Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un nuevo camino a casa por Aria Rovimare

[Reviews - 45]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Advertencias: Insinuación de otra pareja (es totalmente necesario para el avance de la trama)  

.

Una fiesta de recuerdos.

.

.

Sasuke permaneció en aquel sitio, de pie, en la entrada de su casa, viendo como Naruto corría hasta la suya sin saber todavía en qué pensar sobre toda aquella extraña situación. Claro estaba que jamás hubiese esperado que Naruto un día cualquiera apareciera durmiendo como si nada junto a su puerta.

 ¿Qué le había dicho sobre el sonambulismo?

“No… se suponía que ya no…” eso quería decir que lo tuvo, pero en la actualidad no. Sin embargo, lo siguiente que dijo le desconcertó un poco: “Olvidé cerrar con llave mi puerta anoche…”. Si ya no tenía sonambulismo, no existía razón para tener esto como precaución ante una inesperada salida nocturna. Claro, era de sentido común asegurar tu casa antes de irte a dormir, pero la situación daba a entender algo más.

Cerrando la puerta y regresando al interior, Sasuke buscó en el bolsillo interno de su traje de oficina su teléfono celular. Tras verificar que ya no era tan temprano, marcó al único contacto que tenía que podría darle algo de información. Se acercó a la ventana que daba hacia la calle para tener a la vista la casa de Naruto, solo por si a este se le ocurría salir de allí.

Tras escuchar el tono de llamada cuatro veces, una suave voz al otro lado le la línea le contestó.

¿Sasuke?— Dijo la voz de Hinata, confundida.— ¿Qué sucede? Es raro que me llames.— “es raro que llame a cualquiera” pensó Sasuke.

—Hinata, lo siento ¿Estoy molestándote?— preguntó Sasuke, para verificar cuanto tiempo tendría para hablar con ella.

No, no te preocupes. ¿Necesitas algo?

—Solo necesito información.— Se detuvo un momento para escoger bien las palabras que usaría.— Hinata… ¿Sabes si Naruto sufre de algún trastorno del sueño?

—… yo…— Sasuke notó de inmediato que, por lo dubitativa que se escuchaba, sabía algo de lo que él todavía no estaba enterado.— ¿Le pasó algo a Naruto-kun?— Esa pregunta para Sasuke, era reveladora por sí misma.

—No te preocupes por eso. Él está bien…—“al menos físicamente” pensó.—ahora, ¿Podrías contestar a mi pregunta?

—…

—¿Hinata?

Tras varios segundos que para Sasuke fueron interminables, Hinata le contestó.

—…Esa información es algo muy privado de Naruto-kun…— Comenzó, bastante reacia a revelar algo.

—Hinata, esta es información muy relevante. Tengo que tomar en cuenta cualquier punto que me ayude a mantenerlo a salvo. ¿Lo sabes, verdad?— Enfatizó.

Si, lo sé…— Después de una considerable pausa en que Sasuke pudo sentir el sonido de una profunda respiración, Hinata retomó la conversación.— Yo…solo sé que tuvo sonambulismo.— Una parte estaba clara y confirmada para Sasuke.

—¿Qué me dices de este último tiempo?— indagó Sasuke.

No lo sé… él dejó de hablarme de esto hace muchos años… ya que lo descubrí por accidente. Sasuke, Naruto-kun no quiere que nadie sepa sobre esto. — Sasuke recordó la manera en que reaccionó antes de regresar a su propia casa. El miedo reflejado en su mirada. Este acontecimiento era algo que obviamente, Naruto no esperaba que ocurriera.

—Hinata, ¿Sabes cuándo fue la última vez que Naruto salió de casa debido al sonambulismo?

—…Creo, creo que fue a los diecisiete años. Aunque no estoy segura… Sakura me lo contó. — Sasuke escuchó atentamente y no pudo evitar comparar la situación de Naruto con la suya propia. Él había dejado de tener las pesadillas a esa misma edad.

Sin querer aventurarse en ideas que podrían no ser ciertas al final, agradeció a Hinata por su tiempo y ayuda para luego terminar la llamada. Posiblemente, su extraña mente estuviera haciéndole creer que podía haber esperanzas de que Naruto supiera algo de sus vidas pasadas, además, si estuviesen conectados a ese grado, hubiese descubierto el sonambulismo de Naruto tras conocerlo. Lo que seguía sin comprender era su supuesto afán por ocultarlo. Volvió a guardar su teléfono celular y decidido, salió de casa y se dirigió a la de Naruto. Necesitaba saber cómo estaba después de aquella reacción y por supuesto, necesitaba explicaciones.

Deteniéndose frente a su puerta, Sasuke comenzó a golpear para que este le abriera. Escuchó pasos acercarse hasta la entrada pero nadie le abrió.

—Naruto, sé que estás ahí.— dijo afirmando su brazo izquierdo en la puerta.— Naruto…

¿Qué quieres?— la voz de Naruto tenía un tono extraño, que Sasuke no logró identificar por la distorsión causada por la puerta entre ambos.

—Quería… quiero saber cómo estas.— extrañamente, le costó decir aquellas palabras. Demostrar preocupación no era uno de sus fuertes.

Estoy bien, ¿No te lo dije?

—Si, Naruto. Lo dijiste pero, si estás bien ¿Por qué no me abres para que hablemos cara a cara?

Porque no quiero. — Sasuke sintió por un momento que ambos volvían al día en que se encontraron y este no quería saber nada de él.

—Naruto, ábreme.

No…

—¿Por qué dormías junto a mi puerta, Naruto?— Sasuke insistió.

No.

—Naruto, tú- —insistió.

¡No!— Gritó Naruto de pronto, su voz agitada, reflejando lo afectado que estaba. —¡vete, bastardo! ¡No quiero verte ni escucharte más-dattebayo! ¡ugh!— Lo último que Sasuke distinguió, fue un lastimero sollozo atravesar la puerta, acompañado claro, de su propia reacción que fue acercarse aun más a la puerta.— lo siento… déjame solo por ahora…— Un segundo más tarde escuchó los pasos de Naruto alejarse de la puerta.  

Sasuke se alejó de esta y tras darle un último vistazo, dio media vuelta para regresar a casa. Le daría tiempo a Naruto para que se recuperara, pero antes de volver a enfrentarle tenía algo qué hacer. Fue lo más rápido que pudo hasta su oficina en el centro de la ciudad, dentro de sus posibilidades estaba que aquel hombre que seguía a Naruto hubiese dado con su oficina y el hogar de ambos hace mucho, pero al encontrar su oficina tal y como la dejó días atrás se dio cuenta de que, tal vez, su enemigo no tuviera los recursos para encontrarles fácilmente.

Verificando que todo se encontraba en su lugar, dejó la oficina y ya en el interior de su automóvil marcó nuevamente a Hinata, regresando a lo que más le preocupaba en ese momento.

¿Sasuke? ¿Pasó algo malo?— Su suave voz indicaba preocupación, seguramente por Naruto.

—Hinata, ¿podrías darme el número de Sakura?

— su prima guardó silencio, seguramente sorprendida ante tal petición, después de todo, él le aseguró que no quería encontrarse con Sakura hace cuatro años atrás, y menos aún tener su información de contacto.

—Hinata, necesito hablarle sobre Naruto.— aclaró.

— ¡oh! Si, te lo enviaré en un mensaje.

—Te lo agradezco.— dijo Sasuke aliviado.— hablamos en otra ocasión.

Está bien. Hablamos, Sasuke. 

Tras esas palabras, Sasuke cortó la llamada y al minuto, recibió un mensaje con el número telefónico de Sakura. Marcó el número un par de veces, sin embargo, ella no contestaba. No tenía más opción que consultarle a Hinata por su ubicación. Después de que esta le dijera que se hallaba en la universidad a esas horas, y si no le contestó quizás se debía a que todavía se encontraba en clases, condujo hasta llegar a la universidad de Konoha.

Él la recordaba bien, era un lugar enorme y cada una de las facultades tenía su propio estilo, acorde a las carreras que enseñaban en el lugar. Dejando el automóvil estacionado fuera, se adentró en el lugar hasta llegar donde recordaba se encontraba la facultad de medicina. Un edificio pulcramente blanco, a Sasuke le desagradaba un tanto la claridad de ese sitio. Tomando nuevamente su celular mientras veía ir y venir a estudiantes marcó nuevamente a Sakura. Tres tonos más tarde, ella le contestó.

