Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un nuevo camino a casa por Aria Rovimare

[Reviews - 45]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

...

.

Acercándose al pasado

 .

 .

Llevaba varias horas recostado en aquella camilla y ya quería levantarse para poder ir a casa. Algo que no era posible ya que los doctores le advirtieron que debía permanecer allí al menos hasta que transcurrieran tres días. Nadie apareció para interrogarle durante las horas de la mañana para averiguar el por qué llegó hasta allí con una herida de bala, y aunque hubiese sido lo más obvio en este caso el denunciar el ataque a la policía, Sasuke agradeció que Naruto encontrara la forma de evitar todo aquello, sobre todo ahora que conocía las verdaderas razones por las que actuaba el sujeto que les atacó.

Sasuke miró nuevamente hacia la puerta de la habitación, esperando que alguien aparte de la enfermera y los doctores, entrara por ella. El supo desde el comienzo que tratar a Naruto no sería una tarea fácil, no con esa molestia que le mostraba cada vez que se veían, pero al menos esperaba que este fuera a confirmar que se encontraba en buen estado después de cómo reaccionó al verle herido. Cansado, regresó su vista al techo impolutamente blanco de la habitación y dejó que el sueño se lo llevara una vez más.

Cuando despertó, unos ojos azules le observaban directamente. Naruto se encontraba sentado junto al costado derecho de su camilla con las manos juntas sobre las piernas.

—…Naruto…— pronunció, con la voz algo ronca.

—Hablé con tu madre, Sasuke.— le interrumpió Naruto, demasiado serio.— Prometió que no intervendría, a cambio de que cuando atrapes al tipo ese se lo entregues a ella personalmente.— Sasuke pudo notar una pequeña mueca de extraña contención en el rostro de Naruto nuevamente. No la veía desde el día en que se conocieron.

—Gracias…— dijo Sasuke, a lo que después de escucharlo, Naruto desvió la mirada una vez más. Sasuke lo notó extraño, pero lo dejó estar.

Cuando este le miró nuevamente, un extraño sentimiento de nostalgia le inundó el pecho. Era exactamente la misma mirada que le enviaba el Naruto pequeño de sus sueños, cuando todavía no sabía quién era, cuando todavía no podía escuchar su voz y sentía unos enormes deseos de hablar con él para quitarle aquella expresión de tristeza.

—No vuelvas a agradecerme nada más-dattebayo…— Naruto cerró fuertemente su boca al escucharse a sí mismo hablar. Y Sasuke creyó saber por qué, pero había extrañado tanto esa estúpida muletilla que solo se limitó a sonreír como un idiota.

—¿De qué te preocupas tanto?— preguntó Sasuke, aún sonriendo.— ¿De que yo te agradezca, o de la muletilla infantil que acabas de pronunciar?

Naruto le vio con molestia por un instante, pero desvió la mirada nuevamente hacia sus propias manos después de ver la expresión en Sasuke, la cual interpretó como si este insinuara que ambas opciones no merecían la pena para causar preocupación alguna. Al final, decidió por continuar con el asunto que le hizo volver al hospital.

—…Soy yo el que tiene que agradecerte. Recibiste un tiro que iba a ser para mí… ¿Por qué harías algo así?— Nuevamente la expresión de Naruto reflejaba preocupación con tintes de tristeza, junto con esa mueca de contención y ¿culpabilidad? Tal vez… —Aun si es tu trabajo, simplemente pudiste mover su brazo para desviar el tiro…

Sasuke llevó su mirada hasta la ventana y recordó aquel momento de su anterior vida en que recibió aquel ataque de Haku para proteger a Naruto sin proponérselo. El ciertamente creyó que moriría en aquella ocasión, justo como ahora.

—Mi cuerpo se movió solo…— respondió Sasuke al fin, sin encontrar una mejor expresión para explicar sus actos, todavía mirando por la ventana y sintiéndose en paz consigo mismo al darse cuenta de que probablemente el Sasuke del pasado apreciaba demasiado a Naruto, incluso desde ese tiempo.

Por su puesto, debía admitir que eso se aplicaba a él mismo también, pues el momento en que vio la vida de Naruto correr peligro frente a este extraño que les perseguía, fue lo único que necesitó para convencerse de que sin importar como sucedieran las cosas, la escencia, el alma de Naruto, siempre sería la misma. Aun después de morir una vez más, Naruto le había vuelto a salvar a pesar de no agradarle del todo su compañía.

Naruto no supo que responder a eso, así que en cambio, dijo lo que quería desde el inicio: —Gracias por eso, gracias por salvarme, Sasuke.— Este le devolvió la mirada al escuchar esas sinceras palabras, que intuía, le costaron mucho pronunciar y solo asintió, dando a entender que aceptaba el agradecimiento.

Naruto nuevamente hizo una mueca de contención.

—No deberías contener esa muletilla, Naruto.— agregó Sasuke después, recordando que antes Naruto logró desviar el tema.

—…Claro que debo hacerlo. Tengo veintiséis años y soy un profesor. Debo ser un ejemplo.— la extraña mueca apareció. Otra vez.

—Posiblemente tengas razón pero, no arruinará la mía.

—Arruinó la mía.— Al instante de confesar aquello, Sasuke se dio cuenta de que Naruto estaba arrepentido de habérselo dicho. Era notable su incomodidad.  

—¿A qué te refieres?— Sasuke decidió que evitar el tema sería un error. Si Naruto no contestaba lo intentaría más tarde y si lo hacía, significaría que aunque fuera lentamente, se estaba ganando su confianza. Naruto pareció dudar, sin embargo, algo le instó a continuar.  

—…yo… mi infancia no fue muy linda gracias a esto-dat-tebayo.— Naruto se cubrió la boca, molesto consigo mismo. Cuando quitó su mano segundos más tarde decidió continuar hablando al ver que Sasuke no le reprochó nada. —llegué a eliminarlo de mi vocabulario por años pero, tú… tú lo arruinaste todo.— agregó finalmente, molesto.

—¿Yo?— sobraba decir que Sasuke estaba sorprendido.

—Tú. Tu presencia fue tan irritante cuando nos conocimos que me costó mucho evitarla, y ahora tampoco puedo evitar decirla.— la mueca volvió a aparecer.

Sasuke, más que ofenderse porque despreciaran su presencia, albergó una esperanza extraña ante la posibilidad de que, aunque Naruto no le recordara de la misma forma en que él lo hacía, muy en el fondo las emociones que le provocaban el verle, le instaban a pronunciar aquella muletilla tan característica del Naruto del pasado.

—Así que es por eso.— Sasuke sonrió satisfecho por la revelación.

—No te burles.

—Pero, no te oí hacer esa mueca durante los días anteriores...

Naruto suspiró antes de continuar: —Al parecer es peor en situaciones de estrés.

Sasuke pudo entender eso, después de todo, la vez anterior fue el día que se conocieron y ahora…

“oh. Fue por que le salve la vida”. Pensó.

—No te contengas.— casi exigió Sasuke. —No me arruinarás la vida por una muletilla, Naruto, y yo no me burlaré de ello.

Naruto entrecerró los ojos, suspicaz. Sin embargo, al notar que la expresión sincera en el rostro de Sasuke no cambiaba, se relajó.

—… te detesto — dijo Naruto a modo de aceptación.—…tebayo…— dejó salir al final.

—No es tan difícil ¿o sí?— dijo Sasuke, sin evitar agregar un detalle más.— además si te preocupa, puedes solo decirlo frente a mi.— Naruto bufó en respuesta. Al parecer, no aceptaría una condición como esa tan fácilmente. A Sasuke le causó gracia su reticencia.— Hn. Usuratonkashi.

