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Un nuevo camino a casa por Aria Rovimare

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Notas del capitulo:

Advertencia: Oc. 

.

 

La noche más larga. 

 

.

 

.

 

—Sas…u…

 

“¿Quién…?” Alguien le llamaba.

 

—Sas…ke…onde

 

Una voz en la lejanía.

 

No sentía nada, ni su cuerpo, ni su propia respiración, solo aquella voz llamándole…

 

—¡Sasuke-kun!

 

“¿…Sakura?”

 

—¡Sasuke! ¡Responde!

 

—Sa-kura…— Dijo Sasuke, con mucho esfuerzo. Se oía débil.

 

El reconocimiento inminente de aquella voz, lo instó a volverse nuevamente consciente de su propio cuerpo tras haber perdido la conciencia. Intentó abrir los ojos, pero al sentirlos demasiado pesados se vio obligado a cerrarlos nuevamente. Sus extremidades, todavía algo adormecidas, recuperaban su tono aunque se volvían más pesadas con el paso de los segundos. Intentó abrir los ojos una vez más y esta vez, si logró distinguir lo que estaba frente a él. La verde mirada de Sakura le observaba con preocupación desde arriba.

 

—Gracias al cielo— le oyó decir, demostrando su alivio.

 

Se encontraba recostado en lo que parecía ser un sofá, en una esquina apartada del recinto donde Sakura planeó la fiesta. En ese instante, Sasuke recordó donde se encontraba, intentando llegar hasta Naruto cuando vio la escena detonante de su desmayo y la apertura de sus recuerdos bloqueados hasta el momento.

 

Cerró fuertemente los ojos en un intento de apaciguar las fuertes emociones que le invadieron de pronto. Ciertamente, la imagen de Naruto y Hinata besándose causó un gran impacto en él y estaba seguro que el matrimonio de ellos dos impactó incluso más al Sasuke del pasado, también.

 

—Sasuke, ¿Cómo te sientes?— Sasuke oyó la suave voz de Hinata llegar desde otro lugar. “Como la mierda, en todos los sentidos” pensó Sasuke en respuesta. En su lugar dijo: —Estoy bien.— Nadie lo contradijo.

 

—Eso…Será mejor que comience a despedir a los invitados. — dijo Hinata esta vez, con alivio.

 

Sasuke llevó su mirada hasta ella y logró ver como Naruto le hablaba algo al oído antes de dejarle ir, soltando su mano con suavidad. Sasuke entrecerró los ojos y frunciendo el ceño regresó su mirada hasta Sakura, su cuidadora, quien sostenía su cabeza encima de sus piernas. Aquel simple toque, aquella simple imagen trajo de vuelta todas aquellas memorias recién descubiertas… Naruto casándose con Hinata, Naruto queriendo a Hinata, Naruto siendo padre.

 

El repentino dolor y el nudo formándose en su garganta le advirtieron que se detuviera. El sufrimiento que vivió mientras estaba inconsciente y que pareció durar por años, seguía siendo igual de real en ese momento. Sasuke tenía muy en claro que la opresión en su pecho no se iría, no lo haría esta vez y sabía muy bien la razón. Cerrando fuertemente los ojos intentó sentarse pero, un repentino dolor de cabeza le detuvo. La sintió como si fuese a explotar.

 

—No intentes levantarte todavía, debes recuperarte adecuadamente.

 

Sasuke abrió los ojos solo para reconocer a una Sakura preocupada. Sus ojos brillaban intensamente y aunque no hubiera derramado una solo lágrima, parecía estar a punto de romper a llorar. Aquella imagen de ambos, rodeados de oscuridad trajo a su mente otro de los tantos recuerdos que pudo ver.  El futuro que tuvo con ella. No le molestó en lo absoluto en ese instante las leves caricias que le daba en el cabello ya que, tal y como en sus recuerdos, estar así con ella era una forma de descansar.

 

—Revisé tu hombro y al parecer no sufrió ningún daño con la caída.— Le informó ella, deteniendo el movimiento de su mano.— Será mejor que ayude a Hinata con los invitados… Naruto — Sasuke se tensó ante la mención del nombre. La poca paz que encontró se había ido.—Vigila unos minutos a Sasuke, estará bien.

 

—No será necesario.— alegó Sasuke rápidamente, no quería estar a solas con Naruto, no en sus actuales condiciones. Lentamente comenzó a moverse hasta quedar sentado junto a Sakura, mientras que, con su mano derecha, afirmaba el frente de su cabeza. — Solo necesito aire fresco y estar solo por un momento. —Añadió al final, pidiendo a Sakura con la mirada que le dejara ir.

 

—¡No puedes hacer eso!— exclamó Naruto acercándose a ellos un paso quien no había dicho nada hasta el momento, alarmado.— Dile algo ¡Sakura-chan!

 

Sasuke desvió la mirada lejos de la insufrible preocupación de Naruto por él y Sakura comprendió algo que antes no había visto. Aunque el tono que usó Sasuke para decirle lo que necesitaba parecía ser una exigencia, su lenguaje corporal le daba a entender que en realidad esa era una súplica. Estaba sufriendo por algo y quería alejarse del dolor. Aún contra sus principios, Sakura llegó a la conclusión de que lo mejor ahora, era aceptar.

 

—Bien.— le afirmó Sakura a Sasuke. —Él estará bien, Naruto.— añadió. Se levantó de su lugar y acercándose al oído de su hermano dijo: —De todas formas vigílale —. Tras eso, se alejó para ayudar a Hinata.

 

Naruto siguió la figura de Sakura con sus ojos por unos confusos segundos mientras se alejaba de ellos, lucía tensa. Sasuke decidió que ese era el momento indicado para comenzar a moverse, sin embargo, se sentía demasiado débil como para hacerlo rápido y el levantarse de su asiento se estaba volviendo una tarea casi imposible.

 

—Maldición… Déjame ayudarte.—  Sasuke oyó decir esto a Naruto, quien se acercaba rápidamente hasta él con la intención de servir como soporte. Reuniendo fuerzas de algún desconocido lugar, alejó bruscamente la mano de Naruto antes de que este le tocara. No quería pensar cómo reaccionaría al sentir su tacto tras todo lo sucedido.

 

No me toques…— La intensidad del rechazo asombró hasta al mismo Sasuke, tras notar en un leve vistazo lo profundo que caló aquello en Naruto. Miró la mano con que le rechazó conteniendo lo mejor que podía sus emociones a punto de explotar. Era increíble que incluso sintiéndose de esa manera no quisiera causarle a Naruto algún mal. —…Quiero estar solo—. Añadió firmemente pero sin ser agresivo esta vez.  Naruto simplemente se alejó de él, y aunque continuaba viéndose dolido por su rechazo, no dijo una sola palabra.

 

Sasuke solo desvió la mirada hasta la salida que daba hasta el patio, e ignorándole, decidió salir de allí lo más rápido que su cuerpo le permitía. A paso lento a causa del dolor físico producto de la brusca caída y el dolor emocional que le pesaba internamente, llegó hasta el exterior y caminó hasta estar de pie junto a la piscina, totalmente solo.

 

Al visualizar su reflejo en el agua, que se movía levemente a causa del viento del otoño, pudo reconocer como la imagen del antiguo Sasuke y de él mismo, se fusionaban en uno solo. Sus destinos unidos. Cerró sus ojos ante el incremento de la asfixiante presión que no le permitía respirar con normalidad. Los recuerdos que no había podido ver hasta ahora habían sido de alguna manera, desbloqueados por el beso que vio entre Naruto y Hinata. También sabía la razón de aquello y ahora, todo lo que no comprendía de su pasado: las emociones y sentimientos ocultos que no terminaba de comprender, los pensamientos evitados y el motivo de sus acciones se mostraban ante él tan claras como el agua frente a sus ojos.

