Una de la mañana y la habitación está en completo silencio, no hay pasteles miniaturas, no hay velas, no hay canciones de feliz cumpleaños, ni besos adormilados. Es el tercer año que llega esta fecha, es el tercer año que finjo una sonrisa y agradezco a todos sus buenos deseos antes de dejarme hundir en mi cama con un cigarro entre los dedos, es el tercer año que paso un cumpleaños sin ti a mi lado.
Porque cometí un error, porque siempre me advertiste de lo descuidado que era en mis palabras y de como un día eso me costaría caro, pero no sabía que ese precio iba a ser tan alto que no pudiese ser pagado, ¿y soy el único culpable?, ¿soy el único que cometió errores?. Wu Yi Fan, ¿soy el único que sigue extrañando el “nosotros”?...
Seis de la mañana y el día inicia, dos horas en el gimnasio con los audífonos puestos a todo volumen, y con la televisión en el canal de las noticias, “porque hay que estar enterados de lo que pasa fuera del mundo artístico”, solías decirme, y a mi me parecía una tontería, y ahora es una de las pocas actividades que me recuerdan a nosotros, veo la caminadora a mi derecha, está inmóvil, ya no estás ahí corriendo a mi lado, asegurándote que no me sobrepase de mis límites mientras que tu caminabas a paso desganado en el nivel más bajo del aparato.
Ocho de la mañana y el baño de agua fría lo tomo solo, no estás ahí burlándote de mi irracional miedo a los fantasmas, no estás ahí para decir “toma un baño por tu cuenta Zi Tao, madura” solo para después entrar conmigo, estoy ahí solo con el agua fría corriendo por mi piel.
Diez de la mañana y mis padres están sirviendo un elegante desayuno en la mesa, que yo apenas toco, les sonrío y correspondo a sus abrazos mientras me desean un feliz cumpleaños. –Tao, come por favor, tienes que tener algo en el estómago para tomar tus medicamentos- Mi madre sonríe con los labios, pero puedo ver la tristeza en su mirada, odio preocuparla, intento darle mi sonrisa más sincera y me llevo la comida a la boca, mientras que miro fijamente al empaque de pastillas junto a mi vaso con jugo, días atrás lancé una mentirilla por las redes sociales, diciendo a mis fans que ganaría peso probablemente por una medicina china que estaba tomando, la realidad de eso yacía en la etiqueta de las pastillas que recitaba orgullosamente “Paciente Huang Zi Tao. Antidepresivos”. –Esta bien Zi Tao, el concierto de ayer fue un éxito, toma las pastillas y quédate en cama- Mi padre estaba tan asustado que prefería mantenerme en casa, cerca de donde pudiese vigilarme, yo solo quería olvidar, tomé mi par de pastillas acompañadas de un sorbo de jugo y por un momento pensé en lo orgulloso que te veías en las mañanas en que preparabas el desayuno y servías “el mejor jugo de naranja de toda Asia” el cual bautizaste de esa manera solo por ser lo único bien preparado con tus manos. –Voy a ensayar.