Diga.— la voz firme y desconfiada de Sakura sonó del otro lado. Dando a entender que ella no poseía su actual número. Se alivió por eso.

—Sakura… necesito hablar contigo.

¿Eres Sasuke?— se le oyó sorprendida—. ¿Cómo tienes mí…?

—Sakura, algo le pasó a Naruto.— Sakura no dijo nada en respuesta—. Estoy en la entrada de tu facultad, Hinata me dijo que estabas aquí—. Siguió Sasuke.

—…— tras su turbación inicial, Sakura respondió: — Si, aquí estoy. Te veo en la puerta en unos minutos.

Tal y como había dicho, Sakura apareció ante él tres minutos más tarde. Caminaba a paso rápido pero firme llevando tacones demasiado altos a la vista de Sasuke, quien no entendía como no perdía el equilibrio.

—¿Qué le pasó a mi hermano?

Sasuke no le contestó inmediatamente, a cambio, le señaló el camino hasta la salida y dijo: — Sígueme.— Sakura no se movió ni un centímetro. Estaba claro que no cooperaría con él hasta que le revelara algo.— Esta mañana le encontré dormido fuera de mi casa.— Sakura se mostró sorprendida, e inmediatamente su expresión se transformó en una de sufrimiento y rabia.

—Tengo que ir a verlo.— dijo ella, y juntos se dirigieron hasta el automóvil de Sasuke.

Ya de camino, Sasuke se atrevió a preguntar más.

—¿Por qué no me dijeron esta información cuando empecé con el trabajo?— cuestionó, con la mirada puesta en el camino.

—¿Mi hermano no te explicó nada?— Sakura parecía confundida.

—Por esto vine contigo. El lucía muy aterrado y solo corrió hasta su casa y se encerró allí. No se ve muy bien, esta reacción no es esperable en alguien que tenga sonambulismo.

—Eso es porque ya no lo tenía. Y además, a él jamás le agradó hablar sobre ello.

Al llegar a un semáforo en rojo, Sasuke le observó directamente para saber si ella podría darle más información, pero su verde mirada llena de seguridad le indicó que no sería posible.

—Si quieres saber más, él tiene que decírtelo…— Sakura regresó su mirada al frente al igual que el conductor y se llevó una mano detrás del cuello en un vano intento de relajarse.— Ni siquiera le ha hablado de esto a Hinata abiertamente. Ella… ella lo descubrió por casualidad un día que yo fui de visita a casa de Naruto en Suna. Ella estuvo con nosotros y vio como Naruto intentaba salir de casa.— Ella cerró los ojos, evocando el recuerdo.— Solo… tengo que hablar con él ahora.

Tras varios minutos, llegaron al fin a la calle donde vivían Naruto y Sasuke. Después de estacionarse, caminaron deprisa hasta llegar a la entrada y llamar a la puerta de Naruto. Pero a pesar de la insistencia, este no salía.

—Naruto ¿estás ahí?— preguntó Sakura —. Soy yo, Sakura. Necesito verte para que hablemos…Necesito saber si estás bien.  

Sasuke pudo notar como una de las cortinas de la ventana que daba hacia la calle se movía. El dueño de casa les estaba mirando, y lo más seguro, era que no quisiera contestar al estar Sasuke presente en el lugar.

—Sakura, será mejor que me vaya.— dijo Sasuke, tocándole uno de los hombros  para llamar su atención.— Él no abrirá hasta que yo esté lejos de aquí.

Sakura le miró como si estuviese analizando sus palabras. Resignada, terminó por aceptar.

—…Esta bien. —dijo al final.

Sasuke se alejó lo más rápido que pudo del lugar y cuando llegó hasta su propia casa pudo notar que Sakura ya no estaba frente a la puerta. Dejándose caer en el sofá pensó que el llevar a Sakura fue una muy buena idea. Al menos de esa manera, Naruto no estaría solo en ese estado. Después de todo ellos eran hermanos en ese tiempo, y al parecer sus interacciones se daban mejor al tener ese tipo de conexión. Naruto tenía una familia, y al igual que sucedió con él, no estuvo solo durante su infancia, aunque ahora parecía ser que tal como él, Naruto también tenía sus secretos y aunque estos no tuviesen que ver con vidas pasadas, generaban también una sensación de aislamiento.

Naruto era alguien que no se desanimaba con facilidad, que no se abatía con facilidad y verle de esta forma era un tanto impactante. No había visto tal terror en su mirada ni siquiera cuando estuvo amenazado de muerte, y eso era algo que le intrigaba. Además, aquel rechazo, sin dudarlo le dolió de muchas maneras después de todo, él no quería hacerle daño sino todo lo contrario.

Cerró los ojos, pensando en los acontecimientos de la noche anterior. Naruto le había confesado que le consideraba un amigo, sin embargo, esta mañana tras encontrarle de esa manera, no le permitió acercarse a hablar con él. “¿Por qué?” se dijo. Estaba claro que la respuesta a esa pregunta era algo que no podría descubrir por sí mismo.

Unos fuertes golpes en la puerta le sobresaltaron, abrió los ojos con sorpresa para ver a su alrededor. Al parecer se había quedado dormido sobre el sofá. Miró la hora y se alegró de que no hubiesen pasado de las tres. Se levantó de su asiento y se dirigió a la entrada. Del otro lado de la puerta se encontraba Sakura, quien tenía un mucho mejor aspecto que cuando llegaron.

Parecía aliviada.

—Hablé con Naruto. Mi hermano está mejor ahora…— Sakura se volteó un poco indicándole a Sasuke el hogar de Naruto.— Como puedes ver, mi hermano está vigilando que te dé un mensaje. —Sasuke miró donde indicaba Sakura y notó las cortinas de la casa de Naruto algo corridas.— Pero yo no quiero decirlo.

—¿Qué?— Sasuke se molestó.— ¿Por qué exactamente?

—Por que pareciera que le hiciste algo— Sasuke no pudo evitar cruzarse de brazos para ocultar su irritación. —…pero él lo niega.

—¿Crees que le hice algo?

—Así es.— Aseguró ella.— Naruto dice que no pero… explícame, ¿por qué es solo a ti a quien no quiere ver?— terminó Sakura, enfadada.

“Eso es lo que yo quiero saber” pensó Sasuke.

—No lo sé, ¿Será por la misma razón por la que no quería que trabajara con él?

Sakura dudó por unos segundos y recomponiendo la seriedad en su rostro, continuó.

—Será mejor que te diga su mensaje, no quiero quedarme a tener una “preciosa charla” contigo por más tiempo del necesario… Él dijo: “Dile a Sasuke que me disculpe por escapar esta mañana, que estoy bien y que no intente visitarme al menos hasta mañana” — habló Sakura, imitando a su hermano.— Y una cosa más: “no he olvidado nada de lo que pasó en la noche, así que hasta que no me digas lo que a ti te pasa, de lo mío no sabrás nada”.

Sasuke observaba sorprendido como Sakura terminaba su imitación y después le miraba con molestia. El suspiró cansado ante su gesto.

—Cumpliré con eso.— dijo, pero Sakura seguía de pie sin decir nada. — ¿Qué pasa?

—…No es nada.— contestó ella, después de relajarse.— Gracias por avisarme de su estado… él, Naruto no me lo habría dicho por sí mismo.

—Era necesario hacerlo. No me agradezcas.— Aclaró Sasuke.— Y no te preocupes, no me acercaré a él por hoy.— le aseguró.

Tras esas palabras, Sakura se despidió de él y se marchó a casa.

Mientras le veía alejarse por el camino, Sasuke se preguntó solo por un instante si Sakura alguna vez durante esa vida sintió algo extraño con respecto a ellos, si de alguna forma podría saber algo acerca de su regreso a la vida. Regresando al interior de su casa llegó a la conclusión de que si eso hubiese sido posible, su relación con ella quizás hubiese sido más compleja de lo que ya era.

Sakura se dirigía hacia él con frialdad y estricto formalismo la mayoría del tiempo desde que él le rechazó de forma definitiva cuatro años atrás.  De una manera totalmente diferente al último encuentro que recordaba haber tenido con ella en su anterior vida, él día de su partida de Konoha tras la guerra. Los sentimientos que tuvo cómo ese Sasuke en aquella situación, los percibió como una aceptación y débil resignación hacia las actitudes de Sakura y su “amor” por él. ¿Qué habría sido de ellos tras ese día?...esa era una de las tantas dudas que le rondaban la cabeza y que todavía no podía responder. ¿Qué habría sido de Naruto después de ese día?... ¿Qué fue de él tras ese día?

