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Un nuevo camino a casa por Aria Rovimare

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Notas del capitulo:

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Verdades a la luz

 

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Mes tras mes, el tiempo continuó avanzando, los meses se transformaron en años y las “pesadillas” de Sasuke no habían desaparecido. Mientras caminaba de vuelta de la escuela, chasqueó la lengua, hastiado, harto de todo aquello. Ya con trece años y su recientemente adquirida negativa personalidad, Sasuke seguía luciendo bien, con sus ojos tan oscuros como la noche y el cabello negro y en punta en la parte de atrás, revelando la elegancia natural heredada de su madre a cada paso que daba. Sin embargo, aquel niño que pocas veces demostraba sus emociones a su familia y que podía reír bastante seguido, había dado paso a un nivel de demostración emocional casi nula después de la repentina muerte de su padre hace tres años. 

Ese día en particular se sentía más irritable de lo normal al saber que tenía que ir a buscar a su pequeña prima y llevarle a casa. Y no, no era que le molestara ir en busca de Hinata, de hecho era una de las pocas personas que lo respetaban como él era,  lo que le molestaba en realidad era que ella estudiaba en el otro extremo de la ciudad de Konoha y la escuela a la que asistía estaba llena de niñas mimadas que le acosaban cada vez que podían. Hinata le decía cada vez que solo ignorara a esas chicas, que actuaban de esa manera al ser la mayoría de estudiantes solo mujeres. Pero para Sasuke el ignorarlas parecía hacerle más mal que bien.

Después de un recorrido interminable, Sasuke se encontró frente a la prestigiosa escuela a la que su prima asistía. Al ser la hija de un empresario millonario, no creían poder aceptar que Hinata estudiara en cualquier lugar. Como supuso, un grupo bastante grande de niñas le observaban desde la lejanía. Sasuke revisó la hora en su celular, ya era bastante tarde, pero no se sorprendió al saber que ellas le esperaron por casi una hora.

Lentamente se acercó a Hinata, quien le miró con sus peculiares ojos desde la entrada principal. Ella se acercó a él y le sonrió avergonzada, sabiendo lo que les esperaba a la salida y notando el hastío que crecía más y más en el rostro de Sasuke a medida que se acercaban nuevamente a la salida.

Como esperaban, una niña rubia de verdes ojos y “tímida” sonrisa, se acercó a saludarles. Sasuke ya sabía quién era. Estaba en un curso dos años superior al de Hinata, pero aun así consiguió acercarse a ellos para parecer más natural en su camino a la conquista.

--Hola, Hinata y… Sasuke-senpai, me alegra verte por aquí. -- terminó su saludo con un obvio sonrojo en su rostro, dirigiendo su mirada a Sasuke.

-- Sakura-san-- saludó Hinata, captando su atención --mi primo tiene algo importante que hacer después de acompañarme a casa, no sería bueno detenerlo mucho tiempo.--terminó Hinata a sabiendas de que Sasuke probablemente no diría nada a amable a Sakura. Y Sasuke, mirándola le envió un mensaje silencioso, agradecido por su intervención.

--¿Es cierto?-- Sakura parecía decepcionada, pero era mejor eso a la respuesta despectiva que Sasuke le hubiese dado de no haber intervenido su prima.

-- Así es, Sakura--- dijo Sasuke al fin, controlando su mal humor. --Nos vemos.

Caminaron en silencio después de ese breve intercambio de palabras, dejando a la muchacha de once años algo triste por el rechazo. Cuando estuvieron lo suficientemente alejados del grupo de niñas, Hinata se atrevió a hablar.

--En verdad lo siento, mi padre aun no se convence de dejarme ir y venir de la escuela sola.

--No es tu culpa, Hinata, lo sé. -- Y sí que lo sabía, esta rutina la había cumplido varias veces este año. Y comprendía que aunque la mansión de sus tíos se encontraba a solo un poco más de un kilómetro distancia de la escuela a la que asistía Hinata, no creían que tuviese la edad como para ir y venir sola. Nueve años no representaba una buena edad para caminar sola por la ciudad, no todavía. Lo comprendía aunque para sí mismo las cosas hubiesen sido completamente distintas. Aunque él y Hinata fueran primos, sus estilos de vida eran completamente diferentes, los padres de Hinata eran grandes empresarios dueños de varios hoteles de la ciudad, mientras que en su caso, su madre era una prestigiosa jefa de policía y su fallecido padre fue un historiador reconocido poco antes de su muerte. El libro en que estuvo trabajando por años fue una especie de revelación en su ámbito, pero desde que este falleció Sasuke no se sintió capaz de tocar ni una sola copia, por lo que no tenía ni la menor de lo que contenía. --Tienes que saber que por ser hija de alguien importante no puedes salir sola a esta edad. --Y esbozando una sonrisa altanera, añadió.-- Aunque tu madurez mental supere a tu apariencia.  

--Gracias.-- fue lo único que Hinata contestó, sonrojándose en el proceso. No estaba acostumbrada a que reconocieran que era muy madura para su edad. --¿Cómo va todo en casa? ¿Está bien mi tía?-- agregó después de un minuto.

--Sigue todo de la misma forma, mamá viene cada vez menos a casa.-- Después de una pausa, notó Hinata que aun tenía sus ojos puestos en él.-- yo sigo igual también, Hinata.

Ella miró al piso, para ver sus propios pasos y habló: --Tus pesadillas siguen.--Afirmór-- ¿Mi tía lo sabe?

--No.-- dijo Sasuke severamente. --Y es mejor que siga de esa manera.-- con esas palabras, Hinata supo que aunque quisiera no podría decir nada.