Doce del día y mi cuerpo está impregnado de sudor, repito cada paso de baile de memoria mientras me miro en el espejo, mi equipo de baile no ha venido hoy, tienen el día libre, se supondría que yo también estuviese relajándome y disfrutando de mi cumpleaños, en vez de eso prefiero llenarme mi cabeza de la secuencia de pasos a seguir para no pensar en ti, pero es inútil, mi cuerpo reconoce la música y se mueve por si solo, repito los movimientos de forma perfecta, y mi cabeza no deja de darle vueltas a nuestra última discusión, a esa en donde me gritaste lo infantil e inmaduro que era, y de cómo no soportabas más mi presencia, de cómo te había traicionado al difamar tu nombre públicamente, y si, lo había hecho, escribí esa estúpida publicación porque desperté un día y te habías ido, desperté un día y mi novio me había dejado, sin decirme nada, sin decir adiós, me dejaste sintiéndome culpable, me dejaste pensando que era todo culpa mía, me dejaste marcando incontables veces a tu celular solo para ser recibido por la contestadora, con el tonto mensaje de “Ey soy Kris, no es mi estilo responder, deja tu mensaje” que te obligué a grabar en ella, y me arrepentí enseguida, y borré la publicación esperando que no la notaras, que nadie lo hiciera, por primera vez desee no tener la atención de nadie, pero era muy tarde, la noticia viajó más rápido que mis disculpas, y tu orgullo fue más grande que el amor que jurabas, y ni siquiera me doy cuenta cuando ha sido que he dejado de bailar para sentarme en el suelo y dejar que mi sudor y mis lágrimas se combinen. –Sabes que no vale la pena llorar por él- y miro hacia el espejo para ver en su reflejo a la persona que me acompaña, Jun está parado justo detrás de mi, me mira con ese rostro inexpresivo, a veces me recuerda a Sehun, pero Jun es peor, Jun es duro en sus palabras. –Levántate y toma un baño, no pienso llevar a un chico apestoso a almorzar-
Dos de la tarde, Jun me ha traído a un restaurante fino, ha pedido un salón privado, la comida apenas la pruebo, saco el frasco de pastillas y sirvo dos en mi mano que Jun me arrebata. –No las necesitas, eres fuerte, has salido de agujeros más profundos que este, has salido de agujeres más grandes que Wu Yi Fan.- Pero lo que Jun no sabe es que nadie ha calado tan profundo en mi vida como tu, y no me refiero únicamente a lo que fuimos, a lo que me diste, a lo que te di, me refiero a esa última discusión, las cosas que me dijiste, que me hiciste ver, sobre quien era yo, sobre lo equivocado que estaba, sobre como te hice pedazos, y sobre como no te has dado cuenta de cómo tu me destrozaste también.
Cinco de la tarde, Jun me ha traido de regreso a casa, mis padres no están aquí, conociéndolos deben de encontrarse comprando el más caro de los pasteles y el más exclusivo de los regalos, porque ellos no logran ver lo que tu viste en mi, el desastre de persona que soy, porque “Eres una desgracia Huang Zi Tao, solo piensas en ti, y en tus sentimientos, y crees que eres el centro del universo, pero no vales nada” ¿cierto?, aún puedo recordar las lágrimas de enojo que se acumularon en tus ojos cuando gritaste aquello, y desde entonces he mantenido mi promesa de cambiar, te lo prometí y aquí está el resultado, no hablo más con nadie acerca de mí, no comparto con nadie sobre como me siento, porque necesito hacer felices a todos sin importarme yo, porque nadie en este universo se merece tener a un inútil Huang Zi Tao en su vida, sobre todo tu, no debes enterarte nunca sobre como has cambiado mi mundo.
Seis de la tarde y la ropa me parece demasiado incómoda, la pijama de playera negra y pantalones de cuadritos comprada en un mercado sigue siendo mi compañera de sueño, solías burlarte sobre esto, “el niño edición limitada, duerme con pijama de medio uso” y entonces revolverías mi cabello y me darías una palmada en el trasero para mandarme a la cama, cama que compartías conmigo más tarde, cuando terminaras la llamada nocturna diaria con tu madre.
Siete de la noche y no estoy seguro de lo que estoy haciendo, porque tu voz en mi cabeza no se ha callado y yo siento que no puedo más, por primera vez quiero rendirme, quiero dejar de luchar, quiero acallar tu voz, quiero dejar de pensar en ti, y al inicio dos pastillas para dormir me parecen muy pocas, cuatro no surgen efecto, y luego no se cuantas he ingerido, pero me siento mareado, pesado, y la voz que he querido acallar en mi cabeza se hace más real, escucho tu voz cada vez más cerca, como si estuvieses en el pasillo, y escucho la voz de mi padre y lo escucho discutir con mi madre porque ella quiere dejarte entrar, porque él quiere que te vayas, y sonrío por la tonta alucinación que estoy teniendo.