Sin hacerse esperar y por alguna razón incomprendida para Sasuke, Naruto comenzó a reír a carcajada suelta después de que le llamara como antaño -aunque Naruto no se acordara de ello-.

—¿Qué es tan divertido?— cuestionó Sasuke algo molesto.

—¡Eso es tan anticuado, Sasuke!— respondió Naruto, limpiándose una lágrima que se le escapó de tanto reír. —Ese insulto no lo usaban ni mis abuelos.

Sasuke por un momento, olvidó que Naruto era alguien que podría conocer hasta esos más pequeños detalles.

—No te preocupes, Sasuke.— Habló Naruto, comenzando a calmarse. —No me reiré más de ello-dattebayo.— Agregó, con esa sonrisa tan característica que ha Sasuke no se le olvidaría jamás y que le quitó el aliento por un instante. Esa chispa que en un primer momento creyó perdida en este nuevo Naruto, estuvo escondida en su interior todo el tiempo, y ahora que había salido nuevamente se sintió feliz, pero Naruto se extrañó por ello.— ¿Qué?

—Nada.— Sasuke desvió la vista nuevamente hasta la ventana y se atrevió a hacer una pregunta más concerniente a lo que Naruto sabía sobre su propio nombre, si era un profesor, alguna idea debía tener acerca del pasado de Konoha y Uzumaki Naruto. — Naruto… ¿Por qué te nombraron de esa manera?— Este se sorprendió por la repentina pregunta, pero ya que hablaban de cosas anticuadas, dio por hecho que Sasuke se lo preguntaba debido a eso.

—Mis abuelos eran fanáticos de la historia.— explicó—Dijeron que merecía un gran nombre al ser el primer hijo de un político, y como Uzumaki Naruto fue un héroe de guerra lo encontraron apropiado. ¿Por qué lo preguntas?— Sasuke divisó una leve molestia en Naruto, al parecer no se acostumbraría muy rápido a dejar salir nuevamente esa muletilla.

—Solo quiero saber que tanto conoces de él como para llevar su nombre— Sasuke volvió a esbozar una sonrisa, pero esta vez rebosante de arrogancia— ya que supuestamente eres un profesor de historia...

—¡No sonrías como si te burlaras de mí, bastardo!

—Lo hago cuando quiero, idiota.— Naruto se enfadó nuevamente, y Sasuke soltó un suspiro ante sus impulsos por molestarle. Parecía un niño. No quería que Naruto se volviera a enfadar con él por algo tan estúpido como eso, no después de todo lo que estaba pasando, de lo poco que había logrado con él hasta ahora.— Solo quiero que me hables de algo, es aburrido estar aquí sin hacer nada.—Así que dejó de lado su orgullo por esa vez.

Naruto sonrió nuevamente y respondió:—Hubieras dicho eso desde el principio-dattebayo.

—Ya cállate.

—¿No querías que hablara?— Naruto claramente se estaba burlando de él en ese momento, ya se vengaría después.— solo sé lo que todos saben de él, que gracias a sus estrategias logró ayudar a los Kages para llevar la paz a las naciones que estaban en guerra.

—¿Qué me dices de los enemigos de guerra? —tentó Sasuke.

—Ellos solo eran un grupo de mercenarios con demasiado poder militar, aunque…

—¿Aunque?

—Será una tontería que yo diga esto siendo profesor de Historia pero… me gustaría creer que la historia fue algo más que solo estrategias militares y políticas.— Sasuke no sabía cómo sentirse con respecto a eso. Ahora para él estaba claro que todo lo que decían los registros eran una sucia mentira, una con tantos vacíos que se sintió estúpido por haber creído en ello por tantos años. Naruto en cambio, se veía más abierto a la verdad de lo que él estuvo durante mucho tiempo.

—No creo que sea una tontería.— Replicó Sasuke —Mi padre… él era un historiador, pero jamás creyó en nada de lo que los registros oficiales decían.

—Es bueno no ser el único…— se sinceró Naruto tras escuchar eso—Cuando aquel tipo dijo que buscaba un zorro yo… creí que hablaba de un simple animal-dattebayo— agregó,  moviendo su cabellos con una mano en la parte de atrás de la cabeza.

—Idiota.— murmuró Sasuke y Naruto le ignoró.

—Pero después recordé que quiso matarme solo por llamarme “Naruto” y una de las historias fantásticas que escuché hace tiempo hablaba de Uzumaki Naruto aliándose con un Zorro de nueve colas.— Sasuke, que no sabía qué hacer ante sus reflexiones, solo permaneció mirándole fijamente esperando la conclusión a la que llegó Naruto.— ¿Tú crees que ese hombre creyera en estas cosas también, Sasuke?

La calma volvió a Sasuke al darse cuenta de que Naruto no sospechaba nada de nada. Al menos no por ahora.

—Es lo más probable.— concordó Sasuke, aliviado.

Dejando ese tema atrás, continuaron hablando de trivialidades por bastante tiempo, mucho más del que Sasuke esperaba. Al parecer el haber puesto en riesgo su vida obtuvo resultados positivos inesperados para él y con esto, su esperanza de que Naruto le estuviera aceptando nuevamente se hacía cada vez más grande. Le aliviaba en parte pensar en que pronto pudieran solucionar todo el lío que ese extraño y quien quiera que fuera su compañero estaban provocando y, además, poder saber al fin el porqué de estar allí, viviendo una vez más.  

Durante el resto de su estancia en el hospital, su madre, Hinata y Naruto le visitaron, pero lograban hacer calzar sus visitas de tal manera que ninguno se topó con otro en ningún momento. Era cierto que las visitas hacían bien para su recuperación “emocional”, como le planteó el médico un día, pero eso no evitaba la realidad de que habitar en un hospital de por sí fuera incómodo, por lo que cuando llegó el día en que le dejaron partir de regreso a casa no podía sentirse más aliviado, además, tenía muchos asuntos que atender.

No tenían ni la menor idea de lo que sucedió con el extraño del arma después de que se marcharan de aquel desolado parque, pero confiaba en que como él mismo, necesitaría días para recuperarse del golpe en la cabeza para volver a su cometido. Otro asunto que le preocupaba a Sasuke era que no tenía modo de advertirle a Kurama sobre todo aquello que estaba ocurriendo.

A la mañana siguiente tras su regreso a casa, Sasuke se disponía a partir hasta el templo para visitar al Zorro, cuando se percató de un pequeño inconveniente. No podía conducir. Su hombro estaba vendado y su brazo inmovilizado para su recuperación por lo que ese tipo de actividades le estaban estrictamente prohibidas.

De pie frente a su auto, llevó la mirada hasta el otro lado de la calle, hasta donde vivía Naruto. ¿Correría el riesgo de acercar a Naruto al templo? Claramente, no tenía otra opción en ese instante.

—¿Sasuke?— Naruto se asombró de verle frente a la puerta de su casa otra vez, pero ahora sin poder usar uno de sus brazos.— ¿Qué haces aquí?— Esta vez, Sasuke notó que Naruto no le hablaba con la intensión que querer que se largara por donde vino, sino que se dirigía a él con verdadera curiosidad. Se permitió alegrarse solo un poco por ese detalle.

—Necesito que me hagas un favor. Es urgente.

Sasuke le explicó lo que necesitaba a Naruto y este, solo bajo ciertas condiciones, aceptó ayudarle. Claro que esto se dio después de sorprenderse ante la idea de Sasuke en un templo y negarse a participar en lo que fuera que planeaba Sasuke relacionado con entrar a un sitio que podría derrumbarse en cualquier momento. Solo con la promesa de “algo” Naruto cambió de opinión, aunque ese algo fuese algo con lo que Kurama no estaría de acuerdo.

