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Extra:
La esperanza de algo más.
Sakura y Sasuke.
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La suave brisa de primavera dejaba una leve sensación de frescura en su rostro a cada paso que daba, aunque más pronto de lo que le hubiese agradado, se borraba para dar paso al calor que dejaba el sol sobre su piel. Aquel año, aunque todavía no fuese verano, el sol quemaba bastante dejando marca en su pálida piel…tal y como la idea de Uzumaki Naruto marcaba la forma en que se desataban sus emociones. Se había despedido de él hacía pocos minutos, un poco antes de llegar a la salida de Konoha para partir nuevamente en un largo viaje. Aquella despedida, en la que sintió demasiado pero se dijo poco, dejó en él la idea de que llevaba un peso mucho más grande que con el que había regresado.
Debía aceptar que todo lo sucedido en Konoha durante su ausencia le dejó bastante desconcertado. No se esperaba que el despertar romántico de la mayoría de aquellos ninjas de su generación se diera casi al mismo tiempo. Y menos se esperaba que Naruto, su único amigo, ya estuviese casado con Hyuuga Hinata, una mujer que no recordaba del todo, a pesar de reconocerle por su familia.
Deteniéndose un breve instante en la entrada de la aldea, dio un profundo respiro para quitarse el indicio del gran peso emocional que atormentaba su alma y que, en ese momento, luchaba con salir. Cerró sus ojos buscado una calma momentánea y al abrirlos nuevamente, se sintió capaz de marcharse una vez más. Después de todo, aquella era la mejor opción. No se quedaría en aquel lugar para ver como la persona más importante en su vida compartía su vida con alguien más…además, había muchas cosas que todavía debía investigar.
Habiendo avanzado unos cuantos pasos, divisó una figura conocida que le esperaba poco metros más allá en el camino, solo con una mochila cargada en la espalda. Recordaba la suave y decidida voz de Sakura prometiéndole que, sin importar qué, ella le acompañaría en su próximo viaje. Cuando estuvo más cerca de ella, pudo ver una leve sonrisa dibujada en su rostro y sus ojos verdes brillaban ante la expectación.
— Sasuke-kun… — dijo ella, acercándose a él para caminar a su lado, pues Sasuke no detuvo su paso. Solo le dio un asentimiento con la cabeza en forma de saludo. — ¿Te despediste de Naruto?
— Si. Hace pocos minutos. — respondió. Dando claras señales de no querer revelar detalles.
Pudo sentir como Sakura mantenía la mirada fija en su perfil por unos segundos, hasta que la alejó de él para ponerla en el camino que de ahora en adelante recorrerían juntos. Después de unos minutos de silencio, Sasuke volteó su rostro por un instante para ver a Sakura, quien sonreía levemente. Se veía tranquila ante sus ojos y parecía haber alcanzado un grado de madurez que él no creyó posible muchos años atrás. Ella se percató de su mirada y le vio también, pero apartó los ojos nuevamente con rapidez.
— ¿Estás segura de esto, Sakura? — Sasuke no pudo evitar preguntarle.
Recordaba perfectamente que ella también obtuvo una cuota de dolor años atrás, obviando el intento de asesinato por ambas partes, y que a pesar de demostrar cómo maduró con el tiempo, Sasuke suponía, no sin cierto pesar, que su motivación para acompañarle ahora tenía su origen en aquellos sentimientos por él que últimamente parecía esforzarse por ocultar.
Al parecer, aquella pregunta de su parte le tomó desprevenida pero rápidamente el leve sonido de su risa lo envolvió. Sasuke no comprendía la razón de aquello.
— Lo estoy, Sasuke-kun. — ella seguía sonriente. — ¿Tú estás seguro de dejarme ir contigo?
Sasuke solo tenía una respuesta para ello.
— Aunque te dijera que no, no me escucharías esta vez. ¿O me equivoco?
Sakura rió una vez más.
— Así es.
Sasuke creyó que su silencio duraría más tras esa afirmación, pero ella volvió a hablar.
— Gracias, Sasuke-kun.
— ¿Por qué? — Sasuke se sorprendió.
— Por preguntar si estoy segura de venir contigo. Eso me hiso pensar que realmente tomé la decisión correcta.