Sasuke frunció el ceño al recordar cómo había despertado esa mañana, cubierto de sudor y con una ira creciente en su interior. Con el paso del tiempo, el chico de las marcas se había hecho todavía más presente en sus pesadillas, porque para él esas eran pesadillas y nada más. Recordaba que cuando era pequeño, una parte creía que verle a él en sus sueños le ayudaría a enfrentar sus pesadillas, pero fue todo lo contrario porque ahora sus pesadillas, la mayoría de las veces, tenían que ver con él. Después de que su padre muriera en un accidente de tránsito, el sueño donde sus padres eran asesinados se volvió más claro y supo por fin, que quienes morían, en efecto, eran su familia, pero no la que ahora tenía ni el padre que tuvo. Sus rostros eran completamente diferentes. Comenzó a tener sueños donde compartía con estos, como una familia, una familia donde su padre jamás notaba sus avances y quedaba bajo la sombra del hermano mayor al que admiraba.

Los sentimientos de frustración que le quedaban después de soñar esas cosas era bastante intenso, debía pasar más tiempo con su madre para darse cuenta que esta era su realidad, no la de sus pesadillas. Pero ese nivel de frustración e irritación no se comparaban en nada a lo que le producían los sueños donde el rubio aparecía. Como lo retaba por querer superarle, y que este siempre terminara fallando en el intento. Después de aquel único sueño en su infancia en que escuchó como este le llamaba, jamás pudo volver a distinguir su voz, ni la de los demás en sus sueños. Pero lo que más confundido le tenía y por tanto le irritaba, era saber que en esas malditas pesadillas, todos y cada uno de ellos se hacían llamar ninjas. Las palabras de su padre siempre rondaban su cabeza después de sus sueños y le hacían pensar que efectivamente, se volvería loco. El no quería saber nada de estúpidos mitos, y su padre ya no estaba allí con él como para intentar convencerle de lo contrario.

--Creo que deberías pedir algún tipo de ayuda.-- dijo Hinata, interrumpiendo el hilo de sus pensamientos.

--¿Qué tipo de ayuda?-- Sasuke solo preguntó porque sentía que fuera lo que fuera, no le serviría.

--Sé que desde que el tío nos dejó no has vuelto a pisar un templo, pero…-- dijo, algo dubitativa-- Nunca has intentado pedir algo en el templo del Zorro que está en esta parte de la ciudad.

--Hinata -- interrumpió Sasuke-- no lo creo.

--P-pero, si no quieres, solo acompáñame y yo lo pediré por ti. --sugirió esta vez. Temerosa ante el posible rechazo de su preciado primo. Aunque Sasuke no creyese en esas cosas, ella solo quería hacer algo por él.

Sasuke se detuvo para mirar a Hinata frente a frente. Por unos instantes definitivamente quería rechazar esa opción pero, ¿y si funcionaba? En verdad estaba cansándose de sentirse lleno por emociones que no sentía propias de sí mismo, odiar a alguien que destruyó la vida que no tenía, irritarse con alguien que no existía (por razones que no terminaba de comprender) y comenzar a apreciar a gente que jamás conocería. Sin dejar de lado que gracias a esto comenzaba a alejar a la gente que lo quería en esta vida, su vida. La vida que sí quería vivir, porque sabía que si continuaba tan irritado día con día, terminaría por quedarse solo.

Observó calmadamente a su pequeña prima y después de soltar un suspiro, aceptó ir. Una sonrisita tímida apareció en el rostro de Hinata y esta tirándole de la mano, le llevó corriendo en dirección al templo. Corrieron por unos veinte minutos hasta alcanzar su objetivo. Era el lugar con la apariencia más demacrada que Sasuke hubiese visto en Konoha. Hinata le mencionó, mientras se acercaba a una de las grandes rocas grabadas con símbolos frente al templo central, que le habían dicho que fue construido pocos años después de la muerte de Uzumaki Naruto, en honor a su labor y a su compañero el gran zorro de nueve colas. Sasuke no pudo evitar fruncir el ceño, como cuando su padre le habló de aquel sujeto. El sabía de Uzumaki Naruto, todos lo hacían, fue un héroe de guerra que restauró la paz, pero solo eso. Fue una gran estratega militar, nada más. 

-- Eso es lo que dicen los libros de historia-- dijo Hinata -- pero me gustaría creer que de verdad existió ese zorro, para que mi plegaria pueda ayudarte.  -- terminó ella, juntando ambas manos a la altura de su rostro para comenzar una plegaria silenciosa frente a esa extraña roca. 

--¿No se supone que deberíamos entrar allí para hacer esto?--cuestionó Sasuke señalando el templo central.

--No se puede, está en reparación. -- Y dicho eso, volvió a su cometido.

Sasuke, mientras tanto, observó a su alrededor notando que gran parte de lo que rodeaba al templo era una especie de bosque que mucho difería de la vista del resto de la ciudad. Le sorprendió que un lugar así existiera y él nunca hubiese sabido sobre el. Regresó su vista hacia Hinata y luego la posó en la roca frente a ella. Se acercó hasta esta y un poco dudoso, extendió su mano para poder delinear un extraño símbolo con forma de espiral. Estaba extremadamente fría, pero al quitar su mano un extraño calor seguido de un gran peso inundó su pecho, Sasuke sentía que le cortaban la respiración poco a poco. Su prima, quien tenía los ojos cerrados, no se percató del momento en que Sasuke se encaminó hasta lugar donde se suponía, no debía entrar. Algo desde adentro le llamaba y empujaba su cuerpo a entrar. Abrió las puertas con cuidado de que algo se derrumbara pero a la vez desesperado al no poder hacerlo con más rapidez.

Ya en el interior del lugar, el dolor que presionaba en su pecho se esfumó.

Intrigado por aquella extraña e inesperada sensación, se adentró más en el lugar después de haber regulado un poco su respiración, aunque no podía ver nada. Un leve sonido de pasos se escuchó provenir de un rincón, y más tarde una leve luz creada por fuego iluminó el sitio.

