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Un nuevo camino a casa por Aria Rovimare

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Notas del capitulo:

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La partida

Parte 2 ~Una Señal olvidada~

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Eran pasadas las once de la mañana cuando Naruto y Sasuke se dispusieron a salir de casa rumbo al templo, habiendo ocupado la menor cantidad de tiempo posible para prepararse después de su extenso saludo matutino. Se adentraron en el auto más cercano rápidamente -empujados por el frío apremiante que los rodeó tras salir de casa-, y debido a eso, se encontraban viajando nuevamente en el automóvil de Sasuke.

—… Es posible que hoy terminemos el traspaso de chakra. —Dijo Naruto con alivio, desde el asiento del copiloto.

Sasuke le miró de reojo, un tanto sorprendido. De acuerdo a lo que Kurama les había dicho hace poco, tenía una idea aproximada de cuanto quedaba para terminar con todo ese proceso pero, no esperaba que su finalización llegara tan pronto.

—¿Por qué lo dices? —Decidió preguntar Sasuke esta vez, sin apartar la mirada del camino frente a él.

Sintió la mirada de Naruto posarse sobre él por un breve instante.

—Bueno… Kurama nos dijo ayer que probablemente quedan solo dos días más, pero nuestro ritmo mejora con cada día que pasa, así que…

—¿Crees que eso acelerará el proceso?

—…Si. —Musitó Naruto, afirmativamente.

La conversación parecía haberse detenido después de aquella clarificación, y el silencio que le siguió no hubiese sido problema para Sasuke, de no ser porque en esa ocasión se convirtió en algo difícil de soportar. Tras detenerse frente a un semáforo en rojo varios minutos más tarde, Sasuke se giró levemente para mirar a su copiloto, intrigado por el silencio repentino en que se sumergió después de responderle. Lucía un tanto cabizbajo, en comparación a cuando salieron de casa. ¿No se suponía que estaba aliviado por terminar todo aquello más rápido de lo esperado?

—¿Sucede algo? —Se atrevió a preguntar, antes de enfocarse nuevamente en el camino y retomar la marcha.

—No… es solo que… —Naruto pausó su habla por un momento. —Ayer, Kurama nos dijo su verdadera razón para cooperar con todo esto.

—… ¿A qué te refieres?

—Kurama dijo que al igual que los demás bijuus, su consciencia también desaparecerá, con el tiempo. Por eso, prefería hacer esto a dejar todo su poder sin control alguno…

Un deje de preocupación se podía divisar en sus palabras. A Sasuke no le sorprendió ese detalle, de hecho si no se preocupara no sería Naruto en absoluto. Lo que si le sorprendió un poco, fue enterarse de que el zorro había tomado en cuenta una posible desaparición para su propia existencia. Aunque, si se lo pensaba más a fondo, todo eso podía tener una buena explicación.

—Si lo piensas bien, aquello tiene sentido. —Dijo Sasuke. —Kurama tiene una reserva de chakra más grande que el resto de los bijuus, pero debe existir un límite para él también.

—¿Habías pensado en esto antes, Sasuke?

—No. —Dijo Sasuke, pues era la verdad. —¿Es la idea de él desapareciendo lo que te preocupa?

—Algo así… —Respondió, pero parecía un tanto confuso. Sasuke quiso decir algo pero Naruto retomó la palabra antes de que ocurriera. —El asunto es que, ahora que ha entregado la mayoría de su chakra, ¿No crees que podría desaparecer más rápido?

Sasuke le dio un rápido vistazo a su compañero, antes de dar una última vuelta en una esquina, preparándose para estacionar. Cuando detuvo el motor del auto, se giró hacia Naruto por completo. Este parecía perdido en sus pensamientos, que acorde a su postura decaída y expresión entristecida, le indicaban que estos no eran nada buenos. Intentando mejorar su estado anímico, a pesar de no tener una idea muy clara de cómo hacerlo, Sasuke dejó fluir sus propios pensamientos.

—No creo que ese Zorro astuto vaya a desaparecer muy pronto, Naruto. —Dijo Sasuke al final, ya que después de tantos siglos viviendo por sí mismo, él no creía que el zorro se fuera a dar por vencido muy fácilmente. —¿Cuánto dijo que faltaba para eso?

—Dijo que no estaba seguro. Podrían ser meses, o más de cien años. —Respondió Naruto, haciendo memoria.

—Si eso es lo que dijo, no deberías martirizarte pensando en ello antes de tiempo. Con suerte, creo que nosotros moriremos antes de que él lo haga, y eso será en mucho tiempo así que no te preocupes… —Naruto parecía conservar un poco de duda todavía, por lo que, decidido a hacerle pensar en algo más, Sasuke añadió a su discurso algo más personal. —Personalmente, planeo vivir muchos años más, Naruto. Y de ser posible, planeo vivirlos contigo. —Un leve enrojecimiento inundó las facciones de Naruto, quien estaba repentinamente avergonzado por su declaración. Sintiendo que iba por buen camino, Sasuke suspiró con alivio antes de seguir. —E incluso si no fuese así, no creo que debas sentir culpabilidad por ello, pues simplemente habría llegado su tiempo. A final de cuentas, has salvado a muchos con esta idea tuya de ayudar a Kaya a volver a casa, y cuando todo esté hecho, habrás salvado a muchas más.—Le recordó Sasuke, haciendo referencia a su idea de arreglar las cosas por la paz, antes de dejar que Kaya y Jin hicieran de las suyas para volver a casa.

Alzando el rostro por fin, Naruto le miró fijamente por varios segundos, como si intentase encontrar algo más en los ojos de Sasuke. Luego, su postura se relajó y su expresión también se tranquilizó.

—Creo que estaba pensando mucho en ello-ttebayo. —Habló finalmente, apartándose y cerrando los ojos un momento. Después, sonrió con las energías renovadas. —Creo que ya estoy mucho mejor. —Sonrió. —Gracias, bastardo.

—Hn. —Sasuke recibió su gratitud. —Aunque no deberías agradecerlo… —Agregó, antes de salir por fin del automóvil siendo seguido por Naruto.

Caminaron con paso algo acelerado hasta el templo, adentrándose velozmente en el lugar para escapar del frío que los amenazó al momento de salir del auto. En el interior de este, una calidez reconfortante les recibió, pero Naruto sabía que no podría disfrutar de aquella calidez por mucho más tiempo, no después del retraso que tuvieron más temprano por la mañana.

Con que al fin llegan, mocosos. —Dijo Kurama a modo de saludo. Sasuke solo asintió.

Sin percibir ni un leve indicio de burla en el tono de voz del zorro, Naruto confirmó que no pasaría mucho tiempo allí adentro. Algo que lamentó. Se congelaría allí afuera antes de comenzar con el traspaso de chakra. Sin embargo, sin querer aminorar su previo entusiasmo por este nuevo detalle, Naruto le dio a conocer lo que se había impuesto internamente para ese día.

—Definitivamente, hoy terminaremos con todo esto, Kurama.

Con los ojos entrecerrados por la irritación, Kurama hizo contacto visual con él antes de contestarle.

¿En serio creer lograrlo después de todo el tiempo que hemos perdido, Mocoso? —Dijo.

—Claro que lo lograré, ¡Solo mírame!

Una risilla se escuchó desde el otro lado, llamando la atención de Sasuke. Era Kaya, cubriéndose la boca mientras intentaba no ser indiscreta. Ni el zorro ni Naruto le prestaron atención.

Bien. Pero no te la pondré fácil, Naruto. —Le avisó Kurama, antes de darse la vuelta -sin mirara a nadie más- para encaminarse hacia el bosque como hacía todos los días. Con ironía agregó: —Espero que te queden las suficientes energías después de tu provechosa mañana con el mocoso Uchiha…

Naruto se tensó, visiblemente avergonzado por recordar su encuentro matutino, antes de reclamarle al zorro mientras seguía sus pasos.

—¿¡Qué se supone que insinúas con eso!? ¡Oye, Kurama!

La risa de Kurama se escuchó desde lo lejos seguida de su voz, de la cual no se distinguió ninguna palabra en específico desde la lejanía.

Cuando estuvieron a solas, Kaya, quien estaba recargada junto a Jin, le envió a Sasuke una mirada significativa. Este simplemente frunció un poco el ceño.

—Naruto necesitaba estar contigo. —Fue lo único que dijo la pequeña, su semblante lleno de tranquilidad y seguridad habiendo dejado atrás su anterior risa. Sasuke no lo negó. No sabía cómo, pero tenía la sensación de que ella sabía que Naruto necesitaba de su apoyo ese día, sin contar las actividades provechosas que le hicieron perder -solo un poco- la noción del tiempo por la mañana. Aunque no se arrepentía de nada.

Sasuke y Kaya se miraron en silencio hasta que un grito se escuchó desde afuera, sobresaltándolo.

¿¡Dónde te metiste, Sasuke!?

Kaya soltó una pequeña risita.

—Creo que te llaman. —Le dijo.

Sasuke soltó un chasquido antes de salir del templo para mezclarse con el frío que comenzaba a invadir Konoha. Tratando de evitar los leves escalofríos que querían recorrerle el cuerpo bajo su ropa, llegó hasta el lugar donde Naruto y Kurama se encontraban. El zorro tenía una perversa sonrisa dibujada en la cara y Naruto le miraba desde su asiento frente a él, con evidente molestia mientras tiritaba. Naruto también intentaba controlar los espasmos que el frío le provocaba, aunque sin resultados, claro estaba.

¿Realmente crees poder concentrarte en estas condiciones? —Preguntó Kurama, esta vez sin ocultar su ironía al verlo tiritar incontrolablemente.