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Para Sasuke, su primer mes como compañeros de viaje fue un tanto extraño, pues su compañía supuso para él la presencia inminente de su pasado. Recordaba más continuamente de lo hubiese esperado, el tiempo que estuvo en el equipo siete y la participación de cada uno de ellos en él. El ruidoso Naruto, él mismo y sus comentarios despectivos y Sakura entre ambos, sin destacar jamás por algo que no fuesen sus sentimientos por él. La comparación entre la Sakura de doce años y aquella que se encontraba frente a él llegó inevitablemente. Pudo notar claramente lo fuerte que se había convertido en comparación a sus inicios e increíblemente, comenzó a sentirse genuinamente feliz por ella y por sus avances.
En el segundo mes, Sasuke ya se había acostumbrado en parte a su presencia y algo que agradecía por parte de Sakura enormemente era que, si bien podían llevar una buena conversación, también sabía respetar sus momentos de silencio y su necesidad de espacio personal, a diferencia de cuando eran pequeños. Con el paso del tiempo, fue capaz de aceptar para sí mismo que a pesar de no querer que ella le acompañara en un principio, comenzaba a creer que eso no había sido tan mala idea.
— Definitivamente, fue una buena idea viajar contigo Sasuke-kun. — dijo Sakura una noche, sentados frente a una pequeña fogata. Sasuke no pudo más que prestarle atención.
— ¿A qué viene eso?
— A que… me di cuenta de que eres completamente diferente a como me imaginaba que serías, y creo que eso es algo bueno. — ella sonreía con melancolía mientras hablaba. — Gracias a esto, a este viaje, pude comenzar a conocerte de verdad, Sasuke-kun. Y a entenderte mucho más…
Sasuke comprendía lo que ella intentaba comunicarle, pues él sentía algo similar con ella.
— Hn… y ¿Cómo pensabas que sería? — cuestionó Sasuke, con tranquilidad.
— ¿Cómo un típico príncipe azul? — dijo ella, riendo un poco. —; El chico misterioso y genial que atrae con facilidad a las niñas de doce años, cuyo romanticismo es enorme en secreto. — Añadió, mirándole fijamente y sonriendo levemente ante las ideas irreales de su niñez y que continuaron en parte de su adolescencia.
Sasuke no sonreía, solo le observaba con afabilidad ya que la paz que sentía en ese momento no la había tenido en mucho tiempo, no con todos los pensamientos que le atormentaban a diario.
— ¿No crees es fue algo estúpido pensar así Sasuke-kun?
— Tal vez — dijo Sasuke — pero… te has dado cuenta de la verdad ahora.
—Así es… — aceptó ella, sin problemas. — En lugar de eso, tengo a un compañero de viaje que está lleno de misterios, pero son misterios que se pueden deducir con el tiempo. — Sasuke sintió su cuerpo tensarse por un instante, pero al ver la amabilidad en la mirada de Sakura, pensó que estaba preocupándose demasiado. — sigues siendo genial ante mis ojos — ella rió. — Pero ahora sé que no eres indestructible… y en cuanto al romanticismo…
Sasuke solo esperó con paciencia a que ella eligiera sus palabras para describirle.
— No creo que lo expreses como yo creí hace tiempo. Tu sutileza es algo admirable, Sasuke-kun
— ¿Por qué dices eso?
— Tu lenguaje corporal así como tus palabras no expresan mucho, pero tu mirada… tu mirada tiene algo que deja ver lo que de verdad sientes a los demás. — Sakura lo miró directamente por un momento. Y Sasuke se impacientó un poco.
Pasaron varios minutos hasta que uno de los dos pronunció otra palabra, y Sasuke comenzó a tener en cuenta la posibilidad de que Sakura le estuviese entendiendo más de lo que él suponía que hacía. Quizás, ella supiera mucho más de lo que le dejaba ver.
—Sasuke-kun… ¿Por qué…? ¿Por qué siempre evitas hablar sobre Naruto?
Sasuke sorprendido ante la mención de aquel nombre, no pudo evitar que una leve presión se instalara en su pecho. Respiró profundamente buscando disminuirla. Sasuke pensaba en Naruto prácticamente a diario, sin embargo, todavía no podía acostumbrase al sentimiento de vacío que le llenaba cada vez que pensaba en sus últimas conversaciones. Él sabía muy bien lo que aquello significaba, pero no estaba preparado todavía para resignarse ante un destino que volvía a ser en parte, cruel con él.
— ¿Sasuke-kun?
