Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

No es la gran cosa. por Rather be

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

-No me agrada- murmura Kate, al ver ingresar en su oficina a Luisa ¿Cómo podía ser que ni bien la vi pasar por esta puerta sentía todo mi cuerpo en alerta? .Estas no eran maneras de recibir a la nueva jefa de la empresa. Quien en tan solo un par de palabras, me propone no solo ir hacia una nueva sucursal y un mejor sueldo; sino que tambien estaría a cargo de varios empleados. ¿Se imaginan? Rapidamente se me iluminaban todas las oportunidades de mis sueños.

Esta nueva jefa me agradaba, claro que era joven, pero su manera de hablar, con cuidado y tan meticulosamente delicada, me dejo sin habla. Era toda una profesional. Suspire aliviada al menos Gabriela no tendría que lidiar con una completa imbécil.

Claro que aun con tantos puntos a favor, ¿No entendía porque me inquietaba?

Anoche trate de comunicarme con Gaby, para preguntarle que tal su día, y hablar de vanalidades, ya que se había marchado tarde de su oficina y no tuvimos tiempo para ponernos al día. Odiaba cuando Gaby se sumergía de tal manera en el trabajo, muchas veces terminaba estresada y con fuertes dolores de espalda; por trabajar constantemente. Vamos que tampoco estoy diciendo que viva de parranda, ninguna de las dos ideas me agradaba, pero al menos yo la arrastraba hacia la segunda una o dos veces al mes. Que para su pequeña crisis de edad, era impensable.

Si continuaba pensando de esa manera envejecería rápidamente. Sonrió sin darme cuenta, ella se enojaría si escucha eso.

 ¿Donde está Gabriela?. Me pregunto una vez que veo como mi jefa, empieza a agrupar a los equipos,  Se supone que Luisa daría su presentación en 3 minutos; resignada trato de adentrarme entre la cantidad de personas hacia su oficina. Pero cuando llego descubro que ya no se encontraba ahí, la secretaria la arrastra hacia el hall central. Verla de esta manera me causo un poco de gracia; sin embargo mi sonrisa se disipo al verla mirar tan atenta a Luisa.

Dios mío, estaba perdida en aquella mujer. Las risas de los presentes serian las que me sacarian de aquel transe emocional en el que me encontraba. Gabriela, ¿mi amiga Gabriela estaba interesada en Luisa? No pude evitar comenzar a sentirme mal; corrí hacia el baño del personal.

Ahora entendía porque todo mi ser me alertaba. Y yo como una ilusa, caí a sus pies, dejaría a Gaby a disposición de esta mujer, mientras yo sacaba fotografías y tenia éxito en mi carrera. La culpa no me dejo tranquila durante todo el resto del día.

Y para joder aun mas, Luisa es notificada de mi ascenso, ella viene a mi oficina a felicitarme, mientras yo sentía como mi corazón se partía en pedazos. Claro que aun así, pude sacar algo bueno de todo esto al generar una mueca extraña en Luisa al vernos a ambas abrazadas. Sin embargo con pesadez deje que Gaby la acompañara.

Semanas después la relación entre ella, no iba mejorando todo lo contrario. Gabriela creía que Luisa se metía demasiado poco en su trabajo, cuando Luisa le exigía eso mismo a ella. Muy mala manera de iniciar, todos sabían lo meticulosa que era Gabriela con el trabajo, nadie debía cuestionárselo si no querían tener a Gabriela molesta dando vueltas por las oficinas; pero sin embargo Luisa lo hizo. Y no solo eso, también la había ascendido para ser ni más ni menos que su secretaria.

Gaby esa noche me llama, y me cuenta de lo aburrido que había sido su día sin mi presencia por los alrededores. Sonrió tontamente al escuchar eso y se lo agradezco, sin embargo luego de que aquella atmosfera “rara” se formara, ella vuelve a recordarme lo tan “amigas/ hermanas” que somos.

Mi corazón se vuelve añicos nuevamente. Desde que nos volvimos a reencontrar trabajando en la misma empresa publicitaria, nuestra relación de amigas era lo único a lo que podía aspirar. Y ella me lo dejaba en claro, para hacerme más miserable.

Y cuando por fin creía que podía salir de las tinieblas, al conocer una chica bastante guapa de mi nuevo equipo en la revista, Gabriela me llama, pidiéndome que saliéramos a divertirnos. Me imagine que esto sucedería, ya que Luisa no era de las que daban muchas vueltas. Y aquí estábamos ambas tratando de olvidarnos de aquella persona que nos lastima, Ella de Luisa y yo de ella. Era gracioso y triste por igual.

Gracioso porque creí que todo se solucionaría con unas botellas de vodka; cuando todo el mundo sabe que lo único que consigues es a una mujer de fácil acceso carnal. Soy patética, y me aproveche vilmente de mi mejor amiga. Arrastrándola hacia un bar gay, ¿Para qué? ¿Demostrarle como podía uno divertirse sin ocultar quien realmente era? A quien quiero engañar, Soy de lo peor.

Y Luisa me lo resalto en todo momento; cuando por casualidad la vemos observándonos. Gabriela toma mi mano y me lleva hacia fuera rápidamente. Yo quería decirle que se detuviera que estaba bien, que Luisa me viera besarla; pero sus ojos desprendían miedo y vergüenza.  

Lo nuestro no es más que una vil ilusión que quiero mantener viva, para mi convenio; era tiempo de despertar de este sueño.

Y finalmente sucedería cuando Gabriela se ausenta una semana entera del trabajo y viaja hacia la casa de sus padres.

Gabriela desde aquella tarde en la que hui de su departamento, me ha mandado y dejado mensajes en todos lados; sus palabras desgarraban más deprisa mi corazón, me pedía disculpas y que la perdonara; pero no podía enojarme con ella, Había tomado una decisión.

Y debía apoyarla. Aun cuando por accidente, la nombrara, o cuando nos reuniéramos en nuestras tardes de amigas, y tuviera que ver como Luisa hiciera acto de presencia y la besara frente a mis ojos. O como miraba su celular al recibir mensajes de ella.

Pero todas aquellas situaciones no se presentarían, ya que Luisa se iría a Barcelona. Tengo que admitir que un poco de felicidad sentí al escuchar aquello; pero basto para ver como Gabriela contenía sus lagrimas para volver a sentirme miserable.

Quería golpear a Luisa con todas mis fuerzas. Estaba lastimándola aun sabiendo lo que ambas sentían por la otra. Era imbécil. Salí de la oficina antes de que mis puños se estrellaran contra el cráneo de esta.

-No me agrada- repetía una y otra vez, mientras limpiaba mis lágrimas.- ¿Por qué no puedo ser yo?- le preguntaba a mi reflejo, una vez dentro del ascensor.  

Salgo del ascensor y me subo a mi automóvil, conduzco hacia mi oficina.

...

Tres semanas mas tarde.

Con una sola idea en la cabeza, tomo una pluma y un trozo de papel. Y comienzo a escribir mi carta de renuncia. De unos cuantos pasos llego a la oficina sino hubiera sido porque me choque con un muchacho… su nombre creo que es Gastón.

Fin.

  

Notas finales:

Solo dire una cosa ¡¿Concidencia?!.

Muchas gracias por leer. Tal vez mas adelante escriba algo mas sobre Luisa, pero por ahora aqui se termina.

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).