— Chicos, me voy. – Seungcheol llevaba su maleta lista y una mochila al hombro. – El viaje durará casi 4 días.
— Espero tengas cuidado, hyung. – Wonwoo abandonó su lectura y el sofá, para ir a donde estaba Seungcheol.
— Que disfrutes tu viaje, Cheol. – Hansol salía de la cocina, y se recargó en el marco de la puerta.
— Aprende mucho y no te lastimes. – Dijeron Wonwoo y Hansol al mismo tiempo, a lo que ambos fruncieron el ceño y Seungcheol suspiró resignado.
— En serio, parecen niños. Dejen ya de estar enojados. – Seungcheol comprobó la hora en su reloj. – Bueno, debo irme para llegar a tiempo al aeropuerto. Cuídense y espero que cuando vuelva ya no estén peleados, o tendremos una seria platica.
Seungcheol se despidió de ambos con un abrazo y después salió de la casa. Wonwoo y Hansol se quedaron unos segundos observando la puerta, después ambos se dieron media vuelta y volvieron a sus actividades.
Wonwoo a su lectura y Hansol a la cocina.
Así pasaron todo el día, cada quien haciendo diferentes cosas. Si por accidente se topaban, ni siquiera se volteaban a ver.
Así hasta que llegó la noche y Wonwoo se fue a su habitación. Hansol se quedó en la sala, estudiando, como siempre. Aunque esta vez se sentía algo solo, pues estaba muy acostumbrado a estudiar acompañado de Wonwoo.
Eran casi las 3 de la mañana y Hansol aún se quebrada la cabeza tratando de entender ciertas ecuaciones, en otros momentos era más fácil pues Wonwoo le explicada.
Casi a las 4 de la mañana Hansol se quedó dormido, torcido para variar, sobre la mesa.
Wonwoo se había levantado por un vaso de agua, al pasar por la sala se topó con la imagen de Hansol dormido. No pudo evitar sonreír, se acercó a él y observo los libros que había estado leyendo.
— ¿Por qué estudias cosas tan avanzadas solo? – Dijo en voz baja para no despertarlo. A pesar de haber estado enojado con él todo el día, no tenía el corazón para dejarle ahí. Le meneó un poco del hombro. – Hansol, Hansol, a la cama. – Pero el menor sólo se quejó y no hizo ni el menor intento por despertarse. – Éste niño.
Suspiró resignado. Wonwoo no era muy fuerte, pero Hansol tampoco era muy pesado. Como pudo, el azabache se las arregló para tomar al extranjero en brazos y transportarlo hasta su habitación. Lo dejó caer casi sin cuidado alguno, lo que esta vez sí hizo que Hansol se despertara, al menor un poco.
— ¿Hm? ¿Won-hyung?
— Te habías quedado dormido en la sala, te acabo de traer a la cama. Son las 4 de la mañana, duerme. Lindos sueños.
Wonwoo se disponía a irse de la habitación, pero Hansol arrastró por la cama hasta él, tomándole de la muñeca.
— ¿Qué sucede?
— Duerme conmigo. – Le dijo Hansol, con la mirada clavada en el suelo.
— Creí que estabas enojado.
— Duerme conmigo. – Volvió a repetir, con ése tono infantil característicos de él.
— Está bien, niño.
Después de haber apagado todas las luces de la casa, ambos ya se hallaban acostados. Esta vez en la cama de Hansol.
Wonwoo miraba el techo, se le había asustado el sueño ya. Hansol estaba acostado de lado, dándole la espalda a Wonwoo. Aunque éste tampoco dormía.
— ¿No puedes dormir, niño? – Le preguntó Wonwoo.
— No. ¿Tú tampoco? – Se dio vuelta, para mirar al mayor.
— Hm… ya había dormido. Después de despertar y traerte aquí ya no.
— Estaba estudiando algo muy difícil, no entendí muchas fórmulas que venían en el libro. – Wonwoo dejó de mirar el techo para acostarse de lado y mirar a Hansol.
— Eso te pasa por querer estudiar algo tan avanzado, bobo. – El mayor usó una de sus manos para alborotar el cabello del chico. – Mañana las checamos, ¿te parece?
Hansol no pudo evitar sonreír y asintió un par de veces.
— Tuve una pesadilla. – Dijo Hansol al cabo de unos minutos de silencio.
— ¿Qué soñaste? – Ambos estaban frente a frente y bastante cerca, podían sentir el aliento del otro chocando en sus rostros.
— Soñé que un feo ogro raptaba a mi amigo más querido. – Dijo con tono infantil, nuevamente. Wonwoo sólo rio ante su comentario.
— ¿Ah sí? ¿Cómo se llamaba el ogro? Déjame adivinar, Kim Mingyu.
— Oh, ¿cómo adivinaste hyung? ¿Has soñado con el ogro también?