Siete y diez de la noche, no puedo ver nada, siento algo en mi garganta, empujando tan profundo que me provoca arcadas y sin poder evitarlo vomito sin importarme de a donde caiga mi vómito, mi vista borrosa logra enfocar el retrete y veo algunas píldoras flotando dentro, una nueva arcada y caricias en mi espalda. –Esta bien Tao, tienes que sacarlo, puedes hacerlo, siempre me dijiste que no hay nada imposible para ti, incluso vivir- Y ya no se si es un sueño o una pesadilla escuchar tu voz pero en este momento me llena de paz, te escucho llamándome a lo lejos, escucho la voz de mi padre diciendo “necesito una ambulancia”, escucho a mi madre llorando, no logro abrir los ojos de nuevo.
Once de la noche, mis parpados pesan, mi garganta se siente rasposa, la cabeza me da vueltas, mis oídos captan un sonido molesto y constante, mi mano derecha se siente caliente, alguien la está sujetando, logro enfocar mi vista en una mesa a mi derecha y veo un pastel en miniatura, miro el reloj y descubro que mi cumpleaños aún no termina, y me siento patético, ¿qué fue lo que hice?, no quería llegar a esto, solo quería dormir, solo quería callar la voz un momento, no quería terminar así, mi vista baja lentamente y por un momento recuerdo la alucinación de tenerte a mi lado, deseo verte, pero es mi madre quien sujeta mi mano, levanta la cabeza y puedo ver sus ojos hinchados. –Oh Dios… Zi Tao… mi dulce Zi Tao- me parte el corazón mirarla así, mi padre entra a la habitación, puedo notar la tensión entre ellos, pero en ese momento solo se dedican a darme atención, hay una persona más en la habitación, Jun está parado en la puerta, tiene los brazos cruzados y sus ojos se ven tan hinchados como los de mis padres.
Once con treinta de la noche, por tonto que parezca ahora no quiero dormir, tengo miedo de no volver a despertar. –Esta bien tia, por favor vaya a casa por lo que necesite, yo cuidaré de Tao- Jun le asegura a mis padres que él puede cuidar de mi, ellos se van con la promesa de no tardar, solo irán por algunas cosas a casa. Jun y yo estamos solos, él se sienta junto a la cama. –Estúpido… -no me mira, sus codos están apoyados sobre la cama, sus manos están entrelazadas sobre sus labios. -¿tanto así te ha dolido que él te dejara? –y yo no se que responder por un momento, dejo de mirarlo para ver hacia el techo. –No es él, es lo que él me ha dicho que soy, es… -Y es que acaso eres todo lo que los demás digan de ti?- Se que Jun está aguantando las ganas de gritar solo porque estamos en un hospital, me mira a ver al fin, lo miro, está llorando de nuevo. –Eres mi mejor amigo, odio verte así, eres una persona especial, naciste en una maldita cuna de oro, y aún así repartías volantes en la calle, fuiste barista en Starbucks, fuiste a una escuela promedio y la abandonaste, eres el peor niño rico que conozco, porque siempre has querido demostrar a todos que no eres lo que todos dicen de ti, siempre has luchado por demostrar que puedes salir adelante sin la ayuda del dinero de tu padre, siempre has luchado para demostrar cuanto vales, lo lejos que puedes llegar sin importar lo que todos digan de ti, y ahora, solo por una estúpida discusión que tuviste hace tres años con él, cuando los dos estaban demasiado alterados… solo por eso casi te perdemos- Me quedé callado, yo le había demostrado un montón de cosas a muchas personas, pero no a ti. –Wu Yi Fan vino… él fue a tu casa, él y tus padres fueron quienes te encontraron, él te hizo vomitar y te trajo aquí y no se fue hasta que no le aseguraron que estabas fuera de peligro, te dejó una nota, y un pastel- Jun me señaló