— Simplemente no quiero hablar sobre él, Sakura.
Sakura esbozó una leve sonrisa en su rostro ante la respuesta, una sonrisa que a los ojos de Sasuke era más bien de resignación.
— Entonces… — continuó Sakura, algo dubitativa. Parecía temerosa. — ¿Es mi imaginación…?
— ¿De qué hablas? — Indagó Sasuke.
— Cada vez que oímos que alguien habla sobre él, tu expresión…
Sasuke permaneció inmóvil en su lugar sin si quiera respirar por varios segundos. La expresión que profería el rostro de Sakura demostraba el reconocimiento de algo a lo que el mismo Sasuke todavía no le daba nombre, ni quería hacerlo. Pues hacerlo sería la aceptación de una verdad que no le daría ningún beneficio. Ella mantenía los labios apretados debido al nerviosismo y veía atentamente las llamas. Sasuke supuso que aquello era algo que superaba la capacidad de Sakura de mantenerse firme y se vio obligado a reconocer que ella conocía una parte de sí mismo que creyó ocultar de la mejor manera posible.
— Realmente — Habló Sasuke, provocando que Sakura removiera los hombros en un sobresalto. — has cambiado. — Sakura le miró nuevamente con curiosidad. —… lo que piensas que siento… puede que sea cierto. — Sakura se mordió el labio inferior y oscureció la mirada.
Sasuke llevó su visión hasta el cielo estrellado que les cubría y la mantuvo allí por bastante tiempo. Se preguntó desde hace cuanto tiempo Sakura intuía algo como aquello.
— Yo… — la voz suave de Sakura rompiendo el silencio le instó a regresar su atención a su compañera. —… a pesar de que no eres como imaginé que serías, incluso ahora, te sigo queriendo. — Sasuke solo continuó mirándola, sin sentir ni decir nada.— No te pido que me correspondas… —Aclaró ella. r13; solamente… quiero que sepas que es por eso, Sasuke-kun, que yo puedo notar que estás sufriendo…
Después de un momento en que la mirada llena de seguridad de Sakura le permitió intuir hacia donde se dirigía con esa confesión, decidió que lo más sensato sería preguntarle directamente que buscaba con todo eso.
— Sakura. — dijo Sasuke. — ¿A qué quieres llegar con todo esto?
Ella tardó un poco en responder.
— Simplemente quiero… quiero que seas feliz, Sasuke-kun. — dijo, finalizando con una sonrisa que no demostraba felicidad, sino todo lo contrario. — creo que el tiempo me ha dado la oportunidad de entender más cosas. Sobre ti, sobre mí y sobre Naruto… Y quiero que sepas, que si hay alguna forma en que te pueda ayudar a encontrar tu propia felicidad. Lo haré. — finalizó, levantándose de su lugar frente a la fogata para prepararse para ir a dormir. — Buenas noches, Sasuke-kun.
Sasuke no pudo dormir esa noche.
Las palabras de Sakura rondaban su cabeza, irritándolo como un enemigo al que no puedes derrotar con facilidad. De cierta forma, Sasuke sabía que Sakura tenía razón. El quería ser feliz, merecía, como cualquier otro, ser feliz. Pero allí estaba el problema, pues su felicidad dependía en ese momento solamente de una persona, de un individuo, de su único amigo. Era la única persona que consideraba como alguien especial en su vida tras perder a su familia, era ese vínculo que no pudo romperse con nada, era su complemento, lo que le hacía falta.
El recuerdo de Naruto en su último enfrentamiento, regresó a su mente con gran fuerza, y él, que conocía el amor de tener una familia, sabía que en aquel momento lo que sintió por Naruto era más fuerte que la hermandad, más fuerte que todo lo demás. La felicidad que sintió en aquel momento no la podría comparar con nada más y ante sus ojos, cuando al fin se reunieron los tres tras su último enfrentamiento, Naruto parecía más feliz y aliviado que nunca.
Estaba claro que Naruto seguía siendo su amigo, pero para él, Naruto era un amigo preciado y a la vez mucho más que eso, era algo que sencillamente no podía explicar con palabras, pues a él le debía un nuevo comienzo y su libertad. Él planeaba decirle todo aquello algún día, la intensidad de las emociones que le recorrían cuando estaba a su lado, cuando Naruto le sonreía…
Ahora no podría hacerlo.