—¡Claro que sí, Kurama! —Le aseguró, en medio de un escalofrío. —Solo, tenemos que comenzar con esto y ya está.

Después de esa aclaración, Naruto le envió una mirada rápida a Sasuke mientras sonreía por verlo llegar al fin, antes de realzar los sellos necesarios para iniciar aquel proceso en un profundo silencio. Buscando el árbol que le servía de soporte durante la espera, Sasuke simplemente le sonrió de regreso. No era que fuese su obligación permanecer allí, solo observando como el traspaso de chakra ocurría, y sin que él pudiera constatarlo con su mirada. Sin embargo, permanecer al lado de Naruto le permitía sentir que le apoyaba de alguna manera. A lo largo de las horas, podía notar como el estado de concentración continua afectaba al cuerpo del otro y, para su alivio y tranquilidad en los últimos días, el agotamiento de Naruto frente a todo eso había sido prácticamente nulo.

Después de unos minutos de haber comenzado con su tarea, pudo notar como los escalofríos incesantes dejaron de aquejar a Naruto, quien estaba otra vez, completamente sumergido en su estado de imperturbabilidad. Incluso tardó menos que días anteriores en adentrarse en su estado común de concentración. Fue en ese instante cuando Sasuke se percató de que tras acostumbrarse a su nuevo ambiente, los temblores que a él mismo lo amenazaron momentos atrás, también habían abandonado su cuerpo desapareciendo sin más.

Transcurrieron más de dos horas durante las cuales Kurama y Naruto entraban y salían de aquel estado de concentración. Las primeras dos ocasiones en que descansaron, el zorro seguía retando a Naruto, insistiéndole en que no podría alcanzar su objetivo planeado para ese día. Tras el tercer descanso, Kurama no lo insistió más. Naruto no parecía perder sus energías en ningún momento, e incluso, cada vez que terminaban su sonrisa de logro se volvía más evidente.

Sintiendo que era ya una hora pertinente, Sasuke se dispuso a marcharse del lugar como siempre hacía en busca de comida. Naruto debió intuir que saldría sin necesidad de dar aviso -porque ya era algo común-. No obstante, apenas le sintió alejarse más de lo normal de aquel lugar, Naruto abrió ambos ojos y se movió un poco en dirección a Sasuke, interrumpiendo el traspaso de chakra.

Para extrañeza de Sasuke, Kurama no le regañó por ello.

—¿Dónde vas, Sasuke?

El susodicho suspiró.

—A traer algo de comer, como cada día.

—Oh. —Musitó Naruto, algo impresionado. Sasuke levantó una ceja en muestra de duda. —Por un momento lo olvidé-ttebayo. Estaba demasiado concentrado…—dijo después, algo avergonzado.

Kaya y Jin irán por ella. —Interrumpió Kurama, quien no había dicho palabra hasta el momento. —Yo se los diré. —Añadió, a la vez que se ponía de pie. —Y Naruto, tómate esta pausa como tu último descanso de hoy. r13; Dijo, antes de emprender su regreso temporal al templo.

—¿Hm? —Naruto observó con un poco de duda a su compañero el zorro, mientras se alejaba de ellos. Después sonrió al comprender todo. —Así que ya queda poco… ¿No es genial, Sasuke?

—Lo es. —Respondió, estando de acuerdo con él, sin embargo, no podía creerse que realmente en tan pocas horas hubiesen avanzado tanto como para estar tan cerca de finalizar.

—Yo se lo dije. Hoy todo avanzó con muchísima facilidad. —Acotó Naruto, evidentemente orgulloso por su avance.

Recordando el inicio del proceso, cuando el agotamiento hacia mella en Naruto al finalizar el día, Sasuke se alegró por su avance también. Frente a él, Naruto le sonreía con satisfacción, pero está se borró inmediatamente después, mientras se llevaba ambas manos a la cabeza en señal de pánico.

—¡Debí decirles que compraran ramen-ttebayo!

Dejando salir un suspiro resignado, Sasuke se quedo mirando la silueta de Naruto mientras corría hacia el templo para dar su importante aviso.

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Solo dos horas más tarde, el traspasó de chakra llegó a su fin. Naruto parecía genuinamente contento por haber logrado su cometido, más no lo estaba en cuanto al asunto de Kurama se refería, y Sasuke lo sabía.

—Oye Kurama, ¿No sientes como si te estuvieras desvaneciendo o algo? —Preguntó Naruto mientras lo inspeccionaba con la mirada de pies a cabeza, todavía un poco preocupado.—¡Y no mientas!

De pie al interior del templo -ya que habían regresado- y cruzándose de brazos, un tanto molesto Kurama, observaba como Naruto le rondaba mientras decía todo eso.

No voy a desaparecer hoy mismo, Naruto. Ni muy pronto tampoco. Ya te lo dije. —Dijo y Naruto se detuvo.

—¿Estás seguro? —Insistió Naruto de todas formas.

Lo estoy. —Aseguró Kurama. —Y más importante que eso, debemos establecer cuando será la partida de ellos dos... —Añadió, cambiando de tema.

La atención de todos los presentes se enfocó en Kaya en ese momento. La pequeña no había pronunciado palabra desde que ella y Jin regresaron con su mandado, dedicándose simplemente a observar las interacciones entre los demás. Sasuke la notó tensarse, lo que le dio a pensar que tal vez, estuviera dudando acercar de cómo responder a una pregunta implícita en las palabras de Kurama.

—¿Planeas quedarte algo más de tiempo con nosotros, Kaya? —Preguntó Sasuke, al ver que ella no aclaraba el punto necesario para dejar fluir la situación.

—No… —Respondió ella, con simpleza. No había tintes de nerviosismo o duda en sus palabras. —Solo estaba decidiendo cuando sería el mejor momento para irnos. Podría ser hoy y no me molestaría. —Explicó.

No creo que hoy sea el día adecuado. Y sus condiciones no son del todo favorables. —Kurama alternaba su mirada entre Kaya y Naruto, para detenerse en este último.

—¿Qué quieres decir con eso, Kurama? —Dijo Naruto.

Sé que has demostrado tener una energía desbordante hoy, pero eso puede cambiar en cualquier momento. No sientes nada del agotamiento de otros días, ¿No es así? —Naruto asintió, dándole la razón. —Aún así, eso puede cambiar de un minuto a otro. Si viajan hoy… —Agregó, volteándose nuevamente hacia Kaya y Jin. —…él podría colapsar a mitad del proceso. Y no queremos eso.

—¿Qué sugieres entonces? —Preguntó Jin.

Deben descansar el mayor tiempo posible hoy. Los tres. No sabemos como el viaje afectará a sus cuerpo —Dijo, refiriéndose a Kaya, Jin y Naruto. — Se irán mañana entrada la noche. —Estableció.

Ninguno objetó nada en contra de ello.

Sasuke supo desde el inicio de todo el conflicto, que aquella niña tenía como plan definitivo el marcharse de ese mundo y volver al suyo, sin embargo, no pudo evitar pensar solo por un momento que ella tendría razones para querer quedarse. Obviamente, ella había formado lazos de afecto con la mayoría de ellos, y en especial con él. Desde un principio ninguno quería acercarse al otro pero, poco tiempo después las cosas cambiaron y solo por un instante, Sasuke creyó que aquello podría hacerle flaquear en sus objetivos. Pero al parecer, la había subestimado.

—Entonces, tendré toda esta tarde para despedirme de ustedes. —Dijo la niña de pronto, sonriendo un poco.

Naruto, quien había estado de pie en todo momento, se acercó hasta ella tras escuchar sus palabras y se arrodilló para mirarla de frente y tomar sus manos. Parecía repentinamente entristecido.

—… No puedo creer que ya te marchas, Kaya-chan. —Dijo, lastimeramente.

Kaya se sobresaltó por el apodo, sin saber exactamente qué decir.

—Sabíamos que esto pasaría desde el inicio, Usuratonkachi. —Intervino Sasuke.

Volteándose rápidamente, Naruto enfrentó a Sasuke.

—¿Cómo puedes ser tan insensible, Sasuke? Después de que la aprecias tanto…

—Solo estoy asumiendo la realidad. —Respondió el aludido, y aunque estaba un poco avergonzado por quedar en evidencia, no negó nada. Pues a pesar de que no le agradasen los niños, Kaya ciertamente había sido una excepción.

—Sasuke tiene razón, Naruto. —Dijo Kaya. —Aunque extrañaré todo esto…es mejor así.

Todos allí sabía lo necesario de su partida, y aunque su pensamiento reflejara, a fin y al cabo, su verdadera naturaleza -la de un ser que obtuvo el poder de un dios-. Tampoco podían dejar de lado la idea de que, a pesar de ser solo su apariencia, ella todavía era una niña.

Repentinamente, entre el nuevo silencio que se instaló en el lugar, el sonido de las bolsas con la comida resonó de pronto, regresándolos a la realidad.

—Será mejor que comamos… —Habló Jin, mientras retiraba del interior el alimento, buscando alejar de Kaya una nueva tensión inesperada.

—¡Eso suena bien! No puedo creer que hubiera esperado tanto… —Alegó Naruto, después de pasar más de dos horas esperando, ya que a Kurama se le ocurrió la gran idea de terminar con el traspaso de chakra antes de disponerse a comer.

Antes de acomodarse todos en la superficie del suelo, Kurama bufó con cansancio al saber que Naruto quería reclamarle -nuevamente- por retrasar su hora de comida. Sin embargo, Naruto lo observó desde su sitio y solo sonrió. Probablemente Kurama también estuviera pensando acerca de lo débiles que era los seres humanos como para necesitar alimentarse tan seguido…Pero su sonrisa se desvaneció al ver lo que había entre sus manos. Sasuke lo notó.

