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Los Alfas del señor Stark por Evanences

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Capítulo 12: Adiós.


Reyiris se caracterizaba por haber ser una niña observadora y hábil con los detalles más ínfimos posibles, y claro, por sus corazonadas infalibles, por ejemplos, ese día, muy temprano por la mañana, demasiado temprano siendo honestos, observó a su padre salir de casa, e intentó detenerlo, poniendo ese rostro lloroso que hacía que Thor se derritiera.


-¿Pasa algo, mi princesa? -Tenía el uniforme puesto, con la discreta insignia a cada lado del brazo, Loki se había encargado de trenzarle el cabello antes de que este volviese a enredarse en las sábanas, serían apenas las cinco y media de la mañana, por lo que le extrañaba que su pequeña mayor estuviese despierta.


-No vayas al trabajo hoy. -Dicho eso, sus labios se apretaron, en una rabieta desconocida para él, afortunadamente, sus hijos no eran en lo absoluto berrinchudos, entendían órdenes cual soldados, cuando se decía ‘’No’’ era un no total, y ninguna fuerza existente era capaz de hacerlos cambiar de opinión, y ella siempre había comprendido que tenía que dejar la casa muy temprano y regresar muy tarde, porque ese era su trabajo. -No vayas nunca más. -Así que esa clase de sentencias escapaban de su comprensión.


-Vida mía. -Se acuclilló y le limpió las lágrimas furtivas que bajaron sin su permiso por esas mejillas pálidas. -Sabes que tengo que irme, pero siempre regreso, ¿O no? Tal vez tarde, y si es un día bastante malo hasta el mañana siguiente, pero siempre, siempre, voy a regresar, en nuestra morada descansa todo lo que amo, tú, tus hermanitos, Loki, todo lo que quiero de cualquier mundo está aquí, así que no hay razones para temer. -Ella no dijo nada más, porque realmente no era capaz de explicar qué pasaba por su mente, era incapaz de traducir el dolor candente de su pecho que le avisaba que algo andaba mal, detestó tanto que sus habilidades todavía fueran habilidades a medias, incompletas y en desarrollo.


-Rey, ve al pasillo de lácteos y con Viccrán y escojan qué postres querrán para la semana, por favor. -No era anormal que Loki fuese quien se encargara de las compras, después de todo, él era el amo de su casa y él único que podía decidir qué alimentos pasarían de la cocina a la mesa para la nutrición de sus vástagos y consorte. En tanto, Sindra se encontraba demasiado ocupada mordisqueando los juguetes anteriormente babeados de Silverts, tenía cuatro años, y aunque era muy capaz de caminar, había pedido amablemente sentarse en la canasta grande del carrito de compras, dado a que el menor de los alfas estaba en la canastilla para infantes, de Sindra seguía Viccrán, con cinco años, quien ya asistía a kindergarden, junto a su hermana, siendo Reyiris la mayor, siete años.


-Sí, padre. -Dijo, aceptando la canasta pequeña e individual, fue demasiado formal y aquello le hizo levantar la vista, creyó que quizá estaría enojada, pero lo dudaba, siempre estaba muy pendiente de sus hijos y no recordaba que hubiese algún infortunio para que afectara al firme temperamento de su hija mayor. Le vio tomar de la mano a Viccrán, quien tenía la costumbre de salir corriendo cuando algo llamaba su atención, le recordaba mucho a Thor.


Rey continuaba viendo entre los estantes de diversas marcas, buscando aquellas con las cuales se había familiarizado anteriormente, su hermano casi tuvo que gritarle para ganar su atención, estaba demasiado distraída, inquieta, cuando terminó de echar el último flan dentro, soltó de inmediato la canasta, Vic le miró molesto. -¡Tiraste todo! -Reprendió, pero a ella no podía importarle menos los estúpidos dulces. -¿A dónde vas? -Ellos eran demasiado pequeños para detectar el peligro con sus olfatos infantiles, pero ella era muy consciente, jaló al menor con fuerza y rápidamente con la mirada buscó a su padre.