El viaje hacia el templo fue en completo silencio. Sasuke estaba muy preocupado como para decir algo y Naruto no quería ni debía preguntarle a Sasuke sobre las verdaderas intenciones ocultas para querer ir a un lugar en ruinas con tanta urgencia.

Al llegar al lugar, Sasuke bajó del auto y acercándose a la ventana junto a Naruto, dijo: —Recuerda, no entres a buscarme en ningún momento. No tardaré.

—Cumpliré mi parte del trato, Sasuke.

—Eso espero.

Finalmente dirigió sus pasos al templo y al adentrarse en este no encontró a Kurama. Se disponía a ir en su búsqueda hasta ese riachuelo donde solía meditar, cuando este apareció desde la puerta trasera, llevando su usual vestimenta de guardián de templo completamente negra y viéndole con esos aterradores ojos rojos capaces de atemorizar a cualquiera. Cuando estuvo a la vista atenta del zorro, este entrecerró los ojos e indicó con una de sus largas uñas de las manos al hombro herido de Sasuke.

¿Debido a eso no aparecías?, Uchiha…

—Si. El hombre que te está buscando intentó dispararle a Naruto para asegurarse de que no fuera tu contenedor, otra vez.

Y debo suponer que recibiste la bala por él.— afirmó Kurama. Sasuke asintió antes de darle los detalles de todo lo sucedido desde el día en que se encontró con Naruto.— Seguirán persiguiéndole hasta asegurarse de que no es mi contendor. —Sasuke ya lo suponía.— Cuídale, hasta el momento en que debamos contarle lo que está pasando.

—Eso hago, Kurama… ¿No crees que ya sea tiempo de que lo sepa? 

El proceso de recuperación de sus memorias podría durar mucho tiempo, si así como dices, Naruto no recuerda nada. Necesitamos estabilidad para eso.

—Pides imposibles.

Para nada, Uchiha. Lo mejor será capturar a ese sujeto e interrogarlo. — Sasuke terminó por asentir para marcharse luego, preocupado de que a Naruto le ganase la curiosidad y fuera donde ellos de todas maneras. No obstante, Kurama le detuvo.

Luces más tranquilo aunque los problemas están directamente sobre nosotros… ¿A qué se debe?

Sasuke se sorprendió por la observación. ¿Tanto se notaba que estaba de un mejor humor? Definitivamente Naruto tenía algo especial para hacer cambiar  a la gente a su alrededor.

No preguntes cosas de las que ya sabes la respuesta.— Sasuke miró a Kurama para retomar su camino, pero este cerró la puerta frente a él. No le dejaría ir hasta que lo dijera.Tras dejar salir un suspiro cansado, respondió:—…es por Naruto. confesó resignado y tras esas palabras, la puerta estaba nuevamente abierta. El zorro estaba satisfecho ante esa respuesta.

Un tanto avergonzado y molesto con el zorro, Sasuke regresó al auto donde Naruto le esperaba claramente impaciente. —Tardaste demasiado. — le dijo este al verlo aparecer.

—Eso no fue nada.—Sasuke subió al asiento del copiloto y añadió: —Vámonos, debo cumplir mi parte del trato.

Y así lo hizo, pues al llegar a casa, Naruto le siguió hasta el estudio de su padre y le entregó el libro donde lo que quería mostrarle se encontraba. Los ojos azules le miraban expectantes, esperando instrucciones. Estaba claro que el zorro no quería apresurarse con Naruto y sus memorias, pero, nada le impedía algún tipo de impulso. Él ya había retado al destino una vez, tomando sus propias decisiones, ¿Qué podría pasar ahora?

—Abre la página central del libro.— indicó Sasuke a lo que Naruto obedeció.

Le vio contener el aliento al ver las facciones tan similares, incluso se atrevía a decir idénticas entre él y el dibujo que retrataba a Uzumaki Naruto.

—No lo puedo creer-dattebayo.— Naruto sonreía mientras buscaba un espejo para verse a sí mismo y al dibujo a la vez. Se detuvo en el pasillo donde encontró uno de cuerpo entero. Sasuke permaneció a su lado mientras realizaba su exhaustiva inspección de rasgos faciales. —Si llevara el cabello más corto y tuviera esas cicatrices en el rostro…

—Ni siquiera lo pienses Naruto.— advirtió Sasuke al pensar como de horrible se vería con el cabello de esa manera. Las marcas eran un asunto aparte. Estas eran parte de la escencia de lo que fue Naruto, el jinchuuriki que cambió a los bijuus y a sus compañeros, a pesar del rechazo que le proferían en su niñez. Esas marcas representaban la superación del odio, y la elección del bien.

—Cállate, bastardo, déjame soñar.— Replicó Naruto.

A Sasuke sí que le encantaría dejarle soñar, pero aquellos sueños del  tipo que él tenía cada noche, sueños que le hiciesen recordar. Recordar cómo fue él hace tiempo y la fuerza que tenía para cambiar el mundo, recordar cómo era el equipo siete, que le recordara a él mientras eran un equipo. Solo eso. Ya que conociendo la vida de Naruto ahora, no quisiera que recordara sus malas épocas. Tal vez el zorro tenía razón y sería más apropiado intentar solucionar todo aquello sin que Naruto recordase nada, tal vez, solo contándole todo como si de una historia se tratara.

Sasuke le arrebató el libro de las manos antes de que Naruto se atreviera a leer una sola página de él.

—¿¡Qué haces!?

—Cumplí mi parte, Naruto, te enseñé la imagen. Jamás dije que te permitiría leerlo.

—No seas tacaño Sasuke. Soy un profesor de historia, era esperable que me interesara por él.

—No.— negó tajantemente—Ahora vuelve a casa. Mañana seguiremos con la misma rutina que teníamos antes de que me dispararan.

Naruto, solo le miró unos cuantos segundos con molestia, hasta que frustrado, se dirigió a la salida en silencio sabiendo que no lograría nada más por ese día, dejando tras de sí solo el sonido de la puerta cerrándose.

.

.

.

Tal y como Sasuke esperaba, aquel hombre no volvió a aparecer por días para retomar su persecución, era de suponer que tardaría varios días en regresar a sus andadas pero no más de una semana. ¿Era posible que Naruto le hubiese atinado demasiado fuerte? No, con el arma improvisada de Naruto algo de tal magnitud no podía haberse dado.

Lo que sí se estaba dando, por otra parte, era que Naruto realmente adquiría más confianza en él, y esta iba aumentando con el paso de los días. En uno de los tantos días que habían pasado, Naruto le contó más acerca de su vida en Suna, que comenzó a vivir allí desde los cuatro años por que su madre no quería que le alejaran de su cuidado, pero que aun así terminaron por convencerla y él fue llevado a casa de sus padrinos, amigos de sus padres.

Le aclaró también más cosas sobre Hinata y como le había parecido de rara al principio. “Tartamudeaba en cada frase que decía”, había dicho Naruto, y Sasuke pensó que eso fuera, probablemente, debido a que ella  estuvo interesada en él desde que le vio por primera vez. Recordando al Naruto de trece años que él veía en sus sueños, no podía creerse ese interés tan intenso a causa de la facilidad que tenía para irritar a los demás, pero no podía negarse a sí mismo que la sonrisa de Naruto tenía lo suyo…algo que, aunque no quería admitir, cautivaba. Aunque pocas veces la hubiese dirigido a él. Se irritó ante ese pensamiento. 

