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No es la gran cosa. por Rather be

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-Esto no se trata de quien de las dos es mas apropiada para quedarse con Gabriela- dice Kate tratando de cubrirse con su campera de cuero- no es un objeto, no puedes utilizarla para satisfacer tus deseos- dice ahora apretando los dientes.

-Has dicho que no es objeto, pero si puedes decidir por ella, me tomas por idiota? Realmente puedes llamarte su mejor amiga o solo cuando te conviene?- le pregunto desafiando.

Ella frunce su seño. - Solo quiero que Gabriela sea feliz- dice cruzándose de brazos.

-Oh creo que estoy confundiendo las cosas, pero eso no se lo llama manipulacion?- ella solo pone sus ojos en blanco.

- Ella no es gay, deberias saberlo ya - dijo Kate apretando sus manos- sabes lo que me dijo una vez, una relacion asi, no puede terminar nunca bien- termina la oración con la mirada perdida en el pavimento.

-Escucha Luisa puede decidir por ella misma, se que es dificil dejarla ir, pero hasta que no escuche de sus propios labios que me quiere lejos, seguire creyendo en mi instinto- dije dandole la espalda.

-¿Tu instinto? ¿Cual el de ponerle las manos encima? Por favor- Kate lanza una carcajada al aire.

-No, el de dejarla que aprenda a su ritmo, deberias saberlo ya mejor que nadie, que Gabriela no es tan debil y delicada como la haces- Kate se queda en silencio.

Desde el primer dia, en que cruce aquella puerta de mi oficina y vi como Kate abrazaba a Gabriela, supe que aquellos sentimientos que tenía hacia ella, no eran correspondidos. Hasta el punto de que sus deseos protectores la volvieran una maniatica.

 –Es tarde, debemos irnos- dice esto ultimo sin mirarme. Segundos después veia como el auto se alejaba.

Agotada psicologicamente volvi hacia donde estaba David. El al escuchar todo desde las tinieblas, me abraza.

[Gabriela]

Aquel dolor de cabeza insoportable, empezaba a ponerme de muy mal humor, aquel horrible olor a cigarro en mi ropa,  solo hizo que reviviera aquel momento en el que “bese” a Kate. Definitivamente estaba en problemas.

[Recuerdo]

Siempre supe de los sentimientos de Kate, latentes por ser correspondidos. Pero no quería ilusionarla, no quería generarle falsas esperanzas, pero no importaba cuanto lo pensaba, seguía llamándola. Seguia abusandome de su bondad, solo porque me sentía sola. Sabia que sufria por verse asi, pero no podia fingir sentir algo por ella, solo para complacerla. Durante nuestra adolescencia le habia permitido que lo hiciera, pero no era una relación sana. Siempre peleabamos, siempre eramos rechazadas, por la sociedad, por la religión, en el trabajo, en la escuela, o por nuestras familias. Pareciamos que queriamos ir siempre contra todas las cosas. Eso me recuerda a una vez en la que mi tio, me dijo.

-Para ti es mas fácil, cerrar los ojos ¿No es así?-  me pregunto mi tío. Una tarde de diciembre sentado en el césped de su jardín.

-Si- respondi sin mirarlo aun con la vista en el cielo.

-Que triste, niña.- giro mi rostro con inquietud. El aclara su garganta, mientras se quita sus gafas -Que triste será tu vida entonces- dice el, mientras se recuesta, para mirar las nubes pasar, a mi lado.

-Sabes, si no te conociera diria que tienes miedo de salir lastimada- me pregunta mientras enciende un cigarrillo.

-Asi es- dije cerrando mis ojos, mientras sentia como una leve brisa acaricia mis mejillas.

Si tan solo hubiera sabido que la siguiente vez en la que lo veria, seria en un hospital internado, tal vez no me hubiera comportado de esa manera.

[Fin del recuerdo]

-¿Qué esperas que haga ahora?- pregunte mirando el techo de la habitación.

-Lo ideal seria que comas algo- dice Kate a mi lado.  Yo al verla di un grito, ella tambien se asusto al escucharme gritar. Segundos después ambas nos reíamos, ambas estabamos recostados sobre la cama.

-Podrias hacer un ruido siquiera- dije lanzándole una almohada.

-Es divertido verte en tu propio mundo- dice Kate tomando la almoada antes de que la golpe en el rostro. -Eso me recuerda, hice café quieres?- me pregunta mientras se incorpora.

-Claro- dije acompañándola hacia la sala.

Una vez que consegui quitar a Silvestre, del sillón, nos acomodamos frente a la televisión. Ambas con nuestras tazas humeantes. Kate enciende el reproductor y una suave música suena en el ambiente.

-¿Estuviste haciendo yoga?- me pregunta al escuchar atenta la musica.

-Si- dije avergonzada, mientras Kate me devuelve una sonrisa triunfante.

-Quien diria que por simple curiosidad, terminarias realmente dedicandote largas horas a la yoga-

-lo se, parece que fue ayer... cuando- dije levantandome mientras muevo las colchonetas hacia su lugar. Kate me observa aun desde su lugar del sillon.