Loki estaba en el mismo sitio donde le había dejado, seguía viendo los diferentes tipos de sopa, aquello era importante, porque a ella le gustaban las que tenían colores, pero a él las de coronas, y al resto de sus hijos les daba malditamente igual, Sindra tambaleaba entre dormirse o seguir mordiendo los juguetes de su hermano, los tres demasiado ocupados en darse cuenta de la situación en la que estaban, tras ellos se encontraba una manada de alfas, de pupilas dilatadas, saboreándose.


¿Qué mierda estaba sucediendo? Ellos habían acudido a ese centro comercial desde que tenían memoria, y jamás habían llegado a tener un incidente, si bien los alfas todavía se encontraban a una distancia prudente, algunos 30 metros de Loki y los niños, ella podría oler desde un kilómetro su libido encendido de aquellos siete hombres, comandados por una alfa. -¡Papá! -Le llamó a tiempo, él volteó inmediatamente, extrañado de que Rey alzará la voz en público, siempre cuidaba mucho la compostura, y ahora parecía desesperada.  Loki también se dio cuenta, fue un cambió radical en el ambiente, la tranquilidad se había esfumado, la violencia de los alfa se había hecho presente, todo fue un caso a partir de entonces, alfas luchando contra betas y omegas siendo ultrajados públicamente, Silverts despertó ante la hostilidad y Loki lo acunó contra su pecho, con una mana apresando a la de Sindra, la segunda más pequeña, una mirada cruzada con Rey indicó que ella se haría cargo de Viccrán y que debían correr a la salida.


En otra ocasión hubiera se hubiera quedado a ayudar, no era del tipo bondadoso u heroico, quedaba mejor con malvado e indiferente, pero detestaba a los alfas humanos que creían podían hacer lo que quisiesen, además, tenía a sus pequeños asustados, pequeños alfas que no eran capaces de defenderse todavía, al menos Silverts y Sindra, Viccrán poseía una fuerza sobrehumana, y Rey…Bueno, era su réplica.


Su prioridad ahora era sacarlos de ahí, el lugar no era seguro, un paso afuera y se dio cuenta, de que, pues, ¡Ninguna parte de la puta ciudad era segura! El departamento de policía se encontraba hecho un caos, discutiendo entre ellos y disparándose, ¡Alfas estúpidos! Necesitaban buscar su maldita camioneta, meter a sus hijos e irse a un lugar seguro, también necesitaba llamar a Thor, ¡Thor! ¿Dónde mierda estaba SHIELD en este momento? ¡Ah! Pero no fuera él que estuviera bajo sospecha, porque ahí estaba la mitad del ejército americano tras su cabeza.


Obviamente, no era capaz de conducir, y jamás aceptaría trasladarse en un transporte público, ¿Acaso era un mortal, en su defecto, pobre? ¡Por favor! Su mejor amigo era Tony Stark, nunca se subiría en un vulgar autobús  colectivo, imposible con cuatro niños pequeños, razón por la que su vehículo era controlado por voz, sólo tenía que decir el lugar al que quería ir, y listo, cuando se aseguró de que sus hijos estaban sentaditos y asegurados, arrancaron a una velocidad que no se esperaba, pero que agradecía.


-¿Thor? ¿Estás ahí? ¡Contéstame, maldita sea! -Era terrible, el auto se encontraba sellado y aún así podía oler las feromonas asfixiantes de los alfas fuera del auto, más de una vez volteaba la mirada hacia sus hijos para cerciorarse de que se encontraban salvos, el auto se movía con brusquedad, esquivando varios obstáculos, los conductores se bajaban de sus propios automóviles para golpearse unos con otros, era un escenario terrible, la ciudad era un campo de batalla, el más grande que había visto. Creyó ver gente cayendo de edificios.  


No estaba seguro de qué había desatado aquello, el planeta tierra no era exactamente un sitio de igualdad Alfa-omega, pero sí era un equilibrio del cual Asgard debería de sentir envidia y la tierra orgullo.


-¡Loki! ¡Sé lo que pasa! ¡Bueno, no lo sé, pero es peligroso! En SHILED también ha sido infectado por la ira y la destrucción, la mitad son betas y la otra alfas, están luchando unos a otros, no me es difícil salir de aquí, no puedo ayudarlos, están demasiado enfrascados en destruirse mutuamente, separo a uno y otro más muere, mi preocupación ahora es encontrar a nuestro amigo Anthony.