—Si estás deprimiéndote al no ver Ramen allí, recuerda que no es un platillo que puedas preparar para comerlo casi tres horas más tarde, Naruto. —Dijo.

—Eso ya lo sé, bastardo. —Casi murmuró Naruto, enfurruñado.

Junto a Naruto, Kaya comenzó a reír de la nada ante su comportamiento.

¿Lo ves, Naruto? Una niña esta riéndose de ti porque actúas como un niño. —Les interrumpió Kurama, quien estaba junto a ellos más por inercia, que por necesitarlo.

Volteándose hacia el zorro esta vez, Naruto estaba preparado para replicar con todas sus fuerzas, pero fue interrumpido súbitamente al ver como alguien se asomaba por la entrada del templo, esa que ellos se habían asegurado de mantener cerrada a causa del frío. A su lado, Kaya dejó de reír.

—¿¡H-Hinata!? —Exclamó Naruto, mirando hacia donde estaba. Y Sasuke también se dio la vuelta, un poco sorprendido, para confirmar que era ella quien estaba allí.

Con certeza era ella, quien se había asomado solo un poco y luego había retrocedido unos cuantos pasos con rapidez. Se notaba insegura, pero Sasuke no sabía si era a causa de haberles encontrado allí ese día, o si era a por saber que la estructura dentro de la cual estaban, formalmente estaba a punto de derrumbarse. Algo que claramente no sucedería, ya que esta se había mantenido intacta desde aquel lejano día en que él se vio frente a frente con Kurama por primera vez.

—Cálmate Naruto. —Le dijo después, levantándose de su sitio para acercarse a su prima. No tenían por qué alarmarse, no estaban haciendo nada malo.—Hace años que no venías por aquí… —Añadió después, saliendo del templo. —¿Viniste a pedir algo al Zorro?

Hinata todavía parecía un poco confundida por lo que vio. Sasuke no podía decir nada sobre ello ya que, bueno, él no era muy devoto que digamos como para rondar por aquellos sitios, además de que estaba prácticamente invadiendo un templo que se suponía, estaba vetado para la población en general debido a su peligrosidad.

—¿Están todos bien? —Le oyó preguntar en cambio, haciendo caso omiso a su anterior pregunta. Ella miraba con detalle cada parte de la estructura del templo, lo que le ayudó a entender a que se refería. Estaba un tanto preocupada.

—Lo estamos. Aunque luzca de esa manera, el lugar es firme.

Asintiendo, Hinata retrocedió un paso más mientras acomodaba su bufanda. Después le dio un vistazo fugaz a aquella piedra sagrada del templo, frente a la que pidió ayuda para Sasuke muchos años atrás.

—Yo…vine a pedirle algo. Aunque no estoy segura de si servirá. —Dijo, refiriéndose a la idea de Kurama como una deidad. Dejando más a la vista su casi imperceptible nerviosismo, preguntó: —¿Qué hay que ti, Sasuke? ¿Por qué estaban todos allí dentro?

Sasuke se reprendió mentalmente por no haber pensado en alguna excusa antes de salir del lugar, pero había estado más preocupado por no dejarle ver a con claridad cuantas personas habían allí adentro más que de ese detalle.

—Nosotros-

—… Fue un capricho de mi prima Kaya. — Interrumpió Naruto a Sasuke, saliendo del templo también. Él y Hinata le prestaron atención.—Debe regresar pronto a casa y quería hacer algo antes, en este templo…

—Así que de eso se trata... —Dijo Hinata, comprendiendo.

Agradeciendo la intervención de Naruto, Sasuke agregó: —Así es. La insistencia por obtener cualquier cosa que quieran en su familia es gigantesca, como puedes ver. —Explicó, sin un matiz específico que determinara la naturaleza de su mensaje. Simplemente, buscaba evidenciar una realidad innegable, mientras intentaba actuar con normalidad.

—…Espero que eso sea un cumplido y no una ofensa, bastardo. —Dijo Naruto, ocultando la molestia que aquello le provocaría de ser un insulto. Sasuke le sonrió.

—Tómalo como un cumplido, usuratonkachi. —Después de todo, su persistencia los había traído de regreso. Naruto parecía satisfecho con su respuesta.

—Se llevan muy bien, ustedes dos... —Dijo Hinata de pronto, alejando a Sasuke y Naruto de su repentina ensoñación.

Cuando volteó nuevamente a verla ella, Hinata parecía sonreír, sin embargo, no era una sonrisa de felicidad sino de algo más que Sasuke conocía muy bien. Una sonrisa que él mismo intentaba dibujar de vez en cuando en su vida pasada. Sinceramente, esperaba que ella no fuera tan perspicaz como para haber sacado conclusiones solo de una mirada entre Naruto y él, no después de tan poco tiempo tras su ruptura con Naruto.

—Sakura-san me dijo que el asunto con tu acosador había terminado Naruto-kun. ¿Ustedes terminaron siendo amigos? —Preguntó después. No parecía estar insinuando nada con sus palabras, pero su extraña sonrisa se mantenía dibujada en sus labios.

—Algo así… —Respondió Naruto.

Sasuke no quería intervenir, sentía que no debía. Cuando Naruto buscaba algo más para decir, una suave voz les interrumpió.

—Están tardando demasiado.

—Kaya… —Dijo Naruto.

Frente a la pequeña, Hinata simplemente movió su mano a modo de saludo. Sasuke pensó que tal vez Kaya no le respondería, tal y como había hecho la primera vez que le vio, pero para su alivio y sorpresa, respondió con un asentimiento de cabeza. Luego continuó.

—Si tardan demasiado, la comida se enfriará todavía más.

Antes de responderle a la pequeña, Sasuke se giró nuevamente hacia Hinata. Ella le sonrió genuinamente esta vez.

—Está bien, lamento haberlos interrumpido…pero —Luego titubeó un poco. —Naruto-kun. —Le llamó. —¿Podría hablar solo unos minutos contigo?

Un tanto nervioso, Naruto reunió su mirada con la de Sasuke buscando en él una respuesta que debía ser solo suya. Este, por su parte, tenía el presentimiento de que aquel encuentro era algo importante para su prima. Ella no interrumpiría a nadie con una charla si no fuera realmente importante.

—Kaya, adelantémonos. —Dijo Sasuke a la pequeña, abriendo un poco más la puerta para adentrarse nuevamente al templo. Kaya no dijo nada, simplemente obedeció.

—Fue un gusto verte de nuevo, Sasuke. —Se despidió Hinata, con su cortesía habitual.

—Lo mismo digo. —Contestó Sasuke, antes de adentrarse en el templo nuevamente y cerrar la puerta tras él.

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Al verlo cerrar la entrada, Hinata se alejó un poco del templo, acercándose esta vez a una de las piedras ceremoniales para afirmar su cuerpo allí. Naruto le siguió hasta allá, afirmándose en la piedra de la misma forma. Estaban lado a lado después de eso, con solo el silencio entre ellos hasta que ella lo interrumpió.

—… Ha sido bastante tiempo desde que estuvimos de esta manera. —Dijo.

Naruto concordó con ella. Desde aquel día en que ambos habían dejado ese tipo extraño de relación que no traía beneficios para ninguno de los dos, ellos no habían mantenido ningún contacto. Por supuesto, Naruto estaba inseguro sobre si intentar llamarle o no, por lo que envió un mensaje que a pesar de ser visto, no fue respondido por más que un: "necesito más tiempo". Había intentado dejar de pensar mucho en ello, y prácticamente lo había logrado, con todo el asunto del traspaso de chakra y su relación con Sasuke. Aun así, había pequeños momentos durante los que no podía evitar pensar en cómo ella se encontraba. Naruto giró su rostro levemente hacia Hinata para mirarla atentamente. Lucía mucho mejor en ese momento en comparación al último día en que se vieron.

—Lamento haberme mantenido alejada durante tanto tiempo…

—No te preocupes por ello, Hinata… lo entiendo.

Hinata le miró de reojo y le sonrió como antes, antes de ver otra vez hacia el frente.

—¿Cómo has estado, Naruto-kun? —Preguntó, con evidente culpabilidad. —Después de que caíste en ese coma debí preguntártelo antes pero… en verdad, lo lamento.

—Oh… te refieres a eso. —Naruto había olvidado que ella era la única que no sabía que aquello que le sucedió no fue exactamente un coma. Por eso mismo, parecía estarse viendo como alguien insensible cuando no lo era para nada. Necesitaba tranquilizarla sin decirle la verdad. —Estoy bastante bien. Como vez, siempre he sido de los que sanan rápido.

Ella se relajó.

—Me alegro de que estés bien... —Hinata lo dijo con profundo alivio y sinceridad y después calló. El silencio no fue incómodo ni nada parecido. Parecía estar cavilando posibilidades sobre si mencionar algo o no. Cuando al fin pareció tomar una decisión, retomó la conversación.—Naruto-kun.

—¿Hm?

—¿Ha ido todo bien con la persona que amas? —Preguntó.

Lo había pillado por sorpresa. Un poco escandalizado por la pregunta inesperada, Naruto se alejó algunos pasos del lugar donde se encontraban.

—¿P-por qué preguntas eso, Hinata? No creo que sea el momento más-

—Naruto-kun —Le interrumpió ella, con severidad. —No te preguntaría sobre ello si no estuviera lista para oír la respuesta.

—Pero…

—Está claro que todavía no he olvidado mis sentimientos por ti, pero estoy comenzando a superarlos. Ayúdame con eso, por favor. —Explicó Hinata ante la reticencia de Naruto, quien no quería ser un insensible y equivocarse estando frente a ella, otra vez. —Ayúdame a pensar que esto no fue en vano.