Al parecer había llegado la hora de hacerse a la idea de que llevaría aquel peso por un tiempo más, Sasuke creía, a final de cuentas, que tras todo aquello que Naruto vivió al estar buscándole se merecía tener al fin alguien con quien compartir su vida y formar una familia. Él realmente deseaba que Naruto fuera feliz, pero no podía evitar sentirse un tanto decepcionado y herido a la vez. Realmente estaba siendo un egoísta.
Volteando levemente la cabeza pudo ver cómo Sakura dormía unos metros más allá, la tranquilidad plasmada en su rostro que era iluminado tenuemente por la luz de la luna. Podía reconocer que inesperadamente había encontrado una especie de amistad extraña en ella, aunque ella supiera algo que nadie más conocía sobre él en ese momento, sentía que Sakura no diría una palabra de ello porque al parecer ella misma, quería negarlo en parte todavía.
En ocasiones, aún podía vislumbrar el rastro del comportamiento que ella tenía a sus doce años, sin embargo, durante todos estos meses no insistió con lo que sentía por él. Incluyendo esta noche, pues, aunque prácticamente se confesó a él una vez más, no fue igual que antes, y al parecer le dejaba un camino libre donde no le obligaría a nada.
Llevando su oscura mirada hasta el cielo estrellado, se permitió imaginar cómo habrían sido las cosas entre ellos dos si Sakura hubiese estado al tanto de todo lo que ambos, Naruto y él mismo, pasaron durante su vida. En estos últimos meses, en los cuales Sakura se fue enterando poco a poco de algunos temas desconocidos para ella, Sasuke pudo notar como su comportamiento a su lado se iba modificando. A diferencia de años antes, parecía respetar el cómo pensaba y en parte también, pudo comprender lo que le llevó a actuar de la forma en que lo hizo… Tras mirarle una vez más, Sasuke cerró los ojos creyendo que tal vez, las cosas hubiesen sido muy diferentes. Quizás hasta hubiese llegado a ser alguien importante, aunque no al grado de Naruto, en su vida.
Tal vez… hubiese sido una gran amiga.
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Los siguientes días transcurrieron entre eternos silencios que de vez en cuando eran rotos por conversaciones que no tenían prácticamente, ningún sentido. Sasuke pudo notar como Sakura intentaba decirle algo y también como inmediatamente se arrepentía de ello. Ella le sonreía como hacía habitualmente, pero parecía perdida en sus pensamientos la mayoría del tiempo.
— Sakura — Sasuke decidió llamarle para aclarar esa situación. Ya que comenzaba a sentir la misma molestia que sentía frente a ella muchos años atrás.
— ¿Si? Sasuke-kun.
—Deberías decir lo que te molesta de una vez.
Sakura detuvo su andar provocando que Sasuke se detuviera también aunque unos pasos más adelante. Cuando se volteó a verla, ella tenía una expresión indescifrable plasmada en el rostro. Cuando retomó su caminar, se dignó a responder.
— En realidad has cambiado, Sasuke-kun. Antes simplemente hubieses ignorado ese detalle.
Sasuke le envió una rápida mirada y le dio la razón, pero ahora, las cosas eras diferentes.
— Se está volviendo molesto, eso es todo.
Sakura rió levemente.
— Estaba pensando si sería bueno disculparme, por la conversación del otro día. — Sakura reacomodó la mochila que llevaba a cuestas sobre la espalda, y continuó. — Probablemente dije algo que no debía, pretendiendo conocerte… Lo siento, insinué algunas cosas que…
Sasuke pudo ver de reojo que su compañera de viaje se sentía un poco culpable por eso y, aunque a Sasuke no le agradase la idea de ser tan evidente ante ella, debía admitir que ella había tenido razón.
— No te disculpes. — Pidió Sasuke.
— Pero…
— Como dije, lo que piensas sobre mí, probablemente sea verdad. — Añadió Sasuke — te agradezco que no hayas insistido en hablar de Naruto durante todo este tiempo, pero ya no será necesario. — aseguró.
Sakura simplemente permanecía sin decir nada, aunque sus pasos se enlentecieron un poco en comparación a los de Sasuke.
— ¿Estás seguro, Sasuke-kun? — Escuchó que ella le preguntaba desde atrás.
— Lo estoy.
Tras su seca respuesta, ella apresuró sus pasos para andar a su lado nuevamente.