Al fondo, pudo ver a un hombre que sentado sobre sus piernas le daba la espalda. Por su vestimenta, parecía ser algún tipo de guardián del templo y su cabello anaranjado se le hacía familiar, pero no recordaba de donde. Emitía tal fuerza que por un momento a Sasuke le asustó encontrarse allí con él a solas. Un silencio extraño los envolvió por un instante que parecía no terminar nunca, y esa fuerza se volvía cada vez más fuerte frente a Sasuke pero, cuando este extraño sujeto se giró y sus ojos rojos se encontraron con los suyos, todo el temor que experimentaba extrañamente se esfumó, y de hecho, una sensación de comodidad le inundó. Parecía estar acostumbrado a su presencia.

Cuando este mostró una macabra sonrisa Sasuke no pudo evitar dar un paso hacia atrás, para luego quedarse allí de pie esperando a que el hombre dijera lo que tenía que decir.

--Aunque no es tan intenso, ese chakra tan siniestro siempre proviene del mismo humano. -- borrando la sonrisa siniestra de su rostro, el hombre se tornó demasiado serio para su gusto, Sasuke intuyó que lo que seguiría no sería nada bueno. -- Ha pasado un tiempo desde que nos encontramos, Uchiha Sasuke. -- Esa voz, Sasuke la conocía.

Tras unos segundos en que nadie dijo nada, Sasuke descubrió que no había respirado desde que le había nombrado, por lo que, recomponiéndose de su sorpresa, inhaló fuertemente y se dispuso a hablar intentando no parecer afectado.

--¿Quién eres y cómo sabes mi nombre?--  Preguntó al final de forma directa.

Los ojos del extraño se abrieron con leve sorpresa y Sasuke se acercó más a las llamas que se interponían entre el misterioso sujeto y él. El que un completo desconocido supiese su nombre le produjo tal desconfianza que quería clarificar esta situación lo antes posible.

--Responderé a esas preguntas, Uchiha, solo si respondes a mis preguntas en primer lugar. -- la grave voz volvió a inundar el lugar. Sasuke dudó por unos segundos, pero más tarde terminó por aceptar. -- Es extraño que hubieses llegado hasta este lugar por tus propios medios, así que… ¿Por qué Naruto no está contigo?

Sasuke más que sorprenderse por la pregunta, se sintió más irritado de lo que había estado en todos estos años, recordando el nombre que su padre le dio al niño de sus sueños, y por consiguiente a este mismo, con su impulsividad, gran torpeza  y también su gran sonrisa “idiota”.

-- No sé de qué me hablas. No conozco a ningún “Naruto”. --contestó finalmente, apretando fuertemente los puños. Ante esto, el extraño se sorprendió todavía más que antes.

-- Entonces… --después de unos segundos para  dejar atrás su sorpresa, el hombre continuó.-- ¿Cómo llegaste hasta aquí?

--Mi prima…

--¿Tu prima?

--Hinata quería hacer algo aquí, le acompañé. -- Sasuke de pronto recordó que no debía dejar sola a su prima afuera por lo que se apresuró para volver y mirar hacia el lugar donde le dejó antes de entrar. Ella seguía frente a la roca marcada. Sintió al extraño caminar hacia él y mirar hacia afuera también.

-- ¿Hyuuga?-- dijo el hombre al verla, Sasuke no dijo nada, no conocía ese nombre. Cuando se volteó hacia él pudo notar que el ceño de este estaba igual de fruncido que el suyo propio mientras observaba a su prima.

--¿Ahora me dirás quien eres?-- Insistió Sasuke, alzando la vista. Este hombre debía tener más de veinte años y le superaba mucho en altura, pero era algo natural, Sasuke no era muy alto teniendo solo trece años.

--No. -- a Sasuke se le crisparon los nervios al oír esa palabra--No es el momento. Pero solo te diré una cosa. Te conozco, Uchiha Sasuke y tú, también me conoces.

--Eso no es… -- comenzó a refutar Sasuke pero antes de terminar, el extraño volvió a hablar.

--No en este tiempo, sin embargo. Me conociste, y hay una razón para que tú estés aquí ahora. -- Sasuke no logró formular palabra cuando sintió a su prima acercarse hasta donde él y el extraño se encontraban.  Ella solo le dirigió a Sasuke su mirada, para avisarle que podían volver a casa.

--He oído su plegaria, Uchiha. Si quieres que te ayude, volverás.-- Sasuke se volteó hacia él una última vez.

--¿Sasuke? -- preguntó Hinata, extrañada al ver que su primo le daba la espalda para mirar al interior del templo.

--Cuando vuelvas, te diré quién soy. -- Agregó el extraño, antes de adentrarse todavía más al interior del templo.

--Vamos Hinata, se hace tarde.-- contestó Sasuke, después de notar que el fuego al interior del templo había desaparecido.

Tomando a su prima de la mano, salieron de allí y Sasuke llevó a Hinata rápidamente a casa. No pensaba volver a ese lugar jamás, aunque siempre tuviera dudas rondándole la cabeza acerca de quién era ese sujeto y como podía él conocerle. Decidió creer que eso solo había sido algo producido por su loca mente desesperada, aprovechando el hecho de que Hinata no le pudo ver aunque estaba justo frente a sus ojos.

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Esa noche no auguró nada bueno en la vida de Sasuke. Precisamente después de encontrarse con el sujeto más extraño que había visto en su vida tuvo la pesadilla más larga que pudiese recordar. Desde el asesinato de sus “padres”, su vida solitaria, su encuentro con quienes decían ser sus compañeros de equipo y por sobretodo, el tiempo compartido con quien ahora podía reconocer como “Naruto”. Porque hasta la noche anterior no había podido escuchar las voces de ninguno de ellos por lo que eran totalmente desconocidos para él. Ahora, todo era diferente.