Naruto respiró profundo y se acercó a la roca, afirmándose junto a ella una vez más. ¿Estaría todo bien si no le revelaba todo? No pensaba que fuera pertinente decirle que estaba de pareja con alguien más prácticamente desde que ambos terminaron. Naruto se auto-convenció de que su caso con Sasuke era especial, si hablaban de temporalidad, ellos habían esperado más de una vida para eso. Aunque al final, no podía justificar nada para alguien que no estaba enterado de ello. Por lo que, no, no podía revelarle todo lo que había sucedido.

—Bien… somos más cercanos ahora. Habían algunos malentendidos entre nosotros que fueron aclarados, así que… —Dijo.

—¿Le dijiste que le amas?

Hinata no estaba controlándose para nada. ¿Realmente se encontraba bien sabiendo todo aquello? Naruto le miró de reojo y simplemente se resignó, manteniendo el cuidado. Finalmente, impulsado por su pregunta, Naruto navegó rápidamente entre sus memorias buscando un momento en que lo hubiera dicho, pero no encontró ninguno. Ciertamente, se habían dicho que se querían, y se demostraban lo que sentían con acciones más que con palabras, por lo que jamás vio necesario el decirlo tan directamente.

—No. —Dijo. —No lo he hecho.

—Deberías intentarlo ¿No crees? Has perdido demasiado tiempo Naruto-kun. —Dijo Hinata, completamente en serio, mirándolo de frente esta vez.

—¿Eh? —Naruto estaba comenzando a confundirse ante la actitud de su amiga, por un momento, incluso llegó a creer que ella conocía todo lo que sucedió en su pasado. Pero era imposible. —Hinata-chan, ¿Por qué insistes tanto en eso…?

—Solo busco animarte…

Naruto endureció su expresión. Aquello no podía estar bien. : —No creo que esto te haga bien, Hinata. —Dijo, intentando ser sincero. Ella era su amiga todavía y no quería lastimarla más.

Ella se alejó un poco de Naruto, enfocando en esa ocasión su mirada en el templo y sonrió por unos breves segundos.

—Ahora sí puedo desearte la felicidad debidamente. —Le aseguró. —He tenido más tiempo para asimilar todo y aceptarlo al fin. —Naruto se tranquilizó, ya que Hinata no parecía estar fingiendo.—Hoy vine hasta aquí para pedirle fuerzas al Zorro del templo, pero creo que no será necesario al final. Sé que puedo enfrentarlo de esta manera…—Hinata se volteó hacia él, para observarle desde los cuatro pasos que les separaban. —Naruto-kun, tú amas a mi primo, ¿Verdad?

—…

El asombro de la revelación no le dejó hablar. Naruto podría decir que su corazón se detuvo por un instante, y sin saber por qué, todo su cuerpo se llenó de un temor incomprensible. ¿Por qué Hinata sabía sobre eso? ¿Cuánto tiempo lo había sabido? ¿Había hecho algo para que lo supiera? No tenía ni la menor idea de cómo responder a esas dudas. Sintiendo nuevamente el ritmo de su corazón, Naruto se enfocó en su amiga una vez más y la encontró sonriéndole, pero con resignación. Fue ahí que comprendió, que esa era la última prueba que ella necesitaba para darle un final a todo eso. La verdad contra la cual estuvo luchando por mucho más tiempo del que Naruto se podría imaginar.

—Tu silencio me lo confirma. Después de haberlo sospechado tanto tiempo, saberlo es prácticamente un alivio para mí. —Ella todavía le sonreía. —No creo que él te rechace si le dices lo que sientes Naruto-kun. Se nota por la forma en que te mira que eres especial para él.

Entonces, Naruto cayó en la cuenta de que Hinata solo había intuido esa parte y no aquella que los vinculaba todavía más. Sin embargo, aún tenía algunas dudas que quería resolver.

—Hinata… ¿Cómo sospechaste que era Sasuke? —Naruto no creía que su cambio hubiese sido demasiado desde que le conoció, allí en Konoha.

—… No parabas de preguntarme acerca de él antes de llegar a Konoha, ni de hablarme de él después de que lo conociste en persona. —Respondió ella, resignada. Pero luego esa resignación se trasformó en algo parecido a la frustración. —Además de otros detalles que deberías descubrir por ti mismo Naruto-kun.

—Lo siento por eso-dattebayo. —Dijo Naruto, al recordar sin problemas su inconsciente y monotemático discurso. Darse cuenta de que había estado tan prendado de Sasuke, sin siquiera haberse percatado de ello comenzaba a avergonzarle. Hinata no se había merecido vivir aquello al permanecer a su lado, pero de todas formas, no era como si fuera de él toda la culpa. Ella también pudo haber hecho algo para protegerse a sí misma.

—Es algo que ya pasó… —Dijo Hinata. —Y en ese entonces todo eso no se me hacía tan extraño. —Tras unos segundos, Naruto le vio acercarse hasta él una vez más, para permanecer a su lado mientras se afirmaban en la gran piedra que estaba a sus espaldas. Hinata continuó. —Además, ahora me doy cuenta… de que también fue mi culpa que hubiéramos terminado en esta situación. Tuve miedo de aceptar la realidad, y terminé forzando algo en ti que no debía. Así que, acepta mis disculpas también, Naruto-kun.

Por un breve instante, Naruto la visualizó como en aquellos tiempo en que ambos formaron una familia. En aquel entonces ya llevarían más de cinco años de matrimonio y serían padres de dos hijos. Al sentirlo, Hinata giró el rostro también hasta que sus ojos claros dieron con los del otro. Fue ese el momento en que Naruto supo que la decisión de terminar su relación con ella, había sido la mejor decisión que podría haber tomado. Hinata dejaba ver más vitalidad a su alrededor ahora que no estaban juntos, y una fortaleza y superación en su mirada que en su otra vida jamás pudo dejar ver.

Naruto fue el primero en desviar la mirada para voltearse hacia el templo. La puerta de este había sido abierta y Kaya se asomaba desde adentro con evidente mal humor.

—Creo que he tomado mucho de tu tiempo, Naruto-kun. —Escuchó decir a Hinata a sus espaldas. Cuando su mirada regresó a ella, esta estaba un poco más alejada nuevamente, pero esta vez con dirección a la acera. —No era mi intención interrumpirlos de esta manera…Será mejor que me vaya.

—Hinata —Naruto le detuvo antes de que emprendiera su marcha. —Me alegra haber podido hablar contigo otra vez. —Pues a pesar de haber estado nervioso al inicio, por cómo ese encuentro inesperado podría resultar, todo había terminado de la mejor manera -aunque se hubiese llevado una que otra sorpresa de por medio-.

Ella le sonrió una vez más.

—A mi también, Naruto-kun. Y… suerte. —Dijo ella, con amabilidad al notar como además de la pequeña niña, Sasuke se acercaba a la entrada del templo por igual. —Nos veremos en otra ocasión.

Tras su despedida, Naruto le miró marchar por algunos segundos antes de dirigirse hacia donde los otros se encontraban, y cuando por fin llegó, se encontró con su comida prácticamente congelada ante la espera por ser consumida. "Pero…No ha sido del todo malo", pensó Naruto. Ahora tenía la excusa perfecta para arrastrar a Sasuke a otro lugar y poder saborear su preciado Ramen.

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Después de ser prácticamente obligado a ir por el ansiado ramen de Naruto, Sasuke y él regresaron al templo para establecer con Kurama una hora de llegada para el día siguiente. Durante el resto de la tarde -y a petición de Naruto- él, Sasuke y Kaya se la pasaron yendo de un lugar a otro por todo Konoha. "Es su último día aquí, Sasuke. Hay que despedirla como se debe…", había dicho Naruto. En un principio la pequeña quiso rehusarse a ello, pero al final, y como si hubiese visto alguna especie de reflejo de sí mismo en ella, Sasuke le vio aceptar con resignación tal cual él había hecho poco antes, debido a la insistencia de Naruto por querer ir en búsqueda de su platillo favorito.

Ninguno había pensado en algún lugar en específico a los cuales ir antes de marcharse del templo, sin embargo, a medida que se acercaban libremente al centro de la ciudad, Naruto y Kaya propusieron actividades al azar. Pasaron desde un salón recreativo que encontraron en un centro comercial, hasta simplemente dar vueltas por las calles cercanas en búsqueda de un "recuerdo" para Kaya, uno que tanto ella como Sasuke creían innecesario, pero ante lo cual ambos decidieron ceder.

Parecía que Naruto no tenía en mente la idea de regresar pronto a casa. El zorro le había advertido acerca de descansar el tiempo suficiente para enfrentarse a lo que debía realizar al día siguiente, sin embargo, Naruto estaba haciendo caso omiso a sus palabras. Aun con todo eso, Sasuke no se atrevía a detenerle, ya que, a pesar de comportarse como habitualmente hacía, logró reparar en un leve deje de nostalgia que aparecía en la mirada de Naruto de vez en cuando, como si se perdiese en un bucle inevitable de pensamientos y recuerdos lejanos, que Sasuke no podría saber si eran buenos o malos sin preguntárselo directamente. Pero no lo haría, no preguntaría todavía, pues no quería arruinar los buenos momentos, por unas apariciones de nostalgia que duraban menos de un minuto.

Más tarde se encargaría de ello. Naruto parecía estar luchando por esconder algo negativo, tras un espejismo de buen humor por alguna razón, y con todo lo que últimamente les había estado sucediendo, sería normal para una persona comenzar a evitar los malos pensamientos para sentir menos estrés. Sin embargo, en ese momento tenía algo más inmediato de lo que preocuparse: Lograr que Naruto descansara lo suficiente para el día siguiente. Mientras caminaban hacia una nueva tienda, de la cual Kaya no llevaría ningún recuerdo como Naruto deseaba, Sasuke visualizó a lo lejos algo que le ayudaría a mantener a los dos en calma durante al menos dos horas. Con eso, podrían estar distrayéndose pero sin gastar demasiada energía. Estaba a punto de hacer tangible esa opción cuando Kaya se le adelantó.

