Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Πάτερ por Whitekaat

[Reviews - 11]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola como siempre, actualizo en las noches aquí les traigo otros dos drabbles de esta rara historia.

Gracias por leer y por darle una oportunidad a mis locuras.

5 AÑOS

#406

 

Los sonidos de unas pisadas resonaron por los pasillos del templo, ligeros pasos apresurados que apenas alcanzaban hacer ruido contra el frío piso del mármol, la puerta de la habitación del dueño se abrió de forma estruendosa, el caballero de Leo dormido en su amplia cama despertó asustado cuando un pequeño cuerpo se lanzó contra él, temblando, sollozando y aferrando sus blancas manos contra la parte superior de su pijama.

Aioria tardó unos segundos en terminar de abrir sus ojos aun con todo el cansancio de todo el día posándose en sus párpados, pero al momento en que aquel diablillo estaba junto a él lo apretujó con fuerza y acarició su espalda, el llanto y los temblores fueron disminuyendo poco a poco, calmándose ante la calidez y las protectoras manos de Aioria, recordó por unos instantes su primer encuentro con aquel chiquillo dándose cuenta que realmente era débil al llanto de aquel pequeño.

— ¿Un mal sueño? — preguntó el león, su voz rasposa resonó en la obscura habitación, obteniendo un asentimiento de la cabeza de alborotados azulados cabellos.

— Había un hombre… — comenzó hablando— un feo hombre atacando a tío Aioros, a ti, papá y a los demás caballeros, él me quería hacer daño, ese hombre era malo, papá, era un hombre muy malo— La voz de Saga eran balbuceos que a duras penas el león logró descifrar gracias a los años que llevaba teniendo a su hijo con él.

Porque ahora Aioria de Leo, era padre, padre de Saga de géminis, se convirtió en el padre del sollozante niño de cabellera índigo cuando esté dejó de llorar en sus brazos y cuando no quiso apartarse de él, cuando era cambiado de brazos y volvía a llorar pidiendo a gritos ser cargado por Aioria, con temor y la unánime decisión pasó a ser en primera instancia el tutor de Saga hasta que  gracias al destino y esa tierna sonrisa terminó encariñándose con el infante y pasó a ser llamado “papá” gracias a que Milo incluyó aquella palabra en el vocabulario del niño.

— Ven Saga, acuéstate aquí — El niño siguió las ordenes de su padre, se acurrucó junto al cuerpo del castaño, normalizando su respiración, dejando aquella pesadilla de lado y siendo sedado por las suaves caricias de su progenitor postizo se quedó dormido.

— Buenas noches— dijo el león besando la coronilla de la mata azulada y cerró sus ojos durmiéndose a los pocos minutos junto a su hijo.

 

 

 

 

7 AÑOS

#309

Aioria temía, temía de sobremanera, cada vez que  iban a un lugar nuevo, temía que el chico dejándose llevar por la innata curiosidad que poseía soltara su mano y se perdiera entre la multitud, ese era uno de los grandes miedo que el castaño tenía cada vez salía del santuario, si pudiese llevaría a Saga con una correa que le impidiera escaparse, pero sabía que eso no era posible y era algo que ni Saga ni Aioros le permitirían hacer, así que sólo tenía aquella opción, tomar firmemente de aquella mano tan blanca como la nieve y vigilar a cada momento que el menor siguiese a su costado.

Se había convertido en un padre, en un verdadero padre era lo que su hermano mayor le decía, y él también lo creía con el tiempo sentía esa sensación dentro de él, que Saga ya no era el ex caballero de géminis, Saga era parte de su familia, era su hijo, no nato, pero su hijo, su pequeño y dulce hijo de siete años, que sabía que si le quitaba los ojos de encima esos grandes orbes verdeazulados terminarían siguiendo a algún pequeño cachorro o correría hasta la entrada de alguna tienda para ver más de cerca cualquier cosa interesante que hubiese visto.

— Papá mira —Los ojos verdes de Aioria vieron hacia donde señalaba el dedo de Saga logrando notar el local de dulces de todos los colores que pudiese imaginar, Aioria sonrió por la fascinación que tenía Saga con los dulces de colores vibrantes.

—Está bien, compraremos algunos— La emoción de Saga se apoderó de su rostro, atontando al castaño con aquella sonrisa logrando aflojar su firme/sobreprotector agarre y viendo como una mota de pelo azul corría sin supervisión hacía la tienda.

Aioria entendió nuevamente que no se podía descuidar con Saga ni aunque lo estuviese viendo a la cara.

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).