 

En su antigua vida, Sasuke se aseguró de reprimir sus sentimientos a causa de lo que pasó con todos los de su generación después de que terminara la guerra. Naruto se había casado, con Hinata. Naruto, quien ya no tenía una razón para seguirle, tuvo la oportunidad para conocer a alguien con quien podía compartir su vida, alguien a quien amar. Por fin había continuado con su vida lejos de esa extraña obsesión que tenía con él, y él supo en ese momento que jamás podría decir nada de lo que sentía, que Naruto era el todo para él, pues sus errores pasados pesaban demasiado como para arruinar la vida de alguien que por fin parecía ser feliz.

 

Rió con pesar al darse cuenta de que, irónicamente, esta situación era bastante similar a la que vivió en ese entonces. Naruto y Hinata estaban juntos otra vez… y por como Naruto reaccionó ante su aparición, quizás ella sí era la felicidad de Naruto así como lo fue en el pasado. La diferencia estaba en que en esta vida, ellos sí pudieron conocerse mucho antes, y por esto tenían una conexión más duradera, mucho más de la que tenía con él.

 

Por primera vez sintió realmente el peso de sus acciones pasadas, al parecer su destino quería repetirse y él, al evitar que aquello sucediera, tardó demasiado en dar con Naruto. Pudo intentar cambiar su destino después de dejar que Sakura le ayudase a dar con él. Tal vez debió seguirle el juego a Sakura solo una vez y conocer al Naruto de diecisiete años al igual que su prima lo hizo. Si hubiese hecho eso, tal vez podría haberse percatado antes de lo que la mirada, la sonrisa, y de lo que la cercanía de Naruto significaban para él en realidad.

 

Se envió una mirada resignada a través de su reflejo en el agua y una mueca de dolor se formó en su rostro sin poder evitarlo. Apretó los labios con fuerza en un intento de contener las emociones que crecían en él y que pulsaban por salir: la frustración, la pena, y la angustia amenazaban con desbordarse a medida que se fortalecía el nudo en su garganta. Todo sería tan fácil, en verdad lo sería… podría dejar a Naruto tranquilamente ser feliz con ella… todo sería tan malditamente fácil si no se hubiese dado cuenta de que al igual que hizo antes, comenzaba a querer a Naruto una vez más… sintiendo sus ojos arder y aferrando fuertemente su mano izquierda a su pecho, levantó la mirada hacia el cielo nocturno, más allá de las luces que le rodeaban, buscando un consuelo que jamás llegaría.

 

Sin poder evitarlo, comenzó a sollozar. 

 

El llanto llegó, inevitable. Lloró y lloró por todos los años que soportó en su anterior vida y en los cuales no soltó una sola lágrima. Lloró, en silencio, por sus actuales sentimientos y el destino que tenían. Sonrió derrotado ante la idea de que verdaderamente se encontraba maldito. Él, quien jamás se interesó por nadie en su corta vida, ahora se percataba que su ciclo se repetiría. “Eres importante…demasiado importante Naruto…”Reconoció al fin  recordando al Naruto de la otra noche, el que se preocupaba por él… aquel que lo salvó una vez más.  

 

Sasuke sabía, podía reconocer que sus sentimientos por el Naruto actual eran solamente suyos y quizás hasta más fuertes de lo que alguna vez pudieron ser. Debió saberlo desde la primera vez que le vio.

 

No supo cuanto tiempo estuvo allí, dejando salir el dolor libremente sin hacer nada más que aceptar que aunque le doliera casi al límite de lo tolerable, lo único que podía hacer ahora era resignarse a aceptar todo aquello, guardar nuevamente lo que sentía solo para sí mismo y preocuparse solo de protegerle hasta que atraparan al extraño que les perseguía y que quería acabar con ellos para dar con Kurama.

 

Tras secar el rastro de lágrimas que había quedado en sus mejillas, llevó sus manos hasta sus bolsillos del pantalón, decidiendo que ya era hora de volver con los demás. Agradecía enormemente que fuera de noche, así no notarían que había estado llorando, ya que esa sería la única ocasión en que se dejaría llevar de esa manera. No lloraría nunca más.

 

Intentando pensar lo más seriamente posible, quizás esta era una de las razones por las cuales sus recuerdos se hacían consientes solo al estar dormido. Sintiéndose estúpido por recordar nuevamente como Naruto le despertó aquella noche, y el calor de sus brazos sujetándole, inhaló fuertemente antes de voltearse para regresar adentro.

 

Cuando se dio la vuelta, sitió tal sorpresa que casi cae al agua al sentir como sus piernas flaqueaban una vez más.

 

Naruto estaba allí, mirándole fijamente.

 

 ¿Desde hace cuanto?

 

—Naruto…— Su voz sonaba un poco extraña, pero no le tomó importancia. —¿Qué haces aquí? Dije que quería estar solo.— le recordó, más frío de lo usual. Se sorprendió al encontrar el parecido con el tono que utilizaba mientras estaba lleno de odio, en el pasado.

 

—…— Naruto lucía un poco incómodo ante sus ojos, pero esta vez Sasuke no tenía la paciencia como para esperar a que se decidiera a hablar. Ni tampoco quería ver su cara por mucho tiempo porque inevitablemente recordaba todo lo que estaba pasando, así que comenzó a caminar hacia la entrada del recinto.

 

La voz de Naruto le detuvo.

 

—Sasuke… ¿Qué pasó allí adentro en realidad?

 

—…Me desmayé ¿No se vio claramente?— preguntó Sasuke, con ironía.

 

—No parecías estar desmayado…— Aclaró Naruto —. Solo parecías dormir —. Sasuke se tensó.

 

—¿Por qué piensas eso?

 

—Me he visto obligado a averiguar ciertas cosas.— Aseguró Naruto, haciendo alusión a su propia condición.— Tú… lucías como esa noche. Sakura-chan dijo que no era nada grave, pero que tampoco encajaba con un desmayo normal.  Estábamos por llamar a una ambulancia si no despertabas pronto…

 

—…Como ves, no pasó nada grave.— aseguró. — Volvamos dentro.— ordenó. Pero cuando pasaba junto a Naruto este le tomó del brazo con fuerza para detenerlo. Sasuke agradeció que no se estuvieran mirando a la cara para que este no notara cuan afectado estaba por la cercanía repentina.

 

—¿Por qué llorabas, Sasuke?— Sasuke solo guardó silencio, fue bueno suponer que le había oído.

 

Al ver que no obtendría una respuesta directa, Naruto continuó.  — Esto… ¿Tiene que ver con lo de la otra noche? — se mantuvieron en la misma posición por varios segundos más, y la fuerza con la que Naruto le afirmaba no disminuía.

 

Suéltame.— Ordenó Sasuke. Naruto obedeció moviendo su mano lentamente. Sasuke retrocedió un paso para mirarle directamente al hablar, todavía sintiendo el fantasma de la presión en su brazo. —Naruto… sabes que no diré nada sobre eso— aclaró—, así como tú no dirás nada sobre tu problema. —Naruto abrió la boca como queriendo decir algo, sin embargo, simplemente apretó los dientes y desvió la mirada. Parecía frustrado.

 

—Ya despedimos a todos…— la voz de Hinata interrumpió el incómodo silencio que comenzaba a rodearles. Sasuke se obligó a mirarla directamente. No podía escapar de la realidad por siempre.

 

—Bien, será mejor ir a casa.— Respondió Sasuke.

 

Naruto se mantuvo en su sitio. Sasuke se acercó a Hinata y siendo lo más amable que podía en aquella situación, tocó su hombro antes de decir: —Será mejor que vayas a buscar al idiota de tu novio, Hinata.— necesitaba materializar de alguna forma la verdad. Sería más fácil enfrentarlo de esa manera.