Naruto también le aseguró que no debía preocuparse ya que él jamás haría sufrir a su prima porque estaba muy agradecido con ella. No quiso decirle el por qué y Sasuke no insistió, pero no insistió debido a que no le interesara, sino por el peligro que comenzaba a crecer para él con este tipo de relación “tan cercana”. Naruto comenzaba a querer saber más sobre su vida y Sasuke no sabía si era tiempo de ponerle al día en torno a lo que sucedía con él ya que, hablar de su propia vida, significaba acercarse al tema de sus problemas de sueño y esto, a los recuerdos que los ligaban a ellos a una vida pasada que Naruto no conocía.

Desde el día en que Sasuke le enseñó aquella imagen del rostro de Uzumaki Naruto, este atrapó una obsesión  con querer saber más acerca de lo que contenía ese libro. Al parecer intentó buscar una copia en la ciudad pero sin poder dar con ella y a Sasuke no le causó mayor sorpresa saber aquello. Su padre escribió un tipo de contenido peligroso en aquel libro y fue rápidamente censurado del mercado, era de esperarse que dieciséis años más tarde ya no hubiera copia alguna rondando por Konoha.  Debido a esto, su único recurso disponible era Sasuke y este se negaba a dárselo. 

Sasuke sentía la frustración crecer en Naruto debido a ese tema cada día, algo que podía percibir claramente cada vez que este insistía en que -al menos él mismo- le contase de que trababa el dichoso libro, pero Sasuke desviaba el tema para su propia conveniencia y cuando Naruto se percataba de ese detalle, se habría pasado varios minutos explicándole cosas de su propia vida. Antes de que comenzara a insultarle por hacerle caer en sus juegos de palabras, Sasuke se marchaba a su propio hogar con la excusa de que era culpa del mismo Naruto, por no poder cerrar la boca y mantenerse firme en sus planes para sacarle información.

Claro estaba, que Sasuke le decía todo aquello solo con el fin de sacarle de quicio y distraerle una vez más, porque si bien Sasuke sabía cómo distraerle, Naruto tenía un poder que no reconocía en sí mismo para incitar a la gente a hablar de sí mismos. Y era exactamente eso lo que hacía en ese preciso momento, después de que regresaran a casa sin haber obtenido pistas del extraño sujeto otra vez.

—¡Vamos Sasuke!, tú ya sabes por qué me convertí en profesor de Historia…es tú turno— insistió Naruto mientras se acercaban a la entrada del hogar de Sasuke, como ya venía siendo rutina desde hace dos días.

—El que me hubieses dicho que fue por influencia de tus abuelos no implica que yo deba contarte mis motivos.— Replicó Sasuke, sacando las llaves del bolsillo de su chaqueta. Al darse la vuelta para enfrentar a Naruto, continuó:— Además, no se necesita un motivo oculto para volverse investigador privado.

—¡Claro que debe existir alguna!— Exclamó al ver como Sasuke planeaba ignorarle y entrar a su casa dejándole allí afuera.

—No la hay.

Naruto corrió y empujando levemente a Sasuke se introdujo en su casa haciéndole saber a su ahora vecino que no se marcharía hasta que le diera una respuesta satisfactoria.  

—Yo sé que sí. Hinata me lo dijo.— confesó completamente seguro de sí mismo.

—¿Qué?

—Le pregunté por ello hace unos días.

Al cerrar la puerta de la entrada, resignado a que Naruto se quedara allí con él, recordó que este tenía la costumbre de reunirse a platicar con Hinata de vez en cuando. Se quitó la chaqueta ya que aunque estuviera helado fuera, allí dentro estaba templado y la dejó sobre un asiento cercano al sitio donde Naruto decidió instalarse.

—Ya veo, ¿Hinata te dijo de qué se trataba?— Sasuke dudaba que ella lo supiera, pues jamás se lo había dicho de forma clara.

—No, dijo que intuía que podría ser pero que al no estar segura, prefería no arriesgarse. 

Sasuke le miró fijamente a los ojos por unos cuantos segundos, Naruto se veía realmente interesado en saber de qué se trataba. Decidió que lo mejor sería darle una buena respuesta que le hiciera olvidarse por completo del libro, que era el tema que seguramente seguiría a este.

—¿Crees que te revelaré algo que no le he dicho a nadie más?— Sasuke no tomó en cuenta a Kurama ya que, estrictamente hablando, no era un “alguien”.

Naruto no fue capaz de mantener el contacto visual después de aquella pregunta, por lo que apartó la mirada, sin embargo, antes de que lo hiciera Sasuke supo que esa pregunta hirió algo en él, pero no podía entender qué. Sin querer tener algún problema con Naruto, quiso arreglarlo de alguna forma.

—Supongo que equivale a todo lo que tú me has dicho.— Naruto volvió a mirarle, con alivio esta vez, pero Sasuke caminaba en dirección a la cocina por lo que no lo notó. —Yo…Necesitaba encontrar a alguien — comenzó, poniendo cuidado con sus palabras. —alguien me dijo que llegaría por sí mismo, pero quería sentir que estaba haciendo algo para lograr dar con esa persona.— recordó el sentimiento de impotencia que sentía día a día al no dar con él, las interminables búsquedas que terminaban en nada y la sensación de que terminaría por olvidar el rostro que buscaba, hasta que dio con aquella imagen en el libro de su padre dentro de su periodo de desesperación, sin olvidar claro, como le fueron arrebatados los sueños por tanto tiempo y el sentimiento de vacío que dejaron estos tras desaparecer.

Sasuke no fue capaz de voltearse hacia Naruto para ver cuál era su reacción, simplemente permaneció quieto, afirmando sus manos sobre la superficie del borde de la cocina. Tras unos intensos segundos, Naruto se dignó a hablarle desde su asiento frente al televisor.  

—¿Pudiste dar con ella? ¿Con esa persona…?— el ambiente se volvió inesperadamente tenso, pero Sasuke  asimiló que se debía solo a como se sentía él por dentro al recordar aquellos tiempos de incertidumbre.

—No. — Sasuke cerró fuertemente sus puños antes de voltearse para regresar con Naruto, quien lo miraba atentamente esperando el resto de la respuesta.— Al final… esa persona dio conmigo.— Sasuke le envió una sonrisa melancólica. No importaba lo que pasara, siempre era Naruto el que aparecía frente a él. Ni siquiera ahora, en otra vida, Sasuke pudo buscarle y encontrarle como se debía.

Al parecer el plan de Sasuke de distraerlo con este tema estaba dando frutos porque su visitante comenzó a tocarse el cabello con una mano, señal de que quería preguntar algo más pero no se atrevía. La parte que no se esperaba Sasuke fue aquella en que comenzaba a sentirse inestable emocionalmente, tantos años de búsqueda para nada… aunque pensándolo bien, si él no hubiese sido un investigador privado tampoco se habría podido encontrar con Naruto. Tal vez después de tanto tiempo fue capaz de tomar una buena decisión. Después de acercarse a Naruto, tomó el control del televisor y lo encendió mientras se acomodaba junto a este, dando por terminada la conversación.

Naruto tenía otros planes.

—¿Por qué tanta necesidad de encontrarle…?— interrumpió seriamente haciendo respingar a Sasuke a su lado, desconcentrándolo en su búsqueda de algo decente para ver. Cuando este llevó su mirada hasta su acompañante, notó que Naruto no lo miró al preguntarle aquello, sino que mantenía la vista en el televisor. Sin embargo, no parecía prestar atención a lo que allí aparecía. Con la intención de seguir cambiando de canal, Sasuke regresó su atención al televisor para contestarle.