—¿Por qué hemos vuelto?...— se preguntó en voz alta, echando un último vistazo por la ventana hacia el hogar de Naruto. Sasuke estaba seguro de que esa razón estaba oculta entre los recuerdos que le faltaba por conocer.

El resto del día, Sasuke intentó dar con más información sobre el sujeto que les seguía y que quería a Kurama, sin dar con ningún resultado además de los que ya conocía. Por la noche no le fue mejor, ya que, además de tener los siempre recurrentes recuerdos que parecían más pesadillas, soñó también y por primera vez, con el Naruto del presente y su mirada aterrorizada tras despertar en su puerta por la mañana.

Sin poder ignorar su recién recuperada preocupación, que crecía inevitablemente con el pasar de los minutos, muy temprano en la mañana salió de casa hasta llegar a la de Naruto.  Llamó a la puerta varias veces, pero Naruto no contestaba ni daba señales de vida.

Decidiendo que no esperaría más, recurrió a su último recurso, después de todo Naruto no podría reprocharle nada.

… ¿Quién?— Una voz adormilada contestó a su llamado. Sasuke pensó que la voz de Naruto sonaba diferente a través del teléfono, después de todo, era la primera vez que hacía uso de su teléfono para llamarle.

—Naruto. Tenemos que hablar.

…tenemos qu… ¡Ah!— Dijo la voz exaltada desde el otro lado.—  Bastardo, ¿¡Qué hora crees que es!?— Sasuke alejó el móvil de su oído ante los gritos y se percató de algo. A parte de oír el grito de Naruto en su oído, lo escuchó más cerca, específicamente desde la ventana que daba hacia el frente.— ¿No te dije que no quería escucharte?

—Lo dijiste, pero también recuerdo que solo sería por el día de ayer.— Explicó, mientras se acercaba hasta la ventana de donde escuchó los gritos.

—…Está bien, lo acepto, pero estas no son horas de llamar.— respondió Naruto, más tranquilo. Sasuke le escuchó claramente y también podía verle desde la ventana. Estaba sentado de espaldas a esta y comenzaba a levantarse en ese instante.

Sasuke entrecerró los ojos ante la duda. ¿Por qué Naruto estaría sentado junto a la ventana, a las siete de la mañana? Se suponía que estaba enfadado por la hora en que lo llamó. ¿Entonces estaba durmiendo junto a la ventana?

—Naruto… ¿Acabas de despertar?

Creo que eso es más que obvio, bastardo…

—¿Estabas durmiendo junto a la ventana?— al terminar de hablar, notó como los hombros de Naruto se tensaban.

N-no… ¿C-cómo podría estar durmiendo allí-dattebayo? —El nerviosismo de Naruto al levantarse rápidamente del piso fue lo suficientemente convincente para Sasuke.— ¡además!, ¿Cómo piensas algo así?

—Porque te puedo ver, Naruto.— dijo Sasuke, con cansancio.

Naruto se paralizó en su sitio y lentamente fue volteándose hasta notar como su amigo estaba de pie junto a su ventana, mirándole con una expresión de aburrimiento. Naruto palideció un instante al ser descubierto, pero rápidamente esto se transformó en enfado y tirando el celular en el sofá más cercano se apresuró a acercarse hasta la ventana. Sasuke, del otro lado, cortó la llamada y guardando el móvil en una de sus bolsillos esperó a que Naruto, con algo de torpeza al estarse apresurando, quitara el seguro de su ventana y la abriera para encararle.

—¿¡Por que estas espiándome!?— le gritó Naruto.

—No estaba espiándote, idiota.— Negó Sasuke.—Llamé a la puerta pero no contestabas. Y al escuchar tus gritos supe que estabas aquí.

Naruto pareció relajarse un poco, pero todavía se veía un poco molesto.

—¿No podías venir más tarde? Es demasiado temprano, bastardo.— Respondió, cruzándose de brazos.

—No, no podía.— Naruto solo desfiguró más su rostro en enfado, pero no dijo nada. —Ahora ¿podrías abrirme para hablar como los adultos que somos?

Se miraron fijamente por varios segundos, pero ninguno cedía. Finalmente Naruto, al ver que Sasuke no se movería de aquel sitio junto a la ventana hasta que él no le dejara entrar, se descruzó de brazos para abrirle la puerta.  Cuando Sasuke la sintió abrirse después de que Naruto fuera a buscar las llaves, se movió de aquel sitio, para al fin poder entrar.

—¿Quieres algo?—preguntó Naruto tras dejarle pasar. Sasuke negó con la cabeza. — Porque yo sí, los fines de semana no despierto a estas horas.

Unos minutos más tarde Naruto aparecería frente a él con una enorme taza de café en sus manos, probablemente le ayudaría a mantenerse despierto. Mientras este se acomodaba en uno de los sillones frente a donde Sasuke había tomado asiento, pudo notar que al menos Naruto no le miraba como ayer, ni le había rechazado por ser él quien lo fue a ver, sino por el horario. Además, se veía mejor que antes, eso le tranquilizó un poco.

—Supongo que ya sabes por qué vine, Naruto.

—Lo sé.— aseguró Naruto.— Pero tal y como te dijo Sakura-chan ayer, no te diré nada si tu no dices nada.

—Esta bien.— Aceptó Sasuke, pero de todas maneras agregó:— Aun así quiero que me contestes algo.

Naruto se llevó la taza de café al rostro para seguir bebiendo después de asentir en modo de aceptación.

—¿Por qué fui solo yo a quien no querías ver, Naruto?

Alejó rápidamente la taza de café de sí mismo ya que al escuchar la pregunta de Sasuke no pudo evitar comenzar a toser. Estaba claro ante los ojos de Sasuke que Naruto intentaría ocultar la verdadera razón de aquello que le preguntó.

—¿Quién dijo algo como eso-dattebayo?— pudo preguntar Naruto al fin, después de dejar de toser y habiendo dejado la tasa sobre la mesa de centro.

—Tú, ayer cuando vine hasta aquí, y Sakura, después de venir a verte.— Respondió Sasuke.

Naruto solo desvió la mirada y se revolvió el cabello con ambas manos.

—¡Sí! ¡Está bien-dattebayo! , lo dije, ella también. ¡Pero no tengo nada en contra tuyo, Sasuke!, es solo…— habló Naruto con nerviosismo.

—¿Solo…?

—Estoy bastante avergonzado por esto, y… bueno, hace pocas horas siento que nos estamos entendiendo mejor y…no quería que te molestaras por esto-dattebayo.— concluyó Naruto, pero en ningún momento miró a Sasuke a los ojos.

Por su parte, Sasuke pensó que quizás intentaba darle alguna respuesta más profunda a algo que quizás no lo era. Quizás, la verdad era solo eso. Decidió que creerle a su amigo sería lo mejor, aunque seguía molestándole que no le mirara a la cara para decirle las cosas.

—Naruto... si estoy molesto.— decidió ser sincero.— Pero no por lo que tú piensas.— con esa frase, Sasuke logró que su amigo le mirara directamente otra vez.

—¿Entonces, por qué estás molesto?

—Se supone que debo cuidar que aquel sujeto no se acerque demasiado, no sabemos qué fue de él después de ese día en que recibí un disparo. ¿Qué crees que podría pasar si un día de estos, sales por la noche y este hombre te encuentra?— Naruto le miraba con sorpresa. — Sakura dijo que esto ya no te ocurría, pero, ¿Todavía no estabas seguro de que no volvería, verdad?

—… ¿Cómo te diste cuenta?— Preguntó Naruto después de un breve silencio, intrigado.

—Por que ayer dijiste que olvidaste cerrar la puerta con llave, como si fuese necesario hacerlo solo para prevenir que algo como esto pasara…

Naruto solo afirmó los brazos sobre sus piernas y se llevó una de las manos al cuello, mientras observaba el piso. Al parecer Sasuke tenía razón, por lo que decidió continuar.

—Debiste decírmelo, aunque no estuvieses seguro… aunque solo fuese una posibilidad. —dijo Sasuke, quien comenzaba a revelar su preocupación en sus palabras poco a poco sin poder evitarlo. Si una noche este hubiese salido y este hombre le hubiese encontrado, podría haberlo matado sin pensárselo dos veces. La simple idea de que aquello ocurriera le aterrorizó. — No habría permitido que olvidaras asegurarte.