Se reconoció a sí mismo llevando a cabo estúpidas misiones y oyendo a su torpe compañero pedir que les dieran algo más difícil para cumplir. Se vio a sí mismo, caminando por un bosque lejano, de noche, junto a Naruto después de un duro entrenamiento, pero lo que finalmente le despertó, fue el dolor intenso y punzante que sintió al recibir múltiples espinas en su cuerpo para poder proteger a su compañero. La desesperación e incredulidad que distinguió en sus ojos azules antes de caer en la inconsciencia sería algo que jamás podría olvidar.

Tras despertar, Sasuke  se repitió a sí mismo que todo aquello no podía ser verdad, lo hizo varias veces para negarse a creer que ese Naruto al que veía en sus sueños pudiese ser real, se negaba completamente la  posibilidad de que ese “Naruto” fuera el mismo Uzumaki Naruto que él conocía, el de esas absurdas historias de fantasía y también porque se negaba a aceptar que en este sueño se había arriesgado por alguien a quien supuestamente detestaba.  Él no conseguía entender nada en lo absoluto.  

Posó su mirada en el techo de su habitación que era iluminado por las luces provenientes de la calle, permaneciendo en un silencio que solo era interrumpido por algún sonido proveniente del exterior.

Cuando el recuerdo de su padre, comentándole el parecido de Uzumaki Naruto con el chico de las marcas vino a él, llevó su mirada hacia la puerta de su habitación y deseó como nunca en estos últimos tres años, regresar a la habitación de sus padres por un consuelo que sabía, ya no podría obtener más. Ya no habría dos personas esperándole, solo su madre estaría allí y además, su madre creía que sus pesadillas se habían ido desde que su padre falleció. De todas formas, se levantó en silencio y salió de su habitación solo vestido con el pijama. Sus pies descalzos tocaron la fría superficie del piso del pasillo, pero en vez de encaminarse hasta la habitación donde su madre dormía, se dirigió hasta el estudio de su padre. Su madre se había encargado de ordenarlo y mantenerlo limpio aún después de tres años. Había días en que ella se encerraba allí a revisar lo que su padre investigó mientras estuvo con vida.

Lentamente abrió la puerta y se adentró en el lugar. Una ventana frente al escritorio dejaba entrar algo de iluminación y aunque Sasuke veía extrañamente más claro de lo normal, decidió encender la luz que estaba sobre el escritorio. Un par de papeles estaban distribuidos sin orden alguno sobre la superficie de vidrio. Sasuke se acercó para distinguir más claramente lo que había en esas hojas. Seguramente su madre las había dejado así la última vez que estuvo en el lugar.

Retiró una cuantas que estaban encima. Estaban llenas de mucho texto que a él no le apetecía leer hasta que en un momento, se encontró con algo interesante. Eran dos símbolos, trazados uno junto al otro en el centro de la hoja. El papel se veía un poco gastado y arrugado, parecía que lo hubiesen sostenido en las manos por mucho tiempo. Enfocó su vista en la forma de ambos símbolos hasta que recordó algo importante. Uno de los símbolos parecía ser un paipái y el otro, el que llamó más su atención, era un simple espiral, el mismo espiral que había trazado con los dedos en la roca el templo del Zorro el día anterior. ¿Por qué justamente ese símbolo aparecía entre los papeles de su difunto padre?...Irritado al pensar que estaba comenzando a considerar volver con el extraño de ojos rojos del templo, dejó la hoja nuevamente sobre el escritorio y se retiró del lugar.

Esperando tener ahora sí, el sueño reconfortante que tanto necesitaba se dispuso a dormir, sin embargo, las cosas casi nunca iban de la manera que él deseaba.

Más irritado aún que la noche anterior, Sasuke se dispuso a bajar al comedor para desayunar con su madre. Extrañamente este fin de semana ella estaba libre, por lo que tendrían más tiempo para compartir juntos.

--Buenos días, Sasuke. --la madre de Sasuke lucía feliz esa mañana, todo lo contrario a su hijo, que lo único que deseaba era arrancarse la cabeza para alejar todas esas pesadillas que no le dejaban en paz. 

--Hola, mamá.-- respondió Sasuke escuetamente, sentándose educadamente a la mesa junto a su querida madre. Adoraba que ella no le preguntara sobre su estado de ánimo, eso solo empeoraría las cosas para él.

--¿No es genial que podamos compartir más tiempo juntos, Sasuke?

-- Sí, lo es.-- concordó Sasuke, bebiendo un poco de leche caliente.

--¿Ha ido todo bien con Hinata ayer?-- Sasuke se sobresaltó un poco al recordar el encuentro con ese sujeto. -- Tu tía dijo que llegaron algo más tarde de lo normal a casa.

Sasuke chasqueó los dientes ante los informes que su tía le entregaba a su madre cada vez que debía buscar a Hinata. Decidió contarle parte de lo sucedido, sin entrar en detalles.

--Hinata quería ayudarme con mis pesadillas, así que me llevó al templo del Zorro para hacer una plegaria.-- Sasuke habló en un el tono despreocupado que tan acostumbrado estaba a utilizar. Su madre, sin embargo, le miró extremadamente sorprendida, y no solo por el hecho de que su hijo hubiese hecho una plegaria, sino que le sorprendía más saber que sus pesadillas continuaban.

--Sasuke… ¿tus pesadillas aun continúan? -- Cuando ella terminó la pregunta, Sasuke supo que había metido la pata. Recomponiéndose rápidamente, intentó arreglar un poco la situación. Cuando levantó la mirada hacia ella, supo que se sentía culpable ante la posibilidad de no haberle apoyado cuando le necesitaba.

-- No. -- Mintió.--Volvieron hace poco.

--¿Cuánto?

--Hace dos semanas. --Volvió a mentir. --Pero ya no me afectan tanto como antes. 

Su madre, reticente a creerle del todo, mostró un enfadado rostro, que extraña vez dirigía hacia él.

--¿Y por qué razón entonces, Hinata querría que hicieras una plegaria?, yo sé que tu no crees en esas cosas Sasuke.-- Sasuke volvió a chasquear los dientes, en verdad quería mucho a su madre, pero en ocasiones como esta su cariño se veía mermado.

