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Los Alfas del señor Stark por Evanences

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Capítulo 11: Loki, Nat, Expliquen.

Desde que sus alfas comenzaron a interactuar de una manera adecuada y por lo tanto no terminaban por explotarle los sesos de los nervios, Tony comenzó a saborear esa deliciosa paz a la que estaba acostumbrado, tanto su alfa como su cría se desvivían por atenderlo, por hacerle sentir seguro y feliz. Y lo único que podía arruinar su hermosa y perfecta vida era unas malditas nauseas matutinas que le despertaron de manera amarga el día que se suponía debía ser el inicio de su siguiente celo. Tenía al rubio acariciando en círculos su espalda, disculpándose por la comida anterior, quizá mezclar el arroz con mariscos no era tan buena idea como parecía.

-¿Quieres que llame a Bruce? -Igual podía arrastrar al científico hasta la torre y hacer que atendiera a su omega, pero no tenía muchos ánimos de pelear con Hulk, y tampoco quería disgustar a Tony llevándolo a la fuerza. -Voy a llamar a Bruce.

-No. -Negó con rapidez. -Está en un viaje con Nat, es su aniversario y no regresarán hasta entrado el siguiente mes. -Entendió de inmediato, si la espía se encontraba con él, sabía que ni de chiste iban a responder el teléfono, así fuese el fin del mundo, era su viaje especial y nadie sería capaz de sacar a su marido de ese bonito hotel en Tailandia.

-Llamemos a otro doctor. -Tony volvió a negar. -No puedes estar así, tenemos que ir al médico. -Comenzó a imponerse con ligereza, nada de sus primeros encuentros, hablaba con Thor de vez en cuando acerca de cómo abordar a su omega. Admiraba mucho al otro rubio y se sentía identificado con él, ambos tenían omegas que salían del marco tradicional, eran individuos peculiares y excéntricos, fácil de ofender o que malinterpretasen sus palabras.

-Lección número 1 capitán: Uno siempre tiene que estar un paso delante de nuestros consortes, pero ellos no tienen que saberlo.

-¿Y cómo se supone que haga eso?

-Ahí es cuando la habilidad de la observación debe de sobresalir, cada movimiento que ellos hagan, cada frase que sus bocas suelten, ¡Todo capitán, ¡Todo! Siempre ten total conocimiento de tu omega o terminarás tomado por sorpresa.

-Thor…

-Lección número 2: Ellos siempre serán poseedores de la razón y nosotros sólo unos viles idiotas.

-Bien, creo que esto no fue buena idea, creo que iré con Clint…

-¡Capitán! Intento salvar tu vida, aprécialo, cállate y escúchame: Cuando digo que ellos siempre tienen razón, es porque es cierto, ¿Crees que algún día van a perder? No, no, ¡Harán lo posible para tenerla, así sea cortarle el cuello a alguien! Bueno, eso es ya más de Loki, no creo que el guerrero de metal sea tan violento como mi hermano.

-No… A él no…No le gusta degollar.

-¡Vaya suerte! Cómo decía, en nuestro semblante de alfa siempre debe de haber aceptación ante sus palabras, nada de llevarles la contraria, eso si aprecias tener las bolas en dónde están. A nuestros omegas no les gusta ser contradichos; son reinas despiadadas, tú y yo somos meros súbditos.

-Thor, creo que algo está muy mal en esto…

-Mírame, tengo más de siete años unido con el amor de mi vida, soy feliz y mis testículos no han sido cortados mientras duermo, yo sé lo que te digo.

-En serio me gustaría ir con Clint…

-¡Ese Clint no sabe de lo que está por sucederte! Su omega es linda y amable.

-Disculpa, pero Tony no es el diablo o algo parecido.

-¿De verdad?

-Continúa.

-Bien, la persuasión será la mejor de nuestras armas, ¡Será mejor que mi Mjolnir y tu escudo juntos! Debemos ser capaces de hacer que sus palabras sean su sentencia, siempre tienes que buscar la manera de hacer que retrocedan si están por tomar una decisión imprudente, o bien, que lo hagan más tarde.