-¿Qué? ¿El idiota ese está en la base? -Aquello lo dijo entre una mezcla de miedo e impresión. -¡Le dije que se quedara en casa! ¡Está en proceso de recuperación, es una gestación de alto riesgo! -No realmente, pero le había dicho eso a Stark para que estuviera quieto y seguro en la torre, había cumplido cuatro meses hacía dos semanas y media, su corazón latía con fuerza y salud, el bebé que se desarrollaba dentro de él también, parecía que le brindaba más fuerza a cada latido que daba. Jamás le había visto tan feliz desde que le había conocido, tanto Peter como Steve estaban insoportables, sin querer dejarle un solo minuto a solas, temían hasta que el sol le golpease demasiado en su rostro, Tony parecía divertirla en cierta manera tener a ambos héroes vigilándole, demasiado sumido en su burbuja de felicidad como para molestarse.


-¡Dijo que sólo venía de visita! No se había presentado aquí desde que recibió la noticia de su primogénito biológico. -Thor debía de estar en apuros, porque de fondo escuchó el rugido de Hulk.


Nunca había sido gran fanático de Midgard, lo consideraba un mundo insulso, mediocre y primitivo, tanto la tierra misma como a su población, exceptuando claro, a unos cuántos mortales que se habían ganado su corazón de piedra, no era un admirador carcomido como su hermano, quien se había proclamado asimismo protector de ese planeta, no obstante, a él le gustaba vivir ahí, era un mundo tranquilo, tenía una casa preciosa y llena de hijos, con un alfa con quien velar mutuamente, y a amigos más que cercanos a su persona, así que sí, le dolía ver a su hogar cayéndose a pedazos.



-¿Te encuentras bien, cap? -Preguntó cuando accidentalmente soltó la bebida que le había ofrecido con anterioridad, el motivo de su llegada había sido por petición de Fury, el motivo no se lo revelaría hasta que llegase a las instalaciones, claro que pudo haberlo mandado a la mierda, estaba demasiado ocupado tomando su siesta matutina, no obstante, la curiosidad le había picado y terminó por aceptar la invitación. Total, aquello significaba que podría coquetear con su soldado durante el día, Peter se encontraba en la escuela, apenas serían los primeros días de clase, nada realmente interesante, a palabras del castaño menor y este hubiera preferido quedarse en casa, pero Tony no lo permitió. -¿Cap? -Preguntó con la preocupación más latente cuando el vio a su capitán negar, presionando dos de sus dedos contra su sien, ¿Tendría alguna migraña? Tal vez, él solía tenerlas a menudo, antes de tener a Peter en su vida. Extendió sus manos hasta el rostro de Steve, queriendo tranquilizarlo con su aroma, y este le sujetó las muñecas con más fuerza de la necesaria, sorprendiéndolo en al instante. -¡Ey, ey! -Entonces su alfa alzó la mirada, aquellos trozos de un azul cielo en un día de verano no estaban, era una mirada invernal. Tragó saliva.


-…-El otro no le decía nada, sólo se dedicó a sostenerle ya olfatearle, dio una caricia en su vientre, todavía era muy pequeño, no había sentido movimiento alguno, quizá sí, demasiado leve para ser percibido, Steve hinchó el pecho, orgulloso de saber que su descendencia venía en camino, observó a Tony, como cuando se mira un trozo de carne en un supermercado, bueno, era un buen trozo de carne, no dudaba de la calidad de ese espécimen, caderas anchas, el parto no se dificultaría en lo absoluto, su estatura estaba ligeramente debajo del promedio, pasó sus palmas extendidas por sus piernas, Tony se quejó, incómodo todavía con el agarre, pero demasiado inteligente para  provocar a ese Steve que desconocía, el grosor de sus muslos era suficiente para él, y sentía la suavidad por encima de la tela, la fragancia que desprendía también era de su agrado, ¡Vaya que ese omega valía la pena! No era como los demás que pululaban a su alrededor, con esas curvas demasiado pronunciadas y la delicadeza de una mujer, sin un solo vello que no se encontrase en las cejas, pestañas, o cabello, ese omega tenía características masculinas marcadas, y estaba seguro que sobreviviría a más camadas, que sería capaz de aguantar los tratos de un alfa como él, era de una buena casta, necesitaba un compañero resistente. Detestaba en demasía a los omegas débiles y quejosos, que ante parecían romperse hasta con el mínimo soplo del viento.