— Fue… Es alguien muy importante para mi…— dijo Sasuke, sin pensar que sus palabras serían tan ambiguas que podrían interpretarse de cualquier manera, al igual que la expresión demasiado afable en su rostro al decir aquello.  

Un silencio tan profundo los envolvió, que ni siquiera parecía ser perturbado por el lejano sonido del televisor.

—…Nunca imaginé que llegaría un día en que dijeras que hay alguien “importante” en tu vida, bastardo.—dijo Naruto al fin, en un tono de voz que insinuaba varias cosas.  

Sasuke no tuvo necesidad de mirarle directamente para saber que estaba suponiendo algo que definitivamente el creía que no podría ser verdad. Aun así, fuera de sus pensamientos forzadamente lógicos, Sasuke por primera vez en su vida se sintió incómodo y sin dudarlo, avergonzado por las implicancias de todo aquello. Era cierto que el Sasuke del pasado tenía profundos sentimientos por Naruto y nadie más, pero él era diferente, él quería ser diferente, aunque no podía negarse que realmente, este Naruto a su lado se había vuelto -mucho más rápido de lo que el mismo pensó- en alguien importante para él.

Cuando le miró a los ojos, su vergüenza aumentó todavía más. Naruto le veía tan atentamente que se sentía de alguna manera, atrapado en el azul de su mirada.

Naruto no pudo evitar reír levemente ante la reacción de Sasuke. Aunque era casi imperceptible, un leve color rosáceo se había formado en el rostro de Sasuke, un signo evidente de vergüenza que él atribuyó en un sentido romántico por esta persona importante.  

—No seas tímido, Sasuke…Ella, no podría rechazarte…— Sasuke recobró su compostura ante las ideas erróneas de Naruto, quien miraba hacia un lugar no identificado de la sala.— ¿O quizás sí lo hizo? ¡Pero sí eres un “niño bonito”!— exclamó enfatizando las comillas— Aunque, claro… debió rechazarte por amargado.— afirmó finalmente mirando fijamente a Sasuke, quien estaba bastante irritado ante la última frase.

Con el fin de clarificar aquel mal entendido lo más rápido posible, Sasuke declaró:— No es una mujer.— Pero cuando vio el desconcierto en el rostro de Naruto ante su aclaración, Sasuke supo que esa no había sido la mejor manera de arreglar su malentendido.— Y es importante, pero no hasta ese nivel.— Agregó, pero Naruto seguía mirándole con cara de idiota. Sasuke agregó algo más para hacerle entender…—Era mi mejor amigo. —…pero era Naruto a quien le estaba hablando, y después de lo que pareció una eternidad para Sasuke, Naruto compuso una triste expresión dejando atrás su desconcierto y alargó un brazo hasta darle una palmadita en el hombro sano, pues aun tenía puesto un cabestrillo en el brazo derecho.

—…O, no lo sabía Sasuke…— este intuyó que esto iría a peor. Naruto le miraba con compasión y eso podía significar solo una cosa. —…debió ser un shock para él si era tu mejor amigo. Pero no te deprimas, ya llegará alguien más-dattebayo.— advirtió.

Sasuke definitivamente había querido distraerle, pero no sacrificándose a que este creyera que él era gay.

 —…Ya lo verás— agregó Naruto, enviándole una de esas sonrisas sinceras y radiantes antes de levantarse de su asiento con intensiones de marcharse.

Sasuke reaccionó ante su incredulidad de que Naruto fuera tan lento para comprender las cosas, cuando este ya estaba a dos pasos de la puerta de entrada.

¡Espera ahí, idiota!— corrió hasta él con la clara intención de arreglar todo aquello.

Inconscientemente, afirmó su brazo izquierdo en la puerta, acorralando a su ahora vecino, quien espantado ante la rápida aparición simplemente se quedó allí, contra la puerta, sin mover un músculo.

Sasuke tenía que evitar que se marchara sin aclarar todo aquello, pero Naruto no tenía la intención de arreglar nada.

—…No te preocupes, Sasuke— le dijo con un aire de seriedad que aterró a Sasuke, pero sin mirarle a la cara en ningún momento —…esa no es razón para impedirte continuar con tu trabajo-dattebayo. Ahora comprendo por qué rechazaste a mi Sakura-chan… — terminó con aire reflexivo.

Naruto. — Sasuke le interrumpió con una voz que intimidó al pobre Naruto y le obligó a dejar de lado sus reflexiones y verle a la cara directamente -algo fácil ya que medían lo mismo-, aunque al notar su cercanía parecía un tanto incómodo. —No soy gay. ¿Lo entiendes? Malentendiste todo.— Dijo Sasuke, sin preocuparse por la posición en que se encontraban. El hombre frente a él cambió su expresión a una un tanto confusa. Sasuke se relajó un poco y continuó. —Yo… he tenido novias, ¿sabes lo que eso significa?— A Sasuke esas palabras le sonaron extrañas, pues a él realmente no le gustaba nada de nada. Solo los tomates, pero eso era algo aparte, y las novias que tuvo fueron producto de la insistencia de ellas y porque él quería aliviar tensiones, cosa que claramente no funcionó. Aun así, esas palabras eran necesarias para que alguien como Naruto le entendiera. —Así que sácate esa estúpida idea de la cabeza.

—Entonces… ¿Por qué te avergonzaste antes-dattebayo?— Naruto en serio parecía confundido, aunque su incomodidad permanecía allí, pues su mirada iba y venía desde un punto lejano hasta sus oscuros ojos.

A causa de eso, Sasuke al fin se percató de lo cerca que estaban el uno del otro, y no sabía cómo sentirse frente al reconocimiento de que esta cercanía no le incomodaba para nada, de hecho, le agradaba. Aunque al parecer a Naruto sí. Lo atribuyó a que probablemente lo que decía y tenerle acorralado contra la puerta no coincidían para nada. Avergonzado una vez más, se alejó un paso de Naruto. 

—No soy de los que aceptan fácilmente que alguien es importante en mi vida.—respondió al fin.

Naruto, un poco más calmado a los ojos de Sasuke, decidió seguir preguntando cosas.

—Y… ¿Qué hay de tu madre?

—Claro que es importante.— Cuando Sasuke vio una leve sonrisa en el rostro del otro supo que no debió contestar tan seriamente.

—¿Lo ves?

Sasuke suspiró ante su propia idiotez.

No soy gay, Naruto.

—¡Como digas-dattebayo!— asintió Naruto, pero Sasuke sabía que claramente no le había creído nada. Se dio la vuelta para abrir la puerta y marcharse al fin, cuando pareció darse cuenta de algo importante y miró a Sasuke nuevamente como queriendo decirle algo, pero al final permaneció en silencio y haciendo un gesto con la mano a modo de despedida, se marchó.

Tras cerrar la puerta, Sasuke se afirmó en ella y se masajeó las sienes con los dedos de su mano libre. Comenzaba a dolerle la cabeza ante el nuevo lío que se había formado. ¿Cómo una simple frase pudo dejarle ante Naruto como algo que él no era? Ya tendría ocasión para arreglar -de una vez por todas- aquel malentendido.

Relajando la mano que tenía en la frente, tocó con sus dedos una de sus mejillas, era cierto que las había sentido arder por un instante pero definitivamente no a causa de lo que Naruto creía. El no era el mismo Sasuke del pasado y era capaz de admitir que sentía cierto aprecio y preocupación por el otro, si, que era importante…bueno, quizás le tenía mucho aprecio y se preocupaba mucho por él pero… eso seguía sin ser nada del otro mundo ¿Verdad?