--Está bien, si me afectan, mamá. Y yo no hice ninguna plegaria. --le aclaró.-- Hinata la hizo por mí.

--¿Y funcionó? -- agregó su madre, recuperando su semblante tranquilo. Sasuke recordó las largas pesadillas de la noche pasada, porque aquella que le despertó se repitió a la vez que se le sumaron varias mas, una en una especie de prueba en un extraño bosque con un tipo con aspecto de depravado y fanático de las serpientes que le había mordido el cuello. Sasuke se llevó una mano hacia ese lugar mientras le recorría un escalofrío, y otro en que se enfrentaban a un rival de otra aldea, un pelirrojo ojeroso poseído por un demonio extraño, lucha en que nuevamente se quería sacrificar para salvar a este niño irritante. Al rememorar como este sí le superó aquella vez se molestó todavía más.

Con voz clara y firme, y altamente irritado contestó: --Definitivamente, no.

--Sasuke… tu padre decía que el gran Zorro poseía un orgullo tan grande, que le provocaba tardar bastante en ayudar a los creyentes que le seguían. -- Su madre solo quería apaciguar en parte su enojo, y darle algo de esperanzas, sin lograrlo.-- Kurama tuvo un origen muy oscuro, dicen que se alimentaba del odio de las personas, pero que algo le hizo cambiar para terminar siendo una ayuda para la humanidad.

--Mamá… ¿De dónde sacaste todo eso?, en ningún lugar han confirmado que eso sea verdad. --Sasuke afirmó su espalda en la silla y cruzó sus brazos. Su madre al verlo, reconoció que era la misma posición que siempre adquiría cuando quería refutar algo con todas sus fuerzas. Por otra parte, Sasuke estaba comenzando a cansarse de que siempre intentaran, de una forma u otra, hacerle creer que todas esas criaturas existieron de verdad.

--Eso Sasuke, es una de las tantas cosas que tu padre averiguó antes de dejar este mundo. -- Su madre parecía completamente convencida de lo que decía, incluso su mirada se endureció. Ella tenía pruebas.-- Sasuke se sorprendió tanto que dejó atrás su postura de debate y volvió a afirmarse sobre la mesa, sabía que cuando su madre entraba en un modo serio, era él quien debía ceder, aunque solo fuera su postura corporal. Ella solo le sonrió ante el cambio en su disposición.

Sasuke pensó entonces, que quizás su madre supiera algo sobre lo que encontró en el estudio de su padre la noche anterior, y aunque no quería admitir que había estado allí dentro, decidió que si no quería volver con el extraño sujeto del templo, aquel que Sasuke se había auto-convencido era solo una creación de su imaginación, tendría que buscar información en otro lugar.

-- Mamá -- comenzó Sasuke en un tono diferente, después de un instante en que nadie dijo nada, como si quisiera confesar algo, pero se avergonzaba de ello. --anoche entré al estudio de papá --continuó, mirando sus manos. No quería ver la cara de su madre al preguntar algo como esto pero quería confiar en su padre aunque fuera un poco y de paso, aclararse unas dudas.

Definitivamente, no quería regresar con el sujeto del templo.

--¿Sí? -- contestó su madre, instándole a continuar.

-- Si. Y vi algo que me llamó la atención… Un símbolo. --Sasuke esperaba que le dijera que solo era un símbolo cualquiera, perteneciente a alguna religión o algo parecido.

--Ya veo, ¿quieres que te explique algo sobre ellos? -- Sasuke le dirigió una mirada tan seria que ella comprendió que había llegado el momento de explicarle algunas cosas. Quizás para Sasuke todo lo que le diría sería algo improbable, pero ella confiaba tanto en su difunto marido que se permitió creer en todo aquello sin dudarlo. -- ¿Puedes decirme como eran?

-- Uno tenía la forma de un paipái, pero el que más me interesa es el que tenía forma de espiral. --Esta vez Sasuke miraba directamente a su madre, rogando que esta le diera una clara y simple respuesta. --Vi ese mismo espiral en una de las rocas sagradas del templo del Zorro, ayer.

--Bueno, Sasuke. Ese espiral, según lo que tu padre investigó, era el símbolo del clan Uzumaki. --Sasuke apretó los puños al darse cuenta de que cada vez que deseaba que algo fuera como él quería, nada saliera como lo esperado. Chocar nuevamente contra ese nombre, sin dudas, se estaba convirtiendo en una rutina. --probablemente esté grabado allí porque ese templo fue construido en honor al héroe de guerra y al Zorro de nueve colas después de que Naruto falleciera. --al notar que Sasuke estaba claramente irritado, añadió. -- Si quieres creer que son solo cuentos, está bien, Sasuke.

Queriendo alejarse un poco de su irritación, Sasuke decidió preguntar acerca del otro símbolo esta vez. Aunque no le interesaba mucho en realidad. La sorpresa que se llevaría ante la respuesta de su madre le dejaría confundido por un tiempo.

--Ese, hijo, fue el símbolo que representó al clan Uchiha durante siglos.

Tras salir de su turbación inicial, Sasuke se atrevió a seguir preguntando: --¿Existió un clan “Uchiha”?-- enfatizó la pregunta al pronunciar su propio apellido. Él desconocía esa información. En ningún registro se hablaba de los  Uchiha como parte de la historia de Konoha.

-- Tu padre creía que así era. De hecho existen muchas pruebas que podrían convencer a cualquiera. Están todas en su libro.

-- Pero, si es así, ¿Por qué nadie habló nunca de eso? --Sasuke se negaba a creer que algún antepasado suyo hubiese sido parte de la historia de fundación de la anteriormente “aldea” de Konoha,  y que por eso mismo, estuviera relacionado con el clan Uzumaki de alguna manera. De pronto recordó que su padre le dijo una vez, que su nombre estaba inspirado en un gran “ninja” que existió alguna vez. Jamás llegó a hablarle sobre eso.