-¿Stevie? ¿Puedes soltarme? -Le pidió con docilidad, no era tan estúpido como para darse el lujo de hacerle un desplante y hacer crecentar la ira de ese hombre, y decía hombre porque ese no era su dulce capitán. Incluso su aroma era diferente, menos amable y más peligroso, olía a violencia, a una persona que no conocía. El rubio le miraba, como si estuviese frente a su cena, se relamió los labios y le empujó con violencia hacia el escritorio más cercano, se encontraban en el zona donde su alfa solía construir y practicar sus estrategias. Se asustó, afortunadamente no fue un golpe serio, pero dudaba que él o su vástago salieran ilesos si había un encuentro sexual. -No sabes cómo amaría un batido de chocolate ahora mismo. -Aquello casi lo había dicho con los labios apretados.


-Si tu alfa no te ha pedido que hables, entonces simplemente no hablas…-Estaba seguro que ahí venía una cátedra de cual inferior era su existencia en la sociedad, Howard le daba en las escasas ocasiones que le veía, pero el omega se juró a su persona jamás escuchar un insulto de esa manera, una denigración, nunca. No importaba cuánto amase a ese hombre, por el momento, estaba ignorando el dolor de su pecho y quería aferrarse a la idea de que ese no era su Stevie.


El cuerpo de Steve fue arrojado al otro lado de la habitación con una fuerza no humana, Jarvis había respondido a su llamado secreto y ahora se encontraba combatiendo los embates que Rogers le encestaba, estaba fuera de sí, intentando arrancarle la metálica cabeza, ¡Tenía que avisarle a los demás que Steve no tenía control en ese momento! ¡Qué era un peligro y que debían ayudarlo a estabilizarlo! Las puertas se abrieron de par en par, dispuesto a gritar por ayuda, grande fue su sorpresa cuando vio a Natasha teniendo atrapado a Clint en una llave donde impedía movimiento alguno, ¡No, no! ¿¡Qué estaba sucediendo en ese momento!? ¿Dónde estaba Banner? ¡Necesitaba que ese hombre llegara a encontrar a esa Alfa loca! Aquello no fue lo único que lo desconcertó, llegó a marearse y tener que sostenerse en una pared, era una bomba de feromonas llegando hasta él, alfas muy enojados queriendo extirparse, de una manera nada amable, los órganos mutuamente. Natasha pareció perder interés en el beta que se encontraba forzando, después de todo, un omega preñado siempre despedía un aroma mejor que un beta insípido, tenía la misma mirada que su amado Steve, fría, hambrienta y con las pupilas dilatadas. Eso era una maldita pesadilla, pero lo entendía, no exactamente, no encontraba la razón del caos que estaba presente, pero sí entendía que estaba jodido, era el único omega en todas las instalaciones, o se mataban entre ellos hasta llegar hasta él, o sería una violación tumultuosa en la que estaba seguro, ni él bebé o él sobrevivirían, Clint pareció darse cuenta de ello, porque atrajo nuevamente la atención de Natasha tacleándola. -¡La detendré! ¡Ahora corre! -No se lo tuvieron que decir más dos veces, su instinto de supervivencia fue efectivo y rápido, sus piernas dieron paso a la carrera, se mantenía en un bajo perfil, intentando controlar su aroma, tomando con firmeza sus emociones desbordantes, entiéndase en ese momento como el miedo y la adrenalina.


A lo lejos vio a sus viejos reclutas, peleándose por los betas, quienes eran lo más cercano a un omega en ese momento, y estos no se quedaban atrás, estaban dando una buena batalla, casi gritó cuando las peleas que estaban sucediendo en los pisos superiores descendieron accidentalmente hasta la planta baja, una mujer cayó desde lo alto, no tuvo tiempo de ver esparcidos sus sesos cuando sintió que le detenían de los hombros. Era Thor, aquello lo asustó más, de todos los alfas que podrían ultrajarlo, Thor era el último, el rostro de Loki lo tenía grabado en la mente, un Loki destrozado.