Todavía afirmado en la puerta y sin querer saber nada más sobre la gran imaginación de Naruto, llegó a la conclusión de que sería mejor si descansaba. Se alejó de la puerta para prepararse para dormir esperando que el sueño de esa noche no fuese algo demasiado agobiante, ya que, si bien en sus sueños no aparecía nada nuevo, el ver repetidas veces las mismas escenas dolorosas era casi insoportable.

Tal y como siempre se daba en su vida cuando deseaba algo, Sasuke se encontró en el recuerdo que más le dolía hasta ese momento. Su último enfrentamiento con Naruto. Su rabia, ira y frustración al no poder alcanzar su objetivo, la insistencia de Naruto por su vínculo y el agotamiento tras descubrir que ya no le quedaba chakra para atacar. De pronto, una oportunidad se dio y fue capaz de absorber parte del chakra que a Naruto le quedaba.

“…ahora, por fin estaré solo…” Sasuke podía sentir las claras y oscuras emociones que le recorrían a su vida pasada, pero al mismo tiempo no podía ignorar las suyas y la impotencia de no poder hacer nada para cambiar los hechos. No quería dañar más a Naruto ni a él mismo, aunque solo se tratara de un recuerdo.

“¡Adiós, mi único…!” tras eso, el contraataque de Naruto. Un gran golpe para su cuerpo y sus emociones…

Una… y otra… y otra vez” Se escuchó decir al igual que siempre, frustrado, cansado y sin poder entender el por qué. “¡Solo deja que te mate de una vez!”. Dolía.

De ninguna manera...” Replicó Naruto con firmeza. “¡Yo soy el único!”

El último ataque se acercaba, y la desesperación del nuevo Sasuke ante el dolor inminente que sufrirían ambos tras eso y la pérdida que no podrían evitar. “¡Lo siento!… ¡lo siento Naruto!” se dijo el nuevo Sasuke en sus pensamientos, al ver como Naruto y su ataque se acercaban, pero justo antes de que ambos ataques se encontraran sintió algo que lo alejó repentinamente de allí y en un instante, lo sumergió en la oscuridad.

Una tranquila oscuridad.  

—…¡Desp…! ¡...suke!— escuchó una voz en la lejanía que poco a poco se hacía más clara —¡Despierta maldición!— De pronto, la sensación de unos brazos rodeándole y apretándole fuertemente por la espalda, le instaron a abrir los ojos.

—¿Qué…?— Sasuke pronunció con dificultad, casi como un susurro.

—¡Eso fue aterrador! ¿Qué mierda estabas soñando?— Sasuke reconoció la voz preocupada de Naruto junto a su oído.

Aliviado, quiso mirarle a la cara para confirmar que no estaba solo, que Naruto le había salvado una vez más,  pero estaba tan agotado por la pesadilla que continuó dejándose hacer. Ya le daría las gracias por haberle despertado.  Relajándose, y afirmando su mano izquierda en la espalda del otro, cerró los ojos para volver a dormirse allí mismo, afirmado en el hombro del otro, hasta que cayó en la cuenta de que algo estaba claramente mal.

Sin moverse ni un milímetro, Sasuke preguntó:—… ¿Qué se supone que haces?

Sintió a Naruto tensarse ante su seria pregunta y sin esperárselo en ningún  momento, ni un segundo más tarde Naruto le soltó de golpe provocando que cayera fuertemente sobre la cama, causando que su hombro todavía en recuperación lo resintiera un poco. Dejando de lado la sorpresa y el dolor de ser alejado tan bruscamente, Sasuke posó su atención en su vecino, quien parecía verdaderamente avergonzado por sus acciones. Creyó entender el por qué y sorprendentemente eso le alegró un poco.

—¡N-no es lo que piensas-dattebayo!— Naruto comenzó a explicarse, exaltado. Era obvio que recordaba la conversación de antes. — ¡E- es que!, ¡Al verte sufriendo traté de despertarte pero nada servía!... — Formó una expresión extraña que Sasuke no supo cómo interpretar mientras miraba al suelo.

Naruto— Habló Sasuke nuevamente, mientras se sentaba otra vez sobre la cama, para llamar su atención. —¿Qué se supone que haces en mi habitación?— Porque a Sasuke le importaba lo mas mínimo la manera en que lo despertaron, ya pensaría en lo grato que se sintió más tarde, lo que en verdad quería saber era como se las ingenió Naruto para entrar a su casa en mitad de la noche.

Naruto palideció y se levantó lo más rápido posible de su asiento con la clara intención de marcharse sin dar explicaciones. Sasuke se levantó de la cama con un ágil movimiento y le sostuvo del brazo, ignorando una leve punzada de dolor que sufrió su hombro herido causa del esfuerzo.

Ante esto, Naruto respondió con aire sospechoso: —Nada…  

—Esa no es una respuesta coherente.— Sasuke decidió continuar con algo más objetivo. —¿Cómo entraste?

—No le echaste llave a la puerta. — dijo Naruto desviando la mirada hacia el piso.

Sasuke se sorprendió ante la información, y recordando los acontecimientos del inicio de la noche pudo reconocer que, efectivamente, había olvidado cerrar la puerta con llave. Aun así, debía existir alguna razón para que este hubiera ingresado a su casa por la noche, ya que dudaba mucho que le hubiese escuchado sufriendo por una pesadilla desde el otro lado de la calle. Arrugó el entrecejo por la duda y dejándole libre, le obligó a mirarle directamente.

—Ahora que ya conozco cómo entraste, explícame por qué razón entrarías en mi casa a mitad de la noche.— Los ojos de Naruto brillaron extrañamente entre la oscuridad, a causa de la esperanza. Sasuke ya comenzaba a entender.

—Quería… quería ver el libro.— confesó finalmente, mirándole solo unos breves segundos antes de mirar nuevamente hacia otro lugar. Sasuke sabía que no se libraría tan fácilmente de la curiosidad de Naruto.

Relajó la mirada y se alejó algunos pasos de Naruto, si ese fue su objetivo en un principio, no tenía como saber que no dejaría la puerta con llave justo esa noche lo que quería decir que… rápidamente salió de la habitación sintiendo que Naruto le seguía hasta la sala. Revisó la chaqueta que dejó el día anterior en el respaldo del sillón y no encontró las llaves que buscaba. Naruto posiblemente insistió tanto en esa burda conversación solo para lograr encontrar una forma de quitarle las llaves. Se volteó a mirarlo y este sonrió en respuesta.

—¿Sabías, Naruto, qué esto puede catalogarse como allanamiento de morada?— Naruto dejó de sonreír.

—Bastardo, no hubiera llegado tan lejos si me hubieses enseñado el libro cuando te lo pedí.— Sasuke se dejó caer en el asiento más cercano a él ante la insistencia de Naruto. Había olvidado cómo se sentía ser acorralado por alguien tan obstinado, aunque claro, la diferencia radicaba en que lo que buscaba con tanto ahínco era un libro y no a él. Se sintió extrañamente molesto.

—¿Por qué tanto interés en el, Naruto?

—¿…Porque un rostro idéntico al mío está dibujado en él?— Dijo, enfatizando algo que debía ser obvio. —Además, quiero saber el porqué de aquellas marcas, no parecen ser simples cicatrices.

Sasuke decidió en su interior que definitivamente no le daría acceso a ese libro pues la intuición de Naruto comenzaba a asustarle… a menos que ya lo hubiese visto mientras él dormía. Para comprobarlo, se levantó y corrió rápidamente hasta el estudio de su padre y claramente Naruto había estado allí, pues la puerta estaba abierta pero, afortunadamente, el libro estaba cerrado sobre el escritorio.

—Nunca supe que los Uchihas eran un clan, Sasuke ¿Por qué no me lo dijiste?— dijo Naruto cuando llegó hasta él.