—Vamos allí, Naruto. —Dijo la pequeña apuntando hacia el anuncio de una película.

—¿Al cine?

—Esa es una buena idea. —Acotó Sasuke, adelantando un poco el paso, ya que Naruto se había detenido.

—Pero… —Objetó Naruto, mientras retomaba la marcha mirando a sus alrededores.

—Date por vencido Naruto —Le interrumpió Sasuke. —No creo que exista algo por aquí que Kaya quiera llevar en su viaje. —La niña asintió, estando de acuerdo. En vista de eso, Naruto no pudo hacer más que aceptar sus condiciones por primera vez desde que los tres salieron del templo.

La película era una comedia familiar debido a la edad que Kaya aparentaba. A pesar de no ser de su completo agrado, Sasuke se sintió aliviado porque al menos, aquel detalle, obligaba a Kaya actuar como una niña durante lo que quedaba del día, y al parecer, Naruto estaba de acuerdo con él, ya que fue él mismo quien insistió en ver esa película en específico. Frente a ellos, Kaya se adentraba silenciosamente en la sala de proyección, dirigiéndoles hacia unos asientos que a pesar de no estar completamente elevados, estaban bastante alejados de los del centro. Al llegar a estos, ella no se ubicó entre ellos. Esa había sido su intención desde el inicio.

Sasuke lo supo cuando ella tomó asiento junto a una mujer de mediana edad, dejándoles solo una opción para tomar asiento. Internamente lo agradeció y lo hizo aun más cuando notó -entre la oscuridad de la sala- que aquella nostalgia sin nombre volvió a hacer aparición en el rostro de Naruto. Esta vez, dirigir su mirada casi perdida hacia Sasuke fue lo que le delató. Al estar uno al lado del otro, el preocupado Sasuke solo tuvo que tomar su mano con firmeza entre la oscuridad y darle una sonrisa tranquilizadora, para que el buen humor de Naruto regresara.

Cuando salieron del cine, las calles ya se encontraban iluminadas pues el atardecer estaba llegando a su fin. Cenaron en el lugar más cercano que encontraron y después de eso, volvieron al automóvil de Sasuke para regresar a casa. Kaya, quien a final de cuentas había disfrutado bastante de la película, lucía bastante agotada al momento de subirse al auto. Bastaron solo unos pocos minutos para que cayera dormida en el asiento de atrás. En el asiento de copiloto, Naruto mantenía la vista puesta en el camino con una expresión afable dibujada en su rostro, y aunque no sonreía, aquella extraña nostalgia que Sasuke hubo percibido en él durante la tarde había desaparecido por completo.

Al estacionarse debidamente frente a la casa, Sasuke escuchó a Kaya removerse en el asiento trasero. Cuando se giró a verla, la pequeña estaba enderezándose en su sitio con los ojos entrecerrados mientras dejaba salir un balbuceo incomprensible. Estaba claramente adormecida. Sin esperar más, Sasuke se apresuró en salir del auto y abrir la puerta trasera de este para tomar a Kaya entre sus brazos. Naruto, quien siguió sus pasos en silencio, se remitió a observarle mientras la levantaba para luego cerrar la puerta y revisar que estuviera bien asegurada. El frío que les congelaba por la mañana ya no estaba presente, así que no debían correr hacia la casa para resguardar a la niña que en esos momentos se acomodaba contra el hombro de Sasuke.

Permanecieron observándose el uno al otro por unos segundos, hasta que Naruto rompió el silencio que los rodeaba para despedirse.

—Entonces…nos vemos mañana, Sasuke. —Dijo. Comenzaba a encaminarse hacia su propio hogar cuando el otro le llamó.

—Espera, Naruto. —Había dicho, y luego se acercó un poco más a Naruto con la niña todavía en brazos. —Quédate con nosotros, esta noche.r13; Naruto lucía algo consternado por ello. Ciertamente, no estaba esperando su invitación.

—¿En serio está bien que lo haga? —Preguntó Naruto, dudoso. Sasuke no le culpaba por ello después de decirle tantas veces que no quería que lo hiciera, no hasta que Kaya se marchase. Pero tras lo sucedido esa misma mañana y las nuevas condiciones del asunto, consideró mejor la idea y creyó que sería lo más beneficioso para ambos.

—Debes descansar debidamente para lo que ocurrirá mañana. —Explicó. —Y dudo mucho que puedas hacerlo si sales de tu cama a mitad de la noche y terminas durmiendo junto a la puerta de entrada.

Dejando de dudar, Naruto comprendió su preocupación por él y le sonrió: —Iré por algunas cosas.

Sasuke solo asintió y poniendo cuidado al abrir la puerta de la casa, en adentró en ella. Llevó a la pequeña hasta la que esa noche sería su habitación y dejándola debidamente recostada y cubierta por las mantas, salió de allí. Debía prepararse para dormir también. Unos cuantos minutos más tarde, sintió que llamaban a la puerta. Se apresuró en ir a abrirla y dejó entrar a Naruto, que ahora cargaba una pequeña bolsa con algunas de sus pertenencias. Sasuke le indicó que se cambiara donde le fuera más cómodo, por lo que se dirigieron hasta la habitación de este por deseo de su invitado.

—¿Kaya siguió durmiendo después de ir por mis cosas?

La puerta que los separaba se abrió después de oír la pregunta de Naruto. Sasuke se adentró en la habitación antes de responder: —Así es. Parece que el paseo de hoy la dejó sin energías.

Naruto rió.

—Espero que al menos lo haya disfrutado…

Sasuke pensó en ello seriamente, y si bien Kaya no había estado de acuerdo al principio y acabó por simplemente resignarse, terminó disfrutando de todo en poco tiempo.

—Lo hizo.—Terminó por asegurarle a Naruto, antes de acercarse al interruptor de la luz y apagarla para después recostarse sobre la cama.

Naruto se movió lentamente en la habitación para llegar hasta la cama y recostarse, a la vez que veía a su compañero hacer lo mismo frente a él. Estaban el uno frente al otro, al igual que la noche en que no pudo cargar con el peso de su propio cuerpo e irse a su casa por el agotamiento. A su lado, Sasuke ya había cerrado los ojos como clara indirecta de lo que debían hacer pero, Naruto no quería dormir todavía. Su mente estaba plagada de pensamientos y emociones que le recordaban constantemente lo que debían hacer al día siguiente.

—Creo que la extrañaré-ttebayo… —Confesó Naruto, atenuando su tono de voz. Sasuke abrió sus ojos para mirarlo mientras hablaba. —¿Tú la extrañarás? —Se atrevió a preguntar, y aunque podía intuir la respuesta, solo quería distraer a su mente de lo que podría ocurrir mañana.

Sasuke pareció meditarlo por un momento, sin embargo, no fue una respuesta lo que Naruto recibió.

—¿Qué crees tú…? —Dijo, pero no estaba a la defensiva ni nada por el estilo. Simplemente, quería escuchar lo que el otro pensaba, y a Naruto no le importaba decírselo, concentrarse en ello era mejor que dejar fluir sus pensamientos.

—Pues…has pasado varias semanas con ella. Te preocupas por Kaya y ella por ti. —Naruto no tardó mucho en llegar a una conclusión. —Creo que la extrañarás más que yo.

Naruto probablemente pensaría que él negaría todo eso de alguna manera, pero eso no estaba en sus planes. En cambio, no hizo más que aceptar su realidad.

—Tienes razón. —Confirmó Sasuke, manteniendo el tono de confidencialidad en sus voces. —Y jamás pensé que lo haría. Al menos no al inicio.

Podía visualizar con claridad cómo había sido todo al inicio: la precaución excesiva frente al otro y la desconfianza latente que disminuyó solo con el paso de los días. Frente a él, Naruto también parecía estar recordándolo y aunque su rostro permanecía entre las sombras al estar a contra luz, Sasuke notó, de un momento a otro, que algo había cambiado sutilmente en su expresión. Parecía intranquilo.

—¿Qué sucede?

—Es solo que… fue gracias a ella que pudimos encontrarnos, Sasuke. —Dijo Naruto, objetivando una realidad.

Sasuke estuvo de acuerdo.

—Lo fue… —Dijo. —… dejando de lado el plan para asesinarte.

Tal y como se esperaba, el hombre frente a él frunció en entrecejo con leve molestia. Seguramente no quería recordar las partes malas de lo sucedido.

—No se trata de eso-ttebayo. —Le recriminó con suavidad. Sasuke solo le miró sin decir nada con palabras, pero sus ojos decían claramente: "sabes que tengo razón". Naruto bufó. —Incluso si fue por ese motivo… —Añadió, aceptando el hecho a regañadientes. —Solo me preguntaba… ¿Qué habría sido de nosotros si no se hubiera aparecido en nuestro camino?