-No estoy entendiendo esto.

-Porque eres novato, pero no te preocupes, aquí está tu amigo Thor para ayudarte. Por ejemplo, si se niega ir al doctor, como Loki solía hacer en nuestros primeros meses juntos, no se te ocurra llevarlo por la fuerza, ¡Nada debe ser por la fuerza con ellos! Es contraproducente, por el bienestar de nuestros sistemas reproductores masculinos. Entonces es cuando vas diciéndole cosas como: ‘’Amor mío…¿Qué haría yo sin ti en esta vida? Si algo llegase a sucederte, el cantar de los pájaros o la melodía de las olas chocando contra las rocas podría llegar a aliviar este dolor eterno…’’ Está bien si usas poesía, bueno, ahí depende de los gustos de Tony, a Loki le gusta mucho la poesía, ¿qué le gusta a Tony?

-Si sigues así en la tarde, creo que sería prudente ir al hospital, no sabemos si tu corazón sea vea involucrado en esto. Nunca está demás tener certeza. -Aquello se lo había dicho como una sugerencia, ayudándole a ponerse de pie. Bien, como Thor decía, sus bolas estaban intactas en ese momento y Tony parecía pensarla dos veces.

-Podemos ir en la tarde. -Aceptó y casi estuvo por llamar al asgardiano para agradecerle, pero se contuvo. -Ahora llévame a la cama y asegúrate que Peter coma su desayuno, tiene examen hoy y tiene que poner en alto de dónde viene. -Negó a bañarse y sólo se cepilló los dientes, necesitaba quitarse el sabor amargo de la boca. Su aspecto no era nada en comparación a su actitud activa y bromista habitual, lo primero que hizo fue meterse en la cama, ordenarle a Jarvis no recibir llamada alguna de ningún lado, a menos que fuese Loki, y dormir por el resto del día.

-¿Tony no bajará a comer? -Fue lo que preguntó Peter en cuanto Steve le sirvió un plato grande de hot cakes, tocino, y su infalible jugo de naranja recién exprimido. -¿Se encuentra bien?

-Quiere dormir un poco más, creo que la comida de ayer pudo caerle un poco pesada. -No quería preocupar al menor y desconcentrarlo de sus respectivas actividades escolares ese día.

-Cualquier persona que se coma tres platos llenos de cualquier comida, con medio litro de helado y con galletas supremas como postre, va a terminar mal. -Por el tono en que lo decía era obvio que esa no era la primera vez. -En mi baño tengo un botiquín especial para cuando Tony arrasa con la comida. -Gracioso, se quejaba de la manera en que su padre adoptivo, pero él no se quedaba atrás.

-Gracias. -Le dio su espacio cuando su novia le llamó, cualquier cosa que los adolescentes hicieran no quería ser espectador, él tenía sus propios asuntos, como hacer que Tony siguiera con vida.

Vida que por cierto se veía bastante miserable, alrededor de las once de la mañana y él todavía seguía enredado en las sábanas, con apenas un poco de avena con miel en el estómago, desganado se encontraba viendo un maratón de una caricatura demasiado vieja, lo suficiente como para que Steve hubiese reído con los primeros capítulos; le tenía abrazado por la espalda, cuando Tony se negó a quitarse la pijama y vestir mínimo unos jeans con su respectiva playera casual, decidió acompañarlo, podían estar desaliñados todo el día.

-¿Le hiciste el almuerzo a Peter, no? -Le preguntó de manera súbita, evitando que Steve cayera en ese sueño irresistible que llegaba a él cuando tenía el calor de Tony extendiéndose por las sábanas y su cuerpo. -¿Revisaste su mochila? A veces suele olvidar sus útiles. -¿Tony se hacía cargo de esas actividades? La verdad no le veía exactamente como omega de casa, imaginaba que cuidaba a Peter, limitándose a ver por su estado físico y emocional. -¿Te dijo a qué hora regresaba? ¿SHIELD le dejará retirarse a la una hora decente ésta semana?

