Desde mi oficina. La veo, charlando con los nuevos empleados de marketing en el hall central. Segura de sus decisiones. Carismatica y con una leve sonrisa en sus labios presenta sus nuevas propuestas al equipo.
Hacia mas de 5 horas que iba de reunión en reunión, acompañada de Kate quien tambien presenta una de las nuevas tapas y contratapas de la renovada colección de la revista.
Creo que la relacion entre ambas había cambiado, ya no se veía tan latente ese odio que sentían la una por la otra, como hace un mes atrás. ¿Qué sucedió?
Supongo que solo habia una manera de averiguarlo, pero no lo quería hacer. Hablar de Kate con Luisa no era algo precisamente agradable. Pero cuando accidentalmente salía el nombre de Luisa, maldición, parecia que le metia puñales a Kate.
Una vez finalizado las reuniones me presento en la oficia de Luisa, quien no me miro siquiera, me entrego 3 carpetas con gran cantidad de copias, exigiéndome que para los próximos 45 minutos, ya estuvieran entregadas y completadas por el personal.
Sin darle mucha vuelta al porque Luisa estaba comportándose como una idiota, reparti los proyectos en diversos grupos de directivos del lugar. Cuando llego al ultimo cubículo, el del nuevo empleado, me detengo para arreglarme mi camisa, justo en ese momento escucho su voz.
-¿Has escuchado que la nueva presidenta va a renunciar la semana próxima?- pregunta una voz mas gruesa.
-Si, lo escuche. ¡Finalmente!- grita contento- desde que ha llegado lo único que hemos hecho ha sido trabajar como unos esclavos. Mientras ella solo deambula por la oficina de la de recursos.
-¿tu tambien lo has notado?- pregunta otra voz metiéndose en la conversación. –Sera acaso que esas dos…?-
-¡Que asco!- grita uno. Todos comienzan a reir. Lentamente me acerco al cubículo, los 3 sujetos se quedan petrificados del susto.
-¡Señora Gabriela!- grita el primero alertando a los demás.- ¿en que podemos ayudarla?- pregunta el mas joven, fingiendo indiferencia.
Me limite a dejarles las carpetas restantes y las indicaciones de cuando y como debían ser entregadas. Ya me encargaria de ellos despues.
Con mis pies pesando toneladas vuelvo hacia mi oficina. No importaba si me trataban de asquerosa, o rara. vamos que era considerada la peor artimaña del mundo. Estaba acostumbrada.
Lo que mas me molestaba era que Luisa iba a renunciar. ¿Por qué? Con aquella pregunta en la cabeza, no supe como pero estaba frente al escritorio de Luisa. Quien trataba sin éxito de disimular su sorpresa ante mi intromisión. Sin embargo no fue la única, ya que Kate que estaba a su lado tambien se giro sorprendida al escuchar la puerta.
-¿En que puedo ayudarte Gabriela?- dice Luisa llevándose una taza de café a sus labios. Recien en ese momento salgo de mi transe emocional y las miro a ambas.
-Escuche que renunciaras- suelto mirándola fijamente.
-¿Qué?- pregunta Kate mirando a Luisa.
....
Cualquiera que me viera, diría que tengo todo lo que se busca en una persona. Tengo carisma y soy responsable. Nunca hablaba de manera inapropiada, tenia un buen trabajo, vivía sola y tenia grandes amigos.
Pero de que me servia tener todas esas virtudes, si no podia demostrarle a la persona que me gusta, que es lo que siento. Como podia ser dulce con alguien a quien yo mismo empujo. Se muy bien que Gabriela siente algo, le rompió el corazon a su mejor amiga, por el amor de dios. ¿Qué mas necesito entonces? Pensaba mientras estaba acostada. Amanecería dentro de poco. Toda la noche me lamente por mi madre, pero lo imbécil que fui con Gabriela me supero. No habia dormido nada. Mi estomago no quería ingerir alimento. Sin creer que podia caer mas bajo, recibo una llamada de Gastón.
-David fallecio esta mañana- dijo forzando su voz.
-Gastón no estoy para bromas- dije acariciando mi frente. Ante el silencio del otro lado, comienzo a inquietarme- ¡¿Gastón?!- pregunto alzando la voz.