-¡Compañero! ¡Debes tranquilizarte! ¡Es necesario una mente fría y crítica para escapar con vida de este trágico escenario! -Tenía a Mjolnir colgando de una mano, un ensangrentado Mljolnir, no obstante, ese alfa le miraba con preocupación, sus ojos eran cálidos todavía. -Ven. -Aun había desconfianza en su mirada, pero era Thor de quien se hablaba, ese gigante gentil que sólo quería ayudarlo, le rodeó con delicadeza y le hizo caminar, no estaba seguro si sus problemas cardíacos estaban volviendo, pero no se sentía bien, el rubio le sujetó con firmeza, no fueron a la salida más cercana, pero la mente del castaño se había bloqueado en ese momento, demasiados olores, demasiada hostilidad en el aire, ¿Estaban subiendo escaleras? Esperaba que no, no tenía mucha fuerza en las piernas ahora, sólo quería tirarse al suelo y quedarse ahí hasta nuevo aviso.


Fugazmente pensó en Peter, ¿Dónde estaría su pequeño? ¿Sería una sombra de la dulzura que le profesaba desde la niñez? ¿Estaría forzando Gwen? Quería pensar que sería lo suficientemente fuerte para resistir y respetarla. Subieron hasta la pista de aterrizaje, curiosamente, era el lugar más solitario hasta ahora, claro, habían algunos cuantos agentes, demasiado ocupados haciéndose mierda como para percatarse de ello.


Thor estaba tan orgulloso en ese momento, Loki les esperaba en el Quinjet ahora mismo, ¿cómo se las había ingeniado para robarlo? No lo sabía, pero se alegraba en lo profundo de su corazón que todavía conservara sus habilidades cleptómanas, Tony entonces sí sintió ganas de correr, cuando Peter le gritaba a través del vidrio, se mostraba exactamente como el compañero de Loki. Cuerdo. Aunque no entendía por qué le estaba gritando.


Steve estaba detrás, a varios metros de distancia, jadeante, con la boca reventada a golpes, pero con la cabeza de su armadura en una mano, sus ojos estaban inyectados en sangre, y varias venas resaltaban en su rostro, cuello y brazos, estaba más que furioso. -Anthony. -Pronunció con peligro. Nadie era capaz de soltar siquiera el aire que se guardaba en los pulmones. -Regresa en este instante. -Algo en Tony se rompió, y algo nuevo surgió. No sabía que estaba pasando, reiteraba, no tenía idea alguna de qué había afectado de esa manera a los alfas, o por qué, quién era el culpa y todas esas incógnitas que habían destruido su felicidad. -Tu alfa…


-Cállate. Tú no eres mi alfa, y aunque lo fueras, yo no te obedezco. Estúpido primitivo. -Aquello había dejado de piedra a Steve, quien lanzó la cabeza a una distancia cercana a la suya. Estaba bien, la armadura no era nada, el verdadero Jarvis vivía en sus computadoras centrales, (y su corazón) era sólo el cascarón, y como cascarones podía hacer un millón. Peter le extendió las manos para ayudarle a subir, Thor le dio un empujón, y no importaba, aunque Steve corriera todo lo que quisiera, ellos despegaron antes de que llegar hasta ellos.


Aquello había sido un desafío directo entre Alfa-omega, y todos lo sabían, eso jamás sucedía, incluso la marca llegaba a ponerse en peligro, pero a el genio estaba más interesado en que su hijo saliese ileso, como para ponerse pensar en otra cosa, asimismo, no era sólo cuestión del desafío, sino del explícito insulto del omega al alfa, donde el primero no sólo desestimaba su autoridad sobre él, donde despreciaba la naturaleza del alfa y de su unión.


Peter le abrazó en cuanto estuvieron a salvo, tenía un golpe adornándole el rostro, le disgustó muchísimo, más con la mirada lloroso, de cachorro herido, que le presentaba.


-No sé qué pasó, estábamos en la escuela, hubo un silencio súbito y todo el mundo estaba atacándose, escondí a Gwen tras mía y la saqué de ahí cómo pude, hice lo mismo con el resto de mis compañeros omega, ¡En un momento resolvíamos ecuaciones y al otro intentaban matarse mutuamente! ¡Era horrible! -Tony le miraba, escuchando cada palabra, dejando que su alfita sacara todo el temor que había sentido. -Llegó su padre, me agradeció rápidamente y se la llevó, dijo que estaría a salvo en el búnker.