— No, lo intuí. – Su mano fue a parar a su cabello una vez más, después la bajó hasta la mejilla del más chico y la dejó ahí. – No me voy a alejar de ti. Lo siento por no haber podido ir a ver tu competencia, Mingyu me raptó.
— Me molesta Mingyu. – Hansol frunció el ceño al mencionarlo. – Antes había intentado ser su amigo, pero él siempre me evadió. Luego llegaste tú y te robó de mi lado. Antes no lo consideraba un enemigo, ahora sí.
— ¿Y yo soy el trofeo? – Pregunto Wonwoo arqueando las cejas.
— Si, un trofeo muy bonito. Te pondré en un estante así nadie te llevará de mi lado.
— Wow, ¿de dónde saca el tierno Hansol esos pensamientos psicópatas?
— Te quiero, Wonwoo.
— Y yo a ti, Hansol.
Hansol hizo un mohín en sus labios, y sin dudar se pegó casi por completo al mayor. Éste, como otras noches, le tomó por la cintura para abrazarlo.
— No, no me entiendes hyung. – Hansol suspiró, casi con resignación.
— ¿Hm? ¿Qué no entiendo?
— Que te quiero. – Volvió a repetir mirándolo a los ojos.
— Me lo has dicho muchas veces, claro que lo entiendo.
— No, no lo haces. – Hansol hundió su rostro en el cuello del azabache. – No me entiendes, no entiendes que te quiero.
— Ya te he dicho que sí, niño necio. – Wonwoo rio un poco, su cuello era una zona sensible y que Hansol hablara pegado a él le provocaba un poco de cosquillas.
— No, no entiendes. – Hansol lo miró a los ojos nuevamente, pasó sus brazos por el cuello de Wonwoo para abrazarlo. Su mirada fue fugazmente de sus ojos a los labios del azabache y los regresó nuevamente. – Yo te quiero, Jeon Wonwoo. Te quiero demasiado.
— Hansol, basta. Sabes que sí te entiendo. Somos amigos desde hace mucho, y sin intenciones de sonar presuntuoso, sé y estoy seguro que me quieres y mucho.
— Hyung es un bobo. – Hansol sonrió divertido, pero después volvió a su mirada seria. Soltó nuevamente un suspiro, sin despegar la mirada de los ojos de Wonwoo. – Yo… Lo siento… No puedo… - Wonwoo ni siquiera fue capaz de preguntarle a que se refería con eso último.
Cuando menos se dio cuenta, tenía los suaves labios de Hansol presionados contra los suyos. La sorpresa le llevó tiempo reaccionar, pero en cuanto estaba a punto de hacerlo, Hansol se despegó y hundió su rostro en el cuello de Wonwoo nuevamente.
— Lo siento… - Murmuró nuevamente y Wonwoo pudo sentir algo caliente sobre su hombro.
— ¿Estás… estás llorando? – Wonwoo trató de buscar el rostro de Hansol, pero ése no se dejaba, se hundía cada vez más en su cuello. – Hansol, mírame.
— No quiero. – Dijo con su voz congestionada.
— Hansol, mírame.
— No, no quiero.
— Hansol… por favor.
— ¿Para qué?
— Por favor.
Hansol dudó unos segundos, y después poco a poco despegó su rostro del cuello del mayor. Wonwoo en seguida llevo sus manos a las mejillas de este, y secó aquellos caminos de lágrimas.
— Siempre eres lindo, pero cuando lloras te pones bastante feo. – Bromeó Wonwoo, a lo que Hansol sólo soltó un quejido. Estuvo a punto de esconderse de nuevo, pero Wonwoo no lo dejó. – Hansol. Hansollie. Niño. Niño miedoso. Niño mimado. Niño celoso. – Wonwoo comenzó a decir aquellos apodos que solía usar con él, haciendo que Hansol sonriera un poco cada que escuchaba uno.
— Ése soy yo. Tú niño.
— Mi niño llorón. – Hansol hizo un mohín en sus labios, con lo cual Wonwoo sonrió con ternura. – Creo que te odio un poco, niño.
— ¿Me odias? – Hansol abrió sus ojos un poco sorprendido con aquel comentario.
— Sí, te odio, Chwe Hansol.
Hansol estaba a punto de separarse del mayor, pero se quedó estático cuando esta vez fue Wonwoo quien le besó. Hansol casi sentía que se derretía. Con algo de temor correspondió poco a poco al beso, Wonwoo al sentir esto se encargó de acercarse un poco más a él.
Fue un beso puro, casto. Sin subirse de tono.
En cuanto Wonwoo se despegó, lo primero que observo fue a Hansol con los ojos abiertos de par en par, aún llenos de lágrimas y las mejillas regordetas de este completamente rojas.
— Si vas a seguir sonrojándote así, me vas a hacer besarte mucho, idiota.
Hansol no pudo evitar sonrojarse aún más tras ése comentario, y Wonwoo cumplió lo dicho, se acercó a besarlo nuevamente, pero esta vez sólo fue un beso fugaz en sus labios.