 

Ella se sonrojó fuertemente, pero antes de que Hinata le contestara, quien menos se esperaba que dijese algo, habló en su lugar.

 

—No somos pareja.— era la voz de Naruto.

 

Sasuke sintió a Hinata tensarse bajo su toque, la vergüenza anterior había dado paso a una leve tristeza en ella. Cuando volteó a ver a Naruto este le miraba fijamente, aunque cuando posó sus ojos sobre Hinata pudo ver que este parecía sentirse algo culpable.

 

Sasuke soltó rápidamente a su prima, sin saber exactamente qué pensar.

 

—Sasuke.— le llamó Hinata tras el incómodo silencio que volvió a rodearlos, aunque esta vez a los tres juntos. —¿Te sientes bien como para ir solo a casa?

 

—Estoy perfectamente.— respondió Sasuke, llevando su atención hasta Hinata, quien tenía una mirada y leve sonrisa incómoda que se le hacían extremadamente conocidas. Él la había visto muchas veces en sus recuerdos más recientes. Cuando estuvo de regreso en Konoha tras la guerra años más tarde. — Volveré adentro. — decidió terminar esa conversación por el momento. No se sentía listo como para enfrentarles por más tiempo.

 

Con rapidez se encaminó hasta el recinto que ya estaba vacío y en silencio, pero habiéndose adentrado unos cuantos pasos en el interior, un repentino mareo y leves nauseas lo aquejaron, instándole a afirmarse de la pared más cercana y llevando la mano derecha hasta cubrir su boca. Al parecer los efectos de recordar estando despierto continuaban.

 

Al sentir unos pasos frente a él levantó la vista que tuvo enfocada en el piso para ver a Sakura frente a él. Ella le miraba seriamente mientras se acercaba más. Posó una de sus manos sobre su frente para luego asentir. 

 

—No pareces tener fiebre. ¿Cómo te sientes?— preguntó.

 

—Estoy bien. Solo fue un mareo.— Sakura suspiró, se alejó de él y caminó hasta la salida al patio.

 

—¡Nos vamos a casa!— anunció ella.

 

Tras eso, Sasuke sintió unos pasos correr hasta ellos. Naruto apareció a través de la puerta, seguido más tarde por Hinata. Ambos le observaron estando aun afirmado contra la pared. Intuyendo que no le dejarían en paz si no actuaba con normalidad, se alejó del muro y se cruzó de brazos. Naruto entrecerró los ojos y Sasuke supo que no se creería que estaba bien.

 

—¿Qué hay de Sasuke?— preguntó Naruto a Sakura, sin embargo, no alejaba la vista de él.— no parece estar en buenas condiciones.

 

Sasuke planeaba responder pero Sakura se adelantó, sorprendiéndole. 

 

—Yo conduciré por él.— anteponiéndose a la oposición de Sasuke en el asunto, apuntó hasta él y añadió: —Lo de hace un momento puede repetirse mientras conduces, no es seguro dejarte solo. — Sasuke no tuvo más opción que aceptar que eso era cierto. —Dejaré mi auto aquí. No le sucederá nada. Naruto — le llamó.— ¿No te molesta que me quede una noche contigo, verdad?

 

—Claro que no.— respondió Naruto.

 

—Bien. Acompaña a Hinata a casa antes de volver a la tuya, nos veremos allá.

 

Antes de salir, Hinata se acercó hasta Sasuke y le dio un beso en la mejilla, claro signo de preocupación. Antes de alejarse de él nuevamente esbozó una de esas extrañas sonrisas que parecían reales, pero que no lo eran. Un recuerdo se coló fugazmente en su cabeza. Supo que debía sentir alguna especie de empatía por ella en aquel instante, pero lo único que sintió mientras se alejaba, era lo frío que le pareció su demostración de afecto y preocupación, y el alivio de saber que no le vería más por un tiempo.

 

No podía sentirse peor.

 

Un minuto más tarde, él estaba sentado en el asiento del copiloto mientras Sakura conducía. Tal y como ella le advirtió antes de salir, minutos más tarde otro mareo le asaltó aunque no fue tan intenso. Durante el resto del trayecto, Sasuke le percibió ensimismada y extremadamente seria, recordándole de cierta forma una noche específica durante el viaje que hicieron juntos en sus vidas pasadas, y también como terminó todo aquello. No le agradó la sensación.

 

—Sakura…— habló Sasuke un poco antes de llegar a casa.— ¿Por qué haces esto? Hinata pudo venir en tú lugar.

 

Ella desvió su mirada un solo instante del camino para verle. Cuando su atención se enfocó en el camino una vez más, respondió.

 

—Ella tampoco estaba en condiciones.— Sasuke dudó un momento.— Naruto tampoco, sin embargo, él es quien se encuentra mejor después de mí. Tú y Hinata son un desastre, aunque en diferentes sentidos y… — Sakura se detuvo, al tiempo que el último semáforo antes de llegar a casa se puso en rojo, deteniéndoles.

 

— ¿y…?

 

—Ellos debían hablar.— dijo, antes de retomar la marcha.

 

Tras estacionarse, ambos salieron del auto y se adentraron en la casa. Incluso aunque quisiese que ella se marchara lo más rápido posible, en ese momento no era una opción viable. Naruto todavía no llegaba y no podía dejarla en la calle.

 

Después de ofrecerle un café que ella amablemente rechazó, ambos se sentaron en la sala a esperar que Naruto llegara. Sasuke no podía definir cómo se sentía exactamente en aquella situación. Su yo proveniente del pasado, se encontraba de cierta manera acostumbrado a la presencia de Sakura, pero, su yo actual se sentía tan incómodo como el día que le rechazó totalmente. Recordar ese día no le ponía de mejor humor. En un principio ambos acordaron que sería una cita para terminar con esa insistencia de parte de Sakura en ser su pareja… en intentar que él le quisiera. Esta no salió bien al final y Sasuke se vio en la necesidad de ser algo más duro con ella de lo habitual. 

 

“Jamás podré amarte Sakura ¿lo entiendes?...Esto se está volviendo una molestia” Al parecer esas palabras afectaron mucho más en ella de lo que él creyó que harían y, después de que ella se marchara intentando no llorar con todas sus fuerzas, le dijo que no le molestaría más a través de un último mensaje. Y ahora, aquí estaban, cuatro años más tarde.

 

La reacción de Sakura ante su rechazo en esta vida, ahora que recordaba del todo lo que transcurrió después de la guerra en sus vidas pasadas, fue totalmente diferente a la de sus anteriores vidas. La Sakura del pasado entendía el punto de su rechazo e incluso de esa manera ellos dos tuvieron un futuro… pero, quizás, esta nueva manera de responder, fuera mucho más sana que la que se dio antes (1). Recordando a la Sakura que se obligaba a aparentar felicidad y que se resguardó bajo el cariño que le entregó a él hasta sus últimos años de vida, Sasuke se reafirmó a sí mismo que su lejanía en esta vida, había sido la mejor solución. No quería cometer los mismos errores una vez más, aunque la hija que un día tuvo ya no esté dentro de sus planes. Ahora, no necesitaba restituir un clan.

 

—Lo siento… — eso se le escapó de los labios de forma tan natural, que Sasuke se sorprendió bastante. Ciertamente, debía estar afectado por todo lo sucedido en la fiesta, ya que solo bajo estas condiciones se vio capaz de decir esas palabras para lo sucedido hace cuatro años, que también, aunque ella no lo recordara, era una disculpa por dejarse llevar por la leve sensación de alivio que ella le entregó en el pasado y que los condujo a un camino totalmente errado.

 

Cuando Sakura le miró, parecía sumamente consternada. Estaba claro que no se esperaba una palabra de su parte y menos, una frase como esa… que podía significar muchas cosas.

