejándose tocar completamente. Y todo se derretía, comenzaba a escurrir, a deslizarse sutilmente por el cuerpo de ambos.

La pasión y el amor.

Suspiros entrelazados.

«No deseo nada más que estar contigo, para siempre».

-*-

Jiraiya paseaba por el lugar, había vuelto de su último viaje y quería ver a su discípulo consentido después de haber pasado toda la mañana con su querido ahijado entre paletas heladas y muchas ranas.

Quería hablar con él sobre su nuevo libro erótico, de en qué se había inspirado, cómo había sido su publicación y el mediano éxito que estaba teniendo; y sobre lo bien que se la había pasado en su viaje de investigación y sus constantes discusiones con Dan; sí, tenía mucho de qué hablar y unas ganas terribles de ir a beber con él y pasar horas riendo, como era costumbre.

Pero forme se acercaba escuchaba con más claridad gemidos. Abrió con facilidad la puerta y aunque ya lo sospechaba, al ver los cuerpos desnudos y sudorosos de aquellos dos apuestos jóvenes disfrutando del placer del sexo, no pudo contener un grito de sorpresa — ¡por Rikudō Sennin, Minato! ¡Ponle seguro a la puerta!

Con los ojos abiertos como platos cerró rápidamente la portezuela y la atascó a modo de que nadie más irrumpiera. Al escuchar que no paraban aquellos eróticos sonidos, entendió que no le habían escuchado, o tal vez ni siquiera le hicieron caso. Rio para sí mismo, « ¡que pervertido se ha vuelto ese jovencito! »

La escena; Minato, sentado sobre su silla de Hokage, sostenía al hermoso azabache de su cintura mientras éste subía y bajaba sus caderas disfrutando de la penetración del mayor.

¡Dios, era tan vergonzoso! «Yo no vi nada»se mentía, no podía evadir el rubor que se apoderaba de su rostro «tal vez debería  probar esa posición esta noche, seguramente a Orochimaru le gustará»No pudo evitar soltar una risilla pervertida «seguro que sí»y alegre se fue soltando humos y carcajadas.

Notas finales:

Quería mantener la sorpresa de la pareja principal, por eso el resumen está tan raro (ñ_ñ;) lo cambiaré la siguiente semana que suba el capítulo 2.

Ya teníamos planeado escribir éste fic, pero a penas lo estoy haciendo. Si bien ya salimos de vacaciones Caín y yo, ambos nos hemos llevado materias a exámenes finales. Afortunadamente yo sólo tengo que presentar mate, pero Caín estaba preocupado porque se llevó entre las patas cuatro de doce, así que ha estado estresado. Y en nada ayudó que de un día para el otro me dijo que quería cambiar la historia de ¡Dangos para Itachi!, sinceramente me enojé mucho por todo el tiempo que le habíamos dedicado del capítulo 10 al 15, Pero después de mucho hablar y hablar, de mucho toma y damequedamos en que pausaríamos ese fic en lo que se acababa el periodo de exámenes finales; él dijo que no escribiría nada hasta pasar sus materias. Vamos a cambiar la historia que tenía y el final será diferente, por una razón que incluso ahora no entiendo del todo, a Caín le aterra echar a perder el fic con la parte que había escrito pero bueno, siempre es un poco difícil trabajar en equipo ¿no? Además de eso, lo que nos desalentó fue comenzar a ver algunos errores graves en el fic, que iremos corrigiendo con calma más adelante. Pero algo es seguro, ese fic continuará y el final que tendría inicialmente será subido y estará escrito completamente por la mano de Caín

De mientras yo he tenido algo de tiempo de ocio, he escrito algunas otras cosas, he leído otros fics y me he inscrito a algunas convocatorias relacionadas con este precioso mundillo. De hecho subiré una pequeña viñeta hoy mismo, no creo ganar el concurso pero fue divertido hacerlo ;3

Este capítulo lo escribí totalmente yo, y de hecho creo que se nota ¡me hace mucha falta Caín! Sobre todo en las escenas eróticas me siento muy torpe. Espero que me pueda ayudar en los siguientes capítulos.

Gracias por leer, espero que les haya gustado éste capítulo. Especialmente tú, Sall’y, de corazón, gracias

-          Midori Kaeru


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