-¿Por qué no han sido afectados? -Preguntó el castaño, ¡No se quejaba, claro que no! Pero era vital saber el porqué eran inmunes a ese, ¿Virus? ¡Ni siquiera era seguro llamarlo así! Pero era la palabra más cercana que podía hallar. -¿Pet? -Este se encontraba todavía aturdido por los recientes eventos. Sintió la mejilla del húmeda del muchacho restregarse contra la suya y le abrazó con fuerza. A él también le dolía el desprendimiento violento de Steve, el rechazo de Tony hacia él. -Vamos a estar bien. -Le prometió, no tenía noción de cómo, pero había mantenido vivo al chico todos esos años. Necesitaba respirar, sentía pesado el aire dentro de la nave, negó sentarse y se dirigió hasta la cabina central, necesitaban toda la ayuda posible para pilotear y no estrellarse, a saber, cómo estaría el tráfico aéreo. -Quédate aquí, cuida a los más pequeños. Viccrán abrazaba a una dormida Sindra, Rey estaba con ellos, cuidando de Silverts. Loki y Thor estaban demasiado ocupados viendo una ruta para un lugar desconocido. Peter no estaba muy de acuerdo con ello, amaba a esos niños, eran agradables y cariñosos con él, olía a Tony después de todo, pero no estaba seguro de la estabilidad del mismo.


Thor había aprendido mucho desde su llegada a Midgard, era uno más de ellos, esas clases de pilotaje le habían servido muy bien, pero no tenía la seguridad para ir por ahí, Loki menos aún, ‘’Esas cosas no van conmigo’’, y tenía mucha razón, por eso mismo había localizado a Peter, si iba a robar ese armatoste, mínimo, ¡Mínimo! Necesitaba a alguien que supiera cómo funcionaba, ahora, Peter tampoco era el gran maestro, y sí, había chocado ligeramente en dos ocasiones, pero ¿Llegaron o no a su destino?


-Un espacio, Loks. -El desánimo era palpable, pero aún así, no dejaba que se notase, el mencionado frunció los labios, detestando con cada fibra de su ser cuando el castaño se ponía de aquella manera, se puso de pie en el asiento de copiloto, le hubiese abrazado, pero le conocía y sería un drama total, así que optó por darle una buena palmada en la espalda.


-Sea lo que tengas que hacer, date prisa, voy a revisar cómo va ese pequeño engendro. -Tony hizo una lucha por sonreír y falló.


Se sentó con pesadez, al lado de Thor, quien le miraba expectante de cualquier reacción, le vio picar varios botones en el tablero, botones que ni él sabía para qué existían, se limitaba a lo básico: Que el avión no cayese o se incendiase. -No queremos ser rastreados, ¿Cierto? -No quería tocar el tema del capitán, al menos no directamente. -¿Alguna teoría de los sucesos acontecidos? -Su mirada estaba al frente, afortunadamente, el cinturón de seguridad todavía abarcaba su creciente vientre, estaba a punto de que el feto pasara de un ligero bulto, a una pronunciada curvatura.


-Algo así. -Habló despacio. -Bueno, Loki es el de las ideas. -Dijo feliz de presumirlo. -Creemos que salí ileso porque no soy humano. -Tenía sentido. -Soy alfa, pero provengo de otro mundo, este ‘’brote’’ no pudo contra mi organismo. -Tony asintió, era razonable para él.


-En Peter tampoco. -Su tono era bajo y Thor casi tenía que esforzarse para poder entenderlo.


-¿Sus habilidades tendrán algo que ver? -Eso pensó el rubio, siempre podría haber una e


-Si de habilidades hablamos…-Habló Loki, quien veía con genuina ternura como Peter les explicaba a los más pequeños cómo funcionaban las telarañas de su traje, para ese punto, Silverts ya había demandado atención por parte de su alguna vez gestante padre, de todos sus hijos, ese pequeño era quien más le había demandado atención. -El suero del super soldado hubiese protegido al vejete.