 

—¿P-por qué te disculparías, Sasuke? Sabes que mi deber como futura médica me obliga a cuidar de quienes están mal…

 

—No es por eso, Sakura.— Ella solo se mostró confundida en respuesta y Sasuke decidió dejar las cosas así. No valía la pena reabrir viejas heridas que quizás ya estaban cerradas.  —…mejor, no me hagas caso.

 

Después de un intenso silencio, en que ninguno se miró a la cara, ella respondió: —¿Sabes? Sasuke, esas palabras me habría agradado oírlas hace cuatro años. — Sasuke volvió a mirarle, ella sonreía con nostalgia —. En verdad no tienes tacto para decir las cosas, aunque te comprendo, después de todo yo era demasiado insistente. — admitió al final riendo levemente.

 

—…Es cierto. — concordó Sasuke, ella le envió una breve mirada molesta que suavizó con rapidez. Sasuke supo que ella sabía que no podía enfadarse demasiado tiempo por algo que era una realidad.

 

— En verdad no has cambiado tu manera de dirigirte a los demás, Sasuke.— dijo Sakura. A lo que le siguió unos segundos silenciosos. —…Después de hoy me di cuenta de algo. — añadió ella, mientras parecía hacer memoria.

 

—¿…de qué?

 

—Cuando te vi caer al suelo entre los invitados y Naruto corrió para recogerte —. Ella rió. Sasuke se sorprendió un poco. —. Ese idiota, saltó así como así del escenario ¿Qué si hubiese caído mal? —Por alguna razón esas acciones impulsivas de Naruto no sorprendieron del todo a Sasuke, aunque seguían doliendo.— como sea, cuando te vi caer, sentí un impulso de correr para llegar a ti también… ¿entiendes? Se supone que mi desesperación por ti había terminado hace años…

 

“…incluso ahora, te sigo queriendo.” La voz de la antigua Sakura resonó en su mente de improvisto. Sasuke comenzó a tensarse. Esperaba que lo que él creía que seguiría ahora no fuese exactamente igual a lo ocurrido en sus memorias.

 

—Sakura, yo… — le interrumpió, pero ella le hiso callar.

 

—No digas nada. Déjame terminar, ya que probablemente esta sea la única oportunidad que tengamos para sincerarnos, o al menos, sincerarme yo. — Sasuke asintió. — Bueno, Sasuke… — continuó ella, con calma. — descubrí que incluso ahora, me sigues gustando. — Ella lo dijo, pero lo que sintió Sasuke al oírle fue totalmente diferente de su recuerdo. Ahora, ella no parecía suplicarle nada. — Y no te asustes por favor. Comprendí que te quiero pero como se ha querido a un amigo, alguien a quien se ha perdido, un recuerdo… y al verte sufriendo por algo… aún así quiero que seas feliz. Parece que no me desagradas tanto como creí, ni te guardo tanto rencor como creía.

 

Sakura le sonrió como nunca lo había hecho, ni siquiera cuando decía estar enamorada de él. Sasuke comprendió que lo más sensato había sido rechazarle como lo hizo hace años, aunque a Sakura le hubiese dolido demasiado.

 

— Gracias, Sakura —. Agradeció —. Y es bueno que tú seas feliz ahora —. Al decir aquello Sasuke se sintió libre de una gran carga… al menos uno de ellos se encontraba mejor en esta vida.

 

—Oh ¿Lo notaste? — dijo ella.

 

—Si.— afirmó él.

 

Claramente ella se veía mejor, sin aquellos sentimientos a medias ni acuerdos que estaban destinados a fracasar por más que se buscara lo contrario. Un instante más tarde, las facciones de Sakura adquirieron la seriedad que tenía de camino hasta su casa. Aquello interrumpió el recuerdo de los acontecimientos entre ella y él que descubrió hace poco tiempo.

 

—Sé que algo te sucedió allá en la fiesta, Sasuke.— él no sabía si ella era demasiado perceptiva o él demasiado fácil de descifrar —. Ese no fue un desmayo normal. Tus ojos también me lo dicen. ¿Estuviste llorando, verdad?— Sasuke se acomodó en su asiento, sin energías para negar nada.

 

—Lo hice.— Aceptó.

 

—Naruto es demasiado transparente, ¿sabes? Ha sido así siempre. Cuando el se vio tan desesperado porque estuvieras inconsciente supe de inmediato que algo raro pasaba, y cuando despertaste y le miraste confirmé mis sospechas, palideciste más de lo normal con solo verle…

 

—Sakura ¿Qué quieres decir?— Sasuke no pudo evitar ponerse a la defensiva. Después de todo, lo estaban leyendo al igual que antes, en sus memorias.

 

—Lo que quiero decir es que tú… que Naruto est-

 

Un repentino estruendo les interrumpió súbitamente.

 

Sasuke se levantó de su asiento inmediatamente. Aquel ruido sin dudas, había sido el sonido de un arma disparándose.

 

—Naruto —Dijo alarmado.

 

Sin importarle nada, corrió hasta la entrada y salió de allí para llegar hasta Naruto. Había bajado la guardia. ¿Cómo no sintió a Naruto llegar? ¿Tan ensimismado estaba todavía en aquellos recuerdos? Sin importarle nada más, se apresuró en cruzar la calle para llegar a su destino. Necesitaba verificar, confirmar que Naruto estaba bien. Que no le habían dañado, que estaba vivo. Solo la idea de que esto no fuera así le atemorizaba al punto de la desesperación y el movimiento de sus piernas no parecía ser lo suficientemente veloz para llegar a verlo.

 

La puerta no estaba asegurada, por lo que pudo entrar con facilidad. Con agilidad, retiró el arma que llevaba encima y la sujetó con ambas manos. Sentía su corazón latir con fuerza mientras revisaba la sala apuntando con el arma. No había nadie allí. Avanzó unos cuantos pasos y vio que algo, una tenue luz, iluminaba el piso desde la cocina. Se aproximó unos metros y notó que la luz provenía del refrigerador a medio abrir. Siguió inspeccionando el sitio con la mirada hasta que en una esquina, sentado sobre el piso y afirmado en la pared más cercana se encontraba Naruto.

 

—Nar-  

 

Sasuke detuvo su llamado. Se paralizó al ver la sangre que cubría el abdomen de Naruto. Un frío intenso le recorrió de pies a cabeza y se olvidó de respirar por un momento al no encontrar una pista de que estuviera consciente. No movió ningún músculo al pensar lo peor. Solo en el momento en que Naruto levantó lentamente la cabeza para mirarle, Sasuke se sintió vivo otra vez.

 

—¿Sasuke?— la voz de Naruto sonaba confundida, asustada.

 

Sasuke se acercó a Naruto y dejando el arma a un lado revisó la zona cubierta de sangre, con temor. Al no encontrar ninguna herida allí, se apresuró en revisar el resto de su cuerpo. Tocó sus piernas y sus brazos con rapidez, verificando que no estuviese herido en ninguna parte. Por último, tomó su rostro entre sus manos y acercando sus rostros suspiró aliviado.

 

Definitivamente ese no había sido un buen día. Demasiadas emociones en muy poco tiempo.

 

Estás bien… estás bien, Naruto…— habló Sasuke, verdaderamente aliviado, quien cerró sus ojos para concentrarse en sentir el calor que emanaba Naruto. Y pensar que hace menos de una hora no le quería tener cerca.

 

Las luces de la cocina se encendieron segundos más tarde y Sasuke se alejó de Naruto para mirar a sus espaldas. Sakura estaba de pie, mirando hacia la otra esquina de la habitación, horrorizada ante la imagen que se le presentaba.

 

—No puede ser…— abriendo más los ojos ante la sensación de descubrimiento, buscó inmediatamente a Naruto y se acercó hasta él sin esperar. Arrodillándose a su lado revisó los mismos sitios que revisó Sasuke antes y se abrazó a Naruto.