Demasiadas preguntas y demasiadas negativas para cada una de ellas, justo lo que Thor le había dicho que no debía de decirle, buscó una manera de responderlas sin que llegase a hacerle enojar, un punto donde ambos salieran felices.

-Hoy sólo tendría como clase el examen, por lo que no era necesario llevarse un almuerzo, para evitar copiar la escuela presentaría sus propios útiles y según tengo entendido, regresará temprano, pero tendrá hará patrullaje. -Casi contuvo la respiración y esperó que la desconfianza de Tony le atacase, pero sólo recibió un beso corto en los labios como recompensa, Tony volvió a acomodarse, más cerca de él y se dispuso a dormir recargado en su pecho. Definitivamente tenía que darle a Thor un barril de cerveza por esto.

Su alegría momentánea se vio arruinada cuando el castaño no presentaba mejora, tenía las mejillas ligeramente hundidas y ojeras remarcadas, tenía unos mareos muy fuertes que le hacían recargarse en algún sitio para no caer. No podía llamar a Bruce, pero tampoco confiaba en otro médico, justo cuando estaba por llamar a Fury para que le enviara un doctor de confianza, Loki abrió la puerta con fuerza, como si fuese su propia casa, Steve alzó la ceja, más sorprendido que otra cosa, Thor venía tras él, cargando a Silverts y todavía portando el uniforme puesto, así que debió haber sido sacado del trabajo para cuidar al bebé.

-¿No se te ocurrió llamarme, genio? -Tenía una maleta al hombro que dejó al lado de Tony, bastante familiarizado con esas situaciones.

-No sabía que sabías de medicina…-Le decía eso a Loki pero su mirada estaba clavada interrogante en Thor.

-Mi conversación es con él, no contigo, ¡Thor! Saca al anciano de la habitación, tengo trabajo qué hacer. -Bien, ahora sí se había ofendido, obviamente iba a negarse, ese era su omega y le valía un bledo que su mejor amigo fuese el que estuviese ahí, esa era su casa ahora, su fortaleza y no tenía una maldita razón…

-Sal Steve. -Tony había dicho aquello con esfuerzo palpable, por lo que sólo pudo besarle la frente y dedicarle unas rápidas palabras de amor. -Voy a estar bien. -Thor también le había recomendado eso de una manera tácita, quería quedarse, era su deber, recordaba que su madre le había dicho eso cuando era pequeño, un alfa siempre se queda al lado de su omega en las peores circunstancias, así que en ese momento era como fallarle a su amaba progenitora, tanto Thor y él abandonaron la habitación.

-Pudiste haberme llamado en el primer instante en que notaste que algo no andaba bien. -Era claro que no se encontraba satisfecho de la testarudez de su bestie, o sea, por él su corazón estaba haciendo un retroceso enorme en su enfermedad, él era el causante, no sólo de una mejora, también tomaba la responsabilidad si algo llegase a salir mal.

-Tenía miedo. -Ante esa declaración el rostro del pelinegro cambió visiblemente, si bien podía ser un hijo de puta cuando se lo proponía, mejor aun cuando hacían que su ira saliera a flote, Tony estaba siendo sincero con él en ese momento y no podía darse el lujo de hacer mierda sus sentimientos.

-Sabes lo que podría suceder. -Aquello no lo dijo mirándolo, optó más por revisar su maleta y ver que pociones eran mejor opción para su amigo, claro estaba que su cuerpo era el de un humano, un poco mancillado y con menos resistencia que el promedio, así que más le valía ser maldito obsesivo compulsivo y buscar lo más leve, pero también más eficaz en él. -¿Y no quieres que eso suceda, Anthony?

-No me llames por mi nombre. -No podía creerlo, incluso en los peores escenarios tenía la osadía de exigir algo, lo que le hizo sentir orgulloso, ellos eran de los pocos omegas que tenían el valor suficiente de exigir lo que quisiesen, cuándo y dónde quisiesen por el simple hecho de querer.

-Anthony Edward Stark. -Lo pensó un momento, ante la mirada de reproche de su compañero. -¿O será Anthony Edward Rogers Stark? -No era una sorpresa para él que una boda estuviese ya maquinándose entre el hombre de acero y el chico dorado de América. Hombre dorado, o…Ew, no pudo evitar imaginarse a Steve cubierto de diamantina dorada.