-…-Tony no dijo nada, pero estaba consciente de esa posibilidad. Thor notó que su máscara cayó un poco más ante la mención y rápidamente se apresuró a ponerla en su lugar, cambiando te tema.


-Peter.


-¿sí?


-¿Eres virgen?


¡Ah! Realmente eso no estaba en sus planes, sus mejillas ardieron y se sintió estúpido por eso, los más pequeños reían de esa reacción, incluso Rey, ¡Hasta llegaron a picarle las mejillas y costillas, sólo para acrecentar su bochorno! -Sí. -Y Loki dio una suave sonrisa.


-Ahí tienen su respuesta. -Aquello lo había dicho Loki. -Tal vez sólo haya afectado a los alfas con un despertar sexual. -Peter ya no era capaz de sostener la mirada, era un tema que sólo trataba con Tony. Con una pared en medio de ellos. Por código morse.


-Dejen de avergonzarlo, eso es trabajo mío. -Y era cierto, su cachorro sólo debía ser avergonzado por su omega. -No quiero volar en círculos, así que díganme un punto seguro dónde aterrizar.


-No hay sitios seguros. -Habló Thor. -No los habrá en un tiempo, hasta que encontremos la cura.


-Bien. -Accedió de mala gana, respiró un par de veces para calmarse. -Iremos a la torre, estoy seguro que de hallaremos la manera…-Pero la mirada de Thor le decía que dejara de soñar, no había manera de llegar salvos, en caso de que fuese así, habría un momento en el que tendrían necesidad de alimentos, agua, medicamentos…Demasiadas cosas que no eran eternas y que probablemente no tenían de reserva. -¿Cuál es tu idea, genio? -Thor dio una mirada a Loki, pidiéndole permiso, el pelinegro pareció pensarlo un par de veces.


-Si no hay otra alternativa…-Dijo con la voz sedosa, y ¡Uy! Tampoco se miraba de muy buen humor, ¡Genial! ¡Dos omegas con ganas de destruir el mundo! Nada mejor para empezar un lunes por la mañana, sencillamente maravilloso.


-Me estoy perdiendo de algo aquí y eso no me gusta. -Amenazó el castaño, alzó la ceja, interrogante al ver que Thor se ponía de pie, dejándole los controles a Tony, que a su vez llamó a Peter, Loki se revisó que todos sus hijos estuviesen sujetos y seguros y a salvos en sus respectivos asientos, incluso él mismo llegó a sentarse y ponerse el cinturón. -En serio…Si me dicen qué está pasando por sus mentes, no me molestaría en absoluto. -Pero la pareja permanecía en silencio. -Loki, ¿Por qué Thor se dirige a la puerta? -Aquello lo dijo vacilante. Peter le devolvía la misma mirada nerviosa e inquieta.


-No me pierdan de vista, abriré el portal y tienen que pasar después de mí. -¡Ah! Claro, el portal, ¿Cómo no lo pensó antes? ¿¡Acaso ese hombre estaba idiota?! ¡No podían dejar la tierra! No tuvo oportunidad de gritarle eso directo al rostro, no cuando el hombretón no lo pensó dos veces en abrir la puerta y saltar.


-¿Portal? ¿Se refiere a…? -Peter olvidó maniobrar por un segundo, y la nave dio una horrorosa vuelta innecesaria, los niños gritaban en la parte trasera, bastantes alegres y emocionados ante las cosquillas que sentían en el vientre ante los giros salvajes e innecesarios. No obstante, Loki no se miraba muy contento y abrazaba a Silverts contra sí. -Lo último que estaban seguros, escucharon y vieron, fue el grito de Thor,  el cielo abriéndose y succionándolos de manera agresiva, para después estrellarse.

Notas finales:

¡Juro solemnemente que mañana contestaré sus comentarios! Me han hecho muy felz y los adoro, pero estoy muriéndome de sueño ;_____: 

Espero les haya gustado ese capítulo, me llegó a la mente y dije, ''SS, tienes que escribirlo, sí o sí'' Y bueno, llegamos a una parte importante (y peligrosa) del fanfic. Los amo.

¿Me tardé? ¡Vale la pena (creo yo), fueron más de mis habituales tres mil palabras! 


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