 

—Estoy Bien, Sakura-chan. Me siento mucho mejor…—r13;. Le tranquilizó Naruto, mientras le abrazaba de vuelta y antes de continuar miró a Sasuke directamente a los ojos —. Me alivia que estés aquí.

 

Sasuke, ignorando la extraña sensación que creció en él por las últimas palabras dichas por Naruto, se apresuró en tomar el arma que antes dejó en el suelo y levantándose, se acercó hasta el hombre que sí estaba herido en el otro extremo de la cocina, dejando que el temor y alivio que le invadían se transformaran en rabia hacia el hombre. Era el mismo sujeto que les había estado siguiendo. Tenía ambas manos posicionadas sobre su herida para hacer presión. La parte baja de su abdomen y sus manos estaban cubiertas de sangre.

 

—Es increíble que hayas llegado hasta aquí. ¿Jin? No es así.— recordó el expediente, aunque dudada que ese fuera un nombre real.—¿Debería terminar con esto ahora?— Sasuke apuntaba a la cabeza del hombre con el arma. El miedo que sintió de perder a Naruto más allá de lo emocional, le hiso olvidarse de todo. Olvidarse de que debía mantener al hombre con vida para interrogarlo.

 

—No lo hagas, Sasuke.— la voz de Naruto le detuvo, aminorando un poco la rabia que sentía y el tan desconocido sentimiento de venganza que comenzaba a crecer en él.— Hay que llevarlo a un hospital y avisar a la policía.

 

—No…— se rehusó el extraño.

 

Sasuke comprendió el por qué no podrían tomar ninguna de esas dos opciones. El hombre sería detenido inmediatamente después de curarle y ya no tendrían ninguna pista de lo que pasaba con los bijuus.

 

—Sakura.— llamó Sasuke sin despegar los ojos del hombre. — ¿Puedes verificar si está en riesgo de muerte?

 

— Pero… — Sakura intentó rehusarse.

 

—No podemos llevarle al hospital — dijo, esta vez volteándose hacia Sakura. — Y tampoco con la policía —. Tanto Sakura como Naruto fruncieron el ceño con desconfianza, pero solo uno de ellos replicó.

 

—¡Lo que hizo es un delito!— Sakura se levantó del lado de Naruto para enfrentar a Sasuke —. Casi asesina a mi hermano… ¡Esto no puede quedar así!

 

—Sakura-chan.— interrumpió Naruto desde su asiento.— ¿Puedes hacerlo por mí? Estoy seguro de que pagará por todo, a su tiempo. Si no le revisas, morirá de verdad.

 

Sakura suavizó su mirada al ver a su hermano y aguantándose el llanto se acercó al hombre, para revisarle.

 

—Naruto… ¿Cómo pasó todo esto?— le preguntó Sasuke a Naruto, ayudándole a levantarse.

 

—Llegué a casa y vine directamente a la cocina, se suponía que después de eso aseguraría la entrada. Pero antes de poder regresar, me apuntó con el arma por la espalda y… — Naruto entrecerró los ojos y desvió la mirada.

 

— ¿Naruto?

 

—Solo…dijo lo de siempre y logré distraerlo lo suficiente para intentar arrebatarle el arma. Forcejeamos unos segundos y se disparó a sí mismo.

 

Tras esas palabras, Sasuke comprendió el por qué Naruto también estaba cubierto de sangre, también comprendió las altas posibilidades de que quien estuviera ahora herido pudo ser Naruto también. Su temor por perderle no lo había sentido tan intensamente ni siquiera en su vida pasada. Ya que al fin y al cabo, no llegó hasta el momento de verle morir.  

 

—No morirá por esta herida— dijo Sakura junto al extraño, interrumpiendo sus pensamientos. —Pero si sigue perdiendo sangre será peligroso. Hay que llevarle  a un hospital.

 

—No.— Sasuke ignoró el enfado de Sakura ante su respuesta negativa, después de todo, conocía las implicancias de ejercer la medicina y Sakura estaba muy cerca de ser plenamente una. —¿Qué necesitas para curarte?— preguntó al hombre esta vez.

 

—…Al zorro…— respondió el hombre llamado Jin.

 

—¿Zorro?— preguntó Sakura.

 

Sasuke recordó que aquello era un asunto que ni Naruto ni ella comprenderían. Tendría que encontrar una buena manera de explicarse a Sakura sin revelarle la verdad. Decidió ignorar su intervención y continuar con el sujeto.

 

—Necesito una garantía, para llevarte allí.— Sasuke se agachó a su lado. — No deberás intentar nada contra Naruto nuevamente, ni tampoco contra lo que buscas. Si no me das una garantía ahora mismo, te dejaré morir.

 

Sasuke sintió a Sakura moverse a sus espaldas, pero también notó como Naruto le detuvo. Sasuke comenzaba a encontrar extraño el tranquilo comportamiento de Naruto ante esa situación y aunque se lo agradecía, sabía que ya no podría ocultarle más la verdad. Estaba siendo demasiado para una sola noche.

 

—No haré nada… pero, no puedo darte ninguna garan- —una tos dolorosa le interrumpió. —…Garantía.— continuó.— Y tampoco puedo morir.

 

—Bien, te ayudaré con eso.— Ofreció Sasuke, que aunque seguía preocupado por que el hombre en verdad muriera, no podía irse de allí hasta saber que estaban a salvo. —Sé que alguien te está ayudando con esto… entrégamelo, dime quien es y estás salvado.

 

Justo cuando el hombre tenía intenciones de negarse a los ojos de Sasuke, el sonido de una vibración llegó hasta ellos. Era el celular del hombre. Sasuke sacó el dispositivo del bolsillo de este y le enseñó la pantalla. Al leer el nombre allí, el terror se hizo presente en sus facciones. Estaba claro de quién era la llamada.

 

—Haremos algo.— habló Sasuke todavía sin contestar.— contestaré y pondré el altavoz, harás que diga dónde está e iremos por él.

 

—No…

 

—¿No?

 

—No le hagan daño… Haré lo que digan pero, no le hagan nada.

 

—No estás en posición de-

 

Está bien.— interrumpió Naruto, tocando el hombro de Sasuke.— Así lo haremos. —aseguró, antes de dirigirse a Sasuke.— Si tardamos más, él morirá en serio.

 

Sasuke solo asintió, dándole la razón y contestó el llamado. No podía dejarse llevar más por la idea de infringir daño al hombre para hacerle pagar. Había otras cosas importantes en juego todavía.

 

¿¡Jin!?— Todos se sorprendieron al oír la voz del otro lado de la línea. Aquella era la voz de una mujer. No solo eso, era una niña.—¿Estás ahí? ¿Estás bien?

 

—Kaya… estoy bien.

 

Has tardado demasiado…

 

—Kaya, ¿D-dónde estás? — preguntó con dificultad.

 

¿Jin?… ¿T-te dispararon?— Su voz comenzó a quebrarse y Sasuke no sabía cómo reaccionar ante aquello.

 

—Kaya… por favor, solo respóndeme.

 

¡No! Espérame. Iré contigo.

 

Tras eso, solo se escuchó el tono de cortar. Sasuke no podía creer que quien estaba llevándose los bijuus fuera una niña. Recordó lo que Kurama le dijo hace años sobre el nacimiento de algo peligroso. Si no recordaba mal eso había sido hace más o menos diez años, ¿podría haber estado hablando de esto? Lleno de dudas, se levantó del lado del sujeto y buscó el arma que el hombre usó para dispararse y que ahora se encontraba a varios metros lejos de él.

 

Sintió el sonido de los tacones de Sakura provenir desde su espalda y supo que habían demasiadas cosas que tendría que explicar.

 

—Esto no está bien, Sasuke —. Le oyó decir —. Naruto parece estar bien, pero no lo está. Tú, tampoco y ese hombre menos. ¿Por qué no quieres llevarle con la policía?