-- Lo único que es importante Sasuke, es que tu padre quería probar que los vacíos que existen en nuestra historia tienen una razón de ser. El creía fervientemente que existió un clan Uchiha y que uno de ellos ayudó a restaurar la paz durante la Cuarta Guerra mundial. --Omitió la palabra “Shinobi” de la confesión ya que creyó que eso solo irritaría más a su hijo. Pero no entendía que otra cosa pudiese alterarlo tanto, definitivamente eso se debía a algo más que su simple aversión por la mitología.

Después de soltar un largo suspiro y relajar un poco las manos, pues comenzaba a hacerse daño, Sasuke preguntó: --¿Por qué me llamo “Sasuke”, mamá? --de pronto, sentía que la respuesta a aquella pregunta tendía más importancia de la que él creía.

La madre de Sasuke sonrió al creer que esta pregunta era un intento de su hijo por cambiar el tema para relajarse. Lo que ella no sabía es que no preguntaba aquello con ese propósito, ya que dependiendo de sus respuesta, Sasuke tomaría una decisión.

-- Curiosamente, tu padre  comenzó con las ideas de esta investigación un poco antes de que tú nacieras. --ella hablaba con tal nostalgia, que ha Sasuke se le olvidó su creciente confusión por un leve instante. -- Él quería que fueras alguien importante, que lograras grandes cosas. Recuerdo que estábamos en el hospital y él me pidió que le permitiera tenerte entre sus brazos. Cuando abriste tus negros ojitos y le miraste por primera vez, él dijo: “Sasuke, se llamará Sasuke”.--Aunque largo, el relato le provocaba a Sasuke tantas buenas sensaciones que se permitió escuchar con atención.-- Yo, por años no supe el porqué de colocarte un nombre tan extraño. Tan poco usado en este tiempo.--Sasuke comenzaba a temer que su madre no supiera nada de lo que su padre le había dicho hace años. --Pero, cuando tu padre me permitió leer lo que había investigado lo comprendí. Uchiha Sasuke fue un gran ninja, tan poderoso como Uzumaki Naruto y también, su mejor amigo.

En ese momento las extrañas palabras del sujeto del templo resonaron en la mente de Sasuke: “Aunque no es tan intenso, ese chakra tan siniestro siempre proviene del mismo humano…”. Él había nombrado él chakra como lo más normal del mundo, como si fuera real. “¿Por qué Naruto no está contigo?”. El hombre había asumido que llegarían juntos.

-- ¿Su mejor amigo?-- quiso verificar Sasuke.

Aunque a su madre no le agradó la mirada perdida de su hijo, respondió con la verdad que ella conocía: -- Así es. Por diversas razones decidieron esconder su existencia en cualquier libro de historia, pero tu padre se esmeró tanto por encontrar una respuesta, que dio al final con esa información.

Sasuke en ese instante, solo atinó a levantarse de la mesa, inesperadamente tranquilo a la vista de su madre aunque su mirada seguía tan perdida como antes. Se dirigió hasta su habitación dejando a su madre atrás y después de repetirse las frases del extraño y los recuerdos de lo soñado la noche anterior, tomó una decisión. El no era ningún cobarde, averiguaría la verdad detrás de todo esto ahora mismo.

Rápidamente y a paso firme se dirigió hasta el estudio de su padre, tomó la hoja con los símbolos que vio la noche anterior, la dobló y la introdujo en uno de los bolsillos de su pantalón. Bajó las escaleras y sin darle la oportunidad a su madre de preguntarle nada, anunció: -- Solo saldré un momento, mamá. ¿Puedo?

Ella sabía lo que esa pregunta significaba, Sasuke necesitaba tiempo a solas. Ya le preguntaría el por qué.

--Vuelve antes de que anochezca y mantente atento en caso de que te llame.

--Si, mamá. Ya vuelvo…--Tras decir eso, salió de casa con dirección al templo del Zorro.

Sasuke sentía a su corazón latir igual de fuerte que cuando despertaba de sus pesadillas. Necesitaba salir de todo eso luego y para lograrlo primero resolvería todas sus dudas y al final, después de comprobar que solo era una coincidencia provocada por su mente, volvería a casa y todo regresaría a ser como antes. Solo que ahora él conocía una parte escondida de la historia de su apellido, y respetaba más a su padre de lo que había hecho en estos últimos años.

Cuando tuvo la imagen del templo frente a sus ojos, se llenó de un valor y ansiedad hasta ahora desconocidos para él, y se adentró nuevamente en el sitio. Aunque al principio no distinguía nada al interior del lugar, segundos después su visión comenzó a aclararse bastante, tanto que no necesitaría la puerta abierta, por lo que decidió cerrarla, evitando de paso, algún problema si alguien lo viera al interior de un lugar no autorizado.

--No creí que volverías en tan poco tiempo, Uchiha.-- resonó una voz grave al interior del lugar.

--Solo vine por las respuestas que me debes... -- comenzó Sasuke, aparentando tranquilidad, y rogando internamente que las suposiciones que comenzaban a crecer al interior de su mente no fueran verdad. -- ¿Cómo es que sabes quién soy?-- añadió después de una breve pausa.

El hombre solo se dejó caer en el piso, frente al lugar donde el día anterior el fuego estuvo encendido. Sentado con las piernas cruzadas frente a él y con los brazos cruzados sobre su pecho, contestó.

--Sigues teniendo el mismo maldito carácter que tenías a esa edad, incluso ahora, que tu vida se ha desarrollado de forma diferente. 

--Contesta mi pregunta.-- demandó Sasuke, impacientándose más a cada momento. El que hubiese acudido al extraño después de haber decidido en un principio no hacerlo, no significaba que quisiera permanecer allí por mucho tiempo. Hasta no tener suficientes pruebas que indicaran que ciertas cosas eran reales, se negaría completamente a creer en la posibilidad de la existencia de una conexión entre él, este sujeto y Uzumaki Naruto.