Al oír la pregunta y ver su evidente preocupación, Sasuke supo que aquello no estaba yendo por buen camino. Sin embargo, al considerar lo que sucedería al día siguiente, Sasuke se relajó. Seguramente fuera el nerviosismo por lo que debía hacer en menos de un día lo que provocaba esos cambios en Naruto, llevándolo a pensar en cosas que normalmente no consideraría. A pesar de que Naruto aparentara esa extrema seguridad -cuando se trataba de ayudar a otros y alcanzar sus objetivos planeados-, Sasuke sabía que no se podría estar tan tranquilo, antes de realizar algo que podría definir el futuro de la niña y de este mundo en el que ambos vivían. Tal vez, sus anteriores cambios se debieron también a ese mismo nerviosismo persiguiéndolo durante todo el día…

—No creo debas pensar en eso, Naruto. —Dijo Sasuke, atrayéndolo hacía él. Pasó una mano por sobre su cuerpo y aferró su mano a la espalda del otro. —No vale la pena…

—Pero… solo piénsalo, Sasuke. —Insistió, nervioso, removiéndose un poco entre sus brazos. —Si ella no existiera… ¿Habríamos podido conocernos? Sin encontrarme contigo, jamás hubiera recordado nuestro pasado-ttebayo…

Sabiendo que aquello no llegaría a ninguna parte si no le ayudaba a alejar las dudas, Sasuke se movió sobre la cama y con un solo impulso se ubicó sobre Naruto. Tenía una mano sobre la mejilla de este -para evitar que desviara la mirada mientras él hablaba- y la otra mano sobre la cama. Necesitaba ser lo más explícito posible para ayudarlo. Kurama podría decir cualquier cosa sobre las capacidades de Naruto, era muy fuerte, si, pero eso no significaba que sería inmune a tanta presión.

—Aunque Kaya no hubiera existido y no pudieras recordarme, yo hubiera seguido buscándote, Naruto. —Dijo, acercándose un poco más a Naruto para que le oyera correctamente… —Ese fue mi plan desde el inicio: buscarte y hacerte recordar de ser necesario. ¿Lo entiendes? —Sasuke sonrió al verlo asentir. —Aún si me hubiese tardado más años, te habría encontrado de alguna forma.—Continuó Sasuke. —Así que no pienses más cosas innecesarias, Usuratonkachi.

Cuando Naruto le sonrió, Sasuke suspiró aliviado por haberle ayudado.

—Gracias, Sasuke. —Dijo Naruto. —Creo que otra vez estoy pensando demasiado pero… ¿Sabes? Creo que también nos podríamos haber conocido por medio de las chicas. —Añadió, riendo un tanto avergonzado por olvidar las opciones que Sakura y Hinata representaban.

Sasuke no quiso pensar en la real factibilidad de la última opción que Naruto contempló, pues no creía muy posible que ellas, de forma voluntaria, hubieran hecho posible su encuentro solo por amistad. No después de que él hubiera rechazado a Sakura cuatro años atrás, y con quien volvió a tener contacto solo porque conoció a Naruto al tener que vigilarlo; y Hinata, dudaba mucho que ella los presentara después de tantos años. Sentía que existía algo más allá, una razón que no le había permitido hablarle de Naruto como un amigo más. Sin embargo, esa sospecha no tenía por qué comentarla, no después de una situación así.

—Incluso sin ellas, nos habríamos encontrado.—Le aseguró Sasuke, y moviéndose solo un poco le besó en la frente por primera vez. —No dudes más sobre ello, Naruto...

No importaba nada de eso ya. Lo importante era que estaban allí, juntos, y no permitiría que nadie los volvieran a separar.

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Sasuke despertó dándole la espalda a Naruto y este a su vez, hacía lo mismo con él. Al ver la hora en su celular, pensó que todavía era bastante temprano como para despertar al otro. Aún así, sentándose sobre la cama, Sasuke decidió que levantarse sería la mejor opción para él. No creía poder volver a dormir de todas formas, por lo que se dispuso a realizar su ritual matutino: darse un baño, vestirse y ordenar un poco tras haber dejado prácticamente todo olvidado por más de dos días. Cuando terminó, encendió el televisor y solo un poco después Kaya apareció por las escaleras.

—¿Es muy tarde? —Preguntó la pequeña.

—No. —Dijo Sasuke, tras ver que solo habían transcurrido dos horas desde que él se hubo levantado. —Ven, vamos a comer. —Anunció después, levantándose del sofá -habiendo apagado previamente el televisor- para ir a la cocina. La niña asintió y lo siguió.

Prepararon lo necesario y comieron en silencio, antes de que apareciera Naruto en el comedor para desayunar también junto a ellos. A diferencia del día anterior, Naruto lucía mucho más cómodo con las circunstancias. No había tensión en su postura o confusión en su mirada, solo estaba su habitual entusiasmo por la buena comida -deseando poder comer Ramen hasta en el desayuno- y la energía aparentemente despreocupada que lo caracterizaba. Kaya, por su parte, parecía completamente renovada y desprendía tanta tranquilidad como le era posible. El momento fue algo completamente ameno.

Minutos más tarde, Sasuke se dirigió tanto a Kaya como Naruto -quienes le habían ayudado a ordenar todo después de terminar- y les dijo: "Será mejor que vayan a descansar unas horas más". No estuvieron de acuerdo al inicio, pero tras hacerles entender la importancia de encontrarse en buena forma para lo que sucedería al finalizar el día, porque parecían haberlo olvidado, se resignaron y volvieron cada uno a la cama de la cual se habían levantado hace poco.

Aun sí estaba al tanto de los efectos secundarios que podría traer para Naruto -como el desmayarse después del proceso- o algún inconveniente con Kaya antes de su partida definitiva, Sasuke todavía podía preocuparse en intentar evitar que por culpa de alguna distracción, no llevaran correctamente a cabo el traspaso y el uso de chakra. Eso era algo que podría tener consecuencias graves que no quería imaginar como posibles en ese instante.

Que Kaya se saliera de control y Naruto fuera lastimado por ello.

El resto de la mañana -durante la cual Kaya y Naruto durmieron- y casi toda la tarde después de que ambos despertaran para comer otra vez, el tiempo pasó bastante rápido en una convivencia que decía a gritos la palabra "cotidianidad". Lo que hubiera sido totalmente convincente para Sasuke, si no tuviera conocimiento sobre lo que sucedería después del atardecer y que podría ser todo, menos cotidiano. Aquella escena parecía casi una burla a todas las dificultades que últimamente se habían visto obligados a enfrentar.

El cuadro pacífico que los tres presentaban, sentados cómodamente sobre el sofá de la sala, mientras contemplaban un programa de televisión al cual Sasuke no le prestaba ninguna atención, le hacía sentirse tan completo y en paz que solo por un momento, creyó percibir el nacimiento de una inseguridad sorda en su interior, lo que comúnmente se conocía como "la calma que precedía a la tormenta". Miró a Naruto fijamente, intentando dilucidar algo en él que representara sus fluctuaciones recelosas del día anterior, pero no encontró ninguna. Tal vez, solo tal vez, fuera él quien necesitaba apoyo por esta vez.

Él tampoco era de piedra al fin y al cabo.

—Naruto. —Le llamó.

—¿Si? —Dijo Naruto, sin quitar los ojos de la pantalla del televisor.

—¿Estás seguro de poder hacer esto sin problemas?

Naruto giró su rostro para poder mirarlo fijamente, y tras le sonrió, con esa seguridad característica, única de él; aquella que borraba cualquier duda y temor que su corazón pudiera albergar.

—Por supuesto que estoy seguro —. Dijo —. ¿Qué te haría pensar lo contrario?

—¿El cómo te comportabas ayer, tal vez? Estabas demasiado inestable, usuratonkachi.

—Bueno… estaba un poco nervioso. Cualquiera puede estar nervioso-ttebayo.

Tras oír aquello, Sasuke se dio cuenta de que ahora era él quien estaba pensando demasiado las cosas. Si Naruto estaba seguro, debía confiar en él. De todas maneras, Naruto tomó su mano -como intuyendo su molestia, pero sin decirle nada- y permanecieron de esa forma hasta que debieron prepararse para marchar al templo una vez más. Salieron cuando el cielo todavía estaba iluminado, aunque al llegar a este advirtieron que pronto anochecería. Jin y Kurama los esperaban en la parte trasera del templo, para hacer el recorrido que los llevaría al sitio donde Kaya pudiera abrir su portal. La pequeña llevaba con ella las pocas pertenencias que tenía, al igual que Jin, pues no sabían realmente cuanto deberían cargar.

Síganme —. Dijo el zorro y les guió a través del bosque.

Atravesaron el lugar donde el traspaso de chakra se había efectuado cada día, avanzando mucho más allá, hasta detenerse en una especie de prado que se extendía basto hacia los alrededores, y al cual llegaba el sonido tenue del agua corriendo en su curso natural. Mientras el sol se escondía en el horizonte, Sasuke sintió un escalofrió recorrerle el cuerpo para luego dar cabida a una nostalgia prácticamente olvidada. Ese lugar él ya lo conocía.

—¿Dónde estamos, Kurama? —Preguntó Naruto, que se había alejado un tanto del grupo, acercándose más hacia el sitio de dónde provenía el sonido.

Es un área protegida de lo que hoy es Konoha. —Dijo Kurama. —Es parte del Territorio del templo.

—…Es como si ya hubiese estado aquí antes. —Dijo Naruto, exponiendo en palabras aquello que Sasuke también quería comunicar.

Eso es porque lo estás. Konoha se ha expandido bastante a medida que los siglos pasaban… Estamos bastante cerca de lo que ustedes conocieron como el Valle del fin, Naruto.

Tanto Naruto como Sasuke se sorprendieron por ello y prestaron más atención alrededor. Era extraño estar allí de nuevo, el lugar donde habían luchado seriamente por primera vez, donde habían sufrido la pérdida, y donde habían recuperado a su otra parte, también. El paisaje se había transformado demasiado con el pasar de los años, pero aun así, Sasuke y Naruto podían percibir algo diferente en aquel lugar. Una energía grabada en el aire.

—¿Por qué haremos esto justamente aquí, Kurama? —Preguntó Sasuke, sin comprender.