 

—Esto es algo que va más allá de lo que ellos puedan hacer.— Sasuke la enfrentó antes de continuar: —Sakura, necesito que nos acompañes para que vigiles el estado de ese hombre. Prometo que te explicaré todo esto más tarde.

 

Se miraron por varios segundos, antes de que Naruto llamase a Sakura para que le diera otro vistazo al hombre, quien ahora lucía más pálido. Sakura usó una prenda de Naruto a modo de vendaje improvisado para hacer mayor presión. Cuando notaron que Jin comenzaba a mostrar indicios de querer llevarse por el sueño, Sakura les obligó a tomarlo y llevarlo luego al automóvil de Sasuke, debían apresurarse o sería demasiado tarde.

 

— ¡Jin! — El grito de una pequeña los alarmó a todos mientras subían al hombre al asiento trasero del auto. —¿¡Por qué se lo llevan!?— Cuando Sasuke la miró no podía estar más sorprendido. De todas las opciones que tenía en su cabeza sobre quien podría ser, jamás se imaginó aquella opción. La pequeña albina se detuvo a pocos metros de ellos y él pudo darse cuenta de que probablemente estuviese ciega.

 

Sasuke se le acercó unos pasos y habló claramente.

 

—Si quieres que Jin viva, ven con nosotros.— definitivamente no tenía talento ni energía para tratar con los niños.

 

La niña, con desconfianza, retrocedió un paso.

 

—Será mejor que subas al auto y le indiques a Sakura donde hacia donde conducir, Sasuke.— Naruto le dio un leve empujón antes de ponerse a la altura de la niña para hablarle: —Hola, me llamo Naruto. — La niña también le miraba con desconfianza. — No te preocupes por Jin, él estará bien. Yo te llevaré con él.

 

Sasuke se alejó de allí dejándole la niña a Naruto y fue con Sakura para indicarle hacia dónde ir. Al parecer ella no le dejaría conducir aunque se lo rogara. Tras un tenso camino en que Sakura se abstuvo de preguntarle cualquier cosa, llegaron al templo pocos minutos más tarde, seguidos de Naruto, y Sasuke supo que Kurama no estaría para nada feliz con la inesperada visita.

 

Antes de llevar al hombre dentro, Sasuke le pidió a Sakura que esperara en el auto, quien a regañadientes, aceptó. Sin embargo, la pequeña niña les siguió de todas formas. Estaba tranquila y no decía una palabra, aunque su preocupación se hacía evidente en su mirada. En un principio, Sasuke supuso que estaría ciega pero ese no parecía ser realmente el caso.

 

Cuando se acercaban a la entrada, esta fue abierta por Kurama y estaba más que claro que aquella situación no se la esperaba.

 

—No tengo tiempo para explicar nada, Kurama.— advirtió Sasuke al zorro, quien solo le envió una mirada de molestia y desconfianza, antes de enfocar su atención en la pequeña que les acompañaba.

 

Ella es peligrosa. Uchiha ¿Qué pensabas al traerla hasta aquí?— preguntó el residente del templo.

 

Sasuke solo continuó sus pasos hasta que todos estuvieron dentro del templo central. Colocaron al hombre sobre la superficie del suelo sin decir una palabra.

 

—Necesito que se recupere. — le dijo Sasuke a Kurama.— Él dijo que necesitaba del Zorro para eso. — Kurama posó su roja mirada en el hombre ya inconsciente. —No te preocupes, solo ha perdido mucha sangre, él ha prometido no hacer nada. Si lo hace, yo mismo lo mataré.

 

La niña, dio un pequeño respingo ante esa aclaración y extrañamente Naruto la tranquilizó con un leve toque en el hombro.

 

—Ella tampoco hará nada. ¿Verdad? — interrumpió Naruto.

 

La pequeña solo asintió.

 

Sin convencerse del todo, Kurama les pidió a todos que le dejaran a solas con el extraño. A quien más costó sacar de allí fue a la pequeña, sin embargo, Naruto se ocupó de ella. Por primera vez, Sasuke sintió que quizás el que Naruto fuera un profesor no era una idea tan descabellada, tenía claramente un don para tratar con los niños.

 

Después de salir, la pequeña se alejó de ambos y corrió hasta una de las grandes piedras para hacer las plegarias y se sentó allí. Sasuke caminó con dirección a la calle y se detuvo cuando distinguió a Sakura en el interior del auto, esperando. Tenía que pensar cómo explicar todo aquello de forma coherente y sin develar la verdad. Mientras pensaba en cómo hacerlo, sintió unos pasos detenerse a sus espaldas. Era Naruto.

 

—Realmente no entiendo nada de lo que está pasando-dattebayo.— confesó Naruto. Y Sasuke no se sorprendió por esto, lo que si le asombraba era la calma con la cual actuó durante todo este tiempo, a pesar de casi ser asesinado. —Bastardo, sé muy bien que tú sí sabes de qué va todo esto. Cuando volvamos, tenemos mucho de qué hablar.  — determinó al final, para luego correr y acercarse a la pequeña nuevamente.

 

Sasuke volvería con Sakura primero, para solucionar ese problema.

 

Cuando estuvo sentado junto a Sakura, esta vez en el asiento del conductor, esperó por la primera pregunta.

 

—¿Y bien? — comenzó Sakura. —…primero, no denuncias un intento de homicidio ni me dejas proteger la vida de un herido y ahora, le traes a un templo abandonado, prácticamente en ruinas, que supuestamente le sanará. ¿Podrías explicármelo?

 

Sasuke dejó caer su peso por completo en el asiento y mirando hacia donde Naruto y la niña se encontraban, comenzó a hablar.

 

—Sé que no estoy en derecho de pedirte nada, Sakura, pero… por Naruto, no por mí, no digas nada sobre esto. Ni a Hinata, ni a la policía.

 

—…Tienes razón, no tienes derecho de pedírmelo — ella afirmó —. Pero si es por mi hermano no tengo opción. Aun así espero que tu explicación no termine solo así.

 

—Ese hombre y esa niña, tienen relación con Naruto y conmigo.

 

—Eso puedo verlo —. Obvió Sakura.

 

—No de la manera que crees… No es solo por que siguieran a Naruto y yo lo esté investigando, es algo más grande que eso. Yo…— Sasuke dudó por un momento si el tergiversar la realidad de esa manera sería lo más apropiado en ese momento, pero no se le ocurría ninguna otra idea. Su cansancio se estaba notando en su dificultad para pensar.

 

—¿Podrías ser más claro? ¿Qué está pasando con ustedes? —indagó ella.

 

—Sakura…— Sasuke volteó el rostro hasta mirar de frente a Sakura, que se estaba impacientando. — Yo sabía de Naruto desde mucho antes de que lo llevaras a mi oficina.

 

Sakura no se vio sorprendida.

 

—Hinata te había hablado sobre él.

 

— No. — negó Sasuke rotundamente.— Te equivocas, ella jamás lo nombró, ni una sola vez. — aclaró.

 

Sakura dudó.

 

—Entonces…

 

—Yo lo pude ver, y sabía quién era desde pequeño.— Sakura lucía más confundida con cada segundo. — ¿Hinata te habló alguna vez sobre algún problema mío?

 

—No…—Sakura parecía estar haciendo memoria.— No…lo sé. Solo decía que no podías descansar bien, que no dormías bien…

 

—Eran pesadillas… Sakura. —le llamó para ella volviera prestarle atención. Cuando lo hizo, continuó. — Conocí a Naruto de esa manera. Lo veía en mis pesadillas… —Sakura abrió más los ojos ante la sorpresa.— puede que suene increíble pero, de alguna forma, yo sabía que todo esto podría pasar. —Cuando Sasuke comenzó a hablar sobre esta parte esperaba que sonara, al menos, un poco más creíble que la idea de las vidas pasadas.