-Loki, de verdad, sabes a qué me refiero, no hay posibilidades de eso, tú lo sabes, así que no quiero ilusionarme, no quiero ilusionar a Steve, ¡No quiero ilusionar a nadie! -Le vio a alzar la voz ligeramente para luego apretar los labios y ver lágrimas bajando por sus mejillas acaloradas. Tony no era de ponerse así, con decir que parecía menos preocupado y herido por saber que le quedaban poco tiempo de vida, a saber que la situación que aparentaba era real. Dolorosamente real, como una broma del destino recalcándole lo que jamás podría tener, porque su cuerpo estaba demasiado seco para eso. -Date prisa Loki, no quiero pensar demás.

-No me digas qué hacer. -Reprendió, sólo para ocultar el dolor que sentía el otro era compartido, el mismo no era capaz de imaginarse su vida sin cada uno de sus hijos, era una locura, algo terrible, ellos junto a Thor, daban luz a cada sombra que su pasado quisiera acechar. Mezcló una hierba extraña, que Tony podía jurar era marihuana, con un líquido de color azul índigo, que bien podía ser pintura para él, no estaba muy familiarizado con los pasatiempos viejos de su amigo.

-Pregunta, ¿Voy a tener que beber algo raro otra vez? -Porque de ser así, prefiero quedarme con la duda y esperar unos ocho o nueve meses…-No, tampoco era gran fanático de ingerir los menjurjes extravagantes del hechicero.

-De todo de quejas en esta vida. -Necesitaba mantener viva la plática, y nada mejor que atacarlo, aquello siempre funcionaba, como aquel día en que había golpeado accidentalmente su cabeza con una vasija, en su defensa, Tony podía decir chistes jodidamente malos cuando estaba ebrio. Igual, sobrio tampoco era muy buen comediante. -Pero no, está poción no es para ingerirse, es untable si eso es lo que te preocupa. -El castaño se sintió menos miserable en ese instante, en su opinión, todo medicamento en la vida debería ser untable.

Loki le alzó la camisa, revelando su abdomen, bien, bien, no estaba delgado como un mondadientes como años atrás, donde los episodios eran más desgastantes y siempre terminaba por evadir gran parte de alimentos gracias a los sedantes que le mantenían enclaustrado en una cama sin poder abrir los ojos; incluso llegó a notar que tal vez había un kilito de más por ahí, cosa que no iba a revelar porque terminaría ganándose el odio eterno por parte de Anthony, y por más que amara molestarlo, su físico eran aspectos con los que no se metían, y eso era un acuerdo mutuo.

-Está un poco frío, voy a ponerlo alrededor de tu vientre, si se torna rojo sangre, bienvenido a la paternidad, si se permanece igual, te regalo un perro. -Tony hubiese dicho algo mordaz con esa lengua tan filosa, pero ya se encontraba con demasiadas ganas de regresar a su sueño vespertino. 

-¿Cómo va tu vida en matrimonio? -Preguntó Thor, Steve le había ofrecido una cerveza, de las que necesitaba se acabaran en el refrigerador para evitar desecharlas pero tampoco queriendo que Tony las bebiera. -¿Mis consejos pudieron orientar tu camino con el de el caballero Stark?

-Eh...-Sí y no eran respuestas ambiguas y verdaderas a su manera. -Maldita sea, sus ojos le escrutaban, deseoso de saber la respuesta. -¿No tendrás más consejos por ahí? Siempre es bueno tener información extra…-Sí, eso no había salido tan mal, seguía siendo educado.

-¡Claro que sí! Siempre compartiré mi sabiduría a mis compañeros de batalla. -Con Silverts quieto pero mordiendo su cabello, se acercó a la pañalera eterna que llevaban a todos lados desde el nacimiento de su primera hija. -Es mi cuaderno de notas. -Se lo entregó después de rebuscar alrededor de cinco minutos, entre pañales, biberones y juguetes. -Yo lo escribí, puedes quedártelo y dáselo a alguien más cuando veas que se tope con un omega peculiar, podrías salvarle la vida. -Aquello se lo había dicho realmente convencido de sus palabras.