Este lugar es especial gracias al chakra que fue liberado aquí siglos atrás por ustedes mismos. Creo que eso hará más fácil la manipulación del chakra. —Explicó el Zorro. —Además, está alejado de la civilización, eso nos ayudaría en caso de que algo saliera mal.

Inmediatamente después, Kurama retiró de entre la manga de la yukata negra el pergamino que había estado cuidando celosamente durante la última semana. Al estar ya a oscuras, Sasuke buscó la linterna que llevó con él debido a la hora en que harían todo aquello y se la dio a Naruto. Después de que Kurama se lo indicara con una mano, Naruto -quien alumbró el pergamino para ver los sellos otra vez- junto a Kaya, se acercaron hasta él para oír con atención lo que tenían que hacer. Todo debía funcionar como se tenía previsto. Sasuke y Jin solo se limitaron a observarles mientras se coordinaban, hasta que por fin dieron término a su conversación.

Ya es hora. —Anunció el zorro para que todos escucharan.

La pequeña se volteó hacia Sasuke y luego se acercó hasta él, pensativa, seguramente buscando las mejores palabras para una despedida. Había llegado la hora de decir adiós.

—Al inicio no me agradabas. —Dijo, con la seriedad que la caracterizaba en sus primeros intercambios de palabras. —Pero me hiciste cambiar de opinión…

—Lo sé. Y me siento igual que tú. —Al igual que en un principio, ella intentaba aparentar que nada de eso le afectaba, cuando en realidad era todo lo contrario. Sasuke le sonrió brevemente al ver como empuñaba ambas manos, y después se agachó para quedar a su altura y verla de frente.—Recuerda que aquí todavía puedes actuar como lo que en realidad eres, Kaya. Todavía queda tiempo…

Tras oírle decir eso, Kaya apretó los labios con fuerza y se acercó hasta él para abrazarlo. Solo después del impacto, Sasuke también la abrazó. Esta sería la última ocasión en que se verían y él sabía, que la pequeña se había encariñado con él tanto como él mismo se había acostumbrado a su presencia. Sabía que aquella despedida era necesaria para ella, que seguramente al llegar al lugar que fue su hogar hace mucho tiempo, no volvería a ser la misma que había sido junto a ellos nunca más. Kaya también era un ser que sentía miedo a lo desconocido pero su convicción era más fuerte que todo eso, y era ese simple detalle, lo que la volvía diferente a los ojos de Sasuke.

Kaya los mantuvo en esa posición por unos cortos segundos, hasta por fin separarse y tomar su mano como se había vuelto costumbre.

—Esto es lo correcto. —Le dijo Sasuke, mirándola nuevamente a los ojos. Ella sonrió.

—Lo es. —Dijo soltando las manos del otro. Luego se dirigió a Kurama que estaba solo a un metro de Sasuke. —Gracias por todo esto, Kurama. —El zorro asintió.

—Les agradezco también. —Dijo Jin, despidiéndose. —Por tus cuidados Kurama, y a ti también, por cuidar de Kaya y dejarme vivir. —Le dijo a Sasuke, seguramente aludiendo a la noche en que casi asesina a Naruto. Alejando el pequeño rencor que todavía sentía por ello, Sasuke se concentró en observar el comportamiento de Naruto. No parecía estar teniendo problema alguno.

A lo lejos, Naruto compartió unas cuantas palabras con Kaya y Jin cuando llegaron junto a él, antes de acercarse corriendo hasta Sasuke. Confundido, Sasuke esperó a que dijera algo al verlo detenerse a solo un paso de distancia, más no fue para decirle algo que Naruto regresó. Sin que hubiese podido intuirlo, Naruto se acercó hasta él con rapidez y un abrir y cerrar de ojos le robó un pequeño beso. Un inesperado y fugaz roce de labios. Sorprendido y también avergonzado, Sasuke dio un paso hacia atrás para estabilizarse mientras tomaba los hombros de Naruto con firmeza.

Este solo pudo reír al ver su reacción, con las mejillas levemente enrojecidas.

—¿Qué haces en un momento así? Usuratonkachi.

Naruto sonrió más, acercándose un poco más a él hasta unir sus frentes: —Deséame suerte, Sasuke. —Le susurró, antes de alejarse nuevamente.

No quiso mirar hacia atrás en ningún momento ya que no sabía que reacción pudieron causar sus palabras en Sasuke. Su seguridad había vuelto a flaquear solo por un instante y pensó que al decir aquello, todo volvería a la normalidad. Después se dio cuenta de que tal vez Sasuke viera más allá de ello y reaccionase mal, sin embargo nada ocurrió. Agradeciendo que ese no fuera el caso, se arrodilló en el suelo varios metros más allá y expandió el pergamino frente a él. Inspiró con fuerza. Esa sería la última vez que realizaría esos sellos, y a la vez, era la ocasión más importante.

—Aquí vamos. —Dijo Naruto, animándose a sí mismo. Comenzó a mover los dedos en sus manos para activar los sellos -uno por uno como siempre hacía- solo que ahora todo sería por algo diferente. Cuando los completó todos, soltó todo el aire que había estado reteniendo y tomó la mano de Kaya con la suya.

—Todo saldrá bien, Naruto. —Le dijo Kaya, apretando más su mano. Naruto le miró y asintió, antes de posar su otra mano sobre el pergamino para iniciar con su labor.

La sensación del chakra recorriendo su interior y que comenzaba en la punta de sus dedos, fluía con mayor facilidad que en cualquier otra ocasión. Como siempre, este avanzaba por su cuerpo a un ritmo constante, mientras dejaba una cálida y hormigueante huella con su paso. El problema era que esta sería la primera ocasión que intentaría controlar el flujo de chakra sin Kurama como respaldo. Cerró sus ojos para poder concentrarse todavía más en el recorrido del chakra y la manera en que fluía hasta llegar a su otra mano. Respiró profundo cuando percibió la primera cuota del poder abandonando su cuerpo para dirigirse al de la pequeña. Alejando cualquier otro pensamiento, se concentró en visualizar la corriente del chakra y su enlentecimiento paulatino. Cuando por fin sintió que este se había estabilizado, abrió los ojos e indicó a Kaya con un leve movimiento de cabeza que procediera con su parte.

Kaya también parecía esforzarse demasiado, de hecho lucía algo tensa y Naruto creyó ver en su mirada un tinte de inseguridad por lo que haría, sin embargo, cuando extendió su brazo izquierdo hacia adelante -pues con la otra sujetaba la mano de Naruto- y abrió la mano apuntando hacia el frente, algo en Kaya se tranquilizó mientras ambos veían emerger desde la palma de su mano, un tipo de sustancia que era de una tonalidad ennegrecida, incluso más oscura que la noche que les cubría. Esta se trasformó en una línea corta que luego se expandió frente a ellos como si de una pantalla se tratara. Era exactamente la misma visión que ellos presenciaron en su batalla contra Kaguya siglos atrás: eran aquellos mini portales que le permitían pasar de una dimensión a otra. Descubriéndose impresionado por la vista, Naruto se reprendió por ello internamente y se concentró en mantener constante el traspaso del chakra.

A la distancia, un impresionado Sasuke observaba todo el proceso en forzado silencio. En todo momento, el impulso de alejar a Naruto de todo aquello crecía más y más en su interior. Podía verlo claramente a pesar de no tener iluminación rodeándoles: el cuerpo de Naruto se tensaba notablemente por momentos, pero cuando Sasuke se encontraba a punto de caer en la necesidad de interrumpirlo todo, su cuerpo se relajaba una vez más. Pero eso no lo era todo, aquella especie de portal que vio tantas veces en su lucha contra Kaguya y que le trasportó a él a otra dimensión durante la batalla, le mantenía alerta en todo momento, como si en cualquier instante pudiese aparecer junto a Naruto arrastrándole a algún lugar donde jamás lo podría ir su búsqueda. Aun así, todo lo que podía hacer era permanecer quieto y en silencio, atento a todo a su alrededor mientras veía como el portal de expandía más y más, hasta que su forma adquirió la altura de un hombre adulto y su ancho bastaba para poderlo atravesar.

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Un repentino aceleramiento en el traspaso chakra alertó a Naruto cuando el portal adquirió el tamaño necesario para cumplir su función. Este no se detuvo hasta que una luz cegadora hizo aparición en el centro del portal, atravesando aquella oscuridad que no dejaba ver nada del otro lado. Naruto tuvo que bajar la mirada por la intensidad de la claridad que desprendía, y que se expandió hasta cubrir toda la superficie del portal. Intentando no desconcentrarse y alegrándose al sentir el flujo de chakra estable una vez más, levantó la mirada hacia la pequeña y pudo ver que esta enfocaba su vista en el portal.

Ella sonreía.

—Allí está… mi hogar… —Dijo, y Naruto sintió que aquello realmente iba a funcionar.

—¿Puedes verlo?

—Es más hermoso de lo que recordaba… —Kaya se giró hacia él. —Gracias.

—Creo que ya es hora. —Les interrumpió Jin, mientras ponía una mano sobre la cabeza de Kaya que significaba un "nos veremos pronto".

—Si. —Kaya asintió. —¿Estás preparado, Naruto?

Naruto solo tragó con fuerza, pues él sabía que aquello que sentiría ahora no sería el primer impacto de absorción rápida de chakra que recibiría pues, para su voz de alarma, el primero de esos impactos ocurrió cuando el portal comenzó a resplandecer momentos atrás. Ya no tendría que soportar solo dos de ellos, sino que también uno más. Aun así, y a pesar del temor que comenzaba a rondarle y a formar una presión en su pecho, Naruto asintió con la cabeza y dijo: —Lo estoy.

Kaya observó a Jin tras escucharlo, y le dijo: —Nos vemos del otro lado.