 

Después de un momento de tenso silencio, Sakura todavía incrédula, continuó.

 

—Suponiendo que te creo… ¿Sabías que intentarían matarle?— Sasuke no negó ni afirmó nada —. Sasuke ¿Por qué no impediste todo esto? Naruto casi…

 

—Lo que he visto es algo que no se puede evitar.— Sasuke pensó en cómo sus destinos convergían una vez más y aunque algunos detalles lograron ser diferentes, aun existía una parte que al parecer se terminaría desarrollando de la misma manera, con Naruto y Hinata. —al igual que todo esto, solo se puede actuar de acuerdo a lo que se me ha mostrado.  

 

—… esto no es… es demasiado difícil de creer. Pero si es así… ese desmayo…parecías dormir más que estar desmayado…— reflexionó en voz alta. — ¿Lo de la fiesta también tenía que ver con eso?

 

—…Si. — Sasuke esperaba que tras esa respuesta, Sakura detuviera de alguna manera su interrogatorio. De alguna forma, le parecía extraño que lo estuviese escuchando con tanta calma, e intentando creerle. Si él hubiese estado en su lugar sin vivir nada de lo que había vivido, ni siquiera podría imaginarse creyéndolo.

 

Al ver al frente, pudo notar como la niña y Naruto parecían comunicarse con confianza, la incomodidad y desconfianza de la niña parecían haber desparecido y Naruto también se veía más tranquilo.

 

—¿Naruto no lo sabe? — Sakura se atrevió a preguntar.

 

Parecía haber aceptado de cierta forma toda su palabrería.

 

—No. Al igual que yo no sé lo de su problema…pero creo que llegó la hora de explicárselo.

 

— Sasuke… si guardo silencio acerca de todo esto, ¿Naruto estará seguro?

 

Sasuke cerró los ojos antes de voltearse a responderle de frente, rogando por que sus palabras se volvieran una realidad.

 

—Lo estará. — Notó el alivio en Sakura.  

 

—…No diré nada entonces.

 

Con alivio, Sasuke miró hacia el frente nuevamente y al hacerlo, notó como la puerta de entrada se abría lentamente. Kurama apareció desde dentro indicándole a Naruto que entrara y ambos miraron en dirección al auto donde Sasuke se encontraba. Cuando él miró a Sakura, ella tenía los ojos más abiertos de lo normal. Estaba claro que ella no podía ver a Kurama.

 

—Sakura…

 

—Creo que prefiero no saber sobre eso. Olvidaré todo lo que pase esta noche, al final.

 

Sasuke vio a Sakura cerrar los ojos antes de dejar el auto nuevamente. Trotó hasta la entrada del templo y junto a Naruto y la niña, se adentraron en el templo. El hombre, Jin, yacía todavía en el piso, pero esta vez su herida ya no estaba abierta y había recuperado en parte el color natural de su piel. La pequeña se acercó a él con rapidez y sujetó fuertemente una de sus manos.

 

Tardaste demasiado en traerlo, Uchiha. La pérdida de sangre casi lo mata. — dijo Kurama. Molesto. —Ahora deberá quedarse aquí por un tiempo, la curación mediante chakra no la puede soportar cualquiera. Una suerte que él sea resistente.

 

Sasuke miró a Naruto quien pareció reaccionar ante la palabra chakra. La leve tensión en su postura lo demostraba.

 

Creo que tienes algo que hacer. Ya es tiempo de hacerlo. — le dijo Kurama a Sasuke, quien claramente se refería a hablar con Naruto.— Pueden volver a casa… y llévense a la niña con ustedes.

 

—¿Qué dices? —Definitivamente, llevarse a la niña nunca estuvo en sus planes, porque desde un principio, no creyó que fuera una niña.

 

—Yo lo haré.— aseguró Naruto rápidamente y se acercó a la niña.

 

Creo que ya te diste cuenta, Uchiha, que esa mocosa es una Kaguya joven. — Sasuke asintió, concordando con él zorro mientras miraba hablar a Naruto con la pequeña.— De todas maneras debes interrogarla también. — Kurama se le quedó mirando fijamente y supo que de algo se percató. — Algo te sucedió. ¿Qué fue?

 

Sasuke se resignó a que aquella sería la noche en que todos le preguntaban sobre sus asuntos.

 

—Solo diré, que lo recuerdo todo.

 

¿Todo?

 

—Hasta el día de mi muerte.— completó Sasuke antes de acercarse a Naruto e indicarle que ya debían marcharse de allí.

 

Kurama solo le siguió con la mirada y como siempre, se dio cuenta de mucho más de lo que dejaba ver. Fue por eso mismo, que Sasuke se alejó tan rápido. De alguna manera, ahora comprendía el porqué Kurama jamás quiso revelarle nada con respecto a sus recuerdos faltantes. ¿Sabría él también acerca de sus sentimientos? Esperaba que no…

 

De camino a casa, Sasuke creyó que lo más apropiado era dejar primero a Sakura en su propio hogar. Pues estaba seguro que el resto de aquella noche sería demasiado larga como para que ella estuviera presente. Después de hacerlo y con la promesa de Sakura de no revelar nada, se encaminó a casa.

 

Tras bajar del auto al regresar, notó que la luz en casa de Naruto estaba encendida y aunque quería olvidarse de todo aquello e ir a dormir, su preocupación por lo que sucedería con Naruto ahora seguía demasiado presente como para siquiera intentar negarlo.

 

Al entrar, pues la puerta todavía no estaba asegurada, Sasuke encontró a Naruto terminando de limpiar la sangre del hombre que se había dispersado por el piso de la cocina. A diferencia de su comportamiento durante todo el tiempo después de que él se desmayara, ahora sí se notaba, por la forma en que miraba los leves rastros de sangre que quedaban por quitar del suelo, que se encontraba realmente afectado por todo lo ocurrido. La fortaleza que desprendía normalmente había desaparecido, reemplazado por una expresión afligida y algo entristecida.

 

—Naruto…— le llamó Sasuke.

 

Al igual que la primera vez que se dirigió a él en la biblioteca, este soltó aquello que afirmaban sus manos por la sorpresa. El sonido del mango del trapero que usaba para limpiar la sangre resonó al chocar contra el piso. Sus miradas se encontraron y Naruto la desvió de inmediato, dando paso ahora, a una expresión que más bien reflejaba frustración.

 

— Siempre haces lo mismo, bastardo. — dijo, a la vez que recogía el trapero y terminaba por fin con su labor.

 

—¿Dónde está la niña?

 

—Kaya.

 

—Bien. ¿Dónde está Kaya?

 

—Está dormida, en mi cuarto.— respondió Naruto, después de ordenar aquello que utilizó para limpiar. Cuando le miró, Naruto frunció el ceño. — ¿Qué?  No la dejaría dormir en la calle. Da lo mismo lo que esté intentando hacer, es solo una niña todavía… ella prometió no escapar.

 

Sasuke pensó que, tal vez, si conociera quien realmente era, no pensaría lo mismo. Sinceramente esa pequeña no era “solo una niña”. Naruto se movió de la cocina y tomando unas llaves se dirigió hasta la puerta con la clara intención de cerrarla.

 

—Naruto— llamó Sasuke, mientras oía el sonido de la llave asegurando la cerradura. —No sé si te has dado cuenta pero yo debo salir por esa puerta.

 

—¿No te incomoda quedarte hoy o sí? —dijo Naruto, todavía mirando hacia la puerta. — Porque no te irás de aquí hasta aclarar todo esto.— Sasuke sabía que él querría conocer la verdad, pero no creyó que se la pediría de manera tan directa.