--Fue por tu chakra, te lo dije antes. Aunque no esperaba que lucieras exactamente igual a como lo hacías en tu anterior vida, ni que portaras el mismo nombre. -- terminó por decir el hombre, con un tono claramente reflexivo.

--¿A qué te refieres con eso? -- el tono de Sasuke fue más insistente, ya que intentaba asimilar parte de la frase anteriormente dicha por el extraño.

--¿No tienes idea de lo que está pasando contigo, verdad?-- contestó el hombre, con otra pregunta.

Sasuke, evitando afirmar lo que este extraño decía, decidió preguntar otra cosa:-- ¿Quién eres?

--Creí que viniste aquí en busca de respuestas, sin embargo, tratas de escapar de ellas.

--¿Quién-eres? -- Repitió Sasuke, intentando calmarse, ese hombre lo estaba leyendo como a un libro abierto.

--Mi nombre es Kurama. Mejor conocido como Kyuubi.

--…Eso no es cierto.-- Sasuke no quería salir del estado de negación en que se encontraba, no aun.-- Se supone que este era un Zorro de nueve colas, y además es solo un mito.-- agregó Sasuke utilizando el último recurso que le quedaba para librarse de todo aquello, pero la mirada en el rostro del recién descubierto Kurama le decía que esto apenas comenzaba.

--Esa fue mi apariencia, hace mucho tiempo.

Sasuke respiró profundamente para recomponerse ante tal afirmación. Cerró sus ojos y comenzó a ordenar sus ideas. Al parecer sus posibilidades de librarse de todo este asunto a través de la negación se estaban acabando. Decidió tomar otra dirección y alzando la voz, finalmente dijo: -- Déjame ver si entiendo… Eres Kurama, el Zorro de nueve colas, pero ahora te vez como un humano. Tú sabes quién soy por el “chakra” que sentiste --usó sus manos para enfatizar las comillas de la palara chakra --pero que no esperabas que me viera así ahora, ni que me llamara Sasuke.

--Vas bien. --Interrumpió Kurama, queriendo creer que por fin llegaría a alguna parte con el orgulloso Uchiha de trece años.

Sasuke no continuó. Ni quiera tuvo que decir lo demás para comprender hacia donde se dirigía todo el asunto. Para serenarse y recuperar la valentía que reunió para llegar hasta allí, se sentó frente al Zorro que ahora tenía forma humana, para poder creer que todo lo que creyó que era mentira hasta hace poco, ahora se trataba de una innegable verdad, pero ¿quién podía culparle?, ya casi nadie creía en la existencia de estos seres, para todos eran un mito.

Frente a él, y sabiendo que Sasuke no abriría la boca de nuevo en bastante tiempo, Kurama decidió retomar la conversación mientras Sasuke tuviera su atención puesta en él.

--Oí la plegaría que Hyuuga recitó por ti.

--¿Hyuuga? -- Sasuke recordó el día anterior, reconociendo que ese fue el mismo nombre que Kurama utilizó para llamar a su prima.--¿Te refieres a Hinata?

--Así es. ¿A qué clase de pesadillas se refería?

--No lo sé. Comenzaron cuando tenía siete años.--dijo Sasuke un poco reticente a hablar sobre ellas ante un completo extraño que decía ser una ancestral criatura demoníaca.

--Necesito que me digas que es lo que ves en ellas, antes de explicar el por qué te reconocí.

Esperando por fin una respuesta convincente acerca del por qué este sujeto le conocía, decidió contarle todo desde el principio, hasta sus sueños de la noche anterior.

--Ya veo. Las cosas son muy diferentes ahora a como sucedían antes. -- dijo Kurama más para sí mismo que para Sasuke. -- Te diré todo lo que necesitas por ahora y el cómo te conozco, solo si prometes escuchar hasta el final, Uchiha. Entenderé si al principio no me crees, pero no tengo más opción que esperar a que al final cooperes con todo lo que está pasando…

Sasuke asintió más por inercia, que por otra cosa. Ni si quiera tomó en cuenta que Kurama esperaba que le ayudara con algo.

--Sasuke--comenzó Kurama tranquilamente --eso a lo que llamas pesadillas, no son solo eso. Son recuerdos de la vida que tuviste antes de llegar hasta aquí. --Sasuke no se sorprendió tanto como esperaba, después de que Kurama le dijera que había tenido una “anterior vida”, ya se esperaba algo como eso pero se negaba a aceptarlo. Lo que no acababa de quedar claro para él era el por qué Kurama le conocía y al parecer él mismo también conocía al Zorro. --Por lo que me has contado acerca de tus sueños, sé que con el tiempo te llegará la respuesta del porqué nos conocemos por sí misma -- ante esto, Sasuke le dirigió una mirada molesta que decía que no esperaría más tiempo para una respuesta, si ya estaba metido en esto, ¿Qué más importaba llegar hasta el fondo?-- Pero como veo que si no te lo digo no me creerás nada de lo que diga más adelante, lo diré ahora. -- Kurama soltó un suspiro hastiado. --Nuestro primer acercamiento directo en un enfrentamiento, fue durante una importante batalla que Naruto y tú llevaron a cabo.

--¿Qué tiene que ver Naruto con todo esto?-- Sasuke se obligó a preguntar. Al parecer la conexión entre este sujeto y Naruto, sería revelada también.

-- Naruto era mi contenedor. --Sasuke abrió un tanto los ojos, eso no lo había visto en ninguno de sus sueños y en los libros de historia que hablaban sobre él jamás afirmaron como realidad los poderes del zorro. --es porque tus recuerdos van llegando a medida que sigues creciendo, y todavía no has llegado al punto en que eso sucedió. --declaró Kurama al notar sus dudas. -- Pero la primera vez que hablamos cara a cara fue casi tres años después, durante otro de sus enfrentamientos.