Sasuke creyó, tiempo después, que la tranquilidad que comenzaba a ser constante en su interior gracias a este hecho, duraría mucho más tiempo pero, esta se vio perturbada un día en que les fue entregada una carta con el remitente de Uzumaki Naruto. Ambos se encontraban reabasteciendo provisiones para salir de la aldea por la cual pasaban de momento, cuando un halcón llegó hasta ellos.
Sasuke recibió el mensaje y tras abrirlo reconoció de inmediato la caligrafía algo desordenada de Naruto, pero la nostalgia que le causaba ese detalle sería reemplazada rápidamente por una sensación que identificó de inmediato. Simplemente se quedó mirando la hoja entre sus manos sin saber exactamente por cuánto tiempo.
—…creo que esto era todo, Sasuke-kun — escuchó a Sakura quien llegaba junto a él en ese momento. — ¿hm? ¿Un mensaje?… — Sasuke se volteó hacia ella y al notar su creciente curiosidad le entregó el papel volviendo en sí.
—Así es. — afirmó. — Son noticias de Naruto. — aclaró antes de que ella lo recibiera en sus manos.
Sasuke retomó su camino y sintió a Sakura seguirle el paso con rapidez. Ella no comentó nada de lo que el mensaje contenía y él sabía el por qué. Lo más seguro era que al notar su reacción ante el mensaje, hubiese decidido no hablar de ello, y él comenzaba a enfadarse por su propia reacción ante una noticia que era bastante esperable por el rumbo que habían tomado sus vidas.
Naruto sería padre.
Recordando todas las frases en que Naruto describía lo emocionado que estaba, podía imaginárselo perfectamente sonriendo como un idiota por la idea. Sasuke se permitió imaginar cómo actuaría Naruto al cuidar a un niño y no pudo evitar sentir algo de alivio. Podía decir que, aunque le dolía un poco aquella noticia, una gran parte de él quería que Naruto disfrutara de todo eso que estaba viviendo. Naruto merecía más que nadie tener una familia, después de todo él jamás conoció la sensación real de tener una cuando era pequeño. Recordar al Naruto que quería llamar la atención, aquel que no quería estar solo, le ayudó a creer por sobre sus propios y heridos sentimientos, que de alguna manera, las cosas estaban bien de esa manera.
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Esa misma noche, en lugar de dormir al aire libre, decidieron alojarse en una posada que estaba a las afueras de la aldea donde tomaron provisiones. A falta de más habitaciones, aceptaron una que por suerte contaba con dos camas. Tras darse un merecido baño, ambos se encontraban recostados, cada uno, sobre su propia cama. Sakura, por su parte tenía su mirada puesta en Sasuke, quien a su vez, le daba la espalda recostado sobre su costado derecho. El silencio de la noche los envolvía pero, aunque Sasuke mantenía sus ojos cerrados, no podía conciliar el sueño.
— Sasuke-kun… — sintió que lo llamaban. — ¿Estás despierto? — Al parecer ella tampoco podía dormir, aunque fuera por razones completamente diferentes.
— Si… — contestó. — ¿No puedes dormir?
— Si…— respondió Sakura. — ¿Sasuke-kun?.
— ¿Qué pasa?
—… ¿Recuerdas el día de nuestra presentación frente a Kakashi-sensei? Cuando formamos el equipo 7…
— Hn. — pronunció Sasuke como afirmación, pues ahora que lo pensaba, así era. Lo recordaba bastante bien, aunque no entendía a que quería llegar Sakura con eso.
— Yo…recuerdo tus objetivos…— dijo con nostalgia — ¿Todavía piensas cumplirlos? — tras esa última pregunta, Sasuke comenzó a entender a lo que Sakura planeaba llegar.
Pensó en lo ocurrido ese día, el mensaje de Naruto sobre ser padre y lo único que relacionaba aquello con aquel día del pasado era su idea de reconstruir en clan Uchiha. Sasuke podía decir que no pensaba en esa opción desde hace muchísimo tiempo, después de todo, llevaba un buen tiempo pensando que lo único que necesitaba para estar bien, era la compañía y confianza de Naruto, aunque claramente esa ya no era una posibilidad factible para él.
— No lo sé… — respondió Sasuke al final, con sinceridad.
Sakura se mantuvo en silencio sin dar muestras de querer pronunciar palabra por varios minutos. Creyendo que ella por fin se había dormido se recostó sobre su espalda y al voltear el rostro hacia su compañera, notó que esta continuaba observándole. Parecía sufrir.