Naruto levantó la mirada ante sus últimas palabras pero, cuando Sasuke sintió que sus ojos se encontraban vislumbró un indicio de duda en Naruto que rápidamente se alejó de él, junto con el desvío de la mirada del otro.

—¿Hubiese sido parte de tu trabajo también? Dije que puedo cuidarme solo, bastardo… —contestó Naruto. — esto es parte de mi vida privada, y puedo hacerme cargo de ella.

—Sé que puedes hacerlo, pero lo que pasó ayer dice lo contrario.

—Cualquiera puede olvidarse de algo por una vez. Tú también lo olvidaste, y fue la misma noche.

Sasuke no pudo evitar sonreír con ironía.

—Y tú te aprovechaste de eso para entrar a mi casa, ¿no es así?— De alguna forma pudo decir eso sin evocar del todo los recuerdos de la noche pasada.

— ¡No cambies el tema!— Exclamó, dándose por aludido.

—Tú lo cambiaste primero, Naruto.

Naruto se calmó nuevamente, y levantándose de su asiento decidió retomar el asunto anterior.

—Está bien, quizás esto me ponga en riesgo, pero ahora ya lo sabes y yo también, por lo que jamás lo olvidaré de nuevo. Por más extraño que hubiese sido mi día, no lo olvidaré.

Sasuke vio fijamente a Naruto y su pose de seguridad absoluta en sus propias palabras de pie frente a él por unos segundos. Cuando se convenció que de Naruto hablaba en serio y que además el también podía recordárselo de ahora en adelante, se levantó de su lugar y con un leve sonrisa comenzó a caminar a la salida.

—Ya que esta todo más claro, me voy.

—¿Qué?— dijo Naruto a sus espaldas, parecía muy confundido.

—Veo que ya te encuentras mejor, y que volviste a tu estado normal así que, me iré. —Llegó hasta la puerta pero antes de abrirla recordó algo más de lo que debía asegurarse.— ¿Estarás en casa toda la mañana?, necesito asegurarme de eso antes de hacer algunas cosas.

—Estaré aquí, sí… ¿Sasuke?— este solo levantó una ceja ante el llamado de Naruto.— ¿Tienes que ir a hacer tu visita sospechosa al templo en ruinas?

—…Así es.— Contestó, pues no vio nada malo en decirle la verdad, antes de abrir la puerta para salir de allí, sin embargo, la voz de Naruto le detuvo nuevamente.

—¿En verdad no intentarás averiguar nada sobre mi problema-dattebayo?— La voz de Naruto sonaba un tanto decepcionada al igual que la expresión que reflejaba su cara en ese momento. Sasuke intentó que sus ojos le observaran, sin logarlo. Naruto simplemente veía hacia un costado.

—No lo haré.— Se sinceró Sasuke.— Pero, no creas que no tengo interés en ello.— Naruto le miró.— Creo que al igual que mis pesadillas, tu sonambulismo tiene una razón de ser. Pero yo no estoy dispuesto a revelarte nada sobre esto todavía, así que no te exigiré nada.

—Ya veo…

Sasuke sonrió levemente.

—Nos vemos, Naruto.— terminó Sasuke, antes de salir, ahora sí, de casa de Naruto.

De camino al templo, pensó en tomar un taxi para llegar hasta allí, sin embargo, una caminata como esa podría hacerle bien y tendría más tiempo para ordenar sus ideas y lo que debía decirle a Kurama. No pudo evitar pensar sobre lo extrañas que se le hacían algunas conductas de Naruto cuando hablaba con él. Lo que más resaltaba sin dudas, era aquella manera que tenía de no mirarle a los ojos. A veces le daba la sensación de que a pesar de haberle aceptado como amigo, su presencia le resultara incómoda de alguna manera.

No pudo evitar que todas las veces que le vio de esa manera, con incomodidad, regresaran a su mente incluyendo claramente la noche anterior. Chasqueó irritado, tenía cosas más importantes en las cuales pensar que en su vergonzoso comportamiento malinterpretable.

Al encontrarse apenas a unas cuadras del templo, una leve sensación de sentirse observado hizo que detuviera un momento su andar. Segundos más tarde retomó sus pasos, realizando un trayecto un tanto más largo para llegar al templo, y gracias a eso, se dio cuenta de que en realidad alguien le seguía, pero no estaba seguro de que fuera el sujeto que quería a Kurama. Aunque no se tratara de aquel tipo, debía cerciorase de que no le siguieran hasta el templo mismo. Debía provocar que perdiera su pista.

Tras varias modificaciones de trayecto más, Sasuke sintió que al fin no le seguían. De todas maneras, cuando se halló a solo una cuadra de distancia del templo, decidió que lo mejor sería apresurar sus pasos y correr hasta llegar allí. Se detuvo frente a la piedra esculpida frente a la que Hinata hizo una plegaria hace más de diez años y antes de entrar al lugar donde encontraría a Kurama, dio un recorrido para verificar que nadie le había seguido hasta allí.

Al no hallar a nadie cerca, supuso que su estrategia para despistar a quien quiera que fuera que le seguía había funcionado.  

Veo que has regresado— dijo el zorro levantando una de las manos a modo de saludo tras verle entrar al templo. Cuando notó que su visitante estaba un tanto agitado, agregó. — ¿Ocurrió algo?

—Justamente venía a decirte que el extraño no apareció en todos estos días. Creo que apenas hoy ha regresado, lo sentí de camino aquí hasta que le despisté. — Aclaró mientras cerraba la puerta de entrada.

Ya veo… necesitarás tu brazo pronto. 

—Estaré bien mientras lleve un arma.— Sasuke tocó la parte interna de su chaqueta gris, dando a entender que allí escondía el arma. En ocasiones como esta agradecía ser ambidiestro.—¿Has sentido algún cambio en tu chakra?

No, si es como dijiste y ellos creen que tú me has sellado en algún sitio, primero se asegurarán de encontrar ese lugar, te matarán y después actuarán. Claro, solo si te creyeron. De no ser así, al que asesinarán será a Naruto.

—Definitivamente no permitiré eso.— Dijo Sasuke con convicción. Eso era algo que no se encontraba dentro de sus posibilidades, no después de haber obtenido su amistad. 

¿Donde está él?

—En casa…— Kurama se mostró receloso ante la respuesta.— Está seguro allí, Kurama. No saben donde vivimos ni él, ni yo.

Eso espero… —Kurama afirmó su peso en la de las murallas y continuó:— ¿Él no ha sufrido ningún cambio al pasar tiempo contigo?

—No, no parece recordar nada de su otra vida, pero su instinto al parecer sí. Su curiosidad es difícil de controlar.— Sasuke entrecerró los ojos, recordando.— Es tan terco…

Pensé que eso ya lo sabías, Uchiha.

—Hace poco se metió a mi casa a mitad de la noche para revisar el maldito libro de mi padre.— Kurama soltó una carcajada, que Sasuke confrontó con la mirada más gélida que su normal vida le permitía.— Me despertó de una pesadilla. Insistió en que le dijera que fue lo que soñé.— Kurama solo seguía riéndose, recordando cómo era el Naruto de antaño y su terquedad con respecto al hombre frente a él.

Supongo que no dijiste nada.

—Ni una sola palabra.— afirmó Sasuke.— Aunque…— agregó, dudando sobre si lo que él consideraba con actitudes extrañas en Naruto fueran algo que aportara a los asuntos que tenía con Kurama.

—¿Qué?

—Naruto tiene sonambulismo.— El zorro solo le miró, esperando a que continuara.— Ayer por la mañana, le encontré durmiendo en la entrada de mi casa.— Kurama entrecerró los ojos.— Y después de eso no quiso verme, durante todo el día.

Tras una especie de reflexión interna, Kurama por fin habló.

—¿No quería ver a nadie?

—… no, solo a mí.

—¿Le hiciste algo, Uchiha?— Preguntó Kurama, quien claramente tenía un pensamiento similar al que Sakura tuvo después de hablar con su hermano.

— No.—respondió Sasuke, con firmeza.— Lo importante es que esto regresó a él después de no sufrirlo por casi diez años.

¿Él te lo dijo?

—No, fue Sakura.— Kurama le miró un tanto sorprendido, Sasuke intuyó por qué y decidió ignorarlo.— El no quiere hablar sobre esto, a menos que le cuente sobre mis “pesadillas” primero.