—¿Cuán lejos llegaste?— cuestionó Sasuke, esperando que no hubiera alcanzado a leer mucho, al menos no aquello que involucraba sus marcas y el trato con los bijuus.  

—Solo unas páginas, hasta la parte en que comenzaba a explicar las pistas en relación a la participación de los Uchihas en la guerra.— Sasuke decidió que eso no estaba tan mal. Al menos no llegó a nada crucial, considerando que su padre no encontró ninguna pista sobre Madara, Obito ni de Itachi, ya que su historia comenzó muchísimo antes del inicio de la guerra. La voz de Naruto interrumpió sus pensamientos.—Hubiera leído más de no haber sido por tus quejidos de angustia-dattebayo…

Sasuke se tensó ante la revelación, sabía que los sueños le causaban emociones tan fuertes que amanecía completamente sudado y con rastros de haber llorado, pero no creyó que se le pudiera escuchar desde allí. Se llevó la mano libre hasta la cara y encontró allí un claro rastro de lágrimas secas.

—¿Con qué soñabas Sasuke?— se interesó Naruto, con genuina preocupación.

Algo en el interior de Sasuke quería decírselo todo, pero, los pensamientos que le señalaban que aquel momento no era el indicado ganaron una vez más.

—…No es de tu incumbencia.— respondió fríamente.

No esperaba que Naruto le obligara a voltearse bruscamente para enfrentarlo cara a cara, con enfado.

—Creo que sí lo es, bastardo.— Sasuke pudo ver claramente la similitud de la expresión que le ofrecía este  Naruto con el de sus sueños, aquel que estaba decidido a hacerle cambiar de parecer. Sintió los latidos de su corazón acelerarse levemente.  — Después de cómo te encontré cualquiera estaría preocupado por saberlo.

—No deberías estarlo.— objetó Sasuke, comenzando a encontrar cierta similitud entre esa situación con una que vivió hace mucho tiempo, al igual que semejanzas entre esas emociones y las que ahora comenzaban a aflorar en él.

—¡Estabas retorciéndote y llorando como si te estuvieran torturando, Sasuke!— exclamó Naruto tomándole fuertemente los brazos. Sasuke reaccionó mal ante el inesperado toque. Este Naruto comenzaba a darle muchos problemas, tal y como el otro Naruto hacía.

Sasuke no se había dado cuenta hasta ese momento de cuanto odiaba y extrañaba al mismo tiempo este tipo de preocupación explícita por parte de Naruto. Mirando fijamente a los ojos contrarios y sintiendo como su mandíbula se tensaba cada vez más, sintió como su irritación crecía más y más.

—¡Ya lo sé, maldición! —aclaró Sasuke, sintiendo como su pulso se aceleraba todavía más —¡Pero es mi problema! ¿¡Por qué te entrometes donde no te llaman!?…¿Por qué te preocupas por mí?...— Aquella frase la soltó impulsivamente, como si fuera una cuestión que debía responderse aún después de cientos de años.  

—¡Porque te considero un amigo!... —soltó Naruto, provocando una expresión de completa sorpresa en el rostro de Sasuke, quien no se esperaba escuchar ese tipo de frase, al menos no todavía. De todas formas, no pudo evitar el alivio que sintió muy en el fondo de su ser. —¿No lo entiendes? — Naruto soltó el firme agarre que tenía sobre sus brazos y Sasuke sintió un gran peso sobre sus hombros, tanto que se afirmó en el escritorio a sus espaldas para evitar caer.

Ninguno dijo nada por varios segundos y Sasuke no miró a Naruto en ningún momento, simplemente comenzó a reír.

—¿Ahora enloqueciste?— cuestionó Naruto.

—Así que siempre será de esta maldita manera…— dijo Sasuke más para sí mismo que para Naruto. Este solo se limitaba a mirarle confundido ante su reacción. —¿Se supone que somos amigos, Naruto?— preguntó con la mirada dirigida hasta sus propios pies.

—En realidad…— comenzó a responderle seriamente y Sasuke ahora sí le miró a los ojos. Naruto parecía algo avergonzado.— No estoy seguro de si me consideres un amigo… pero tú si eres el mío.— le aseguró.

Tras la sorpresa, Sasuke no pudo evitar volver a reír, pero esta vez por la alegría que sentía. Jamás pensó que aquellas palabras que tanto aborrecía en su anterior vida, ahora las encontraría tan valiosas. Él sabía que su carácter no era el mejor del mundo como para llegar a volverse cercano de alguna persona además de su familia, y aun con eso, Naruto le aceptaba una y otra vez.  

—¡No te rías de mis palabras!, bastardo… ya sé que para ti soy solo un trabajo-dattebayo.— refunfuñó Naruto después de varios minutos en los que Sasuke seguía riendo como loco, porque sí, ver a Sasuke reír de esa manera era muy extraño, pero de cierta forma le tranquilizaba pues parecía feliz.

—No— habló al fin Sasuke, evitando, nuevamente que Naruto se llevara otro malentendido. —Yo…también te considero un amigo.— evitó llamarle “mejor amigo” debido a la confusión del día anterior. — Aunque seas un idiota.— “el idiota más importante…” pensó, mientras notaba como Naruto se irritaba por haberle insultado otra vez.  

—¡Y tú eres un amargado desconfiado!— Contestó Naruto, apuntándole—… ahora, dime que soñabas.— exigió, cruzándose de brazos.  

Sasuke suspiró ante su terquedad.

—Fue una simple pesadilla Naruto. Las tengo desde que era pequeño.— Su ahora amigo, le miró consternado por la revelación, pero él no planeaba decirle nada más acerca de ese asunto, no hasta que fuera el momento preciso.—Ahora vete a casa, quiero volver a dormir.— Ordenó seguido, y le dio un leve empujón para encaminarle hacia la salida.— Y dame mis llaves. — agregó antes de olvidarlo.

Naruto solo obedeció en silenció y ambos se dirigieron a la salida.

—¿Tu mejor amigo sabe de tus pesadillas?— Naruto le preguntó antes de abrir la puerta y sin voltear a mirarle. Sasuke suspiró antes de abrir la boca para hablar.

—Lo sabe. Ahora mis llaves.— indicó. Naruto le entregó las llaves antes de marcharse definitivamente a casa sin decir ni exigir una palabra más.

En lo que quedaba de esa noche al dormir, Sasuke no volvió a tener pesadillas.

…:::…

A la mañana siguiente, Sasuke se sentía tan ligero como una pluma, sin embargo, no podía negar que tras tener tiempo para reflexionar claramente lo sucedido la noche anterior, no podía evitar sentirse contento a la vez que confundido. Debió suponer que en esta vida, todo lo que tuviera relación con Naruto le traería dudas, muchas dudas. Dudas sobre él y sobre sí mismo pues sentía que, aún sin quererlo, su relación con Naruto se estrechaba cada vez más y por esto mismo, lo que sentía por Naruto se intensificaba también.

Tras ducharse y vestirse apropiadamente para ir a su oficina, es decir, con un típico e incómodo traje, comenzó a preparar algo decente para desayunar. Ciertamente se sentía más ligero, como si algo en su interior se hubiese desbloqueado y aquella sensación, Sasuke supuso, se debía a que Naruto le reconocía como un amigo otra vez. Y aunque él mismo consideraba a Naruto un amigo, sentía que aquella definición no calzaba del todo con ellos. “¿Será por lo poco que llevamos de conocernos?” pensó, mientras vertía agua en una taza para preparar café. “No…yo le conozco desde hace mucho”, se contestó a si mismo instantes más tarde, pero negó esa idea también al reconocer que no era del todo cierto. Conocía al antiguo Naruto, no a este.