el pastel en miniatura junto a mi cama, y luego extendió la nota hasta ponerla en mis manos, se levantó y besó mi frente. –En éste momento, él tiene razón sobre ti, lee la carta, iré por café. Jun se marchó y yo me quedé a solas con lo único que nos conectaba luego de tres años. “Hey… feliz cumpleaños, ya son 24 años, lamento haberme perdido los anteriores, lamento haberte dicho tantas cosas, tantas mentiras, estuve mal ¿sabes?, tu también lo estuviste, pero tu tuviste el valor de pedir perdón, yo solo me dediqué a juzgar, quería arreglar este asunto, pero te he encontrado en este estado, y me he dado cuenta de que yo soy lo último que necesitas en este momento, tu vida es valiosa, y quisiera estar en ella de nuevo, pero para eso, necesitas apreciarla tu, aprende a vivir por tu propia cuenta, aprende a ser la mejor versión de ti aún con las idioteces que te dijo tu estúpido ex novio en su última discusión, supérame, hazte fuerte, y cuando seas tu lo único que necesites para ser feliz, entonces espero que puedas darme el honor de compartir tu vida con la mía, quiero que entiendas esto Tao, nadie en esta vida tiene derecho a decirte que no vales nada, ni siquiera yo, vales todo. Estos años aprendí a ser feliz sin ti, a vivir sin ti, y es ahora que soy completamente consiente de eso, es que me doy cuenta de lo equivocado que estaba en juzgarte, porque en ese momento dependía tanto de ti, que al primer error entré en pánico y te di toda la culpa, y lo siento, lamento mucho haber sido tan ciego, pero tu aún no quieres ver la realidad, hazlo, no te vas a arrepentir de conocer a la maravillosa persona que es Huang Zi Tao”. Lloré como hacía tiempo que no lloraba, las doce de la noche marcaba el reloj y mi cumpleaños había terminado.
--------------------------------Un año después----------------------------------
Nueve de la noche y las luces del escenario brillaban y las fans cantaban muy fuerte “feliz cumpleaños” mientras el staff traía un pastel con un cartel que recitaba “Feliz cumpleaños ZTAO. 25 años”, solté una risa al ver también al muñequito que me representaba parado en la punta del pastel, miré como incluso habían colocado el signo del “punto y coma” en la mano del muñeco, estiré la mía para tocarlo, mi propio tatuaje de mostrándose orgulloso en mi piel. –ZTAO, es hora de pedir un deseo- El MC me miró y yo miré a las fans con una sonrisa. –Está bien, éste año no voy a pedir un deseo, voy a dar las gracias, hace un año estuve a punto de morir, todos ya saben esta historia, no me avergüenzo más de contarla, me vi hundido en una gran depresión, e ingerí un montón de pastillas para dormir, tuve una segunda oportunidad, de seguir con vida, de estar con mi familia, con mis amigos, con mis fans, de hacer más música… de amar… y estoy eternamente agradecido por eso, y solo quiero decir que si tu te sientes ahora como yo me sentí hace un año, no te des por vencido, eres una persona valiosa, eres hermoso, eres especial, y no hay nada imposible en este mundo para ti, solo te hace falta darte cuenta, y cuando lo hagas, el mundo será tuyo, muchas gracias, los amo”.
Diez de la noche y mi fan meeting ha concluido, todos están recogiendo sus cosas para irse, me he quedado solo en mi camerino mientras me amarro los zapatos, de repente la luz se apaga y lo único que brilla es una pequeña vela en un pastel miniatura, sonrío mientras la canción de feliz cumpleaños vuelve a ser entonada por una sola voz. –Feliz cumpleaños Zi Tao- sonrío, y antes de soplar la vela me inclino hacia delante para besarle los labios. –Y feliz primer mes de novios Yi Fan.
Fin.