Hablamos largos minutos sobre yoga, musica o incluso peliculas, pero no mencionamos nada de la noche anterior.

Hasta que de repente suena, una canción, la misma que habia sonado anoche justo en el momento en el que nos besamos. Rapidamente cambio, Kate se da cuenta y se queda mirando un lugar fijo. Kate deja su taza a un lado, y me mira.

 Se acerca lentamente, antes de que me bese, la detengo.

-¿Que estas haciendo?- le pregunto incorporándome. Ella toma mi mano, y me mira.

-Dime que ese beso de anoche no significo nada- me exige con un extraño brillo en su mirada.

[Al dia siguiente: Lunes 09: 30 am]

-Buen dia- dije saludando a todo el equipo, una vez dentro del hall central. Todos responden a la vez, mientras vuelven a sus quehaceres. Tomo asiento justo al lado de la silla de Luisa. Dentro de 5 minutos, tendría que presentar los nuevos proyectos que fue desarrollando con participación de la revista MODA.

Sobre la hora, Luisa ingresa junto a Kate, ni una ni la otra me miraron siquiera. Por un lado lo agradeci, tenían que demostrar su profesionalidad frente al equipo.

La charla resumida y al pie, consistía en que la empresa ahora además de trabajar en conjunto con la revista, la patrocinaría. Y la revista a su vez, le brindaría nuevas firmas con marcas de indumentaria. Salian ganando ambas partes sin duda. Una vez que firmaron unas cuantos papeles, se marcharon cada una por su lado.

En todo el dia, no vi a Luisa ni caminando ni coqueteando con la recepcionista. Me pareció curioso, ya que ella es muy inquieta. Le suele gustar dar unas cuantas vueltas por el piso. Supuse que se encontraba desbordada de trabajo ya que tenia varias citas esta semana y sin contar con las presentaciones con los directivos extranjeros. Luisa podia dominar muy bien el ingles, y el alemán, pero ya hacia 3 horas que no se la veia por ningun lado. Luego del repentino ingreso de su padre a su oficina, Luisa no volvio a salir de su oficina.

Cuando creía que no podia quedarme ahí, fingiendo indiferencia, la recepcionista me lanza una carpeta, y me indica que se lo lleve a Luisa. Sorprendida ante la actitud de aquella mujer. La miro arqueando una ceja, sin embargo la my zorra se larga sin mirar siquiera.

 ¿Estaba enojada porque Luisa no la consentia?, sonrio por lo bajo. Veo que no era la única que se habia percatado de lo que hacia y dejaba de hacer Luisa. Me quedo mirando la carpeta que ahora tenia en mis manos, preparo un café con 3 de azúcar (como le gusta a Luisa) y toco la puerta, no espero su autorización ya que sabia que estaba sola, e ingreso.

Una vez que ingreso, la veo ¿llorando?. ¿Luisa estaba llorando frente a mis ojos?. Ambas nos quedamos petrificadas al ver a la otra.

-¿Que sucede?- sale de mis labios inconscientemente, mientras cierro la puerta.

-Nada- dijo dándome la espalda, rapidamente suena fuertemente su nariz.

-Cielos, y yo que crei que eras educada- dije provocandola, Ella suelta una pequeña risa debo admitir que eso no me lo esperaba  –Aquí tienes- dije tratando de distraerla de su pesar, coloque la carpeta sobre la mesa. Ella suspira, se gira y la lee.

Finalmente es ahi donde la veo, sus ojeras estaban cada vez mas grandes, su nariz estaba roja, sus ojos tambien lo estaban, me alarmo al ver que le sangraba su labio inferior. Sus cabellos estaban todos revueltos, dentro del tacho de basura de su oficina estaba una fotografía con el cristal roto. Cuando trato de tomar la fotografía. Ella se incorporo.

-Deja eso ahí- me ordena.

-Pero, esta fotografía- dije quitándole los fragmentos de los cristales rotos. Se podía ver una niña sonriente en brazos de una mujer.

-Si, lo se. Es de mi familia- dice Luisa pausadamente antes de mirarme.

-¿Que ha sucedido?- dije antes de presionar su labio inferior que comenzaba a sangrar.

-Tuve una pequeña discusion con mi padre- dice antes de tomar ella misma mi pañuelo de tela.

-¿Quieres hablar sobre ello?- pregunto sin quitarle mis ojos de encima.

-¿Por qué te interesas en mi?- me pregunta, mientras se pone de pie acortando su distancia cada vez mas la distancia entre ambas.

-No lo se- dije antes de abrazarla. Luisa quien tenia el cuerpo rigido, comienza a seder para lentamente comenzar a llorar.

Cuando conocí a Luisa, la odie, luego la envidie, para volver a odiarla.

Sin embargo, aun cuando tengo en brazos a Luisa llorando por la perdida de su madre, no logro diferenciar si esto era amor o compasión.

Con pesar separo a Luisa de mi cuerpo y la miro, ¿Por qué contigo es diferente?.

 -Si lo sabes- dice Luisa antes de besarme.

Notas finales:

Gracias por leer.


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