— Sasuke-kun… — Él solo permaneció viéndole fijamente, dándole a entender que tenía toda su atención. — Yo… te sigo queriendo — confesó, cerrando fuertemente sus manos. — Incluso más que antes…ahora que te conozco mejor…
— Sakura. — le nombró Sasuke, terminantemente, buscando que se detuviera. Eso no estaba bien para ninguno de los dos.
—Yo… yo podría… —insistió ella, pero el dolor que intentó disimular todo ese lapso de tiempo se desbordó desde sus ojos, obligándole a callar.
Sasuke se sentó sobre la cama y a la vez que oía los sollozos ahogados de Sakura, se encontró sintiéndose similar a la lejana noche en que se marchó de Konoha. Entendía el por qué Sakura lloraba esta vez y sin dudas, se trataba de algo más profundo que en aquel entonces. Pero también sabía, que a pesar de que tenía otros motivos para impulsarse nuevamente hacia él de esa forma, en el fondo de su corazón, seguía siendo la misma niña que quería que él le quisiera de la misma manera.
Sasuke se sentó en el borde de la cama antes de levantarse para acercarse a Sakura. Ahora, ella tenía el rostro hundido contra la almohada y sus manos se cerraban en puños con gran presión. Con calma, Sasuke se hincó junto a la cama para verle más de cerca mientras decía lo que tenía que decir.
— No tienes que hacer esto, Sakura. Esto no está bien. — le dijo, con calma.
— Lo sé. — respondió ella, con la voz ahogada, antes de girar el rostro para mirarle. Cuando lo hizo, se sorprendió ante la cercanía de Sasuke, pero inmediatamente recompuso su mueca de dolor.
—Lo sabes.
—Si…pero aunque tengo claro que no está del todo bien, esta vez es diferente Sasuke-kun. — Sasuke no dijo nada. — pero, supongo que ya lo sabes.
—… No puedo corresponderte, Sakura.
Ella se permitió sonreír lastimeramente ante sus palabras, pero ya no parecía querer retomar el llanto que se había detenido cuando comenzó a hablar, y asintió en señal de respuesta, dándole a entender a Sasuke que eso ya lo sabía.
Lentamente se sentó en la cama y con su mano izquierda sujetó fuertemente su brazo derecho, como si ese acto por sí mismo le indujera valor.
—Ya no espero que llegues a quererme como lo hago yo, pero…
Sasuke se movió del sitio donde se encontraba y se sentó al borde de la cama de Sakura para verle a la cara. Al verle notó que ella si estaba resignada ante aquello, sin embargo, se negaba a creer que sus esperanzas hubiesen desaparecido del todo.
— Como te dije antes… solo quiero que seas feliz Sasuke-kun, quiero ayudarte aunque tú no-
— Sakura, ya basta. — le interrumpió Sasuke con firmeza, manteniendo sus ojos sobre la mano de Sakura que sujetaba su otro brazo, incapaz de verle a la cara al decir todo aquello.
— No. — Se reusó ella. Esta vez buscando su mirada. —Sé que aunque trates de no demostrarlo te duele demasiado, todo esto. Desde que viste la carta parecías estar ausente, Sasuke-kun.
— Eso-
— Cuando me di cuenta de lo que pasaba contigo no pude creerlo, creí que era mi imaginación. — Le interrumpió ella. — Pero tras pensarlo bien, siempre supe que algo que no entendía estaba ahí y no quería verlo. No en ti.
— Sakura, no digas más sobre ese asunto.
— Tengo que hacerlo, Sasuke-kun… Tienes que entender por qué estoy haciendo esto. — declaró con firmeza, y Sasuke decidió no interrumpirle más. — Ya sé que no soy alguien importante en tu vida… pero quiero que al menos me permitas intentar serlo.
— Eres una amiga.
— Permíteme ser también tu familia. — Sasuke abrió más los ojos ante su inesperada osadía. Jamás se hubiese imaginado que le diría algo así, directamente. Sakura se avergonzó un tanto por la implicancia de sus palabras, pero no retiró la mirada. — Lo más probable es que jamás me quieras, que jamás llegues a enamorarte de mí, pero… al menos quiero ser alguien más en quien puedas confiar.