— Espero que no cedieras ante esa condición. Sabes que-

Un fuerte ruido proveniente de la parte de atrás del templo, cerca de la entrada que daba hacia el bosque, interrumpió su discurso. Tanto Sasuke como Kurama se voltearon con dirección al sonido. Sasuke recordó la sensación que tuvo de camino hasta allí y ante la posibilidad de que aquel hombre hubiese dado con él, decidió levantarse y acercarse allí con el fin de verificar si era él o no. Sacando el arma oculta en su ropa con su mano izquierda, se acercó hasta la salida, seguido de cerca por el zorro.  

Un leve “maldición” se escuchó desde detrás de unos arbustos. Cuando Sasuke se acercó más a estos y notó una mata de cabello rubio no pudo evitar que un leve tic se asomara en su ceja izquierda. Por primera vez desde que se encontraron, Sasuke de verdad pensaba en encontrar una manera de matarle. En una situación como esa, Naruto podría haber escuchado algo importante que todavía no debería saber, y además, se suponía que debería estar seguro. En su casa.

Naruto. — Sasuke le vio detenerse en su lugar ante su llamado. — Sal de ahí, ahora.

Lentamente, Naruto salió de entre los arbustos con una expresión que para Sasuke significaba un poco de culpabilidad, pero esa culpabilidad de esfumó completamente cuando él posó sus ojos sobre Kurama. Parecía claramente resentido ante su presencia. Sasuke ignoró su creciente curiosidad por este hecho y se enfocó en la idea de aclarar el por qué Naruto le siguió hasta allí para llevárselo nuevamente a casa.

—¿Qué haces aquí?— preguntó, guardando nuevamente el arma.

—Te seguí— Respondió.

—Eso puedo verlo.— añadió Sasuke.

Naruto mantuvo su mirada fija en el Zorro, a lo que este soltó otra risa de las que le dio a Sasuke un momento atrás. Naruto se crispó todavía más ante ello.— ¿Qué te parece tan gracioso?

Cuando dijiste que era terco, olvidaste añadir que era un obsesivo, Uchiha.— habló Kurama dirigiéndose a Sasuke, mientras recordaba que esta no era la primera ocasión en que Naruto seguía los pasos de Sasuke. Este solo se irritó más al saber que Kurama tenía razón. — Eres exactamente como él dijo que eras, Naruto.— Cuando le nombró, a Naruto le recorrió un escalofrío extraño por el cuerpo. Reconoció que tenía miedo, pero su malestar lo superaba con creces.

¿Quién es él?— le preguntó Naruto a Sasuke, evitando ahora el contacto visual con el otro hombre de escalofriantes ojos rojos, que parecía analizarle de pies a cabeza.

—Soy Kurama— el zorro se adelantó en responder.— un…”amigo” de Sasuke.— aquella simple frase logró que a ambos, a Sasuke y a Kurama les diera un escalofrío por lo falsa y sucia que les supo. Ellos no podrían considerarse amigos, jamás, pero toda esa actuación era necesaria por el bien de Naruto.

Este les observó de forma curiosa por un momento percatándose de cuanto le costó a Kurama nombrar la palabra “amigo”, el estremecimiento de ambos y el que sus miradas se desviaran de forma incómoda hacia el lado contrario.

Sasuke, intuyendo que un silencio tan largo en Naruto no podía significar nada bueno, le dirigió la mirada justo antes de que este abriera la boca para decir:

—Lo sabía... — comenzó Naruto — ¿Eres el amigo “importante” de Sasuke?

Al notar la leve sorpresa en el zorro, Sasuke supo que definitivamente buscaría una forma de hacerle desaparecer, ya que era más que obvio que algo como aquello Kurama no lo olvidaría jamás.  

No te atrevas a decir una palabra más sobre eso, Usuratonkashi.— dijo Sasuke, a modo de advertencia, interponiéndose entre Kurama y Naruto.

r13;—Déjale hablar, Uchiha.— interrumpió el zorro, verdaderamente interesado por aquella frase.— ¿Qué quieres decir con “importante” Naruto? — el nombrado dudó por toda la presión que ejercía Sasuke sobre él con solo una mirada. Parecía querer matarle en serio.

Kurama notó la duda y temor de Naruto de hablar frente a Sasuke, quien estaba casi igual de tenso que el día que le conoció. Más curiosos todavía, decidió intervenir.

Puedes hablar con confianza, Naruto…Sasuke no te matará.—aseguró, antes de acercarse hasta la pareja de idiotas y apartó a Sasuke del camino para quedar de pie justo frente a Naruto.

—…Hnn… pues — Dijo Naruto, quien entrecerró los ojos y frunció el ceño, mientras pensaba en qué decir. — Sasuke dijo que estuvo buscándote por años y que por eso se volvió investigador privado. Por que eras muy “importante” para él, y quería encontrarte.  — Explicó Naruto cruzándose de brazos y cerrando los ojos para concentrarse, pero cuando los abrió nuevamente y notó el peso de la mirada oscura de Sasuke supo que en realidad eso no fue una buena idea. Decidió enfocar su vista en la persona frente a él, pero la presencia de ese extraño le generaba sensaciones encontradas. Era difícil de explicar.  

Kurama se dio cuenta de cómo Naruto parecía algo arrepentido por haber hablado debido a como el otro hombre a sus espaldas le veía, así que, decidió voltearse para verificar en qué nivel de mortificación se encontraba Sasuke, llevándose una divertida sorpresa. Al momento en que ambos se miraron, Sasuke estaba tan avergonzado que decidió retirarse de la escena hacia el interior del templo. Kurama sonrió de la única manera en que sabía hacerlo. Ahora tenía buen material para molestar al mocoso Uchiha, después de todo él siempre supo que Naruto era y “es” especial para Sasuke, pero sabía que jamás lo admitiría frente a él.

Si, él me lo dijo. — Aseguró Kurama, siguiendo su instinto.— Dijo que soy IMPORTANTE para él. — levantó un tanto la voz para que Sasuke le escuchara. r13; Naruto… ¿Sabes por qué no quería que me lo dijeras?

Naruto reingresó a su zona de reflexión para exponerle sus teorías a este nuevo conocido y amigo de Sasuke, mientras este último escuchaba todo desde el interior, conocedor de que ese discurso en específico acabaría por hundirle.

—Está claro, ¿no?— comenzó Naruto, y Kurama se dio cuenta que claramente Naruto se sentía algo dubitativo sobre si decir lo siguiente o no, pues no le miraba al hablar, sentía su mirada lejana.  — Porque le gustas, pero como lo rechazaste no quiere tener problemas contigo… eres su mejor amigo.

Sin reflejarlo en su rostro, Kurama no podía estar más impresionado por la gran imaginación que poseía este Naruto. Ahora sí que tenía sentido para él la vergüenza de Sasuke. Aunque de cierta manera, entendía el cómo pudo llegar Naruto a esa conclusión, después de todo, él mismo también lo hizo, hace muchísimo tiempo.

Ya veo…— Fue lo único que dijo en respuesta pues si bien tenía la madurez suficiente como para entender todo aquello de la mejor manera, imaginarse esa situación como real entre Sasuke y él mismo le daban ganas de vomitar, sinceramente.

—No sé si son ideas mías pero…—agregó Naruto en un intento de susurro, interrumpiendo los horrorosos pensamientos de Kurama.— Parece que todavía no acepta que le gustan los hombres.

Kurama no pudo resistir un segundo más y comenzó a reír a carcajada limpia ante tal idea, pero no por el hecho de que creyera que a Sasuke le gustaran los hombres, sino por la ironía que suponía para él recordar al Naruto obsesivo del pasado, que calzaba más con aquella descripción que el mismísimo Sasuke. Porque ese hombre definitivamente no guardaba interés por nada de nada, claro, exceptuando a Naruto.

—¡Maldición Naruto!— interrumpió Sasuke, harto de aquella situación.—¿¡Cuántas veces debo repetirte que lo entendiste mal!?— agregó acercándose nuevamente a ellos. Kurama seguía riendo.— además, ni siquiera debiésemos estar hablando de todo esto, ¿Escuchaste algo de lo que hablábamos Kurama y yo antes de descubrirte?—desvió la conversación hasta un punto crucial en la situación, no aquello que abarcaba su supuesta situación amorosa. Kurama dejó de reír.

— Bueno, solo la parte en que él supuso que no me dijiste nada de tus pesadillas…— contestó, con molestia.