 

Naruto se giró hacia él y Sasuke no podía descifrar del todo que tipo de emociones y pensamientos le invadían. Simplemente se pasó la mano por el cuello intentando relajarse, y antes de decir ninguna otra palabra, exhaló fuertemente. Se estaba preparando.

 

—Sé que jamás hablas sobre ti frente a nadie y menos frente a mí.— comenzó. —Pero sé que sabes que esta vez tienes que hacerlo —. Sasuke asintió y Naruto se movió de allí para asegurar las ventanas que daban hacia el exterior —. Ese zorro del que este hombre, de quien Jin hablaba. Tú sabías quien era desde el principio.

 

—…Así es. — Naruto se tensó un poco ante su respuesta afirmativa.

 

—Ahora sé que realmente está buscando al Kyuubi.— dijo Naruto, todavía sin voltearse. —Y también sé, que tu amigo, Kurama, también tiene que ver con esto.

 

—Es cierto.

 

—Sasuke— le llamó ahora sí, volteándose para verle. — ¿Quién es Kurama en realidad?

 

La desesperación por comprender las cosas estaba clara en Naruto quien, aunque parecía algo temeroso, no perdía su fortaleza. Sus ojos azules brillaban con la expectación de saber por fin la verdad.

 

—Él es… él es la forma humana del Kyuubi.— confesó Sasuke.

 

Naruto se sorprendió tanto que dio paso hacia atrás debido a la impresión.

 

—Así que era verdad-dattebayo…— dijo, tras estabilizarse, pero la luz del reconocimiento trajo con ella una desconfianza hacia él que Naruto no le había dirigido antes. — Así que creían que yo lo tenía, que yo…que tú. Ese libro…

 

Cuando Naruto le miró directamente supo que su mente estaba comenzando a relacionar cosas. El parecido y las historias que ellos oían desde pequeños eran más factibles ahora de lo que jamás lo habían sido.

 

—Uzumaki Naruto era el contenedor del Kyuubi… — Naruto se acercó hasta él y le tomó de ambos brazos, con fuerza. Obligándole a oírle con claridad.— ¡Ese hombre me dijo que yo debía recordar algo!— dijo con efusividad —, que yo sabía dónde estaba el zorro. Me dijo que recordabas y que por eso yo también tenía que hacerlo… ¡Sasuke!— exclamó al ver que Sasuke no decía nada. —¿Qué se supone que tengo que recordar?

 

Sasuke se soltó de su agarre y se alejó de él unos cuantos pasos, pensando en que palabras usar para comenzar a decirle la verdad, sin embargo, ninguna parecía funcionar.

 

—Bastardo… ¿No dirás nada-dattebayo?

 

—No. Te lo diré. Es solo… que es difícil comenzar.

 

—...

 

—Te hablaré de mis pesadillas.— Sasuke decidió empezar desde la primera duda que Naruto le planteó. Sus pesadillas, después de todo desde inició todo para él.

 

—¿Qué? Eso no es…

 

—Desde allí se desliga todo para mí… y para ti también, Naruto.

 

 Naruto entrecerró los ojos y se dirigió al sofá donde tomó asiento. Sasuke le siguió y estando el uno junto al otro, Naruto le invitó a seguir.

 

 — A mis siete años las pesadillas empezaron y no se detuvieron hasta mis diecisiete años. Cada noche veía la muerte de mis padres a manos de mi hermano mayor. — Sasuke sintió a Naruto removerse en su lugar. — Mis padres decían que eran solo terrores nocturnos, como los de todos los niños a esa edad, pero yo… siempre supe que eran diferentes, era demasiado real. La pérdida de mis padres y de mi hermano Itachi, quien me mostró el asesinato de todos en nuestro clan…

 

—¿Clan? — Naruto preguntó confundido. Sasuke sabía que esto pasaría pero, ignorándolo por el momento decidió continuar.

 

—La otra noche me preguntaste por qué no te dije que los Uchiha fueron un clan…— Naruto asintió al recordarlo.—…bueno, ellos lo fueron, lo fuimos. Pero en una sola noche todos fueron asesinados, excepto yo. Y mi hermano, quien los mató a todos…

 

—Sasuke, no entiendo nada de lo que me estás diciendo-dattebayo.— Le interrumpió Naruto, con la voz algo temblorosa. —Es imposible que tú estuvieses allí, si fue verdad, eso debió pasar hace cientos de años… además, tú no tienes ningún hermano.

 

—Lo que quiero decir… es que lo tuve.— Aclaró Sasuke. — Itachi fue mi hermano y yo, fui el único sobreviviente de un clan. Yo tampoco lo creí posible hasta que a los trece años conocí a Kurama.

 

—¿Kurama?

 

—Él me aseguró que yo viví hace mucho tiempo, una vez… y que nos conocimos allí… —  Naruto seguía incrédulo. — Naruto…tú y yo nos conocimos también, una vez, hace cientos de años… Éramos amigos. —Cuando terminó, Sasuke sintió a Naruto levantarse de su lado para dar vueltas por el lugar.

 

—Sasuke, ¡Eso es imposible-dattebayo!… ¡además-!

 

—Cuando nos vimos por primera vez, en mi oficina, yo ya sabía quién eras Naruto. — Ante esa frase Naruto se detuvo y no se movió ni un paso más. La sorpresa dibujada en su rostro. — Estuve buscándote por años, sin dar contigo, para que al final aparecieras solo frente a mí.

 

—No puede ser…

 

—Lo es.— aseguró Sasuke. —Te conocí por primera vez a mis siete años. Te veía en mis sueños.

 

Después de un largo silencio, Naruto se acercó hasta él y puso las manos sobre sus hombros.

 

—Sasuke, sé que dije que quería saber la verdad sobre todo esto pero, no hay forma de que crea que vivimos hace cientos de años o que soñabas conmigo sin conocerme.— declaró, totalmente convencido de sus palabras. Sasuke solo le sonrió levemente de vuelta, recordando su propia negación inicial ante las palabras de Kurama.

 

—Todo esto es verdad…yo si te conocía Naruto, y por eso siempre quise hablarte en mis sueños pero jamás respondías a mis llamados.— Naruto le soltó rápidamente y se alejó unos cuantos pasos afirmándose la cabeza con una mano. — puede que no conociera al Naruto que ahora está frente a mí, pero sí conocía al “Uzumaki Naruto” que fuiste una vez.

 

—Yo…

 

—Naruto.— le llamó Sasuke para que le mirara fijamente a los ojos.— La razón por la que la imagen de Uzumaki Naruto es tan similar a la tuya y la razón por la que Jin y Kaya nos persiguen, es porque tú fuiste hace cientos de años, el portador del Kyuubi. —Aseguró. Naruto estaba en shock— Al igual que en mi caso, por alguna razón que todavía no desciframos tu alma ha renacido…. Tú, fuiste Uzumaki Naruto. 

Notas finales:

¡Por fin la verdad fue revelada a Naruto! Pero… ¿Qué tendrá Naruto que decir al respecto? Todavía faltan muchas cosas que descubrir. Las verdaderas intenciones de la niña, la relación de Naruto y Hinata, el problema oculto de Naruto y muchas cosas más…

Sinceramente, este ha sido el capítulo que más me ha costado conseguir hasta ahora, pero al final todo vale la pena.

(1)Sobre el recuerdo de Sasuke sobre su viaje con Sakura en su vida pasada, necesitaba explicarme ese acontecimiento de alguna manera, y escribí algo que creí pudo pasar con ellos, pero que a la vez calzara con esta historia. Planeaba ubicarlo en este capítulo, pero si lo hacía, el ritmo de la historia se hubiera visto entorpecido. Se agregará como un extra que subiré junto al próximo capítulo. Lo digo como un aviso... por si acaso.  

Gracias por pasarse a leer y comentar

Sin más que decir… ¡Hasta la próxima actualización!~~

 


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