— Gracias. — Fueron las palabras que Sasuke creyó más adecuadas para responder a algo así, sin embargo, no era lo único que tenía para decir. — pero Sakura… esto no es justo para ti, ¿lo sabes? — Sakura frunció el ceño en señal de molestia.
— Tampoco lo es para ti, Sasuke-kun. — aseguró ella, con seguridad.
— ¿A qué te refieres?
— Conozco lo que se siente que el nivel de tus sentimientos no se asemejen a los de nuestra persona más importante. — Sasuke percibió como el latir de su corazón aumentó su ritmo al comprender a que se refería. — La vida no es justa… para ninguno lo es. — Ella se atrevió a tomar la mano de Sasuke de la pierna en donde reposaba. — Aun así, quiero buscar que lo justo para mí sea algo que al menos me genere un poco de felicidad, y… si puedo ayudar un poco a que tú lo seas, Sasuke-kun, no volveré a pensar que la vida es injusta conmigo.
Sasuke sintió la presión que se acumulaba en su pecho cada vez que pensaba en Naruto más presente que nunca. Pensó en lo que Naruto le dijo hace tiempo, después de que le contara que estaba casado “Yo… creo que la amo-dattebayo” y recordó lo mal que se sintió ante ello. Pensó en lo que a lo largo de los años se desarrolló en su interior cada vez que veía a Naruto, cada vez que este no se rendía con él. Pensó en lo que todo aquello significaba para los dos y que tenían, al parecer, una base muy diferente. Recordó cuando este le dijo que al pensar en cómo sufría, él también podía sentir su dolor, recordó que fue en ese instante que se percató de la importancia de Naruto en su vida… desde donde comenzó todo este problema en su interior a pesar de no darle un nombre en específico.
Apartó la mirada de los verdes ojos de Sakura que le observaban con firmeza, al sentir como se le formaba un nudo en la garganta ante la verdad de su situación. Al parecer, la persona que se negaba a dejar partir la esperanza no era solamente su compañera, sino que él también, y no se había dado cuenta.
Negándose a perder por completo el control de sus emociones cerró fuertemente los ojos y dejó caer la cabeza en el hombro de Sakura.Dudaba que un día Naruto saliera de su cabeza y de su corazón, un reemplazo para él sería impensable, pero quería pensar que Sakura se podría convertir en un apoyo, como ella dijo antes, alguien de confianza a parte de Naruto.
— ¿Sasuke-kun? — La suave voz de Sakura le llegó atenta, llena de amabilidad y cariño.
También llegó como una posibilidad. Un nuevo camino.
— Sakura, ¿Estás segura de querer hacer esto?...no es una buena idea. — sintió a Sakura removerse ante sus palabras. — Conoces mis condiciones…Uno va a salir herido. No. Los dos lo haremos.
—Puede… — aceptó ella, después de un largo silencio. —…pero… — añadió — también podemos permitirnos pensar que funcionará, Sasuke-kun.
Ella no le soltó la mano en ningún momento, aunque este pudiera sentirle temblar levemente. Y Sasuke, no se movió de aquel sitio, y apretando suavemente la mano que sostenía la suya terminó por aceptar.
Los resultados de este acuerdo en la vida de ambos, años más tarde, serían fáciles de identificar. Sin embargo, para uno de ellos sería más difícil de aceptar ya que, tal y como Sakura aseguró, los sentimientos de Sasuke simplemente se convirtieron en un cortés aprecio hacia ella con el paso del tiempo.
El paso de los años les daría una hija, quien se convertiría en el símbolo más fortalecido del porqué compartían sus vidas y serviría para desdibujar en parte aquel lejano acuerdo. La calma para ambos, solo se encontraría en la lejanía y la esperanza, que ambos creyeron crecería en una misma dirección, continuó haciéndolo tal y como hacía antes de concertar su acuerdo.
Todos los intentos, los aciertos y los fracasos se acumularían con el tiempo y el peso que ambos sentían no disminuiría, solo se mantendría en un nivel que rayaría en lo soportable. Y al final, cuando Sasuke se vio frente a la muerte, ya resignado, reconoció el estado de su corazón como el mismo que tenía cuando era el muchacho que hizo aquel acuerdo con Sakura buscando un alivio, un nuevo camino.
Un nuevo camino para adormecer sus sentimientos por Naruto…
Una nueva oportunidad que él pensaba, no se le daría jamás.