—¿Algo más?— buscó asegurarse Sasuke, suspicaz.

—Solo que él es la razón por la que no quieres decirme nada…— Contestó señalando a Kurama con un movimiento de cabeza. Este solo sonrió, divertido ante la actitud molesta de Naruto.— ¿Debería saber algo más?  — se interesó al final.

No.— le respondió Sasuke, tajante. —De todas formas, deberías estar en tu casa, Naruto. ¿Sabes lo peligroso que fue que salieras solo? … ¡Hay un tipo allí afuera que quiere matarnos!

—¡Claro que lo sé, bastardo! ¡Y tú también estás solo-dattebayo!

—Eso es algo completamente diferente, idiota.— replicó Sasuke.

—¡No es diferente! ¿Crees que quiero que salgas herido de nuevo?— alegó Naruto, olvidándose por completo de la presencia de Kurama en el lugar, mirando fijamente al cabestrillo en el brazo izquierdo de Sasuke. — ¡No quiero corras peligro por mi culpa!

—Es mi trabajo, no te olvides de eso, Naruto.—aclaró Sasuke firmemente, a lo que Naruto se mantuvo en silencio.

Kurama reconoció esa insufrible mueca de dolor que se dibujaba en el rostro de Naruto cada vez que Uchiha lo hería de alguna manera. Al parecer eso tampoco había cambiado. En cambio, las siguientes palabras de Sasuke no se las esperaba. — Eres mi amigo también, además de mi responsabilidad en el trabajo, por lo que mi preocupación es doble.—  Y no se lo esperaba porque Sasuke no era el mismo de antes, porque aquel, el del pasado, no hubiese llevado una de sus manos al hombro de Naruto buscando reconfortarle.

Ante esas palabras y el gesto de Sasuke, Naruto se recuperó fácilmente enseñándole una sonrisa y Sasuke a su vez, le regresó una sonrisa menos visible. Kurama no se lo podía creer, esos idiotas actuaban exactamente igual que antes con la leve diferencia de que habían pasado mucho más rápido a un nivel de amistad que en su anterior vida. Además, Kurama con su instinto se percató de algo que probablemente los otros dos no. Definitivamente Naruto debía recordar algo, aunque no fuera de forma consiente pues en ningún momento, aunque tuviera sospechas de que a Sasuke le gustasen los hombres, intentó alejarle. Esa bondad extrema por Sasuke que poseía Naruto, estaba allí todavía.

Cuando Sasuke sintió a Kurama carraspear para hacerlos volver a la realidad, fue la primera ocasión en que Sasuke se sintió tan consciente de la presencia y cercanía de este Naruto, no el de sus recuerdos, y supo que el zorro se percató de ello.

Uchiha…— le llamó el zorro.— ¿Por qué mejor no me olvidas y vas por él?— Kurama le mandó una de sus más macabras sonrisas y Sasuke comprendió que aquel era solo el principio, pero antes de pronunciar si quiera una palabra en respuesta, Naruto se le adelantó.

—¿¡Q-qué c-cosas se supone que dice tu amigo, bastardo!?— Se exaltó Naruto, y Sasuke recordó por un instante al Naruto que le despertó la otra noche. — ¡Contrólalo-dattebayo! — agregó, apuntándolo firmemente con un brazo.

Kurama de percató de que obviamente estaba sobrereaccionando después de aceptar esa cercanía con tanta naturalidad. Si, definitivamente Naruto aunque no lo supiera conscientemente, sus instintos si recordaban.

—¡Si pudiera hacerlo lo haría, idiota!— contrarrestó Sasuke, y viendo a Kurama esta vez, dijo: —Y tú, deja de decir tonterías.

Solo lo digo por cómo se miran…— se explicó, antes de adentrarse en el templo, dejándoles a solas. El zorro sí que conocía esas miradas, esas eternas miradas que se enviaban cada vez que se encontraban y con que le entraban ganas de ahorcarse cada vez que pasaban.

—¡No lo miro de ninguna forma! r13; negó Naruto— además, yo... yo tengo algo… con alguien.— argumentó cada vez más bajito, parecía algo reacio a comentarlo.  

Sasuke se sorprendió un tanto por esta revelación, en todos los días que ha estado vigilándole jamás le ha visto con otra chica hablando más que con Hinata y unas pocas profesoras de la escuela donde trabajaba, y con ninguna había presentado un comportamiento que indicara que algo como eso pasara. Claro, apartando el hecho de que su prima claramente guardaba sentimientos fuertes por él, pero eso no significaba nada si Naruto no le correspondía. El extraño sentimiento de satisfacción que luchaba con salir de él ante esa idea no le agradó para nada, después de todo, Hinata era su prima.  

—No te creo, Naruto. Te habría visto reunirte con esa persona en algún momento.

—No dejaría que corriera peligro estando a mi lado-dattebayo. Además, existen las llamadas bastardo, no tengo necesidad de verla hasta que yo esté a salvo.

Sasuke se preguntó hasta qué nivel de protección le dio a esa mujer desconocida para él antes de pedirle ayuda al llegar a Konoha. Dejando su mente regresar al tema que en verdad le implicaba continuó su conversación.

—No sabremos que estás a salvo si no lo atrapamos.

—Eso lo tengo claro…— Naruto le aseguró, antes de continuar.—… pero antes de que aparezca, ¡Es bueno disfrutar los buenos tiempos!— añadió pasándole un brazo por sobre el hombro sano mientras reía.

—No sé que puedan significar “buenos tiempos” para ti, Naruto.— planteó Sasuke con ironía, haciendo notar que esos no eran exactamente “buenos tiempos” para ellos, teniendo a alguien que quería matarlos en su búsqueda.

—No hemos muerto, y eso es suficiente.— Naruto calló unos segundos sin apartarse de Sasuke, y este se encontró tal y como se sintió cuando su compañero le sacó de la pesadilla, completamente cómodo con la cercanía y sin querer que se alejara, pero el silencio prolongado de Naruto comenzaba a preocuparle.

—¿Qué sucede?— Decidió preguntar.

—Todavía no entiendo por qué quieren matarme Sasuke, todas esas cosas de un “zorro” fueron tan confusas…— y a Sasuke nuevamente le entró la ansiedad. — No sé cómo fuiste capaz de seguirle la corriente, bastardo, parecías uno de esos villanos de película…— soltó más tarde Naruto, con algo de envidia. Sasuke sonrió de medio lado y con su arrogancia característica.

—Una de mis grandes habilidades. Es necesario saber actuar en este trabajo.

—Engreído… ¡Pero! volviendo a lo de antes, ¡Hay que celebrar Sasuke!— exclamó separándose de él. Sasuke extraño la cercanía.

—No sé de qué rayos hablas ahora Naruto.

—Hay celebración esta noche.

—Déjame aclararte, Naruto, que ir a una fiesta no está dentro de mis planes.— “menos en circunstancias como estas”, pensó.

—¿Aunque sea mi cumpleaños?— Sasuke simplemente se le quedó viendo directamente, con cara de aburrimiento.— ¡Vamos! ¡No seas amargado!

— No.

— No puedes negarte… y yo tampoco.— Sasuke le miró confundido por eso.— Sakura organizó la fiesta, si no voy, me matará ella antes que ese loco asesino lo haga.— completó mientras un escalofrío le recorría la espalda. Al parecer esa parte del carácter de Sakura seguía tan vigente como su propio mal humor.

—No sé como permites que ella te controle, usuratonkashi.— Naruto siguió mirándole fijamente y Sasuke finalmente se rindió. Luchar contra ello sería completamente inútil y no podía dejar a Naruto solo todas esas horas bajo esas condiciones, no quería que nada le pasara… y era su trabajo, después de todo.

Antes de que la hora de asistir a la fiesta llegara, ya que todavía era demasiado temprano, Sasuke le sugirió a Naruto que diesen una vuelta por ese sector de la ciudad para confirmar si ese sujeto estaba de regreso tras ellos o si todavía no aparecía. Obtuvieron su respuesta al no sentir a nadie tras ellos en todo el camino.

Mientras se acercaban a casa, Sasuke recordó como fue el cumpleaños número diecisiete de Naruto en su anterior vida, en medio de una guerra. Podía evocar claramente la imagen de este frente a su padre, en una triste despedida antes de que el edo-tensei se deshiciera, y con el día terminando con la batalla entre ellos dos en el valle del fin. Sasuke quiso saber cómo había vivido aquel cumpleaños en esta vida, por lo que se lo preguntó a Naruto antes de que este volviera a adentrarse en casa.