-Ojala lo fuera...- dice con la voz ahogada. Comienza a relatarme como fue que sucedió, -dicen que fue una guerra de bandas, y como el era seguridad de uno de los cabecillas, fue brutalmente baleado al quemarropa- dice Gastón del otro lado de la linea. -El crematorio seria dentro de dos días, en el lugar…- deje de escuchar la voz de Gastón después de eso.
-Dios- dije, antes de colgar y lanzar mi celular fuertemente al suelo.
Desde que me habia mudado a esta ciudad, parecia que la desgracia me desbordaba, a quien engaño, no importaba cuanto mis piernas me alejara de todos,volvia a tocar fondo.
Intento llamar a mi tio. Queria librarme de este dolor. Mi celular logicamete estaba hecho trizas, lo apreto entre mis manos, conteniedo mi ira...¿Que sucederia ahora?
...
Unas horas mas tarde me presento en el trabajo, no habia rastros de Gabriela, por un lado me sentí aliviada, no sabria como comportarme. Cuando dejo mi firma y recibo mis citas del dia, Kate estaba de pie esperándome en la puerta de mi oficina, suspire ruidosamente. Seria un largo dia.
-Comencemos- dice Kate quitandose su chal color crema, dejando al descubierto su saco de vestir color rojo. Debo admitir que Kate es una mujer muy hermosa, su cabello rubio ondulado, y sus ojos celestes.
Luego de presentarme su proyecto, se me quede mirando fijamente.
-¿y bien?- me pregunta, con su seño fruncido.
-Excelente- digo incorporándome de mi sillon. Kate me sigue con su mirada antenta.
-¿Sucedio algo?- me pregunta sin mirarme ya que estaba escribiendo en su celular.
-No- dije acariciando mi cien.
-¿Hablaste con Gabriela?- me pregunta mientras coloca su portátil sobre una pila de papeles.
-Si- digo cortante. Ella se queda en silencio mirando la ciudad por la ventana de cristal.- pero tiene todo el derecho del mundo, en odiarme
-Eres una persona ya de por si detestable- dice con una sonrisa -pero Gaby te quiere... es una cabezota- dice desviando su mirada.
-Kate. ella tambien te...- dije buscando su mirada.
-¡No te atrevas a decirlo!...- dice golpenado la mesa, me toma por el cuello de la camisa. -¿Realmente crees que rebajandote de esta manera algo cambiara?...- me pregunta, mientras sus manos le tiemblan.
-Dejame responder por ti...¡No!- dice aun sin soltarme.- jamas la vi asi, tan feliz... tan anhelante de algo, por favor... no la dejes ahora- dice soltandome de golpe, ella se frega sus ojos, evitando que sus lagrimas siguieran saliendo.
-Si lo haces, demostraras mi teoria de que eres una completa imbecil- dice apoyando su mano sobre el frio cristal.
El sonido de la puerta abriéndose nos toma a las dos por sorpresa. Dejando entrar a Gabriela, palida y con sus ojos decaídos.
[fin del recuerdo]
[Gabriela]
- ¿te iras?- pregunta Kate, tomando por el brazo a Luisa quien estaba ausente hace varios segundos.
-Si, mi padre abrirá una nueva surcusal en Barcelona, y me pidió si podia dirigirla allí- dice Luisa girando en sus manos un bolígrafo.
- Entonces es verdad…- solte antes de apretar mis manos entre si.
-Bueno- dice Kate en el medio de ambas -lo mejor sera que las dejes a solas- dice Kate intentando salir de la habitación. Pero la sujeto por el brazo. Ella se gira y puedo ver como sus lágrimas caen. Enojada me dice -sueltame, no soy a quien deberias retener- dice antes de forcejar y salir corriendo.
Me quedo de pie, esperando que todo lo que haya escuchado solo sea una pesima broma de Luisa.
Luisa se lanza sobre el sillón, y suspira ruidosamente. -Crei que me golpearía- dice acariciando su cabellera.
Yo lo haria, queria decirle, pero ¿Por que deberia? No eramos nada, solo eramos jefa y empleada.
Soy una idiota por creer que realmente ella era la indicada.
-Bueno, ya que sabes la respuesta a tu pregunta, deberias volver al trabajo- dice mientras comienza a masajearse la cien.