Los rasgos y maneras de ser del Naruto del pasado y del presente comenzaron a parecer como bucles entrecruzados en su cabeza mientras desayunaba. Debía reconocer que, lo que más le diferenciaba eran las marcas, esas cicatrices que le caracterizaban. Ya que, poco a poco, la escencia del otro Naruto afloraba en él. No pudo evitar sonreír al recordar que a causa suya Naruto decía “dattebayo” a pesar de que cada vez que lo decía se debía a algo negativo. Sintiendo que estaba entrando a un sitio de su mente en el cual no estaba preparado, acomodó levemente su oscuro cabello para luego encender el televisor con el control remoto.

Al igual que la noche anterior, nada interesante se mostraba. Con aburrimiento desvió su mirada hasta el ahora, vacío sofá que tenía frente al televisor y no pudo evitar recordar sus estúpidas reacciones a esa estúpida conversación sobre personas “importantes” y sobre él siendo “gay”.

Chasqueó la lengua ante su molestia y se levantó de la mesa. Él definitivamente no lo era. Lavó diligentemente (y con más fuerza de la necesaria) lo que ocupó para desayunar y tomando las llaves que dejó sobre la encimera de la cocina se encaminó hasta la entrada con la clara intención de ir a su oficina y después a ver al zorro. Sin embargo, cuando llevó su mano hasta la cerradura de la puerta para quitarle la llave a la puerta y poder salir, escuchó una voz muy conocida en su cabeza.

“No le echaste llave a la puerta.” Naruto había estado en su casa a media noche también.

“¡N-no es lo que piensas-dattebayo!” Naruto le había abrazado. Pero lo más importante era, que a él, a Sasuke no le había molestado en lo más mínimo.

Detuvo el movimiento de su mano y solo afirmó su frente en la superficie de la puerta. “Está bien” se dijo a sí mismo, “No me molestó, era solo un abrazo”. Continuó, ya que no le serviría de nada evitar sus pensamientos en ese momento, ya lo había intentado antes y lo pasó bastante mal. “No eres como antes” Se convenció, antes de al fin acepar que, sí, Naruto le había abrazado, y que a él no le había molestado, que incluso se sintió aliviado (y nuevamente salvado) por Naruto. Se le hiso extraño dejar fluir la cálida sensación que le recorrió el pecho. Casi había olvidado lo bien que se sentía permitirse sentir la felicidad. “Me hace feliz la preocupación de Naruto, si. Eso es todo.” Se auto convenció.

Satisfecho por su rápida conclusión y sin querer perder más tiempo, se distanció lo suficiente de la puerta para abrirla pero al levantar la mirada, recordó claramente como debido a la desesperación de ser malentendido, había acorralado a Naruto entre él y la puerta, acción que claramente podría malentenderse mucho más que sus palabras. Frunciendo el ceño y sintiendo arder la cara ante el recuerdo de sus vergonzosas acciones, y la imagen de un Naruto claramente incómodo por alguna razón (que él no quería atribuir a sus vergonzosas acciones), abrió bruscamente la puerta para al fin alejarse de su casa y de sus propios pensamientos, pero algo que no se esperaba ver ni en un millón de años le obligó a detenerse.

Naruto estaba allí, en el piso de la entrada de su casa, aun medio dormido, descalzo y solo con el pijama de finas líneas celestes como prenda de dormir puestas. Rápidamente y algo espantado, se arrodilló frente a él mientras veía como empezaba a removerse, un signo claro de comenzar a despertar. Sasuke no podía imaginar una simple razón por la cual Naruto hubiera amanecido allí, de esa manera. Sin esperar un segundo y bastante asustado, le revisó la cabeza buscando alguna herida o contusión, para después revisar el resto de su cuerpo con una rápida mirada. No parecía herido.

—¡Naruto!— Le llamó, viendo como este comenzaba a llevarse una mano a la cara y con la otra verificaba su alrededor. —Naruto. Despierta.— Repitió firme y tras ese último llamado, Naruto intentó abrir bien los ojos, mientras tocaba el piso a su lado. Cuando al fin reconoció que aquella superficie no era su cama, Sasuke le vio abrir los ojos con sorpresa para luego sentarse lo más rápido que pudo viéndole con incredulidad.

Sasuke se dio cuenta que aquello tampoco estaba en los planes de Naruto. Definitivamente despertar en la entrada de la casa de tu vecino no es una forma muy apacible de comenzar el día. Por esto, decidió que lo mejor sería que este considerara su situación allí, antes de marcharse. Su oficina podría esperarle un poco más.

—Será mejor que entremos.— Dijo Sasuke notando su sorpresa y ofreciéndole su mano para que se levantara.

Naruto aceptó la ayuda para levantarse, sin embargo, cuando Sasuke le indicó que entrara, él retrocedió rápidamente, llevándose una mano a la cabeza mientras cerraba fuertemente los ojos.

—Yo… S-será mejor que me vaya a casa.— Dijo con nerviosismo, sin mirar a Sasuke.

—Naruto.— Dijo Sasuke, tomando uno de sus brazos para impedir que se fuera. —No estás en condiciones para irte a casa todavía. Además, ¿Crees que te dejaré ir sin explicarme por qué estabas durmiendo apoyado en mi puerta?

—Esto, esto no debió pasar… ¿Por qué, por qué ahora…? —Naruto lucía demasiado confundido mientras hablaba, ni si quiera parecía hablarle a Sasuke, más bien, parecía hablarse a sí mismo.

—¿Qué no debió pasar? … Naruto, ¿Eres alguna especie de sonámbulo?— a Sasuke no le ocurría otra opción que no fuera esa.

—No… se suponía que ya no…— De pronto, Naruto quitó su mano y despejó su rostro, mirando directamente a Sasuke, quien se sorprendió al ver un rastro de miedo en su mirada. —Mierda. Olvidé cerrar con llave mi puerta anoche… Yo, lo siento por esto Sasuke.— De pronto comenzó a reír sin razón alguna, y Sasuke comenzó  a asustarse. —De hecho ¡no sé por qué terminé aquí! La mayoría de las veces solo daba vueltas por los alrededores y volvía a casa. No debí venir aquí-dattebayo…

—Naruto, será mejor que entres e intentes calmarte…— Le interrumpió Sasuke, pues al parecer Naruto estaba en una especie de shock, sin embargo, cuando terminó de hablar, Naruto dejó de mirarle y alejó el brazo de Sasuke que aun le retenía.

—No te preocupes, estoy bien-dattebayo…— Explicó, no obstante, su mirada perdida decía todo lo contrario. —Solamente… necesito estar solo.

—¡Naruto!— le gritó Sasuke, pues Naruto simplemente corrió hasta llegar a su propio hogar.

Cuando Sasuke le vio desaparecer tras la puerta, decidió que su visita a la oficina y el zorro podrían esperar unas horas más. Debía averiguar que era exactamente lo que había pasado allí.

Notas finales:

¡Por fin comienzan a volverse más cercanos estos dos!

Naruto sigue siendo igual de bueno que siempre, aunque entre en casa de otros a media noche sin avisar. Me gusta que sus acciones relacionadas con  Sasuke sean un tanto “extremas” a decir verdad. Incluyendo claro, como interpreta lo que Sasuke le va diciendo.

Y las cosas se ponen un tanto extrañas con ellos en diferentes sentidos…aunque claro, Sasuke no está mucho tiempo sin confundirse en esta historia la verdad. Y en cuanto a Naruto, podemos ver que algo que Sasuke no conocía de él sale a la luz…

Hasta la próxima actualización!  ^-^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).