—¿Mi cumpleaños número diecisiete?— Naruto le miró con desconfianza.—¿Por qué exactamente ese cumpleaños?

—Solo contesta. El por qué no tiene importancia.— Los ojos azules le miraron como tratando de descifrar algo, sin dar con la respuesta.

—Todos mis cumpleaños desde los cinco años los celebré en Suna, pero justamente ese año mi Sakura-chan se preocupó de organizar una fiesta, no igual a la de hoy, ya que ella solo tenía quince años y me obligó a venir a Konoha. — Sasuke se sintió extraño al recordar la insistencia de Sakura durante su adolescencia con que la acompañara a una fiesta, probablemente se refería a esa.

Naruto en ese instante pareció recordar algo importante que ya creía olvidado y vio a Sasuke con molestia.

—¿Ahora qué?

—Recordé algo molesto.— Contestó Naruto, cruzándose de brazos frente a Sasuke. —Mi pequeña hermanita no perdía oportunidad para decirme que me presentaría al hombre con el que se casaría, tendría hijos y sería feliz para siempre. —Sasuke palideció ante las ideas de la Sakura de hace nueve años.— Siempre fuiste un amargado, bastardo. Nunca había visto a Sakura-chan tan triste, aunque intentara disimularlo por ser mi cumpleaños.

—Ya había rechazado sus invitaciones antes, Naruto. ¿Preferirías que le hubiese dado esperanzas con algo que jamás pasaría?— Dijo esto dejando de lado la posibilidad de haber conocido a Naruto en ese día, después de haber aceptado la invitación de Sakura. Sintió un leve dolor llenarle el pecho al pensar en todo el tiempo perdido.

—No. Pero pudiste ser más considerado.

—Naruto, tú sabes más que nadie que si hubiese sido considerado, incluso ahora me buscaría.— Replicó, notando como en su memoria se entremezclaban los acontecimientos de esta vida, junto a la pasada. Naruto le ignoró, sabiendo que el “bastardo” tenía razón, su hermana era tan terca como él.

—Juro que quería partirte la cara en ese momento…—Naruto sonreía sínicamente.

—Si, si, ese discurso ya lo conozco.— soltó Sasuke sin pensar, pero sin dejar hablar a un nuevamente confuso Naruto. — algún día lo harás, siempre lo haces… —agregó sin pensar como calaría en Naruto la expresión nostálgica que le mostró por un instante, antes de volver a su semblante inalterable.— Nos vemos más tarde, Naruto.

Sasuke no se enteró de que algo inexplicable había dejado clavado a Naruto en la misma posición varios minutos, después de ver a Sasuke adentrarse en su propio hogar.

 

…::::::::::::::…

 

Horas más tarde y como habían acordado, se encontraron fuera de sus hogares antes de dirigirse en sus autos, hasta el centro de eventos que Sakura se preocupó por arrendar y preparar para la celebración. Cuando Sasuke posó sus ojos en Naruto tuvo una leve sensación de deja-vú más allá de los recuerdos que tenía siempre, pues este vestía ropa increíblemente similar a la vestimenta que utilizaba cuando era un ninja. Aunque claro, las sandalias fueron reemplazadas por un mucho mejor calzado, pantalones extrañamente naranjas que parecían hechos a la medida, una chaqueta negra y debajo se entreveía una camiseta blanca que le hacían ver mejor que con su los trajes que utilizaba día con día para trabajar. Porque aunque el siempre llevara algo de naranjo encima (al parecer sería su color no importaba las vidas que pasaran), jamás lo combinaba tan bien como ahora, de hecho era extraño que Naruto no fuese un tanto “alegre” al vestirse.

Naruto por su parte, tampoco le quitaba los ojos de encima, pero Sasuke no entendía por qué. Llevaba la misma vestimenta oscura de siempre, prácticamente todo de negro obviamente queriendo pasar desapercibido donde quiera que fuera la fiesta. Cuando Sasuke frunció el entrecejo intuyendo que si seguían así no se moverían nunca, Naruto rápidamente desvió la mirada y subió a su propio auto. Sasuke le imitó y se dirigieron por fin a la dichosa fiesta.

Al llegar, Sasuke volvió a tener la sensación de que no debería estar en aquel lugar, y en cambio deseaba volver a casa y encerrarse allí por el resto de sus días, aunque obviamente no solo.

No tenía un buen presentimiento sobre esa noche.

El sitio desde el frente se veía enorme, con una entrada de puertas dobles con terminaciones detalladas que demostraban el alto calibre del lugar. Por un momento olvidó que la familia de Sakura tenía dinero de sobra para invertir en este tipo de eventos.

Cuando regresó su vista a Naruto este solo le dio una palmada en la espalda y una sonrisa para animarle a entrar. Recordando algo importante, Sasuke sostuvo a Naruto del brazo y antes de olvidarlo, dijo lo que quería decir.

—Sé que cuando entremos no podré decir nada así que… Feliz cumpleaños, Naruto.— Sasuke sonreía.

En cada recuerdo que había tenido hasta el momento, jamás le había dicho a Naruto “feliz cumpleaños”. Se alegraba de poder remediarlo ahora.  Naruto se mostró sorprendido por un instante, pero rápidamente le sonrió de vuelta. Sasuke notó como la mirada de Naruto, aun siendo de noche, se iluminó por un leve instante. Su corazón se olvidó de latir por un instante.  

—Gracias, Sasuke.— dijo Naruto sin borrar su sonrisa, antes de comenzar nuevamente a caminar alejando su mirada de la de Sasuke — ¡ah!, se me olvidaba — rió un poco antes de continuar. — Al fin tu brazo está libre, el cabestrillo no te favorecía para nada.

— Hn, Lo sé.— respondió Sasuke, para encaminarse con Naruto hacia el interior del lugar, pero al entrar, esa poca alegría que sintió se desvaneció casi por completo.

El lugar estaba completamente lleno de gente que jamás había visto en su vida bailando al ritmo de la música y las luces de colores, se movían por sobre las personas creado un muy buen ambiente. Desde una esquina se les acercó Sakura quien sonreía alegremente y extrañamente, su expresión no cambió al ver a Sasuke.

—¡Al fin llegas Naruto!— exclamó para que su voz se escuchara por sobre la música. — ¿¡Qué sería de una fiesta de cumpleaños sin el cumpleañero!?

—¡Pero si se ve que comenzaron sin mí, Sakura-chan!— le reprochó Naruto.

—¡Son meros detalles!... ¡Y tú!— esta vez se dirigió a Sasuke— ¡No pensé que te vería un día en alguna fiesta! — Sasuke solo le observó directamente, pero no dijo nada.— ¡Ven Naruto, hay personas que quieren felicitarte!— terminó Sakura antes de tirar del brazo de Naruto para llevárselo con ella.

Sasuke solo les vio marchar, para luego inspeccionar el lugar. Al fondo y frente a la entrada se podía ver un escenario por si se requería de alguna presentación, aunque ahora simplemente se hallaran allí un par de DJ’s contratados por Sakura. Continuó su inspección hasta dar con una especie de escalera que daba hasta un nivel superior que permitía la vista hacia la pista de baile, el escenario, y el bar que estaba dispuesto a un costado derecho del escenario. Ese sería un buen lugar para vigilar los pasos de Naruto, por suerte ese poco chakra interno que poseía había mejorado un poco su vista y percepción o eso sería casi imposible debido a la iluminación.

Al llegar arriba, pudo ver que a su izquierda no había otro muro de concreto sino que uno completamente de cristal, dejando ver una enorme piscina del otro lado. Sakura no había escatimado ningún gasto al parecer. La música seguía sonando fuerte mientras Sakura caminaba con su hermano por entre los invitados que detenían su baile para abrazar al rubio en señal de felicitación, otros solo le daban la mano o un golpecito en la espalda. Naruto solo sonreía en respuesta, pero parecía un tanto incómodo a los ojos de Sasuke, que no lo entendía pues ¿No era todo aquello lo que Naruto se merecía en su cumpleaños y más? Sentirse muy feliz sería lo esperable.