--No nos llevábamos muy bien. -- Afirmó, reconociendo que en sus sueños eso se veía bastante claro.

--No. Al menos al principio, pero es algo que entenderás con el paso del tiempo. --Sasuke se levantó al escuchar esa respuesta, ahora sabía de dónde lo conocía ese sujeto y cómo se relacionaba con Naruto, sin embargo, él tenía más dudas que esas.-- Ten en cuenta que esta no es la primera vez que ustedes reencarnan en alguien más. -- La expresión de Sasuke le dijo a Kurama que ese era otro detalle que el chico desconocía. ¿Cuánto más le faltaría por saber?-- Antes de ser los Naruto y Sasuke que salvaron el mundo ninja, fueron otras personas más. Y esta es la primera vez en que uno de ustedes tiene algún recuerdo de su vida anterior. Incluso el que tu apariencia y nombre sean los mismos otra vez, es demasiado extraño como para pasarlo por alto. Existe una razón para que estén aquí y de esta forma en específico.

Sasuke se detuvo después de dar varias vueltas alrededor del lugar, mientras escuchaba. Una duda le asaltó. -- ¿Cómo sabes que Naruto también volvió? ¿Lo has visto?

--No. Ya que me es imposible salir de este territorio. Pero tengo claro que, cada vez que tú apareces, él lo hace también. Así de fuerte es el vínculo que los une.

Ante esto, Sasuke recordó que su madre le había dicho que Uchiha Sasuke y Uzumaki Naruto habían sido los mejores amigos, quizás ese “vínculo” tenía que ver con eso.

-- Ellos dos, ¿llegaron a ser mejores amigos? -- Kurama le escuchó, pasando por alto la manera impersonal con que llamaba a sus anteriores vidas. Kurama no dudaba que este “Sasuke” intentaría alejarse de la idea de haber reencarnado mientras le fuera posible.

--Así es. Al menos Naruto me aseguraba casi a diario que lo eran. -- respondió Kurama, recordando de pronto lo irritante que llegaba ser escucharle decir eso hasta el día en que murió. Sasuke le sacó de su repentino recuerdo al enseñarle una hoja con dos símbolos trazados en él. Sasuke quería, antes de irse, comprobar si lo que dijeron sus padres sobre esos símbolos, era una realidad.

-- Estoy seguro de que esa espiral es el símbolo del clan Uzumaki. ¿Qué hay del otro?

-- Fue el símbolo del clan Uchiha, de tu clan. --al oír Sasuke que era “su” clan, por un momento le provocó un gran peso que desapareció inesperadamente rápido. -- Me sorprende que lo tengas, se supone que nadie sabe de su existencia.

--Mi padre, descubrió que los Uchiha fueron un clan, una vez. No niego que pudo ser así, pero él también creía que éramos descendientes directos. ¿Es cierto?

--Tu padre es un hombre inteligente.

--Lo fue.-- aseguró Sasuke --Ahora respóndeme.

Kurama le dio una fría mirada como respuesta a su arrogancia y contestó: -- considerando que eres idéntico al primer Uchiha Sasuke, incluyendo el molesto carácter, creo que es realmente posible. Además, ese chakra no lo posee cualquiera.

-- ¿Chakra? ¿Qué tratas de decir ahora?, suponiendo que de verdad existió algo como eso-- Sasuke seguía sin poder creerse que esto último existiera, aunque con eso de las “reencarnaciones” todo podía ser posible. -- Ya no habría nadie capaz de usarlo.

--Claro que lo hay. Hay chakra en tu interior, Uchiha. Solo que todavía no has necesitado usarlo. -- Aseguró Kurama, completamente en serio. -- Cuando dije que te reconocí por tu chakra, no estaba mintiendo.

Sasuke solo guardó silencio ante tal afirmación. Pasó una de sus manos por su oscuro cabello y se sentó frente al Zorro nuevamente. Estaba seguro de que cuando llegase a casa tendría mucho en que pensar, además de que su madre seguramente le haría alguna especie de interrogatorio.

--Parece que comienzas a entender que no te librarás tan fácil de todo esto.

--Eso lo supe antes de volver aquí.

--Escucha, Uchiha. Te dije antes que existe una razón para que tú y Naruto estén de vuelta en este mundo. Sobra decir que siempre tiene que ver con problemas de destrucción masiva y guerras, grandes guerras-- Sasuke le observó fijamente intentando esconder el miedo que pulsaba con salir de su interior. El no era un cobarde, de eso estaba seguro, pero era muy diferente enfrentarse a sus pesadillas, que ya no eran eso, a enfrentarse a algún tipo de guerra. El recuerdo de lo que sabía que causó la Cuarta Guerra Mundial “Shinobi” -se permitió agregar esa palabra prohibida para él- en el mundo, le provocó un escalofrío que Kurama si pudo reconocer aunque Sasuke lo hubiera ocultado muy bien. Después de todo, reconocer emociones negativas siempre fue parte de la naturaleza demoníaca de Kurama. --Para prevenir esto, tenemos que encontrar a Naruto y averiguar la razón de que estén aquí.-- Sasuke intuía lo que ahora venía, y no le agradaba para nada la idea. --tienes que ayudarme a encontrar a Naruto. 

Notas finales:

¡Hola otra vez!

 

¡Kurama ha entrado en escena para hablar con Sasuke! ¿Quién lo diría?

 

Solo por sí parece que Sasuke exageró con su reacción a negarse a creer la realidad, creo que hay que considerar que aunque hubiera  madurado más rápido que otros niños, sigue teniendo 13 años, y vive en un mundo donde todo a lo que se enfrenta, se supone que jamás ha existido.

 

Poco a poco se irán descubriendo más cosas, entre ellas, el por qué además de Sasuke, solo unas pocas personas más volvieron a nacer.

 

¡Gracias por leer y comentar! ^-^

 

Hasta la próxima~


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