¿Donde se habia ido, la joven entrometida, engreida y agresiva. Que me volvia loca? inhalo suficiente oxigeno como para darme el coraje para enfrentar mis temores y finalmente hablo.
-¿Que paso? Luisa mirame... tu no eres así, dime que te asusta tanto.. hablame... dime que es esto que siento por ti...- le pregunto sentandome a su lado. Luisa me mira sorprendida.
-Gabriela- dice mientras trato inutilmente de ponerme de pie. La tomo rapidamente del brazo.
-¿Por que huyes de mi?- pregunto abrazando su cuerpo. Ella se pone en alerta, pero no se mueve de mi lado.
-acaso no es eso lo que importa? el que este a tu lado?- le pregunto, ella solo me mira, segundos despues rompe en llanto.
- Mi mejor amigo fue asesinado- dice entre lagrimas y llanto.
Maldije por lo bajo. Ahora caia en cuenta de porque sus pomulos estaban mas oscuros, sus ojos estaban apagados, parecia que habia envejecido diez años.
-Dios- dije abrazandola mas fuerte.
Una vez que Luisa logro calmarse, la oblige a que me acompañara a comer. Nada bueno lograria, negandose al mundo. Cada vez que algo malo le sucedia, mi corazon se comprimia. ¿Esto es lo que se llama amor? ¿Desear que a la personas que mas amas, nunca le suceda nada malo?.
Quiero protegerla, pero ella se iria a Barcelona, dejandome atrás.
Luego la acompaño hacia su oficina.
-No puedes irte ahora- dije acariciando su rostro. Luisa suspira, toma mis manos y las aprieta.
- Gabriela, por favor, te mereces alguien que te respete y que este a tu lado...- dice cabizbaja.
-¿Cómo puedes amarme y respetarme si te largas dejándome atrás? ¿Es que acaso eres idiota?- le pregunto mientras golpeo fuertemente su pecho.
-¿Gabriela?- pregunta asustada Luisa, mientras mira a su alrededor.
-No, escuchame, ¡Te quiero!. No importa lo doloroso que sea tu vida, estaré siempre a tu lado. Te ayudare, te cuidare, dejame hacerlo- dije elevando cada vez mas mi voz.
-Pero... Kate y tu familia… incluso aquí en el trabajo no podremos permanecer ambas sin generar rumores- dice Luisa apretando sus manos entre si.
-¿Siempre fuiste tan tonta?- le pregunto mientras frunzo mi seño. Ella traga ruidosamente. – Los rumores en la oficina, ya fueron solucionados. Despues de todo soy la encargada del personal ¿lo olvidas? –Luisa sonrie.
-Pero, a este paso echaremos a todo el personal- dice Luisa divertida. Gabriela también sonríe.
-Mis padres ya saben lo nuestro, bueno, al menos le he dicho que salgo con una cabeza hueca y malhumorada chica.- a Luisa se le forma una enorme vena en la cabeza. Estaba enojada.
Me sujeta fuertemente por el cuello de la camisa.
-¿Disculpa? que le has dicho a tus padres?- me pregunta irritada.
-le he dicho que eres muy bonita y que...- Gabriela se acerca al oido de Luisa y le susurra el resto de la oración. Luisa se sonrojada y divertida la besa.
-¿Quieres comenzar ahora?- le pregunto divertida. Antes de que me bese nuevamente, la tomo por el rostro.
- Kate, encontrara una joven y hermosa chica que la amara, ya verás- dije acercándome hacia Luisa.
-Me basta con que no seas tú- dice Luisa sin apartar su mirada de mis labios.
-¿Algún otro impedimento más que deba solucionar?- le pregunto antes de besarla. Luisa me sonríe y me obliga a que me siente sobre sus piernas. Podia sentir el leve temor en sus manos. Le sujeto su mano y se la beso. Y la deposito sobre mi pecho.
-Claro que no- dije besándola nuevamente.
Sus labios eran tan adictivos, eran tan carnosos y tan dulces. La abrazo por el cuello, y la atraigo mas hacia mi cuerpo. Luisa abrió de un solo golpe mi camisa, y me levanto la falda hasta la cintura. Que importaba si eran las 5 de la tarde, que importaba si era la oficina de mi jefa, esto no es la gran cosa. Y no lo seria, solo es amor y haria lo que fuera para que perdurara.