—¡No me lo creo! ¿¡Eres Uchiha Sasuke!?— Le habló alguien que apareció de pronto a su lado. Sasuke le miró por un segundo y reconoció levemente a una compañera de la infancia, aunque no recordaba su nombre. —¡Nos conocimos en la escuela!— Sasuke simplemente la ignoró para regresar a su tarea de vigilar a Naruto, pero esta se lo impidió aferrándose a él de una manera que pretendía ser insinuante e incitante, pero como todos los que le conocían sabían, una táctica como esa no funcionaría con él.

—¿Qué quieres?

—¿Por qué no bailas conmigo y nos hacemos compañía?— dijo mientras acercaba más su rostro hasta él, y Sasuke percibió un leve olor a alcohol viniendo de ella.

—No lo creo.— rechazó firmemente, apartándola con ambas manos, una suerte que ya no llevara el brazo atado como antes, aunque su hombro permanecía vendado. Ella solo bufó en respuesta y se alejó de allí maldiciéndole en el proceso.

Sasuke apartó la vista de ella y la posó en la pista de baile otra vez hasta dar con Naruto. Este estaba de pie, simplemente observándole. Sasuke se sintió un tanto incómodo al recordar la escena anterior y en que Naruto la hubiese visto, pero todo ello se esfumó cuando este le sonrió desde abajo.

No pudo evitar corresponderle.

De pronto, todas las luces se fueron dejándolo todo en las penumbras. Rápidamente llevó su mano izquierda hasta la parte interna de su chaqueta para tomar el arma solo por si algo malo sucedía, sus ojos estaban tardando demasiado en acostumbrarse a la oscuridad. Antes de lograr retirarla, un haz de luz iluminó el escenario y Sakura estaba debajo de este con un micrófono en las manos.

—¡Necesito su atención un momento!— Todos se mantuvieron en silencio, y Sasuke se relajó. —Todos saben que hoy celebramos algo especial. A mi hermano, quien cumple unos preciosos veintiséis años. — la gente alrededor aplaudió antes de que Sakura le pidiera a Naruto subir al escenario.— ¡Feliz cumpleaños, Naruto!— dijo Sakura cuando su hermano estuvo junto a ella y le abrazó. Sasuke rio levemente ante la escena, ahora Naruto sí lucía feliz.

Tras el abrazo, Sakura le cedió el micrófono a Naruto para que dijera unas palabras.

—Hola a todos…— saludó, extrañamente tímido. Los invitados rieron. —Gracias por venir hoy, aunque la mayoría estén amenazados a muerte por mi hermana si no asistían…— Sakura le dio un leve empujón. Mas risas resonaron en el lugar.— ¿Qué puedo decir? No tenía una fiesta como esta desde los diecisiete y había olvidado lo buenas que eran, gracias por venir y hacerla posible una vez más.

—Te estás pareciendo a nuestro padre Naruto, ¿Por qué no fuiste político para dar esos discursos?— a Sasuke no le agradó esa intervención de Sakura, pero por alguna razón todos reían y Naruto no era la excepción. Estaba claro que se trataba de una broma interna.

—¡Está bien! ¡Está bien!— exclamó Naruto dejando de reír.— Es bueno que estén todos aquí de verdad, gracias por venir.— Todos aplaudieron en respuesta.

Sakura, quien permanecía a su lado, le pidió el micrófono a Naruto. Al parecer tenía algo que decir por lo que antes de que su hermano bajara del escenario, le tomó del brazo para que se quedara allí.

— ¡¿Pero qué es un cumpleaños sin pastel?!— exclamó, todo volvieron a gritar y de entre las sombras apareció alguien que Sasuke conocía muy bien.

En ese momento, Sasuke se percató de que en ningún momento pensó en la posibilidad de que Hinata estuviera allí y se sintió molesto consigo mismo sin comprender bien el por qué. Siendo amiga de Naruto, era esperable que se encontraría allí. Hinata de acercó hasta Naruto con un pequeño pastel entre las manos. Sonreía tímidamente, el sonrojo claro en sus mejillas y Naruto por su parte solo le sonrió levemente en respuesta.

Por alguna razón las pulsaciones del corazón de Sasuke comenzaron a aumentar en rapidez, y un extraño mal presentimiento le invadió.

—¡Cantemos a la cuenta de tres!—exclamó Sakura, animando a los invitados— ¡uno, dos, tres!

Cuando la canción de cumpleaños comenzó, Sasuke impulsó su cuerpo a moverse de aquel lugar y llegar hasta donde Naruto estaba lo más rápido posible. Sasuke quería salir de allí. No debía estar allí.

Poco a poco, comenzó a percibir que todo avanzaba más lento. La canción lentamente se sentía más lejana, como si una pared estuviera entre él a todas esas voces cantando. Su propio cuerpo se sentía mucho más lento, a la vez que se abría paso lo más rápido que le permitían sus extremidades extrañamente pesadas, para llegar hasta donde Naruto se encontraba. Cada vez le costaba más moverse y el canto desafinado de los invitados y de Sakura al micrófono parecía avanzar cada vez más lento.

El dolor que ahora hacía presión en su cabeza aumentaba con el pasar de los segundos. Con esfuerzo, y todavía intentando avanzar entre la gente, enfocó su mirada en Naruto quien algo avergonzado, soplaba con el fin de apagar las velas puestas sobre el pastel, a la vez que oía, como si fuera un extraño y lejano eco, a todos aquellos que le aplaudían. Agotado, y con la respiración algo agitada por el esfuerzo, se detuvo solo a algunos metros de escenario.

En cámara tortuosamente lenta, vio como Hinata era levemente empujada hacia adelante por alguien más, provocando que acercara su sonrosado rostro hasta rozar el de Naruto con timidez. En un segundo, sus labios se unieron con los de Naruto y este, con un leve movimiento, le había correspondido.

Llevó su mirada rápidamente hasta el suelo como reflejo automático de protección y la mano izquierda hasta su pecho, buscando inútilmente arrancarse el repentino e inesperado dolor que le provocaba esa imagen y lo que significaba. Todo se detuvo en aquel instante, la imagen estática en su mirada y un único latido perdido de su corazón. El intenso dolor que le dejó sin aliento por un instante y le atravesó el pecho más fuerte de una herida de bala, quemándole. Con fuerza, apretó los dientes y cerró los ojos, intentando con eso que su pesar disminuyera al menos un poco.

Segundos más tarde, tras abrir los ojos, todo pareció volver a su ritmo normal, pero en el interior de su mente todo era un caos absoluto.

Hinata no era solo una amiga con un amor unilateral, era un amor que parecía más que correspondido y ahora… recordó rápidamente cuando Naruto dijo “tengo algo con alguien…”, y como solamente tras saber que el asesino aquel no se aparecería por unos días a perseguirle se reunió con su prima otra vez. “No dejaría que corriera peligro estando a mi lado-dattebayo” le había asegurado.

Después de unos segundos no solo su cabeza si no que su cuerpo entero comenzaba a doler de manera insoportable, se llevó ambas manos a la cabeza al tiempo que extrañas imágenes y voces que él bien conocía, comenzaron a cruzar por su mente de manera vertiginosa.

“¡Estoy casado Sasuke! ¿Puedes creerlo?”

Una imagen del Naruto del pasado enseñándole una fotografía de su matrimonio con Hyuuga Hinata, se sobreponía ante la imagen del Naruto del presente, que ahora se alejaba del rostro de su prima y le dirigía una extraña mirada. Al momento de encontrarse con el azul de los otros ojos, sus piernas temblaron inevitablemente, desestabilizándolo, y un dolor mucho más fuerte cruzó por su cabeza. “¿Hyuuga Hinata?” Se escuchó a sí mismo decir, con incredulidad, mientras evitaba con todas sus fuerzas caer inconsciente. Su visión se volvía cada vez más borrosa y en un segundo, no sentía nada más que su respiración.

“Yo… creo que la amo-dattebayo”.  

Lo último que escuchó Sasuke antes de sentir como caía al piso entre los invitados, fue como alguien a su lado gritaba asustado por ayuda.  

Al parecer, ese era su límite…

Notas finales:

De verdad lo siento por quienes no gusten del NaruHina, de hecho, ¡lo siento muchísimo por mí misma! (Ya que detesto esta pareja con todo mi ser), pero esto está totalmente justificado, lo juro. No puedo describir cuánto dolor sentí al escribir la última parte de este capítulo. TT_TT

…Dejando todo eso aparte, Naruto parece tener algo importante que no quiere confesar, al igual que Sasuke, quien parece que ahora tendrá que lidiar con muchas cosas más.

¡Hasta la próxima! 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).