-Bien…Me encargaré de pasar tu legado, a Peter o no sé. -Le sonrió casi sin forzarse para después darle un vistazo a la libreta que se le había entregado, estaba descuidada y manchada con papillas de bebé, tenía rayones esforzándose por parecer rostros humanoides, que supuso serían los hijos medianos del rubio mayor, sin darse cuenta, quedó anhelando tener una fila de chiquillos esperando su turno por subirse a los columpios, o subirse a una resbaladilla, no le importaba en lo absoluto si tenían el cabello como el sol, o el chocolate, si eran alfas, betas u omegas, que se pareciesen a él o a Tony.

 

-Creí que dijiste que no habría celulares en la cama. -La voz de Bruce sonaba más rasposa en la madrugada, cuando la luz de la pantalla le daba directo en la cama, Natasha parecía que no había pegado ojo alguno en toda la noche y le dedicó un semblante serio que hizo despabilar por completo al científico. -¿Sucede algo?

-Tal vez. -Por el tono de misterio no parecía estar bromeado y aquello preocupó más a su compañero. -Al parecer alguien está volviendo a las andadas. -No parecía querer dar explicaciones y aquello sólo lo hacía cuando carecía de seguridad en un asunto, cosa poco común.

-¿Loki? -Si ella afirmaba esa propuesta, dudaría por completo de la veracidad de la misma, no iban a mentir, SHIELD seguía vigilándolo, de cerca y de lejos, a escondidas de Thor por supuesto, ya que si éste se enteraba de que estaban violando la privacidad de su gran amor, desatarían su furia, y Fury tenía suficiente con un Tony travieso como para lidiar también con un Thor colérico, además, Loki se encontraba satisfecho con su vida enlazada a la del Dios del Trueno, así que no había razón alguna para que volviese a sus arranques anteriores.

-No, no, sus salidas más preocupantes son a casa de Stark. -Detectó cierto toque de humor en esa frase, cosa cierta, Stark era un dolor de cabeza y si se mezclaba con Loki se creaba una migraña monumental que ni el medicamento más potente podría contener. -Pero no, esta vez no es de Loki quien me preocupa.

-¿Nat? -Bien, no le gustaba a dónde estaba yendo esa plática nocturna, la espía terminó por apagar el teléfono y dejarlo al lado de la cama, para volver a enredarse en las sábanas y mirar directo a los ojos su beta.

-Sabes que el mundo es estúpido, ¿No? -Bueno, él era más de creer que había una cantidad de gente estúpida en el mundo, pero no todo el mundo. -Y todavía hay estúpidos que creen en la supremacía Alfa, que los omegas vertederos de semen y los betas nuestros sirvientes. -Claro, sabía que todavía ese pensamiento primitivo moraba en el planeta, y lamentablemente no era una minoría que se podría pasar desapercibida.

-Bueno, yo podría ser tu sirviente si me lo pidieras. -Oh, oh, bueno, podían ponerse cariñosos, en segundas intenciones a ella jamás le molestaba, no obstante, también quería zanjar ese asunto. -Pero a qué viene todo esto. -Preguntó, con el sueño subiéndosele cada vez más a la cabeza.

-Siempre es bueno saberlo. -Demasiado tiempo juntos le dejaba claro que no estaba siendo del todo sincera, que nunca podría serlo, era Natasha después de todo, esa mujer era un secreto sin revelar. -Cuando el viento sopla con fuerza, uno siempre debe fortalecer los lazos con los seres que ama. -Tenía sentido lo que decía y lo que hacía en contraste a lo que quería dar a entender, ahora sólo faltaba averiguar, ¿Qué o quién era el viento del que hablaba?

 

Notas finales:

¡Hola chiquitos! 

Espero que les guste el capítulo de hoy, gracias a todos por sus comentarios, hoy de ley los respondo, les recuerdo que de aqui en adelante ya llega el toque obscuro. Besos.


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