Naruto miró con atención como el hombre se acercaba hasta la luminosidad del portal con total confianza y cuando se adentró en este, cerró sus ojos con fuerza para soportar la sensación casi desgarradora del arrebato que hacían del poder que recorría todo su cuerpo. Una tensión acalambrante se transmitió desde los músculos de sus dedos sobre el pergamino, hasta los de la mano que Kaya sostenía con la suya. Instintivamente, su cuerpo se encorvó tratando de alejar el dolor, sin lograrlo en lo absoluto. Dolía, dolía muchísimo.

Alarmada, la pequeña se giró hacia él tras sentir un tirón en su mano.

—¿Naruto? …¡Agh! —Un quejido doloroso salió de entre los labios de la pequeña después de llamarle con preocupación.

Intentando por todos los medios respirar con calma y concentrándose para que el ritmo del chakra -que ya era un poco más rápido- no se acelerase todavía más, Naruto comenzó a enderezarse para poder averiguar que le pasaba a Kaya. Sus manos unidas sudaban frío a pesar de que el chakra que los conectaba era cálido, ya que el dolor que estaban recibiendo era mucho mayor del que creían que podían soportar.

—Kaya, mírame. —Pidió Naruto, con la voz ahogada. —Kaya… por favor.

Cuando ella lo hizo, todas las alarmas que habían resonado en su cabeza desde que hablaron con Kurama, y que había intentado acallar desde el día anterior, se encendieron como una llama imparable y avasalladora que destruiría todo a su paso. Se paralizó. Esto lo cambiaba todo y para mal. Una especie de cicatriz continuaba expandiéndose sobre la frente de la niña, en el mismo sitio donde el tercer ojo de Kaguya había hecho aparición.

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Aquello estaba mal, desde un principio siempre estuvo mal. ¿Qué importaba que hubiesen renacido años más tarde? Sasuke debió obedecer a su instinto desde el inicio, asesinarlos a ambos, y no esperar para ver como Naruto se retorcía del dolor por algo que claramente no estaba logrando sobrellevar, y la niña tampoco. Quería detenerlo, necesitaba parar todo ese desastre de una vez por todas, pero una mano con fuerza le retenía en su sitio. Kurama no le dejaba avanzar más allá.

—Déjame ir, Maldito zorro. —Escupió con rabia contenida.

No. —Dijo. —No intervengas. Recuerda por qué estamos haciendo esto, Uchiha.

—¿Por el bien de nuestro mundo, verdad? ¡Pues todo el mundo puede irse a la mierda! —el zorro no dijo nada, solo lo miró. —¡Maldición! —dijo, apretando con más fuerza los puños que formaban sus manos. —¡Está más que claro que esto no está saliendo bien! ¡Déjame ir!

Debes confiar en Naruto, Uchiha. —Cuando Sasuke le miró, el zorro estaba tan tenso como él. Solo por eso se detuvo. —Confía en él.

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Su cuerpo estaba completamente tenso y aunque el dolor había disminuido un poco, Naruto podía sentir como a medida que aquel tercer ojo se hacía más tangible, la fuerza con que el chakra era atraído por Kaya aumentaba. Ahora debía hacer muchos más esfuerzos por retener el chakra durante más tiempo en su cuerpo. Y era realmente difícil hacerlo. Al parecer, el paso de Jin había apresurado algún tipo de ansia hasta ahora dormida en el alma de Kaya, incitando a su instinto de absorción del chakra a recuperar lo que creía suyo sin importarle nada más. Naruto no podía permitir que aquello sucediera, si fallaban, todo lo que había estado protegiendo sufriría las consecuencias.

—L-lo siento, Naruto… —Balbuceó Kaya, solo un instante antes de que la fuerza de absorción se volviera más intensa, y con eso, el ritmo con que el chakra fluía del pergamino hasta la niña también aumentó. Con el regreso del dolor, Naruto volvió a encogerse en su sitio.

—Kaya —le llamó. —Pero ella mantenía los ojos cerrados, soportando su propia agonía. Lo intentó otra vez. —Kaya… Hemos llegado hasta aquí. N-no dejes que esto te venza… necesito, necesito tu ayuda para que puedas volver a casa…

La niña no habló, pero tomó su mano con mayor firmeza antes de levantar la cabeza y mirarle otra vez. Ella lloraba. Por supuesto que lo hacía, ella claramente no quería nada de lo que estaba sucediendo. Poco a poco el chakra fue estabilizando su ritmo pero aun así seguía siendo mucho más rápido que en un comienzo. El ojo en la frente de Kaya ya estaba un poco abierto y eso solo significaba una cosa. Kaya había absorbido chakra que ya no podría liberar en su cuerpo, por lo tanto, el chakra perteneciente a los bijuus no alcanzaría para enviarla a salvo… haría falta algo más.

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Un escalofrío recorrió el cuerpo de Sasuke al darse cuenta de que aquella energía que emitía Naruto, había cambiado su forma. Su corazón saltó temeroso y sus manos temblaron, horrorizado ante la única opción que no habría podido considerar hasta ese momento.

—Kurama… ¿Por qué Naruto irradia la energía de un jinchuuriki? —Su voz temblaba, furiosa ante una realidad que no había podido advertir, pero que sin dudas, Kurama si podría haberlo hecho. Y lo demostró al detener sus pasos nuevamente mientras intentaba acercarse a Naruto una vez más.—Maldito Zorro, ¡Contéstame o déjame ir con él maldición! —La fuerza en el agarre de Kurama solo aumentó. Recurrió al último recurso que le quedaba y gritó.—¡Detén esto, Naruto!

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Al oír el grito de Sasuke en la lejanía, Naruto giró levemente el rostro y sus miradas se encontraron. Desvió la suya en un instante. Había tenido la esperanza de que Sasuke no pudiese percibir como acumulaba el chakra restante de los bijuus en sí mismo, para unirlos con aquel que contenía su propia alma reencarnada. Cerró sus ojos al sentir que estos comenzaban a arder por algo más que la luz que les llegaba de frente. Él lo sabía, Las cosas no siempre se dan como se planean, pero él cumpliría su palabra. Había llegado hasta allí siendo advertido después de todo, y la pérdida de uno solo siempre sería mejor que la de un millón de ellos.

"En tu caso, tienes que pensar muy bien en todo lo que viene con ayudar a que ella y Jin se vayan. Tienes que estar preparado, Naruto. En este proceso existen muchas cosas que debes considerar…"

Palabras que había tomado a la ligera.

"Sé eso, Kurama. Y aunque pueda quedar inconsciente por bastante tiempo después de recibir el impacto de absorción de chakra dos veces, lo haré de todas formas".

"Existe la posibilidad de que esto supere tus límites, más allá de lo que has tomado en cuenta…La razón por la que te lo digo sin que Sasuke esté presente es porque sé que él no dejará que tomes un riesgo como este, aunque sea una posibilidad casi imposible…"

"¿Qué tratas de decir con eso Kurama? Estás asustándome."

"Existe una muy pequeña posibilidad de que debas entregar tu propio chakra. Y eso te mataría, Naruto"

Eso lo había cambiado todo, pero al ser una posibilidad casi imposible, Naruto había decidido arriesgarse de todas formas. Se había negado a decírselo a Sasuke porque sabía que se opondría, y había intentado no pensar en ello como algo real. Apretó aun más la mandíbula para evitar dejar salir todo el miedo que lo consumía y se concentró todavía más en impedir el paso acelerado de chakra hacia la niña que permanecía a su lado.

Podía sentir como su existencia se volvía más grande al dejar entrar todo aquello hasta su cuerpo, y dejarle permanecer allí adentro hasta que el momento llegara. Su cuerpo dolía, sí, pero nada dolía más que el peso de su propio corazón. Habían tardado cientos de años en reencontrarse, y todavía más en demostrar su amor por el otro. Había dejado escapar una vida entera, repleta de decisiones equivocadas que cargó más allá de la muerte y que lo desafiaban a cambiar su destino. Pero Sasuke siempre le quiso también, sabía que lo amaba. Podía sentirlo cada vez que se tocaban, cada vez que le hablaba, cada vez que le sonreía como nunca antes pudo haberlo hecho. Pudo sentirlo a través de la suavidad y calidez de sus labios, a través de sus tiernas caricias, esas que ya no podrían sentir más… aquellas que él mismo, no podría brindarle Sasuke nunca más.

Sus labios temblorosos querían dejar escapar un grito angustioso, pero mordió los mismos en un intento de ocultar su agonía. Al final, su mirada se perdió en los recuerdos, antes de dejar ir junto con el chakra la encarnación de las promesas que no podría cumplir, de los besos y abrazos que no podría entregar. El reflejo de la soledad que les perseguiría para siempre por más que ambos quisieran escapar.

"Perdóname Sasuke… por dejarte solo una vez más."

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Una luz mucho más fuerte que cualquiera que hubiera visto, detuvo a Sasuke en su sitio después de que Kurama por fin lo soltara. El miedo le había paralizado allí, en medio de la nada, y su corazón se olvidó de latir cuando vio la silueta de Naruto caer inerte frente a sus ojos. Obligó a sus pies a moverse para correr hacia donde estaba.

—No… —Eso no podía estar pasando. Debía ser una vil mentira.

Cuando lo tomó entre sus brazos, Sasuke comenzó a temblar, intentando negar lo que sus ojos podían ver y lo que su alma no podía sentir. Intentaba hacerse creer que aquello solo era un desmayo, que se había dormido por el esfuerzo, pero su falta de respiración le decía otra cosa.

Naruto se había ido, y esta vez no habría oportunidad para hacerlo volver.

Notas finales:

Solo diré:

¡No me maten por favor!

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Hasta la última actualización. 


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